María de la Asunción

De Catálogo de Santas Vivas
Revisión del 12:01 21 ago 2020 de Anaritasoares (discusión | contribuciones) (Vida manuscrita (1))
Saltar a: navegación, buscar
María de Silva
Nombre María de Silva
Orden Dominicas
Títulos Priora del Convento de Aldeanueva de la Cruz
Fecha de nacimiento Finales del siglo XV
Fecha de fallecimiento Tras 1565
Lugar de nacimiento Aldeanueva, Ávila, España
Lugar de fallecimiento Aldeanueva, Ávila, España

Vida manuscrita (1)

Ed. de Rebeca Sanmartín Bastida; fecha de edición: agosto de 2020.

Fuente

  • “Relaçión de la fundaçión de esta casa y de las cosas memorables que en él á havido”. Ms. perteneciente al Archivo conventual de Mosén Rubí, Ávila, fols. 1r-1v, 4v-5r, 8r-8v.

Criterios de edición

Se trata de un manuscrito de la primera mitad del siglo XVII (datación entre 1607 y 1636), con copia en el Archivo General de la Orden de Predicadores de Roma (AGOP), fechada en 1688. Se editan solo los folios que se refieren a la vida de María de la Asunción.

Los criterios de edición que se han seguido son conservadores ya que se trata de un testimonio que quizás bebe de fuentes más primitivas; además hablamos de la primera versión de la relación de la fundación de Aldeanueva, que luego será ampliada sucesivamente en manuscritos posteriores (que se editarán en este Catálogo). Así, se respetan todas las grafías, incluidas la variación de v/b, i/y y las sibilantes; y se conserva el uso o ausencia de la –h, sea o no etimológico (acentuamos la vocal a con función verbal). Se regulariza, en cambio la variación u/v con función vocálica y consonántica de acuerdo a los usos actuales. Se han desarrollado las abreviaturas. Acentuamos las palabras y empleamos las mayúsculas de acuerdo a la norma ortográfica actual. Finalmente, la puntuación procede de la editora pero la separación de los párrafos es del manuscrito.

Vida de María de la Asunción

[Fol. 1r] Relaçión de la fundaçión de esta casa y de las cosas memorables que en él a havido

La primera fundadora de este convento de Santa Cruz de la Magdalena de Aldeanueba fue natural de la çiudad de Ávila, de los Paniaguas de la dicha çiudad de parte de padre, el qual se casó con una muger natural de este lugar de Aldeanueba, de gente honrrada, aunque pobre y humilde. Eran tres hermanas donçellas güérfanas de padre y madre, a las quales les dio Dios su espíritu de fundar este monasterio en su propia casa […] [fol. 1v] […]

En el prinçipio del edifiçio, quando se enpeçó acabar para haçer los çimientos, la primera piedra que se sacó hallaron que estaba en cruz, y tantas quantes veçes la partieron los çircunstantes haçiendo misterio del caso salía siempre cruz, y tomando esto por raçón, acordaron que se llamase el Convento de Santa Cruz, y de los que estaban presentes fue el primero que echó una joya de oro en la çanja del edifiçio el Conde de Nieba, el qual edifiçio se empeçó a haçer el año de mil y quinientos y quatro a treçe de septiembre, víspera de la Exaltaçión de la Cruz, y pónese la fundaçión año de mil y quinientos y siete, víspera de Nuestra Señora de la Asunçión, por ser el primer día que en el nuebo edifiçio se hiço el ofiçio divino, y este día tomaron de mano de la dicha María de Santo Domingo, fundadora, el hábito en la dicha casa sus dos hermanas, la madre María de la Asunçión, y la madre María de los Santos.

[Fol. 4v] […] Por muerte de la dicha fundadora suçedió en el ofiçio de priora su hermana María de la Asunçión, la qual fue tan santa como su hermana; fue priora más de treinta años. Era muy observante en el silençio toda la noche o la mayor parte se le yba en oraçión, no comía al día más de una vez, no çenaba ni hacía colaçión, nunca comió carne en todo tienpo que tubo el hábito, echábase de ver [fol. 5r] su santidad en las pesadas burlas que el demonio la haçía, echándola algunas veçes por las escaleras abajo; tuvo muchas persecuçiones, en particular algunas emulaçiones y enbidias entre sus conpañeras. La muerte fue como la vida y así está en opinión de santa [1].

