Diferencia entre revisiones de «Juana de la Cruz»

De Catálogo de Santas Vivas
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| Nombre || Juana de la Cruz
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| Nombre || Juana de la Cruz Vázquez Gutiérrez
 
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| Orden || [http://catalogodesantasvivas.visionarias.es/index.php/Categor%C3%ADa:Santas_franciscanas Franciscanas]
 
| Orden || [http://catalogodesantasvivas.visionarias.es/index.php/Categor%C3%ADa:Santas_franciscanas Franciscanas]
 
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| || Monja y abadesa
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| Títulos || Monja y abadesa
 
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| Fecha de nacimiento || 3 de mayo de 1481
 
| Fecha de nacimiento || 3 de mayo de 1481
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| Fecha de fallecimiento || 3 de mayo de 1534
 
| Fecha de fallecimiento || 3 de mayo de 1534
 
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| Lugar de nacimiento || , Toledo
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| Lugar de nacimiento || Azaña, Toledo
 
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| Lugar de fallecimiento || Cubas de la Sagra, Madrid
 
| Lugar de fallecimiento || Cubas de la Sagra, Madrid
 
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| || 3 de mayo
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| Canonización || 3 de mayo
 
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| || Es proclamada como venerable el 4 de mayo de 1630
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| Beatificación || Es proclamada como venerable el 4 de mayo de 1630
 
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| || En proceso
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| Canonización || En proceso
 
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= Vida impresa =
 
= Vida impresa =
Ed. de Pedro
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Ed. de Pedro García Suárez
 
== Fuente ==
 
== Fuente ==
  
* Salazar, Pedro de. 1612. ''y historia de la y progreso de la provincia de Castilla de la Orden del bienaventurado Padre San Francisco''. Madrid: Imprenta Real, 511-546.
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* Salazar, Pedro de. 1612. ''Crónica y historia de la fundación y progreso de la provincia de Castilla de la Orden del bienaventurado Padre San Francisco''. Madrid: Imprenta Real, 511-546.
  
'''[511] LA VIDA DE LA sierva de Dios Juana de la Cruz, que tantas personas tiene aficionadas, religiosas y seglares, que gustan mucho de verla y tenerla consigo y no es la de 1610. sino compuesto de nuevo'''
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'''[511] SÍGUESE LA VIDA DE LA sierva de Dios Juana de la Cruz, que tantas personas tiene aficionadas, religiosas y seglares, que gustan mucho de verla y tenerla consigo y no es según la impresión de 1610. sino compuesto de nuevo'''
  
== I ==
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== Capítulo I ==
 
'''Del nacimiento de la madre Juana de la Cruz'''
 
'''Del nacimiento de la madre Juana de la Cruz'''
  
En el Monasterio de Nuestra de la Cruz el cuerpo de la madre Juana de la Cruz, abadesa que fue del dicho convento y muy gran sierva de Nuestro , la cual fue natural de un pueblo que se llama Azana, tierra del arzobispado de Toledo, cerca de la dicha ciudad, en la tierra que llaman la Sagra de Toledo. en el de la de 1481 y en el bautismo le pusieron por nombre Juana. Sus padres fueron muy buenos cristianos y virtuosos y de gente muy honrada; su padre se llamaba Juan y su madre Catalina y tuvieron otros hijos muy virtuosos y algunos dellos fueron religiosos de muy aprobada vida. La bendita madre Juana de la Cruz fue dotada de mucha gracia y hermosura corporal; criola su madre a sus pechos, porque en naciendo con ella mucho amor; era muy graciosa y mansa y su madre que no tan solamente no pena ni trabajo en criarla, mas y notable en todas las veces que la tomaba en sus brazos, aunque estuviese muy triste y angustiada. muy claro entendimiento y tan grande conocimiento de Dios que, aunque de poca edad, siempre su pensamiento y ocupaciones en cosas celestiales y en hacer nuevos servicios a su esposo Jesucristo, a quien se desde . Nunca la jugar ni ocupada en cosas de vanidad ni desaprovechada ni hablar palabras vanas, de manera que sus padres y parientes y personas que la [512] se maravillaban mucho de las grandes virtudes que en ella resplandecer. Estando un asentada a la puerta de la casa de su padre pasaba el Sacramento por , que le llevaban a un enfermo, y como sus padres la tan bien impuesta en las cosas de Dios y de su santa fe , se con mucho fervor a mirar y adorar al , que llevaba el en sus manos, y vido que iba sobre la custodia Nuestro Jesucristo en forma de vivo y muy resplandeciente y por entonces no dijo nada, pensando que todos lo que ella ; pero Nuestro , que es dador de las gracias y descubridor de los secretos que se sirve de manifestar, tuvo por bien de traer tiempo en que estas y otras maravillas y grandes misterios que en su sierva obrado desde su fuesen vistos y conocidos, sin ser en su mano podellos encubrir.  
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En el Monasterio de Nuestra Señora de la Cruz está el cuerpo de la madre Juana de la Cruz, abadesa que fue del dicho convento y muy gran sierva de Nuestro Señor, la cual fue natural de un pueblo que se llama Azana, tierra del arzobispado de Toledo, cerca de la dicha ciudad, en la tierra que llaman la Sagra de Toledo. Nació en el año de la encarnación de 1481 años y en el bautismo le pusieron por nombre Juana. Sus padres fueron muy buenos cristianos y virtuosos y de gente muy honrada; su padre se llamaba Juan Vázquez y su madre Catalina Gutiérrez y tuvieron otros hijos muy virtuosos y algunos dellos fueron religiosos de muy aprobada vida. La bendita madre Juana de la Cruz fue dotada de mucha gracia y hermosura corporal; criola su madre a sus pechos, porque en naciendo tomó con ella mucho amor; era muy graciosa y mansa y decía su madre que no tan solamente no padecía pena ni trabajo en criarla, mas sentía consolación y notable alegría en todas las veces que la tomaba en sus brazos, aunque estuviese muy triste y angustiada. Tenía muy claro entendimiento y tan grande conocimiento de Dios que, aunque de poca edad, siempre tenía su pensamiento y ocupaciones en cosas celestiales y en hacer nuevos servicios a su esposo Jesucristo, a quien se consagró desde niña. Nunca la vían jugar ni ocupada en cosas de vanidad ni desaprovechada ni hablar palabras vanas, de manera que sus padres y parientes y personas que la conocían [512] se maravillaban mucho de las grandes virtudes que veían en ella resplandecer. Estando un día asentada a la puerta de la casa de su padre pasaba el santísimo Sacramento por allí, que le llevaban a un enfermo, y como sus padres la tenían tan bien impuesta en las cosas de Dios y de su santa fe católica, se levantó con mucho fervor a mirar y adorar al Señor, que llevaba el clérigo en sus manos, y vido que iba sobre la custodia Nuestro Señor Jesucristo en forma de niño vivo y muy resplandeciente y por entonces no dijo nada, pensando que todos veían lo que ella veía; pero Nuestro Señor, que es dador de las gracias y descubridor de los secretos que Él se sirve de manifestar, tuvo por bien de traer tiempo en que estas y otras maravillas y grandes misterios que en su sierva había obrado desde su niñez fuesen vistos y conocidos, sin ser en su mano podellos encubrir.  
  
== II ==
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== Capítulo II ==
'''siendo esta sierva de Dios de siete de su madre'''  
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'''Cómo siendo esta sierva de Dios de siete años quedó huérfana de su madre'''  
  
Llegado el tiempo en que pasar desta vida la madre de la bendita Juana de la Cruz, de una promesa que hecha en una enfermedad suya, de llevar a su hija con su pelo de cera a velar al Monasterio de Nuestra de la Cruz, a su marido que lo cumpliese por ella y le de cumplirlo lo presto que pudiese; y cuando esto se trataba entre los dos estaba presente la sierva de Dios Juana de la Cruz, la cual deseaba mucho que se cumpliese aquella promesa; y como quedase en casa de su padre, con la edad en ella muy grandes fervores y ansias de ser religiosa por servir a Dios, y creciendo en edad empezaba a poner por obra sus fervorosos deseos del servicio del . una , hermana de su madre, doncella y de muy santa vida, en quien Nuestro muy claros y manifiestos milagros y maravillas, con la cual se consolaba y comunicaba mucho. En este tiempo su se a monja en Toledo en el Monasterio de Santo Domingo el Real, en el cual y su vida muy santamente. La bendita Juana de la Cruz mucha soledad en faltarle tal y quisiera [513] mucho irse con ella a ser religiosa, pero su padre y abuela no se lo quisieron conceder, que poca edad y no llevar las asperezas de la . Viendo ella que aprovechaba poco el rogarlo, por entonces y pensaba entre : yo a ser religiosa a aquel monasterio porque estaba mi no es , quiero ir a cualquiera otro monasterio por solo Dios y su amor, y servirle y . Y este deseo en ella cada y la desta bienaventurada era muy santa y muy regalada de Dios y muchas revelaciones, y en una le dijo Dios que su sobrina de ser muy gran persona y de muy singulares gracias y dones espirituales; y esta a la priora de su monasterio, la cual con mucho cuidado y diligencia procuraba y deseaba que viniese a ser monja a su casa y con muchos ruegos a sus padres y parientes se la diesen para monja, en lo cual quisieron los padres consentir. Lo cual visto por la priora y monjas del dicho monasterio, procuraron por otras haberla y en todo este tiempo no cesaban las monjas de suplicar a Nuestro trujese a su casa aquel precioso tesoro, lo cual no se hizo porque Dios determinado otra cosa. En este tiempo esta bendita doncella fue llevada a casa de unos suyos, que la amaban y como hija natural, y le dieron el gobierno de toda su casa y bienes y ella les era muy obediente. Era muy honesta y prudente en todas sus obras y muy caritativa para los criados de la casa y personas que en ella trabajaban, y cuidadosa y diligente en los trabajos corporales y administradora en las cosas de Dios. Daba muy buenos consejos: era muy humilde y la voluntad muy aparejada para hacer penitencia y la tomaba sobre con mucha y la por obra; y en sus ayunos fue muy abstinente, que su comer era pan y agua y no de una vez al y esta no todo lo que menester; y no solamente ayunaba con solo pan y agua, se estaba dos y tres sin comer ni beber alguna cosa, y esto ella muy de ordinario y con muy gran secreto. Todas las veces que ella se desocupar para rezar y contemplar, muy fervorosa, en salidas de su y lloradas con a la [514] de Jesucristo Nuestro , y, hecha de otra manera, la no por tan acepta para ser recebida delante del acatamiento divino. Era rigorosa para su cuerpo porque junto a sus carnes un cilicio, hecho de unas cardas que ella muy secretamente y las deshizo, y todas las y puntas en una cosa muy y aquello junto a sus carnes. Andaba de continuo dolorosa y toda llagada y muy alegre y consolada, porque de continuo dolores que ofrecer al en reverencia de los que por nos redemir y salvar. Cuando trabajaba mucha prisa porque los dolores y heridas fuesen mayores. Siempre esta sierva de Dios tres cosas a Dios: trabajo corporal, hecho muy alegremente con la caridad del ; la segunda, sacrificio de sangre y dolores, que le causaban las cosas y crueles que junto a sus carnes; la tercera, los pensamientos siempre puestos en Dios y en las cosas celestiales. siempre muy disciplinas, con muy gruesos cordeles; dados en ellos muy grandes nudos, con estos tan cruel y despiadadamente hasta que sangre y se muy lastimosos cardenales y heridas. tan gran silencio que nunca hablaba palabra que no fuese de Dios o que no la pudiese excusar. Andando por casa o haciendo labor de manos, secretamente en los merecillos de los brazos, y en cualquier parte de su cuerpo que ella , muy recios pellizcos. Y cuando de hacer trabajo al fuego o al horno, se destocaba y arremangaba mucho los brazos por hacer penitencia y quemar sus carnes y ofrecerlas a Dios en sacrificio; y el que no alguna cosa destas, no se por digna de comer el pan ni de hollar la tierra que Dios criado. Era tan amiga de , silencio y recogimiento, que buscaba siempre como estar en larga y fervorosa y para esto que el silencio y reposo de la noche era tiempo muy convenible, y cuando la gente estaba recorrida y dormiendo, ella en la donde , rezando. De que muerta la candela en el tiempo de las noches y largas del invierno, para hacer mayor penitencia se desnudaba delante de unas , en el silicio muy [515] que continuo , y estaba de rodillas en hasta que que la gente de unas dos o tres criadas de casa con quien ella era ora que se levantasen: entonces por no ser sentida a acostar. Y una vez , Dios porque fuese conocida, que sus lo sintieron que se iba a acostar cuando amanecer, y iba muy , que solo el que llevaba en sus carnes las despertaba; y ellas le dijeron muchas veces que por no se acostaba cuando ellas, que o a tales horas. La bienaventurada que alguna necesidad de venir donde . Como ella continuase este ejercicio, una de ellas a su ama, la cual se mucho y a aquella criada que con cuidado y secreto viese iba su sobrina a aquellas horas y . Luego la noche siguiente, la criada, viendo que la sierva de Dios no estaba en la cama, de ponerse a la puerta de la donde con de cerrarla, pensando que la bendita Juana de la Cruz salido fuera. Y con este pensamiento a la puerta y hallola cerrada, y como estaban a escuras no la y estaba en delante de las y pusose junto a la puerta por verla cuando fuese a salir; y estando por rato, oyola llorar y gemir, y la moza, por certificarse, quitose de la puerta y fuese adonde ella estaba en , descuidada que nadie la ni aguardaba, y fue a asir della y estaba de rodillas desnuda y envuelta en un silicio. De lo cual la bienaventurada gran por ser vista; y la criada, maravillada, por entonces y dijo a su bienaventurada criatura era su sobrina y en santos y provechosos actos la hallado.  
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Llegado el tiempo en que había pasar desta vida la madre de la bendita niña Juana de la Cruz, acordándose de una promesa que tenía hecha en una enfermedad suya, de llevar a su hija con su pelo de cera a velar al Monasterio de Nuestra Señora de la Cruz, rogó a su marido que lo cumpliese por ella y él le prometió de cumplirlo lo más presto que pudiese; y cuando esto se trataba entre los dos estaba presente la sierva de Dios Juana de la Cruz, la cual deseaba mucho que se cumpliese aquella promesa; y como quedase en casa de su padre, con la edad crecían en ella muy grandes fervores y ansias de ser religiosa por más servir a Dios, y creciendo en edad empezaba a poner por obra sus fervorosos deseos del servicio del Señor. Tenía una tía, hermana de su madre, doncella y de muy santa vida, en quien Nuestro Señor mostró muy claros y manifiestos milagros y maravillas, con la cual se consolaba y comunicaba mucho. En este tiempo su tía se metió a monja en Toledo en el Monasterio de Santo Domingo el Real, en el cual vivió y acabó su vida muy santamente. La bendita Juana de la Cruz sintió mucha soledad en faltarle tal compañía y quisiera [513] mucho irse con ella a ser religiosa, pero su padre y abuela no se lo quisieron conceder, diciéndole que tenía poca edad y no podía llevar las asperezas de la religión. Viendo ella que aprovechaba poco el rogarlo, calló por entonces y pensaba entre : “Ir yo a ser religiosa a aquel monasterio porque estaba allí mi tía no es perfección, más quiero ir a cualquiera otro monasterio por solo Dios y su amor, y servirle y aplacerle”. Y este deseo crecía en ella cada día y la tía desta bienaventurada era muy santa y muy regalada de Dios y tenía muchas revelaciones, y en una le dijo Dios que su sobrina había de ser muy gran persona y de muy singulares gracias y dones espirituales; y contó esta revelación a la priora de su monasterio, la cual con mucho cuidado y diligencia procuraba y deseaba que viniese a ser monja a su casa y pedía con muchos ruegos a sus padres y parientes se la diesen para monja, en lo cual jamás quisieron los padres consentir. Lo cual visto por la priora y monjas del dicho monasterio, procuraron por otras vías haberla y en todo este tiempo no cesaban las monjas de suplicar a Nuestro Señor trujese a su casa aquel precioso tesoro, lo cual no se hizo porque Dios tenía determinado otra cosa. En este tiempo esta bendita doncella fue llevada a casa de unos tíos suyos, que la amaban y querían como hija natural, y le dieron el gobierno de toda su casa y bienes y ella les era muy obediente. Era muy honesta y prudente en todas sus obras y muy caritativa para los criados de la casa y personas que en ella trabajaban, y cuidadosa y diligente en los trabajos corporales y administradora en las cosas de Dios. Daba muy buenos consejos: era muy humilde y tenía la voluntad muy aparejada para hacer penitencia y la tomaba sobre con mucha alegría y la ponía por obra; y en sus ayunos fue muy abstinente, que su comer era pan y agua y no comía más de una vez al día y esta no todo lo que había menester; y no solamente ayunaba con solo pan y agua, más se estaba dos y tres días sin comer ni beber alguna cosa, y esto hacía ella muy de ordinario y con muy gran secreto. Todas las veces que ella se podía desocupar para rezar y contemplar, hacía oración muy fervorosa, bañada en lágrimas salidas de su corazón y lloradas con compasión a la Pasión [514] de Jesucristo Nuestro Señor, y, hecha de otra manera, la tenía no por tan acepta para ser recebida delante del acatamiento divino. Era rigorosa para su cuerpo porque traía junto a sus carnes un cilicio, hecho de unas cardas que buscó ella muy secretamente y las deshizo, y todas las púas y puntas cosió en una cosa muy áspera y aquello traía junto a sus carnes. Andaba de continuo dolorosa y toda llagada y muy alegre y consolada, porque tenía de continuo dolores que ofrecer al Señor en reverencia de los que padeció por nos redemir y salvar. Cuando trabajaba dábase mucha prisa porque los dolores y heridas fuesen mayores. Siempre esta sierva de Dios ofrecía tres cosas a Dios: trabajo corporal, hecho muy alegremente con la caridad del prójimo; la segunda, sacrificio de sangre y dolores, que le causaban las cosas ásperas y crueles que traía junto a sus carnes; la tercera, los pensamientos siempre puestos en Dios y en las cosas celestiales. Hacía también siempre muy ásperas disciplinas, dándose con muy gruesos cordeles; dados en ellos muy grandes nudos, dábase con estos tan cruel y despiadadamente hasta que salía sangre y se hacía muy lastimosos cardenales y heridas. Tenía tan gran silencio que nunca hablaba palabra que no fuese de Dios o que no la pudiese excusar. Andando por casa o haciendo labor de manos, dábase secretamente en los merecillos de los brazos, y en cualquier parte de su cuerpo que ella podía, muy recios pellizcos. Y cuando había de hacer algún trabajo al fuego o al horno, se destocaba y arremangaba mucho los brazos por hacer penitencia y quemar sus carnes y ofrecerlas a Dios en sacrificio; y el día que no hacía alguna cosa destas, no se tenía por digna de comer el pan ni de hollar la tierra que Dios había criado. Era tan amiga de oración, silencio y recogimiento, que buscaba siempre como estar en larga y fervorosa oración y para esto parecíale que el silencio y reposo de la noche era tiempo muy convenible, y cuando la gente estaba recorrida y dormiendo, quedábase ella en la cámara donde dormía, rezando. De que veía muerta la candela en el tiempo de las noches frías y largas del invierno, para hacer mayor penitencia se desnudaba delante de unas imágenes, quedándose en el silicio muy áspero [515] que continuo traía, y ansí estaba de rodillas en oración hasta que sentía que la gente de unas dos o tres criadas de casa con quien ella dormía era ora que se levantasen: entonces por no ser sentida íbase a acostar. Y una vez aconteció, queriéndolo Dios ansí porque fuese conocida, que sus compañeras lo sintieron que se iba a acostar cuando quería amanecer, y sentían cómo iba muy fría, que solo el frío que llevaba en sus carnes las despertaba; y ellas le dijeron muchas veces que por qué no se acostaba cuando ellas, que qué hacía o dónde venía a tales horas. La bienaventurada respondió que alguna necesidad tenía de venir donde venía. Como ella continuase este ejercicio, díjolo una de ellas a su ama, la cual se angustió mucho y mandó a aquella criada que con cuidado y secreto viese dónde iba su sobrina a aquellas horas y qué hacía. Luego la noche siguiente, la criada, viendo que la sierva de Dios no estaba en la cama, acordó de ponerse a la puerta de la cámara donde dormían con intención de cerrarla, pensando que la bendita Juana de la Cruz había salido fuera. Y con este pensamiento llegó a la puerta y hallola cerrada, y como estaban a escuras no la vía y estaba en oración delante de las imágenes y pusose junto a la puerta por verla cuando fuese a salir; y estando allí por algún rato, oyola llorar y gemir, y la moza, por certificarse, quitose de la puerta y fuese adonde ella estaba en oración, descuidada que nadie la oía ni aguardaba, y fue a asir della y sintió cómo estaba de rodillas desnuda y envuelta en un áspero silicio. De lo cual la bienaventurada sintió gran tribulación por ser vista; y la criada, maravillada, disimuló por entonces y dijo a su señora cuán bienaventurada criatura era su sobrina y en cuán santos y provechosos actos la había hallado.  
Desta manera su buena vida fue divulgada y se por todas las personas de la casa y aun por otras muchas, de lo cual ella muy gran pesar y buscaba en su pensamiento se apartar a poder hacer sus ejercicios sin ser vista; y acordose que en aquella casa de su en unos corrales un palomar tapiado y sin tejado y una en que ella muy grande y pusola en un pedazo de terciopelo, y doblada [516] consigo, y todas las veces que se iba a aquel palomar y la en una parte y con unas cadenas que ella escondidas muy disciplinas y andaba de rodillas, desnudas las rodillas sobre las guijas y cantos hasta que se le desollaban; y con muchas y gemidos andaba desta manera con la prisa que , considerando que iba por los lugares santos y por donde llevado a crucificar a Nuestro Jesucristo. Y andando ella con esta , se le Jesucristo Nuestro apasionado como cuando llevaba la cruz a cuestas y la miraba sus ojos de misericordia. Un viernes santo quisiera ir a la iglesia y ver el monumento, y su no le dio licencia porque en aquellos tiempos no se acostumbraba salir las doncellas de casa, sino en los de fiesta a misa. Y ida la y la gente a la iglesia, quedose ella en casa del dolor y que aquel santo representa y hincose de rodillas delante de un crucifijo con muchas , de lo que en tal su Dios y padecido; y fue tanta el agua que de sus ojos , que la tierra, y del dolor que en su en el suelo como muerta; y estando con esta vido la imagen del santo crucificado muy apasionado y llagado y aparecieron todas las insignias y misterios de la y las tres muy llorosas, cubiertas de luto; y tantos fueron los misterios que vido y y lo mucho que y se su , que tal que muerta, y su gesto tan difunto y desmejado que, cuando sus y la gente de casa vinieron, se maravillaron mucho de verla tan demudada y le preguntaron le acontecido y apremiaronla que comiese y no ayunase aquel a pan y agua, y ella les no le quitasen su , que muy bien ayunar y muy bien dispuesta se hallaba. Y viendo la humilde doncella no se encubrir su virtud, pena tres cosas: la una, no tener tiempo y libertad para servir a Dios, como ella deseaba; la segunda, que era conocida de todos la gracia y mercedes que Dios le ; la tercera, el gran deseo que de ser religiosa, no verle cumplido. De manera [517] que ya con muchas y fervor lo a su padre y , los cuales nunca con su , y su que la criado, como haciendo burla, le dijo: sobrina quiere ser monja por ser . Y ella con mucha humildad: si lo fuere por la gracia de Dios, rogare a Dios por v. . Y por entonces no les , no perdiendo la esperanza que Nuestro se lo de otorgar, pues ella se lo suplicaba sin cesar; y con esta esperanza un viernes santo fuese al palomar y, entrando en , puso la santa y la cadena que escondida y hizo una disciplina, porque todas las veces que ella iba , primero se disciplinaba que hiciese ; y hecha esta disciplina, hincose de rodillas y derramando muchas a decir mirando la santa : muy dulce , suplico a Vuestra Majestad por reverencia de los misterios que hoy viernes santo vos, mi , hicistes y por los dolores y tormentos muy crudos que por me redemir y salvar padecistes, que me esta merced que muchas veces con importunidad he pedido: que merezca yo ser vuestra sierva en la y que esta merced no se me niegue en este santo . Y estando en esta la sierva de Dios, le fue revelado que Dios su y recibido su buen deseo, y lo tomaba por obra muy aceptada y le de la recibir por esposa y concederle la , con que ella pusiese la diligencia que para alcanzarlo viese que menester; y desde aquella hora buscaba y procuraba en su y de manera secretamente, que ninguna persona la viese ir al Monasterio de Nuestra de la Cruz, que la alumbraba el Santo fuese.  
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Desta manera su buena vida fue divulgada y se conoció por todas las personas de la casa y aun por otras muchas, de lo cual ella recebía muy gran pesar y buscaba en su pensamiento dónde se podría apartar a poder hacer sus ejercicios sin ser vista; y acordose que en aquella casa de su tía en unos corrales había un palomar tapiado y sin tejado y tomó una Verónica en que ella tenía muy grande devoción y pusola en un pedazo de terciopelo, y doblada [516] traíala consigo, y todas las veces que podía se iba a aquel palomar y ponía la Verónica en una parte y con unas cadenas que ella tenía allá escondidas hacía muy ásperas disciplinas y andaba de rodillas, desnudas las rodillas sobre las guijas y cantos hasta que se le desollaban; y con muchas lágrimas y gemidos andaba desta manera con la más prisa que podía, considerando que iba por los lugares santos y por donde habían llevado a crucificar a Nuestro Señor Jesucristo. Y andando ella con esta contemplación, se le apareció Jesucristo Nuestro Señor apasionado como cuando llevaba la cruz a cuestas y la miraba sus ojos de misericordia. Un viernes santo quisiera ir a la iglesia y ver el monumento, y su tía no le dio licencia porque en aquellos tiempos no se acostumbraba salir las doncellas de casa, sino en los días de fiesta a oír misa. Y ida la tía y la demás gente a la iglesia, quedose ella en casa acompañada del dolor y compasión que aquel santo día representa y hincose de rodillas delante de un crucifijo con muchas lágrimas, compadeciéndose de lo que en tal día su Dios y Señor había padecido; y fue tanta el agua que de sus ojos manó, que mojó la tierra, y del dolor que sintía en su corazón cayó en el suelo como muerta; y estando con esta compasión vido la imagen del santo crucificado muy apasionado y llagado y aparecieron allí todas las insignias y misterios de la Pasión y las tres Marías muy llorosas, cubiertas de luto; y tantos fueron los misterios que allí vido y sintió y lo mucho que lloró y se traspasó su corazón, que quedó tal que parecía muerta, y su gesto tan difunto y desmejado que, cuando sus tíos y la gente de casa vinieron, se maravillaron mucho de verla tan demudada y le preguntaron qué le había acontecido y apremiaronla que comiese y no ayunase aquel día a pan y agua, y ella les suplicó no le quitasen su devoción, que muy bien podía ayunar y muy bien dispuesta se hallaba. Y viendo la humilde doncella cómo no se podía encubrir su virtud, dábanle pena tres cosas: la una, no tener tiempo y libertad para servir a Dios, como ella deseaba; la segunda, que era conocida de todos la gracia y mercedes que Dios le hacía; la tercera, el gran deseo que tenía de ser religiosa, no verle cumplido. De manera [517] que ya públicamente con muchas lágrimas y fervor lo pedía a su padre y tíos, los cuales nunca condencendían con su petición, y su tío que la había criado, como haciendo burla, le dijo: “Mi sobrina quiere ser monja por ser santa”. Y ella respondió con mucha humildad: “Pues si lo fuere por la gracia de Dios, rogare a Dios por v. merced”. Y por entonces no les importunó más, no perdiendo la esperanza que Nuestro Señor se lo había de otorgar, pues ella se lo suplicaba sin cesar; y con esta esperanza un viernes santo fuese al palomar y, entrando en él, puso la santa Verónica y sacó la cadena que tenía escondida y hizo una áspera disciplina, porque todas las veces que ella iba allí, primero se disciplinaba que hiciese oración; y hecha esta disciplina, hincose de rodillas y derramando muchas lágrimas empezó a decir mirando la santa Verónica: “O muy dulce Señor mío, suplico a Vuestra Majestad por reverencia de los misterios que hoy día viernes santo vos, mi Señor, hicistes y por los dolores y tormentos muy crudos que por me redemir y salvar padecistes, que me concedáis esta merced que muchas veces con importunidad he pedido: que merezca yo ser vuestra sierva en la religión y que esta merced no se me niegue en este santo día”. Y estando en esta oración la sierva de Dios, le fue revelado que había Dios oído su petición y recibido su buen deseo, y lo tomaba por obra muy aceptada y le placía de la recibir por esposa y concederle la religión, con condición que ella pusiese la diligencia que para alcanzarlo viese que había menester; y desde aquella hora buscaba y procuraba en su corazón cómo y de qué manera saldría secretamente, que ninguna persona la viese ir al Monasterio de Nuestra Señora de la Cruz, que allí la alumbraba el Espíritu Santo fuese.  
  
