María de San Bernardo
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Nombre | María de San Bernardo |
Orden | Jerónimas |
Títulos | Monja del Monasterio de Jerónimas de San Pablo de Toledo |
Fecha de nacimiento | Segunda mitad del siglo XV |
Fecha de fallecimiento | 1529 |
Lugar de fallecimiento | Toledo |
Contenido
[ocultar]Vida manuscrita
Ed. de Mar Cortés Timoner; fecha de edición: febrero de 2025.
Fuente

- Biografía conservada en las páginas 162-164 del anónimo libro custodiado en el Monasterio de Jerónimas de San Pablo con la signatura A.J.T ª. San Pablo, I libro 33. La biografía fue compuesta por la monja jerónima Ana de Zúñiga (Toledo c.1540-1594) y fue copiada en 1881 en el citado libro. Aunque hay ciertos errores de paginación en el libro, seguimos la numeración que consta en el margen superior de las hojas.
Contexto material de la Biografía conservada en el anónimo libro custodiado en el Monasterio de Jerónimas de San Pablo con la signatura A.J.T ª. San Pablo, I libro 33. La biografía fue compuesta por la monja jerónima Ana de Zúñiga (Toledo 1540-1594) y copiada en 1881 (junto a unas setenta vidas más escritas por la mencionada monja) en el mencionado libro manuscrito.
Criterios de edición
Dada la fecha de la copia manuscrita, la transcripción actualiza el empleo de las letras mayúsculas, la separación o unión de palabras pero conserva “a el” y “de el”. Asimismo, siguiendo las normas de la RAE, se moderniza la puntuación y la acentuación. Por último, se ha regularizado el empleo de las vocales i/u y de las siguientes consonantes: h/-, b/v, c/g, g/j, r/rr, n/m.
Vida de María de San Bernardo
[162] [1] Esta gran sierva de Dios María de San Bernardo fue casada antes que viniese a la religión, y de sangre ilustre porque fue de los Rojas y hermana del embajador [2], que fue persona muy valerosa y principal entre los dichos señores que son llamados de Rojas.
Esta bienaventurada señora, cuando, según la cuenta del mundo, era de nobles y pudiera ser estimada y temida sobre todas, tanto más se humilló y mucho más en la santa re[li]gión; y se tenía en tal reputación y cuenta por la menor de todas. Y así resplandecía en esta santa mujer esta virtud de la humildad en tanto grado, y era tan de veras humilde, que nunca quiso tener otro oficio en la casa sino las lámparas que alumbraban a el Santísimo Sacramento, de las cuales tuvo cargo todo el tiempo que vivió en la religión, [163] limpiándolas y aderezándolas de todo lo que era menester con increíble devoción y humildad.
Y puesto caso que la virtud de la humildad santa resplandecía sobre todas las virtudes en esta santa mujer, no era menos su caridad, especialmente, con las necesitadas y enfermas, y con las demás religiosas que poco podían porque, como esta señora era de tan principales parientes, podía mucho, y todo cuanto ella quería y demandaba se lo daba<a>n con gran liberalidad sus deudos, y todo era para socorrer a las necesidades de las religiosas, y no permitía que padeciesen alguna necesidad, especialmente las enfermas. Y si estando comiendo en el refe[c]torio veía que alguna de las religiosas no comía, luego procuraba saber si era que no estaba buena [3] y la razón po[r] la cual no había comido, y la llevaba a su celda o la enviaba algunos regalos, según la necesidad que tenía. Y así la santa mujer socorría a todas, y era gran refugio y gran bien para todas [164]. Y en su presencia no consentía que ninguna padeciese alguna mengua o necesidad. Y por esta razón y, más principalmente, por su[s] muchas virtudes que en esta sierva de Dios había, era amada de todas y la tenían como a madre para todas sus necesidades. Bienaventurada [4] mujer, que tan de veras se quiso emplear en el servi[ci]o de el Señor Nuestro Dios, que, olvidadas todas las prosperidades del siglo, se quiso recoger a la hermandad santa y humilde de las siervas de Dios, y entre ellas ser más humilde porque mereciese ser sublimada en el Cielo e ir allá a gozar de aquel soberano Señor que, con mano larga, remunera los trabajos a sus siervos, dandóseles a sí mismo en galardón de ellos, del cual gozarán sin fin con el Padre y el Espíritu Santo, amén. Murió esta sierva de Dios en el año de mil qui<e>niento[s] veintinueve. Laus Deus, amen.
Notas
[1] La biografía va encabezada con el siguiente epígrafe “Historia de la muy religiosa y sierva de Dios María de San Bernardo”.
[2] Es muy posible que remita al embajador de los Reyes Católicos Francisco de Rojas y Escobar. Véase: Antonio Rodríguez Villa, “D. Francisco de Rojas, embajador de los Reyes Católicos”, Boletín de la Real Academia de la Historia, 1896, tomo 28, pp.180-202.
[3] Está escrito “se era que no estaba biena”.
[4] Está escrito “Rienaventurada”.