La otra terçera hermana llamada María de los Santos vivió y murió muy santamente, y están todas tres hermanas enterradas a la puerta del refitorio. Tiene una grande piedra labrada ençima de la sepultura; el darles este entierro fue su mucha humildad, y así lo pidió a las demás religiosas. […]

[Fol. 8r] […] Quemose este convento el año de mil y quinientos y sesenta y çinco, a diez y ocho de septiembre, día de los mártyres San Cornelio y San Çipriano. Enprendiose el fuego a las doçe de la noche, en una casa de labor baja, encima de la qual estaba el quarto de las enfermas, donde avía más de quarenta. Fue Dios servido se ubiesen quedado dos religiosas en oraçión asta aquella ora, sin aver otra ninguna por recoger, aviendo en el convento treçientas monjas en aquella saçón. Estas dos religiosas, por el humo grande que vieron, [fol. 8v] sacaron el fuego […]. En estos tienpos tan calamitosos era priora del convento la madre María de la Asunçión, hermana [2] de la fundadora de buena memoria, la qual puso toda su diligençia y cuidado en que se bolbiese a reedificar el convento en este propio sitio adonde avía pereçido, siendo verdad que los señores Duques de Alva la ofreçieron el Palacio y cassa tan ynsigne que tienen en Villa del Barco para que en él se hiçiese monasterio. […].

Notas

[1] Al margen escriben: “muere con opinión de santa”.

[2] Palabra repetida.

Vida manuscrita (2)

Ed. de Rebeca Sanmartín Bastida; fecha de edición: agosto de 2020.

Fuente

  • “Fundación de este convento”, en Libro de becerro adonde están asentados todos los propios, y rentas, de beneficios…, el qual se hizo en el mes de junio, año de 1721, fols. 1r-4r, 9r-9v, 13v-14r. Ms. del Archivo Histórico Nacional, secc. Clero, libro Becerro, sig. 445, Aldeanueva de las Monjas.

Criterios de edición

El libro becerro de donde se extrae esta vida es un manuscrito datado en 1721 que incluye una copia del original de la segunda relación de la fundación de Aldeanueva, de 1709 (el original podría ser un manuscrito que se conserva en el monasterio de Mosén Rubí, de Ávila, un poco deteriorado, con la misma relación de la fundación); es pues, posterior a la Vida manuscrita (1), que considero parte de la primera relación que se conserva de la fundación del convento. Por esta razón, esta copia de la segunda relación se moderniza en puntuación y ortografía de acuerdo a los criterios actuales y siguiendo en general las normas de edición de vidas impresas. Es decir, se ha intentado que la modernización gráfica de este texto no suponga una importante pérdida de los valores fonéticos, léxicos y sintácticos de la época en cuestión. Por ello, aunque se modernizan sibilantes, la alternancia b/v, i/y, qu/cu, empleo de la h, simplificación de consonantes geminadas, etc.), se respeta la morfología de las palabras con interés histórico morfológico o fonológico y se respetan cultismos. Los grupos mp, mb/mv se actualizan a np, nb/nv (en el caso de “Assumpción” se elimina la p) y se contraen a el, de el (excepto cuando el artículo es parte del nombre de una comarca), que aparecen indistintamente juntos o separados.

Estos folios, insertos en la segunda relación de la fundación de Aldeanueva, se contienen también en un manuscrito del monasterio de Mosén Rubí, como se ha señalado (seguramente la original, en todo caso también del siglo XVIII), y en otra copia moderna de hacia 1923 o 1928 conservada en el convento susodicho.

Vida de María de la Asunción

[Fol. 1r] Nisi Dominus ædificaverit domum in vanum laboraverunt, qui ædificant eam [1]. […]

[fol. 1v] […] Parece que para decir de la fundación de este convento se ha de y debe tratar de su fundadora en primer lugar, por ser el primero instrumento que tomó el Altísimo para dicha obra. Y así se dice fue natural nuestra fundadora de la ciudad de Ávila, hija de un caballero de la ilustre y esclarecida familia de los Paniaguas de dicha ciudad, y aunque se ignora su nombre, se tiene por constante casó en el lugar de Aldeanueva, aldea de la jurisdicción de la villa del Barco, con labradora de una de las familias honradas de bueno y limpio linaje de dicho lugar, aunque pobre, y por su virtud humilde; haciéndose más feliz y dichoso este casamiento con la buena descendencia que en él tuvieron de tres hijas, siendo la primogénita nuestra venerable fundadora, que se llamó María, llevándose el renombre de Santo Domingo; la segunda, María de la Asunción; y la tercera, María de los Santos, a las cuales infundió Dios su especialísimo espíritu de fundar este monasterio en su propia casa. […] [fol. 2v] […] Muertos los padres de nuestra fundadora, ella y sus dos hermanas se aplicaron a enseñar y adoctrinar niñas de la comarca, instruyéndolas en toda buena doctrina cristiana, santo temor de Dios y buena aplicación a las virtudes, con tanto provecho de las discípulas y buen ejemplo de los más distantes que no se tenía por dichoso el que no ponía sus hijas debajo de la educación y buena enseñanza de la madre Sor [fol. 3r] María y sus dos hermanas, trascendiendo tanto el buen olor de su vida virtuosa que no solo las traían discípulas de los lugares circunvencinos, sino es de muy distantes, y de familias muy ilustres. […]

