Cambios

Saltar a: navegación, buscar

Juana de la Cruz

8 bytes añadidos, 18:37 4 jul 2019
m
Capítulo XXV
'''De una pregunta que esta bienabenturada hizo a su sancto ángel tocante a los ángeles'''
Estando elevada esta sancta virgen, hizo una pregunta a su sancto ángel, diziendo: “Señor, ¿cómo quedastis vosotros los ángeles [fol. 116r] tan hermosos, poseyendo cada uno la bienabenturanza de no poder peccar, y el claro resplandor y fineza de colores que, a mi parezer, en espaçio de çierra ojo e abre se mudan y difieren los colores en diversas maneras, que se admira el entendimiento y transforma sin saverse entender? ¿Y cómo los demonios infernales, espíritus malignos, quedaron tan abominables y feos, y suçios e hidiondos y peccadores, los quales ellos, dañados, procuran dañar a todo el mundo y humanal linaje”. Respondió el sancto ángel, diziendo: “Cosas son esas que para te las declarar hera menester mucho espaçio, y tú alcanzar alto entendimiento. Porque las cosas que en el Çielo pasaron y se contrataron entre Dios y los ángeles, buenas y malas, antes que cayesen los dañados en el hondón del Infierno y quedasen las buenas, piadosas y justas limpias con su Dios y Criador −el qual entonçes los sanctificó en galardón de no haver consentido con Luçifer en el menospreçio de Dios, criador dellos y de todas las cosas çelestiales e terrenales,e ynfernales−, no se podían scrivir por vía humana, ni bastaría papel ni tinta, ni abría péndola que lo sufriese”.
Replicó la bienabenturada, diziendo: “Dígame, señor, siquiera alguna parteçita por me hazer virtud”. Respondió el sancto ángel: “Algo te diré en declaraçión de lo que preguntas. Quando el señor Dios, trino y uno, estava en el abismo de su deydad y magestad yncomprehensible, holgávase en sí mesmo y deleytávase en su muy alta divinidad y hermosura, y grandeza e ynumerable potençia, y contemplando en sí mesmo, y gozándose de su propio conoçimiento, y balor y dinidad, sin tener neçessidad de ninguna criatura çelestial ni terrenal para su servicio; porque Él, a ssí mesmo, con su alto poder se sabe goçar e amar e contemplar, y considerar todo lo que es menester para su alabanza y ensalçamento de honra. Y cada una de las tres personas divinales se holgaban, y se amaban y se querían la una a la otra, y con toda la alteza [fol. 116v] yncomprehensible con el poderoso, y [¿?] conoçimiento que Dios en sí mismo tiene, sin le faltar cosa alguna. Y conçertándose el Padre y el Hijo y el Spíritu Sancto, movidos de misericordia, esta muy alta Trinidad acordó de dar parte de aquellos sus gozos a quien supiese gozar dellas, e usar de justiçia e verdad y bondad. Quiso el poderoso mostrar su potencia, sapiençia y magnifiçençia, largo e yncomprehensible poderío, summa clara y altíssima bondad, justiçia, verdad, piedad, libre alvedrío, discreçión, capaçidad secreta, justo juez comprehendedor y esaminador de las cosas secretas, rico, largo, franco, poderoso en toda virtud y grandeza y saver. Plúgole, primeramente, criar el Paraýso glorioso de su reyno, por arte admiravilíssima. Y esto hizo, como buen Padre codiçioso, que sus hijos hereden aser [¿aser?], aunque los enjendre, y dessea para ellos muchas riquezas perpetuas sin fin, prosperidad, lindeza, hermosura, proveymiento eterno de todo lo neçessario.
