Diferencia entre revisiones de «María de la Cena»

De Catálogo de Santas Vivas
Saltar a: navegación, buscar
m
m (Fuente)
 
(No se muestran 5 ediciones intermedias del mismo usuario)
Línea 1: Línea 1:
 
[[Category:Santas_Jerónimas]]
 
[[Category:Santas_Jerónimas]]
 
[[Category: Toledo]]
 
[[Category: Toledo]]
 +
[[Category:Fray_José_de_Sigüenza]]
  
 
[[Archivo:Logo CSV letras(9) DianaSanmartin.jpg|derecha|María de la Cena|link=]]
 
[[Archivo:Logo CSV letras(9) DianaSanmartin.jpg|derecha|María de la Cena|link=]]
Línea 14: Línea 15:
 
| Fecha de nacimiento || 1430
 
| Fecha de nacimiento || 1430
 
|-
 
|-
| Lugar de fallecimiento || [http://catalogodesantasvivas.visionarias.es/index.php/Categor%C3%ADa:Toledo Toledo], España
+
| Lugar de fallecimiento || [http://catalogodesantasvivas.visionarias.es/index.php/Categor%C3%ADa:Toledo Toledo]
 
|}
 
|}
  
 
= Vida impresa =
 
= Vida impresa =
Ed. de [http://visionarias.es/equipo/lara-marchante-fuente/ Lara Marchante Fuente]; fecha de edición: mayo de 2018; fecha de modificación: mayo de 2019.
+
Ed. de [http://visionarias.es/equipo/lara-marchante-fuente/ Lara Marchante Fuente]; fecha de edición: mayo de 2018; fecha de modificación: junio de 2023.
  
 
== Fuente ==
 
== Fuente ==
  
* Sigüenza, Fray José de, 1605. “Libro Segundo de la Tercera parte de la Historia de la Orden de San Jerónimo”, ''Tercera Parte de la Historia de la Orden de San Jerónimo, doctor de la Iglesia, dirigida al Rey, Nuestro Señor, Don Felipe III''. Madrid: Imprenta Real, 505, 506.
+
* [http://catalogodesantasvivas.visionarias.es/index.php/Categor%C3%ADa:Fray_José_de_Sigüenza Sigüenza, Fray José de], 1605. “Libro Segundo de la Tercera parte de la Historia de la Orden de San Jerónimo”, ''Tercera Parte de la Historia de la Orden de San Jerónimo, doctor de la Iglesia, dirigida al Rey, Nuestro Señor, Don Felipe III''. Madrid: Imprenta Real, 505, 506.
 +
 
 +
[[Contexto material del impreso Tercera Parte de la Historia de la Orden de San Jerónimo]]'', doctor de la Iglesia, dirigida al Rey, Nuestro Señor, Don Felipe III''.
 +
 
 +
== Criterios de edición ==
 +
 
 +
Para facilitar su lectura, esta edición moderniza el texto en aquellos puntos que no suponen una pérdida de los valores fonéticos, léxicos y sintácticos del periodo y conserva la morfología de las palabras con interés morfológico o fonológico o por tratarse de cultismos (como ''agora'', ''ansí'', ''monesterio'', ''recebir'', ''redemptor'' u ''obscuro'').
 +
 
 +
Se adaptan, por tanto, las grafías a las normas de ortografía vigentes (sibilantes, b/u/v, j/g, chr/cr, qu/cu, empleo de h, etc.) y a la acentuación y puntuación de las normas gramaticales actuales. Igualmente, el uso de las mayúsculas y minúsculas respeta los criterios presentes del español, si bien se mantienen las mayúsculas como signos de respeto o de diferenciación con la palabra escrita en minúscula (''Cielo'', ''Esposo'', ''Señor'', ''Profeta'', ''Reina del Cielo'').
 +
 
 +
También se introducen las comillas para delimitar las intervenciones dialógicas de los personajes y se subsanan las erratas evidentes. En este sentido, conviene apuntar que, dentro de esta edición y en base a sus particularidades, se han incluido notas al pie en las que se especifican y desarrollan algunas ideas o palabras del texto impreso original.  
  
