Francisca Gasquina

De Catálogo de Santas Vivas
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Francisca Gasquina
Nombre Francisca Gasquina
Orden Franciscanas
Títulos Monja del convento de la Encarnación de Escalona
Fecha de nacimiento ¿Segunda mitad del siglo XV?
Fecha de fallecimiento 28 de noviembre de 1526
Lugar de nacimiento Escalona, Toledo
Lugar de fallecimiento Escalona, Toledo

Vida manuscrita

Ed. de Verónica Torres Martín; fecha de edición: febrero de 2025.

Fuente

Breve catálogo de los siervos de Dios, así religiosos como religiosas..., f. 1r; Roma, Archivio Storico Generale dell’Ordine dei Frati Minori.
  • Yanguas, Lucas de, 1684. Breve catálogo de los siervos de Dios así religiosos como religiosas de la Tercera Orden que han fallecido con singular opinión y fama de muy virtuosos en la santa Provinxia de Castilla. Ms. C/12 del Archivio Generale dell’Ordine dei Frati Minori AGOFM, Roma, fols. 15v-16r.

Contexto material del manuscrito Breve catálogo de los siervos de Dios así religiosos como religiosas de la Tercera Orden que han fallecido con singular opinión y fama de muy virtuosos en la santa Provinxia de Castilla.

Criterios de edición

El texto se ha actualizado a las normas de ortografía vigentes. Esto conlleva la normalización de las grafías h, b/v, j/g, i/y; los cambios de qu a cu. Sin embargo, se han conservado los casos de laísmo presentes y los pocos ejemplos de leísmo hallados en el manuscrito. En cuanto al grupo de sibilantes, se han normalizado tanto las -ç- como las -sc- y -ss-. Tanto la puntuación como la acentuación han sido normalizadas. También lo ha sido el uso de las mayúsculas y la separación o unión de palabras. La -u- intervocálica y la v han sido unificadas como “v”, así como las diferentes grafías de la s.

Vida de Francisca Gasquina

[fol. 15v] [1] La ilustre madre y sierva de Dios Francisca Gasquina, que en la profesión que hizo del hábito de la Inmaculada Concepción [fol. 16r] de la villa de Escalona, arzobispado de Toledo, se llamó sor Francisca de Santiago, fue natural de la misma villa y primera abadesa de dicho convento. Desde sus primeros años fue tan dada al ejercicio de las virtudes que, de edad de 19 años, mereció ser elegida por madre y prelada de las primeras beatas y, después, abadesa de este convento. En sus penitencias y mortificaciones fue muy áspera, de grande silencio y de tan singular modestia y compostura que apenas hubo quien la viese levantar los ojos del suelo. Fue muy continua en el séquito de la comunidad, como quien tenía a su cargo la enseñanza de las demás, con que sacó muy excelentes discípulas. En la oración llegó a muy alto grado y en ella mereció recibir de Nuestro Señor particulares revelaciones. Estando en el hábito de beata se le apareció la Virgen Nuestra Señora vestida con el hábito de su Orden de la Concepción y la dijo: “Hija, en este hábito has de servirme y has de ser madre de estas hijas”, apareciéndole en visión todas las que después fueron sus súbditas y en el primero en que recibieron el hábito. Esta visión y revelación la tuvo doce años antes que se pasasen las monjas a este convento. Asimismo, supo el día que había de pasar de esta presente vida. Habiendo enfermado, teniendo juntas todas sus religiosas, las hizo una fervorosa plática con razones muy eficaces, exhortándolas a la perseverancia de la guarda de sus votos y observancias religiosas de su orden y convento. Deseaba que se acabase el plazo de su tránsito por llegar a ver y gozar a su amado Esposo, y así repetía muchas veces aquellas palabras del Libro de los Cantares: “Veniat dilectus meus in hortum suum[2]. Acercándose más su última hora, tomó un crucifijo en las manos y, hablándole con mucha ternura, le entregó su bendita alma en 28 de noviembre, año del Señor de 1526.

Notas

[1] Al margen izquierdo: Año 1526.

[2] Que quiere decir: “Venga mi amado a su huerto”.

Vida impresa

Ed. de María González-Díaz; fecha de edición: febrero de 2021.

Fuente

Ficha Frans 16 Francisca Gasquina.jpg
  • Salazar, Pedro de, 1612. Crónica y historia de la fundación y progreso de la provincia de Castilla de la Orden del bienaventurado Padre San Francisco. Madrid: Imprenta Real, 489-490.

Contexto material del impreso Crónica y historia de la fundación y progreso de la provincia de Castilla.