“Assí ”Assí Dios, antes que criase los ángeles, crió el Paraýso, real, triunfal, claro, próspero, ancho, luengo, fuerte, bien labrado, más que mill maravillas compuesto, adornado, rico, valeroso, digno de ser deseado a toda criatura çelestial y terrenal, pues crió a nos, los ángeles, por muy alta manera y artifiçio, e sabidos grados y premios. Púsonos , púsonos mandamiento que nos conoçiésemos a nos mesmos, pues nos dio entendimiento, memoria, voluntad, libre alvedrío, discreçión, saber, libertad, juyzio, conoçimiento, raçón para saver distinguir el bien y el mal, y el mal del bien, y disçernir, y mirar, y tantear, y escoger cada uno para sí lo bueno. Y por tanto, nos mandó Dios conoçiésemos a Él y le adorásemos, y obedeciésemos y honrrásemos, pues savíamos hera nuestro Dios y criador, y bienhechor y poderoso, e nosotros y en todas las cosas criadas y por criar, visibles y ynvesibles. Y amonestonos mirásemos nuestra hermosura y claridad, y ansimesmo delas sillas [fol. 117r] y aposentos que nos havía dado, y edifiçios no hechos de mano, criados y hechos por muy alta sçiençia, por la qual conoçiésemos que el sol es Dios, y otro no ay; que Él nos crió, y nosotros no nos criamos, ni podríamos ni savríamos haçer nada; y que le devíamos serviçio, adoraçión, obediençia, reverençia.
“Y ”Y pues assí es, que hera su sancta y perfeta voluntad que nosotros consintiésemos y tuviésemos por bueno de resçivir y que fuese resçivido un hombre de la tierra Tierra o de qualquier parte, calidad, dignidad, ygualdad menor o mayor, qualquier o semejante, verbigraçia, en semejante, según a la Divinina Magestad pluguiese que ninguno, por ninguna vía, ni causa ni raçón contra ello, no fuese ni presumiese de tachar o juzgar o empedir lo que Dios ''[1417]'' haçe y quiere haçer. Que justa cosa es los sierbos ayan por bien lo que haçe su señor, en espeçial tal señor como es Dios, y sabidor de todas las cosas, el qual todo que haze es bueno, y save lo que haçe, que es para buen fin. Él, que nunca tuvo fin ni prinçipio ni medio, todo es perpetuo, y sus criaturas perpetuas, las que son para su perpetuo serviçio. “Estas ”Estas cosas dichas, tornó a preguntar el mesmo Dios si héramos contentas. Aquel contentos aquel dicho hombre entrase en nuestra compañía, el qual hombre él tenía escogido e ungido de sí mesmo para ser nuestro prínçipe y Señor: y esto dezía el Señor Dios por Jesuchristo salvador, cuya sancta encarnaçión fue consentida primeramente en los Çielos y determinada de Dios Padre muchos años primero que en la tierra Tierra fuese hecho, al qual hombre, Verbo encarnado, por entonzes Dios no declaró sus secretos, juyçios, sentençias, maravillas, que entendía hazer salvo. Tornó a preguntar si héramos contentos entrase el dicho hombre en la Yglesia consagrada, triunfante, palaçio real, a señorear, mandar y vedar, al qual Prínçipe havíamos de adorar como al mismo Dios. Y comenzó con gran tronado, sin ser [fol. 117v] vista de nosotros, la Magestad Divina, la qual estava esperando a los que serían dignos de ver a Dios para mostrárseles y santificarlos.“Comenzó a dezir: ‘Mi voluntad es que aquel Prínçipe que dicho tengo, hombre que á de subir de la tierra hecho Dios, le adoréys vos y todas las nasçiones: que a su nombre toda rodilla se yncline, ansí de los çelestiales como de los terrenales e infernales’. Esto dicho, luego comenzó Lucifer, que él el hera Prínçipe mayor en hermosura y valor: ‘No consintáys que entre aquí otro prínçipe ninguno sino yo, que a mí perteneçen estas dignidades y reverençias que Dios manda que hagan a otro. Y vosotros, respondelde que ya tenéys Prínçipe, pues tenéys a mí, que yo responderé lo mesmo. Que a mí conviene ser ensalçado y puesto a la diestra de Dios, y no a otro ninguno’. Entonés híçose tinieblas todo aquel reyno y corte, en que assí los buenos como los malos perdimos la claridad, empero no la sanctidad, en los que la quisieron; que no estávamos en más de ser obedientes a la voluntad de Dios y dezir que les plaçía entrase Jesuchristo o otro hombre qualquier que ordenase la divina potençia. E los que esto diximos, quedamos salvos y dignos de ver a Dios y goçarle para siempre. Luçifer, que estuvo soberbio, con todos los que con él consintieron, cayeron al Infierno, derrivándolos Dios”.
