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María de Santo Domingo

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Vida de María de Santo Domingo
[Fol. 3v] '''S. II'''
'''Dase principio a la fundación del convento de Aldeanueva y motivos porque se intituló de Santa Cruz.'''
Sobre estos principios se zanjaron los primeros fundamentos del convento de Santa Cruz de Aldeanueva y este fue el medio por donde levantó Dios el espíritu varonil de la venerable madre María de Santo Domingo para fundarse, porque viendo esta esclarecida Virgen la grande multitud de niñas y mujeres, que vivían bajo de su educación y doctrina y lo muy bien aplicadas que se hallaban, considerando con su grande capacidad cuan del agrado sería de Dios Nuestro Señor y aprovechamiento de aquellas almas, si viviessen en clausura bajo de alguna regla y modo de vivir en comunidad, llena de confianza en Dios y movida de tan superior celo y espíritu de caridad, se determinó a fundar un convento en donde viviessen todas recogidas y pudiessen mejor dedicarse a los ejercicios de oración y penitencia.
'''S. III'''
'''Gracias, favores y privilegios, que alcanzó la venerable fundadora María de Santo Domingo de los sumos pontífices, reyes y de otros señores. '''
Uno de los privilegios de la virtud es ser amada y favorecida de todos los que la conocen, pues aunque muchas veces la vemos abatida y perseguida, esto solo es en cuanto no es conocida, porque en llegándose a conocer, todos la estiman, favorecen y aman. Este privilegio tuvo en grado muy superior la venerable madre Soror María de Santo Domingo, siendo amada y querida no solo de Dios, sino también de los hombres, como dice la escritura de Moisés. Assí se lo profetizaron a su padre luego que nació, según dejamos ya dicho y assí lo verificó después el tiempo y la experiencia, porque esta ''[29]'' venerable señora fue tan amada y querida de los sumos pontífices, reyes y señores de la tierra, que todos a porfía se empeñaban en favorecerla en atención a su mucha virtud y santidad, la que por todas partes era notoria y bien conocida.
'''S. IIII'''
'''Mercedes que hicieron los reyes y señores del reino a nuestra venerable fundadora. '''
No solo fue estimada y favorecida la venerable madre Soror María de Santo Domingo de los sumos pontífices, sino que también fue muy querida y venerada de los reyes, grandes y señores de España. Éranlo a la sazón que ella fundó su convento los cathólicos y piadosos Reyes Don Fernando y Doña Isabel de buena memoria, los que como tan amantes y aficionados a las personas virtuosas y a todo género de obras piadosas, conociendo la mucha virtud de la venerable María y su piadoso ánimo en fundar un convento que había de ser de tanto agrado a Dios, la empezaron a favorecer con larga mano, dándola muy crecidas limosnas para la fábrica y ayudándola con su patrocinio en cuanto hubiesse de menester, lo que continuaron después de fundado el convento con tan grande liberalidad, que si ella hubiera acceptado las limosnas y ventas que la daban, fuera este convento de los más opulentos y ricos de todo el reino. Mas como no eran sus intentos dejar a sus hijas ricas de bienes del mundo, sino pobres y desnudas por Christo para lograr solo las riquezas del cielo, renunció con modestia y humildad todas las ventas que la ofrecían, aunque por atención a tan piadosos príncipes, acceptó una limosna anual de cien ducados que la daban sus altezas, sin más carga que los encomendassen a [fol. 9v] Dios las religiosas, lo que continuaron por todos los días de su vida y después sus hijos y nietos Don Phelipe primero, el emperador Don Carlos, Don Phelipe segundo, tercero y cuarto.
