Diferencia entre revisiones de «Francisca de la Trinidad»

De Catálogo de Santas Vivas
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* [http://catalogodesantasvivas.visionarias.es/index.php/Categor%C3%ADa:Juan_López López, Juan], 1613. “Libro segundo de la tercera parte de la historia general de Santo Domingo”, ''Tercera parte de la historia general de Santo Domingo, y de su orden de predicadores''. Valladolid: Francisco Fernández de Córdoba, 241-242.
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* [http://catalogodesantasvivas.visionarias.es/index.php/Categor%C3%ADa:Juan_López López, Juan], 1613. “Libro tercero de la tercera parte de la historia general de Santo Domingo”, ''Tercera parte de la historia general de Santo Domingo, y de su orden de predicadores''. Valladolid: Francisco Fernández de Córdoba, 241-242.
  
 
== Criterios de edición ==
 
== Criterios de edición ==

Revisión del 16:51 18 oct 2023

Francisca de la Trinidad
Nombre Francisca de la Trinidad
Orden Dominicas
Títulos Monja del monasterio de las monjas de la Madre de Dios de Sevilla
Fecha de nacimiento Segunda mitad del siglo XV
Fecha de fallecimiento ¿Primera mitad del siglo XVI?
Lugar de nacimiento ¿Sevilla?
Lugar de fallecimiento Sevilla

Vida manuscrita

Ed. de Bárbara Arango Serrano y Borja Gama de Cossío; fecha de edición: octubre de 2023.

Fuente

  • López, Juan, 1613. “Libro tercero de la tercera parte de la historia general de Santo Domingo”, Tercera parte de la historia general de Santo Domingo, y de su orden de predicadores. Valladolid: Francisco Fernández de Córdoba, 241-242.

Criterios de edición

Esta crónica está escrita por Juan López, obispo en la ciudad italiana de Monopoli. En la tercera parte se incluye la vida de santos de la orden, se aborda la fundación de los diferentes conventos en los dos primeros siglos de los dominicos en Castilla y se añade la vida de destacadas religiosas, aunque se hace referencia también a las religiosas que viven en las fundaciones hasta la publicación de la crónica en los conventos fundados.

Aquí nos encargamos de las religiosas que viven en los siglos XV-XVI cuyo foco de actuación es anterior a 1560 (aunque mueran después de esta fecha), es decir, antes del auge de Santa Teresa. Se adoptan los criterios de edición de vidas impresas estipulados en el Catálogo: se moderniza la ortografía (b/u/v, j/g, chr/cr, qu/cu, empleo de h, etc.) y se eliminan las consonantes geminadas. Además, se expanden las abreviaturas, aunque algunas como N. S. (Nuestro Señor) o N. P. S. (Nuestro Padre Santo) se respetan en el texto. El uso de mayúsculas y minúsculas se moderniza y se adaptan las normas acentuales a sus usos actuales. Finalmente, se moderniza también la puntuación, la acentuación y el uso de aglomerados.

Vida de Francisca de la Trinidad

[240]

Capítulo XXII

De la fundación del monasterio de las monjas de la Madre de Dios de Sevilla

[…]

[241] De otra madre llamada soror Francisca de la Trinidad se cuentan grandes cosas. En materia de silencio era observantísima. Era voz y fama pública que jamás en la mesa habló palabra, aunque comiese fuera del refitorio. Los nueve últimos años de su vida fue tan particular el cuidado que puso en la guarda de la len- [242] gua, que no se sabe que hablase sino en cosas precisamente necesarias. En oyendo nombrar la Santísima Trinidad, de quien era devotísima, hacía la ceremonia que esta orden llama: venía tendiéndose de largo a lo largo en tierra. Esto hacía, aunque se hallase en el coro, cuando se decía el oficio divino que, aunque parecía espíritu de singularidad y cosa que pudiera excusar, no era sino espíritu divino que la movía a hacer lo que en el Cielo aquellos veinticuatro ancianos de quien habla San Juan en su Apocalipsis. Era muy grande la devoción y el sentimiento que el Señor la comunicaba en la oración. En ella alcanzó grandes victorias contra el demonio, de quien se reía haciendo burla de sus tentaciones y de sus embustes, que, aunque alguna vez el Señor dio licencia a Satanás para que visiblemente la hiciese guerra, siempre fue con la limitación que dio contra Job, reservando el alma y las cosas de la conciencia a salvo. En una contienda visible la hizo caer y quedó lisiada en las espaldas. Durole el trabajo del golpe hasta que murió. Algunos días antes que su muerte sucediese, dijo que se sabría en toda la ciudad, porque doblarían por ella en la iglesia mayor. Y fue así, que al punto que expiró, se tañeron las campanas sin ministerio humano, queriendo el Señor por este camino dar a conocer la santidad de su sierva. No se sabe por qué tiempo murió, ni en qué año, aunque dijeron las que se hallaron presentes que sucedieron grandes maravillas antes que falleciese y que tuvo particulares favores del Cielo.