Dixo el sancto ángel”Comenzó a dezir: “Y tú‘Mi voluntad es que aquel Prínçipe que dicho tengo, hombre que á de subir de la Tierra hecho Dios, sírvele le adoréys vos y ámaletodas las nasçiones: que a su nombre toda rodilla se yncline, ansí de los çelestiales como de los terrenales e témeleinfernales’. Vive sin offenderleEsto dicho, luego comenzó Lucifer, que no abrás miedo a su yra, pues es piadoso él hera prínçipe mayor en hermosura y justíssimo”. Tornando la bienabenturada a preguntar a su sancto ángelvalor: “¿Pues cómo‘No consintáys que entre aquí otro prínçipe ninguno sino yo, señor, se le tornó la claridad que a los mí perteneçen estas dignidades y reverençias que Dios manda que ansí escuros estavan, según dize vuestra señoría?”hagan a otro. Respondió el sancto ángelY vosotros, diziendo: “En la hora respondelde que el Señor se nos mostró en su esençia y exçelençiaya tenéys prínçipe, y claridad y hermosura, luego nos vimos todos clarospues tenéys a mí, que yo responderé lo mesmo. Que a mí conviene ser ensalçado y puesto a nos mesmos se nos tornó la claridad en viendo la diestra de Dios. Y pariçipose con nosotros, y bendíxonos, y llenonos de la graçia del Spíritu Sancto repar- [fol. 118r] tiendo sus dones, según convenía no a nuestra alta capaçidadotro ninguno’. Que por ser spíritus çelestialesEntonçes híçose tinieblas todo aquel reyno y corte, héramos muy altosen que assí los buenos como los malos perdimos la claridad, aunque unos más que otros. Emperoempero no la sanctidad, en los menores de los ángeles son mayores que los hombres, aunque tienen el premio y señorío grande para la quisieron; que no estávamos en este mundo más de ser obedientes a la voluntad de Dios y para el dezir que les plaçía entrase Jesuchristo o otro hombre qualquier que ordenase la divina potençia. E los que son buenos esto diximos, quedamos salvos y cathólicos christianos, los quales gozan en la gloria dignos de ver a Dios con Él mesmo y goçarle para siempre. Luçifer, que estuvo soberbio, con todos los sanctos ángelesque con él consintieron, cayeron al Infierno, derrivándolos Dios”.
