Catalina de Toledo

Nombre | Catalina de Toledo |
Orden | Franciscanas |
Títulos | Religiosa primero en el Convento de San Antonio el Real y, luego, en el Convento de San Miguel de los Ángeles |
Fecha de nacimiento | ¿Finales del siglo XV? |
Fecha de fallecimiento | c. 1557 |
Lugar de nacimiento | Segovia |
Lugar de fallecimiento | Toledo |
Contenido
Vida manuscrita
Ed. de Verónica Torres Martín; fecha de edición: febrero de 2025.
Fuente

- Yanguas, Lucas de, 1684. Breve catálogo de los siervos de Dios así religiosos como religiosas de la Tercera Orden que han fallecido con singular opinión y fama de muy virtuosos en la santa Provinxia de Castilla. Ms. C/12 del Archivio Generale dell’Ordine dei Frati Minori AGOFM, Roma, fols. 26r-26v.
Contexto material del manuscrito Breve catálogo de los siervos de Dios así religiosos como religiosas de la Tercera Orden que han fallecido con singular opinión y fama de muy virtuosos en la santa Provinxia de Castilla.
Criterios de edición
El texto se ha actualizado a las normas de ortografía vigentes. Esto conlleva la normalización de las grafías h, b/v, j/g, i/y; los cambios de qu a cu. Sin embargo, se han conservado los casos de laísmo presentes y los pocos ejemplos de leísmo hallados en el manuscrito. En cuanto al grupo de sibilantes, se han normalizado tanto las -ç- como las -sc- y -ss-. Tanto la puntuación como la acentuación han sido normalizadas. También lo ha sido el uso de las mayúsculas y la separación o unión de palabras. La -u- intervocálica y la v han sido unificadas como “v”, así como las diferentes grafías de la s.
Vida de Catalina de Toledo
[fol. 26r] [1] La venerable madre sor Catalina de Toledo tomó el hábito de la religión en el insigne Convento de San Antonio el Real de Segovia, de la Regla de Santa Clara, en la provincia de la Concepción, y, habiendo profesado en él, a instancias de la venerable doña Mencía Álvarez, su madre, se pasó al Convento de San Miguel de los Ángeles de la ciudad [fol. 26v] de Toledo con las licencias para ello necesarias, en particular, del muy reverendo padre fray Andrés de Écija, custodio que era de la custodia de Toledo, el año de 1514. Dio, desde luego, esta sierva de Dios grandes muestras de virtud y prudencia, en cuya consideración fue elegida por abadesa del mismo Convento de San Miguel de los Ángeles, cuyo ministerio cumplió tan acertadamente que las religiosas y preladas la continuaron en él por espacio de treinta y dos años. Toda su vida se ejercitó mucho en la santa oración, mortificaciones y penitencias. Renunció [a] su oficio tres años antes de su muerte para tratar únicamente de disponerse para aquella hora. Estuvo cuatro años tullida llevando ese trabajo con mucha conformidad. Viéronse varias veces en su celda extraordinarias luces y resplandores. Pasó al eterno descanso año de 1557.
Notas
[1] Al margen izquierdo: Año de 1557.