Mas adonde se conoció el alto concepto que tenían estos serenísimos reyes de la virtud y santidad de nuestra venerable fundadora, fue en darla una riquísima joya muy de su estimación y que luego ella acceptó de buena gana y con más gusto que todas riquezas y ventas que la daban, como fue la imagen del Santísimo Cristo de las Batallas, que hoy se venera en este convento, alhaja tan preciosa y de tan grande estimación para las religiosas, que no la trocaran por todas las joyas y riquezas del mundo. Esta hermossísima y prodigiosa imagen la traían los Reyes Cathólicos en sus reales en todas las fuerzas y batallas, que contra los moros hubieron, que por esso la intitularon el Santísimo Cristo de las Batallas, con cuyo título hoy día se venera. A su continuo, cuanto milagroso patrocinio debieron estos Cathólicos príncipes sus mayores conquistas, como claramente lo manifestó su majestad con un evidente y singular milagro ''[39]'', porque estando para dar una batalla y llamando e invocando los españoles en su ayuda, según tienen de costumbre el Apóstol Santiago patrón de España, habló el Santísimo Christo diciendo en voz clara y que percibieron todos: que no era necesario otro socorro estando el allí ''[40]'', lo cual publicado por todo el ejército, fue causa para que en adelante fuese ''[41] '' tenida en mayor veneración la sagrada imagen y, en señal de este muy maravilloso succeso, se quedó con la boca abierta, como hoy en día se advierte registrándosele los dientes, la lengua y todo el cielo de la boca.
Otro prodigio se vio también en esta sagrada imagen en tiempo del señor Phelipe segundo, cuando cazalla andaba diseminando sus perversos dogmas y herejías por Castilla, porque por algunos días sudó el Santísimo Christo, como fue visto y notado por todas las religiosas y religiosos, de los cuales uno limpió el sudor del divino rostro con un purificador y de esto hay pública e inconcusa tradición entre las religiosas y de madres a hijas.
La figura que el Santísimo tiene es de Nazareno de la cintura arriba, corona de espinas y cruz a cuestas, el rostro es hermossísimo y devotísimo y es común voz entre las religiosas que muda colores. Dicen que le pintó San Lucas y confírmanlo, porque habiendo traído los maestros más afamados para ver si le podían poner dos dedos que le faltan, sin saber como y de cuando, ninguno se ha atrevido a ponérselos y aun uno dijo, que le parecía que la encarnación y barniz que tenía le parecía imposible fuesse obra de la tierra, sino negocio más que humano. Igual esta hoja tan preciosa dieron los santos Reyes Cathólicos a este convento, en lo cual se conoce la grande estimación que tenían a su venerable fundadora. Por esto vive y vivirá entre las religiosas su memoria encomendándolos a Dios continuamente en todas sus oraciones. Con el ejemplo de tan piadosos príncipes hicieron lo mismo los grandes y señores del reino favoreciendo con nobles y christianos ánimos a la venerable María, assí en la fábrica del convento, como en el sustento de las religiosas, aunque la venerable madre tomaba, como dijimos arriba, solo lo necesario y preciso, porque quería más pobres que ricas a las religiosas.
'''S. V.''' '''Fundadoras que han salido de este convento para otros y muerte de la venerable fundadora.'''