“De los demonios te quiero dezir queDixo el sancto ángel: “Y tú, luego que acavaron de perseverar en su reveldía y soberbia, los tornó Dios tan disformes y feos sírvele y abominablesámale, y suçios y asombradiços como tú saves, si los as vistoe témele. Y si los as vistoVive sin offenderle, Dios te libre que no los veasabrás miedo a su yra, que pues es piadoso y justíssimo”. Tornando la Virgen María, siendo tan sancta sobre toda criatura y teniendo bienabenturada a Dios más contento y agradado que preguntar a otra ningunasu sancto ángel: “¿Pues cómo, temió ver su visiónseñor, y se le huvo miedotornó la claridad a los que ansí escuros estavan, según dize vuestra señoría?”. Y antes Respondió el sancto ángel, diziendo: “En la hora que le derrivase el Señorse nos mostró en su esençia y exçelençia, y claridad y hermosura, luego nos vimos todos claros, y le hechase a nos mesmos se nos tornó la claridad en los Infiernos profundosviendo la de Dios. Y partiçipose con nosotros, le maldixo y le condenó perpetuamente por su peccado bendíxonos, y maldadllenonos de la graçia del Spíritu Sancto repar- [fol. 118r] tiendo sus dones, diziendo: ‘Vetesegún convenía a nuestra alta capaçidad. Que por ser spíritus çelestiales, malditohéramos muy altos, por justa maldiçión míaaunque unos más que otros. Empero, los menores de los ángeles son mayores que no heres digno de mí ni de mi reyno’. Y luego se hizo los hombres, aunque tienen el premio y señorío grande estruendo estando todo para en tinieblaseste mundo, y con fuerte estallido cayeron de súpito más espesos al Infierno para el otro los que la nieve ni el granizoson buenos y cathólicos christianos, ni los quales gozan en la lluvia ni el hollín quando apreisa cae gloria de Dios con Él mesmo y el biento le trae alrededor, no embargando su pesadumbrecon los sanctos ángeles.
“Hecho esto y bendiçida esta batalla”De los demonios te quiero dezir que, mostrósenos el Señor, y descansó luego que acavaron de perseverar en su reveldía y holgó en sí mismo con nosotros, sus siervossoberbia, los tornó Dios tan disformes y tornonos a bendezir, feos y dixo: ‘Adentraos, mis hijos, en las sillas reales del glorioso reyno míoabominables, triunfal y çelestial, que vosotros soys dignos de mý suçios y me perteneçéysasombradiços como tú saves, y yo a vosotros’. Entonçes dixeron algunos de si los altos serafines: ‘Señor, ¿quién serán señores y se sentarán en estas reales sillas, [folas visto. 118v] pues quédanse vaçías y Y si los desdichados spíritus que en ellas moravan se perdieron?’. Respondió el Señoras visto, diziendo: ‘No queráys saber los secretos de Dios y tan divinos, te libre que agora no es tiempo de saber. Emperolos veas, tiempo verná que se savrála Virgen María, siendo tan sancta sobre toda criatura y será manifiesto teniendo a toda criatura divina Dios más contento y humanaagradado que a otra ninguna, temió ver su visión, la qual se sentará en las reales sillasy le huvo miedo. Y vosotros lo veréys antes que le derrivase el Señor, y gozaréysle hechase en los Infiernos profundos, le maldixo y cantaréys de plazer en le condenó perpetuamente por su ensalçamientopeccado y maldad, y honraréys sus entradas e salidas; las entradas son quando merezcan entrar en la gloriadiziendo: ‘Vete, y las salidas son quando las ánimas justas salen de los cuerposmaldito, bultoso y pesadosopor justa maldiçión mía, quando salen que no heres digno de penas mí ni de Purgatorio mi reyno’. Y luego se hizo grande estruendo estando todo en tinieblas, y son y serán resçividas en el Çielo con gozo fuerte estallido cayeron de Dios y de los ángelessúpito más espesos al Infierno que la nieve ni el granizo, conviene a saver, las buenas ánimas ni la lluvia ni el hollín quando apreisa cae y católicas siquier sean hombresel biento le trae alrededor, siquier mugeres”no embargando su pesadumbre.
