Leonor de Cisneros

De Catálogo de Santas Vivas
Revisión del 16:13 22 mar 2024 de Anaritasoares (discusión | contribuciones) (Fuente)
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Saltar a: navegación, buscar
Leonor de Cisneros
Nombre Leonor de Cisneros
Orden Dominicas
Títulos Priora del convento de Santi Espíritus de Benavente
Fecha de nacimiento ¿Siglo XV?
Fecha de fallecimiento ¿Siglo XV?
Lugar de nacimiento ¿Benavente?
Lugar de fallecimiento Benavente

Vida impresa

Ed. de Bárbara Arango Serrano y Borja Gama de Cossío; fecha de edición: octubre de 2023.

Fuente

Juan López, 1613. Tercera parte de la historia general de Santo Domingo, y de su orden de predicadores. Valladolid: Francisco Fernández de Córdoba. (Fuente: Imagen propiedad de la Universidad Complutense de Madrid. CC BY 4.0 [Digitalizado por Google])
  • López, Juan, 1613. “Libro primero de la tercera parte de la historia general de Santo Domingo”, Tercera parte de la historia general de Santo Domingo, y de su orden de predicadores. Valladolid: Francisco Fernández de Córdoba, 336-337.

Contexto material del impreso Tercera parte de la historia general de Santo Domingo, y de su orden de predicadores.

Criterios de edición

Esta crónica está escrita por Juan López, obispo en la ciudad italiana de Monopoli. En la tercera parte se incluye la vida de santos de la orden, se aborda la fundación de los diferentes conventos en los dos primeros siglos de los dominicos en Castilla y se añade la vida de destacadas religiosas, aunque se hace referencia también a las religiosas que viven en las fundaciones hasta la publicación de la crónica en los conventos fundados.

Aquí nos encargamos de las religiosas que viven en los siglos XV-XVI cuyo foco de actuación es anterior a 1560 (aunque mueran después de esta fecha), es decir, antes del auge de Santa Teresa. Se adoptan los criterios de edición de vidas impresas estipulados en el Catálogo: se moderniza la ortografía (b/u/v, j/g, chr/cr, qu/cu, empleo de h, etc.) y se eliminan las consonantes geminadas. Además, se expanden las abreviaturas, aunque algunas como N. S. (Nuestro Señor) o N. P. S. (Nuestro Padre Santo) se respetan en el texto. El uso de mayúsculas y minúsculas se moderniza y se adaptan las normas acentuales a sus usos actuales. Finalmente, se moderniza también la puntuación, la acentuación y el uso de aglomerados.

Vida de Leonor de Cisneros

[334]

Capítulo LXXIX

De la fundación del convento de monjas de Santi Espíritus de Benavente

[…] [336] […] Con los ejemplos de tantas siervas de Dios, aprendió la madre Leonor de Cisneros tan gran perfección que la hizo Dios maestra de sus compañeras. Desde que entró en el monasterio, comenzó el estudio de los santos ejercicios y la imitación de su glorioso Padre Santo Domingo, como oía que lo había hecho el gran predicador San Vicente Ferrer. En todos los ejercicios de mortificación era muy puntual, en abstinencias, en perpetuos ayunos y general observancia de todas las cosas que profesó. Recogíase mucho, teniendo este santo silencio por buena parte del aprovechamiento de los religiosos. Acudía a la oración, al coro, a los oficios divinos, que en esto pasaba la mayor parte de la vida. Tomaba cada día tres disciplinas, una por sí y por los pecadores que, olvidados de su salud, no echan de ver el miserable estado en que están. Usó siempre la lana en la cama y en el vestido, acompañándola con un cilicio, con malas comidas y mucho pan y agua. Acudía a las necesidades del convento y de los pobres y, para esto, quitaba de su boca la comida, aunque era muy poca y muy pobre. Fue priora de su convento con gran ejemplo y con mucha edificación de las monjas, muy apacible con todas, aunque rigurosa con las flojas y tibias (que [337] siempre hay detrás algunas en los monasterios), gran regaladora de las virtuosas. Su vida y sus ejercicios eran tales que, aguijado de infernal rabia Satanás, inventaba varías persecuciones visiblemente, y, con la virtud y aliento que Dios la daba, respondía al demonio palabras: “Maldito, miserable, flaco, no puedes ni podrás contra las que sirven a Dios, aunque más flacas seamos e indignas de recibir socorro del Cielo”. Diola Dios una muerte tan preciosa que, entrando en aquella hora una seglar, su amiga, en el dormitorio donde murió, la halló tan llena de luz y claridad del Cielo que conoció lo mucho que Dios estimaba a su sierva.