== III ==
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== Capítulo III ==
'''esta bendita madre manera para ir a ser religiosa'''
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'''Cómo esta bendita madre buscó manera para ir a ser religiosa'''
  
de pasada la Pascua de , como ya fuese cumplida en ella la voluntad del para que fuese religiosa, con su ayuda de tomar una de madrugada unos vestidos de un primo [518] suyo, que ella a guardar, y vistiose de hombre para salir sin ser conocida y irse al Monasterio de Nuestra de la Cruz, que es dos leguas de donde ella , y de que estuvo bien aderezada de de hombre, pusose encima los acostumbrados vestidos de mujer que ella traer y tocado que acostumbraba, y a las mozas diciendo que era tarde y con ellas hizo los haciendas que otros hacer. Y de que todos los de la casa le hubieron visto que su intento era este, porque descuidasen della por rato y ella pudiese irse sin que la siguiesen entrose aprisa en cierta parte y quitose los vestidos de mujer, y pusose un tocador de hombre en la cabeza y echose una capa en el hombro y una espada en la mano, y un que hecho de sus aderezos de mujer tomole debajo del brazo y su camino, el cual ella no sino por y caminando con mucho fervor. El demonio, que mucho pesar desta obra, de la poner tentaciones y peligros por estorbarla, de muy recios temores de su padre y parientes y que no con lo comenzado. La bienaventurada, como de lo que comenzado, creciole el temor con tanto grado que le faltaron las fuerzas humanas y le temblaba todo el cuerpo, que no andar paso, de suerte que se hubo de asentar en el mismo camino muy desmayada, y estando con muchas veras a Nuestro , la quisiese ayudar y esforzar en tan grande necesidad para que ella pudiese acabar la obra comenzada, una voz que le dijo tres veces: , no desmayes y acaba la buena obra que has ; y no vido por entonces le hablaba, mas supo por que era su custodio, con la cual voz se y mucho y anduvo su camino. Ya que andado buena parte , venir tras , aunque algo lejos, a una persona en un caballo, la cual era un hombre muy honrado, que mucha gana de casar con ella y la procurado y rogado; y como ella los ojos y que era el sobredicho mancebo, y sola en un campo y que por entonces no nadie, turbose su de lo que se puede pensar, por deshonrada y perdida; y alumbrada en aquella [519] del Santo, disimuladamente se del camino antes que llegase cerca, y a le Dios de manera que no solamente no la , ni aun el color de los vestidos de hombre que llevaba le parecieron a de otra color, y cuando por enfrente donde ella estaba, dijo en su : que de hombre, le yo de hacer, que en se del . Y tornando a mirarla, vido el que debajo del brazo y dijo: sastre debe de ser, que viene de cortar o de coser de algunos destos . Y con este pensamiento se el mancebo sin la conocer. La bendita virgen, libre de aquel tan gran peligro, hincose de rodillas y dio gracias a Nuestro , y a Nuestra la favoreciese en aquella su obra, y en esta fue muy consolada de Nuestro y adelante con su camino. Y a un lugar que se llama Casarrubuelos, y por la mucha fatiga y cansancio del camino en una casa un jarro de agua, y y asentose a descansar, y puso la espada sobre un poyo y olvidosele ; ya que era salida de la casa, por ella y dijo: pecadora de , que se me olvidaba la . Y estas palabras la moza que a darle de beber y las dijo a las personas de aquella casa, diciendo: es aquel que el ; y no creyendo a la moza, no la siguieron. Y llegando al Monasterio de Nuestra de la Cruz, luego en la iglesia a hacer y su y su cuerpo a Jesucristo, la quisiese recebir en aquella santa y . Y de que hubo orado, como no nadie en la iglesia apartose a un della y quitose los vestidos de hombre y vistiose sus propios vestidos de mujer que consigo, y de que fue aderezada de mujer fuese a la y recibimiento de la casa, en la cual estaba una imagen de Nuestra de bulto, de mucha y milagros, y de rodillas le dio gracias porque la a su casa sin peligro de su persona y con mucha humildad a la santa imagen: servicio yo hacer por tan gran merced como esta? Suplicote, mi , me des gracia que yo persevere en esta casa y viva en ella todos mis ; de lo cual le la imagen, y de fue a llamar a la puerta, rogando que la abriesen. Y [520] preguntole la casera de las monjas era o que era una doncella que ser religiosa. La casera le : que vienen a ser religiosas no vienen solas, que sus padres o parientes las . La sierva de Dios le dijo: en de hombre escondidamente, que de otra manera no viniera , mas por amor de Dios me abrid para que me caliente, que como esta , tomome el agua en el camino y vengo cansada y muerta de ; y por caridad me un poco de pan, que vengo muy necesitada, que si no , no yo que me para religiosa, que como vine ascondida, presto me menos mis parientes y me a . Y la casera la dentro en los aposentos y le dio de comer, siempre y . Yendo la criada del monasterio a la iglesia y viendo los vestidos de hombre que , en su no fuese que con alguna burla o ; pero en los cabellos largos como en los pechos y gesto y en otras se era mujer; y luego la criada al torno del monasterio y dijo que hablar a la abadesa, la cual le dijo: , ha venido una doncella de hasta quince y dice que es de Azana, y vino sola en de hombre y parece que trae muy gran fervor de ser . Y luego la llamar y informose muy bien della y de su deseo, y , aunque fingidamente, la porque venido en tal y de tal manera. Y la madre Juana de la Cruz le con mucha humildad: , mi venida no ha sido sino con sola de servir a Dios y vivir y morir en esta santa casa y hacer todo lo que me mandaren y ser toda mi vida su . Y la religiosa se della y a las monjas y les dijo: , una doncella , que quiere ser nuestra hermana, creo que la trae Dios por milagro porque no este camino ni ; y les dijo y la manera de su venida y palabras de mucha prudencia. Las monjas, lo que les dijo, dieron gracias a Dios y licencia para ir a verla y hablarla y la divina Majestad a todas les tan bien cuando la hablaron, que se determinaron [521] de recebirla en su , y antes que le diesen el vinieron algunos de sus parientes muy sentidos y enojados de lo que hecho, y ella les satisfizo diciendo que muchas veces les dicho y pedido que de ser religiosa y que Dios la a aquella casa y que lo de ser. Concertadas todas las cosas, dieron el a la virgen con mucha solenidad y espiritual en presencia de sus parientes. a hacer vida maravillosa y muy provechosa para los que la y ; su vestido era muy pobre y humilde, mucho que el de las religiosas. de sayal y una saya muy vieja y remendada y el lo mismo. Calzaba unos alpargates, y lo del tiempo andaba descalza y con la gruesa cuerda que haber, y en la cabeza una albanega de estopa y encima lo despreciado que ella haber, y debajo de todo esto de secreto un muy silicio, el cual nunca se quitaba ni noche y otras muy penitencias que . Deseaba tormentos y dolores, llagas y heridas, y cansancio y todas maneras de penas por amor de Dios. Y no solamente en el del noviciado tuvo esta manera de vida, mas todo el tiempo que el silencio, que en todo el del noviciado no le oyeron hablar palabra, sino era con la prelada o maestra, y esto siendo preguntada. penitencia con la boca, trayendo en ella ajenjos amargos por el amargor de la hiel y vinagre que dieron a Nuestro ; siempre en su memoria su de muchas maneras y otras penitencias con la boca, trayendo una piedra algo grande que le daba dolor. Otras veces tomaba en la boca agua y tanto espacio dentro hasta que del dolor no la sufrir. Tomaba con los labios un candelero mediano, y tanto rato por la parte donde se pone la candela hasta que le las quijadas; pensaba ella que guardar silencio sin dolor no era grande servicio ante Dios. Eran sus ayunos muy perfetos y muchos, porque no solo acostumbraba desde su a ayunar ordinariamente, comiendo una vez al , aun estar tres con sus noches sin comer mantenimiento corporal, y no solamente ayunaba de comer, ayunaba de y puesta [522] entre tal traza, y : las personas cuando ayunan no comen hasta medio , y de haber comido, una vez pueden tomar alguna de beber entre y alguna a la noche, desta manera bien ayunar del hasta la medianoche y la comida de medianoche los Maitines, y en la en lugar de la bebida o tomar un poco de corporal para sustentar la . Y para hacer esto bien este orden. Como todas las religiosas acostumbraban dormir juntas en un dormitorio y en medio tienen una encendida y cada una por en su cama, llevaba la bienaventurada una rueca a prima noche a su cama, y cuando que todas las religiosas estaban dormiendo, tomaba su rueca y hilaba cabe su cama a veces en pie y a veces de rodillas en tierra, hasta que a Maitines. Como esta virgen era tan cuidadosa de aprovechar en el , cuando trabajaba corporalmente enderezaba todos aquellos servicios o trabajos que por la santa obediencia a Dios, y, contemplando entre que era su moza y esclava, que los platos que fregaba y todas las otras cosas pensaba que eran de oro y de piedras preciosas en que su Majestad. Cuando contemplaba que la escoba era un manojo de rosas y flores muy olorosas con que alimpiaba y adornaba sus estrados; y cuando guisaba de comer, contemplaba eran muy delicados y preciosos manjares para que comiese su divina Majestad y sus santos; y lo ella y desta manera y de otras muchas sus trabajos corporales ante la Majestad Divina. Oyendo esta sierva de Dios leer en un libro llamado Floreto de santo Francisco, y oyendo mandado una vez a un fraile que fuese a predicar, sin capilla y desnudo, entre : el Padre San Francisco mandaba ir al fraile a predicar desnudo, no teniendo pecados, no yo a confesarme de los y desnudarme dellos, desnuda en carnes y con piedra o palo a cada pecado que dijere? a Dios y, a vos Padre S. Francisco, y sola la cuerda a mi cuerpo y cuello quiero ir a confesar como malhechora, y por tal me ante Dios y mi . Y con mucha [523] de sus pecados, en el confesionario y comenzose a confesar, hincada de rodilla con muchas , y era tiempo de mucho y a dar grandes temblores del gran que , de manera que no lo encubrir, y fue tanto que el confesor le que si estaba enferma, que de temblaba; la bienaventurada que no estaba enferma, que temblaba de . Y acabada la , del confesionario, y ella, que se empezaba a vestir y otra religiosa que iba a confesar, y , y en el confesionario y dijo al confesor que a Juana de la Cruz por tan penitencias como , que entrado a confesar desnuda con solo un silicio. Y el confesor le : yo le temblar y estaba enferma y y que . Y de adelante no solamente en invierno, aun en verano le preguntaba cuando iba a confesar si iba cubierta, porque, si no, no la . Todas las veces que esta bienaventurada iba a confesar el confesor singular consuelo en su y dotrina maravillosa para enmienda de su vida, y no solamente , mas todos los otros padres que la confesaron mientras que de sus confesiones no solo ellos muy confusos, mas sacaban mucho aprovechamiento para sus almas. , cuando era muy importunada de sus confesores les dijese lo que en su , que de contar las cosas de virtud y gracia que Dios le dado que no de decir sus pecados, porque esto era de propria y lo otro era de Dios y de su misericordia. Era esta virgen muy prudente y de mucha y capacidad y de mucha gravedad, presencia de mucha autoridad, piedad y admirable consejo y provechoso en las y a los cuerpos, de muy graciosa habla, de mucha mansedumbre; era mesurada en su risa y provocaba, a quien la y , a : lloraba muy sereno y sin mucho clamor, salvo cuando se elevaba, que de sus sentidos, de algunos pasos de la , que entonces no era en su mano porque el Santo, como dice San Pablo, pide por nosotros con gemidos, que no se pueden contar, siendo esto efecto del Santo en nosotros. obraba [524] grandes maravillas en esta religiosa y le dar algunos devotos suspiros o decir algunas palabras del paso y misterio que estaba contemplando. Era de mucha y muy grande crianza y muy humilde en todo, y holgaba de hacer a cualquier persona demasiada reverencia y honra que no de menos: era igual a todos, tratando a cada uno su estado y manera; era de mucha verdad, y lo contrario ni aun en burla no lo ; era muy secreta y callada en todas y cualesquier cosas que le eran dichas y descubiertas en secreto: de tribulaciones, tentaciones y angustias y cosas de cualquiera otra calidad. Fue remediadora de muchos grandes males y , y libradora de grandes peligros presentes y por venir; era de tan gran santidad que perjudicaba sus ni los agraviaba, aunque fuese de burla. a ella las monjas de su convento, que les dijese que fuese agradable a Dios. La cual dijo: os por consejo, , que no solo a Dios un sacrificio, tres, o cuatro, o , si , porque cada hora cualquier persona ofrecer a Dios tres sacrificios principales, que son estos: el primero, la y muy viva, hecha dentro en el y alma; el segundo, vocal y gracias y loores a la Divina Majestad; el tercero, alguna penitencia, golpes y heridas dadas secretamente; y para desechar la acidia se puede la labor de manos, y habiendo soledad y tiempo suficiente es bueno haber lavatorio y fuente de lloradas de de los pecados o por de la muerte de Nuestro , y entonces cualquier persona dar cinco sacrificios ofrecidos en reverencia de las cinco llagas, y cuando esto no se pudiese hacer tan secreto, ofrecer tres en reverencia de la Trinidad sin ser visto ni sentido de ninguna .  
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Después de pasada la Pascua de Resurrección, como ya fuese cumplida en ella la voluntad del Señor para que fuese religiosa, acordó con su ayuda de tomar una mañana de madrugada unos vestidos de un primo [518] suyo, que ella tenía a guardar, y vistiose de hombre para salir sin ser conocida y irse al Monasterio de Nuestra Señora de la Cruz, que es dos leguas de donde ella vivía, y de que estuvo bien aderezada de hábito de hombre, pusose encima los acostumbrados vestidos de mujer que ella solía traer y tocado que acostumbraba, y llamó a las mozas diciendo que era tarde y con ellas hizo los haciendas que otros días solían hacer. Y de que todos los de la casa le hubieron visto que su intento era este, porque descuidasen della por algún rato y ella pudiese irse sin que la siguiesen entrose aprisa en cierta parte y quitose los vestidos de mujer, y pusose un tocador de hombre en la cabeza y echose una capa en el hombro y una espada en la mano, y un lío que tenía hecho de sus aderezos de mujer tomole debajo del brazo y santiguándose comenzó su camino, el cual ella no sabía sino por oídas y caminando con mucho fervor. El demonio, que tenía mucho pesar desta obra, trabajó de la poner tentaciones y peligros por estorbarla, combatiéndola de muy recios temores de su padre y parientes y que no saldría con lo comenzado. La bienaventurada, como arrepintiéndose de lo que había comenzado, creciole el temor con tanto grado que le faltaron las fuerzas humanas y le temblaba todo el cuerpo, que no podía andar paso, de suerte que se hubo de asentar en el mismo camino muy desmayada, y estando ansí encomendándose con muchas veras a Nuestro Señor, suplicándole la quisiese ayudar y esforzar en tan grande necesidad para que ella pudiese acabar la obra comenzada, oyó una voz que le dijo tres veces: “Esfuérzate, no desmayes y acaba la buena obra que has empezado”; y no vido por entonces quién le hablaba, mas después supo por revelación que era su ángel custodio, con la cual voz se alegró y regocijó mucho y anduvo su camino. Ya que había andado buena parte d’él, sintió venir tras , aunque algo lejos, a una persona en un caballo, la cual era un hombre muy honrado, que tenía mucha gana de casar con ella y la había procurado y rogado; y como ella alzó los ojos y conoció que era el sobredicho mancebo, y viéndose sola en un campo y que por entonces no aparecía nadie, turbose su espíritu más de lo que se puede pensar, teniéndose por deshonrada y perdida; y alumbrada en aquella [519] sazón del Espíritu Santo, disimuladamente se apartó del camino antes que llegase cerca, y a él le cegó Dios de manera que no solamente no la conoció, ni aun el color de los vestidos de hombre que llevaba le parecieron a él de otra color, y cuando pasó por enfrente donde ella estaba, dijo en su corazón: “Mirad que cobardía de hombre, qué le había yo de hacer, que en viéndome se apartó del camino”. Y tornando a mirarla, vido el lío que traía debajo del brazo y dijo: “Algún sastre debe de ser, que viene de cortar o de coser de algunos destos lugares”. Y con este pensamiento se pasó el mancebo sin la conocer. La bendita virgen, viéndose libre de aquel tan gran peligro, hincose de rodillas y dio gracias a Nuestro Señor, y suplicó a Nuestra Señora la favoreciese en aquella su obra, y en esta oración fue muy consolada de Nuestro Señor y pasó adelante con su camino. Y aportó a un lugar que se llama Casarrubuelos, y por la mucha fatiga y cansancio del camino pidió en una casa un jarro de agua, y diéronsele y asentose a descansar, y puso la espada sobre un poyo y olvidosele allí; ya que era salida de la casa, tornó por ella y dijo: “O pecadora de , que se me olvidaba la espada”. Y estas palabras oyó la moza que salió a darle de beber y las dijo a las personas de aquella casa, diciendo: “Mujer es aquel que pidió el agua”; y no creyendo a la moza, no la siguieron. Y llegando al Monasterio de Nuestra Señora de la Cruz, entró luego en la iglesia a hacer oración y ofreció su ánima y su cuerpo a Jesucristo, suplicándole la quisiese recebir en aquella santa compañía y congregación. Y de que hubo orado, como no había nadie en la iglesia apartose a un rincón della y quitose los vestidos de hombre y vistiose sus propios vestidos de mujer que había traído consigo, y de que fue aderezada de mujer fuese a la portería y recibimiento de la casa, en la cual estaba una imagen de Nuestra Señora de bulto, de mucha devoción y milagros, y hincándose de rodillas le dio gracias porque la había traído a su casa sin peligro de su persona y decía con mucha humildad a la santa imagen: “¿Qué servicio podré yo hacer por tan gran merced como esta? Suplicote, mi Señora, me des gracia que yo persevere en esta casa y viva en ella todos mis días”; de lo cual le certificó la imagen, y de allí fue a llamar a la puerta, rogando que la abriesen. Y [520] preguntole la casera de las monjas quién era o qué queríaRespondió que era una doncella que quería ser religiosa. La casera le respondió: “Las que vienen a ser religiosas no vienen solas, que sus padres o parientes las traen”. La sierva de Dios le dijo: “Vine en hábito de hombre escondidamente, que de otra manera no viniera ansí, mas por amor de Dios me abrid para que me caliente, que como esta mañana llovió, tomome el agua en el camino y vengo cansada y muerta de frío; y por caridad me un poco de pan, que vengo muy necesitada, que si no queréis, no diré yo que me metáis allá para religiosa, que como vine ascondida, presto me hallarán menos mis parientes y me vendrán a buscar”. Y la casera la metió dentro en los aposentos y le dio de comer, siempre preguntándole y examinándole. Yendo la criada del monasterio a la iglesia y viendo los vestidos de hombre que había traído, pensó en su corazón no fuese varón que venía con alguna burla o engaño; pero ansí en los cabellos largos como en los pechos y gesto y en otras señales se certificó cómo era mujer; y luego la criada llegó al torno del monasterio y dijo que quería hablar a la abadesa, la cual le dijo: “Señora, aquí ha venido una doncella de hasta quince años y dice que es de Azana, y vino sola en hábito de hombre y parece que trae muy gran fervor de ser religiosa”. Y luego la mandó llamar y informose muy bien della y de su deseo, y después, aunque fingidamente, la reprendió porque había venido en tal hábito y de tal manera. Y la madre Juana de la Cruz le respondió con mucha humildad: “Señora, mi venida no ha sido sino con sola intención de servir a Dios y vivir y morir en esta santa casa y hacer todo lo que me mandaren y ser toda mi vida su criada”. Y la religiosa se despidió della y entró a las monjas y les dijo: “Hermanas, una doncella está aquí, que quiere ser nuestra hermana, creo que la trae Dios por milagro porque no sabía este camino ni vístole”; y les dijo y relató la manera de su venida y cómo decía palabras de mucha prudencia. Las monjas, oído lo que les dijo, dieron gracias a Dios y pidiéronle licencia para ir a verla y hablarla y ordenándolo la divina Majestad a todas les pareció tan bien cuando la hablaron, que se determinaron [521] de recebirla en su compañía, y antes que le diesen el hábito vinieron algunos de sus parientes muy sentidos y enojados de lo que había hecho, y ella les satisfizo diciendo que muchas veces les había dicho y pedido que había de ser religiosa y que Dios la había traído a aquella casa y que lo había de ser. Concertadas todas las cosas, dieron el hábito a la virgen con mucha solenidad y espiritual alegría en presencia de sus parientes. Comenzó a hacer vida maravillosa y muy provechosa para los que la veían y oían; su vestido era muy pobre y humilde, mucho más que el de las demás religiosas. Traía túnica de sayal y una saya muy vieja y remendada y el hábito lo mismo. Calzaba unos alpargates, y lo más del tiempo andaba descalza y ceñida con la más gruesa cuerda que podía haber, y en la cabeza una albanega de estopa y encima lo más despreciado que ella podía haber, y debajo de todo esto traía de secreto un muy áspero silicio, el cual nunca se quitaba día ni noche y otras muy ásperas penitencias que hacía. Deseaba tormentos y dolores, llagas y heridas, frío y cansancio y todas maneras de penas por amor de Dios. Y no solamente en el año del noviciado tuvo esta manera de vida, mas todo el tiempo que vivió guardó el silencio, que en todo el año del noviciado no le oyeron hablar palabra, sino era con la prelada o maestra, y esto siendo preguntada. Hacía penitencia con la boca, trayendo en ella ajenjos amargos por el amargor de la hiel y vinagre que dieron a Nuestro Señor; traía siempre en su memoria su Pasión de muchas maneras y también hacía otras penitencias con la boca, trayendo una piedra algo grande que le daba dolor. Otras veces tomaba en la boca agua y teníala tanto espacio dentro hasta que del dolor no la podía sufrir. Tomaba con los labios un candelero mediano, y teníale tanto rato por la parte donde se pone la candela hasta que le dolían las quijadas; pensaba ella que guardar silencio sin dolor no era grande servicio ante Dios. Eran sus ayunos muy perfetos y muchos, porque no solo acostumbraba desde su niñez a ayunar ordinariamente, comiendo una vez al día, más aun estar tres días con sus noches sin comer algún mantenimiento corporal, y no solamente ayunaba de comer, más ayunaba de sueño y tenía puesta [522] entre tal traza, y decía: “Pues las personas cuando ayunan no comen hasta medio día, y después de haber comido, una vez pueden tomar alguna refección de beber entre día y alguna colación a la noche, desta manera será bien ayunar del sueño hasta la medianoche y después la comida de medianoche serán los Maitines, y en la mañana en lugar de la bebida o colación tomar un poco de sueño corporal para sustentar la naturaleza”. Y para hacer esto bien tenía este orden. Como todas las religiosas acostumbraban dormir juntas en un dormitorio y en medio d’él tienen una lámpara encendida y cada una está por en su cama, llevaba también la bienaventurada una rueca a prima noche a su cama, y cuando veía que todas las religiosas estaban dormiendo, tomaba su rueca y hilaba cabe su cama a veces en pie y a veces de rodillas en tierra, hasta que tañían a Maitines. Como esta virgen era tan cuidadosa de aprovechar en el espíritu, cuando trabajaba corporalmente enderezaba todos aquellos servicios o trabajos que hacía por la santa obediencia a Dios, y, contemplando decía entre que era su moza y esclava, que los platos que fregaba y todas las otras cosas pensaba que eran de oro y de piedras preciosas en que comía su Majestad. Cuando barría contemplaba que la escoba era un manojo de rosas y flores muy olorosas con que alimpiaba y adornaba sus estrados; y cuando guisaba de comer, contemplaba eran muy delicados y preciosos manjares para que comiese su divina Majestad y sus santos; y ansí lo ofrecía ella y desta manera y de otras muchas ofrecía sus trabajos corporales ante la Majestad Divina. Oyendo esta sierva de Dios leer en un libro llamado Floreto de santo Francisco, y oyendo cómo había mandado una vez a un fraile que fuese a predicar, sin capilla y desnudo, pensó entre : “Si el Padre San Francisco mandaba ir al fraile a predicar desnudo, no teniendo pecados, ¿cómo no iré yo a confesarme de los míos y desnudarme dellos, desnuda en carnes y hiriéndolas con piedra o palo a cada pecado que dijere? Encomiéndome a Dios y, a vos Padre S. Francisco, y sola la cuerda ceñida a mi cuerpo y cuello quiero ir a confesar como malhechora, y por tal me pregonaré ante Dios y mi confesor”. Y con mucha contrición [523] de sus pecados, entró en el confesionario y comenzose a confesar, hincada de rodilla con muchas lágrimas, y era tiempo de mucho frío y comenzó a dar grandes temblores del gran frío que sentía, de manera que no lo podía encubrir, y fue tanto que el confesor le preguntó que si estaba enferma, que de qué temblaba; respondió la bienaventurada que no estaba enferma, que temblaba de frío. Y acabada la confesión, salió del confesionario, y ella, que se empezaba a vestir y otra religiosa que iba a confesar, y vídola, y entró en el confesionario y dijo al confesor que riñese a Juana de la Cruz por tan ásperas penitencias como hacía, que había entrado a confesar desnuda con solo un silicio. Y el confesor le respondió: “Verdaderamente yo le sentí temblar y pensé estaba enferma y preguntéselo y díjome que no”. Y de allí adelante no solamente en invierno, más aun en verano le preguntaba cuando iba a confesar si iba cubierta, porque, si no, no la confesaría. Todas las veces que esta bienaventurada iba a confesar recibía el confesor singular consuelo en su ánima y dotrina maravillosa para enmienda de su vida, y no solamente él, mas todos los otros padres que la confesaron mientras vivió decían que de sus confesiones no solo salían ellos muy confusos, mas sacaban mucho aprovechamiento para sus almas. Decía, cuando era muy importunada de sus confesores les dijese lo que sentía en su espíritu, que más vergüenza tenía de contar las cosas de virtud y gracia que Dios le había dado que no de decir sus pecados, porque esto era de propria y lo otro era de Dios y de su misericordia. Era esta virgen muy prudente y de mucha discreción y capacidad y de mucha gravedad, tenía presencia de mucha autoridad, tenía piedad y admirable consejo y provechoso en las ánimas y a los cuerpos, de muy graciosa habla, de mucha mansedumbre; era mesurada en su risa y provocaba, a quien la oía y veía, a devoción: lloraba muy sereno y sin mucho clamor, salvo cuando se elevaba, que salía de sus sentidos, de algunos pasos de la Pasión, que entonces no era en su mano porque el Espíritu Santo, como dice San Pablo, pide por nosotros con gemidos, que no se pueden contar, siendo esto efecto del Espíritu Santo en nosotros. Ansí obraba [524] grandes maravillas en esta religiosa y le hacía dar algunos devotos suspiros o decir algunas palabras del paso y misterio que estaba contemplando. Era de mucha cortesía y muy grande crianza y muy humilde en todo, y holgaba más de hacer a cualquier persona demasiada reverencia y honra que no de menos: era igual a todos, tratando a cada uno según su estado y manera; era de mucha verdad, y lo contrario ni aun en burla no lo decía; era muy secreta y callada en todas y cualesquier cosas que le eran dichas y descubiertas en secreto: de tribulaciones, tentaciones y angustias y cosas de cualquiera otra calidad. Fue remediadora de muchos grandes males y daños, y libradora de grandes peligros presentes y por venir; era de tan gran santidad que jamás perjudicaba sus prójimos ni los agraviaba, aunque fuese de burla. Llegándose a ella las monjas de su convento, rogáronle que les dijese cómo harían oración que fuese agradable a Dios. La cual dijo: “Doy os por consejo, señoras, que no ofrezcáis solo a Dios un sacrificio, más tres, o cuatro, o más, si pudiéredes, porque cada hora podría cualquier persona ofrecer a Dios tres sacrificios principales, que son estos: el primero, la afección y contemplación muy viva, hecha dentro en el corazón y alma; el segundo, oración vocal y gracias y loores a la Divina Majestad; el tercero, alguna penitencia, golpes y heridas dadas secretamente; y aún para desechar la acidia se puede añadir la labor de manos, y habiendo soledad y tiempo suficiente es bueno haber lavatorio y fuente de lágrimas lloradas de contrición de los pecados o por compasión de la muerte de Nuestro Señor, y entonces podrá cualquier persona dar cinco sacrificios ofrecidos en reverencia de las cinco llagas, y cuando esto no se pudiese hacer tan secreto, podrá ofrecer tres en reverencia de la Santísima Trinidad sin ser visto ni sentido de ninguna persona”.  
  
== IIII ==
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== Capítulo IIII ==
'''De esta bendita virgen comulgaba espiritualmente'''
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'''De cómo esta bendita virgen comulgaba espiritualmente'''
  
Procuraba esta madre de, en amaneciendo, ahora estuviese en el coro, en los oficios divinos o en otra cualquier parte o en [525] o trabajo corporal, de aparejarse para comulgar espiritualmente, pues no recebir el Sacramento cada y hora como ella deseaba; porque era tan devota del Sacramento del altar y de le gustar continuo que nunca otra cosa quisiera hacer y noche, sino hartar su alma deste manjar del Cielo. Y por el mesmo fue revelado a todas las monjas del convento por palabras que la oyeron estando elevada, enajenada de sus sentidos: que tanto era el gozo y gusto que esta bendita en el Sacramento que comulgaba y a Dios espiritualmente y gran favor del y de su alma, y daba las gracias a Nuestro por tan copioso beneficio.  
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Procuraba esta madre de, en amaneciendo, ahora estuviese en el coro, en los oficios divinos o en otra cualquier parte o en ocupación [525] o trabajo corporal, de aparejarse para comulgar espiritualmente, pues no podía recebir el Santísimo Sacramento cada día y hora como ella deseaba; porque era tan devota del Santísimo Sacramento del altar y de le gustar continuo que nunca otra cosa quisiera hacer día y noche, sino hartar su alma deste manjar del Cielo. Y por el mesmo Señor fue revelado a todas las monjas del convento por palabras que la oyeron estando elevada, enajenada de sus sentidos: que tanto era el gozo y gusto que esta bendita sentía en el Sacramento que comulgaba y recebía a Dios espiritualmente y sentía gran favor del Señor y consolación de su alma, y daba las gracias a Nuestro Señor por tan copioso beneficio.  
Estando esta bendita en la casa de la labor, de los S. Pedro y S. Pablo, vido una de todos los doce , como cuando uno acaba de espirar, y luego vido doce sepulcros abiertos y muy hermosos y que dellos los doce vestidos de blanco y ellos albos que la nieve, y puestas las manos como que adoraban al y le daban gracias; y ella muy maravillada desta deseaba saber por que los santos de los sepulcros como difuntos, estando ya todos en el Cielo glorificados y no habiendo muerto ninguno dellos de su muerte natural, mas de muy crueles martirios por amor de Dios. Estando en este pensamiento y deseo, vido todos los vestidos muy ricamente, coronados y cubiertos todos de y muy alegres y gloriosos, y Nuestro en medio de ellos, muy grandes premios y gozos y galardones por los trabajos y buenas obras que por su amor estando en el mundo hecho. Ansimismo le fue mostrado levantarse los santos de los sepulcros era que todos habemos de ser muertos y resucitados cuando Dios nos llamare a juicio; y Nuestro Jesucristo hace fiesta y llamamiento en el Cielo de todos los santos juntos el que es fiesta de cualquiera de ellos; y la Iglesia militante, como la triunfante, los de las tales fiestas siempre hacen memoria de los martirios y muerte de los santos que padecieron por amor de Dios y de la vida eterna y bienaventuranza [526] que por ello les da el , y a todos y cualesquier de santos y santas, cuando es fiesta de uno o de una en especial, junto con a todos los de aquella Orden les hace fiesta en general. muchas veces que, cuando o , tomaba gusto en aquel manjar corporal porque ella Dios era todas las cosas y en todas ellas le hallar, y con este pensamiento en que siempre puesta en Dios, en cada bocado que y trago que hallaba dulzura y gustos divinales. Muchas veces, estando comiendo se arrobaba en ; y esto de arrobarse en ella tanto la gracia que adonde quiera que aquella gracia le tomaba se quedaba como muerta, aunque muy hermosa, ora fuese en el coro o en el refitorio o en otro lugar de la casa, a cualquier hora del o de la noche que era la voluntad de Dios, y muy a menudo; y no estaba elevada poco tiempo, mas tres horas, cinco y siete y doce, y esto al principio de sus elevaciones. Y andado el tiempo diole Dios muy copiosa esta gracia, porque estaba elevada un y una noche y algunas veces cuarenta horas. La primera vez que el convento vido elevada a esta religiosa, siete que estaba en el monasterio y todas las religiosas vieron en ella muy nuevas mudanzas porque la vieron propiamente como difunta, en el gesto, ojos y labios, como en el descoyuntamiento de todos sus miembros, lo cual nunca tuvo en semejantes raptos, antes en ellos estaba muy hermosa y colorada. que en sus sentidos, mucho las religiosas les dijese sentido o visto en aquel rapto y ella por entonces no les dijo nada hasta saber la voluntad de Dios; pero pasados algunos , de voluntad de Dios les dijo: , quiero satisfacer a vuestro deseo, pues saber es lo que vi y aquella vez que que estaba en el cuerpo muy demudada, a manera de muerta. Yo me vi en un lugar oscuro, donde hube mucho temor, y un que aquellas tinieblas y me dijo: . Y me fueron reveladas muchas cosas, especial el favor que los a los que en el purgatorio hasta que, saliendo de , gozan de Dios. Este tiene oficio de ayudar a las de purgatorio, a visitar y consolar [527] por los merecimientos y de Jesucristo y de su Santa Madre. Y muchas veces va a la ayuda y socorro de las y personas que en pasamiento, llevando consigo otros muchos que le ayuden a defender aquella persona que en tan gran batalla de tentaciones de los demonios, y las hasta que son juzgadas y tiene cuidado dellas hasta que en descanso y este mesmo oficio tienen otros muchos . Estas y otras muchas cosas esta bendita a las monjas, importunada de ellas y con licencia de Dios notificadas por su .  
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Estando esta bendita en la casa de la labor, víspera de los apóstoles S. Pedro y S. Pablo, vido una visión de todos los doce apóstoles, como cuando uno acaba de espirar, y luego vido doce sepulcros abiertos y muy hermosos y que salían dellos los doce apóstoles vestidos de blanco y ellos más albos que la nieve, y levantábanse puestas las manos como que adoraban al Señor y le daban gracias; y ella muy maravillada desta visión deseaba saber por qué parecía que salían los santos apóstoles de los sepulcros como difuntos, estando ya todos en el Cielo glorificados y no habiendo muerto ninguno dellos de su muerte natural, mas de muy crueles martirios por amor de Dios. Estando en este pensamiento y deseo, vido todos los apóstoles vestidos muy ricamente, coronados y cubiertos todos de pedrería y muy alegres y gloriosos, y Nuestro Señor en medio de ellos, dándoles muy grandes premios y gozos y galardones por los trabajos y buenas obras que por su amor estando en el mundo habían hecho. Ansimismo le fue mostrado cómo levantarse los santos apóstoles de los sepulcros era significación que todos habemos de ser muertos y resucitados cuando Dios nos llamare a juicio; y cómo Nuestro Señor Jesucristo hace fiesta y llamamiento en el Cielo de todos los santos apóstoles juntos el día que es fiesta de cualquiera de ellos; y cómo la Iglesia militante, ansí como la triunfante, los días de las tales fiestas siempre hacen memoria de los martirios y muerte de los santos que padecieron por amor de Dios y de la vida eterna y bienaventuranza [526] que por ello les da el Señor, y a todos y cualesquier Órdenes de santos y santas, cuando es fiesta de uno o de una en especial, junto con él a todos los de aquella Orden les hace fiesta en general. Decía muchas veces que, cuando comía o bebía, tomaba gusto en aquel manjar corporal porque sabía ella Dios era todas las cosas y en todas ellas le podía hallar, y con este pensamiento en contemplación que siempre tenía puesta en Dios, en cada bocado que comía y trago que bebía hallaba dulzura y gustos divinales. Muchas veces, estando comiendo se arrobaba en espíritu; y esto de arrobarse creció en ella tanto la gracia que adonde quiera que aquella gracia le tomaba se quedaba como muerta, aunque muy hermosa, ora fuese en el coro o en el refitorio o en otro lugar de la casa, a cualquier hora del día o de la noche que era la voluntad de Dios, y muy a menudo; y no estaba elevada poco tiempo, mas tres horas, cinco y siete y doce, y esto al principio de sus elevaciones. Y andado el tiempo diole Dios muy copiosa esta gracia, porque estaba elevada un día y una noche y algunas veces cuarenta horas. La primera vez que el convento vido elevada a esta religiosa, había siete años que estaba en el monasterio y todas las religiosas vieron en ella muy nuevas mudanzas porque la vieron propiamente como difunta, ansí en el gesto, ojos y labios, como en el descoyuntamiento de todos sus miembros, lo cual nunca más tuvo en semejantes raptos, antes en ellos estaba muy hermosa y colorada. Después que volvió en sus sentidos, importunáronla mucho las religiosas les dijese qué había sentido o visto en aquel rapto y ella por entonces no les dijo nada hasta saber la voluntad de Dios; pero pasados algunos días, de voluntad de Dios les dijo: “Señoras, quiero satisfacer a vuestro deseo, pues deseáis saber qué es lo que vi y sentí aquella vez que decís que estaba en el cuerpo muy demudada, a manera de muerta. Yo me vi en un lugar oscuro, donde hube mucho temor, y apareció allí un ángel que alumbró aquellas tinieblas y me dijo: ‘No temas’. Y me fueron reveladas muchas cosas, especial el favor que los ángeles hacían a los que están en el purgatorio hasta que, saliendo de allí, gozan de Dios. Este ángel tiene oficio de ayudar a las ánimas de purgatorio, yéndolas a visitar y consolar [527] por los merecimientos y Pasión de Jesucristo y méritos de su Santa Madre. Y muchas veces va a la ayuda y socorro de las ánimas y personas que están en pasamiento, llevando consigo otros muchos ángeles que le ayuden a defender aquella persona que en tan gran batalla está de tentaciones de los demonios, y las acompaña hasta que son juzgadas y tiene cuidado dellas hasta que estén en descanso y este mesmo oficio tienen otros muchos ángeles”. Estas y otras muchas cosas decía esta bendita a las monjas, importunada de ellas y con licencia de Dios notificadas por su ángel.  
  