Esto platicó ”Hecho esto y bendiçida esta batalla, mostrósenos el sancto ángelSeñor, dando quenta de lo que havía pasado y descansó y holgó en el Çielosí mismo con nosotros, sus siervos, y añidiótornonos a bendezir, diziendoy dixo: “No pienses‘Adentraos, amiga de Diosmis hijos, en las sillas reales del glorioso reyno mío, encargada para tu guardatriunfal y çelestial, que en dezir lo que he dicho vosotros soys dignos de mý y contado lo medio que pasó, ni la declaraçión de cada cosa tan por estensome perteneçéys, pero el buen enmendimiento deboto y simple, ynoçente yo a vosotros’. Entonçes dixeron algunos de maliçialos altos serafines: ‘Señor, sano ¿quién serán señores y salvo y sabiose sentarán en estas reales sillas, prudente, justo, piadoso, sobre estas pocas palabras le alumbrará el Señor [fol. 118v] pues quédanse vaçías y le enseñará, más los desdichados spíritus que muchas e arduas scripturas y consejos sanctosen ellas moravan se perdieron?’. Y mientras más letrado fuere Respondió el que esto leyereSeñor, más entenderá el çentro dello, porque todo es buena cosa con la sancta fee cathólica, aunque son estas cosas más secretas y diziendo: ‘No queráys saber los secretos de lo alto que Dios no lo a querido revelar y tan por estenso hasta divinos, que agorano es tiempo de saber. Empero, quiero te deçir otra cosatiempo verná que se savrá, y es que aún nosotros, los ángeles, no entendíamos todo lo que el Señor nos dezíaserá manifiesto a toda criatura divina y humana, porque quando dezía que havía de yr al Çielo la humana criatura y assentarse qual se sentará en las reales sillas reales. Y vosotros lo veréys y gozaréys, y que nos havíamos de gozar los ángeles sanctos con ellas, no savíamos entender cómo havían cantaréys de ser hechas las tales cosas, [fol. 119r] ni por qué vía, ni quándo. E ninguno osava preguntar a nuestro Dios, por la mucha reverençia que le teníamos; salvo lo poníamos todo en sus manos y plazer en su sancta voluntadensalçamiento, y que havíamos por bien todo lo que le pluguiese hazer honraréys sus entradas e salidas; las entradas son quando merezcan entrar en nosotros la gloria, y en otras criaturaslas salidas son quando las ánimas justas salen de los cuerpos, pues Él herabultoso y pesadoso, quando salen de penas de Purgatorio y es son y será serán resçividas en el criador Çielo con gozo de todas las cosas, Dios y el governadorde los ángeles, y el rey soberaníssimoconviene a saver, las buenas ánimas y el emperador, y el patriarca y monarcacatólicas siquier sean hombres, sancto Padre poderoso spiritual y temporalmentesiquier mugeres”.
“Y assí es bueno, dixo Esto platicó el sancto ángel, hagan todas las gentes para vivir dando quenta de lo que havía pasado en el Çielo, y entrar añidió, diziendo: “No pienses, amiga de Dios, en paz con su Dios y recriador, redemptorencargado para tu guarda, salvadorque en dezir lo que he dicho y contado lo medio que pasó, contino hazedor ni la declaraçión de virtudescada cosa tan por estenso, pero el buen enmendimiento deboto y simple, las quales sean conoçidas ynoçente de sus criaturasmaliçia, que es mucha razónsano y salvo y sabio, pues tienen entendimiento animalprudente, razionaljusto, vivientepiadoso, perdurablesobre estas pocas palabras le alumbrará el Señor y le enseñará, eternamás que muchas e arduas scripturas y consejos sanctos. Que ansí hizimos nosotrosY mientras más letrado fuere el que esto leyere, los ángeles: fuymos agradeçidosmás entenderá el çentro dello, reverentesporque todo es buena cosa con la sancta fee cathólica, humildes, prudentes, amorosos aunque son estas cosas más secretas y de Nuestro Señor lo alto que Diosno lo a querido revelar tan por estenso hasta agora. Empero, serbiçialesquiero te deçir otra cosa, cortesesy es que aun nosotros, bien criadoslos ángeles, paçientesno entendíamos todo lo que el Señor nos dezía, justos, dando porque quando