Cambios

Saltar a: navegación, buscar

Juana de la Cruz

14 bytes eliminados, 17:23 4 jul 2019
m
Capítulo VI
===Capítulo VI===
'''De cómo esta bienabenturada estuvo un tiempo muda antes que le fuese dada la graçia de hablar el spíritu Spíritu por su lengua'''
Como esta sancta virgen tuviese por dos años la graçia de elevarse −esto se entiende público, antes que tuviese la habla del Señor por su lengua− en este tiempo hera muy importunada de personas spirituales, que le dixese y contase algo de sus revelaçiones y cosas que Dios le mostrava, así de gozos çelestiales como de penas de purgatorioPurgatorio; de lo qual esta resçivía muy gran pena y fatiga por quanto hera muy severa [fol. 32v] en las cosas que Dios le mostraba, e porque resçivía mucha pesadumbre de ser tan ymportunada y molestada, así de las personas de fuera como de las religiosas de la casa, a causa de la graçia que Dios le dava.
Quiriendo Él mesmo haçer esta misericordia, primero que hablase el Spíritu Sancto en ella en persona del Hijo de Dios, y esto que ella no lo sintiese ni supiese, sino estando en rapto de sus sentidos arrevatado su spíritu, adonde Dios le quería poner, tuvo por bien el mesmo Señor de quitarle súpitamente su habla, e tornarla a deshora muda, que ninguna cosa podía hablar si no hera por señas. E quando el Señor la enmudeçió, primero la habló en spíritu, y le dixo: “Guarda mi secreto, e no hables, que yo hablaré”. En lo qual dio a entender su Divina Magestad que Él mesmo, por su humildad, con el amor que tiene a las ánimas, las quería hablar e revelar algunos secretos e muy grandes maravillas de los que a ella preguntavan, y aún aun muchos más, como su Divina Magestad lo hiço. Quando las religiosas la vieron tornar de la elevaçión así muda, que ninguna cosa les podía hablar, maravilláronse mucho. E por entonzes no pudo alcançar a saver por qué havía permitido Nuestro Señor aquella penitençia sobre ella. Y en tanto que stuvo muda, la puso Nuestro Señor en estado de tanta ynocençia, que no pareçía sino niña; esto en quanto las cosas de esta vida. E desde algunos días y meses, estando elevada en contemplaçión, como solía, vido al Niño Jesús, Señor Dios nuestro, e gozándose ella mucho con él, suplicole la sanase. Y ella habló a manera de niño, según se le havía mostrado, y metiéndole sus sacratíssimos dedos en la boca della, díxole: “Por eso te havía enmudeçido, porque quería yo hablar primero. E aunque te sano, guárdame mi secreto. E algo di, e algo calla de lo que yo te mostrare”. E quando tornó de la elevaçión e rapto, a deshora vino sana con su habla, como de primoprimero. Y dende a pocos días, hablava por la boca della el Spíritu Sancto, y deçía secretos y eselençias [fol. 33r] maravillosas.
Hera esta sancta virgen muy ynclinada a servir e haçer piedad a los enfermos. E havía en el monasterio una enferma que estava en la enfermería, [¿hetría?] e algo penosa, y asquerosa, e serbíala esta bienabenturada quando sus elevaçiones le davan lugar. E llevándole una vez el servidor, olía muy mal. Y ella huvo asco, y empeçó a dar arcadas, y enojándose contra sí mesma e reprehendiéndose con el pensamiento he palabras, metió la caveza dentro en él, e resçivió por la boca e nariz el mal olor. Y andando más adelante con el bazín, llevándole al lugar donde le havía de alimpiar, tornó a haver muy grande asco, e moviéndosele el estómago, dio muchas arcadas como primo primero las havía dado. Y quiriendo vençer esta tentaçión, esforçose e tomó con la caveza a resçivir del hedor de lo que estava dentro del servidor. Y assí vençió muy poderosamente aquella tentaçión.
Vino a esta bienaventurada una religiosa con mucho frío y dolor de estómago, y díxole: “Señora, por la caridad, que pidáys para vos un trago de vino, diziendo que lo havéys menester por algún dolor que tenéys, y dármelo heys a mí, que traygo gran dolor del estómago, e no lo oso pedir”. Ella dixo que sí haría, e considerando en su coraçón que dezir tenía dolor de estómago por entonçes que no dizía verdad, e dexarlo de pedir hera falta de charidad, supplicó a Nuestro Señor, porque ella pudiese dezir verdad y la religiosa resçiviese refrigerio en su neçessidad, le diese a ella dolor de estómago por algún rato. Y el poderoso Dios le conçedió su petiçión, que le dio dolor en el estómago, y ansí pidió el vino con verdad, e diolo a la religiosa que se lo havía pedido.