Entre los elogios de este insigne convento no es el menor el haber sido madre de otros muchos y el haber salido de él muchas religiosas a fundar otros monasterios en diversas partes, porque era tal el crédito que tenía la venerable María de Santo Domingo por toda España y tal la fama del convento que había fundado, que otros señores y señoras, deseosos del bien de las almas, se determinaron con su ejemplo a fundar otros beaterios y conventos con sus rentas, para lo cual sacaron de este convento de Santa Cruz de Aldeanueva, con licencia de los prelados de la orden, muchas religiosas por prioras y fundadoras de los nuevos monaste- [fol. 11r] rios, pareciéndoles, y bien, que para plantar en cualquiera parte la observancia regular y la vida religiosa eran las más propias las madres de esta casa. De estas fueron a los conventos de San Phelipe de la Penitencia y Corpus Christi de Valladolid, la madre Soror María de los Ángeles y su hermana la madre Soror María de San Francisco, señoras en el siglo nobilísimas de la casa de los Manriques y Toledos, en la religión religiosas de especialíssima virtud, como después diremos. También fueron por prioras a los conventos de la Penitencia de Salamanca, de las Fajardas de Medina del Campo, Trujillo, Toro y de Mendoza, Soror Gabriela de Guevara y Soror María de la Orden del Barco, todas religiosas de gran virtud y propíssimas para el intento de fundar y reformar conventos, como se vio por la experiencia, porque en muchos conventos, restituyeron a su antiguo vigor la observancia regular y en otros la plantaron de nuevo con grande alegría de los prelados de la religión, que miraban en cada señora de estas el espíritu y fervor de la venerable María de Santo Domingo. Y en cada uno de estos conventos, que les cupo esta fortuna, el mismo vigor, virtud y observancia que en el convento de Santa Cruz de Aldeanueva había impuesto su fundadora, esse plantaron y recibieron gustosas las que lograron ser súbditas de tales preladas.
Assí pues, purificada y acrisolada como oro finísimo, nuestra santa en el fuego del amor y aguas de la tribulación, salió su purísima alma del cuerpo para entrar en las moradas eternas, como piadosamente podemos creer, en donde goza y gozará para siempre el premio de sus muchas y heroicas virtudes. Fue su muerte muy sentida y llorada de todas sus hijas, aunque templaba el dolor el saber [que] la tenían en el cielo por abogada. Su cuerpo le enterraron a la puerta del refectorio, como ella lo había pedido por su mucha humildad, en donde espera la universal resurrección en compañía de sus dos hermanas. Fue mujer singularísima y en todo rara, amada de Dios y de los hombres, celossísima del bien de las almas y de admirable e inculpable vida, por lo cual no parece [que] puede haber duda en que está gozando de inmensa gloria, como se lo reveló Dios al venerable P. Fr. Juan de Azcona, su confesor ''[45]'', el cual predicando al siguiente día de su muerte dijo, en medio del sermón: “mi hija María de Santo Domingo se subió al cielo”, palabras que templaron en todo las lágrimas de sus hijas. No tenemos noticia si después de muerta obró Dios algunos prodigios por su intercesión, pues es creíble no dejaría el cielo de dar algún testimonio de su santidad, cuando viviendo en este mundo se dijo bien claro: porque todo cuanto tomaba en las manos se aumentaba y crecía a medida de las necesidades que pedían prompto socorro, pero el mayor testimonio que tenemos de su santidad es la mucha religión y virtud que siempre ha habido y al presente hay en este convento, lo que podemos atribuir piadosamente a los singulares méritos y poderosa intercesión para con el todo poderoso de su santa fundadora.
 