dezía que havía de yr al Çielo la honra al otro, cada uno despreçiando a ssí mesmo, teniéndose humana criatura y assentarse en pocolas sillas reales, y tiniendo a su Dios en mucho y a sus próximosque nos havíamos de gozar los ángeles sanctos con ellas, no despreçiando a nadiesavíamos entender cómo havían de ser hechas las tales cosas, [fol. 119r] ni diziéndole lástimaspor qué vía, ni ynjuriándole por sus faltasquándo. Mexor es dexar el juyzio E ninguno osava preguntar a nuestro Dios de todas las cosas, salvo aquellas por la mucha reverençia que tienen perlaturas o cargos de justiçia, dignidades, poderíosle teníamos, salvo lo qual poníamos todo con prudençia se a de regir en sus manos y ordenaren su sancta voluntad, hazer a serviçio de Dios y que havíamos por bien todo lo que le pluguiese hazer en nosotros y provecho de las ánimas católicasen otras criaturas, pues Él hera, y convertir los infieles es y los peccadores a verdadera penitençia; animarlos, enseñarlas en la virtud y fee será el criador de Nuestro Señor Jesuchristo, hazerles saver los exemplos de los sanctos, provocarlos a todo bien, apartarlos de todo mal. Estas son todas las obras de misericordia spirituales. Las que les hizieren biencosas, abrán; las que no las hizieren para síy el governador, harán gran dañoy el rey soberaníssimo, y las otras ánimas ayudarán a perder. Mírense bienel emperador, mírense bien las gentes, que quien solo peccare solo dará [¿?] a Dios; empero, quien a otros hiziere peccar, llevará su peccado y su culpael patriarca y monarca, sancto Padre poderoso spiritual y la agenatemporalmente.
“Dizes ”Y assí es bueno, dixo el sancto ángel, hagan todas las gentes para vivir y entrar en paz con su Dios y recriador, redemptor, salvador, contino hazedor de virtudes, las quales sean conoçidas de sus criaturas, que es mucha razón, pues tienen entendimiento animal, razional, viviente, perdurable, eterna. Que ansí hizimos nosotros, los ángeles: fuymos agradeçidos, reverentes, humildes, prudentes, amorosos de Nuestro Señor Dios, serbiçiales, corteses, bien criados, paçientes, justos, dando la honra al otro, cada uno despreçiando a ssí mesmo, teniéndose en poco, y tiniendo a su Dios en mucho, y a sus próximos, no despreçiando a nadie, ni diziéndole lástimas, ni ynjuriándole por sus faltas. Mexor es dexar el juyzio a Dios de todas las cosas, salvo aquellas que tienen perlaturas o cargos de justiçia, dignidades, poderíos, lo qual todo con prudençia se a de regir y ordenar, hazer a serviçio de Dios y bien y provecho de las ánimas católicas, y convertir los infieles y los peccadores a verdadera penitençia; animarlos, enseñarlas en la virtud y fee de Nuestro Señor Jesuchristo, hazerles saver los exemplos de los sanctos, provocarlos a todo bien, apartarlos de todo mal. Estas son las obras de misericordia spirituales. Las que les hizieren bien, abrán; las que no las hizieren para sí, harán gran daño, y las otras ánimas ayudarán a perder. Mírense bien, mírense bien las gentes, que quien solo peccare solo dará [¿?] a Dios; empero, quien a otros hiziere peccar, llevará su peccado y su culpa, y la agena.  ”Dizes que te diga sobre el evangelio de Sant Juan: ‘''in principio erat verbum''’, y sobre las sanctas liçiones de ‘''in principio creavit Deus celum & terram''’. Pues en la sagrada scriptura esto todo se contiene largamente; y en la sancta ley nueva y vieja, concordantes en una perfeçión, allí se hallarán abundosos pastos; y en la piedra, que es Jesuchristo, se hallarán fuentes de agua dulce, y su [fol. 119v] sanctíssimo cuerpo sacratíssimo, e tierra que mana leche y miel, tierra sancta, tierra prometida que Dios prometió a sus escogidos, lo qual todo se cumplió en el misterio de la sancta encarnaçión Encarnaçión y avavose alçavose el día de la sancta Asunçión del Señor, y perseverará agora y para siempre jamás”.
===Capítulo XXVI===

Menú de navegación