El abbadesa y monjas del monasterio en que esta bienaventurada morava tenían desseo le dixese cómo llamavan a su sancto Ángelángel, e preguntádoselo, respondió, diziendo: “Yo tengo el mesmo desseo, e muchas veçes se lo he suplicado, y a me respondió ame respondido que no hay ay neçessidad de saber saver su nombre señalado, mas de quanto se llama ángel de Dios y spíritu çelestial”. Y el abbadesa y monjas la tornaron a ymportunar, que no çesase de suplicar le dixese su nombre, porque le tuviesen en memoria e hiçiesen muy señalados serviçios [fol. 33v] e conmemoraçión. E desque le tornó a ver, suplicole le dixese su nombre, que el abbadesa y monjas se lo suplicavan porque le querían hazer señalado serviçio. Y el sancto ángel se escusó como primoprimero, diziendo se llamava ángel de Dios, y spíritu çelestial y bienaventurado. E de que vido esto esta sancta virgen, supplicó a la Emperadora de los Çielos le alcançase esta virtud que ella supiese el nombre señalado de su sancto ángel. E la Soberana Emperadora se lo otorgó luego. E para esto llamó luego al alto seraphín Sant Gabriel, y díxole: “Ven acá, Gabriel, llámame a Laurel [¿aureum?]Aureum. E obedesçiendo sant Gabriel al mandamiento de la Madre de Dios y Señora Nuestra, fue luego, e llamó a este sancto ángel, que estava junto con esta bienaventurada su ánima, y díxole: “Señor Sant Laurel aureumAureum, andad acá, que os llama la Reyna Nuestra Señora”. Y él obedeçió de hinojos, e a deshora voló en alto, e fue a ver lo que le mandava. Y assí conoçió esta bienabenturada que hera su sancto ángel aquel que llamavan aquel nombre. Y quando el sancto ángel bolvió donde ella estava, díxole con mucho gozo: “Señor, ya he savido vuestro nombre. Aunque vuestra hermosura nunca me lo a querido dezir, mi Señora, la Reyna de los Çielos, me a hecho esta virtud, que me encomendé yo a su clemençia y otorgó mi petiçión”. E de que tornó en sus sentidos, dixo con mucho lo que le havía aconteçido, e de qué manera havía savido el nombre de su sancto ángel. E díxosele a las religiosas, y ellas se goçaron mucho e dieron graçias a Dios, e tenían muy gran devoción a este sancto ángel, y encomendávanse a él en todas sus tribulaçiones spirituales, y él las socorría e ayudava e favoreçía e suplicava a la Divina Magestad por sus ánimas e petiçiones.
E de que tornó a ver a su sancto ángel, díxole: “Señor, allá he dicho a mis hermanas vuestro nombre, y anse goçado mucho con él”. Y él respondió: “Ya lo sé, mas no me saven nombrar, que algunas me llaman Laurel y me haçen árbol, mas no yerran mucho en ello, que la sustançia de mi nombre casi eso quiere dezir, que ansí soy yo por la voluntad del muy alto reverdeçedor de ánimas e amperador de los que devajo de sus alas e de las mías se pusieren, e de los que mi nombre con devoçión e amor ynvocasen”.
Estando esta bien- [fol. 34r] abenturada arrobada en contemplaçión un día de la bienaventurada Sancta sancta Bárbara, entre otras muchas cosas çelestiales que el Señor tuvo por bien de le mostrar, vido que pasavan por donde ella estava a sancta Bárbara. Y viéndola ella, llamola, e suplicole que se llegase a ella. E la sancta Bárbara se llegó, e la habló muy dulçemente. E la sancta Juana de la Cruz la pregunta: “Señora, ¿por qué tray vuestra hermosura tan rico, preçioso e resplandeçiente collar a su garganta?”. Sancta Bárbara le respondió que su esposo Jesuchristo se le havía dado porque la havían degollado por su amor. Ansímesmo le dixo: “O, señora mía, qué hermosa palma es esa que traéys en la mano, e cómo resplandeçen esas letras de oro que están scriptas en las hojas, en las qualas viene scripto vuestro nombre preçioso e vuestra sancta vida y martirio. Y bien savéys vos, mi señora, quánto soys mi señora, e quánto os quiero”. E la señora Sancta sancta Bárbara le respondió: “Ya lo sé, y así te tengo yo por devota e amiga, e rogué a Dios que os diese esa graçia que ahora tienes”. Y çesando de hablar con la Sancta Bárbara, a deshora llegó a ella un niño, de los chiquitos de teta que se va al çielo después de su muerte por sola la passión de Nuestro Señor Jesuchristo e virtud del sancto baptismo, el qual niño la dixo: “Otra vez te he hablado, y te dixe que dixeses a mi madre que castigue a sus hijos dende chicos, y también quando grandes; si no, que lo pagará delante de Dios, e le será demandada estrecha cuenta. E yo doy graçias a Dios, que me truxo a este reyno en mi niñez, que si llegara a ser grande, por mis peccados e mal recogimiento, de mi madre no me salvara. E por eso te ruego que tú se lo digas”. Entonçes, esta bienaventurada respondió a este niño: “Ni sé quién es tu madre, ni la conozco, ni adónde mora ni tampoco. Aunque lo supiese e lo quisiese deçir, no me crehería”. El niño le respondió: “Díselo tú, que yo te diré çierta cosa señalada, secreta de su ánima, que no lo save sino Dios y ella, que lo hiço. Y dile tú que se enmiende dello, e con esto te creherá. Y di que su hijo chiquito que se le finó te lo dixo, el amonesto y consejo. E mi madre se llama fulana, y es muger de fulano, e bibe en tal lugar”. E así le señaló y le dixo quién hera su madre y dónde morava. E quando esta sancta virgen tuvo lugar e dipusiçión, mandó llamar a esta muger, y hablóla en secreto, y díxole lo que su hijo chiquito, que estava en el Çielo, le avía encomendado. E la muger lo creyó muy bien, por las señas que esta sancta bendita le dio e por las verdaderas palabras que le dixo. E dende adelante fue [fol. 34v] aquella muger muy su amiga, y la visitava muchas vezes, y estava a todo lo que le aconsejava e corregía.