Asis- [fol. 3v] tida, pues, nuestra venerable señora de tan pías voluntades, conducidas de la de Nuestro Criador, dio principio a la gran fundación de dicho convento de Aldeanueva, Orden del glorioso Patriarcha Sancto Domingo, día trece de septiembre de mil quinientos y cuatro, víspera de la Exaltación de la Cruz, sin duda influido por el Divino Artífice por misteriosa elección de semejante día para semejante principio. Pues en él subcedió, hallándose presentes dichos señores duques y condes, el mayor prodigio y portentoso milagro, como es que la primera piedra que se sacó para hacer los cimientos se halló y vieron estar en forma de cruz, y tantas cuantas veces se partía, tantas se encontraba la mesma gloriosa señal de nuestra Redempción, por lo cual fue preciso, y como consiguiente a tal maravilla de tan gran misterio, intitular, como hoy se intitula a este convento, con el precioso renombre de Santa Cruz de la Magdalena. Y aunque su fundación se pone “Víspera de Nuestra Señora de la Asunción del año del Nacimiento del Señor” es porque en este día fue la primera celebración que en este convento se hizo de los divinos oficios. Refiérese también que de los señores que se hallaron presentes a ver principiar dicha obra, y a vista de tan milagroso caso como va expresado fue el primero, que echó una joya de oro en la zanja del edificio el Conde de Nieva.

[Fol. 4r] En el referido día de la víspera de Nuestra Señora de la Asunción que va citado se celebraron los divinos oficios primera vez en este convento, año de mil y quinientos y siete, porque se cuenta desde él su fundación; tomaron de mano de la dicha nuestra venerable fundadora, María de Santo Domingo, el santo hábito en esta santa casa sus dos hermanas, la madre María de la Asunción y la madre María de los Santos, llevándose estas tres hermanas siempre la primacía de fundar y vivir, tomando el santo hábito, en este misterioso convento.

[…] [Fol. 9r] […] Por muerte de la dicha fundadora sucedió en el oficio su hermana María de la Asunción, que fue tan santa como la dicha su hermana, y obtuvo el dicho oficio de priora más de treinta años, siendo muy observante en el silencio. Toda la noche o la mayor parte se le iba en oración, no comía al día más de una vez, no cenaba ni hacía colación, nunca comió carne en todo el tiempo que tuvo el hábito: echábase de ver su santidad en las pesadas burlas que el demonio la hacía, echándola algunas veces por las escaleras abajo; tuvo muchas persecuciones, en particular algunas emulaciones y envidias entre sus compañeras. La muerte fue como [2] [fol. 9v] la vida, y así está en opinión de santa.

La otra tercera hermana de nuestra fundadora, llamada María de los Santos, vivió y murió muy santamente, y están todas tres hermanas enterradas a la puerta del refiptorio, tiene una grande piedra labrada encima de la sepultura. El darles este entierro fue su mucha humildad y así lo pidió a las demás religiosas. […]

[Fol. 13v] […] Quemose este convento el año de mil y quinientos sesenta y cinco a diez y ocho de septiembre, día de los mártires San Cornelio y San Cipriano; emprendiose el fuego a las doce de la noche en una casa de labor baja, enzima de la cual estaba el cuarto de las enfermas, donde había más de cuarenta. Fue Dios servido se hubiesen quedado dos religiosas en oración hasta aquella ora, sin haber otra ninguna por recoger, habiendo en el convento trescientas monjas en aquella sazón. Estas dos religiosas, por el humo grande que vieron, sacaron el fuego […]. [Fol. 14r] […] En estos tiempos tan calamitosos era priora de este convento la Madre María de la Asunción, hermana de la fundadora de buena memoria, la cual puso toda su diligencia y cuidado en que se volviese a reedificar el convento en este propio sitio adonde había perecido, siendo verdad que los señores Duques de Alba la ofrecieron el Palacio y casa tan insigne que tienen en la Villa de El Barco, para que en él se hiciese monasterio […].

Notas

[1] Salmos, 127: “Si Jehová no edifica la casa,/ en vano trabajan los que la edifican”.

[2] En el margen se lee: “murió en opinion de santa”.