== V ==
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== Capítulo V ==
'''De esta bendita estando elevada hablaba'''  
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'''De cómo esta bendita estando elevada hablaba'''  
  
Esta bendita virgen tuvo gracia de , como queda dicho; el la de otra muy grande gracia y es que, estando ella elevada en aquel rapto, enajenada de sus sentidos, hablaba divinas cosas, y de notable , sobre lo cual se hicieron grandes experiencias para ver si cuando hablaba estaba en o fuera de sus sentidos o de otra manera. La cual experiencia hicieron inquisidores que fueron de intento a esto al monasterio y los prelados de la Orden, monjas de su casa, y otras personas graves; las cuales todas conocieron y vieron que estaba alienada de sus sentidos cuando hablaba, por las cosas que tan maravillosas y provechosas para las almas, para las religiosas de su casa como para las personas de todos estados y condiciones y oficios mayores y menores que la a y gozar y aprovecharse de lo que . frailes de todas , predicadores y letrados, , obispos y arzobispos, el cardenal de don fray Francisco y condes, duques, marqueses, y caballeros muy generosos y , y de todos estados, de hombres como mujeres que este misterio vieron y oyeron, y estuvieron presentes, y esta bendita estaba vestida y tocada de religiosa, echada sobre una cama y sus brazos puestos a manera de persona recogida y el cuerpo como muerto (porque estuvo mucho tiempo tullida) y los ojos cerrados y el gesto [528] muy bien puesto, y muy hermoso y resplandeciente. Su habla era tan poderosa y de tan gran dotrina para la de las almas, y reprehensible a los pecadores, que cuantos la y , por grandes letrados que fuesen, se maravillaban y quisieran estar tan vecinos y cercanos al monasterio que todas las veces que estas la pudieran . La cual algunas veces duraba cinco, seis y siete horas. Era tan dulce a todos los que la que, aunque fuesen muy pecadores e desta santa gracia antes que la viesen y oyesen, les estuvieran tres con sus noches con mucho gusto. Los que eran , ellos mesmos se manifestaban diciendo: era de lo que desta ; y cuando vino a ver si verla hablar tan bien y cuando acababa de hablar a cada uno la con que venido. Y cuando que hablaba con Dios, grandes suplicaciones y otras secretas, que nadie las ir; y por misma y por todas las personas de la tierra y por todo el estado de la Santa Madre Iglesia, por los que en pecado mortal y por los que en penas de purgatorio. En estos raptos, que le duraron espacio de trece , fueron tantos y tan altos los misterios que dijo y que las monjas escribieron un libro que llaman el Luznorte.
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Esta bendita virgen tuvo gracia de elevación, como queda dicho; el Señor la dotó de otra muy grande gracia y es que, estando ella ansí elevada en aquel rapto, enajenada de sus sentidos, hablaba divinas cosas, altísimas y de notable admiración, sobre lo cual se hicieron grandes experiencias para ver si cuando hablaba estaba en éxtasis o fuera de sus sentidos o de otra manera. La cual experiencia hicieron inquisidores que fueron de intento a esto al monasterio y los prelados de la Orden, monjas de su casa, y otras personas graves; las cuales todas conocieron y vieron que estaba alienada de sus sentidos cuando hablaba, también por las cosas que decía tan maravillosas y provechosas para las almas, ansí para las religiosas de su casa como para las personas de todos estados y condiciones y oficios mayores y menores que la venían a oír y gozar y aprovecharse de lo que decía. Oíanla frailes de todas órdenes, predicadores y letrados, canónigos, obispos y arzobispos, el cardenal de España don fray Francisco Ximénez y condes, duques, marqueses, y caballeros muy generosos y señoras, y de todos estados, ansí de hombres como mujeres que este misterio vieron y oyeron, y estuvieron presentes, y veían cómo esta bendita estaba vestida y tocada de religiosa, echada sobre una cama y sus brazos puestos a manera de persona recogida y el cuerpo como muerto (porque estuvo mucho tiempo tullida) y los ojos cerrados y el gesto [528] muy bien puesto, y muy hermoso y resplandeciente. Su habla era tan poderosa y de tan gran dotrina para la salvación de las almas, y reprehensible a los pecadores, que cuantos la veían y oían, por grandes letrados que fuesen, se maravillaban y quisieran estar tan vecinos y cercanos al monasterio que todas las veces que había estas pláticas la pudieran oír. La cual algunas veces duraba cinco, seis y siete horas. Era tan dulce a todos los que la oían que, aunque fuesen muy pecadores e incrédulos desta santa gracia antes que la viesen y oyesen, les parecía estuvieran tres días con sus noches oyéndola con mucho gusto. Los que eran incrédulos, ellos mesmos se manifestaban diciendo: “Incrédulo era de lo que decían desta bendita”; y cuando vino a ver si podía verla hablar tan bien y cuando acababa de hablar decía a cada uno la intención con que había venido. Y cuando parecía que hablaba con Dios, hacía grandes suplicaciones públicas y otras secretas, que nadie las podía ir; y hacía oración por misma y por todas las personas de la tierra y por todo el estado de la Santa Madre Iglesia, por los que están en pecado mortal y por los que están en penas de purgatorio. En estos raptos, que le duraron espacio de trece años, fueron tantos y tan altos los misterios que dijo y declaró que las monjas escribieron un libro que llaman el Luznorte.
  
== VI ==
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== Capítulo VI ==
'''De esta bendita cuidado de las enfermas y de algunos casos maravillosos que le acontecieron'''  
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'''De cómo esta bendita tenía cuidado de las enfermas y de algunos casos maravillosos que le acontecieron'''  
  
en el monasterio una monja enferma, que estaba y algo penosa y asquerosa, a la cual esta bendita venciendo con mucha todas las cosas que se le en el tal ejercicio de caridad, con el de su , por muy graves y repugnantes que fuesen. Vino a ella una religiosa, con mucho y dolor de , y : , por caridad que para vos un trago de vino, diciendo que lo menester para dolor que y heis a , que traigo un gran dolor de y no lo oso (en aquel tiempo no las mujeres cosa era vino) y ella dijo que lo [529] y, considerando que decir dolor de por entonces que no verdad, y dejarlo de pedir era falta de caridad, a Nuestro por ella pudiese decir verdad y la religiosa recibiese refrigerio en su necesidad: Nuestro lo de manera que esta bendita no mintiese. En la vida del Padre fray Pascual , cuyo cuerpo en San Francisco de Villareal de Valencia, se cuenta las grandes diligencias y trabajos que por no decir una mentira ligera, que no pasaba de pecado venial, lo cual es contra tanto como en estos tiempos se miente porque no se sabe decir verdad. Y sucede a los mentirosos lo que dice , que cuando digan verdad no los crean, aunque hay quien nunca la diga. Muchas veces aparecieron de difuntos a esta bienaventurada, hiciese diligencias con deudos suyos para que hiciesen obras satisfatorias y cumpliesen obligaciones que para por estos medios ser libres del purgatorio, lo cual ella siempre . Las cuales le tornaban a aparecer y le eran libres de las penas de purgatorio y le daban gracias por haberlas ayudado.  
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Había en el monasterio una monja enferma, que estaba ética y algo penosa y asquerosa, a la cual servía esta bendita venciendo con mucha alegría todas las cosas que se le ofrecían en el tal ejercicio de caridad, con el espíritu de su mortificación, por muy graves y repugnantes que fuesen. Vino a ella una religiosa, con mucho frío y dolor de estómago, y díjole: “Señora, por caridad que pidáis para vos un trago de vino, diciendo que lo habéis menester para algún dolor que tenéis y dármele heis a , que traigo un gran dolor de estómago y no lo oso pedir” (en aquel tiempo no sabían las mujeres qué cosa era vino) y ella dijo que lo [529] haría y, considerando que decir tenía dolor de estómago por entonces que no diría verdad, y dejarlo de pedir era falta de caridad, suplicó a Nuestro Señor por qué ella pudiese decir verdad y la religiosa recibiese refrigerio en su necesidad: Nuestro Señor lo proveyó de manera que esta bendita no mintiese. En la vida del Padre fray Pascual Bailón, cuyo cuerpo está en San Francisco de Villareal de Valencia, se cuenta d’él las grandes diligencias y trabajos que pasó por no decir una mentira ligera, que no pasaba de pecado venial, lo cual es contra tanto como en estos tiempos se miente porque no se sabe decir verdad. Y ansí sucede a los mentirosos lo que dice Aristóteles, que cuando digan verdad no los crean, aunque hay quien nunca la diga. Muchas veces aparecieron ánimas de difuntos a esta bienaventurada, pidiéndole hiciese diligencias con deudos suyos para que hiciesen obras satisfatorias y cumpliesen obligaciones que tenían para por estos medios ser libres del purgatorio, lo cual ella siempre hacía. Las cuales ánimas le tornaban a aparecer y le decían cómo eran libres de las penas de purgatorio y le daban gracias por haberlas ayudado.  
Vino a esta bendita un religioso muy tentado de que no rezaba las horas ni ninguna cosa de las que , diciendo que Dios no necesidad de sus rogaciones; la cual hizo por y le : , verdad es que Dios no tiene necesidad de las oraciones de las criaturas que ; empero, que todas las criaturas racionales que tienen necesidad de la ayuda de Dios y de le servir para agradarle: como de necesidad y fuerza es obligado cualquier labrador pechero de pagar a su rey y el pecho que es obligado y le debe y si esto de su grado no lo hiciere, castigado, el religioso, si no pagare a Dios lo que le debe rezando las horas y lo que es obligado, castigado de la mano de . Deseaba padecer muchos trabajos por Dios y a Nuestro y que los demonios la azotasen muy crudamente y las le duraron mucho tiempo y la de uno le toda su vida. Y lo mesmo se cuenta haber sucedido al glorioso S. . le dio Dios de ordinario un dolor [530] de cabeza que la atormentaba en gran manera y todo lo llevaba con gran paciencia. Era de la santa cruz y a las monjas una en esta manera: , cruz preciosa; , santa cruz de Dios; , santo madero; , trono de Dios; , de sus pies con el cual y los pecadores y les ver y conocer solo es el y Criador del Cielo y de la tierra y juez de los vivos y de los muertos; , de los justos por el cual se salvan y justifican; , deleite de los ; , penitencia de los pecadores; , de Dios, en el cual puesta su corona real; adoro los clavos, tenazas, martillo, escalera y lanza; adoro al Redentor en ti puesto; adoro a mi Salvador; adoro su santo rostro; bendigo, glorifico y adoro sus santos miembros todos, desde las de los pies y plantas hasta encima de la cabeza, que son los cabellos: , santo de la vera .  
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Vino a esta bendita un religioso muy tentado de que no rezaba las horas canónicas ni ninguna cosa de las que tenía obligación, diciendo que Dios no tenía necesidad de sus rogaciones; la cual hizo oración por él y le respondió: “Padre, verdad es que Dios no tiene necesidad de las oraciones de las criaturas que Él crió; empero, que todas las criaturas racionales que Él crió tienen necesidad de la ayuda de Dios y de le servir para agradarle: ansí como de necesidad y fuerza es obligado cualquier labrador pechero de pagar a su rey y señor el pecho que es obligado y le debe y si esto de su grado no lo hiciere, será castigado, ansí el religioso, si no pagare a Dios lo que le debe rezando las horas canónicas y lo que es obligado, será castigado de la mano de Dios”. Deseaba padecer muchos trabajos por Dios y suplicábalo a Nuestro Señor y ansí permitió que los demonios la azotasen muy crudamente y las señales le duraron mucho tiempo y la de uno le duró toda su vida. Y lo mesmo se cuenta haber sucedido al glorioso S. Gerónimo. También le dio Dios de ordinario un dolor [530] de cabeza que la atormentaba en gran manera y todo lo llevaba con gran paciencia. Era devotísima de la santa cruz y enseñó a las monjas una adoración en esta manera: “Adórote, cruz preciosa; adórote, santa cruz de Dios; adórote, santo madero; adórote, trono de Dios; adórote, escaño de sus pies con el cual justiciará y pisará los pecadores y les hará ver y conocer cómo solo Él es el Señor y Criador del Cielo y de la tierra y juez de los vivos y de los muertos; adórote, galardón de los justos por el cual se salvan y justifican; adórote, deleite de los ángeles; adórote, penitencia de los pecadores; adórote, tálamo de Dios, en el cual está puesta su corona real; adoro los clavos, tenazas, martillo, escalera y lanza; adoro al Redentor en ti puesto; adoro a mi Salvador; adoro su santo rostro; bendigo, glorifico y adoro sus santos miembros todos, desde las uñas de los pies y plantas hasta encima de la cabeza, que son los cabellos: adórote, árbol santo de la vera cruz”.  
  
== VII ==
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== Capítulo VII ==
 
'''De la enfermedad que tuvo esta bendita madre'''  
 
'''De la enfermedad que tuvo esta bendita madre'''  
  
Siendo y abadesa en el dicho Monasterio de la Cruz, habiendo adquirido al monasterio muchos bienes y posesiones de personas que a esta bendita madre, por cuyo respeto las daban, y habiendo tenido la sierva de Dios muchos trabajos, contrariedades y aflicciones, Dios para que fuese probada su paciencia y virtud, tuvo grandes enfermedades, sin poderse levantar en mucho tiempo de la cama, donde siempre , exhortando con palabras a las que la al temor y amor de Dios; y para los ausentes una monja que muchas cosas, concernientes y ordenadas todas al bien de los . Y estando en la cama enferma tuvo grandes consuelos espirituales y revelaciones misteriosas, secretos grandes del estado de la Iglesia, de los que en purgatorio y otros muchos secretos, los cuales Dios le revelaba. Apareciole muchas veces Nuestra y consolola. Su santo custodio le hablaba muy de ordinario y fue cosa maravillosa la gran familiaridad que con y otros , de quien era muy devota, [531] , y las admirables revelaciones que del . Siendo esta virgen ya muy labrada como piedra para ser puesta en el edificio de la ciudad santa de , llegose el tiempo de su glorioso .  
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Siendo súbdita y abadesa en el dicho Monasterio de la Cruz, habiendo adquirido al monasterio muchos bienes y posesiones de personas que tenían devoción a esta bendita madre, por cuyo respeto las daban, y habiendo tenido la sierva de Dios muchos trabajos, contrariedades y aflicciones, ordenándolo Dios ansí para que fuese probada su paciencia y virtud, últimamente tuvo grandes enfermedades, sin poderse levantar en mucho tiempo de la cama, donde siempre trabajó, exhortando con palabras a las que la veían al temor y amor de Dios; y para los ausentes tenía una monja que escribía muchas cosas, concernientes y ordenadas todas al bien de los prójimos. Y estando en la cama enferma tuvo grandes consuelos espirituales y revelaciones misteriosas, secretos grandes del estado de la Iglesia, de los que están en purgatorio y otros muchos secretos, los cuales Dios le revelaba. Apareciole muchas veces Nuestra Señora y consolola. Su santo ángel custodio le hablaba muy de ordinario y fue cosa maravillosa la gran familiaridad que con él y otros ángeles, de quien era muy devota, [531] tenía, y las admirables revelaciones que tenía del Señor. Siendo esta virgen ya muy labrada como piedra para ser puesta en el edificio de la ciudad santa de Jerusalén, llegose el tiempo de su glorioso tránsito.  
  
== VIII ==
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== Capítulo VIII ==
'''De un caso prodigioso que a esta sierva de Dios'''  
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'''De un caso prodigioso que sucedió a esta sierva de Dios'''  
  
Un viernes santo, habiendo estado toda la en un rapto, en estando diciendo la , y fuese al coro e iba llorando y descalza; y porque no andar los pies de lado, que de otra manera no los poner, y aun esto con mucha pena y dolor. Y las religiosas entrar en el coro, para ella, iba de aquella suerte. que le mucho y los pies y no andar con ellos; y las religiosas, , y ansimesmo las manos, no con llagas abiertas, sino unas redondas del de un real y muy coloradas, de manera que por las palmas de las manos que estaban impresas. estas muy suave olor y la bendita lloraba de los dolores que en aquellas . Y las religiosas lloraban y en sus brazos y a su celda; y era tan grande el fuego que aquellas que las religiosas le mojados en agua y en muy breve espacio se enjugaban del gran fuego que de , y muy a menudo se los tornaban a poner mojados. Ella mesma se soplaba las palmas de las manos por mitigar el gran fuego y dolor que . Y las religiosas era aquello, con muchas y dolores que que visto a Jesucristo Nuestro crucificado, que a ella juntado sus manos con las suyas y puesto sus pies con los suyos; y que luego sentido gran dolor en su y gran sentimiento en sus manos y pies, que eran tan recios que no los sufrir. Tuvo estas tan maravillosas y crecidos dolores desde el del Viernes Santo hasta el de la Santa . Y esto no continuo, sino los viernes, y [532] domingos, tres arreo, hasta la hora que Cristo Nuestro ; y desde aquella hora hasta otro viernes no dolor ni . Viendo esta santa no encubrir estas preciosas que no fuesen vistas de personas devotas del monasterio, pues ya se publicaba, y el confesor del monasterio y las religiosas las visto, a Nuestro muy afectuosamente que en ninguna manera su Divina Majestad permitiese que en ella su indigna sierva pareciese ni tuviese tal tesoro ni tan ricas joyas, que no era digna de ellas ni tal don, pues no le encubrir, y nunca de hacer esta , derramando muchas , hasta que lo del . Y en la una voz del que le dijo: me ruegas e importunas que te quite ese don que te he dado, yo lo ; y pues no has querido tener mis rosas, yo te cosa que te duela que . Y le fue otorgado del no tener aquellas , pero en su lugar le dio Dios muchas enfermedades y trabajos.  
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Un viernes santo, habiendo estado toda la mañana en un rapto, volvió en estando diciendo la Pasión, y fuese al coro e iba llorando y descalza; y porque no podía andar ponía los pies de lado, que de otra manera no los podía poner, y aun esto con mucha pena y dolor. Y viéndola las religiosas entrar en el coro, fuéronse para ella, preguntáronle cómo iba de aquella suerte. Respondió que le dolían mucho y los pies y no podía andar con ellos; y mirándoselos las religiosas, viéronselos señalados, y ansimesmo las manos, no con llagas abiertas, sino unas señales redondas del tamaño de un real y muy coloradas, de manera que parecían por las palmas de las manos que estaban impresas. Tenían estas señales muy suave olor y la bendita lloraba de los dolores que tenía en aquellas señales. Y también las religiosas lloraban y tomáronla en sus brazos y lleváronla a su celda; y era tan grande el fuego que tenía aquellas señales que las religiosas le ponían paños mojados en agua fría y en muy breve espacio se enjugaban del gran fuego que de allí salía, y muy a menudo se los tornaban a poner mojados. Ella mesma se soplaba las palmas de las manos por mitigar el gran fuego y dolor que padecía. Y preguntándole las religiosas qué era aquello, respondió con muchas lágrimas y dolores que sentía que había visto a Jesucristo Nuestro Señor crucificado, que llegándose a ella había juntado sus manos con las suyas y puesto sus pies con los suyos; y que luego había sentido gran dolor en su espíritu y gran sentimiento en sus manos y pies, que eran tan recios que no los podía sufrir. Tuvo estas señales tan maravillosas y crecidos dolores desde el día del Viernes Santo hasta el día de la Santa Ascensión. Y esto no continuo, sino los viernes, sábados y [532] domingos, tres días arreo, hasta la hora que Cristo Nuestro Señor resucitó; y desde aquella hora hasta otro viernes no tenía más dolor ni señal. Viendo esta santa cómo no podía encubrir estas preciosas señales que no fuesen vistas de personas devotas del monasterio, pues ya se publicaba, y el confesor del monasterio y las religiosas d’él las habían visto, suplicó a Nuestro Señor muy afectuosamente que en ninguna manera su Divina Majestad permitiese que en ella su indigna sierva pareciese ni tuviese tal tesoro ni tan ricas joyas, que no era digna de ellas ni quería tal don, pues no le podía encubrir, y nunca cesó de hacer esta súplica, derramando muchas lágrimas, hasta que lo alcanzó del Señor. Y en la oración oyó una voz del Señor que le dijo: “Mucho me ruegas e importunas que te quite ese don que te he dado, yo lo haré; y pues no has querido tener mis rosas, yo te daré cosa que más te duela que ellas”. Y ansí le fue otorgado del Señor no tener más aquellas señales, pero en su lugar le dio Dios muchas enfermedades y trabajos.  
  
== IX ==
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== Capítulo IX ==
'''De esta bendita de esta vida'''
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'''De cómo esta bendita pasó de esta vida'''
  