Dezía esta bienabenturada que anda muy enjoyadosY çesando de hablar con la sancta Bárbara, e adornados e señaladosa deshora llegó a ella un niño, de los bienabenturados chiquitos de teta que se va al Çielo después de su muerte por sola la corte çelestial, assí los sanctos del testamento nuevo como del viejo, Passión de las armas Nuestro Señor Jesuchristo e ynsignias virtud del Redentor e sancto baptismo, el qual niño la dixo: “Otra vez te he hablado, y te dixe que dixeses a mi madre que castigue a sus hijos dende chicos, y también quando grandes; si no, que lo pagará delante de su sagrada passiónDios, e de su sancta madrele será demandada estrecha cuenta. E yo doy graçias a Dios, Nuestra Señora; que traýan sanctos apóstoles y mártiresme truxo a este reyno en mi niñez, junto con estas armasque si llegara a ser grande, cada uno su martirio por divisa, bordado en sus bestiduras mis peccados e pendones y estandartesmal recogimiento de mi madre no me salvara. E los sanctos de por eso te ruego que tú se lo digas”. Entonçes, esta bienaventurada respondió a este niño: “Ni sé quién es tu madre, ni la ley viejaconozco, dezíani adónde mora, andan señalados ni tampoco aunque lo supiese e bordados en sus bestiduras çiertas figuras lo quisiese deçir no me crehería”. El niño le respondió: “Díselo tú, que en tiempos les dio el poderoso Dios en figura del Redemptoryo te diré çierta cosa señalada, y secreta de [¿cómo?] havía de venir a los redimir. Dezía su ánima, que traýanno lo save sino Dios y ella, unos el altar nuevo que Dios les mandó edificarlo hiço. Y dile tú que se enmiende dello, e otros el carnero con esto te creherá. Y di que Abraham sacrificó en lugar de Ysac, su hijo; e otros chiquito que se le finó te lo dixo, el poço amonesto y consejo. E mi madre se llama fulana, y es muger de Jacob; e otrosfulano, la çarça de Moysem; e otros, la verga de Harón; bibe en tal lugar”. E así le señaló y le dixo quién hera su madre y dónde morava. E quando esta sancta virgen tuvo lugar e otrosdipusiçión, la serpiente que el Señor mandó alçar llamar a esta muger, y hablola en el desierto; e otros el arca de la sancta sanctorum; e otrossecreto, los tres ángeles y díxole lo que vido Abraham quando dixo su hijo chiquito, que havía visto tresestava en el Çielo, e adornado uno; e otros le avía encomendado. E la Virgen con el niño en braçosmuger lo creyó muy bien, según les fue profetiçado por las señas que la Virgen havía de conçebir e parir hijo; esta sancta bendita le dio e por las verdaderas palabras que le dixo. E dende adelante fue [fol. 34v] aquella muger muy su amiga, y la escalera de Jacob; e otros, otras visitava muchas figuras del tiempo antiguovezes, según el tribu y estava a todo lo que le aconsejava e generaçión que es cada unocorregía.
Deçía Dezía esta bienabenturada que todas aquellas figuras hermosean andan muy enjoyados, e adornados e adornan a todos señalados, los bienabenturados de la corte çelestial, assí los que sobre sí las traensanctos del testamento nuevo como del viejo, en memoria de las sagradas maravillas armas e ynsignias del Redentor e beneffiçios de su sagrada Passión, e de su sancta madre, Nuestra Señora; que el poderoso Dios les hiçotraýan sanctos apóstoles y mártires, junto con estas armas, cada uno su martirio por divisa, bordado en sus bestiduras e pendones y estandartes. E otras los sanctos de las ánimas christianas la ley vieja, dezía, andan señalados e bordados en sus bestiduras çiertas figuras que están en tiempos les dio el Çielo muy gloriosas, dezía traen poderoso Dios en sus vestidosfigura del Redemptor, por divisay de comienzos havía de venir a los redimir. Dezía que traýan, algunas unos el cáliz con el Sanctíssimo Sacramentoaltar nuevo que Dios les mandó edificar, muy ricamente bordado; e otros las llaves del señor Sant Pedro, el carnero que significa la perfeta confesión e sancta absoluciónAbraham sacrificó en lugar de Ysac, su hijo; e ricos thesoros otros el poço de la sancta madre YglesiaJacob; e otros , la pila del sancto baptismoçarça de Moysem; e otros, las crismeras del sancto olio la verga de la crisma Harón; e unçión. E assí dezía que vía a todos los cortesanos çelestiales con diversos motes y figuras del poderoso Dios e de otros, la dulçíssima Virgen María, su madre, y serpiente que su sancto ángel le declarava e deçía por qué, para qué traýan los bienabenturados cada una de estas figuras o empresas, las quales ella no declarava ni dezía. Hablando el Señor por la boca de esta bienaventurada, la llamava [fol. 35r] algunas vezes por su nombre, diziéndole “Juanica”, mandó alçar en el desierto; e luego declarava que la llamava este nombre diminutivo porque aún no hera del todo nasçida su ánima otros el arca de su cuerpo, ni naçida perfetamente a luz, que entonzes es digna la persona de nombre entero. Quando después de passada de esta vida el alma, se salva sancta sanctorum; e ba al Çielootros, queda los tres ángeles que, vido Abraham quando muere, si se va al infierno, no se puede a tal dezir naçida, sino abortadadixo que havía visto tres, e no es dina tampoco entonzes de nombre. Algunas vezes adornado uno; e otros la llamava Virgen con el Señor mesmo por niño en braços, según les fue profetiçado que la mesma habla el nombre entero Virgen havía de “Juana”. Dezía su Divina Magestad que la llamava conçebir e dezía este nombre entero de “Juana” porque quería dezir nombre de graçia, parir hijo; e la escalera de conoçer e amar a DiosJacob; e otra alguna vez la llamava “Juana”otros, otras muchas figuras del tiempo antiguo, que deçía según el mesmo Señor tribu e generaçión que quiere deçir graçia, graçiosa, dada de ánimaes cada uno.
