Diferencia entre revisiones de «Magdalena de la Cruz»
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− | Ed. de [http://visionarias.es/equipo/lara-marchante-fuente/ Lara Marchante Fuente] | + | Ed. de [http://visionarias.es/equipo/lara-marchante-fuente/ Lara Marchante Fuente]; fecha de edición: mayo de 2018; fecha de modificación: junio de 2023. |
== Fuente == | == Fuente == | ||
− | * Sigüenza, Fray José de, 1605. “Libro Segundo de la Tercera parte de la Historia de la Orden de San Jerónimo”, ''Tercera Parte de la Historia de la Orden de San Jerónimo, doctor de la Iglesia, dirigida al Rey, Nuestro Señor, Don Felipe III''. Madrid: Imprenta Real, 505, 507-508. | + | * [http://catalogodesantasvivas.visionarias.es/index.php/Categor%C3%ADa:Fray_José_de_Sigüenza Sigüenza, Fray José de], 1605. “Libro Segundo de la Tercera parte de la Historia de la Orden de San Jerónimo”, ''Tercera Parte de la Historia de la Orden de San Jerónimo, doctor de la Iglesia, dirigida al Rey, Nuestro Señor, Don Felipe III''. Madrid: Imprenta Real, 505, 507-508. |
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+ | Para facilitar su lectura, esta edición moderniza el texto en aquellos puntos que no suponen una pérdida de los valores fonéticos, léxicos y sintácticos del periodo y conserva la morfología de las palabras con interés morfológico o fonológico o por tratarse de cultismos (como ''agora'', ''ansí'', ''monesterio'', ''recebir'', ''redemptor'' u ''obscuro''). | ||
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+ | Se adaptan, por tanto, las grafías a las normas de ortografía vigentes (sibilantes, b/u/v, j/g, chr/cr, qu/cu, empleo de h, etc.) y a la acentuación y puntuación de las normas gramaticales actuales. Igualmente, el uso de las mayúsculas y minúsculas respeta los criterios presentes del español, si bien se mantienen las mayúsculas como signos de respeto o de diferenciación con la palabra escrita en minúscula (''Cielo'', ''Esposo'', ''Señor'', ''Profeta'', ''Reina del Cielo''). | ||
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+ | También se introducen las comillas para delimitar las intervenciones dialógicas de los personajes y se subsanan las erratas evidentes. En este sentido, conviene apuntar que, dentro de esta edición y en base a sus particularidades, se han incluido notas al pie en las que se especifican y desarrollan algunas ideas o palabras del texto impreso original. | ||
==Vida de Magdalena de la Cruz== | ==Vida de Magdalena de la Cruz== | ||
− | === CAPÍTULO LI === | + | === CAPÍTULO LI ''[1]''=== |
[505] '''De otras muchas siervas de Dios que han florecido con gran ejemplo en el mismo Convento de San Pablo''' | [505] '''De otras muchas siervas de Dios que han florecido con gran ejemplo en el mismo Convento de San Pablo''' | ||
− | […] Magdalena de la Cruz fue de nación africana, mora de ley, cautiváronla siendo ya mujer hecha, fue esclava de doña Teresa de Guevara: en su casa vino al conocimiento de nuestra fe, que esto se ganó por encontrar tal señora. Bautizose, y asentole tan bien la ley de Cristo que, cuando doña Teresa se determinó a dejar el mundo, la llevó consigo, no ya por esclava, sino por hermana y compañera de sus santos propósitos, entendiendo que no es Dios aceptador de personas, sino que recibe a cuantos le reciben y temen sus mandamientos, ni hay en el distinción de judío, griego, árabe o gentil, rico y abundante para cuantos le llaman y desean. | + | [507] […] Magdalena de la Cruz fue de nación africana, mora de ley, cautiváronla siendo ya mujer hecha, fue esclava de doña Teresa de Guevara: en su casa vino al conocimiento de nuestra fe, que esto se ganó por encontrar tal señora. Bautizose, y asentole tan bien la ley de Cristo que, cuando doña Teresa se determinó a dejar el mundo, la llevó consigo, no ya por esclava, sino por hermana y compañera de sus santos propósitos, entendiendo que no es Dios aceptador de personas, sino que recibe a cuantos le reciben y temen sus mandamientos, ni hay en el distinción de judío, griego, árabe o gentil, rico y abundante para cuantos le llaman y desean. |
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+ | Cuando hicieron profesión las beatas la hizo ella, y supo agradecer tan bien los beneficios que había recebido del Señor que de noche ni de día no pensaba en otra cosa sino en cómo servirle y responder con algo de su parte. Ejercitose siempre en obras humildes, y ninguna tan humilde en el convento que no le pareciese que para con ella era sino de altísima dignidad, juzgándose por indigna de poner su boca donde ponían sus pies. Quiso el Señor, para que se viese mejor la alteza o la fineza de su paciencia y sufrimiento, visitarla con una grave perlesía; estuvo tendida en la cama muchos años sin poderse levantar de allí, con el cuerpo a lo menos, que con el alma por momentos pisaba sobre las estrellas, teniendo más arriba sus pensamientos y conversación. Una noche de la santa Resurrección le vino un extremado deseo de hallarse con sus hermanas y señoras en la celebración de tan alegre solemnidad; quedose sola, y al punto que en el coro comenzaban el invitatorio de los Maitines: ''Surrexit Dominus verè, Alleluya'', entraron cuatro mancebos hermosísimos vestidos de blanco, con la librea de la fiesta y recamados de luz y resplandores, y, haciendo coro de aquella humilde celdilla, se le cantaron todo con un son o tono tan acordado que en el entretanto la perlática estuvo como en la gloria; y cuando ella no revelara este favor (contábalo con suma sinceridad), el olor y [508] suavidad que allí dejaron los músicos que cantaron a cuatro bastaba a publicarlo, porque fue extremado tan bueno como el motete, y más largo, porque duró muchos días. De allí a pocos pasó la santa desta vida por que no se hallaba sin tan buena música; al punto de su tránsito se vieron muestras harto suficientes que su alma fue derecha tras ellos. […] | ||
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+ | === Notas === | ||
− | + | ''[1]'' Figura en el texto como Capítulo LI pero debería ser el LII, debido al error señalado en la edición de la vida impresa de María de Ajofrín por Sigüenza, pues repite el número de capítulo XLIV. |
Revisión actual del 18:04 31 ene 2024
Nombre | Magdalena de la Cruz |
Orden | Jerónimas |
Títulos | Beata del Convento de San Pablo de Toledo |
Fecha de nacimiento | Hacia 1430 |
Lugar de nacimiento | Norte de África |
Lugar de fallecimiento | Toledo |
Contenido
Vida impresa
Ed. de Lara Marchante Fuente; fecha de edición: mayo de 2018; fecha de modificación: junio de 2023.