===Notas===
 
''[1]'' El margen derecho del fol. 1r está bastante dañado y se cotejarán algunas palabras con una versión modernizada del texto. En el manuscrito aparece “conven”, cotejamos con la versión modernizada: “convento”.
 
''[2]'' Nuestro Padre Santo.
 
''[3]'' El final de esta palabra está cortado, cotejamos con la versión modernizada y efectivamente es “sentido”.
 
''[4]'' Al margen: “A Serm. 2. in Natali. Virg.”.
 
''[5]'' Del mismo modo, la parte izquierda del fol. 1v está bastante dañada y hay palabras que no aparecen y se cotejarán con la versión modernizada.
 
''[6]'' Solo se lee “do”: cotejamos con la versión modernizada, “cuando”.
 
''[7]'' Por “virgines”.
 
''[8]'' Muy Reverendo Padre.
 
''[9]'' Urbano VIII fue Papa desde 1623 a 1644, un siglo antes que esta relación empieza a escribirse. No está muy claro por qué se hace referencia a Urbano VIII en este prólogo.
 
''[10]'' Por “remedo”.
 
''[11]'' Al margen: “Año de 1480” aclarando lo que presenta en letra en el cuerpo del texto.
 
[12] Existe cierta discrepancia sobre el ancestro paterno de Sor María, ya que en el Libro de la oración y en la defensa del Padre Peña, se hace referencia a unos padres de origen humilde y campesino, considerados cristianos viejos. Sí es cierto que aquí y en las vidas anteriores se enfatiza que la madre sí es de origen humilde y campesino.
[13] La historia de estos tres niños está incluida en el Libro de Daniel del Antiguo Testamento. Tres niños se niegan a adorar a una estatua babilónica mandada construir por Nabucodonosor II. Por falta de obediencia, los condena a muerte y los arroja a un horno, en el cual sobreviven a las llamas ayudados por un ángel.
[14] Se ha expandido una abreviatura no frecuente de convento, en la que aparece conv. y en la parte superior de la v, se añade to.
[15] Como en las vidas anteriores editadas en este catálogo, se hace referencia a la faceta de María como educadora de niñas incluso antes de unirse a las dominicas. En el párrafo siguiente se resalta la popularidad de las tres hermanas como educadoras de la doctrina cristiana.
[16] Contrasta este dato con el de María de Santo Domingo como mujer analfabeta.
[17] El Duque de Alba fue gran defensor de Sor María de Santo Domingo y el gran impulsor de la fundación de Aldeanueva. Como han discutido Rebeca Sanmartín, Jodi Bilinkoff y Borja de Cossío, la relación entre Sor María y Fadrique de Toledo se asemejaba a la que Lucia de Narni tuvo con el Duque de Ferrara. Sor María supo de esta relación por una carta que llegó a Aldeanueva difundiendo la santidad de Lucia Narni y le sirvió como ejemplo a imitar y mecanismo de defensa (Rebeca Sanmartín Bastida, La representación de las místicas: Sor María de Santo Domingo en su contexto europeo, Santander: Real Sociedad Menéndez Pelayo, 2012, p. 322; Jodi Bilinkoff, ““A Spanish Prophetess and Her Patrons: The Case of María de Santo Domingo,” The Sixteenth Century Journal 23, no. 1 (Spring 1992), p. 26.; Borja Gama de Cossío, “Women, Communities of Letters and Transnational Connections,” Magistra: a Journal of Women’s Spirituality in History, Winter 2018, p. 40)
[18] Al margen se indica: “Día 13 de septiembre año de 1504. Fue la fundación?” quizá poniendo en duda esta fecha. Más abajo, también al margen “Y el año de 1507 se concluyó la víspera de la Asunción el 14 de agosto”. Estos datos, de todos modos, coinciden con las otras dos vidas, editadas en este catálogo.
[19] Por “tiembre”.
[20] Por “monstraba”.
[21] Por “amantasima”.
[22] Referido aparece acentuado en esta ocasión en la segunda e: “reférido”, por lo que se ha adaptado a las formas de acentuación modernas.
[23] En el manuscrito el artículo “los” aparece repetido, se ha decidido eliminar uno de ellos al haber sido un error del escriba.
[24] Por “tamien”.
[25] Cayetano fue, en un principio, uno de los grandes seguidores de Sor María. Después de unas supuestas amenazas de Sor María a Cayetano en trance, este cambió su parecer y se convirtió en uno de sus mayores detractores, ya que temía que sus trances y bailes trajeran vergüenza a la orden (Sanmartín, La representación de las místicas, 308)
[26] Por “misericardia”.
[27] Por “alprente”.
[28] En el prólogo, de todos modos, se especifica que este manuscrito es de 1737.
[29] Por “este”.