Dezía el Señor, quando hablava por la boca de Deçía esta sancta virgen, bienabenturada que quando se diçen todas aquellas figuras hermosean e tratan adornan a todos los misterios que sobre sí las traen, en memoria de la sancta misa, son tan ynumerables las yndulgençias sagradas maravillas e perdones beneffiçios que ganan los que con devoçión y limpieza el poderoso Dios les hiço. E otras de conçiençia los oyen, las ánimas christianas que no ay están en la tierra sentido humano que los pueda numerar ni decirel Çielo muy gloriosas, dezía, traen en sus vestidos por estar allí presençialmente la Magestad de Dios. Deçía divisa algunas el mesmo Dios e Señor que, aunque al parezer de los ojos humanos está puesto cáliz con el Sancto Sanctíssimo Sacramento en altar de barro o de madera, y en los paños, y lienços muy ricamente bordado; e sedasotros las llaves del señor Sant Pedro, e plata e oro que acá le ponen, que también le traen los sanctos ángeles del Çielo yglesia nueva significa la perfeta confesión e altar nuevosancta absolución, y entoldaduras nuevas e frontales, ricos thesoros de la sancta madre Yglesia; e sábanas e corporales, cáliçes e patenas, e todos los aparejos otros la pila del altar he hornamentos nuevos para el prestesancto baptismo; e aún guantes o sandalias para las manosotros, porque las manos crismeras del sancto olio de los sacerdotes, por limpias la crisma e sanas unçión. E assí dezía que sean, por ser humanas, no son dinas de tomar vía a todos los cortesanos çelestiales con diversos motes y figuras del poderoso Dios en ellas, e todas las cosas que acá se ponen en los altaresde la dulçíssima Virgen María, por valerosas e ricas que sean, no son para otra cosa perteneçientes sino [¿paraforos?] de los celestialessu madre, y que traen los ángeles para serviçio de Nuestro Señor. Y aun quando sean dinas las cosas su sancto ángel le declarava e serviçios que los humanos ponen deçía por hornamento en las yglesias y altares de Diosqué, an de ser muy limpias e valerosas, reverençiales; y si tales no son, pudiéndolas poner, el mesmo Dios lo demandara a para qué traýan los bienabenturados cada un ánima que tiene cargo dello, así una de lo mandar como de lo haçer alimpiar.Dezía el Nuestro Señorestas figuras o empresas, quexándose e reprehendiendo a los que diçen que las quales ella no es bien que se ponga oro declarava ni plata, ni brocados ni cosas valedoras en los altares para honra de culto divino, que el mesmo Spíritu Sancto responde a esto, el qual tiene cuydado de tornar por la [fol. 35v] honra de Dios, e dize a quien le perteneçen todas las cosas valerosas limpias e preçiosas, e dulçes ministriles e famosos cantores, e todas cosas que buenas sean, sino a solo Dios, Criador e Haçedor del çielo y de la tierradezía.
Dezía Hablando el Señorpor la boca de esta bienaventurada, a manera de quexa e reprehensión: “Dizen en la tierra los humanos que Dios y llamava [fol. 35r] algunas vezes por su madre quisieron andar pobres e menospreçiados. Es verdadnombre, empero hiziéronlo por dar exemplodiziéndole “Juanica”, y si nos quisimos humillare luego declarava que la llamava este nombre diminutivo porque aún no hera del todo nasçida su ánima de su cuerpo, tanto más son los humanos obligados ni naçida perfetamente a nos ensalçar y servir con las cosas mejores y más preçiadas luz, que tuvierenentonzes es digna la persona de nombre entero. Quando después de passada de esta vida el alma se salva e ba al Çielo, honrar y solemnizar sus sanctos templos e altares”. Pues todos los bienes queda que tenemos los humanos, así spirituales como temporales son suyosquando muere, si se va al Infierno, e no nuestrosse puede a tal dezir naçida, sino abortada, e los alcançamos no es dina tampoco entonzes de nombre. Algunas vezes la llamava el Señor mesmo por ruego e ynterassión la mesma habla el nombre entero de su preçiosa madre Nuestra Señora“Juana”. E por tanto, quiere Dezía su Divina Magestad que la llamava e dezía este nombre entero de “Juana” porque quería dezir nombre de graçia, e de conoçer e le plaçe que con todos sirvamos amar a su preçiosa madre junto con Él, pues se lo debemosDios; e que si no se quisiereon tratar quando estavan en otra alguna vez la tierra, entre sus criaturas, según su estado e dignidad lo mereçíallamava “Juana”, que nosotrosdeçía el mesmo Señor que quiere deçir graçia, que somos sus basallosgraçiosa, so pena dada de la pena, somos obligados a los servir como siervos a señores, e como basallos a reyes, e como criaturas al Criador y madre suya e, si no lo hiçiéremos, o a lo menos todas nuestras fuerças o posibilidad −dezía el Señor− pagaremos en su juyzio divinoánima.