Siendo esta bendita de edad de cincuenta y tres , los cuales vivido muy bien y muy ejemplarmente a honra y gloria de Dios y y de su alma y aprovechamiento de sus , vivos y difuntos, como su historia da testimonio dello, quiso el poderoso Dios que de la Dominica del Pastor, de 1534, se le agravasen a esta sierva de Dios sus enfermedades, otra de nuevo, la cual fue que no pudo orinar en catorce , y su enfermedad entre algunas personas muy generosas, devotas suyas, fue luego con mucho deseo de su salud de y de las cosas necesarias para su cura. Y los juntos y concentrados le hicieron muchas y grandes experiencias, y ella, tomando por la de las monjas que se lo rogaban todo lo que los le mandaban, aunque era contra su voluntad, y algunas veces con rostro como de y semblante muy gracioso [533] que con las monjas y les palabras de muy grande amor y a los , se mostraba muy agradecida a su trabajo. Y viendo ellos que su mal iba empeorando y que era mortal, a las religiosas, las cuales con muchas ansias comenzaron a invocar la misericordia de Dios haciendo oraciones y derramando muchas y sangre, haciendo procesiones con gemidos y sollozos, que parece expirar, suplicando a Nuestro no quisiese su Majestad quitarles tan grande amparo, y ayuda para su como en la madre Juana de la Cruz. La cual con muy grande fervor le trujesen su confesor, que se confesar y aparejarse para morir, y lo hizo, que y con admirable y se como muy pobre y perfecta religiosa, y la ; y todos los que estuvo enferma de la enfermedad que , no noche que no se arrobase, pero no le fue descubierto el secreto de su muerte hasta tres antes de su bienaventurado fin. Y aunque con mucha flaqueza, no caridad y de sus hermanas, contoles algunas cosas de que en sus raptos visto. Y el de su glorioso fin tuvo una jueves en la noche, vigilia de los San Felipe y Santiago, en la cual que era la voluntad de Dios llevarla desta vida; y en , por cuanto aquella mesma noche estuvo elevada desde las once hasta la una, y en esta vido a los gloriosos San Felipe y Santiago. Y hablando con su santo le dijo viese estaba y le suplicaba rogase al por ella y por las religiosas de su casa y por sus hermanos y parientes y amigos y por todas las personas que a ella se encomendaban; y la respuesta fue: son los que viven y mueren en Dios y malaventurados se pueden llamar los que viven fuera de Dios; y ten paciencia, y a Dios y con su santa voluntad, y de tus pecados y de las cosas que pudieras haber hecho en su servicio y no las has ; la cual dijo: tarde me lo . Y : es tarde, que tiempo tienes para lo poder hacer; , amiga de Dios, [534] con todo lo que Nuestro quisiere hacer de ti y suplica a su Divina Majestad se cumpla en bien y tuya la sentencia que dada, y tiempo es ya, amiga de Dios, de gozar de las cosas prometidas y a Dios pedidas y por . Y esta madre a los gloriosos San Felipe y Santiago rogasen a Dios por ella, que no deseaba la muerte por impaciencia, sino muerte con penitencia, y arrepentimiento de sus pecados, y que fuese en ella cumplida la voluntad de Dios. Los santos le dijeron: tiene de ser para ser la muerte buena y inocente y sin pecado, y ahora es tiempo de padecer los penitentes y amigos de Dios para que gocen de los gozos del . Todo esto estando esta sierva de Dios elevada, y tornando en sus sentidos a una religiosa parienta suya, que desde se criado en el monasterio y ella le mucho amor, y : saber, hermana, que me ha sido revelado he visto que es la voluntad de mi Jesucristo que muera desta enfemerdad, de lo cual yo mucho me he . Y contole la sobredicha y muchas cosas de gran dotrina, tuviese paciencia y se conformase con la voluntad de Dios. Y luego, viernes por la , de los San Felipe y Santiago, entrando el a visitarla, dijo que le hablar en secreto y, cerca de su cama, le dijo: , por amor de Nuestro que no me ya ni beneficio, porque yo que tengo de morir desta enfermedad y todo poco, sino es darme tormento; y que todo mi cuerpo le meten en un grano de mostaza y le aprietan que yo . Y estuvo todo aquel con alguna fatiga causada por la enfermedad. Y como se divulgase mucho que estaba tan al cabo de su fin, muchas generosas deseaban estar presentes a su glorioso y lo pusieron por obra; y no todas llegaron a tiempo, a causa que algunas de lejos, sino fue una muy ilustre muy devota suya que se llamaba Isabel de Mendoza, hija del conde de Monteagudo, mujer de don Gonzalo , de Casarrubios, que a tiempo [535] y estuvo presente a todas las cosas y maravillas que pasaron en su bienaventurado y tuvo muchas de . Y esta , de viuda, fue monja en el Monasterio de la de la Puebla de .  
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Siendo esta bendita de edad de cincuenta y tres años, los cuales había vivido muy bien y muy ejemplarmente a honra y gloria de Dios y salvación y mérito de su alma y aprovechamiento de sus prójimos, vivos y difuntos, como su historia da testimonio dello, quiso el poderoso Dios que después de la Dominica del Pastor, año de 1534, se le agravasen a esta sierva de Dios sus enfermedades, sobreviniéndole otra de nuevo, la cual fue que no pudo orinar en catorce días, y publicándose su enfermedad entre algunas personas muy generosas, devotas suyas, fue luego proveída con mucho deseo de su salud de médicos y de las cosas necesarias para su cura. Y los médicos juntos y concentrados le hicieron muchas y grandes experiencias, y ella, tomando por la consolación de las monjas que se lo rogaban todo lo que los médicos le mandaban, aunque era contra su voluntad, y algunas veces con rostro como de ángel y semblante muy gracioso [533] que reía con las monjas y les decía palabras de muy grande amor y también a los médicos, se mostraba muy agradecida a su trabajo. Y viendo ellos que su mal iba empeorando y que era mortal, dijéronlo a las religiosas, las cuales con muchas ansias comenzaron a invocar la misericordia de Dios haciendo oraciones y derramando muchas lágrimas y sangre, haciendo procesiones con gemidos y sollozos, que parece querían expirar, suplicando a Nuestro Señor no quisiese su Majestad quitarles tan grande amparo, consolación y ayuda para su salvación como tenían en la madre Juana de la Cruz. La cual con muy grande fervor pidió le trujesen su confesor, que se quería confesar y aparejarse para morir, y ansí lo hizo, que confesó y comulgó con admirable devoción y se despojó como muy pobre y perfecta religiosa, y pidió la extremaunción; y todos los días que estuvo enferma de la enfermedad que murió, no pasó noche que no se arrobase, pero no le fue descubierto el secreto de su muerte hasta tres días antes de su bienaventurado fin. Y aunque con mucha flaqueza, no faltándole caridad y compasión de sus hermanas, contoles algunas cosas de consolación que en sus raptos había visto. Y acercándose el día de su glorioso fin tuvo una revelación jueves en la noche, vigilia de los apóstoles San Felipe y Santiago, en la cual conoció que era la voluntad de Dios llevarla desta vida; y súpolo en espíritu, por cuanto aquella mesma noche estuvo elevada desde las once hasta la una, y en esta elevación vido a los gloriosos apóstoles San Felipe y Santiago. Y hablando con su santo ángel le dijo viese cuál estaba y le suplicaba rogase al Señor por ella y por las religiosas de su casa y por sus hermanos y parientes y amigos y por todas las personas que a ella se encomendaban; y la respuesta fue: “Bienaventurados son los que viven y mueren en Dios y malaventurados se pueden llamar los que viven fuera de Dios; esfuérzate y ten paciencia, y encomiéndate a Dios y confórmate con su santa voluntad, y arrepiéntete de tus pecados y de las cosas que pudieras haber hecho en su servicio y no las has hecho”; la cual dijo: “Tan tarde me lo decís”. Y respondió: “No es tarde, que tiempo tienes para lo poder hacer; , amiga de Dios, confórtate [534] con todo lo que Nuestro Señor quisiere hacer de ti y suplica a su Divina Majestad se cumpla en bien y salvación tuya la sentencia que está dada, y tiempo es ya, amiga de Dios, de gozar de las cosas prometidas y a Dios pedidas y por Él otorgadas”. Y suplicó esta madre a los gloriosos apóstoles San Felipe y Santiago rogasen a Dios por ella, que no deseaba la muerte por impaciencia, sino muerte con penitencia, contrición y arrepentimiento de sus pecados, y que fuese en ella cumplida la voluntad de Dios. Los santos apóstoles le dijeron: “Ansí tiene de ser para ser la muerte buena y inocente y sin pecado, y ahora es tiempo de padecer los penitentes y amigos de Dios para que después gocen de los gozos del Cielo”. Todo esto pasó estando esta sierva de Dios elevada, y tornando en sus sentidos llamó a una religiosa parienta suya, que desde niña se había criado en el monasterio y ella le tenía mucho amor, y díjole: “Hágoos saber, hermana, que según me ha sido revelado he visto que es la voluntad de mi Señor Jesucristo que muera desta enfemerdad, de lo cual yo mucho me he consolado”. Y contole la sobredicha revelación y díjole muchas cosas de gran dotrina, aconsejándola tuviese paciencia y se conformase con la voluntad de Dios. Y luego, viernes por la mañana, día de los apóstoles San Felipe y Santiago, entrando el médico a visitarla, dijo que le quería hablar en secreto y, llegándose cerca de su cama, le dijo: “Señor, ruégoos por amor de Nuestro Señor que no me curéis ya más ni hagáis algún beneficio, porque yo que tengo de morir desta enfermedad y todo aprovechará poco, sino es darme más tormento; y paréceme que todo mi cuerpo le meten en un grano de mostaza y allí le aprietan según que yo siento”. Y ansí estuvo todo aquel día con alguna fatiga causada por la enfermedad. Y como se divulgase mucho que estaba tan al cabo de su fin, muchas señoras generosas deseaban estar presentes a su glorioso tránsito y ansí lo pusieron por obra; y no todas llegaron a tiempo, a causa que algunas venían de lejos, sino fue una muy ilustre señora muy devota suya que se llamaba doña Isabel de Mendoza, hija del conde de Monteagudo, mujer de don Gonzalo Chacón, señor de Casarrubios, que llegó a tiempo [535] y estuvo presente a todas las cosas y maravillas que pasaron en su bienaventurado tránsito y tuvo muchas lágrimas de devoción. Y esta señora, después de viuda, fue monja en el Monasterio de la Concepción de la Puebla de Montalván.  
El mesmo de los , antes de , estando en sus sentidos, vido algunas cosas, las cuales ella no dijo claramente, aunque mucho se lo importunaron y rogaron. Este mesmo , ya que anochecer, le dieron la santa , la cual con muy gran , y desde a un rato dijo con gran gemido y : , ay de , me he . Pasada una hora, de recebida la santa , le una , que pensaron era desmayo, y el dijo que no pulsos, que verdaderamente se , y estuvo un rato; y tornando sobre , a hablar con buen semblante, en lo cual conocieron sido arrobamiento. Y destos tuvo muchos aquella noche y a hablar, diciendo lo que visto, como quien responde a lo que le , y a todos los que la que lo que hablaba eran respuestas que daba a quien hablaba, e dijo como persona muy admirada: , cruel espada, , , no me mate con . Y estuvo sosegada un gran rato en silencio, como persona que grandes cosas. Y dijo con gran sosiego y manera : ese cuchillo, ; y alzando un poquito la voz, : , que se . Y a de llamar, : la santa ; y Madalena, dijo: que estuvo al pie de la cruz, que viene del ; y : , ay, amiga de mi . si estaba la Madalena, que ; y de rato en rato , a manera de mucho deseo: vamos, Madre de Dios, , y esto muchas veces; y algunas veces : a casa, vamos, Madre de Dios, que es . Y con manera de y esfuerzo fervoroso : de , echalde de , me ?; y que estaba angustiada y que peleaba con el demonio y para esta pelea la dejaron sola; la cual poderosamente, la que ella con el demonio, [536] que como Dios le dio gracia de fortaleza que en su vida le venciese, ni ni menos en la hora de la muerte no la , que maravillosamente vencedora. Y volviendo la a las religiosas, dijo: y hermanas , levantadme de , mi alma a Dios en . Dende a poco a decir apriesa, como quien habla con otras personas: , a mi , me le llevastes?, ir a buscar, aunque estoy ; y con gran fervor : , la misericordia sobre la justicia: , y . Y muy fatigada, el rostro a las religiosas, e : , ayudadme a ; y dijeron: , quiere que roguemos y pidamos?. que misericordia y piedad, que la misericordia era sobre la justicia. El que la curaba, viendo todas estas cosas, dijo con gran y : colegio que tal alma como esta el Cielo; por cierto, , creo yo que mayores los favores que desta bendita desde el Cielo que los que han recebido en la tierra, aunque han sido ; y la bienaventurada: . Y todo esto pasaba estando sin pulsos en ninguna parte de su cuerpo, y todos mirando a mascar, como persona que con mucho favor, y cesando le dijo el : , parece que . , dijo ella, . a preguntar  que se lo dado y era, que cierto manjar, y dijeronle: tal manjar muy esforzada , y dijo: , . Y el el pulso dijo que se le tornado muy esforzado y grande, que de nuevo le dado vida porque de cuatro horas que estaba sin y desde el de los santos no pasado ninguna sustancia. Y de todo esto a decir con muy alegre gesto: y , llevadme, ; y entendieron que hablaba con santas ; y de a poco rato dijo con gran reverencia: , Padre , y las religiosas pensaron que lo por el glorioso Padre San Francisco. Y cuando esto pasaba, ya el y era , y todos los que estado aquella noche, a las religiosas como a las personas de otra manera, no se les hizo o ser aquella [537] noche una hora. Estando esta sierva de Dios, dijo: , pues, , vamos de ; presto, ; , vamos mi . Entonces las religiosas se levantaron con muchas y grandes sollozos y le besaron las manos con mucha y ella las bendijo presentes y ausentes. Y a decir: , vamos, Redentor , vamos de . Y el a esta bienaventurada y , el aliento que de la boca le y dijo a los que estaban no conocer ni alcanzar olor fuese, salvo que muy bien, de lo cual estaba admirado porque hasta aquella hora tenido mal olor en el aliento, que le de la de los humores, y entonces le bueno. Y todos los que estaban que oyeron esto al se allegaron con mucha y, recibiendo el huelgo, conocieron no ser de los olores deste mundo, y toda su persona estaba con grande olor y hermosura. Y desde el a la tarde hasta el siguiente domingo de , de la de la Santa Cruz, no ; y antes que entrasen por la puerta de su celda se los maravillosos olores que de ella .
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El mesmo día de los apóstoles, antes de vísperas, estando en sus sentidos, vido algunas cosas, las cuales ella no dijo claramente, aunque mucho se lo importunaron y rogaron. Este mesmo día, ya que quería anochecer, le dieron la santa unción, la cual recibió con muy gran devoción, y desde a un rato dijo con gran gemido y contrición: “Ay, ay de , cómo me he descuidado”. Pasada una hora, después de recebida la santa unción, le sucedió una indisposición, que pensaron era desmayo, y viéndolo el médico dijo que no tenía pulsos, que verdaderamente se moría, y estuvo ansí un rato; y tornando sobre , comenzó a hablar con buen semblante, en lo cual conocieron había sido arrobamiento. Y destos tuvo muchos aquella noche y empezó a hablar, diciendo lo que había visto, como quien responde a lo que le decían, y parecía a todos los que la veían que lo que hablaba eran respuestas que daba a quien hablaba, e dijo como persona muy admirada: “O, qué cruel espada, tenédmele, tenédmele, no me mate con ella”. Y ansí estuvo sosegada un gran rato en silencio, como persona que veía grandes cosas. Y después dijo con gran sosiego y manera pacífica: “Tened ese cuchillo, tenedle”; y alzando un poquito la voz, decía: “Llamádmela, llamádmela que se va”. Y preguntándole a quién habían de llamar, respondió: “A la santa Madalena”; y diciéndole qué Madalena, dijo: “La que estuvo al pie de la cruz, que viene del sepulcro”; y decía: “Ay, ay, amiga de mi alma”. Preguntándole si estaba allí la Madalena, respondió que ; y de rato en rato decía, a manera de mucho deseo: “Pues vamos, Madre de Dios, vamos”, y esto decía muchas veces; y algunas veces añadió: “Vamos a casa, vamos, Madre de Dios, que es tarde”. Y con manera de ahínco y esfuerzo fervoroso decía: “Echalde de ahí, echalde de ahí, ¿por qué me dejáis?; y parecía que estaba angustiada y que peleaba con el demonio y para esta pelea la dejaron sola; la cual venció poderosamente, según pareció la plática que ella tenía con el demonio, [536] que ansí como Dios le dio gracia de fortaleza que en su vida le venciese, ni más ni menos en la hora de la muerte no la desamparó, que maravillosamente quedó vencedora. Y volviendo la plática a las religiosas, dijo: “Señoras y hermanas mías, levantadme de aquí, daré mi alma a Dios en sacrificio”. Dende a poco comenzó a decir apriesa, como quien habla con otras personas: “Buscádmele, buscádmele a mi Señor, ¿por qué me le llevastes?, dejádmele ir a buscar, aunque estoy descoyuntada”; y con gran fervor decía: “Mi Señor, la misericordia sobre la justicia: Jesús, y qué angustia”. Y muy fatigada, volvió el rostro a las religiosas, e díjoles: “Amigas, ayudadme a rogar”; y dijeron: “Señora, ¿qué quiere que roguemos y pidamos?. Respondió que misericordia y piedad, que la misericordia era sobre la justicia. El médico que la curaba, viendo todas estas cosas, dijo con gran devoción y lágrimas: “Bienaventurado colegio que tal alma como esta envía el Cielo; por cierto, señoras, creo yo que serán mayores los favores que desta bendita recebirán desde el Cielo que los que han recebido en la tierra, aunque han sido muchos”; y respondió la bienaventurada: “Podrá ser”. Y todo esto pasaba estando sin pulsos en ninguna parte de su cuerpo, y estándola todos mirando empezó a mascar, como persona que comía con mucho favor, y cesando le dijo el médico: “Señora, parece que come”. “Es verdad”, dijo ella, “sí”. Tornándole a preguntar  que quién se lo había dado y qué era, respondió que cierto manjar, y dijeronle: “con tal manjar muy esforzada estará”, y dijo: “Sí, estoy”. Y tomándole el médico el pulso dijo que se le había tornado muy esforzado y grande, que parecía de nuevo le habían dado vida porque había más de cuatro horas que estaba sin él y desde el día de los santos apóstoles no había pasado ninguna sustancia. Y después de todo esto comenzó a decir con muy alegre gesto: “Amigas mías y señoras mías, llevadme, llevadme”; y entendieron que hablaba con santas vírgines; y de a poco rato dijo con gran reverencia: “O, Padre mío”, y las religiosas pensaron que lo decía por el glorioso Padre San Francisco. Y cuando esto pasaba, ya venía el día y era sábado, y todos los que allí habían estado aquella noche, ansí a las religiosas como a las personas de otra manera, no se les hizo o pareció ser aquella [537] noche una hora. Estando ansí esta sierva de Dios, dijo: “Ea, pues, Jesús, vamos de aquí”; “vamos presto, Señora mía”; “vamos, vamos mi Redentor”. Entonces las religiosas se levantaron con muchas lágrimas y grandes sollozos y le besaron las manos con mucha devoción y ella las bendijo presentes y ausentes. Y tornó a decir: “Vamos, vamos, Redentor mío, vamos de aquí”. Y llegándose el médico a esta bienaventurada y hablándola, recibió el aliento que de la boca le salía y dijo a los que allí estaban no podía conocer ni alcanzar qué olor fuese, salvo que olía muy bien, de lo cual estaba admirado porque hasta aquella hora había tenido mal olor en el aliento, que le procedía de la corrupción de los humores, y entonces le tenía bueno. Y todos los que estaban allí que oyeron esto al médico se allegaron con mucha devoción y, recibiendo el huelgo, conocieron no ser de los olores deste mundo, y toda su persona estaba con grande olor y hermosura. Y desde el sábado a la tarde hasta el día siguiente domingo después de vísperas, día de la Invención de la Santa Cruz, no habló; y antes que entrasen por la puerta de su celda se olía los maravillosos olores que de ella salían.
  
== X ==
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== Capítulo X ==
'''Del '''
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'''Del tránsito'''
  
Siendo la hora de las seis, de , domingo de la Santa Cruz, de 1534, en que la sierva de Dios y en la , su de muy buenas y perfetas obras, y ansimismo su cuerpo de religiosos de su Orden y de todas las monjas de su casa, las cuales con candelas encendidas en las manos, y los padres leyendo la , dio esta sierva de Dios el alma en manos del poderoso Dios que la y , quedando su gesto con hermosura y compostura admirable, la boca muy buen puesta, a manera de quien se . Y admirados los padres que estaban, con gran reverencia llegaron a mirarle los ojos, y alzando los vieron que no los quebrados, sino con aquella hermosura que los cuando era viva, y como con ellos mucho a Dios, en la hora de su muerte que no se le quebrasen, en testimonio de las buenas obras que con [538] ellos hecho; de lo cual todos se maravillaron mucho y dieron gracias a Nuestro por las grandes maravillas y mercedes que con sus fieles amadores hace. Como de expirar, con grande ansia todas las religiosas, llorando muy dolorosas a ver y besar el cuerpo, y como se cercaron a , eran tan grandes los olores que y tan subidos que no se comparar  con cosa desta vida, y las religiosas que tocaron el cuerpo les por muchos muy admirable olor en sus personas y manos y en cualquier cosa que se le encima, y le tuvo en su persona y todo el tiempo que estuvo por sepultar, que fueron cinco . Y aderezado el cuerpo, la abadesa y monjas del convento, con candelas encendidas y rezando, le llevaron al coro y le fue dicho el oficio muy solenemente, y estuvieron aquella noche con con mucho dolor de , y con ellas la dicha Isabel de Mendoza, que con mucha se a su . Y ya era pasada desta vida esta sierva de Dios Juana de la Cruz, mucha gente de toda la comarca con gran deseo de ver su cuerpo. Ansimismo vinieron muchos padres de la Orden a hacer sus exequias y enterramiento, y como la gente era tanta, daban licencia a algunos que entrasen en el monasterio; los cuales, cuando el cuerpo y los olores que , daban muchas gracias a Nuestro , derramando de .  
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Siendo la hora de las seis, después de mediodía, domingo día de la Santa Cruz, año de 1534, día en que la sierva de Dios nació y entró en la religión, acompañada su ánima de muy buenas y perfetas obras, y ansimismo su cuerpo acompañado de religiosos de su Orden y de todas las monjas de su casa, las cuales con candelas encendidas en las manos, y los padres leyendo la Pasión, dio esta sierva de Dios el alma en manos del poderoso Dios que la crió y redimió, quedando su gesto con hermosura y compostura admirable, quedándole la boca muy buen puesta, a manera de quien se ríe. Y admirados los padres que allí estaban, con gran reverencia llegaron a mirarle los ojos, y alzando los párpados vieron que no los tenía quebrados, sino con aquella hermosura que los tenía cuando era viva, y ansí como agradó con ellos mucho a Dios, permitió en la hora de su muerte que no se le quebrasen, en testimonio de las buenas obras que con [538] ellos había hecho; de lo cual todos se maravillaron mucho y dieron gracias a Nuestro Señor por las grandes maravillas y mercedes que con sus fieles amadores hace. Como acabó de expirar, allegáronse con grande ansia todas las religiosas, llorando lágrimas muy dolorosas a ver y besar el cuerpo, y como se cercaron a él, eran tan grandes los olores que d’él salían y tan subidos que no se podían comparar  con cosa desta vida, y las religiosas que tocaron el cuerpo les quedó por muchos días muy admirable olor en sus personas y manos y en cualquier cosa que se le ponía encima, y le tuvo en su persona y hábito todo el tiempo que estuvo por sepultar, que fueron cinco días. Y aderezado el cuerpo, la abadesa y monjas del convento, con candelas encendidas y rezando, le llevaron al coro y allí le fue dicho el oficio muy solenemente, y estuvieron aquella noche con él acompañándole con mucho dolor de lágrimas, y con ellas la dicha señora doña Isabel de Mendoza, que con mucha devoción se halló a su tránsito. Y divulgándose cómo ya era pasada desta vida esta sierva de Dios Juana de la Cruz, concurría mucha gente de toda la comarca con gran deseo de ver su cuerpo. Ansimismo vinieron muchos padres de la Orden a hacer sus exequias y enterramiento, y como la gente era tanta, daban licencia a algunos que entrasen en el monasterio; los cuales, cuando veía el cuerpo y olían los olores que d’él salían, daban muchas gracias a Nuestro Señor, derramando lágrimas de devoción.  
  
== XI ==  
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== Capítulo XI ==  
'''sacaron el cuerpo desta sierva de Dios para que la gente le viese'''   
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'''Cómo sacaron el cuerpo desta sierva de Dios para que la gente le viese'''   
  
El siguiente lunes, como fuese casi hora de y todos los campos estuviesen llenos de gente, clamando que les mostrasen el cuerpo que se le dejasen tocar, los padres que se hallaron, por satisfacer a su , tomaron el cuerpo y fuera con mucha reverencia, donde todos le pudiesen ver; y viendo la gente le sacaban, eran tan grande los clamores y gemidos que todos daban con muchas que se muy lejos de ; y llegando todos a prisa, los religiosos que guardaban el cuerpo no [539] tocasen sino en el ; y sintiendo el muy suave olor que del cuerpo , con mucha daban gracias a Dios y encima rosarios y otras cosas que , en las cuales se pegaba el mesmo olor. Y consolada la gente, tornaron el cuerpo al monasterio a hora de Completas; a la cual hora llegaron correos de grandes rogando que detuviesen el cuerpo hasta que ellas le viesen y se hizo. Y hecho el oficio, los religiosos se fueron a sus monasterios y dejaron el cuerpo por enterrar y estuvo por cinco , no perdiendo el buen olor que . Y venidas las , a cuya instancia el cuerpo estaba detenido, y y se consolaron mucho de ver las maravillosas que Dios mostraba en . era bien porque la gente gozase desta reliquia, se enterrase en la Iglesia y capilla del Sacramento, pero las religiosas no consintieron sacar el cuerpo del monasterio y hubieron de entender en ello los prelados, y de hacer lo que las monjas porque era justo, y en una parte donde las religiosas comulgaban, en un hoyo , cuanto cupo el , encima cubierto con yeso; en el cual lugar el tiempo que estuvo Nuestro la santidad desta su sierva, sintiendo muy suaves olores.  
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El día siguiente lunes, como fuese casi hora de vísperas y todos los campos estuviesen llenos de gente, clamando que les mostrasen el cuerpo que se le dejasen tocar, los padres que allí se hallaron, por satisfacer a su devoción, tomaron el cuerpo y sacáronle fuera con mucha reverencia, donde todos le pudiesen ver; y viendo la gente cómo le sacaban, eran tan grande los clamores y gemidos que todos daban con muchas lágrimas que se oían muy lejos de allí; y llegando todos a prisa, los religiosos que guardaban el cuerpo no consentían [539] tocasen sino en el hábito; y sintiendo el muy suave olor que del cuerpo salía, con mucha admiración daban gracias a Dios y ponían encima rosarios y otras cosas que traían, en las cuales se pegaba el mesmo olor. Y consolada la gente, tornaron el cuerpo al monasterio a hora de Completas; a la cual hora llegaron correos de grandes señoras rogando que detuviesen el cuerpo hasta que ellas le viesen y ansí se hizo. Y hecho el oficio, los religiosos se fueron a sus monasterios y dejaron el cuerpo por enterrar y ansí estuvo por cinco días, no perdiendo el buen olor que d’él salía. Y venidas las señoras, a cuya instancia el cuerpo estaba detenido, viéronle y tocáronle y se consolaron mucho de ver las maravillosas que Dios mostraba en él. Pareció era bien porque la gente gozase desta reliquia, se enterrase en la Iglesia y capilla del Santísimo Sacramento, pero las religiosas no consintieron sacar el cuerpo del monasterio y hubieron de entender en ello los prelados, y húbose de hacer lo que las monjas querían porque era más justo, y pusiéronle en una parte donde las religiosas comulgaban, en un hoyo pequeño, cuanto cupo el ataúd, encima cubierto con yeso; en el cual lugar el tiempo que allí estuvo manifestó Nuestro Señor la santidad desta su sierva, sintiendo muy suaves olores.  
En la ciudad de una grande religiosa, que revelaciones muy verdaderas y el le comunicaba muchos secretos: de San Juan, natural de la villa de Casarrubios del Monte, la cual con otras ido al Monasterio de Torrijos a fundar al Monasterio de la de , en tiempo de Teresa , de Torrijos. Y esta religiosa de San Juan gracia de arrobarse, y las dos se hecho hermanas espirituales y se comunicaban mucho. Y yendo dos padres de la Orden de S. Francisco, que el uno de ellos sido provincial de la provincia de Castilla, persona de mucha autoridad y letras, a tratar y negociar con la madre de San Juan, a un mes que pasado desta vida la madre Juana de la Cruz, y el dicho prelado, que le dijese del estado del de la madre Juana de la Cruz, respondiole con mucha : tanta y tan grande gloria como el poderoso Dios les da a sus escogidos y los [540] de la madre Juana de la Cruz . Y el de San Juan Evangelista, a seis de mayo, tres de la de la Cruz, en que la madre Juana de la Cruz desta vida, se la Dios muy diferente de la ver y que, admirada de aquello, le fue respondido que ya estaba desatada de las cadenas de la carne y en gloria para siempre, y que Dios dio lugar que la hablase y le dijo que tres que pasado desta vida y en ella tenido su purgatorio, y que no le dieron lugar para que le dijese y ella muy consolada.
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En la ciudad de Almería había una grande religiosa, que tenía revelaciones muy verdaderas y el Señor le comunicaba muchos secretos: llamábase María de San Juan, natural de la villa de Casarrubios del Monte, la cual con otras había ido al Monasterio de Torrijos a fundar al Monasterio de la Concepción de Almería, en tiempo de doña Teresa Enríquez, señora de Torrijos. Y esta religiosa María de San Juan tenía gracia de arrobarse, y las dos se habían hecho hermanas espirituales y se comunicaban mucho. Y yendo dos padres de la Orden de S. Francisco, que el uno de ellos había sido provincial de la provincia de Castilla, persona de mucha autoridad y letras, a tratar y negociar con la madre María de San Juan, a un mes que había pasado desta vida la madre Juana de la Cruz, y preguntándole el dicho prelado, que le dijese del estado del ánima de la madre Juana de la Cruz, respondiole con mucha alegría: “Tiene tanta y tan grande gloria como el poderoso Dios les da a sus escogidos y los méritos [540] de la madre Juana de la Cruz merecían”. Y contó cómo el día de San Juan Evangelista, a seis de mayo, tres días después de la Invención de la Cruz, día en que la madre Juana de la Cruz pasó desta vida, se la mostró Dios muy diferente de cómo la solía ver y que, admirada de aquello, le fue respondido que ya estaba desatada de las cadenas de la carne y en gloria para siempre, y que Dios dio lugar que la hablase y le dijo que había tres días que había pasado desta vida y en ella había tenido su purgatorio, y que no le dieron lugar para que le dijese más y quedó ella muy consolada.
Algunos , se hizo un arco muy bien labrado en una pared que divide la capilla mayor del claustro del monasterio por la parte del evangelio, y se puso una reja muy bien labrada, toda dorada muy fuerte y recia, que cae a la parte de la capilla, y por la parte del monasterio se pusieron unas puertas muy fuertes y trasladaron el cuerpo de esta sierva de Dios, el cual pusieron en una caja muy bien guarnecida por de dentro y por de fuera; y esta caja pusieron en una muy grande, muy cerrada con diversas llaves y barreteada muy fuertemente; y por la parte de la iglesia gozan della todos los que entran en la dicha iglesia y por parte de dentro la gozan las religiosas. Setenta que la pusieron en este lugar, dos generales de la Orden de San Francisco en diversos tiempos quisieron ver el cuerpo porque de ir a Roma y tratar con Su Santidad de su , para lo cual se hacen diligencias; y, aunque con trabajo, la abrieron el arca, por estar muy barreteada por todas partes. Abrieron la dicha arca y el cuerpo fue hallado como si acabara de morir, sin tener ninguna parte resuelta; y estaba vestida de damasco pardo porque ciertas que se hallaron a esta la pusieron en aquella forma. Y por secreto que esto se , fue tanta la gente que que, por condescender con la de todos, mostraron el cuerpo por la reja de donde tan entero como cuando . Repartidas algunas reliquias suyas, como de sus tocados y sobretocas, para repartir a en la Corte y en otras partes, se a poner con la mesma decencia y seguridad que antes; y siempre Nuestro hace muchos [541] milagros y maravillas en aquella santa casa de Nuestra de la Cruz.
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Algunos años después, se hizo un arco muy bien labrado en una pared que divide la capilla mayor del claustro del monasterio por la parte del evangelio, y se puso una reja muy bien labrada, toda dorada muy fuerte y recia, que cae a la parte de la capilla, y por la parte del monasterio se pusieron unas puertas muy fuertes y allí trasladaron el cuerpo de esta sierva de Dios, el cual pusieron en una caja muy bien guarnecida por de dentro y por de fuera; y esta caja pusieron en una área muy grande, muy cerrada con diversas llaves y barreteada muy fuertemente; y ansí por la parte de la iglesia gozan della todos los que entran en la dicha iglesia y por parte de dentro la gozan las religiosas. Setenta años después que la pusieron en este lugar, dos reverendísimos generales de la Orden de San Francisco en diversos tiempos quisieron ver el cuerpo porque habían de ir a Roma y tratar con Su Santidad de su canonización, para lo cual se hacen diligencias; y, aunque con trabajo, la abrieron el arca, por estar muy barreteada por todas partes. Abrieron la dicha arca y el cuerpo fue hallado como si acabara de morir, sin tener ninguna parte resuelta; y estaba vestida de damasco pardo porque ciertas señoras que se hallaron a esta traslación la pusieron en aquella forma. Y por secreto que esto se trató, fue tanta la gente que acudió que, por condescender con la devoción de todos, mostraron el cuerpo por la reja de donde está tan entero como cuando murió. Repartidas algunas reliquias suyas, como de sus tocados y sobretocas, para repartir a señoras en la Corte y en otras partes, se tornó a poner con la mesma decencia y seguridad que antes; y siempre Nuestro Señor hace muchos [541] milagros y maravillas en aquella santa casa de Nuestra Señora de la Cruz.
Hase de advertir, que se dice en esta historia, que muchas personas seglares entraban en la clausura del monasterio a negociar con esta sierva de Dios, como es cuando estaba enferma, que no salir a los locutorios cuando se arrobaba; y cuando, estando elevada y fuera de sus sentidos, entraban a por las cosas grandes y maravillosas que de su boca y en la enfermedad de que y de muerta y en su entierro y en semejantes ocasiones. Digo que se ha de advertir que antes del Concilio de Trento los prelados dar licencia con causa que para ello ocurriese para entrar en los monasterios de monjas; y en especial las que por su estado no voto de clausura, como son las monjas terceras, que, aunque guardaban clausura, era por de precepto, como se dice en el tratado de los terciarios; y los prelados daban las sobredichas licencias.  
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Hase de advertir, que se dice en esta historia, que muchas personas seglares entraban en la clausura del monasterio a negociar con esta sierva de Dios, como es cuando estaba enferma, que no podía salir a los locutorios cuando se arrobaba; y también cuando, estando elevada y fuera de sus sentidos, entraban a oírla por las cosas grandes y maravillosas que de su boca salían y en la última enfermedad de que murió y después de muerta y en su entierro y en semejantes ocasiones. Digo que se ha de advertir que antes del Concilio de Trento los prelados podían dar licencia con causa que para ello ocurriese para entrar en los monasterios de monjas; y en especial las que por su estado no hacían voto de clausura, como son las monjas terceras, que, aunque guardaban clausura, era por vía de precepto, como se dice en el tratado de los terciarios; y ansí los prelados daban las sobredichas licencias.  
  
== XII ==
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== Capítulo XII ==
 
'''De otras monjas que ha habido en este convento'''  
 
'''De otras monjas que ha habido en este convento'''  
  
Desta sierva de Dios Juana de la Cruz se hace memoria en el general que la Orden tiene de frailes y monjas a quien tiene gran reverencia y , esta parte de su historia impresa en la tercera parte de la general de la Orden que compuso el Gonzaga siendo general della, remitiendo muchos milagros y otras cosas a que se vean en un libro, en el cual todo autenticado. Y en la historia del Convento de Nuestra de la Cruz se dice las personas insignes que con ella trataban y comunicaban sus negocios, las personas reales de grande autoridad que se encomendaban en sus oraciones, las gruesas limosnas que por su respeto hicieron al dicho monasterio; y desde entonces hasta ahora ha Dios que en aquel monasterio haya habido monjas de grande y celo de la virtud, siguiendo los ejemplos y dotrina desta sierva del . , todo el convento haciendo procesiones de que ella , y en particular la imitan monjas, guardando ayunos de pan y agua, no durmiendo en cama ni trayendo lienzo en el cuerpo y teniendo mucha [542] , entre las cuales hubo una muy noble, que se llamaba sor Ana de la Cruz, de la cual se cuenta que en de cuarenta no de Maitines a medianoche, y dellos se quedaba en hasta que el y era hora de irse a su oficio, que era tornera, en el cual dio grande ejemplo. Otra, sor de Sonseca hubo, que tiene mucho nombre de grande penitente y recogimiento. Y con esto es Nuestro servido que esta casa sea de mucha y acudan a ella tantas doncellas a querer ser monjas que, guardando el que, conforme sus rentas, y haciendas pueden conservar, como lo manda el Concilio de Trento, muchas no se pueden recebir; y es mucho considerar que personas que pueden ser monjas en monasterios de grandes villas y ciudades, y de Corte, escogen este para ser monjas estando en un desierto, Dios por la que a esta bendita madre tiene. Y por la mesma , habiendo la Provincia muchas veces tratado y querido trasladar esta santa casa a gran pueblo, que esto se en el Concilio de Trento, ha sido tan grande la instancia y tantas las y ruegos e intercesiones que las religiosas han hecho para que no las saquen de la casa donde y la madre Juana de la Cruz, y adonde tienen su cuerpo, que no ha sido posible hacerse. Y esta del lugar y monasterio es tan grande en toda la tierra que faltan velas, enfermos y tullidos y de otras muchas enfermedades que velan y asisten donde su bendito cuerpo; y muchos reciben grandes mercedes y beneficios de Dios Nuestro , como parece por los , mortajas, muletas, hierros de cristianos esclavos, los cuales han dicho que por la que han tenido a esta casa milagrosamente han sido libres de cautiverio. Muchos cirios de cera y bultos de personas y otras cosas que llevan en y reconocimiento de los beneficios recebidos, de lo cual todo se toma fe y testimonio verdadero, y las paredes de la capilla mayor y iglesia deste monasterio llenas de estas insignias y testimonios.  
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Desta sierva de Dios Juana de la Cruz se hace memoria en el catálogo general que la Orden tiene de frailes religiosísimos y monjas a quien tiene gran reverencia y veneración, esta parte de su historia impresa en la tercera parte de la Crónica general de la Orden que compuso el reverendísimo Gonzaga siendo general della, remitiendo muchos milagros y otras cosas a que se vean en un libro, en el cual está todo autenticado. Y en la historia del Convento de Nuestra Señora de la Cruz se dice las personas insignes que con ella trataban y comunicaban sus negocios, las personas reales de grande autoridad que se encomendaban en sus oraciones, las gruesas limosnas que por su respeto hicieron al dicho monasterio; y desde entonces hasta ahora ha proveído Dios que en aquel monasterio haya habido monjas de grande espíritu y celo de la virtud, siguiendo los ejemplos y dotrina desta sierva del Señor. Ansí, todo el convento haciendo procesiones de ledanías que ella ordenó, y en particular la imitan monjas, guardando ayunos de pan y agua, no durmiendo en cama ni trayendo lienzo en el cuerpo y teniendo mucha [542] oración, entre las cuales hubo una muy noble, que se llamaba sor Ana de la Cruz, de la cual se cuenta que en más de cuarenta años no faltó de Maitines a medianoche, y después dellos se quedaba en oración hasta que venía el día y era hora de irse a su oficio, que era tornera, en el cual dio grande ejemplo. Otra, sor María de Sonseca hubo, que tiene mucho nombre de grande penitente y recogimiento. Y con esto es Nuestro Señor servido que esta casa sea de mucha devoción y acudan a ella tantas doncellas a querer ser monjas que, guardando el número que, conforme sus rentas, y haciendas pueden conservar, como lo manda el Concilio de Trento, muchas no se pueden recebir; y es mucho considerar que personas que pueden ser monjas en monasterios de grandes villas y ciudades, y de Corte, escogen más este para ser monjas estando en un desierto, trayéndolas Dios por la devoción que a esta bendita madre tiene. Y por la mesma razón, habiendo la Provincia muchas veces tratado y querido trasladar esta santa casa a algún gran pueblo, después que esto se ordenó en el Concilio de Trento, ha sido tan grande la instancia y tantas las súplicas y ruegos e intercesiones que las religiosas han hecho para que no las saquen de la casa donde vivió y murió la madre Juana de la Cruz, y adonde tienen su cuerpo, que no ha sido posible hacerse. Y esta devoción del lugar y monasterio es tan grande en toda la tierra que jamás faltan velas, enfermos y tullidos y de otras muchas enfermedades que velan y asisten donde está su bendito cuerpo; y muchos reciben grandes mercedes y beneficios de Dios Nuestro Señor, como parece por los ataúdes, mortajas, muletas, hierros de cristianos esclavos, los cuales han dicho que por la devoción que han tenido a esta casa milagrosamente han sido libres de cautiverio. Muchos cirios de cera y bultos de personas y otras cosas que allí llevan en señal y reconocimiento de los beneficios recebidos, de lo cual todo se toma fe y testimonio verdadero, y las paredes de la capilla mayor y iglesia deste monasterio están llenas de estas insignias y testimonios.  
  