[30] En el manuscrito del siglo XVII también se hace referencia a este viaje a Roma. Tanto en El libro de la oración como en las Revelaciones no se hace referencia a ninguna visita de Sor María a Roma, ya que estas obras se compilan para probar la veracidad de sus milagros entre 1509 y 1511. Aquí se ofrece más información de la vida posterior de Sor María como priora de su convento y reformista. Se puede observar el poder dentro de la orden, la popularidad y la estima entre sus seguidores, que Sor María alcanzó después de su polémica. Tanto este manuscrito como en el del siglo XVII y el de 1709 dan la misma información sobre su visita a Roma, aunque Rebeca Sanmartín afirma, en su próximo artículo en Archivio Italiano per la Storia della Pietà, que ese asunto no está nada claro, ya que no se incluye ninguna información sobre su visita a Roma en ninguna de las bulas conservadas en el convento de Mosén Rubí.
[31] Por “del”.
[32] Al margen: “súplica”.
[33] Al margen: “N…”
[34] El original presenta “están”, pero se enmendó el texto con un “ba” encima de las letras “an”, por eso se transcribe “estaban”.
[35] Al margen “N.”.
[36] Pío V fue Papa de 1566 hasta su muerte en 1572, fue beatificado por el Papa Clemente X en 1672 y finalmente canonizado por Clemente XI en 1712. Se explica como antes de su papado las monjas no debían llevar a cabo la clausura, de ahí se explican las muchas actividades fuera del convento que María solía profesar como pasearse montada en una mula. Es la única instancia donde aparece el nombre del papa con número romano, pero lo regularizo a “Pío Quinto” para mostrar coherencia con los demás casos.
[37] Al margen: “chron. orni”.
[38] El Padre Azcona testifica en el cuarto proceso de Sor María y tenía buena reputación y estima entre las religiosas de la fundación de Aldeanueva.
[39] Al margen: “Milagros del Santo Christo de las Batallas”.
[40] Estas palabras del Cristo aparecen subrayadas, quizá para darle más valor e importancia a su significado.
[41] En el original aparece “fue” pero aparece una corrección incluyendo el “se” al final de la palabra justo encima de la “e” de fue.
[42] Por “tamajo”.
[43] Este “fue” está añadido en negro, situado justo encima de la “y” que introduce la oración.
[44] Texto emendado de nuevo: a “contagio” se le añade “so” encima de la última letra en negro.
[45] Se especifica aquí que Juan de Azcona era confesor de Sor María antes de su muerte. También se conoce que durante su polémica entre 1509-11, Fray Antonio de la Peña y Fray Diego de Vitoria actuaban como confesores de Sor María.
[46] Al margen: “Venerable madre Soror María de la Asumpción, hermana de la fundadora…”: esta es la misma María que aparece en el folio 4v, a la cual, junto a la madre María de los Santos, se las califica de cofundadoras del convento de Aldeanueva, por lo que se elige a la segunda hermana como nueva priora del convento tras la muerte de su hermana mayor.
[47] Esta información sobre María de San Cristóbal no aparece en los documentos del siglo XVII y de 1709, en ambas se especifica que la sucesora de María de Santo Domingo fue su hermana María de la Asunción.
[48] Como su hermana mayor, María de la Asunción era asediada por el demonio.
[49] María de la Asunción, entonces, como su hermana, fue objeto de persecuciones, en este caso provocadas por sus hermanas, que la enfrentaron con los prelados de la orden. Sor María de Santo Domingo también tuvo conflictos con sus hermanas en el convento de Santa Catalina en Ávila por “discrepancias con otras religiosas o persecuciones de las que era objeto” (José Manuel Blecua ed., El libro de la oración de Sor María de Santo Domingo (Madrid: Hauser y Menet, 1948), p. 3.)
[50] Al margen: “Privilegio del agua”.
[51] Al margen: “trigo y aceite que da la casa de Alba”.
[52] A margen: “Primer Patrono…”.
[53] Por “rera”
[54] Al margen: “Tercera hermana de la fundadora”, es decir, María de los Santos, pero se empieza a hablar de ella al final del folio. Aquí se explica la muerte de su hermana, María de la Asunción.
[55] Se refiere a la reedificación del convento después del incendio que ocurrió en el convento en el año 1565 y que se incluye en los fols. 13v-15r. El incendio ocurrió mucho después de la muerte de Sor María, pero sus dos hermanas aún estaban vivas, como se muestra en el texto, siendo María de la Asunción priora del convento.
[56] Este libro antiguo puede referirse al libro antiguo que se menciona al hablar de María de San Cristóbal. Lo que sí que es cierto es que esta información del libro antiguo coincide tanto con el manuscrito del XVII como con la copia de 1709, ya que ambas hacen referencia al entierro de María de los Santos con sus hermanas, en la puerta del refectorio y con una piedra labrada encima de la sepultura.
== Capítulo 2 ==

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