Dezía hablando el Señor, quando hablava por la boca desta bienaventuradade esta sancta virgen, que quando se dize la missa y el sancto evangelio toda persona que presente estava hera obligada a estar muy atenta y en silençio, diçen e tratan los misterios de hinojos y en piela sancta misa, son tan ynumerables las yndulgençias e perdones que ganan los que así como quiere el preste empezar el sancto evangelio, con devoçión y limpieza de conçiençia los ángeles oyen que allí están presentes no ay en la missaTierra sentido humano que los pueda numerar ni deçir, por estar allí presençialmente la Magestad de Dios. Deçía el mesmo Dios e Señor que son muchos, tocan todos juntos las trompetas, hablando con aunque al parezer de los ojos humanosestá puesto el Sancto Sacramento en altar de barro o de madera, diziendo: “Levantaos todos y en pie los paños, y escuchad atentos con mucha devoçiónlienços e sedas, y abrid vuestros coraçonese plata e oro que acá le ponen, que también le traen los sanctos ángeles del Çielo yglesia nueva e orejas altar nuevo, y sentidosentoldaduras nuevas e frontales, para oýr al Señore sábanas e corporales, que quiere hablar; y entended sus maravillas y secretoscáliçes e patenas, que os quiere deçir e descubrir como amigostodos los aparejos del altar he hornamentos nuevos para el preste; e obrad sus exemplosaún guantes o sandalias para las manos, porque las manos de los sacerdotes, por limpias e sanas que os dexósean, e tomadlos y enseñadlos vosotrospor ser humanas, christianosno son dinas de tomar a Dios en ellas, e guardadlos todas las cosas que acá se ponen en vuestros coraçones. Escuchadlos altares, dichoso pueblo christianopor valerosas e ricas que sean, no son para otra cosa perteneçientes sino para [¿foros?] de los celestiales que traen los ángeles para serviçio de Nuestro Señor. Y aun quando sean dinas las cosas e serviçios que os habla vuestro los humanos ponen por hornamento en las yglesias y altares de Dios, an de ser muy limpias e os declara sus misteriosvalerosas, e os releva sus maravillasreverençiales; y si tales no son, e os descubre su coraçónpudiéndolas poner, e os manifiesta el desseo mesmo Dios lo demandara a cada un ánima que tiene cargo dello, así de lo mandar como de hazeros merçedeslo haçer alimpiar.Dezía el Nuestro Señor, quexándose e os convida al Reyno de reprehendiendo a los Çielos, que os llama [fol. 36r] para diçen que os vengáys a Él, no es bien que se desea açercar a vosotrosponga oro ni plata, christianosni brocados ni cosas valedoras en los altares para honra de culto divino, que os convida el mesmo Spíritu Sancto responde a bodas divinasesto, e os avisa el qual tiene cuydado de lo que os havéys tornar por la [fol. 35v] honrra de apartar. Por eso escuchad a vuestro Dios, tan venino que vino e dize, a la tierra por vos redimirquién le perteneçen todas las cosas valerosas limpias e preçiosas, e dulçes ministriles e famosos cantores, e os dexó en memoria lo todas cosas que es su sancta voluntad que hagáys para le aplaçerbuenas sean, y lo que es dañoso para vuestras ánimas y conçiençiassino a solo Dios, porque no lo obréys criador e haçedor del Çielo y os apartéys de lo malo. Por tanto, pueblo christiano, adora y serví, y escucha al Señor Dios tuyo, que tanto le devéys”la Tierra.
Declaró más Dezía el Señor, que havía Él dicho, estando a manera de quexa e reprehensión: “Dizen en la tierra, quando consagró Tierra los humanos que Dios y su sancto cuerpomadre quisieron andar pobres e menospreçiados. Es verdad, tornando del pan en carneempero hiziéronlo por dar exemplo, y el vino en sangre, “esto haréys en mi commemoraçión”si nos quisimos humillar, que quería tanto deçir como si dixera: “cada vez más son los humanos obligados a nos ensalçar y servir con las cosas mejores y más preçiadas que este Sancto Sacramento de mi cuerpo consagráredestuvieren, anunçiaréys honrar y declamaréys mi muerte solemnizar sus sanctos templos e passiónaltares”. Pues todos los bienes que tenemos los humanos, así spirituales como temporales son suyos, e lo offreceréys al Padre mío celestial en memoria míano nuestros, y assí renovares mi sagrada muerte e passión para remedio los alcançamos por ruego e salvaçión ynterassión de vuestras almassu preçiosa madre Nuestra Señora. E por tanto, quiere su Divina Magestad e le plaçe que con todos sirvamos a su preçiosa madre junto con Él, como pues se lo debemos; e que si yo estuviese en aquella hora puesto y colgado no se quisieron tratar quando estavan en la cruzTierra entre sus criaturas, según su estado e dignidad lo mereçía, haziendo nuevamente la obra de vuestra redempçión”. Y esto deçía el Señor havía Él hecho con sobra de amor que tiene al linage humano de querer venir en el Sancto Sacramento del Altarnosotros, cada vez que es llamado con las palabras somos sus basallos, so pena de la sancta consagraçiónpena, somos obligados a los servir como siervos a señores, e como basallos a reyes, e como criaturas al Criador y madre suya e, si no lo hiçiéremos, o a lo menos todas nuestras fuerças o posibilidad −dezía el Señor− pagaremos en su juyzio divino.