 
==Vida de María de la Cena==
 
==Vida de María de la Cena==
  
=== CAPÍTULO LI ===
+
=== CAPÍTULO LI ''[1]''===
  
 
[505] '''De otras muchas siervas de Dios que han florecido con gran ejemplo en el mismo Convento de San Pablo'''
 
[505] '''De otras muchas siervas de Dios que han florecido con gran ejemplo en el mismo Convento de San Pablo'''
  
[…] Otra María, por apellido de la Cena, floreció por este mismo tiempo: fue criada de la Condesa de Fuensalida, de quien hicimos memoria, aunque mejor la llamaremos discípula o compañera porque salió tan aventajada en virtudes que se le conoció bien la escuela y la compañía en que había andado. Fue de mucha humildad y, aunque hizo profesión con las demás, cuando se incorporaron en la Orden y dieron la obediencia al General, jamás quiso tomar velo, teniendo consideración a la afrenta y al dolor que sintió su Señor y Esposo cuando le coronaron de espinas, de que era esta sierva de Dios muy devota.
+
[506] […] Otra María, por apellido de la Cena, floreció por este mismo tiempo: fue criada de la Condesa de Fuensalida, de quien hicimos memoria, aunque mejor la llamaremos discípula o compañera porque salió tan aventajada en virtudes que se le conoció bien la escuela y la compañía en que había andado. Fue de mucha humildad y, aunque hizo profesión con las demás, cuando se incorporaron en la Orden y dieron la obediencia al General, jamás quiso tomar velo, teniendo consideración a la afrenta y al dolor que sintió su Señor y Esposo cuando le coronaron de espinas, de que era esta sierva de Dios muy devota.
 +
 
 +
Sus más altas ocupaciones en el ministerio de aquel convento fueron: barrer, fregar, coger basura y otros tales ejercicios, para que, decía ella, que se había nacido y aun no era buena para ellos. Andaba en ellos con tanta consideración y espíritu que se le conocía bien podían fiársele otros mayores, y en medio dellos hallaba coro y oratorio, sabiendo que el propio y más bien labrado templo de Dios y el santuario más recóndito es el alma del cristiano, especialmente si ha llegado a aquel estado que una vez haya entrado en él el Sumo Sacerdote, con sangre o con muerte de aquella ''[2]'' vítula o becerra rufa. Ayunaba todas las Cuaresmas a pan y agua, y destas y de otras semejantes abstinencias y rigores vino a enfermar y tener muchos ajes. Lo que le daban y cuanto podía granjear y trabajar con sus manos, que jamás se le vieron caídas ni flojas, todo lo empleaba en la Sacristía y en la fiesta del Santo Sacramento, donde tenía depositados sus amores y como tan enamorada siempre andaba pobre, efeto propio del amor, que todo lo desprecia y todo lo da, hasta que se da a sí mismo el amante. Así le aconteció a esta santa que, cuando no tuvo más que dar, con alegre y seguro corazón dio el alma a su esposo Jesucristo, y Él, en recambio de tan precioso don, le dio el Reino que le tenía prometido. […]
 +
 
 +
=== Notas ===
  
Sus más altas ocupaciones en el ministerio de aquel convento fueron: barrer, fregar, coger basura y otros tales ejercicios, para que, decía ella, que se había nacido y aun no era buena para ellos. Andaba en ellos con tanta consideración y espíritu que se le conocía bien podían fiársele otros mayores, y en medio dellos hallaba coro y oratorio, sabiendo que el propio y más bien labrado templo de Dios y el santuario más recóndito es el alma del cristiano, especialmente si ha llegado a aquel estado que una vez haya entrado en él el Sumo Sacerdote, con sangre o con muerte de aquella ''[1]'' vítula o becerra rufa. Ayunaba todas las Cuaresmas a pan y agua, y destas y de otras semejantes abstinencias y rigores vino a enfermar y tener muchos ajes. Lo que le daban y cuanto podía granjear y trabajar con sus manos, que jamás se le vieron caídas ni flojas, todo lo empleaba en la Sacristía y en la fiesta del Santo Sacramento, donde tenía depositados sus amores y como tan enamorada siempre andaba pobre, efeto propio del amor, que todo lo desprecia y todo lo da, hasta que se da a sí mismo el amante. Así le aconteció a esta santa que, cuando no tuvo más que dar, con alegre y seguro corazón dio el alma a su esposo Jesucristo, y Él, en recambio de tan precioso don, le dio el Reino que le tenía prometido. […]
+
''[1]'' Figura en el texto como Capítulo LI pero debería ser el LII, debido al error señalado en la edición de la vida impresa de María de Ajofrín por Sigüenza, pues repite el número de capítulo XLIV.
  
''[1]'' “vítula” viene de ''vitulus'', becerro en latín.
+
''[2]'' “vítula” viene de ''vitulus'', becerro en latín.