== XIII ==
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== Capítulo XIII ==
 
'''En que se concluye esta historia'''  
 
'''En que se concluye esta historia'''  
  
En materia de milagros se debe advertir se hacen, porque unas veces los [543] hace Dios e y otras de espacio y en tiempo, como consta de lo que San Marcos cuenta en el cap. 8., que, trayendo a Cristo un ciego, que le diese vista, las manos le que , y dijo que unos hombres como que andaban, dando a entender que no perfetamente. Donde Erasmo sobre el mesmo lugar dice que aquella palabra, ambulantes, tiene de ir con los hombres y no con los , porque el en el griego es neutro y no puede convenir con el ambulantes, que es como si dijera: andar los hombres como . Y segunda vez le Cristo y vido perfetamente y con que si viera por naturaleza. Pues las obras de milagro, todos, perfetas son que no las naturales. Y en este milagro se ve Cristo no le hizo en un punto, como cuando Cristo en casa de San Pedro y su suegra estaba enferma de grandes calenturas y los le rogaron que la sanase, y a la calentura que la dejase y en un punto fue sana: que son milagros que los llaman por otros , milagro en el modo, porque muchos sanan de calenturas, pero no en un punto. La desta diversidad de sanar Dios en un punto, o en tiempo, dicen algunos que es conforme la que cada uno tiene para recebir aquel beneficio; y unos le reciben en poco tiempo, otros en mucho. Y aunque esta es buena para que todos se dispongan para que Dios los sane en el alma, pues es dotrina cierta que a quien Dios sana en el cuerpo sana en el alma, lo cual de ley no se hace sin , la de la diversidad de milagros es porque Dios es autor de la naturaleza, y el modo con que obra ese le dio Dios, la cual obra por movimiento, que no puede ser sino es en tiempo, sucediendo uno a otro, como se ve en la y obras de la naturaleza, como un hombre que nace y poco a poco con el tiempo se hace hombre, lo mesmo es en un y en cualquiera otra cosa. Y para darnos a entender en los milagros, que es autor de la naturaleza, hace algunos poco a poco, procediendo como la naturaleza. Y para dar a entender que es sobre naturaleza y no atado a las leyes della, hace milagros en un punto, como es la de y otros semejantes, la cual la naturaleza [546] no puede hacer. Lo mesmo pasa en las cosas espirituales porque, como dice el maestro de las sentencias, no Dios su virtud a los sacramentos de tal manera que no pueda justificar sin ellos, pues es sobre los sacramentos, aunque autor dellos.  
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En materia de milagros se debe advertir cómo se hacen, porque unas veces los [543] hace Dios súbita e instantáneamente y otras más de espacio y en tiempo, como consta de lo que San Marcos cuenta en el cap. 8., que, trayendo a Cristo un ciego, suplicándole que le diese vista, poniéndole las manos le preguntó que qué vía, y dijo que vía unos hombres como árboles que andaban, dando a entender que no vía perfetamente. Donde Erasmo sobre el mesmo lugar dice que aquella palabra, ambulantes, tiene de ir con los hombres y no con los árboles, porque el árbol en el griego es neutro y no puede convenir con el ambulantes, que es como si dijera: “Veo andar los hombres como árboles”. Y segunda vez le tocó Cristo y vido perfetamente y con más perfección que si viera por naturaleza. Pues las obras de milagro, según todos, más perfetas son que no las naturales. Y ansí en este milagro se ve cómo Cristo no le hizo en un punto, como cuando Cristo entró en casa de San Pedro y su suegra estaba enferma de grandes calenturas y los discípulos le rogaron que la sanase, y mandó a la calentura que la dejase y en un punto fue sana: que son milagros que los teólogos llaman por otros términos, milagro en el modo, porque muchos sanan de calenturas, pero no en un punto. La razón desta diversidad de sanar Dios en un punto, o en tiempo, dicen algunos que es conforme la disposición que cada uno tiene para recebir aquel beneficio; y ansí unos le reciben en poco tiempo, otros en mucho. Y aunque esta razón es buena para que todos se dispongan para que Dios los sane en el alma, pues es dotrina cierta que a quien Dios sana en el cuerpo también sana en el alma, lo cual de ley común no se hace sin disposición, la razón de la diversidad de milagros es porque Dios es autor de la naturaleza, y el modo con que obra ese le dio Dios, la cual obra por movimiento, que no puede ser sino es en tiempo, sucediendo uno a otro, como se ve en la producción y obras de la naturaleza, como un hombre que nace niño y poco a poco con el tiempo se hace hombre, lo mesmo es en un árbol y en cualquiera otra cosa. Y para darnos a entender en los milagros, que es autor de la naturaleza, hace algunos poco a poco, procediendo como la naturaleza. Y también para dar a entender que es sobre naturaleza y no está atado a las leyes della, hace milagros en un punto, como es la resurrección de Lázaro y otros semejantes, la cual la naturaleza [546] no puede hacer. Lo mesmo pasa en las cosas espirituales porque, como dice el maestro de las sentencias, no ató Dios su virtud a los sacramentos de tal manera que no pueda justificar sin ellos, pues es sobre los sacramentos, aunque autor dellos.  
De lo dicho se la de estar algunas personas en los santuarios teniendo novenas, y otros treintanarios y otros y menos, como acontece en este santuario de Nuestra de la Cruz, que unos sanan de sus enfermedades a tres , otros a cuatro, otros a nueve, y otros a , y otros a menos y otros en llegando; lo cual todo resulta en honra y gloria de Dios, de quien son las maravillas y milagros. Si es la diversidad de de cada uno, de Dios es la ; y a se debe la gloria; si es porque se quiere mostrar hacedor de la naturaleza y sobre ella todas las criaturas, cada uno en su modo le alabe y glorifique. Y acontece que algunos no alcanzan el beneficio que desean y esto porque les conviene mejor la que tienen, que no su , como se cuenta del glorioso S. Pedro: que santa Petronilla su hija estaba tullida en una cama, yendo S. Pedro con unos suyos a comer le dijo que se levantase y les aderezase la comida, y acabado de comer dijo que se volviese a la cama tullida, y los circunstantes dijeron a S. Pedro que quien daba salud a tantos y libraba de tantas enfermedades por que su hija estuviese de aquella manera, y S. Pedro: lo que es verdad, pero a Petronilla le conviene la enfermedad, que la . Y porque a muchos necesitados y enfermos no les conviene tener salud, no se la da Dios; y, pues lo hace por bien suyo, deben de estar muy contentos y consolados, tanto como aquellos a quien Dios se la concede, pues lo uno y lo otro es lo que les conviene; y los que van sanos procuren no ofender a Dios porque no les acontezca lo que Cristo dijo al , que pues iba sano, no pecase, no le aconteciese otra cosa peor que la enfermedad que pasado. Todos procuren ser devotos de la madre Juana de la Cruz, pues, a los que lo son, hace Dios muchas mercedes en esta vida y en el siglo que esperamos.  
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De lo dicho se entenderá la razón de estar algunas personas en los santuarios teniendo novenas, y otros treintanarios y otros más y menos, como acontece en este santuario de Nuestra Señora de la Cruz, que unos sanan de sus enfermedades a tres días, otros a cuatro, otros a nueve, y otros a más, y otros a menos y otros en llegando; lo cual todo resulta en honra y gloria de Dios, de quien son las maravillas y milagros. Si es según la diversidad de disposición de cada uno, de Dios es la disposición; y ansí a Él se debe la gloria; si es porque se quiere mostrar hacedor de la naturaleza y sobre ella todas las criaturas, cada uno en su modo le alabe y glorifique. Y también acontece que algunos no alcanzan el beneficio que desean y esto porque les conviene mejor la indisposición que tienen, que no su pretensión, como se cuenta del glorioso apóstol S. Pedro: que santa Petronilla su hija estaba tullida en una cama, yendo S. Pedro con unos discípulos suyos a comer le dijo que se levantase y les aderezase la comida, y acabado de comer dijo que se volviese a la cama tullida, y los circunstantes dijeron a S. Pedro que quien daba salud a tantos y libraba de tantas enfermedades por qué consentía que su hija estuviese de aquella manera, y respondió S. Pedro: “Todo lo que decís es verdad, pero a Petronilla le conviene más la enfermedad, que la salud”. Y ansí porque a muchos necesitados y enfermos no les conviene tener salud, no se la da Dios; y, pues lo hace por más bien suyo, deben de estar muy contentos y consolados, tanto como aquellos a quien Dios se la concede, pues lo uno y lo otro es lo que les conviene; y los que van sanos procuren no ofender a Dios porque no les acontezca lo que Cristo dijo al paralítico, que pues iba sano, no pecase, no le aconteciese otra cosa peor que la enfermedad que había pasado. Todos procuren ser devotos de la madre Juana de la Cruz, pues, a los que lo son, hace Dios muchas mercedes en esta vida y en el siglo que esperamos.  
Otros muchos milagros y grandezas hay desta sierva de Dios, referirse han en libros que desto se en particular.
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Otros muchos milagros y grandezas hay desta sierva de Dios, referirse han en libros que desto se harán en particular.
  
 
= Vida manuscrita =
 
= Vida manuscrita =
Ed. de Victoria Curto
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Ed. de María Victoria Curto
  
 
== Fuente ==
 
== Fuente ==
 
* BNE MSS-9661
 
* BNE MSS-9661
  
== Criterios de ==
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== Criterios de edición ==
El Libro de la Casa y Monasterio de Nuestra de la Cruz contiene fragmentos de la vida de Juana de la Cruz, motivo por el que es incluido en el de santas vivas. Esta es la primera vez que se edita. El Libro de la Casa y Monasterio de Nuestra de la Cruz (mss. 9661 de la Biblioteca Nacional de ) es un manuscrito posterior a la muerte de Juana de la Cruz (1534) y que refleja las y propias de la segunda mitad del siglo XVI, por lo cual los criterios que se han adoptado para realizar su son conservadores. La lengua que refleja el manuscrito no parece presentar rasgos dialectales, ya que vocalismos en formas como sepoltura o monesterio eran muy habituales.
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El Libro de la Casa y Monasterio de Nuestra Señora de la Cruz contiene fragmentos de la vida de Juana de la Cruz, motivo por el que es incluido en el catálogo de santas vivas. Esta es la primera vez que se edita. El Libro de la Casa y Monasterio de Nuestra Señora de la Cruz (mss. 9661 de la Biblioteca Nacional de España) es un manuscrito posterior a la muerte de Juana de la Cruz (1534) y que refleja las características fonéticas y gráficas propias de la segunda mitad del siglo XVI, por lo cual los criterios que se han adoptado para realizar su transcripción son conservadores. La lengua que refleja el manuscrito no parece presentar rasgos dialectales, ya que vocalismos en formas como sepoltura o monesterio eran muy habituales.
  
Se ha decidido mantener los grupos cultos, como el grupo -mpt- en redemptor, el grupo -th- en thesoro o el grupo -nct- en sancto, ya que son una muestra de la importante presencia e influencia del lenguaje y de la fuerte carga de ciertos religiosos. Se conserva el uso de las distintas sibilantes que presenta el texto original, es decir se respeta en todo momento la entre ss/s (dixessen/dixesen, /) y entre z/(vezes/), incluso en los casos donde la mal empleada . Es importante apuntar que la autora del manuscrito fue una monja del convento de Nuestra de la Cruz de Cubas de la Sagra, de Juana mientras esta , que tal vez al dictado de otras monjas y cuya de ser muy . Por , se han mantenido las consonantes geminadas (officio, abbadesa), la entre b/v (tubo/tuvo), entre j/x (dijo/dixo), entre h/g (huerta/) y entre y/i (yglesia/iglesia); y se separan las formas constructas como , , con .
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Se ha decidido mantener los grupos consonánticos cultos, como el grupo -mpt- en redemptor, el grupo -th- en thesoro o el grupo -nct- en sancto, ya que son una muestra de la importante presencia e influencia del lenguaje eclesiástico y de la fuerte carga semántica de ciertos términos religiosos. Se conserva también el uso de las distintas sibilantes que presenta el texto original, es decir se respeta en todo momento la oscilación entre ss/s (dixessen/dixesen, santíssima/santísima) y entre z/ç (vezes/veçes), incluso en los casos donde la oscilación está mal empleada etimológicamente. Es importante apuntar que la autora del manuscrito fue una monja del convento de Nuestra Señora de la Cruz de Cubas de la Sagra, quizá compañera de Juana mientras esta vivía, que tal vez escribía al dictado de otras monjas y cuya alfabetización debía de ser muy básica. Por último, también se han mantenido las consonantes geminadas (officio, abbadesa), la oscilación entre b/v (tubo/tuvo), entre j/x (dijo/dixo), entre h/g (huerta/güerta) y entre y/i (yglesia/iglesia); y se separan las formas constructas como d’esto, d’ella, señaladas con apóstrofo.
  
Para que la lectura del texto resulte clara y sencilla al lector, se han juntado o separado palabras de acuerdo al criterio actual, se han desarrollado las abreviaturas, las palabras se han tildado siguiendo las normas actuales, se ha corregido la de determinados , reservando la para vocablos abstractos referidos a la divinidad, y se ha puntuado modernamente el texto, intentando en todo momento respectar lo posible su particular ritmo interno, muy cercano al lenguaje oral. Para facilitar la lectura, se ha acentuado la verbal, para distinguirla de la preposicional, se ha la virgulilla a la y se ha unificado la entre u/v, otorgando a la -u- exclusivamente vocal y a la -v- . Con la de orientar al lector, se han introducido breves que dividen el cuerpo del texto en de la que se aborda en cada momento, como notas a pie de que se han circunscrito a aclaraciones sobre la del manuscrito. Por , se ha empleado el para las acotaciones teatrales y las explicaciones del texto, se ha hecho uso de la letra cursiva para indicar frases latinas, y se han utilizado las comillas para las nomenclaturas y los que aparecen en el cuerpo del texto.
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Para que la lectura del texto resulte más clara y sencilla al lector, se han juntado o separado palabras de acuerdo al criterio actual, se han desarrollado las abreviaturas, las palabras se han tildado siguiendo las normas ortográficas actuales, se ha corregido la capitalización de determinados términos, reservando la mayúscula para vocablos abstractos referidos a la divinidad, y se ha puntuado modernamente el texto, intentando en todo momento respectar lo máximo posible su particular ritmo interno, muy cercano al lenguaje oral. Para facilitar la lectura, también se ha acentuado la á verbal, para distinguirla de la preposicional, se ha añadido la virgulilla a la grafía ñ y se ha unificado la oscilación entre u/v, otorgando a la -u- función exclusivamente vocal y a la -v- consonántica. Con la intención de orientar al lector, se han introducido breves epígrafes que dividen el cuerpo del texto en función de la temática que se aborda en cada momento, así como notas a pie de página que se han circunscrito a aclaraciones sobre la presentación del manuscrito. Por último, se ha empleado el paréntesis para las acotaciones teatrales y las explicaciones del texto, se ha hecho uso de la letra cursiva para indicar frases latinas, y se han utilizado las comillas para señalar las nomenclaturas y los diálogos que aparecen en el cuerpo del texto.
  
== LIBRO DE LA CASA Y MONASTERIO DE SANTA DE LA CRUZ ==
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== LIBRO DE LA CASA Y MONASTERIO DE SANTA MARÍA DE LA CRUZ ==
''[1]'' [fol. 1r] Este libro es de la casa y monasterio de Nuestra de la Cruz. Tiene los autos que se hacen el de la y el de la sepoltura, y gracias que Nuestro a esta sancta casa, y mercedes que en ella hizo por de nuestra madre sancta Juana a las monjas y bien hechores , y esto para siempre.
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''[1]'' [fol. 1r] Este libro es de la casa y monasterio de Nuestra Señora de la Cruz. Tiene los autos que se hacen el día de la asumpción y el de la sepoltura, y gracias que Nuestro Señor concedió a esta sancta casa, y mercedes que en ella hizo por yntercessión de nuestra madre sancta Juana a las monjas y bien hechores d’ella, y esto para siempre.
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===[PRIMER AUTO DE LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN]===
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[fol. 2r] Este auto es el que hazen en la casa de la labor el día de la sepoltura de Nuestra Señora.
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(Entra el ángel y anuncia a Nuestra Señora su muerte gloriosa.)
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Ángel – Thesoro rica del Cielo,
  
 
 
 
 
 
a cuya real persona
 
a cuya real persona
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quiere Dios dar la corona,
 
quiere Dios dar la corona,
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honrrando con vos su Cielo,
 
honrrando con vos su Cielo,
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la suprema Trinidad
 
la suprema Trinidad
para anunciaros me ,
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que se os ha llegado el
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para anunciaros me embía,
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que se os ha llegado el día
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de gozar la eternidad.
 
de gozar la eternidad.
Y para y muestra
+
 
que en cuerpo y alma,
+
Y para señal y muestra
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que triunfáys en cuerpo y alma,
 +
 
 
aquesta preciosa palma
 
aquesta preciosa palma
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os presento, Reina nuestra.
 
os presento, Reina nuestra.
Nuestra de la Magestad,
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Nuestra Señora – Señor de la Magestad,
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mi Dios y amado hijo,
 
mi Dios y amado hijo,
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que de un destierro prolijo
 
que de un destierro prolijo
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me llamas a tu ciudad,
 
me llamas a tu ciudad,
 +
 
gracias te den inmortales,
 
gracias te den inmortales,
los en la altura,
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los ángeles en la altura,
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honrras con favores tales.
 
honrras con favores tales.
Y pues ya, , previenes
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Y pues ya, Señor, previenes
 +
 
 
a la muerte los despojos
 
a la muerte los despojos
 +
 
para que gozen mis ojos
 
para que gozen mis ojos
 +
 
el sumo bien de los bienes,
 
el sumo bien de los bienes,
 +
 
solo me falta que sea  
 
solo me falta que sea  
 +
 
de tu amor favorecida
 
de tu amor favorecida
 +
 
en que antes de mi partida
 
en que antes de mi partida
a tus vea.
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Vuestros ruegos son ,
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a tus apóstoles vea.
Reina, y por que os
+
 
los ,
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Ángel – Vuestros ruegos son oýdos,
por virtud de Dios .
+
 
[fol. 2v] Todos se han juntado
+
Reina, y por que os consoléys
 +
 
 +
los apóstoles veréys,
 +
 
 +
por virtud de Dios traýdos.
 +
 
 +
[fol. 2v] Todos aquí se han juntado
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de varias partes del mundo,
 
de varias partes del mundo,
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y Juan, vuestro hijo segundo,
 
y Juan, vuestro hijo segundo,
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ya por las puertas ha entrado.
 
ya por las puertas ha entrado.
San Juan Dios, Virgen pura,
+
 
 +
San Juan – Sálvete Dios, Virgen pura,
 +
 
 
madre de Dios y hombre,
 
madre de Dios y hombre,
 +
 
a cuyo bendito nombre
 
a cuyo bendito nombre
 +
 
se humilla la criatura.
 
se humilla la criatura.
En predicaba
+
 
y vine,
+
En Éfeso predicaba
 +
 
 +
y súbitamente vine,
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tu Magestad determine
 
tu Magestad determine
 +
 
de dezir lo que mandaba.
 
de dezir lo que mandaba.
Nuestra Hijo y amado,
+
 
cuya dulce
+
Nuestra Señora – Hijo y apóstol amado,
divide el ,
+
 
 +
cuya dulce compañía
 +
 
 +
divide el último día,
 +
 
 
por averme Dios llamado,
 
por averme Dios llamado,
yo os encargo que ,
+
 
de muerta, por
+
yo os encargo que miréis,
 +
 
 +
después de muerta, por
 +
 
 
y luego en Getsemani
 
y luego en Getsemani
 +
 
sepulcro a mi cuerpo deis.
 
sepulcro a mi cuerpo deis.
 +
 
Esta palma, Juan, se llebe
 
Esta palma, Juan, se llebe
quando mi cuerpo ,
+
 
y es justo vos la
+
quando mi cuerpo enterréys,
 +
 
 +
y es justo vos la llevéys
 +
 
 
porque de todo se os debe.
 
porque de todo se os debe.
San Juan , si todos mis hermanos,
+
 
los ausentes,
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San Juan – ¡O, si todos mis hermanos,
 +
 
 +
los apóstoles ausentes,
 +
 
 
fuessen agora presentes,
 
fuessen agora presentes,
ufanos!
+
 
 +
quánto seríamos ufanos!
 +
 
 
   Tus obsequias gloriosas
 
   Tus obsequias gloriosas
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todos juntos con gran gloria
 
todos juntos con gran gloria
las sumptuosas
+
 
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las haríamos sumptuosas
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y dignas de gran memoria.
 
y dignas de gran memoria.
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(Entra san Pedro.)
 
(Entra san Pedro.)
San Pedro causa tan de presto
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nos ha el aiuntado?
+
San Pedro – ¿Por qué causa tan de presto
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nos ha el Señor aiuntado?
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Que cierto estoy espantado
 
Que cierto estoy espantado
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pensar que pueda ser esto...
 
pensar que pueda ser esto...
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Por esso todos lleguemos
 
Por esso todos lleguemos
juntamente en este ,
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y de la Virgen
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juntamente en este día,
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y de la Virgen María
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todos bien nos informemos.  
 
todos bien nos informemos.  
[fol. 3r] San Juan O, preciosa,
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[fol. 3r] San Juan O, compañía preciosa,
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a todos hago saber
 
a todos hago saber
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que ya quiere fallecer
 
que ya quiere fallecer
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nuestra Madre gloriosa.
 
nuestra Madre gloriosa.
Y pues que
+
 
todos juntos ,
+
Y pues que resurreción
no parezca que
+
 
por la muerte .
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todos juntos predicáys,
(Dizen los de rodillas...)  
+
 
de lo criado,
+
no parezca que mostráis
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 +
por la muerte compasión.
 +
 
 +
(Dizen los apóstoles de rodillas...)  
 +
 
 +
Señora de lo criado,
 +
 
 
donde todo el bien se encierra,
 
donde todo el bien se encierra,
 +
 
de los fines de la tierra
 
de los fines de la tierra
el nos ha juntado,
+
 
y aiuntados
+
el Señor nos ha juntado,
estando en tierras
+
 
 +
y viéndonos aiuntados
 +
 
 +
estando en tierras estrañas
 +
 
 
estamos maravillados.
 
estamos maravillados.
Dinos, , mandas.
+
 
Nuestra Para mi
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Dinos, Señora, qué mandas.
 +
 
 +
Nuestra Señora – Para mi consolación
 +
 
 
ha sido vuestra venida
 
ha sido vuestra venida
 +
 
y para que en mi partida
 
y para que en mi partida
mi .
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recibáis mi bendición.
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Ayudadme a bendecir
 
Ayudadme a bendecir
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la suprema Trinidad,
 
la suprema Trinidad,
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cuya sancta voluntad
 
cuya sancta voluntad
 +
 
me manda al Cielo subir.
 
me manda al Cielo subir.
Los solos y tristes
+
 
nos , muy gran .
+
Los apóstoles – Guérfanos solos y tristes
 +
 
 +
nos dexáis, muy gran Señora.
 +
 
 
Por aquel Dios que paristes,
 
Por aquel Dios que paristes,
 +
 
nos tengas en tu memoria.
 
nos tengas en tu memoria.
Nuestra Siempre en el Cielo
+
 
 +
Nuestra Señora – Siempre en el Cielo seré
 +
 
 
madre y abogada vuestra,
 
madre y abogada vuestra,
 +
 
quando de su mano diestra
 
quando de su mano diestra
mi hijo su lado me .
+
 
Dios, colegio sagrado!
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mi hijo su lado me .
Y , eterno y sumo Padre,
+
 
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¡A Dios, colegio sagrado!
 +
 
 +
Y , eterno y sumo Padre,
 +
 
 
que me escogiste por madre
 
que me escogiste por madre
 +
 
del hijo de ti engendrado,
 
del hijo de ti engendrado,
 +
 
recibe en tus santas manos
 
recibe en tus santas manos
mi en la partida,
+
 
 +
mi espíritu en la partida,
 +
 
 
para vivir nueva vida
 
para vivir nueva vida
 +
 
en los gozos soberanos.
 
en los gozos soberanos.
[fol. 3v] Los vas, Madre de Dios?
+
 
vas que nos dexas?
+
[fol. 3v] Los apóstoles – ¿Dónde vas, Madre de Dios?
, , te alejas?
+
 
sin ti de nos?
+
¿Dónde vas que ansí nos dexas?
 +
 
 +
¿Dónde, Señora, te alejas?
 +
 
 +
¿Qué será sin ti de nos?
 +
 
 
(San Juan da la palma a san Pedro.)
 
(San Juan da la palma a san Pedro.)
San Juan Pues eres guarda y pastor
+
 
 +
San Juan Pues eres guarda y pastor
 +
 
 
de la Iglesia militante,
 
de la Iglesia militante,
 +
 
esta palma triunfante
 
esta palma triunfante
como mayor,
+
 
que es del madero
+
llevarás como mayor,
 +
 
 +
que es símbolo del madero
 +
 
 
con que fuimos remediados
 
con que fuimos remediados
 +
 
y havemos de ser juzgados
 
y havemos de ser juzgados
en el postrimero.
+
 
 +
en el día postrimero.
 +
 
 
(San Pedro buelve la palma a san Juan.)
 
(San Pedro buelve la palma a san Juan.)
San Pedro La palma te pertenece
+
 
 +
San Pedro La palma te pertenece
 +
 
 
por tu santa puridad,
 
por tu santa puridad,
 +
 
tu ferbiente charidad
 
tu ferbiente charidad
 +
 
acatamiento merece.
 
acatamiento merece.
Quando Christo
+
 
 +
Quando Christo padecía
 +
 
 
la Virgen al virgen dio,
 
la Virgen al virgen dio,
 
 
 
  
===[SEGUNDO AUTO DE LA DE LA VIRGEN]===
+
y pues él la mereció
[fol. 4r] Este auto es el que se haze el de la de Nuestra en la tarde. mucho .
+
 
 +
lleve delante la guía.
 +
 
 +
(Va la processión al coro bajo y llevan los apóstoles a Nuestra Señora en hombros, y delante de las andas va san Juan con la palma y san Pedro y el ángel.)
 +
 
 +
===[SEGUNDO AUTO DE LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN]===
 +
[fol. 4r] Este auto es el que se haze el día de la asumpción de Nuestra Señora en la tarde. Gánase mucho haziéndola.
  
El Padre que sois criados
+
El Padre – Ángeles que sois criados
 
a la imagen de Dios,
 
a la imagen de Dios,
conoced vuestro ,
+
conoced vuestro Señor,
 
adoralde, que os ha criado.
 
adoralde, que os ha criado.
 
Adorad su gran poder,
 
Adorad su gran poder,
Línea 274: Línea 411:
 
con que os quiso criar.
 
con que os quiso criar.
 
Mirad vuestra hermosura
 
Mirad vuestra hermosura
y de la recibistes,
+
y de quién la recibistes,
 
conoced que sois criaturas
 
conoced que sois criaturas
 
y criaros no podistes.
 
y criaros no podistes.
Adorad al que os
+
Adorad al que os crió
 
con tan grande poder,
 
con tan grande poder,
 
adoralde porque os dio
 
adoralde porque os dio
libre y franco ,
+
libre y franco alvedrío,
 
adoralde porque es digno
 
adoralde porque es digno
 
ser de todos adorado.
 
ser de todos adorado.
Adoralde, hijos ,
+
Adoralde, hijos míos,
y santificados.
+
y seréis santificados.
  
Lucifer eres que nos hablas
+
Lucifer – ¿Quién eres que nos hablas
 
con tan grande magestad?
 
con tan grande magestad?
eres que nos mandas
+
¿Quién eres que nos mandas
 
que te vamos adorar?
 
que te vamos adorar?
la tu figura,
+
Muéstranos la tu figura,
pues la tu voz,
+
pues oýmos la tu voz,
, que en las alturas
+
, que estás en las alturas
 
y dizes que eres Dios.
 
y dizes que eres Dios.
  
El Padre Hijos, yo soy el que soy,
+
El Padre Hijos, yo soy el que soy,
 
sin principio y sin fin,
 
sin principio y sin fin,
 
yo soy vuestro Criador,
 
yo soy vuestro Criador,
 
yo soy el que siempre fui.
 
yo soy el que siempre fui.
[fol. 4v] Yo soy el que os
+
[fol. 4v] Yo soy el que os crié
 
con charidad infinita,
 
con charidad infinita,
para que de
+
para que de mí gozéis
y Gloria bendita.
+
y d’esta Gloria bendita.
Conoced que es toda ,
+
Conoced que es toda mía,
que de vos no nada.
+
que de vos no tenéis nada.
 
A la Magestad sagrada
 
A la Magestad sagrada
 
adoralda, que es muy digna.
 
adoralda, que es muy digna.
  
Lucifer Di, cosa es adorar,
+
Lucifer Di, ¿qué cosa es adorar,
 
pues mandas que te adoremos?
 
pues mandas que te adoremos?
 
Aunque primero veremos
 
Aunque primero veremos
se merece adorar...
+
quién se merece adorar...
  
El Padre Adorar es humillaros
+
El Padre Adorar es humillaros
 
so la mano poderosa
 
so la mano poderosa
 
de vuestro Dios soberano,
 
de vuestro Dios soberano,
 
que hizo todas las cosas.
 
que hizo todas las cosas.
A solo pertenece
+
A Él solo pertenece
 
adoralle de hinojos
 
adoralle de hinojos
 
con la boca y con los ojos,
 
con la boca y con los ojos,
porque solo lo merece.
+
porque solo Él lo merece.
es mi voluntad
+
También es mi voluntad
de ensalzar a un ,
+
de ensalzar a un varón,
al qual de adorar
+
al qual havéis de adorar
y tenerle por .  
+
y tenerle por Señor.  
 
Ha de subir de la tierra
 
Ha de subir de la tierra
 
a ser conmigo una cosa,
 
a ser conmigo una cosa,
 
y quiero que desde agora
 
y quiero que desde agora
le obediencia.
+
le prometáis obediencia.
  
Lucifer Vosotros no
+
Lucifer Vosotros no consintáys
en esto que ,
+
en esto que avéis oýdo,
 
si alguno se ha de adorar
 
si alguno se ha de adorar
yo solo soy el digno.
+
yo solo soy el más digno.
No ay otro poderoso
+
No ay aquí otro poderoso
 
que pueda ser adorado,
 
que pueda ser adorado,
 
en este reyno precioso
 
en este reyno precioso
 
yo devo ser ensalzado.
 
yo devo ser ensalzado.
  
El Padre Mirad bien lo que ,
+
El Padre Mirad bien lo que hazéis,
 
catad que os amonesto,
 
catad que os amonesto,
contra Dios no os ,
+
contra Dios no os levantéis,
que vuestro cimiento.
+
que caerá vuestro cimiento.
 
[fol. 5r] Humillaos y someteos,
 
[fol. 5r] Humillaos y someteos,
no ensalzaros,
+
no queráis ansí ensalzaros,
por que no derribados
+
por que no seáis derribados
donde no remedio.  
+
donde no halléis remedio.  
  
Lucifer , baja de lo alto
+
Lucifer – ¡Baja, baja de lo alto
, que nos amenazas,
+
, que ansí nos amenazas,
 
y veremos en lo bajo
 
y veremos en lo bajo
tiene maiores alas!
+
quién tiene maiores alas!
 
Yo tengo alas tan lindas
 
Yo tengo alas tan lindas
que si de bolar
+
que si empieço de bolar
 
tengo de poner mi silla
 
tengo de poner mi silla
 
delante la Magestad.
 
delante la Magestad.
  
(toma Lucifer la silla y la arroja en alto y dize...)
+
(Aquí toma Lucifer la silla y la arroja en alto y dize...)
  
A de adorar
+
A mí tenéis de adorar
 
todos quantos sois criados,
 
todos quantos sois criados,
y si otra cosa
+
y si otra cosa pensáis
a las manos!
+
¡ayámoslo a las manos!
  
(se levanta san Miguel y dize...)
+
(Aquí se levanta san Miguel y dize...)
  
San Miguel es el que se levanta
+
San Miguel – ¿Quién es el que se levanta
 
contra la gran Magestad?
 
contra la gran Magestad?
es el que siendo nada
+
¿Quién es el que siendo nada
 
con Dios se quiere igualar?
 
con Dios se quiere igualar?
tu divinidad,
+
Güelgue tu divinidad,
 
nuestro Dios, y ten descanso,
 
nuestro Dios, y ten descanso,
 
que para por ti tornar
 
que para por ti tornar
 
yo quiero tomar la mano.
 
yo quiero tomar la mano.
solo seas adorado,
+
solo seas adorado,
 
poderoso, uno y trino,
 
poderoso, uno y trino,
solo seas ensalzado,
+
solo seas ensalzado,
pues que solo eres digno.
+
pues que solo eres digno.
 