Fuente
- Sigüenza, Fray José de, 1605. “Libro Segundo de la Tercera parte de la Historia de la Orden de San Jerónimo”, Tercera Parte de la Historia de la Orden de San Jerónimo, doctor de la Iglesia, dirigida al Rey, Nuestro Señor, Don Felipe III. Madrid: Imprenta Real, 505, 507-508.
Contexto material del impreso Tercera Parte de la Historia de la Orden de San Jerónimo, doctor de la Iglesia, dirigida al Rey, Nuestro Señor, Don Felipe III.
Criterios de edición
Para facilitar su lectura, esta edición moderniza el texto en aquellos puntos que no suponen una pérdida de los valores fonéticos, léxicos y sintácticos del periodo y conserva la morfología de las palabras con interés morfológico o fonológico o por tratarse de cultismos (como agora, ansí, monesterio, recebir, redemptor u obscuro).
Se adaptan, por tanto, las grafías a las normas de ortografía vigentes (sibilantes, b/u/v, j/g, chr/cr, qu/cu, empleo de h, etc.) y a la acentuación y puntuación de las normas gramaticales actuales. Igualmente, el uso de las mayúsculas y minúsculas respeta los criterios presentes del español, si bien se mantienen las mayúsculas como signos de respeto o de diferenciación con la palabra escrita en minúscula (Cielo, Esposo, Señor, Profeta, Reina del Cielo).
También se introducen las comillas para delimitar las intervenciones dialógicas de los personajes y se subsanan las erratas evidentes. En este sentido, conviene apuntar que, dentro de esta edición y en base a sus particularidades, se han incluido notas al pie en las que se especifican y desarrollan algunas ideas o palabras del texto impreso original.
Vida de Magdalena de la Cruz
CAPÍTULO LI [1]
[505] De otras muchas siervas de Dios que han florecido con gran ejemplo en el mismo Convento de San Pablo
[507] […] Magdalena de la Cruz fue de nación africana, mora de ley, cautiváronla siendo ya mujer hecha, fue esclava de doña Teresa de Guevara: en su casa vino al conocimiento de nuestra fe, que esto se ganó por encontrar tal señora. Bautizose, y asentole tan bien la ley de Cristo que, cuando doña Teresa se determinó a dejar el mundo, la llevó consigo, no ya por esclava, sino por hermana y compañera de sus santos propósitos, entendiendo que no es Dios aceptador de personas, sino que recibe a cuantos le reciben y temen sus mandamientos, ni hay en el distinción de judío, griego, árabe o gentil, rico y abundante para cuantos le llaman y desean.
Cuando hicieron profesión las beatas la hizo ella, y supo agradecer tan bien los beneficios que había recebido del Señor que de noche ni de día no pensaba en otra cosa sino en cómo servirle y responder con algo de su parte. Ejercitose siempre en obras humildes, y ninguna tan humilde en el convento que no le pareciese que para con ella era sino de altísima dignidad, juzgándose por indigna de poner su boca donde ponían sus pies. Quiso el Señor, para que se viese mejor la alteza o la fineza de su paciencia y sufrimiento, visitarla con una grave perlesía; estuvo tendida en la cama muchos años sin poderse levantar de allí, con el cuerpo a lo menos, que con el alma por momentos pisaba sobre las estrellas, teniendo más arriba sus pensamientos y conversación. Una noche de la santa Resurrección le vino un extremado deseo de hallarse con sus hermanas y señoras en la celebración de tan alegre solemnidad; quedose sola, y al punto que en el coro comenzaban el invitatorio de los Maitines: Surrexit Dominus verè, Alleluya, entraron cuatro mancebos hermosísimos vestidos de blanco, con la librea de la fiesta y recamados de luz y resplandores, y, haciendo coro de aquella humilde celdilla, se le cantaron todo con un son o tono tan acordado que en el entretanto la perlática estuvo como en la gloria; y cuando ella no revelara este favor (contábalo con suma sinceridad), el olor y [508] suavidad que allí dejaron los músicos que cantaron a cuatro bastaba a publicarlo, porque fue extremado tan bueno como el motete, y más largo, porque duró muchos días. De allí a pocos pasó la santa desta vida por que no se hallaba sin tan buena música; al punto de su tránsito se vieron muestras harto suficientes que su alma fue derecha tras ellos. […]
Notas
[1] Figura en el texto como Capítulo LI pero debería ser el LII, debido al error señalado en la edición de la vida impresa de María de Ajofrín por Sigüenza, pues repite el número de capítulo XLIV.