Como Dezía hablando por la boca desta bienaventurada, que quando se dize la missa y el Señor descubría sancto evangelio toda persona que presente estava hera obligada a estar muy atenta y en silençio, e mostrava a esta bienaventurada algunos de sus secretoshinojos y en pie, e que así de como quiere el preste empezar el sancto evangelio, los gozos çelestiales como de las penas ángeles que allí están presentes en la missa, que son muchos, tocan todos juntos las ánimas padeçen por sus pecadostrompetas, hablando con los humanos, diziendo: “Levantaos todos en pie y escuchad atentos con mucha devoçión, y abrid vuestros coraçones, e orejas y aún de las ánimas que andavan por los ayressentidos, yendo ella una noche a tañer a maytinespara oýr al Señor, que hera sacristanaquiere hablar; y entended sus maravillas y secretos, oyó gritos muy espantosos que os quiere deçir e descubrir como de persona amigos; e obrad sus exemplos, que se quexava muy triste os dexó, e tomadlos y dolorosamenteenseñadlos vosotros, christianos, e guardadlos en vuestros coraçones. Y ellaEscuchad, muy maravillada dellodichoso pueblo christiano, preguntó a su sancto ángel qué voçes heran aquellas tan espantosas que havía oýdoos habla vuestro Dios, e os declara sus misterios, e os releva sus maravillas, si se le havía antojado. El sancto ángel le respondió: “No te se antojóe os descubre su coraçón, e os manifiesta el desseo que gritos heran tiene de ánima neçessitadahazeros merçedes, que con liçençia e os convida al Reyno de Dios se le venía a encomendar los Çielos, que la hiçieses haçer çiertos bienesos llama [fol. Y no te maravilles 36r] para que os vengáys a Él, que lo oyeses túse desea açercar a vosotros, christianos, que María de Sant Gabrielos convida a bodas divinas, religiosa e os avisa de tu convento, lo oyó también, aý en tu casa, quando tú la oýste”que os havéys de apartar. Y dende Por eso escuchad a pocos díasvuestro Dios, apareçió aquel ánima tan venino que vino a esta sancta virgen, la qual ánima hera una gran señora del mesmo reyno de Castilla que havía pocos días hera difuntaTierra por vos redimir, e padeçía muy grandes penas, la qual os dexó en memoria lo que es su sancta voluntad que hagáys para le dixo: “Ruégote, por amor de Diosaplaçer, y lo que ayas compasión de míes dañoso para vuestras ánimas y conçiençias, porque no lo obréys y scrivas a tal çiudad os apartéys de este reynolo malo. Por tanto, a tal señora que es mi madre. E yo soy fulanapueblo christiano, hija suya. E dile cómo te apareçí adora y estoy en [fol. 36v] grandes penasservi, e tengo neçessidad que me hagas tales y tales bienesescucha al Señor Dios tuyo, y abré muy gran remedio con ellos”que tanto le devéys”.
Y con esta ánima desta señora venía otra ánima de un Declaró más el Señor, que havía Él dicho, estando en la Tierra, quando consagró su hermanosancto cuerpo, tornando del pan en carne, con liçençia y voluntad, que el vino en este mundo havía sido muy gran cavallero e havía tenido algunos cargos e viçios por lo qu’él padeçía sangre: “Esto haréys en el otro mundo. E ansímesmo, aquel ánima habló a esta bienaventuradami commemoraçión”, e le dixo que embiase a quería tanto deçir como si dixera: “Cada vez que rogasen a Dios por éleste Sancto Sacramento de mi cuerpo consagráredes, que tenía mucha neçessidad. Ella, movida de compasión anunçiaréys y caridad ''[3]'' de aquellas ánimasdeclamaréys mi muerte e Passión, scrivió aquella señora, diziéndole que hiçiese hazer por fulana su hija, que estava en mucha neçessidad e penas de purgatorio, tales bienes; la qual señora no lo quiso creher, ni mandar hazer ningunos bienes por el ánima de su hija. E quando esta sancta virgen vido tal respuesta, congoxose muchooffreceréys al Padre mío celestial en memoria mía, y dixo: “Pésame por haver scripto aquella señora assí renovarés mi sagrada muerte e Passión para remedio e descubierto el secreto salvaçión de aquel alma, pues a sido sin fruto e provecho. Emperovuestras almas, como si yo sé çierto que esta señora a quien yo agora scrivo no vivirá mucho estuviese en este mundo, porque allende de ser sus días cumplidos, su mesma hija demanda justiçia de Dios della, aquella hora puesto y ruega que vaya muy presto a sentir las penas que ella sientecolgado en la cruz, pues ni las creyó ni para salir dellas haziendo nuevamente la quiso ayudar”obra de vuestra redempçión”. E así, cumplido por la voluntad Y esto deçía el Señor havía Él hecho con sobra de Dios, amor que luego en muy breve tiempo finó aquella señora tras su hijatiene al linage humano, e le fue revelado a esta bienaventurada cómo estava de querer venir en muchas penasel Sancto Sacramento del Altar cada vez que es llamado con las palabras de la sancta consagraçión.