Salga luego a pelear
 
Salga luego a pelear
 
el que se toma con Dios,
 
el que se toma con Dios,
 
que lo quiero yo vengar.
 
que lo quiero yo vengar.
los dos!
+
¡Muramos aquí los dos!
Los que su honrra
+
Los que deseáis su honrra
salid luego conmigo,
+
salid luego aquí conmigo,
 
tomemos por nuestro Dios
 
tomemos por nuestro Dios
 
contra este enemigo.
 
contra este enemigo.
Línea 389: Línea 526:
 
[fol. 5v] Con ayuda del Divino
 
[fol. 5v] Con ayuda del Divino
 
y sin temor ni flaqueza,
 
y sin temor ni flaqueza,
mas con de amigos,
+
mas con esfuerço de amigos,
la pelea!
+
¡empiécese la pelea!
  
(Ahora se matan las luzes y queda escuro, y a hazer ruydo como de pelea. Y habla el Padre y dize tres vezes que cese la pelea, y a cada vez cesa, y la postrera vez habla el Padre maldiziendo a los malos y, en cayendo los malos, encienden las luzes.)
+
(Ahora se matan las luzes y queda escuro, y comiençan a hazer ruydo como de pelea. Y habla el Padre y dize tres vezes que cese la pelea, y a cada vez cesa, y la postrera vez habla el Padre maldiziendo a los malos y, en cayendo los ángeles malos, encienden las luzes.)
  
El Padre Yd, malditos, al Ynfierno,
+
El Padre Yd, malditos, al Ynfierno,
donde la mala ,
+
donde está la mala andança,
que yo os juro por mesmo
+
que yo os juro por mesmo
que no en mi .
+
que no entréis en mi holgança.
 
En esa perseverancia
 
En esa perseverancia
de sobervia que ,
+
de sobervia que tenéis,
 
en esa malicia tanta,
 
en esa malicia tanta,
endurecidos .
+
endurecidos seréis.
Para siempre
+
Para siempre quedaréis
 
sin tener conocimiento,
 
sin tener conocimiento,
y sin fin os
+
y sin fin os estaréis
 
en vuestro endurecimiento.
 
en vuestro endurecimiento.
  
 
(Este dicho ha de ser a escuras.)
 
(Este dicho ha de ser a escuras.)
  
Los , ,
+
Los ángeles – Adorámoste, Señor,
 
porque criarnos quisiste,
 
porque criarnos quisiste,
 
adoramos el favor
 
adoramos el favor
 
con que vencernos hiziste,
 
con que vencernos hiziste,
adoramos la
+
adoramos la vengança
 
que hiziste con justicia
 
que hiziste con justicia
 
a los que con gran malicia
 
a los que con gran malicia
despreciaron tu .
+
despreciaron tu alabança.
  
 
(Agora sacan las luzes.)
 
(Agora sacan las luzes.)
  
El Padre Gozad ya de mi presencia
+
El Padre Gozad ya de mi presencia
los que me conocido,
+
los que me avéis conocido,
 
yo os prometo, como amigo,
 
yo os prometo, como amigo,
que nunca mi ausencia.
+
que nunca tengáis mi ausencia.
 
En mi vista y gran poder
 
En mi vista y gran poder
oy santificados,
+
oy seréis santificados,
 
[fol. 6r] para nunca poder ser
 
[fol. 6r] para nunca poder ser
 
de vuestro Dios apartados.
 
de vuestro Dios apartados.
  
Los Hazedor de maravillas,
+
Los ángeles – Hazedor de maravillas,
Dios que nos criaste,
+
Señor Dios que nos criaste,
mira las sillas
+
mira las sillas vazías
 
de aquellos que derribaste.
 
de aquellos que derribaste.
  
El Padre Entre vosotros
+
El Padre Entre vosotros está
 
por quien han de ser pobladas:
 
por quien han de ser pobladas:
 
es la Virgen singular,
 
es la Virgen singular,
 
digna de ser ensalzada.
 
digna de ser ensalzada.
, mis amigos,
+
Traédmela, mis amigos,
 
ella es la merecedora
 
ella es la merecedora
de ser junta conmigo,
+
de ser junta aquí conmigo,
como de todos .
+
como de todos Señora.
 
Venid, mi hija amada,
 
Venid, mi hija amada,
 
venid, paloma querida,
 
venid, paloma querida,
 
venid, esposa escogida,
 
venid, esposa escogida,
 
ven para ser ensalzada.
 
ven para ser ensalzada.
Ven de , mi amada,
+
Ven de Líbano, mi amada,
ven de , hermosa,
+
ven de Líbano, hermosa,
 
rubicunda plusquam rosa,
 
rubicunda plusquam rosa,
ven y coronada.
+
ven y serás coronada.
  
(Agora van los por Nuestra , y se hincan de rodillas delante y dizen lo que se sigue...)
+
(Agora van los ángeles por Nuestra Señora, y se hincan de rodillas delante d’ella y dizen lo que se sigue...)
  
Los Ven, la digna,
+
Los ángeles – Ven, Señora la más digna,
 
que te llama el alto Padre
 
que te llama el alto Padre
 
para ponerte en su silla,
 
para ponerte en su silla,
 
como de su hijo madre.
 
como de su hijo madre.
 
Ven, nuestra Reyna admirable,
 
Ven, nuestra Reyna admirable,
por quien el Cielo se ,
+
por quien el Cielo se abrió,
que el que te
+
que el Señor que te crió
 
te espera con gozo grande.
 
te espera con gozo grande.
  
(Estando los de rodillas delante de Nuestra , habla esto sentada...)
+
(Estando los ángeles de rodillas delante de Nuestra Señora, habla esto sentada...)
  
Nuestra Sicut cipres levantada  
+
Nuestra Señora – Sicut cipres levantada  
soy en el monte ,
+
soy en el monte Sión,
 
sicut cedrus ensalzada
 
sicut cedrus ensalzada
in sola soy.
+
in Líbano sola soy.
  
 
[fol. 6v] In plateis di olor
 
[fol. 6v] In plateis di olor
de y de canela
+
de bálsamo y de canela
 
y quasi mirra, electa
 
y quasi mirra, electa
 
di muy suave olor.
 
di muy suave olor.
  
(Agora llevan los a Nuestra hasta donde el Padre, cantando gloriosa . Nuestra de rodillas y habla con el Padre lo siguiente...)
+
(Agora llevan los ángeles a Nuestra Señora hasta donde esté el Padre, cantando ‘O gloriosa Domina’. Híncase Nuestra Señora de rodillas y habla con el Padre lo siguiente...)
  
Nuestra La mi engrandece
+
Nuestra Señora – La mi ánima engrandece
 
y alaba con gran firmeza
 
y alaba con gran firmeza
 
a ti, Dios, y a tu grandeza,
 
a ti, Dios, y a tu grandeza,
Línea 485: Línea 622:
 
la humildad de la tu sierba.
 
la humildad de la tu sierba.
  
(toma de la mano el Padre a Nuestra y la asienta a su lado.)
+
(Aquí toma de la mano el Padre a Nuestra Señora y la asienta a su lado.)
  
El Padre Esta es vuestra ,
+
El Padre Esta es vuestra Señora,
 
vuestra Emperatriz y Madre.
 
vuestra Emperatriz y Madre.
 
Mis amigos, desde agora
 
Mis amigos, desde agora
Línea 493: Línea 630:
 
como a mi propia persona.
 
como a mi propia persona.
 
Quiero sea obedecida,
 
Quiero sea obedecida,
pues de todos es
+
pues de todos es Señora
 
y no hay otra tan digna.
 
y no hay otra tan digna.
  
(Los de rodillas.)
+
(Los ángeles de rodillas.)
  
Los Como siervos y vassallos
+
Los ángeles – Como siervos y vassallos
 
te damos el omenaje,
 
te damos el omenaje,
 
cada uno suplicando  
 
cada uno suplicando  
 
nos recibas por tu paje.
 
nos recibas por tu paje.
  
Nuestra Por hijos y por amigos
+
Nuestra Señora – Por hijos y por amigos
 
os recibo, y por hermanos.
 
os recibo, y por hermanos.
Ayudadme, hijos ,
+
Ayudadme, hijos míos,
 
a rogar por los humanos,
 
a rogar por los humanos,
 
sientan ya los pecadores
 
sientan ya los pecadores
 
que, pues ya soy ensalzada,
 
que, pues ya soy ensalzada,
 
[fol. 7r] que para los sus dolores
 
[fol. 7r] que para los sus dolores
en tienen abogada.
+
en tienen abogada.
  
(se hinca de rodillas Nuestra y habla con el Padre lo siguiente...)
+
(Aquí se hinca de rodillas Nuestra Señora y habla con el Padre lo siguiente...)
  
Nuestra Padre perdurable,
+
Nuestra Señora – Padre mío perdurable,
 
pues que yo estoy en el Cielo,
 
pues que yo estoy en el Cielo,
sientan que en tienen madre
+
sientan que en tienen madre
 
los que quedan en el suelo.
 
los que quedan en el suelo.
pido, Padre eterno,
+
También pido, Padre eterno,
 
por este gozo inefable,
 
por este gozo inefable,
 
que nunca vea el Infierno
 
que nunca vea el Infierno
 
el que mi nombre llamare.  
 
el que mi nombre llamare.  
  
El Padre Hija muy amada,
+
El Padre Hija mía muy amada,
es
+
razón es seáis oýda
 
y que sea socorrida
 
y que sea socorrida
 
por vos la natura humana.
 
por vos la natura humana.
  
(Agora asienta el Padre a Nuestra y habla con San Michael.)
+
(Agora asienta el Padre a Nuestra Señora y habla con San Michael.)
  
El Padre Michael, mi grande amigo,
+
El Padre Michael, mi grande amigo,
ven , pues lo has ganado,
+
ven acá, pues lo has ganado,
con los juntos conmigo
+
con los más juntos conmigo
 
quiero que seas asentado.
 
quiero que seas asentado.
 
Mi poder pongo en tus manos
 
Mi poder pongo en tus manos
 
para que todas las almas,
 
para que todas las almas,
desde lo ordeno y mando,
+
desde aquí lo ordeno y mando,
 
por ti sean juzgadas.
 
por ti sean juzgadas.
 
La vara de mi justicia
 
La vara de mi justicia
 
desde oy te la encomiendo,
 
desde oy te la encomiendo,
 
pues venciste la malicia
 
pues venciste la malicia
del que el Infierno.  
+
del que mereció el Infierno.  
  
San Michael ,
+
San Michael – Señor, ¿quándo merecí
por tan servicio
+
por tan pequeño servicio
que te acordases de
+
que te acordases de
 
con tan grande beneficio?
 
con tan grande beneficio?
 
Yo te ofrezco en sacrificio
 
Yo te ofrezco en sacrificio
mi y todo yo,
+
mi espíritu y todo yo,
 
para todo tu servicio,
 
para todo tu servicio,
como siervo a su .
+
como siervo a su señor.
  
(cantando Dominum omnes .)
+
(Acábase cantando ‘Laudate Dominum omnes gentes’.)
  
===[DE JUANA]===
+
===[ORACIÓN DE JUANA]===
[fol. 7v] Dijo el , hablando por la voca de nuestra madre sancta Juana, que dixessen estas palabras a la hora de la muerte, que les grande ayuda, las quales son las que se siguen:
+
[fol. 7v] Dijo el Señor, hablando por la voca de nuestra madre sancta Juana, que dixessen estas palabras a la hora de la muerte, que les serían grande ayuda, las quales son las que se siguen:
  
El , que suelta los presos,
+
El Señor, que suelta los presos,
suelte a esta. , .  
+
suelte a esta. Jesús, María.  
El , que alumbra a los ciegos,
+
El Señor, que alumbra a los ciegos,
alumbre a esta. , .  
+
alumbre a esta. Jesús, María.  
El , que sana a los contritos,
+
El Señor, que sana a los contritos,
sane a esta. , .
+
sane a esta. Jesús, María.
El , que socorre a los necessitados,
+
El Señor, que socorre a los necessitados,
socorra a esta. , .
+
socorra a esta. Jesús, María.
El , que alegra a los tristes,
+
El Señor, que alegra a los tristes,
alegre a esta. , .
+
alegre a esta. Jesús, María.
El , que perdona a los pecadores,
+
El Señor, que perdona a los pecadores,
perdone a esta. , .  
+
perdone a esta. Jesús, María.  
El , que salva a los indignos,
+
El Señor, que salva a los indignos,
salve a esta. , .
+
salve a esta. Jesús, María.
O, , Rey de los sanctos, .
+
O, , Rey de los sanctos, confórtala.
Jesuchristo la defienda. .
+
Jesuchristo la defienda. Amén.
  
===[COLOQUIO DE JUANA CON EL ]===
+
===[COLOQUIO DE JUANA CON EL SEÑOR]===
[fol. 8r] Estas palabras son un coloquio de nuestra madre santa Juana que tuvo con Nuestro , y respuesta suya. el de la Cruz de mayo, que fue quando .
+
[fol. 8r] Estas palabras son un coloquio de nuestra madre santa Juana que tuvo con Nuestro Señor, y respuesta suya. Cántanse el día de la Cruz de mayo, que fue quando murió.
[Esposa] Esposo,
+
[Esposa] Esposo, ¿si avéis oýdo
me mi sentido?
+
quién me robó mi sentido?
[Esposo] Esposa , en verdad
+
[Esposo] Esposa mía, en verdad
no vos maravillar,
+
no vos devéis maravillar,
que mi es tal  
+
que mi dulçura es tal  
se recrecido1.  
+
d’esto se havía recrecido1.  
Esposa, yo os lo :
+
Esposa, yo os lo diré:
 
vos tenedes muy gran fe
 
vos tenedes muy gran fe
y a bueltas bien,
+
y a bueltas queréisme bien,
y a esta causa sido.
+
y a esta causa abrá sido.
Y no ayades pena,
+
Y no ayades d’esto pena,
 
que antes es dicha muy buena
 
que antes es dicha muy buena
que gracia tan llena,
+
que tengáis gracia tan llena,
pues que es Dios servido.
+
pues que d’ello es Dios servido.
No desagradecida,
+
No seáis desagradecida,
ni entristezida,
+
ni estéis entristezida,
 
porque gracia tan crecida
 
porque gracia tan crecida
 
publico vos ha venido.
 
publico vos ha venido.
Otras personas
+
Otras personas abría
que ,
+
que d’esto abrían alegría,
y de verse cada
+
y de verse cada día
donde vos os vido.
+
donde vos os avéis vido.
poca constancia,
+
¡Y tenéis poca constancia,
y casi ,
+
y casi desesperança,
de posseer la
+
de posseer la folgança
 
que vos ha aparecido!
 
que vos ha aparecido!
En Dios esperar
+
En Dios devéis esperar
y no vos turbar,
+
y no vos debéis turbar,
que os puede salvar
+
que Él os puede salvar
 
porque es de bondad cumplido.
 
porque es de bondad cumplido.
Y si lo
+
Y si ansí lo hazéis
cierto muy bien ,
+
cierto muy bien libraréis,
[fol. 8v] y si en virtudes
+
[fol. 8v] y si en virtudes crecéys
Dios vuestro gemido.
+
Dios oyrá vuestro gemido.
 
En las cosas celestiales
 
En las cosas celestiales
 
debe ser vuestro deleyte,
 
debe ser vuestro deleyte,
 
porque todas las terrenales
 
porque todas las terrenales
 
muy presto han fenecido.
 
muy presto han fenecido.
Amiga muy serena,
+
Amiga mía muy serena,
vos sois como abeja
+
vos sois ansí como abeja
 
que haze la miel muy nueva
 
que haze la miel muy nueva
 
y la labra de contino.
 
y la labra de contino.
 
Y digo que en toda la tierra,
 
Y digo que en toda la tierra,
ni el val de la ,
+
ni el val de la Çirolera,
 
no ay quien ventaja os lleva
 
no ay quien ventaja os lleva
 
en amar a Dios divino.
 
en amar a Dios divino.
Y por aquesta
+
Y por aquesta razón
y porque os duele mi
+
y porque os duele mi Pasión
y de pura
+
y de pura compasión
 
se vos ha quitado el sentido,
 
se vos ha quitado el sentido,
y ,  
+
y ansí perseveráis,  
y si siempre
+
y si siempre ansí boláis
y nunca ,
+
y atrás nunca tornáis,
muy buen camino.
+
hallaréis muy buen camino.
Essas vuestras ,
+
Essas vuestras compañeras,
mis amigas ,  
+
mis amigas entrañables,  
 
deben ser muy singulares,
 
deben ser muy singulares,
 
no me echen en olvido.
 
no me echen en olvido.
Y pues yo las
+
Y pues yo las amé2
a ellas y las
+
a ellas y las llamé
y del mundo las ,
+
y del mundo las libré,
por ser bien servido.
+
por d’ellas ser bien servido.
Ellas y de consuno,  
+
Ellas y de consuno,  
sin ninguna ,
+
sin ninguna dilación,
servir a Dios uno
+
debéis servir a Dios uno
 
con amor mucho crecido.
 
con amor mucho crecido.
 
Pues que sois ya dedicadas
 
Pues que sois ya dedicadas
Línea 647: Línea 784:
 
a Dios bueno, uno y trino,  
 
a Dios bueno, uno y trino,  
 
al qual siempre con amor
 
al qual siempre con amor
tened en el ,
+
tened en el coraçón,
[fol. 9r] vuestra
+
[fol. 9r] dándole vuestra afición
 
al que es poderoso Dios vivo.
 
al que es poderoso Dios vivo.
Esposa, catad que
+
Esposa, catad que miréis
que ni por eso no
+
que ni por eso no penséis
que algunas virtudes ,
+
que algunas virtudes tenéis,
 
pues de Dios han recrecido.
 
pues de Dios han recrecido.
Y si os he dicho loor
+
Y si os he dicho algún loor
 
no es por vuestro valor,
 
no es por vuestro valor,
sino por el del ,
+
sino por el del Señor,
 
de quien el bien ha salido,
 
de quien el bien ha salido,
 
porque en toda criatura
 
porque en toda criatura
 
no ay sino malaventura
 
no ay sino malaventura
 
y es peor que basura
 
y es peor que basura
y contino en peligro.
+
y contino está en peligro.
No que he de dejar  
+
No penséis que he de dejar  
 
de dezir y amonestar
 
de dezir y amonestar
lo que os he de ,
+
lo que os he de enseñar,
 
pues soy maestro sabido;
 
pues soy maestro sabido;
 
y pues que sois vos mi esposa
 
y pues que sois vos mi esposa
os de hallar dichosa,
+
avéis os de hallar dichosa,
 
pues que no es cosa penosa
 
pues que no es cosa penosa
 
mi aviso y mi castigo,
 
mi aviso y mi castigo,
pues si vos a me
+
pues si vos a me amáis
os he yo amado a vos,
+
más os he yo amado a vos,
y si por
+
y si por mí trabajáis
he yo por vos sufrido.
+
más he yo por vos sufrido.
 
Esposa, saber os hago
 
Esposa, saber os hago
 
que yo os amo en tanto grado
 
que yo os amo en tanto grado
Línea 679: Línea 816:
 
en este mundo nacido;
 
en este mundo nacido;
 
y antes que el mundo criase  
 
y antes que el mundo criase  
yo de vos me ,
+
yo de vos me acordé,
 
y aun antes que le ordenase
 
y aun antes que le ordenase
 
yo vos ube escogido,
 
yo vos ube escogido,
que en mi voluntad
+
que en mi voluntad crié
 
las cosas antes que fuesen,
 
las cosas antes que fuesen,
y lo que yo
+
y lo que yo más amé
buenas an sido.
+
ánimas buenas an sido.
[fol. 9v] Los , con primores  
+
[fol. 9v] Los ángeles, con primores  
 
criados en mayor grado,
 
criados en mayor grado,
 
a Dios an mucho alabado
 
a Dios an mucho alabado
 
en el Cielo muy subido;
 
en el Cielo muy subido;
son claros que candelas
+
son más claros que candelas
 
y rayos del sol que salen,
 
y rayos del sol que salen,
son mucho que estrellas
+
son más mucho que estrellas
 
y de gesto muy luzido.
 
y de gesto muy luzido.
Esposa , ya es tarde
+
Esposa mía, ya es tarde
 
y hora de recogimiento,
 
y hora de recogimiento,
 
todo esto se bien guarde
 
todo esto se bien guarde
en el metido,
+
en el coraçón metido,
 
y holgad en hora buena.
 
y holgad en hora buena.
Y por estrena
+
Y algún día por estrena
de cena,
+
bolveré después de cena,
 
o antes del gallo primo,
 
o antes del gallo primo,
y entonces me
+
y entonces me contaréis
las congojas que
+
las congojas que tenéis
y las que
+
y también las que después
de mi vista tenido.
+
de mi vista habéis tenido.
[Esposa] Esposo,
+
[Esposa] Esposo, ¿si havéis oýdo
me mi sentido?
+
quién me robó mi sentido?
  
===[SEGUNDO COLOQUIO DE JUANA CON EL ]===
+
===[SEGUNDO COLOQUIO DE JUANA CON EL SEÑOR]===
Estas palabras dixo el por su voca estando en el dormitorio de esta santa casa de la Cruz. Dichas el de la , ganan lo que el buen en la Cruz, y la Madalena. en el refitorio la octaba del sacramento.
+
Estas palabras dixo el Señor por su sanctíssima voca estando en el dormitorio de esta santa casa de la Cruz. Dichas el día de la comunión, ganan lo que ganó el buen ladrón en la Cruz, y la Madalena. Cántanse en el refitorio la octaba del santísimo sacramento.
 
Almas esposas amadas,
 
Almas esposas amadas,
acordaos de aqueste ,
+
acordaos de aqueste día,
porque con mucha
+
porque con mucha alegría
de Dios consoladas.
+
de Dios seáis consoladas.
Ya que Jesuchristo
+
Ya sabéis que Jesuchristo
 
en forma de pan es visto,
 
en forma de pan es visto,
 
Dios y hombre Jesucristo
 
Dios y hombre Jesucristo
 
en la ostia consagrada.
 
en la ostia consagrada.
[fol. 10r] Almas que en regla
+
[fol. 10r] Almas que vivís en regla
 
en la sancta Madre Iglesia,
 
en la sancta Madre Iglesia,
pues tan rica impresa
+
pues tenéis tan rica impresa
no desconfiadas.  
+
no estéis desconfiadas.  
 
Quando tomastes baptismo
 
Quando tomastes baptismo
 
esposo fue Dios mismo,
 
esposo fue Dios mismo,
vuestro abismo
+
Él quitó vuestro abismo
 
infernal de almas perdidas.
 
infernal de almas perdidas.
Y de encarnado,
+
Y después de encarnado,
 
Dios vivo se ha presentado
 
Dios vivo se ha presentado
 
por todos crucificado;
 
por todos crucificado;
 
las almas son redimidas.
 
las almas son redimidas.
con
+
Muéstrase con afición
a quien tiene ,  
+
a quien tiene devoción,  
y a las vezes da
+
y a las vezes da perdón
 
de palabras bien sentidas.
 
de palabras bien sentidas.
Y por eso, esposas ,
+
Y por eso, esposas mías,
las que me agora
+
las que me adoráis agora
por estas estrechas
+
por estas estrechas vías
por buenas avidas
+
por buenas seréis avidas
en el Final,
+
en el Juiçio Final,
 
estando en mi tribunal,
 
estando en mi tribunal,
 
en el qual me he de sentar
 
en el qual me he de sentar
 
a juzgar gentes nacidas.  
 
a juzgar gentes nacidas.  
Pensando en este
+
Pensando en este Juiçio
, hijas, contemplar;
+
debéis, hijas, contemplar;
hallarse muy repissa
+
hallarse á muy repissa
la que malas .
+
la que siguió malas vías.
Dios su deidad
+
Dios mostrará su deidad
 
en potente magestad,
 
en potente magestad,
no hay negar verdad,
+
allí no hay negar verdad,
de las almas perdidas!
+
¡guay de las almas perdidas!
Justos no se ,
+
Justos no se hallarán,
los santos
+
los santos ý temblarán
quando a Dios vivo
+
quando a Dios vivo verán
 
con llagas aparecidas.
 
con llagas aparecidas.
los pecadores
+
¿Qué harán los pecadores
que tan llenos de errores?
+
que están tan llenos de errores?
En el fuego dolores
+
En el fuego abrán dolores
 
de llagas muy desmedidas.
 
de llagas muy desmedidas.
 
Esposas, sed inocentes
 
Esposas, sed inocentes
 
sin pecado entre las gentes,
 
sin pecado entre las gentes,
 
lavad vuestra cara y frente
 
lavad vuestra cara y frente
con bien crecidas;
+
con lágrimas bien crecidas;
 
mejor es este deleyte
 
mejor es este deleyte
de pensar en mi
+
de pensar en mi Pasión
que otro afeite,
+
que otro ningún afeite,
y aguas .
+
solimán y aguas coçidas.
[fol. 10v] os hermosead
+
[fol. 10v] Ansí os hermosead
 
las almas todas, mirad
 
las almas todas, mirad
 
que mi alta Magestad
 
que mi alta Magestad
 
digna es de desposar luzidas.
 
digna es de desposar luzidas.
 
Con vosotras hago pacto
 
Con vosotras hago pacto
en este y rato
+
en este día y rato
que nunca os ingrato,
+
que nunca os seré ingrato,
pues arrepentidas.
+
pues estáis arrepentidas.
vuestros pecados,
+
Lloraréis vuestros pecados,
 
dignos de ser despreciados
 
dignos de ser despreciados
 
y del todo desechados,
 
y del todo desechados,
 
a Dios siendo prometidas.
 
a Dios siendo prometidas.
Acordaos os dixe
+
Acordaos cómo os dixe
 
en el vuestro consistorio
 
en el vuestro consistorio
que os mi desposorio
+
que os daría mi desposorio
 
como a esposas queridas.
 
como a esposas queridas.
 
Yo mismo quise rogaros,
 
Yo mismo quise rogaros,
 
por mayor cargo echaros
 
por mayor cargo echaros
y por mucho amaros
+
y por mucho más amaros
quando bendecidas.
+
quando fuéssedes bendecidas.
Acordaos que os
+
Acordaos que os amé
y os di mi
+
y os di mi coraçón
quando en la Cruz ,
+
quando en la Cruz pené,
 
sintiendo las mis heridas.
 
sintiendo las mis heridas.
 
Acordaos que consentistes
 
Acordaos que consentistes
 
Esposo tan soberano,
 
Esposo tan soberano,
 
y acordaos que luego distes
 
y acordaos que luego distes
la mano con .
+
la mano con alegrías.
Yo mesmo os la di
+
Yo ansí mesmo os la di
por que benditas,
+
por que fuéssedes benditas,
y de grado os di mi .
+
y de grado os di mi “sí”.
 
Sed preciosas margaritas,
 
Sed preciosas margaritas,
 
las quales ando a buscar,
 
las quales ando a buscar,
Línea 803: Línea 940:
 
por la tierra y por la mar.
 
por la tierra y por la mar.
 
Almas son hijas queridas.
 
Almas son hijas queridas.
Acordaos que os
+
Acordaos que os compré
padeciendo cruel ;
+
padeciendo cruel Pasión;
vosotras la fe
+
vosotras tenéis la fe
y yo las heridas.
+
y yo sufrí las heridas.
 
Acordaos de mi gemido  
 
Acordaos de mi gemido  
 
y de todos mis tormentos,
 
y de todos mis tormentos,
 
mirad que os ube servido
 
mirad que os ube servido
cien mil vidas.
+
prometiéndoos cien mil vidas.
 
Muy dignos servicios fueron
 
Muy dignos servicios fueron
la vida que yo
+
la vida que yo pasé
y la que me dieron
+
y la Passión que me dieron
 
con penas muy doloridas.
 
con penas muy doloridas.
 
[fol. 11r] Y los mis prometimientos
 
[fol. 11r] Y los mis prometimientos
Línea 823: Línea 960:
 
si por vos no quebrantadas,
 
si por vos no quebrantadas,
 
prudentes sois y sabidas.
 
prudentes sois y sabidas.
Algunos os dan
+
Algunos os dan esfuerço
diziendo de buenas nuevas,
+
diziendo de buenas nuevas,
perdono yo presto
+
cómo perdono yo presto
 
las ofensas cometidas.
 
las ofensas cometidas.
Hijas, no tanto
+
Hijas, no confiéis tanto
en lo que hablar,
+
en lo que oýs hablar,
rogad al Sancto
+
rogad al Spíritu Sancto
que de os haga dignas,
+
que de os haga dignas,
para mientes, hijas ,
+
para mientes, hijas mías,
que el mundo no vos
+
que el mundo no vos engañe
con sus vanas ,
+
con sus vanas alegrías,
ante aborrecidas.
+
ante aborrecidas.
 
No consiento ni me place  
 
No consiento ni me place  
que de otro amigas,
+
que de otro seáis amigas,
de quien pecados haze,
+
¡guay de quien pecados haze,
siendo vosotras tan !
+
siendo vosotras tan mías!
que dizen verdad
+
Ansí que dizen verdad
 
que yo soy perdonador,
 
que yo soy perdonador,
 
mas quitad toda maldad  
 
mas quitad toda maldad  
 
ante vuestro Criador.
 
ante vuestro Criador.
Si no os hallastes
+
Si no os hallastes allí
 
quando mi desposamiento,
 
quando mi desposamiento,
agora vedesme
+
agora vedesme aquí
 
a vuestro contentamiento.
 
a vuestro contentamiento.
No entristezidas
+
No estéis entristezidas
 
siendo en cantidad muchas
 
siendo en cantidad muchas
 
(alma, si bien me scuchas,
 
(alma, si bien me scuchas,
muchas son redimidas),
+
muchas más son redimidas),
 
porque las almas esposas
 
porque las almas esposas
 
en el sancto baptismo
 
en el sancto baptismo
 
se me aiuntaron todas;
 
se me aiuntaron todas;
yo a quien me quiso.
+
yo recebí a quien me quiso.
Entonces, como ,
+
Entonces, como sabéis,
 
doy las joyas y anillos,
 
doy las joyas y anillos,
(como quenta santa ,
+
(como quenta santa Ynés,
 
que supo muy bien sentillos),
 
que supo muy bien sentillos),
 
porque entonces las almas
 
porque entonces las almas
renuncian a
+
renuncian a Satanás
y se le dexan ,
+
y se le dexan atrás,
por ser a allegadas.
+
por ser a allegadas.
 
[fol. 11v] Esto digo a quanto faze
 
[fol. 11v] Esto digo a quanto faze
 
a lo de mi desposorio,
 
a lo de mi desposorio,
Línea 869: Línea 1006:
 
Dios mi Padre es contento
 
Dios mi Padre es contento
 
de vuestro convertimiento,
 
de vuestro convertimiento,
y aunque de ciento
+
y aunque seáis más de ciento
 
todas sois establecidas.
 
todas sois establecidas.
 
Quando aquella palabra,
 
Quando aquella palabra,
hijas , yo vos di,
+
hijas mías, yo vos di,
 
el Cielo conmigo estaba
 
el Cielo conmigo estaba
en rededor de .
+
allí en rededor de .
muy soberanos
+
Ángeles muy soberanos
estaban conmigo,
+
estaban allí conmigo,
 
y todos mis cortesanos
 
y todos mis cortesanos
 
de la Gloria por testigos.
 
de la Gloria por testigos.
Y , los angeles que os guardan
+
Y , los angeles que os guardan
estubieron presentes
+
estubieron allí presentes
 
y me dieron los anillos
 
y me dieron los anillos
 
por vosotras las ausentes.
 
por vosotras las ausentes.
 
Pues tales testigos ay
 
Pues tales testigos ay
de vuestro querer y el ,
+
de vuestro querer y el mío,
no pecar,
+
ý no queráis más pecar,
pues libre .  
+
pues tenéis libre alvedrío.  
quien me oyere,
+
Oígame quien me oyere,
aora alguien,
+
entiéndame aora alguien,
 
esto digo para quien
 
esto digo para quien
 
ama a Dios y le sirviere.
 
ama a Dios y le sirviere.
Quien esto no haze
+
Quien ansí esto no haze
no en gracia de Dios
+
no está en gracia de Dios
 
y no merece salvarse.
 
y no merece salvarse.
Hijas , salvaos vos.
+
Hijas mías, salvaos vos.
Esposas , si os plaze
+
Esposas mías, si os plaze
las mis palabras ,
+
las mis palabras oír,
 
harto provecho vos hazen
 
harto provecho vos hazen
si lo bien sentir.
+
si lo queréis bien sentir.
llorar y gemir
+
Devéis llorar y gemir
las que en algo errado,
+
las que en algo avéis errado,
 
Dios quiso redimir
 
Dios quiso redimir
 
y quitar vuestro pecado.
 
y quitar vuestro pecado.
Línea 906: Línea 1043:
 
es bueno a toda persona
 
es bueno a toda persona
 
y a Dios gracia demandar,
 
y a Dios gracia demandar,
porque con esto perdona.
+
porque Él con esto perdona.
 
