Diferencia entre revisiones de «Inés Cano»
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− | * Torres, Alonso | + | * [http://catalogodesantasvivas.visionarias.es/index.php/Categor%C3%ADa:Alonso_de_Torres Torres de, Alonso], 1683. ''Chrónica de la Santa Provincia de Granada, de la regular observancia de N. Seráfico Padre San Francisco''. Madrid: Juan García Infanzón, 502-503. |
==Criterios de edición== | ==Criterios de edición== |
Revisión del 22:23 15 nov 2020
Nombre | Inés Cano |
Orden | Franciscanas |
Título | Abadesa del convento de Santa Clara de Andújar |
Fecha de fallecimiento | 1431 |
Lugar de fallecimiento | Andújar |
Contenido
Vida impresa
Ed. de Borja Gama de Cossío; fecha de edición: octubre de 2020.
Fuente
- Torres de, Alonso, 1683. Chrónica de la Santa Provincia de Granada, de la regular observancia de N. Seráfico Padre San Francisco. Madrid: Juan García Infanzón, 502-503.
Criterios de edición
Esta crónica, dedicada, según se dice en su título, “al señor D. Iván Antonio de Contreras Remírez de Arellano, Alcayde perpetuo de las fortalezas de Cambil y Alhabar del Consejo de su Majestad, su Alcalde de Hijosdalgo en la Real Cancillería de Granada”, se trata de un impreso de 1683 que, dividido en diferentes tratados, ahonda en el origen de la Santa Provincia de Granada desde sus inicios en el siglo XV hasta finales del siglo XVII, cuando esta obra se publica. El texto habla de la fundación, división de la provincia y los reinos, así como de los patronos de la provincia y religiosas que han vivido en esta comunidad desde sus inicios hasta 1683. Se transcriben vidas de monjas y religiosas de diferentes conventos situados en distintas ciudades de Andalucía.
En este trabajo se edita el Tratado V, que se encarga de documentar la vida y milagros de mujeres de la comunidad de Santa Clara desde finales del siglo XV hasta finales del siglo XVII. Dada la naturaleza del Catálogo, nos ocupamos de las mujeres que mueren antes de 1560-1563, aunque se transcriben tres que mueren en 1565 (Sor María de San Juan), 1567 (Sor Catalina de Ribera) y 1568 (Sor Florentina de los Ángeles), ya que su foco de actuación es anterior a estas fechas (por lo tanto, también al de Santa Teresa) y la longitud de las hagiografías da cuenta de su importancia. Las vidas de estas mujeres con fama de santas se incluyen en capítulos dentro de este Tratado V, donde se informa de cada mujer en referencia al convento en el que vive. Tras una pequeña introducción que ocupa todo el ancho de la página, cada hoja está dividida en dos columnas, las cuales tienen anotaciones en sus respectivos márgenes izquierdo o derecho, que aclaran información comentada en el cuerpo del texto, ya sea el lugar de nacimiento o la fecha de fallecimiento, además de otros tipos de información biográfica, bíblica e histórica.
Se adoptan los criterios de edición de vidas impresas estipulados en el Catálogo, es decir, se moderniza la ortografía (b/u/v, j/g, chr/cr, qu/cu, empleo de h, etc.) y se eliminan las consonantes geminadas. Además, se expanden las abreviaturas, primordialmente la expansión de las nasales con la virgulilla encima de la vocal y la abreviación de “que” o “qual”, también con el uso de la virgulilla o la diéresis. De todos modos, algunas abreviaturas como N. S. (Nuestro Señor) o N. P. S. (Nuestro Padre Santo) se respetan en el texto. Asimismo, las abreviaturas presentadas en las notas serán respetadas. El uso de mayúsculas y minúsculas se moderniza, así como se adaptan las normas de acentuación a sus usos actuales. Además, se moderniza también la puntuación, teniendo en cuenta el orden de la oración y el uso de la puntuación a día de hoy. Del mismo modo, se moderniza el uso de aglomerados, se separan las palabras que a día de hoy ya no aparecen juntas (“della”) y se unen las que ya se representan como una sola palabra (“del”, “al”).
Vida de Inés Cano
Capítulo II
[502]
De algunas religiosas ejemplares del monasterio de Santa Clara de la ciudad de Andújar
Madruga mucho la flor en el árbol que se ha de colmar temprano de sazonados frutos y, como esta planta de Andújar había de dar tantos a esta Santa Provincia y tan sazonados, dispuso Dios N. S. que fuese el que más madrugó en su fundación, siendo el primero. Conócese bien su fertilidad en algunas de sus ramas, que aquí describiré aunque con brevedad.
Sor Inés Cano. Llora este monasterio el haber perdido la noticia de la patria y padres de la sierva de Dios N. S. por su mucha antigüedad, pues ha doscientos [1] y cuarenta y nueve años que murió, y debía llorar con más justo título esta Provincia de Granada, el que en más de otros doscientos [2] años antecedentes, por omisión de los antiguos, ha perdido noticia de muchas mujeres ilustres en virtud de esta comunidad, que solo ellas pudieron componer una chrónica.
Treinta años, dice el Docto[r] Vvadingo [3], que gobernó este monasterio, con admirable virtud y penitencia; la cual, según tradición, no dormía en cama, sino en el suelo sobre una esterilla. Nunca faltó a medianoche de Maitines y desde las cinco de la mañana, se estaba [503] hasta las ocho en el coro, a cuya imitación la seguían muchas súbditas. Estando una vez orando en el dormitorio, vio venir acompañado de un ángel por entre las camas al glorioso San Sebastián, con arco y saetas, visión que queda referida en la fundación del monasterio.
Fue tan pobre que nunca tuvo de uso más que la ropa de vestir, y esa solo la que traía sobre el cuerpo, muy vieja y despreciada. Así le era forzoso, cuando lavaba la toca, ponerse el escapulario en su lugar sobre la cabeza. Ayunaba a pan y agua, y todos los ayunos de la Iglesia y los que pone San Francisco N.P. en su regla. Diole la última enfermedad siendo ya de muchos años y, con la disposición que pedía tanta virtud, dio su alma al Criador, y siendo la hora en que murió, al mediodía, sin haberlo dicho nadie, se convocó la ciudad, diciendo los niños a voces por las calles: “Vamos a ver a la santa, que ha muerto en Santa Clara, vamos a ver a la santa Inés Cano, que ha muerto”. Luego a la noche, vino un varón virtuoso que estaba retirado en Nuestra Señora de la Cabeza, tres leguas distante, en medio de Sierra Morena, santuario en España de los más célebres, y preguntó a las religiosas quién era la que había espirado al mediodía, porque vio subir su alma al cielo. Fue su dichoso tránsito [4] el año de mil cuatrocientos y treinta y uno, teniendo ya el monasterio de antigüedad doscientos [5] y siete, como queda dicho en su lugar, aunque Vvadingo, mal informado, pone su fundación el año de mil cuatrocientos y treinta.
Notas
[1] Por “ducientos”.
[2] Véase nota 1.
[3] Al margen derecho: “Vvadi/rom 5 al/ año de/ 1430/ númer./ marg. 53”.
[4] A margen izquierdo: “Muere año de 1431”.
[5] Véase nota 1.