Y Como el ánima del cavalleroSeñor descubría e mostrava a esta bienaventurada algunos de sus secretos, viendo así de los gozos çelestiales como de las penas que no la havían creýdo lo que havía dicho de su hermanalas ánimas padeçen por sus pecados, y aun de las ánimas que andavan por eso no embió los ayres, yendo ella una noche a dezir tañer a su muger hiziese hazer por él los bienes maytines, que él mandavahera sacristana, tornó otra vez a pareçerle e mostrársele oyó gritos muy espantosos como de persona que se quexava muy bravo triste y enojado contra dolorosamente. Y ella, diziéndole: “Por çiertomuy maravillada dello, tú me as sido muy cruel e sin piedad para mípreguntó a su sancto ángel qué voçes heran aquellas tan espantosas que havía oýdo, porque si mi madre no creyó lo se le havía antojado. El sancto ángel le respondió: “No te se antojó, que le embiaste a deçir gritos heran de mi hermanaánima neçessitada, mi muger bien creyría lo que con liçençia de Dios se le embiaras venía a dezirencomendar que la hiçieses haçer çiertos bienes. Y si no te maravilles que lo hazesoyeses tú, por çierto yo te tornaré apareçer otra vezque María de Sant Gabriel, e te espantaré religiosa de tal manera que se te acuerde”tu convento, lo oyó también, aý en tu casa, quando tú la oýste”. Y diziendo estas palabrasdende a pocos días, asió dellaapareçió aquel ánima a esta sancta virgen, elevóla desde el dormitorio donde estava la qual ánima hera una çelda, y díxole: “porque veas qué son las penas gran señora del mesmo reyno de Castilla que padezco, quiero demostrar algo dellas”. E sacó la manohavía pocos días hera difunta, e tocole tan mala vez e quemole los cavellos [fol. 37r] en señal de sus padeçía muy sobradas grandes penas e tormentos; , la qual señal le dixo: “Ruégote, por amor de quemarle los cavellos e Dios, que ayas compasión de llevarla mí, y scrivas a tal çiudad de una parte este reyno, a otra, supieron todas las religiosastal señora que es mi madre. E yo soy fulana, e la causa e secreto dellohija suya. E contreñida de charidad, scrivió a su muger deste cavallero, dile cómo te apareçí y ella lo creyó muy bienestoy en [fol. 36v] grandes penas, e hiço lo tengo neçessidad que esta bienabenturada le dixo; la qualme hagas tales y tales bienes, por la graçia que le hera dada del poderoso Dios, conoçió las cosas secretas de algunas personas, e le hera revelado lo que le querían hablar antes que se lo dixeseny abré muy gran remedio con ellos”.
E le heran manifiestas algunas neçessidades spirituales Y con esta ánima desta señora venía otra ánima de algunas personas un su hermano, con liçençia y voluntad, que en este mundo havía sido muy gran cavallero e havía tenido algunos cargos e sus [¿defectos] antes que ninguna persona de la tierra se los manifestaseviçios por lo qu’él padeçía en el otro mundo. Y savía por revelaçión si heran çiertas las palabras que le deçíanE ansimesmo, o cautelosasaquel ánima habló a esta bienaventurada, e respondía le dixo que embiase a estas tales personas más al propósito del coraçón deçir que no rogasen a las palabras. Tenía graçia que si delante della havía alguna persona endemoniada que no se supieseDios por él, ella veýa besiblemente a los demonios que venían dentro en ellatenía mucha neçessidad. Y si algunas personas estavan tentadas Ella, movida de algunas tentaçiones, veýa a los demonios que las tentavan como se les ponía, si a las vezes en los hombros, compasión y en las caveças o en el çelebrocaridad ''[4]'' de aquellas ánimas, y a las veçes en los ojosscrivió aquella señora, y otras vezes las asía del coraçón. Y esto es según la manera de las tentaçiones diziéndole que el demonio trae. Vido a una persona esta bienabenturada hiçiese hazer por fulana su hija, que la entrava a hablar estava en su çeldamucha neçessidad e penas de Purgatorio, tales bienes; la qual traýa pensamientos señora no lo quiso creher, ni mandar hazer ningunos bienes por el ánima de haçerle mal en una çierta cosasu hija. Y ellaE quando esta sancta virgen vido tal respuesta, en mirándolacongoxose mucho, le conoçió y dixo: “Pésame por haver scripto aquella señora e descubierto el pensamiento, que era ya contra ellasecreto de aquel alma, pues a sido sin fruto e vídole un demonio hechado en el cuelloprovecho. Empero, yo sé çierto que le abraçava e le hablava esta señora a los oýdosquien yo agora scrivo no vivirá mucho en este mundo,porque, el qual hera muy grande. E vido al ángel allende de esta persona estar muy lejos dellaser sus días cumplidos, e muy chiquito. E maravillose mucho. E contando a su sancto ángel la revelaçión que havía visto, preguntole por qué causa estará el ángel guardador mesma hija demanda justiçia de aquella persona tan apartado Dios della , y tan chiquito, al pareçer, e con semblante triste. Respondiole el sancto ángel: “Eso es porque esa persona a dado lugar ruega que vaya muy presto a sentir las tentaçiones del demoniopenas que ella siente, y entonçes le dava entero consentimientopues ni las creyó ni para salir dellas la quiso ayudar”. E así, cumplido por eso se apartava el ángel dellala voluntad de Dios, que luego en muy breve tiempo finó aquella señora tras su hija, e se mostrava chiquito e de semblante triste, porque nunca havía querido le fue revelado a esta bienaventurada cómo estava en el aquel caso tomar las espiraçiones suyas”muchas penas.
