Casilda de los Ángeles
Nombre | Casilda de los Ángeles |
Orden | Dominicas |
Títulos | Monja del monasterio de San Pedro Mártir en Mayorga |
Fecha de nacimiento | Después de 1394 |
Fecha de fallecimiento | Siglo XV |
Lugar de nacimiento | ¿Mayorga? |
Lugar de fallecimiento | Mayorga |
Vida impresa
Ed. de Bárbara Arango Serrano y Borja Gama de Cossío; fecha de edición: octubre de 2023.
Fuente
- López, Juan, 1613. “Libro primero de la tercera parte de la historia general de Santo Domingo”, Tercera parte de la historia general de Santo Domingo, y de su orden de predicadores. Valladolid: Francisco Fernández de Córdoba, 368.
Criterios de edición
Esta crónica está escrita por Juan López, obispo en la ciudad italiana de Monopoli. En la tercera parte se incluye la vida de santos de la orden, se aborda la fundación de los diferentes conventos en los dos primeros siglos de los dominicos en Castilla y se añade la vida de destacadas religiosas, aunque se hace referencia también a las religiosas que viven en las fundaciones hasta la publicación de la crónica en los conventos fundados.
Aquí nos encargamos de las religiosas que viven en los siglos XV-XVI cuyo foco de actuación es anterior a 1560 (aunque mueran después de esta fecha), es decir, antes del auge de Santa Teresa. Se adoptan los criterios de edición de vidas impresas estipulados en el Catálogo: se moderniza la ortografía (b/u/v, j/g, chr/cr, qu/cu, empleo de h, etc.) y se eliminan las consonantes geminadas. Además, se expanden las abreviaturas, aunque algunas como N. S. (Nuestro Señor) o N. P. S. (Nuestro Padre Santo) se respetan en el texto. El uso de mayúsculas y minúsculas se moderniza y se adaptan las normas acentuales a sus usos actuales. Finalmente, se moderniza también la puntuación, la acentuación y el uso de aglomerados.
Vida de Casilda de los Ángeles
[365]
Capítulo LXXXVI
De la fundación del monasterio de monjas de San Pedro Mártir de Mayorga
[…]
[368] […] De menor edad era Casilda de los Ángeles, pero muy semejante en la virtud y la vida. Resplandeció en ella la pobreza, desnudose de todo cuanto tenía, solo los cordeles de la cama dejó para dormir en ellos, porque sus penitencias fueron grandes. Aquellos tenía por cama cuando no dormía en el suelo. Fueron perpetuos sus ayunos, disciplinas y mortificaciones. Seis años antes que muriese, se ejercitó con grandes penitencias, ayunos, a pan y agua, disciplinas, desnudez y vigilias. Hizo asperísima vida, velaba las noches en oración y los días pasaba llorando. Muchas veces decía el Salterio entero. Era devotísima de Nuestra Señora, con la cual se regalaba, saludándola y sirviéndola. Estos martirios la causaron una hidropesía, enfermedad que llevó con mucha paciencia, y, cuando entendió que era llegado su fin, levantose para confesar y comulgar y dijo: “Ya es llegada mi hora”, y en recibiendo los santísimos Sacramentos, murió. Cumplió en la sepultura treinta años.