Revisión actual del 18:08 31 ene 2024

María de la Cena
Nombre María de la Cena
Orden Jerónimas
Títulos Beata del Convento de San Pablo de Toledo
Fecha de nacimiento 1430
Lugar de fallecimiento Toledo

Vida impresa

Ed. de Lara Marchante Fuente; fecha de edición: mayo de 2018; fecha de modificación: junio de 2023.

Fuente

  • Sigüenza, Fray José de, 1605. “Libro Segundo de la Tercera parte de la Historia de la Orden de San Jerónimo”, Tercera Parte de la Historia de la Orden de San Jerónimo, doctor de la Iglesia, dirigida al Rey, Nuestro Señor, Don Felipe III. Madrid: Imprenta Real, 505, 506.

Contexto material del impreso Tercera Parte de la Historia de la Orden de San Jerónimo, doctor de la Iglesia, dirigida al Rey, Nuestro Señor, Don Felipe III.

Criterios de edición

Para facilitar su lectura, esta edición moderniza el texto en aquellos puntos que no suponen una pérdida de los valores fonéticos, léxicos y sintácticos del periodo y conserva la morfología de las palabras con interés morfológico o fonológico o por tratarse de cultismos (como agora, ansí, monesterio, recebir, redemptor u obscuro).

Se adaptan, por tanto, las grafías a las normas de ortografía vigentes (sibilantes, b/u/v, j/g, chr/cr, qu/cu, empleo de h, etc.) y a la acentuación y puntuación de las normas gramaticales actuales. Igualmente, el uso de las mayúsculas y minúsculas respeta los criterios presentes del español, si bien se mantienen las mayúsculas como signos de respeto o de diferenciación con la palabra escrita en minúscula (Cielo, Esposo, Señor, Profeta, Reina del Cielo).

También se introducen las comillas para delimitar las intervenciones dialógicas de los personajes y se subsanan las erratas evidentes. En este sentido, conviene apuntar que, dentro de esta edición y en base a sus particularidades, se han incluido notas al pie en las que se especifican y desarrollan algunas ideas o palabras del texto impreso original.

Vida de María de la Cena

CAPÍTULO LI [1]

[505] De otras muchas siervas de Dios que han florecido con gran ejemplo en el mismo Convento de San Pablo

[506] […] Otra María, por apellido de la Cena, floreció por este mismo tiempo: fue criada de la Condesa de Fuensalida, de quien hicimos memoria, aunque mejor la llamaremos discípula o compañera porque salió tan aventajada en virtudes que se le conoció bien la escuela y la compañía en que había andado. Fue de mucha humildad y, aunque hizo profesión con las demás, cuando se incorporaron en la Orden y dieron la obediencia al General, jamás quiso tomar velo, teniendo consideración a la afrenta y al dolor que sintió su Señor y Esposo cuando le coronaron de espinas, de que era esta sierva de Dios muy devota.

Sus más altas ocupaciones en el ministerio de aquel convento fueron: barrer, fregar, coger basura y otros tales ejercicios, para que, decía ella, que se había nacido y aun no era buena para ellos. Andaba en ellos con tanta consideración y espíritu que se le conocía bien podían fiársele otros mayores, y en medio dellos hallaba coro y oratorio, sabiendo que el propio y más bien labrado templo de Dios y el santuario más recóndito es el alma del cristiano, especialmente si ha llegado a aquel estado que una vez haya entrado en él el Sumo Sacerdote, con sangre o con muerte de aquella [2] vítula o becerra rufa. Ayunaba todas las Cuaresmas a pan y agua, y destas y de otras semejantes abstinencias y rigores vino a enfermar y tener muchos ajes. Lo que le daban y cuanto podía granjear y trabajar con sus manos, que jamás se le vieron caídas ni flojas, todo lo empleaba en la Sacristía y en la fiesta del Santo Sacramento, donde tenía depositados sus amores y como tan enamorada siempre andaba pobre, efeto propio del amor, que todo lo desprecia y todo lo da, hasta que se da a sí mismo el amante. Así le aconteció a esta santa que, cuando no tuvo más que dar, con alegre y seguro corazón dio el alma a su esposo Jesucristo, y Él, en recambio de tan precioso don, le dio el Reino que le tenía prometido. […]

Notas

[1] Figura en el texto como Capítulo LI pero debería ser el LII, debido al error señalado en la edición de la vida impresa de María de Ajofrín por Sigüenza, pues repite el número de capítulo XLIV.

[2] “vítula” viene de vitulus, becerro en latín.