Y el ánima del cavallero, viendo que no la havían creýdo lo que havía dicho de su hermana, y que por eso no embió a dezir a su muger hiziese hazer por él los bienes que él mandava, tornó otra vez a pareçerle e mostrársele muy bravo y enojado contra ella, diziéndole: “Por çierto, tú me as sido muy cruel e sin piedad para mí, porque si mi madre no creyó lo que le embiaste a deçir de mi hermana, mi muger bien creyría lo que le embiaras a dezir. Y si no lo hazes, por çierto yo te tornaré apareçer otra vez, e te espantaré de tal manera que se te acuerde”. Y diziendo estas palabras, asió della, elevola desde el dormitorio donde estava una çelda, y díxole: “Por que veas qué son las penas que padezco, quiero demostrar algo dellas”. E sacó la mano, e tocole tan mala vez e quemole los cavellos [fol. 37r] en señal de sus muy sobradas penas e tormentos; la qual señal de quemarle los cavellos e de llevarla de una parte a otra supieron todas las religiosas, e la causa e secreto dello. E contreñida de charidad, scrivió a su muger deste cavallero, y ella lo creyó muy bien, e hiço lo que esta bienabenturada le dixo; la qual, por la graçia que le hera dada del poderoso Dios, conoçió las cosas secretas de algunas personas, e le hera revelado lo que le querían hablar antes que se lo dixesen.  E le heran manifiestas algunas neçessidades spirituales de algunas personas e sus de[f]etos antes que ninguna persona de la Tierra se los manifestase. Y savía por revelaçión si heran çiertas las palabras que le deçían, o cautelosas, e respondía a estas tales personas más al propósito del coraçón que no a las palabras. Tenía graçia que si delante della havía alguna persona endemoniada que no se supiese, ella veýa besiblemente a los demonios que venían dentro en ella. Y si algunas personas estavan tentadas de algunas tentaçiones, veýa a los demonios que las tentavan como se les ponía, si a las vezes en los hombros, y en las caveças o en el çelebro, y a las veçes en los ojos, y otras vezes las asía del coraçón. Y esto es según la manera de las tentaçiones que el demonio trae. Vido a una persona esta bienabenturada que la entrava a hablar en su çelda, la qual traýa pensamientos de haçerle mal en una çierta cosa. Y ella, en mirándola, le conoçió el pensamiento, que era ya contra ella, e vídole un demonio hechado en el cuello, que le abraçava e le hablava a los oýdos, el qual hera muy grande. E vido al ángel de esta persona estar muy lejos della, e muy chiquito. E maravillose mucho. E contando a su sancto ángel la revelaçión que havía visto, preguntole por qué causa estará el ángel guardador de aquella persona tan apartado della y tan chiquito, al pareçer, e con semblante triste. Respondiole el sancto ángel: “Eso es porque esa persona a dado lugar a las tentaçiones del demonio, y entonçes le dava entero consentimiento. E por eso se apartava el ángel della, e se mostrava chiquito e de semblante triste, porque nunca havía querido en el aquel caso tomar las espiraçiones suyas”. Fue una religiosa muy desconsolada en el alma, y en su spíritu muy afligida, a se consolar con esta sancta virgen. Y assí como ella la vido entrar por su çelda, mirola e vido alrededor della tres [fol. 37v] demonios muy espantables, e las façes como negros, e por los ojos e boca les salían llamas de fuego, e traýan en las manos unos como garrotes de fierrro, con los quales dava muy grandes golpes de los hombros arriva a aquella persona. Y el sancto ángel su guardador estava muy çercano a ella, y andando a la redonda della dezía a los demonios: “Dad y herid a esta persona, porque es la voluntad de Dios, que lo quiere, y dello se sirve. Aunque vosotros le dáys tan crueles golpes, no sentirá más de lo que Dios quiere”. Y esta bienaventuada, maravillándose mucho de ver la tal visión, preguntó a su sancto ángel por qué hera atormentada la tal religiosa tan cruelmente viviendo en la carne, y más que deçía su sancto ángel que lo quería Dios, y ella dello servido. Respondiole; respondiole: “No te maravilles de las cosas que son secretos de Dios; y esa tal persona mereçe mucho en ello, y a se lo Dios dado por gran misericordia”.
===Capítulo VII===

Menú de navegación