Con deseo de enmendar
 
Con deseo de enmendar
 
la su vida venidera,
 
la su vida venidera,
Línea 915: Línea 1052:
 
mas mayor es mi amor
 
mas mayor es mi amor
 
con que yo os ube amado.
 
con que yo os ube amado.
En , hijas, esperad
+
En , hijas, esperad
como en padre, y esposo,
+
como en padre, señor y esposo,
y en os consolad,
+
y en os consolad,
 
pues que soi Dios poderoso.
 
pues que soi Dios poderoso.
En la Cruz me
+
En la Cruz me desposé
 
tiniendo grandes amores,
 
tiniendo grandes amores,
y mi sangre
+
y mi sangre derramé
 
por todos los pecadores.
 
por todos los pecadores.
os satisfazer,  
+
Debéis os satisfazer,  
pues mi sangre nos
+
pues mi sangre nos juntó
 
para una cosa ser
 
para una cosa ser
 
almas vosotras y yo.
 
almas vosotras y yo.
Y esto, hijas,
+
Y esto, hijas, creeréis
por que no os en vano,
+
por que no os halléis en vano,
y si aun aora
+
y si aun aora queréis
luego os la mi mano.
+
luego os daré la mi mano.
una imagen ,
+
Allí está una imagen mía,
 
que tiene la virgen madre
 
que tiene la virgen madre
delante sancta .
+
delante sancta María.
vuestra mano darme
+
Podréis vuestra mano darme
y jurarme
+
y allí podréis jurarme
que vos enmendar
+
que vos queréis enmendar
 
de vuestros yerros pasados;
 
de vuestros yerros pasados;
con rogarme,  
+
con propósito ý rogarme,  
 
que aunque al parecer
 
que aunque al parecer
es muy mi bulto,
+
es muy pequeño mi bulto,
 
soy maior que el Cielo junto,  
 
soy maior que el Cielo junto,  
como lo saber.
+
como lo devéis saber.
 
Sentildo con esperiencia
 
Sentildo con esperiencia
 
de mis grandes obras tantas,
 
de mis grandes obras tantas,
Línea 951: Línea 1088:
 
en aquel vientre sagrado
 
en aquel vientre sagrado
 
en el qual hize estos nudos,
 
en el qual hize estos nudos,
que cierto estuvo Dios
+
que cierto allí estuvo Dios
 
en aquel bulto del Cielo,
 
en aquel bulto del Cielo,
 
que vino a sanar a vos
 
que vino a sanar a vos
Línea 958: Línea 1095:
 
es el que da vida y gracia
 
es el que da vida y gracia
 
para le amar y honrrar,
 
para le amar y honrrar,
es digno de .
+
Él es digno de alabança.
 
[fol. 12v] Nuestra noble Deidad,
 
[fol. 12v] Nuestra noble Deidad,
el Hijo y el Santo
+
el Hijo y el Spírito Santo
 
todo es una Magestad,
 
todo es una Magestad,
 
Trinidad y un Dios muy alto.
 
Trinidad y un Dios muy alto.
Y si el cuerpo se
+
Y si el cuerpo se tomó
 
de la Virgen de prudencia,
 
de la Virgen de prudencia,
aquel se
+
aquel se organizó
 
para poner Dios su esencia,
 
para poner Dios su esencia,
 
y la esencia de Dios vivo
 
y la esencia de Dios vivo
Línea 972: Línea 1109:
 
comprehender ni palpar,
 
comprehender ni palpar,
 
y para esto remediar
 
y para esto remediar
el alto Poder
+
ordenó el alto Poder
 
Dios vivo hazerse hombre,
 
Dios vivo hazerse hombre,
 
para la comprehender.  
 
para la comprehender.  
Y por eso, hijas ,
+
Y por eso, hijas mías,
os mucho ,
+
devéis os mucho esforçar,
no flojas ni tibias,
+
no seáis flojas ni tibias,
por que de gozar.
+
por que de Él podáis gozar.
 
Y aunque a vosotras, hijas,  
 
Y aunque a vosotras, hijas,  
 
aora esto he hablado,
 
aora esto he hablado,
Línea 985: Línea 1122:
 
Aora quiero fablar
 
Aora quiero fablar
 
con ellas y con vosotras;
 
con ellas y con vosotras;
no penar,
+
no queráis d’ello penar,
 
pues que sois hermanas todas.
 
pues que sois hermanas todas.
Ya que soi Esposo
+
Ya sabéis que soi Esposo
 
de la Iglesia universal,
 
de la Iglesia universal,
 
obligueme a dar reposo
 
obligueme a dar reposo
Línea 993: Línea 1130:
 
Los que salvarse desean  
 
Los que salvarse desean  
 
con fermoso fervor
 
con fermoso fervor
es mi gloria vean,
+
es razón mi gloria vean,
 
y yo les muestre mi amor.
 
y yo les muestre mi amor.
 
En toda la christiandad
 
En toda la christiandad
Línea 999: Línea 1136:
 
santa Iglesia de bondad.
 
santa Iglesia de bondad.
 
Almas, entendeldo vos.
 
Almas, entendeldo vos.
hombres como mujeres  
+
Ansí hombres como mujeres  
deseo la Gloria.  
+
deseo gozéis la Gloria.  
Alma, mira si quieres
+
Alma, mira si quieres
 
tener a Dios en memoria.
 
tener a Dios en memoria.
En el ay bienes.
+
En el Paraíso ay bienes.
Alma, no seas floja,
+
Alma, no seas floja,
 
aunque grandes penas tienes
 
aunque grandes penas tienes
 
en la tierra de congoja.  
 
en la tierra de congoja.  
[fol. 13r] Mas para la corona
+
[fol. 13r] Mas para alcançar la corona
 
en la Gloria por venir,
 
en la Gloria por venir,
hija , tu persona
+
hija mía, tu persona
 
lo debe todo sufrir,
 
lo debe todo sufrir,
 
y debes muy bien vivir
 
y debes muy bien vivir
Línea 1018: Línea 1155:
 
a todas he yo hablado,
 
a todas he yo hablado,
 
y entre devotas gentes
 
y entre devotas gentes
esto bien empleado,
+
esto será bien empleado,
y las cristianas
+
y las ánimas cristianas
 
que tubieren la mi fe
 
que tubieren la mi fe
 
hallarse an muy hufanas,
 
hallarse an muy hufanas,
porque yo las .
+
porque yo las salvaré.
 
Yo soy el que vivo siempre.
 
Yo soy el que vivo siempre.
Almas, a ,
+
Almas, convertíos a ,
 
pues que sois todas vivientes;
 
pues que sois todas vivientes;
la yo os la di,
+
la paciençia yo os la di,
 
yo, el Dios muy honesto,
 
yo, el Dios muy honesto,
 
Jesucristo combidando.  
 
Jesucristo combidando.  
Línea 1032: Línea 1169:
 
pues Dios os anda llamando.
 
pues Dios os anda llamando.
 
Corred, hijas, sin tardar,
 
Corred, hijas, sin tardar,
no venir despacio,
+
no queráis venir despacio,
porque en mi alto
+
porque en mi alto palaçio
 
vos deseo aposentar.
 
vos deseo aposentar.
como esposas,
+
Ámoos como esposas,
 
heredaisme como hijas,
 
heredaisme como hijas,
blancas y hermosas,
+
seréis blancas y hermosas,
te regozijas!
+
¡con razón te regozijas!
 
En el Cielo, generosas
 
En el Cielo, generosas
 
muchas son las almas buenas.
 
muchas son las almas buenas.
Hijas religiosas,
+
Hijas mías religiosas,
 
sufrid en paciencia las penas;
 
sufrid en paciencia las penas;
os
+
ángeles os servirán
porque a mucho me amastes,
+
porque a mucho me amastes,
y ellos vos
+
y ellos vos ensalçarán
 
en la Gloria que ganastes.  
 
en la Gloria que ganastes.  
 
Ganad, hijas, tan gran gloria,
 
Ganad, hijas, tan gran gloria,
ganalda y no la ,  
+
ganalda y no la perdáis,  
porque si la
+
porque si la desecháys
 
vana fue vuestra victoria.
 
vana fue vuestra victoria.
 
Tener buenos pensamientos,
 
Tener buenos pensamientos,
hazed a vuestras almas,
+
hazed fuerça a vuestras almas,
en tormentos,
+
sufrí en paçiençia tormentos,
por que las salvas.
+
por que ansí las hagáis salvas.
[fol. 13v] No os de las penas
+
[fol. 13v] No os espantéis de las penas
que en el mundo ,
+
que en el mundo padecéis,
que vuestras ofensas
+
que sigún vuestras ofensas
maiores las .
+
maiores las merecéis.
Hijas , gozaos contino
+
Hijas mías, gozaos contino
en la de ,
+
en la esperança de ,
 
y en papel de pergamino
 
y en papel de pergamino
 
mis palabras escribid,  
 
mis palabras escribid,  
 
por que si alguien las pidiere
 
por que si alguien las pidiere
 
para las trasladar,
 
para las trasladar,
y si tubieren,
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y si deboción tubieren,
 
se las podades prestar,
 
se las podades prestar,
 
que para entre los hermanos
 
que para entre los hermanos
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Amaos unos a otros,
 
Amaos unos a otros,
 
que esta es la ley de verdad,
 
que esta es la ley de verdad,
amaos con ,
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amaos con afición,
 
onesta y prudentemente,
 
onesta y prudentemente,
y no con
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y no con alteración
 
desonesta y neciamente.
 
desonesta y neciamente.
Amad vuestra
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Amad vuestra salvación
 
y unos por otros rogad,
 
y unos por otros rogad,
por que
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por que ayáis consolación
 
en el reyno celestial.
 
en el reyno celestial.
 
Aveos siempre piedad,  
 
Aveos siempre piedad,  
socorredvos cada ,
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socorredvos cada día,
 
por que en el reyno celestial
 
por que en el reyno celestial
Dios vos toda .
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Dios vos toda alegría.
Hijas , paramientes
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Hijas mías, paramientes
 
fe y amor es lo que os pido,
 
fe y amor es lo que os pido,
porque el mundo perdido
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porque está el mundo perdido
 
siendo muy malas las gentes,
 
siendo muy malas las gentes,
 
que no les basta su mal
 
que no les basta su mal
 
que contino ellos hazen,
 
que contino ellos hazen,
mas quieren os
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mas quieren os engañar
lo que les plaze.
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diziéndoos lo que les plaze.
Esto digo, hijas ,
+
Esto digo, hijas mías,
 
porque ay algunas personas
 
porque ay algunas personas
 
que en pecados y blasones
 
que en pecados y blasones
 
despenden todas sus vidas,
 
despenden todas sus vidas,
 
que infinito es malmirado
 
que infinito es malmirado
tan grande .
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tan grande abominación.
No ay temor ni
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No ay temor ni devoción
 
con que sea remediado,
 
con que sea remediado,
Dios casi ya olvidado.
+
Dios casi está ya olvidado.
Mira, almas, gran mal,
+
Mira, almas, qué gran mal,
ha de ser amansado
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cómo ha de ser amansado
 
Dios eterno divinal.
 
Dios eterno divinal.
[fol. 14r] Siempre busca
+
[fol. 14r] Siempre busca coraçones
 
y con muchas obras buenas,
 
y con muchas obras buenas,
ha de dar perdones
+
¿cómo ha de dar perdones
pues buscas siempre penas?   
+
pues buscas siempre penas?   
 
La clemencia de Dios vivo
 
La clemencia de Dios vivo
 
es muy grande en cantidad,
 
es muy grande en cantidad,
te da a gustar su cibo
+
Él te da a gustar su cibo
 
y cuerpo de magestad.
 
y cuerpo de magestad.
 
De grado es perdonador
 
De grado es perdonador
 
quando halla humildad
 
quando halla humildad
y del error,
+
y contrición del error,
 
con deseo de bondad.
 
con deseo de bondad.
Mirad largo que os ablo,
+
Mirad quán largo que os ablo,
hijas, si bien lo ,
+
hijas, si bien lo sentís,
 
mi gracia tuvo san Pablo
 
mi gracia tuvo san Pablo
y bueno es esto que .
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y bueno es esto que oís.
 
Trabajad por vivir bien
 
Trabajad por vivir bien
 
en este mundo de guerras,
 
en este mundo de guerras,
que al Cielo subir
+
que al Cielo podéis subir
aunque el demonio os guerra;
+
aunque el demonio os guerra;
 
porque su officio es
 
porque su officio es
 
de aquel mal guerreador,
 
de aquel mal guerreador,
siempre le
+
siempre le renunciaréis
 
con virtud de gran vigor.
 
con virtud de gran vigor.
 
Su crueldad no vos enoje,
 
Su crueldad no vos enoje,
pues no os empecer
+
pues no os podrá empecer
 
a alma que se recoge
 
a alma que se recoge
 
a Dios por se guarecer.
 
a Dios por se guarecer.
es lleno de tinieblas
+
Él es lleno de tinieblas
 
y en su lengua ay gran dolor,
 
y en su lengua ay gran dolor,
 
y con amargas tristezas
 
y con amargas tristezas
 
os quieren quitar mi amor,
 
os quieren quitar mi amor,
y con vanas
+
y con vanas alegrías
 
dejan recrear vuestras almas.
 
dejan recrear vuestras almas.
 
Dejalde, hijas, en calma,
 
Dejalde, hijas, en calma,
que mejores son las ;
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que mejores son las mías;
desechalde, hijas ,
+
desechalde, hijas mías,
 
y armaos con la mi luz,
 
y armaos con la mi luz,
 
que no son nada sus vidas
 
que no son nada sus vidas
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por servir a Dios muy alto,
 
por servir a Dios muy alto,
 
porque la mucha pereza
 
porque la mucha pereza
no vos cause gran llanto.
+
no vos cause algún gran llanto.
Pues que pecado harto
+
Pues que havéis pecado harto
ya de os enmendar,
+
devéis ya de os enmendar,
 
por que en la otra eternal
 
por que en la otra eternal
 
no lo ayades de pagar.
 
no lo ayades de pagar.
[fol. 14v] Ya , esposas ,
+
[fol. 14v] Ya sabéis, esposas mías,
 
que vienen buenos y malos:
 
que vienen buenos y malos:
los buenos con
+
los buenos con alegrías
 
y condenados los malos.
 
y condenados los malos.
 
Y pues otra vida ay  
 
Y pues otra vida ay  
y ,
+
y también resureción,
quien oy haze mal
+
quien oy haze algún mal
Dios haze la .
+
Dios haze la vengación.
 
Bien es andar sobreaviso
 
Bien es andar sobreaviso
los que en la tierra ,
+
los que en la tierra moráis,
porque
+
porque ganáis Paraíso
todos los que a Dios .
+
todos los que a Dios amáis.
 
El Cielo, reyno precioso,
 
El Cielo, reyno precioso,
con tened ,
+
con él tened afición,
desealde que tesoro,
+
desealde más que tesoro,
y a por su .
+
y a por su gualardón.
Tened, hijas,
+
Tened, hijas, devoción
 
y daos a Dios contino,
 
y daos a Dios contino,
no
+
no ayáis participación
 
en ese mundo mezquino,
 
en ese mundo mezquino,
y pues ya le dexado
+
y pues ya le avéis dexado
con y con denuedo,
+
con desdén y con denuedo,
y que es malo hallado,
+
y que es malo avéis hallado,
no mal pensamiento.
+
no sigáis mal pensamiento.
Y si en ay bien
+
Y si en él ay algún bien
 
que parece deleitoso,
 
que parece deleitoso,
deleites tiene el rey
+
más deleites tiene el rey
en su reyno precioso.
+
Jesú en su reyno precioso.
Y siendo muy dulce Esposo
+
Y siendo Él muy dulce Esposo
 
y de preciar y estimar,
 
y de preciar y estimar,
 
el alma, su dulce esposa,
 
el alma, su dulce esposa,
 
consigo desea aiuntar.
 
consigo desea aiuntar.
la ama como esposa
+
Él la ama como esposa
 
y con ella se deleita,
 
y con ella se deleita,
y
+
llámala ‘amiga’ y ‘ermosa’
 
y le dize que le abra la puerta.
 
y le dize que le abra la puerta.
Contino esperando
+
Contino está Él esperando
 
que ella le codicie abrir,
 
que ella le codicie abrir,
 
no debe de estar tardado
 
no debe de estar tardado
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para no las dibulgar,
 
para no las dibulgar,
 
porque son buenas razones
 
porque son buenas razones
y aprovechar,
+
y podrán aprovechar,
 
[fol. 15r] y aun para suspirar  
 
[fol. 15r] y aun para suspirar  
 
qualquiera alma devota,
 
qualquiera alma devota,
 
si no es tan simple y mortal
 
si no es tan simple y mortal
que a Dios remota.
+
que a Dios esté remota.
 
Y en esto acabo, amigas,
 
Y en esto acabo, amigas,
suplicad por .
+
suplicad por bendición.
Padre , las bendigas,
+
Padre mío, las bendigas,
pues me tienen .
+
pues me tienen deboçión.
aora
+
Recibí aora perdón
 
de los pecados passados,
 
de los pecados passados,
si ay
+
si d’ellos ay contrición
 
y estuvieren confessados.
 
y estuvieren confessados.
Aved, hijas,
+
Aved, hijas, alegría
 
y encomendaos a mi Madre;
 
y encomendaos a mi Madre;
llamad a santa ,
+
llamad a santa María,
ella os a mi Padre,
+
ella os ofrecerá a mi Padre,
 
ella es buena abogada
 
ella es buena abogada
y quita la ,
+
y quita la confusión,
si el alma turbada
+
si el alma está turbada
y no .
+
y no alcança confesión.
Pedilde la ,
+
Pedilde la bendición,
 
ella bien la puede dar
 
ella bien la puede dar
 
y por vosotras rogar
 
y por vosotras rogar
que .
+
que hagáis satisfación.
El de vuestra guarda,
+
El ángel de vuestra guarda,
 
cada uno a cada una,
 
cada uno a cada una,
 
llamalde, que nunca tarda,
 
llamalde, que nunca tarda,
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y es buen negociador,
 
y es buen negociador,
 
ante Dios procura bienes.
 
ante Dios procura bienes.
Alma, pues me tienes,
+
Alma, pues aquí me tienes,
 
goza de todo mi amor,
 
goza de todo mi amor,
mi secreto !,
+
¡a mi secreto dulçor!,
 
pues soi Dios tu Criador,
 
pues soi Dios tu Criador,
 
contino perdonador
 
contino perdonador
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===[RELATOS DE SUCESOS EXTRAORDINARIOS OCURRIDOS EN VIDA DE JUANA]===
 
===[RELATOS DE SUCESOS EXTRAORDINARIOS OCURRIDOS EN VIDA DE JUANA]===
[fol. 16r] En el tiempo de nuestra madre santa Juana, en esta santa casa de la Cruz tanto la santidad de las religiosas , que todas sus eran celestiales, enamoradas de Dios y de su santa Madre y de los y santos, de suerte que dixo el santo san Laruel a nuestra madre santa Juana: pueden tus hermanas ablar de nosotros, los , que se tornen en . las religiosas en quadrillas para hazer penitencias y pedir a Dios mercedes y a su santa madre santa Juana, las religiosas: , pida Vuestra Reverencia al nos otorgue mercedes, ordenando , pidiendo fuesse su santa Madre la patrona . Y el , como tan poderoso y amigo de que le pidamos, a nuestra madre que le . Y las religiosas en las mercedes que en las : a la Patrona que nos sea concedido esto que pedimos, para ayuda agradar a Dios, y a la hora de la muerte, amparo y . Nuestra que le de lo que le y de ser su patrona. Otorgoles el en las gracias, y llamaban las monjas a Nuestra [fol. 16v] la Patrona, y otorgolas el en el Cielo cosas tan grandes que se quedan para las que las gozaren, y no para entendimientos humanos. Las escritas en este libro y concedidas al para ellas y las por venir. tanta las religiosas con los celestiales por de nuestra madre santa Juana, que una monja, estando en de la del , una carta a Nuestra , y el santo san Laruel se la y la al Cielo. Y nuestra madre santa Juana, estando arrobada, la vio en manos de Nuestra , que con grande de amor la , y se le cayeron encima de la carta unas preciosas perlas de sus ojos y dijo: , dile a Fulana que estas bastan por . Y, bolviendo de la , dijo a la monja lo que visto en el Cielo, y el la al lugar de donde la . Y las religiosas la tubieron y tienen en mucha , porque oy ay en esta santa casa .
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[fol. 16r] En el tiempo de nuestra madre santa Juana, resplandecía en esta santa casa de la Cruz tanto la santidad de las religiosas d’ella, que todas sus pláticas eran celestiales, enamoradas de Dios y de su santa Madre y de los ángeles y santos, de suerte que dixo el santo ángel san Laruel a nuestra madre santa Juana: “Tanto pueden tus hermanas ablar de nosotros, los ángeles, que se tornen en condición angelinas”. Juntábanse las religiosas en quadrillas para hazer penitencias y pedir a Dios mercedes y a su santa madre santa Juana, diziéndole las religiosas: “Señora, pida Vuestra Reverencia al Señor nos otorgue mercedes, ordenando cofradías”, pidiendo fuesse su santa Madre la patrona d’ellas. Y el Señor, como tan poderoso y amigo de que le pidamos, repondía a nuestra madre que le placía. Y ansí dezían las religiosas en las mercedes que pedían en las cofradías: “Suplicamos a la Señora Patrona que nos sea concedido esto que pedimos, para ayuda agradar a Dios, y a la hora de la muerte, amparo y socorro”. Respondía Nuestra Señora que le placía de alcançar lo que le pedían y de ser su patrona. Otorgoles el Señor en las cofradías grandísimas gracias, y llamaban las monjas a Nuestra Señora [fol. 16v] la Señora Patrona, y otorgolas el Señor allá en el Cielo cosas tan grandes que se quedan para las que las gozaren, y no para entendimientos humanos. Las cofradías están escritas en este libro y concedidas al Señor para ellas y las por venir. Tenían tanta comunicación las religiosas con los celestiales por yntercessión de nuestra madre santa Juana, que una monja, estando en contemplación de la Passión del Señor, escrivió una carta a Nuestra Señora, y el santo ángel san Laruel se la cogió y la llevó al Cielo. Y nuestra madre santa Juana, estando arrobada, la vio en manos de Nuestra Señora, que con grande demostración de amor la leyó, y se le cayeron encima de la carta unas preciosas perlas de sus ojos y dijo: “Juana, dile a Fulana que estas bastan por respuesta”. Y, bolviendo de la arrobación, dijo a la monja lo que avía visto en el Cielo, y el ángel la tornó al lugar de donde la tomó. Y las religiosas la tubieron y tienen en mucha veneración, porque oy día ay en esta santa casa pedaços d’ella.
Estando una religiosa casa fuera por la [fol. 17r] obediencia, estando en , hizo una copla a Nuestro , y al cabo de tiempo a este convento. Y estando el hablando con nuestra madre santa Juana le dijo: a Fulana que se acuerde de tal copla que me hizo, estando puesta en la cruz del claustro del monasterio de donde . Y entonces el la a ella en metro. Nuestra madre santa Juana las hizo escribir, que se lo dijo el santo lo hiziese. Y en este modo de responder el en metro a las monjas ubo mucho.  
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Estando una religiosa d’esta casa fuera d’ella por la [fol. 17r] obediencia, estando en oración, hizo una copla a Nuestro Señor, y al cabo de algún tiempo bolvió a este convento. Y estando el Señor hablando con nuestra madre santa Juana le dijo: “Dile a Fulana que se acuerde de tal copla que me hizo, estando puesta en la cruz del claustro del monasterio de donde vino”. Y entonces el Señor la respondió a ella en metro. Nuestra madre santa Juana las hizo escribir, que ansí se lo dijo el santo ángel lo hiziese. Y en este modo de responder el Señor en metro a las monjas ubo mucho.  
la santa Juana: que , hijas , lo que el quiere esta santa casa de su Madre y con la reverencia que aviades de andar en ella, os quiero que muchas veo al Esposo pasearse por el claustro en traje de , cantando muy dulcemente, una de oro; y el :  
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Deçía la santa Juana: “Por que veáis, hijas mías, lo que el Señor quiere esta santa casa de su Madre y con la reverencia que aviades de andar en ella, os quiero deçir que muchas veçes veo al Señor Esposo pasearse por el claustro en traje de galán, cantando muy dulcemente, tañendo una vigüela de oro; y dezía el Señor:  
 
Esta casa, Padre,  
 
Esta casa, Padre,  
 
es de mi santa Madre.  
 
es de mi santa Madre.  
 
Esta casa y este lugar  
 
Esta casa y este lugar  
no le entiendo olvidar.   
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no le entiendo olvidar.   
  