Criterios de edición

El relato aparece en el libro octavo de la Crónica y Historia de la fundación y progreso de la provincia de Castilla, impreso en 1612, en el que se narra la fundación de la Orden de la Concepción y los conventos que de ella se fundaron en Castilla. Concretamente, la vida de Francisca Gasquina aparece en el capítulo duodécimo, donde se explica la fundación del convento de la Encarnación de Escalona.

Se han adoptado los criterios de edición de vidas impresas estipulados en el catálogo, esto es, se han eliminado las consonantes geminadas y se ha modernizado la ortografía (sibilantes, b/u/v, j/g, chr/cr, qu/cu, empleo de h, etc.), aunque se respeta la morfología de las palabras con interés morfológico o fonológico (“ansí”). Además, se han ajustado a los criterios actuales del español la unión y separación de palabras (“deste”, “desta”, etc.), el uso de mayúsculas y minúsculas, y la acentuación y la puntuación. Asimismo, se han expandido las abreviaturas, primordialmente la expansión de las nasales con la virgulilla encima de la vocal y la abreviación de “que” o “qual”, también con el uso de la virgulilla o la diéresis. Para terminar, cabe decir que se han respetado los párrafos que aparecen en el impreso.

Vida de Francisca Gasquina

Capítulo XII

[489] […] Del convento de la Encarnación de Escalona

Hay en Escalona un monasterio de nuestra Orden de monjas de la Concepción. La vocación es la Encarnación de la Madre de Dios. Hay en este convento cincuenta monjas.

El origen de este monasterio fue que en tiempos pasados unas doncellas, que se llamaban las Gasquinas, y otra mujer honrada, que se decía la del Retamal, se recogieron en una casa; y, entonces, el marqués don Diego trató con el guardián de San Francisco, que se llamaba fray Fulano de Moya, que les persuadiesen tomasen hábito de religiosas y se encerrasen. Y el guardián, por orden del marqués, acabó esto con ellas, y ellas se encerraron y tomaron el hábito de la santísima Concepción. Y desde allí se trasladaron a este monasterio, año de 1527.

Fundole el marqués don Diego Pacheco, hijo del maestre de Santiago don Juan Pacheco. Y, desde a poco tiempo que estaban recogidas las monjas en la otra casa, tomaron en ella el hábito antes que se pasasen a la Encarnación. Y es cosa maravillosa el deseo que el marqués tuvo de ennoblecer su pueblo con este santo convento, y el cristianísimo zelo que tuvo a que se entendiese la religión y se aumentase el culto divino en sus tierras para que, con el ejemplo de tan santos principios, viniesen en grandísimo crecimiento. Veese esto muy claramente y la cristiandad del marqués cuánta haya sido porque, a fin de persuadir a las Gasquinas y a la del Retamal que tomasen hábito de religiosas, dio su palabra qué haría con dos hijas legítimas que tenía (que se llamaban doña Francisca Pacheco y doña Juana Pacheco) que, con toda su legítima, fuesen monjas con ellas si tomaban hábito. Y lo que es más de estimar en el ilustrísimo padre y hijas es que, aun antes que se edificase el convento en la propia casa de aquellas doncellas donde se habían ellas recogido, allí tomaron el hábito con ellas las señoras doña Francisca y doña Juana Pacheco, y allí vivieron con la del Retamal y con las Gasquinas con grandísimo recogimiento. Y desde allí se pasaron todas a las casas suntuosísimas de la Encarnación de la Madre de Dios que el marqués don Diego les edificó. [490]

Recibió esta santa casa, a la obediencia y protección perpetua de la Orden, el padre fray Andrés de Écija, ministro provincial de esta nuestra provincia de Castilla. Es una cosa muy nueva y muy rara lo que aconteció en la fundación de este convento, que no vinieron monjas de otra parte a fundar, sino diose orden que el guardián de San Francisco les enseñó a aquellas benditas mujeres a rezar, y la orden y religión que habían de tener, y las santas ceremonias y ordenaciones, y el recogimiento y religioso trato. Y ansí se estuvieron hasta que les dio la regla de la santísima Concepción con grandísimo recogimiento y con tanta opinión de virtud y santidad cuanta merece su santa y perfecta vida. Hay grandes testimonios por donde se sabe muy cierto que una Francisca Gasquina, de las primeras que entraron, fue tan espiritual y devotísima mujer que en sus meditaciones y contemplación gozó de muchas consolaciones celestiales con particulares regalos y acaecimientos que en su vida fueron muy estimados, y ella tenida en gran veneración por la opinión que de espiritualísima mujer tenía. Y siempre hubo y habido en esta santa casa muchas monjas de mucho espíritu y devoción, y de muy continua oración. Y, especialmente, es grande el recogimiento que desde su fundación se ha guardado y guarda siempre. […]