María de Bobadilla

María de Bobadilla
Nombre María de Bobadilla
Orden Franciscanas
Títulos Monja del convento de Santa Isabel la Real
Fecha de fallecimiento 1551
Lugar de nacimiento ¿Andújar?
Lugar de fallecimiento Córdoba

Contenido

Vida impresa

Ed. de Borja Gama de Cossío; fecha de edición: octubre de 2020.

Fuente

  • Torres de, Alonso, 1683. Chrónica de la Santa Provincia de Granada, de la regular observancia de N. Seráfico Padre San Francisco, Madrid: Juan García Infanzón, 488, 490-491.

Contexto material del impreso Chrónica de la Santa Provincia de Granada, de la regular observancia de N. Seráfico Padre San Francisco.

Criterios de edición

Esta crónica, dedicada, según se dice en su título, “al señor D. Iván Antonio de Contreras Remírez de Arellano, Alcayde perpetuo de las fortalezas de Cambil y Alhabar del Consejo de su Majestad, su Alcalde de Hijosdalgo en la Real Cancillería de Granada”, se trata de un impreso de 1683 que, dividido en diferentes tratados, ahonda en el origen de la Santa Provincia de Granada desde sus inicios en el siglo XV hasta finales del siglo XVII, cuando esta obra se publica. El texto habla de la fundación, división de la provincia y los reinos, así como de los patronos de la provincia y religiosas que han vivido en esta comunidad desde sus inicios hasta 1683. Se transcriben vidas de monjas y religiosas de diferentes conventos situados en distintas ciudades de Andalucía.

En este trabajo se edita el Tratado V, que se encarga de documentar la vida y milagros de mujeres de la comunidad de Santa Clara desde finales del siglo XV hasta finales del siglo XVII. Dada la naturaleza del Catálogo, nos ocupamos de las mujeres que mueren antes de 1560-1563, aunque se transcriben tres que mueren en 1565 (Sor María de San Juan), 1567 (Sor Catalina de Ribera) y 1568 (Sor Florentina de los Ángeles), ya que su foco de actuación es anterior a estas fechas (por lo tanto, también al de Santa Teresa) y la longitud de las hagiografías da cuenta de su importancia. Las vidas de estas mujeres con fama de santas se incluyen en capítulos dentro de este Tratado V, donde se informa de cada mujer en referencia al convento en el que vive. Tras una pequeña introducción que ocupa todo el ancho de la página, cada hoja está dividida en dos columnas, las cuales tienen anotaciones en sus respectivos márgenes izquierdo o derecho, que aclaran información comentada en el cuerpo del texto, ya sea el lugar de nacimiento o la fecha de fallecimiento, además de otros tipos de información biográfica, bíblica e histórica.

Se adoptan los criterios de edición de vidas impresas estipulados en el Catálogo, es decir, se moderniza la ortografía (b/u/v, j/g, chr/cr, qu/cu, empleo de h, etc.) y se eliminan las consonantes geminadas. Además, se expanden las abreviaturas, primordialmente la expansión de las nasales con la virgulilla encima de la vocal y la abreviación de “que” o “qual”, también con el uso de la virgulilla o la diéresis. De todos modos, algunas abreviaturas como N. S. (Nuestro Señor) o N. P. S. (Nuestro Padre Santo) se respetan en el texto. Asimismo, las abreviaturas presentadas en las notas serán respetadas. El uso de mayúsculas y minúsculas se moderniza, así como se adaptan las normas de acentuación a sus usos actuales. Además, se moderniza también la puntuación, teniendo en cuenta el orden de la oración y el uso de la puntuación a día de hoy. Del mismo modo, se moderniza el uso de aglomerados, se separan las palabras que a día de hoy ya no aparecen juntas (“della”) y se unen las que ya se representan como una sola palabra (“del”, “al”).

Vida de María de Bobadilla

Capítulo I

[488]

De algunas religiosas ejemplares del convento de Santa Isabel la Real de la ciudad de Granada

[…]

[490] […] Sor María de Bobadilla. Siguió esta ilustre religiosa a las primeras, no solo en el nacimiento, pues fue hija de Francisco de Bobadilla y su mujer Doña María de Peñalosa, personas de nobleza esclarecida, sino también en la virtud [491] pues, habiendo tomado el hábito en Santa Cara de Andújar, vino a profesar en manos de quien, como heredera de su espíritu, había de imitarlo. Tanto cautivó su prudencia, celo y discreción a las señoras, de que se componía aquella noble y santa comunidad, que a pocos años la hicieron abadesa, ninguna más asistente a las cosas de su obligación, ni más seguida de sus súbditas, enamoradas todas de su acertado proceder.

Fue muy mortificada y penitente, su traje tan religioso que el tocado llegaba hasta las mesmas cejas, siendo muy basto, como también el hábito lo era. Dos años antes de su muerte le dio una grave enfermedad [1], de que quedó muy postrada el siguiente tiempo, llevando este trabajo con tolerancia ejemplar. Por no faltar al coro, mandó hacer unas carretillas, como las que sirven para enseñar a andar las criaturas, y con estas se iba, sin hacer falta a alguna de las horas del Oficio Divino. Murió año de mil quinientos y cincuenta y uno, con tal opinión que la numera Vvadingo entre las insignes religiosas de esta casa [2].

Notas

[1] Por “enfarmadad”.

[2] Al margen derecho: “V vad. a/ el año de/ 1501. n./ marg./ 41”.