[fol. 17v] Una monja era sacristana y acabava nuestra madre santa Juana, que era abbadesa entonces, de darle cantidad de para el officio, y arrobose nuestra madre. Y en este tiempo fue la sacristana a calentar el horno, y enfaldose los para por penitencia, y con actos de amor echaba los de la paja, al por incienso. Dios su y vio nuestra madre el Cielo lleno de humo de yncienso; a su santo humo era aquel, respondiola diziendo: es de tu casa, tu . Y bolviendo de la a la sacristana y : , gastado todo el yncienso que os di, que he visto el Cielo lleno de humo?; y ella entonces la dijo: , , que no he llegado a ello, sino que el horno con esta . sea el , que lo ha recebido!.
+
[fol. 17v] Una monja era sacristana y acabava nuestra madre santa Juana, que era abbadesa entonces, de darle cantidad de ynçienso para el officio, y arrobose nuestra madre. Y en este tiempo fue la sacristana a calentar el horno, y enfaldose los braços para quemárselos por penitencia, y con actos de amor echaba los puñados de la paja, offreciéndolo al Señor por incienso. Recibió Dios su yntención y vio nuestra madre el Cielo lleno de humo de yncienso; preguntó a su santo ángel qué humo era aquel, respondiola diziendo: “Allá es de tu casa, tu sacristana”. Y bolviendo de la arrobación llamó a la sacristana y díjole: “Amiga, ¿cómo avéis gastado todo el yncienso que os di, que he visto el Cielo lleno de humo?; y ella entonces la dijo: “Ay, señora, que no he llegado a ello, sino que calenté el horno con esta yntención. ¡Bendito sea el Señor, que lo ha recebido!.
Hablando Nuestra con nuestra madre santa Juana la dixo: a tus hermanas que se traten con crianza, porque es parte de .
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Hablando Nuestra Señora con nuestra madre santa Juana la dixo: “Di a tus hermanas que se traten con crianza, porque es parte de paz”.
[fol. 18r] tantas penitencias aquellas bienaventuradas religiosas, desnudas en los cardos, en el agua elada, quebrantando los yelos y entrando debajo . Y nueve antes de la natividad del se aparejaban tiniendo cada noche una hora el yelo desnudas, y algunas vezes tres horas, tanto que se quitaban cantidad de escarcha de las cabezas; y esto en reverencia de y en lo que el nacido.
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[fol. 18r] Hazían tantas penitencias aquellas bienaventuradas religiosas, rebolcándose desnudas en los cardos, entrándose en el agua elada, quebrantando los yelos y entrando debajo d’ellos. Y nueve días antes de la natividad del Señor se aparejaban tiniendo cada noche una hora el yelo desnudas, y algunas vezes tres horas, tanto que se quitaban cantidad de escarcha de las cabezas; y esto en reverencia de Él y en lo que padeció el Niño recién nacido.
Otras se en el horno abrasando, otras se echaban calderos de agua por de los hombros en memoria de la desnudez que tubo el en la Cruz y en el ; y con esto muchas disciplinas de sangre y silicios y continua y los maytines a media noche.
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Otras se metían en el horno abrasando, otras se echaban calderos de agua por ençima de los hombros en memoria de la desnudez que tubo el Señor en la Cruz y en el Jordán; y con esto muchas disciplinas de sangre y ásperos silicios y continua oración y los maytines a media noche.
para las fiestas de Dios y de su santa Madre en echar suertes para vestirlos. Y estos vestidos los de penitencias, ayunos y , en su , y el santo san Laruel, por medio de nuestra madre santa Juana, les daba la industria [fol. 18v] y de las colores, y : a tus hermanas que lo que hizieren de color blanca apliquen y el himno de y la ; y para lo , el y el rezo de la ; para lo verde la ; y lo morado el ; y para oro ; y el todas . Y dixo el santo : que para la el , que es piedra preciosa, y que el vult es carbunco y , que manera y los vestidos. Y diles que el significa el officio de nosotros, los , para hazer lo que . Y con estas cosas andaban absortas en Dios.  
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Preveníanse para las fiestas de Dios y de su santa Madre en echar suertes para vestirlos. Y estos vestidos los hazían de penitencias, ayunos y oración, fabricándolos en su imaginación, y el santo ángel san Laruel, por medio de nuestra madre santa Juana, les daba la industria [fol. 18v] y significación de las colores, y dezía: “Diles a tus hermanas que lo que hizieren de color blanca apliquen ‘Avemarías’ y el himno de ‘O Gloriosa’ y la ‘Magnífica’; y para lo carmesí, el ‘Anima Christi’ y el rezo de la Passión; para lo verde la ‘Salve’; y lo morado el ‘Miserere’; y para oro ‘Paternostres’; y el ‘Salterio’ todas colores”. Y dixo más el santo ángel: que para la pedrería el ‘Credo’, que es piedra preciosa, y que el ‘quiqunque vult es carbunco y Jacinto’, “y que d’esta manera harán y guarnecerán los vestidos. Y diles que el ámbar significa el officio de nosotros, los ángeles, para hazer lo que quisieren”. Y con estas cosas andaban absortas en Dios.  
Una monja, estando rezando en una imagen de la del , a besar el pie al san Juan Evangelista, y el santo en su imagen y dijo: de hazerme unos .... Y la santa Juana oyolo y sonriose, y la monja importunola le dijese de se , y al fin se lo dijo; y la monja, llena de , ordenolos en su de [fol. 19r] y penitencias, que no en toda aquella noche. Y al amanecer el santo por la donde estaba la santa y sonaban mucho los , y la santa: viene Vuestra Hermosura con esos ?. Dijo el santo: me los . Y suerte supo la religiosa su sido , y como andaban en eran sus entretenimientos estas . Y a saber una religiosa y otros para su fiesta, procurando grande pureza en su alma. el santo a la santa Juana con ellos muy pulidos, y con ellos a visitar a la santa. Y esta imagen oy en la capilla de la , que era su oratorio de la santa Juana. vestido el santo de blanco y la capa colorada, y los pies en una tabla.  
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Una monja, estando rezando en una imagen de la oración del güerto, llegó a besar el pie al señor san Juan Evangelista, y habló el santo en su imagen y dijo: “Igual havías de hazerme unos çapatos.... Y la santa Juana oyolo y sonriose, y la monja importunola le dijese de qué se havía reýdo, y al fin se lo dijo; y la monja, llena de espíritu, ordenolos en su imaginación de oración [fol. 19r] y penitencias, que no durmió en toda aquella noche. Y al amanecer entró el santo por la cámara donde estaba la santa y sonaban mucho los çapatos, y díjole la santa: “¿Cómo viene Vuestra Hermosura con esos çapatos?. Dijo el santo: “Ansí me los hizieron“. Y d’esta suerte supo la religiosa cómo su oración avía sido oýda, y como andaban en espíritu eran sus entretenimientos estas pláticas. Y vínolo a saber una religiosa y hízole otros çapatos para su fiesta, procurando grande pureza en su alma. Apareciósele el santo a la santa Juana con ellos muy pulidos, y ansí tornó con ellos a visitar a la santa. Y esta imagen está oy día en la capilla de la güerta, que era su oratorio de la santa Juana. Está vestido el santo de blanco y la capa colorada, y los pies descalços en una tabla.  
la santa Juana, quando yban las monjas a fregar, yban con tanta presencia de Dios que los santos les sortijas en las manos, y lo mismo quando otras cosas de humildad y charidad. Y quando puntualmente a la obediencia les guirnaldas [fol. 19v] en las , y a las que eran rebeldes a la obediencia la santa que les davan un el de su guarda.  
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Veýa la santa Juana, quando yban las monjas a fregar, cómo yban con tanta presencia de Dios que los santos ángeles les ponían sortijas en las manos, y lo mismo hazían quando hazían otras cosas de humildad y charidad. Y quando acudían puntualmente a la obediencia les ponían guirnaldas [fol. 19v] en las cabeças, y a las que eran rebeldes a la obediencia veýa la santa que les davan un bofetón el ángel de su guarda.  
una en esta casa que se llamaba Bernarda, y asomose a un o noria, y estaba entretenida mirando su sombra abajo, y el santo Laruel dijo: , por aquella a la noria, que el demonio abajo del agua con modo de , , con de ahogarla por que no llegue a grande, que tiene barruntos que ha de ser sierva de . Y fueron las monjas que quenta con la santa y hallaron que se echar, y a la cama donde estaba tullida.  
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Criábase una niña en esta casa que se llamaba Bernarda, y asomose a un poço o noria, y estaba entretenida mirando su sombra abajo, y el santo ángel Laruel dijo: “Juana, imbía por aquella niña a la noria, que está el demonio abajo del agua llamándola con modo de niña, diziéndole “Anda acá conmigo”, con intención de ahogarla por que no llegue a grande, que tiene barruntos que ha de ser sierva de Dios”. Y fueron las monjas que tenían quenta con la santa y hallaron que se quería echar, y llebáronsela a la cama donde estaba tullida.  
un el que se llama san Potens por la donde estaba la santa, diziendo: , por el camino viene una donzellita que traen a concertar para monja, yo la quiero para , que me he enamorado por que es morenita; y yo la he venido escudereando y sombreritos con las nubes, por que no la queme el . Y desde a poco llegaron con ella, la qual fue [fol. 20r] devota santo , el qual dijo a la santa Juana que el le dado cargo de regir las nubes. Y las monjas, como esto, quando tiempos secos a la devota y una soga a la garganta, y en del agua, diziendo al santo que no a su devota hasta que lloviesse; y con tal fe lo que . Y y ay particular con este santo , y es de costumbre en las processiones del agua nombrar en la a san Potens.
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Entró un día el ángel que se llama san Potens por la cámara donde estaba la santa, diziendo: “Juana, por el camino viene una donzellita que traen a concertar para monja, yo la quiero para , que me he enamorado d’ella por señas que es morenita; y yo la he venido escudereando y haziéndole sombreritos con las nubes, por que no la queme el sol”. Y desde a poco llegaron con ella, la qual fue después [fol. 20r] devota d’este santo ángel, el qual dijo a la santa Juana que el Señor le avía dado cargo de regir las nubes. Y las monjas, como sabían esto, quando venían tiempos secos cogían a la devota y echávanla una soga a la garganta, y llevávanla en processión del agua, diziendo al santo ángel que no soltarían a su devota hasta que lloviesse; y con tal fe lo hazían que llovía. Y ansí havía y ay particular devoción con este santo ángel, y es de costumbre en las processiones del agua nombrar en la letanía a san Potens.
Una religiosa que se llamava de la Madre de Dios gracia de arrobarse. Vio una vez entrar por la puerta de la iglesia a Evangelista, que era ya difunta, con el libro que , que se llama Santo Conorte de los sermones que el por la voca de nuestra madre santa Juana, la qual dixo que era de oro; y en la otra mano, una cruz verde. Y esta Evangelista no escrivir, y el le dio gracia para que escriviesse el santo libro, y dijo a esta religiosa que la vio el le dado mucha gloria porque le escrito. Treze el y de solos los dos postreros se este santo libro. [fol. 20v] A del sancto Laruel, el este de Conorte y concediole el muchas bendiciones y virtudes contra los demonios y tempestades, que el santo que quando alguna estubiesse en pasamiento le pusiessen algo de la lectura libro para defensa del demonio. Y en las tempestades manda la prelada saquen el santo libro o sus traslados, y se ha visto cesar la tempestad muchas vezes. Y las quentas que llaman del santo Conorte, que son unas pardas gordas, dixo el santo , quando las truxo del Cielo: traen las gracias del santo .
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Una religiosa que se llamava María de la Madre de Dios tenía gracia de arrobarse. Vio una vez entrar por la puerta de la iglesia a María Evangelista, que era ya difunta, con el libro que escrivió, que se llama Santo Conorte de los sermones que el Señor predicó por la voca de nuestra madre santa Juana, la qual dixo que era de oro; y en la otra mano, una cruz verde. Y esta señora María Evangelista no sabía escrivir, y el Señor le dio gracia para que escriviesse el santo libro, y dijo a esta religiosa que la vio cómo el Señor le avía dado mucha gloria porque le havía escrito. Treze años predicó el Señor y de solos los dos postreros se escribió este santo libro. [fol. 20v] A persuasión del sancto ángel Laruel, púsole el Señor este título de Conorte y concediole el Señor muchas bendiciones y virtudes contra los demonios y tempestades, que mandó el santo ángel que quando alguna estubiesse en pasamiento le pusiessen algo de la lectura d’este libro para defensa del demonio. Y en las tempestades manda la prelada saquen el santo libro o sus traslados, y se ha visto cesar la tempestad muchas vezes. Y las quentas que llaman del santo Conorte, que son unas pardas gordas, dixo el santo ángel, quando las truxo del Cielo: “Estas traen las gracias del santo Conorte”.
Una religiosa don de y con grande humildad que no eran dignas que el las recibiese, y viendo el su humildad embiola a consolar con nuestra madre santa Juana, que ella , supplico a Vuestra Magestad se acuerde , le : de mi parte que se vaya para otra . Esta misma religiosa quando se fue su padre spiritual, que era muy religioso, y fue reprehendida del sancto por nuestra madre santa Juana, y dixo: a Fulana que no se ha de llorar sino por de la del o por havelle . Y ella, viendo aquello, propuso de no [fol. 21r] llorar en semejante causa. Y llegando el tiempo de yrse otro no , y el a la santa Juana: a de los que las lloradas se perdonan por las no .   
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Una religiosa havía alcançado don de lágrimas y con grande humildad conocía que no eran dignas que el Señor las recibiese, y viendo el Señor su humildad embiola a consolar con nuestra madre santa Juana, que diziéndole ella “Señor, supplico a Vuestra Magestad se acuerde d’esta religiosa”, le respondió: “Dila de mi parte que se vaya para otra Magdalena”. Esta misma religiosa lloró quando se fue su padre spiritual, que era muy religioso, y fue reprehendida del sancto ángel por nuestra madre santa Juana, y dixo: “Di a Fulana que no se ha de llorar sino por compassión de la Passión del Señor o por havelle ofendido”. Y ella, viendo aquello, propuso de no [fol. 21r] llorar más en semejante causa. Y llegando el tiempo de yrse otro no lloró, y díjole el Señor a la santa Juana: “Dile a María de los Ángeles que las lágrimas lloradas se perdonan por las no lloradas”.   
Esta misma fue enfermera y, algo cansada, dejar, y perseverando en este pensamiento dijo el santo a nuestra madre santa Juana: a de los que no dexe el officio, que si le dexa la arrastrando por la de los . Y tomando la religiosa esta por grande favor, en el officio casi veynte .
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Esta misma fue enfermera y, hallándose algo cansada, queríalo dejar, y perseverando en este pensamiento dijo el santo ángel a nuestra madre santa Juana: “Dile a María de los Ángeles que no dexe el officio, que si le dexa la traeré arrastrando por la enfermería de los cabellos”. Y tomando la religiosa esta reprehensión por grande favor, perseveró en el officio casi veynte años.
Esta bienaventurada otra hermana en esta casa religiosa, y el padre se llamaba el Licenciado de la , al qual vio nuestra madre santa Juana en el Cielo, y la y dijo: mis frutos de ? , y yo ando suplicando me traiga la chica a estos santos . Buelta la santa de la , a de los , que era la mayor, y ella no se con que su hermana se muriesse; al se la dexasse, y viendo el la flaqueza de su [fol. 21v] le a dezir que escogiesse una de dos: o que se la diesse luego o que si se la dexava de ser con de vivir con grandes enfermedades. Y fue que las tuvo las mayores que se an . Y dijo el santo a de los : has suplicado por la vida de tu hermana, el poderoso Dios te a dezir que tanto tu hermana que de esta vida con de , y que la entre los . algunos cortando de su cuerpo cada carne y se quejaba, y santamente. Isabel de . Y de los era muy temerosa de la muerte, y embiola a dezir el con el santo Laruel, con el qual grandes colloquios, que le quitarla el temor de la muerte y que no la . Y la madre de Dios la otro recaudo con el mismo , que se a su muerte y su alma en sus manos, en una toalla de los de su hijo, y la al Padre eterno; y que tres horas de estar en Purgatorio y estas en el valle de Josafad, con tal que perseverase en lo . Y desde entonces fue adelante en la , y en ella. [fol. 22r] Y de muerta, quedaron con su cuerpo tres frayles y se durmieron junto a , y sobrevino tan gran fragancia de olor que los a todos. Y esto es una tilde de lo que religiosa se dezir, y de otras muchas de las de la santa.
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Esta bienaventurada tenía otra hermana en esta casa religiosa, y el padre d’ellas se llamaba el Licenciado de la Cámara, al qual vio nuestra madre santa Juana en el Cielo, y la habló y dijo: “¿Cómo están mis frutos de bendición? Encomiéndamelas, y yo ando suplicando me traiga la chica a estos santos reynos”. Buelta la santa de la arrobación, díjoselo a María de los Ángeles, que era la mayor, y ella no se conformó con que su hermana se muriesse; suplicó al Señor se la dexasse, y viendo el Señor la flaqueza de su ánima [fol. 21v] le embió a dezir que escogiesse una de dos: o que se la diesse luego o que si se la dexava avía de ser con pensión de vivir con grandes enfermedades. Y ansí fue que las tuvo las mayores que se an oído. Y ansí dijo el santo ángel a María de los Ángeles: “Pues has suplicado por la vida de tu hermana, el poderoso Dios te embía a dezir que padecerá tanto tu hermana que passará de esta vida con méritos de mártir, y que la pondrá entre los mártires”. Duró algunos años cortando de su cuerpo cada día carne y jamás se quejaba, y ansí acabó santamente. Llamávase Isabel de Jesús. Y María de los Ángeles era muy temerosa de la muerte, y embiola a dezir el Señor con el santo ángel Laruel, con el qual tenía grandes colloquios, que Él le prometía quitarla el temor de la muerte y que no la sentiría. Y la madre de Dios la embió otro recaudo con el mismo ángel, prometiéndola que se hallaría a su muerte y recibiría su alma en sus manos, en una toalla de los méritos de su hijo, y la presentaría al Padre eterno; y que tres horas avía de estar en Purgatorio y estas serían en el valle de Josafad, con tal que perseverase en lo començado. Y desde entonces fue más adelante en la perfeción, y acabó en ella. [fol. 22r] Y después de muerta, quedaron con su cuerpo tres frayles y se durmieron junto a él, y sobrevino tan gran fragancia de olor que los despertó a todos. Y esto es una tilde de lo que d’esta religiosa se podía dezir, y de otras muchas de las compañeras de la santa.
santa Juana a sus monjas en el Cielo en diferentes figuras, conforme el de cada una, y admiraba de ver a una en la de tigre (preguntolo a su santo ser aquello, y que porque era aquella religiosa tigre para el demonio, y le ) y otra de paloma y en differencias.
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Veýa santa Juana a sus monjas en el Cielo en diferentes figuras, conforme el espíritu de cada una, y admiraba de ver a una en la de tigre (preguntolo a su santo ángel qué quería ser aquello, y díjole que porque era aquella religiosa tigre para el demonio, y le vencía) y otra de paloma y ansí en differencias.
Una religiosa estava haziendo un bolsillo y su pensamiento, en el Cielo, a Nuestra . Y este tiempo estaba nuestra madre santa Juana arrobada y vido a Nuestra con el bolsillo al lado, como lo consideraba la monja, y al santo bolsillo era aquel, y : es de tu casa, que Fulana se le ha . Y la santa, de licencia de Dios, se lo dijo a la religiosa, la qual dio gracias a Dios, que recebido tan obra.  
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Una religiosa estava haziendo un bolsillo y su pensamiento, en el Cielo, ofreciéndoselo a Nuestra Señora. Y este tiempo estaba nuestra madre santa Juana arrobada y vido a Nuestra Señora con el bolsillo al lado, como lo consideraba la monja, y preguntó al santo ángel qué bolsillo era aquel, y díxola: “Allá es de tu casa, que Fulana se le ha imbiado”. Y la santa, de licencia de Dios, se lo dijo a la religiosa, la qual dio gracias a Dios, que avía recebido tan pequeña obra.  
Una religiosa andaba en su con actos de amor a san Juan Baptista, diziendo: , tanto como yo bien [fol. 22v] quien os quiera, pero es . Y el glorioso santo la un recaudo con la santa Juana, diziendo: a Beatriz del Santo que yo recibo sus servicios, y que sepa que ay quien me quiera que ella, que es una romera que pide de puerta en puerta, que con las blanquillas que le dan me haze la .  
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Una religiosa andaba en su coraçón con actos de amor a san Juan Baptista, diziendo: “Señor, tanto como yo bien abrá [fol. 22v] quien os quiera, pero más es imposible”. Y el glorioso santo la imbió un recaudo con la santa Juana, diziendo: “Dile a Beatriz del Espíritu Santo que yo recibo sus servicios, y que sepa que ay quien más me quiera que ella, que es una romera que pide de puerta en puerta, que con las blanquillas que le dan me haze la fiesta”.  
Hablando la santa Juana con el glorioso san Juan Baptista sobre su , al fin de muchos coloquios que pasaron entre los dos, le la santa le ido en el desierto. Como era tan chico y tierno, a la hora de tomar un poquito de una sierpe se rosca para que yo me echase y con su calor passaba, y alrededor de se cercaban el y la y el lobo y el tigre y los animales , y con su bao me calentaban. Y quando mi estaba traspassado de necessidad, el santo Cordero a mis y con su tacto quedaba harto y confortado. Y manera hasta que el me salir a predicar1. Y yo te digo, Juana, que de los grandes trabajos del yelo y sol con tal figura que no persona .  
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Hablando la santa Juana con el glorioso san Juan Baptista sobre su niñez, al fin de muchos coloquios que pasaron entre los dos, le preguntó la santa cómo le avía ido en el desierto. Como era tan chico y tierno, díjola cómo a la hora de tomar un poquito de sueño venía una sierpe “y se hazía rosca para que yo me echase y con su calor passaba, y alrededor de se cercaban el león y la onça y el lobo y el tigre y los demás animales feroçes, y con su bao me calentaban. Y quando mi corpeçito estaba traspassado de necessidad, venía el santo Cordero a mis braços y con su tacto quedaba harto y confortado. Y d’esta manera pasé hasta que el Señor me mandó salir a predicar1. Y yo te digo, Juana, que salí de los grandes trabajos del yelo y sol con tal figura que no parecía persona humana”.  
Era de costumbre en esta casa dar al pueblo de Cubas, [fol. 23r] la de san Juan Baptista, una imagen de bulto del mismo santo que en una caxa en el coro alto, que es de penitencia antiguo hombre barbado, por que no se entienda que es la del . Y viniendo por , en sus andas la santa y las monjas, hablolas el santo en su imagen y dijo: , di a las monjas que se den prissa, y acaba ya de y ponerme la albahaca, que soy muy amigo , que vienen ya los con su de espadas por . Y las monjas y que ya . Y esta es la imagen que vio la santa que el cordero que tiene en la mano le el rostro, y que era contra las tempestades.       
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Era de costumbre en esta casa dar al pueblo de Cubas, [fol. 23r] la mañana de san Juan Baptista, una imagen de bulto del mismo santo que está en una caxa en el coro alto, que es de penitencia antiguo hombre barbado, por que no se entienda que es la del niño. Y viniendo por él, estándole adereçando en sus andas la santa y las monjas, hablolas el santo en su imagen y dijo: “Juana, di a las monjas que se den prissa, y acaba ya de adereçarme y ponerme la albahaca, que soy muy amigo d’ella, que vienen ya los moços con su dança de espadas por mí”. Y asomáronse las monjas y viéronlos que ya venían. Y esta es la imagen que vio la santa que el cordero que tiene en la mano le lamía el rostro, y que era contra las tempestades.       
Hablando san Santiago el Mayor con nuestra madre santa Juana, entre otras y coloquios que tubieron, le dijo: chico se este pueblecito, Cassarrubuelos, como quando yo estaba en y en .  
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Hablando san Santiago el Mayor con nuestra madre santa Juana, entre otras pláticas y coloquios que tubieron, le dijo: “Tan chico se está este pueblecito, Cassarrubuelos, como quando yo estaba en España y prediqué en él”.  
Hablando nuestro padre con la santa Juana le dijo, en modo de queja, que no se acordaban los humanos, si no era para murmuralle, y que estaba siempre rogando a Dios que se salvassen todos sus hijos. Y nuestra madre Eva a la santa muchas , y dixo nuestra madre [fol. 23v] que era y que la como de edad de treynta y tres , y que mucho en las faciones a Nuestra , y en el habla.  
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Hablando nuestro padre Adán con la santa Juana le dijo, en modo de queja, que no se acordaban d’él los humanos, si no era para murmuralle, y que estaba siempre rogando a Dios que se salvassen todos sus hijos. Y nuestra madre Eva habló a la santa muchas veçes, y dixo nuestra madre [fol. 23v] que era hermosísima y que la veýa como de edad de treynta y tres años, y que parecía mucho en las faciones a Nuestra Señora, y en el habla.  
Quando estaba tullida nuestra madre santa Juana muchas visitas de los santos y santas, entre las quales la visitava nuestro padre san Francisco, y la santa que quando hablava de las monjas las llamava ; y san Antonio de Padua le al ; y san Acacio con sus diez mill . Y el santo a nuestra madre que, passado el Final, de aver una escala desde Jerusalem al Cielo, para que los celestiales bajassen a adorar los lugares sanctos donde andubo nuestro Redemptor, y que ni ni menos de aver otra escala desde la donde estaba nuestra madre santa Juana al Cielo, y le dijo: esta escala ha de ser desde este lugar donde , porque a esta la llaman en el Cielo la de los , por los muchos que bajan y suben a este santo lugar, que el en .  
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Quando estaba tullida nuestra madre santa Juana tenía muchas visitas de los santos y santas, entre las quales la visitava nuestro padre san Francisco, y dezía la santa que quando hablava de las monjas las llamava ‘mis filias’; y san Antonio de Padua le traýa al Niño Jesús; y san Acacio con sus diez mill compañeros. Y díxole el santo ángel a nuestra madre que, passado el Juiçio Final, abía de aver una escala desde Jerusalem al Cielo, para que los celestiales bajassen a adorar los lugares sanctos donde andubo nuestro Redemptor, y que ni más ni menos avía de aver otra escala desde la cámara donde estaba nuestra madre santa Juana al Cielo, y más le dijo: “y esta escala ha de ser desde este lugar donde tú estás, porque a esta cámara la llaman en el Cielo la cámara de los ángeles, por los muchos que bajan y suben a este santo lugar, que habló el Señor en él”.  
la santa Juana que entraban los por entre la tierra y edificios a adorar las arenitas donde Nuestra puso sus pies, quando tantas vezes en esta santa casa y lugar.  
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Veýa la santa Juana que entraban los ángeles por entre la tierra y edificios a adorar las arenitas donde Nuestra Señora puso sus pies, quando apareció tantas vezes en esta santa casa y lugar.  
[fol. 24r] Dijo Nuestra a nuestra madre desde el vientre de su madre a las religiosas que a su santa casa; dixo Nuestra a nuestra madre: que de su precioso hijo muchas misericordias a todos los que mirassen por su santa casa, hasta quien cogiesse oja para la lumbre.  
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[fol. 24r] Dijo Nuestra Señora a nuestra madre cómo escogía desde el vientre de su madre a las religiosas que traýa a su santa casa; más dixo Nuestra Señora a nuestra madre: que tenía alcançado de su precioso hijo muchas misericordias a todos los que mirassen por su santa casa, hasta quien cogiesse oja para la lumbre.  
Siendo nuestra madre santa Juana tornera, al torno san y ella fue a responder, y como le nuestra madre: buena Vuestra Hermosura por ?. el : yo y mi san Nathanael en de pelegrinos a . Y en esto a en la iglesia del mismo lugar, que es de san , y el santo: con Dios, que a en mi yglesia y voy a hallarme en . Y las monjas y fueron al zaquizami a verlos.  
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Siendo nuestra madre santa Juana tornera, llamó al torno señor san Andrés Apóstol y ella fue a responder, y como le conoció díjole nuestra madre: “¿A qué buena Vuestra Hermosura por acá?. Respondió el apóstol: “Vamos yo y mi compañero san Nathanael en hábito de pelegrinos a Cubas”. Y en esto tañeron a vísperas en la iglesia del mismo lugar, que es vocación de san Andrés, y díjole el santo: “Quédate con Dios, que tañen a vísperas en mi yglesia y voy a hallarme en ellas”. Y las monjas supiéronlo y fueron al zaquizami a verlos.  
Otra vez el santo san Laruel al torno, la santa y el el torno y dijo: , toma essas quentas, que se le cayeron a un pelegrino camino de Santiago, y te las . La santa las , muchas gracias por las [fol. 24v] mercedes que siempre la . Y estas quentas son dos grandes, y la una en el coro alto oi , en la ventana de las quentas. Y no solamente el y santos llegaban al torno, mas la misma Reyna del Cielo y su hijo precioso, como largo escrito en la vida de esta santa, la Reyna del Cielo el en el torno, llegando la santa con pensamiento que el torno era cuna para mecerle.
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Otra vez llamó el santo ángel san Laruel al torno, la santa respondió y el ángel bolvió el torno y dijo: “Juana, toma allá essas quentas, que se le cayeron a un pelegrino camino de Santiago, y te las traigo”. La santa las recibió, dándole muchas gracias por las [fol. 24v] mercedes que siempre la hazía. Y estas quentas son dos açules grandes, y la una está en el coro alto oi día, en la ventana de las quentas. Y no solamente el ángel y santos llegaban al torno, mas la misma Reyna del Cielo y su hijo precioso, como más largo está escrito en la vida de esta santa, puniéndole la Reyna del Cielo el Niño Jesús en el torno, llegando la santa con pensamiento que el torno era cuna para mecerle.
Estando la santa Juana arrobada en el Cielo a ella un y : soy de tal reyno, donde se me haze fiesta, que a este reyno de los Cielos por corona de martirio, siendo de edad de cinco , y san . Diles a tus monjas que se acuerden de , que yo me , y en particular a Fulana, que la quiero para mi amiga. Mi es a diez y siete de . Y esta dura en esta santa casa con este santo oy , y dijo este santo que tanto a sus devotas que, si fuera menester tornar a este mundo a padecer por ellas, lo hiziera de muy buena gana.
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Estando la santa Juana arrobada en el Cielo llegó a ella un niño y díjole: “Yo soy de tal reyno, donde se me haze fiesta, que subí a este reyno de los Cielos por corona de martirio, siendo de edad de cinco años, y llámome san Andrés. Diles a tus monjas que se acuerden de , que yo me acordaré d’ellas, y en particular a Fulana, que la quiero para mi amiga. Mi día es a diez y siete de junio”. Y esta devoción dura en esta santa casa con este santo oy día, y dijo este santo que quería tanto a sus devotas que, si fuera menester tornar a este mundo a padecer por ellas, lo hiziera de muy buena gana.
Entre los muchos que en particular hablavan a la santa Juana en el Cielo y la los ayudase a rogar por las provincias que a cargo, son ochenta y quatro, y [fol. 25r] las monjas de esta manera, que en bolviendo de los raptos, la importunaban les dixiesse algo para su , y la santa les : a Dios, hijas , a tal provincia o tal reyno, que yo os digo que el su custodio, a quien Dios se la dio a cargo, me ha dicho que dada sentencia del poderoso Dios de destruilla, y me ha pedido le ayude a rogar por ella; hazeldo vosotras para que se enmienden y alce Dios su . Y estando con ella hablando, llegaban otros y unos a otros, y algunos le lo mismo, y sus nombres y los hizo escrivir; y estos que eran de los muy altos. Y dijo la santa que el que se llamava san Zupiel es el del , quando el estaba orando en ; y que san Laruel fue de guarda del rey David y de san Gregorio y de san Jorge, mismo san Laruel, mi guardador, me lo ha dicho, y : he pedido al poderoso Dios que seas la postrera alma que guarde, y he suplicado al poderoso Dios me haga general del Purgatorio y . Y muchas vezes me lleva consigo al Purgatorio y le veo entrar por las llamas, [fol. 25v] y saca muchas y me las da a que las guarde mientras entra por otras , y llevamos . Y los demonios dan muchos ahullidos y dizen: rapa almas... que no basta lo que haze con la que trae consigo, sino que viene a despojar el . Y esgrimir con ellos con una espada, otras vezes le veo echar anzuelos y pescar almas, y mi santo : que de todas las personas que os tocan tiene .
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Entre los muchos ángeles que en particular hablavan a la santa Juana en el Cielo y la pedían los ayudase a rogar por las provincias que tenían a cargo, son ochenta y quatro, y [fol. 25r] supiéronlo las monjas de esta manera, que en bolviendo de los raptos, la importunaban les dixiesse algo para su consolación, y la santa les dezía: “encomendá a Dios, hijas mías, a tal provincia o tal reyno, que yo os digo que el ángel su custodio, a quien Dios se la dio a cargo, me ha dicho que está dada sentencia del poderoso Dios de destruilla, y me ha pedido le ayude a rogar por ella; hazeldo vosotras también para que se enmienden y alce Dios su yra”. Y estando con ella hablando, llegaban otros y nombrávanse unos a otros, y algunos le pedían lo mismo, y ansí sabía sus nombres y los hizo escrivir; y estos ángeles dezía que eran de los muy altos. Y dijo la santa que el ángel que se llamava san Zupiel es el del güerto, quando el Señor estaba orando en él; y que señor san Laruel fue ángel de guarda del rey David y de san Gregorio y de san Jorge, “el mismo ángel san Laruel, mi guardador, me lo ha dicho, y díxome más: “Yo he pedido al poderoso Dios que seas la postrera alma que guarde, y he suplicado al poderoso Dios me haga general del Purgatorio y hámelo concedido”. Y muchas vezes me lleva consigo al Purgatorio y le veo entrar por las llamas, [fol. 25v] y saca muchas y me las da a que las guarde mientras entra por otras ánimas, y llevamos muchíssimas. Y los demonios dan muchos ahullidos y dizen: “Este rapa almas... que no basta lo que haze con la que trae consigo, sino que viene a despojar el Purgatorio”. Y véole esgrimir con ellos con una espada, otras vezes le veo echar anzuelos y pescar almas, y dízeme más mi santo ángel: que de todas las personas que os tocan tiene cuydado”.
  
===[JUANA DESCRIBE A SU ]===
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===[JUANA DESCRIBE A SU ÁNGEL]===
Hablando la santa con sus monjas del lugar donde el la quando se arrobava, y fiestas de la ciudad de Dios y la ermosura de los edificios y moradores , dize: , amigas, que os diga de mi santo ? que no ay cosa en la tierra, por hermosa y preciada que sea, a que se pueda comparar. Es muy hermoso donzel y muy resplandeciente que el sol, blanco y colorado, rubio y muy , y de muy olores, e de bulto muy precioso, e de gesto muy sereno, e grabe persona de muy gran reverencia e dignidad. Tiene alas de colores e pinturas, las quales no le nacen de las vestiduras, mas de su mesma persona, y como los otros santos les nacen alas de mesmos. La vestidura del santo [fol. 26r] mi guardador es de ynestimable valor e de incomparables colores. Yo le veo vestido de muchas maneras, mas direos los motes que trae bordados en ellas, con los quales yo mucho me consuelo: trae en su corona e diadema preciosa que el oro, cercada de piedras preciosas, y en la frente una cruz esmaltada, hecha a manera de joyel, con letras a la redonda que dize confiteantur omnes lingue quoniam Christus est Rex Angelorum; e trae otras letras bordadas en la vestidura encima del pecho, que dize Spiritus Sancti gratia iluminet sensus et corda vestra; y en la manga del derecho trae bordada de la de la Cruz, con pie y con ramos muy hermosos que adornan toda la manga y la cubren, y el pie de la cruz hazia la boca de la manga y lo alto hazia el hombro, con letras en la misma cruz que dizen ecce erucem Domini fugite partes aduerse; y en la manga del siniestro trae bordada la misma divisa de la santa Cruz, con los clavos y todas las insignias de la , y letras que dizen dulce lignum dulces clavos dulce pondus sustinct que sola fuisti digna portare pretium suius seculi; y en el de los pies [fol. 26v] trae labradas de letras que dizen quam pulcri sunt gressus tui filia Principis; y en el de encima de las rodillas, letras muy ermosas que dizen flectamus genua levata, encima de las muchas otras letras que dizen celestium torrestium et Ingernorum. E las mismas insignias de la santa Cruz y los clavos y todas las armas de la sagrada trae pintadas e dibujadas, por muy rica manera, en un lindo . E junto con ello trae figurada e dibujada la imagen de Nuestra con el en los , e de otras maneras e misterios, como quando y ella estaban en la tierra, e como entrambos subieron a los Cielos; en especial la trae pintada como ella en su trono real, sentada e cercada de e santos , que la sirviendo. Y estos motes y armas tan preciosas son para de las que tiene en guarda, como para provecho de las del Purgatorio. E los santos se arrean e precian de adornar sus personas e vestiduras de las insignias e armas con que su Dios y hizo la obra de la . Las del Purgatorio se gozan mucho con su , que se recuerdan [fol. 27r] de su Dios en los tormentos que padecen. Este mi santo siempre anda en buelo, e otras vezes de hinojos, e en buelo venir algunas vezes e descender de lo alto hazia el lugar que yo estoy; deciende y viene asentado en un trono e silla, y en buelo por el ayre. Y es todo muy rico e resplandeciente e adornado de muchas , e trae en su mano algunas vezes a manera de cetro muy precioso, e otras vezes trae un instrumento con que de tan admirable especie que, en solo tocarle, haze qualquier son e que quiere hazer quien lo ; dize las palabras como las puede dezir e cantar qualquiera persona humana, pero muy suaves e deleytosas de . este en otros instrumentos, los quales todos hazen muy acordado y deleytoso son, cada uno en su especie. Este mismo santo no es de los que da Dios guardadores de almas, porque es de alto coro; las alas que yo le veo quando me lleva entre ellas algunas vezes son seis e ocho e diez. No se le encomiendan todas las almas, sino algunas , porque yo tubo en cargo al san Jorge y al rey David, y al san Gregorio y a otros santos singulares. A las de dignidad [fol. 27v] e santidad principal, y tiene muchos privilegios, e le he yo llamar en el Cielo a los santos e santos . Tiene licencia de Dios de responder algunas preguntas que le fueron fechas de las personas de la tierra, por de , su indigna sierva, o por las otras almas que ha tenido a cargo, y esta respuesta se entiende en quanto fuere la voluntad de Dios. De todos los nueve coros de los tiene gracia singular e don: el abrasamiento de Serafines, la e conocimiento de los Cherubines, y el servicio y de las Dominaciones, e la de los Tronos, y el mando de los Principados, y la pelea de las Potestades, e la e charidad de las Virtudes, e la de los , y el oficio de los . Tiene otros e muy grandes e singulares dones, los quales dados de la mano de la muy poderosa Trinidad, la qual le como puede e quiso y le en su divino amor. Tiene officio de ayudar a las de Purgatorio, a visitar e consolar por los de la muerte e de Nuestro Jesucristo, e merecimientos [fol. 28r] de su santa Madre; a fiestas e de las penas e de los demonios, e por eso anda vestido e adornado de tan ricas libreas e guarnecido de tan preciosas armas. como los demonios le sienten venir e le ven el derecho con la de la santa Cruz, van todos huyendo e ahullando e dando muy espantosos gritos e gemidos, a manera de canes unos a otros. E muchas vezes va al socorro e ayuda de las e personas que en pasamiento, llevando consigo a otros muchos que le ayuden a defender aquella persona que en tan gran batalla de tentaciones de los demonios. E algunas le digo yo, quando son difuntos mis devotos e personas que se me an encomendado, que tienen conocimiento de por o parientes de vosotras, , o personas que os conocen, de las quales si son difuntas algunas o en , que le digo yo que se acuerde de tal persona que es difunta o de tal, si es viva, que angustiada. Respondiome: yo he hecho lo que he podido y, si es difunta, yo fui a su muerte e passamiento, e conmigo otros santos , e la e libramos [fol. 28v] de peligros hasta que fue juzgada, e tengo cuydado hasta que en . E yo le digo: nunca, , se la encomendado a vuestra . Respondiome: es menester que me la encomiendes, que para esto basta la charidad que mora en los e saber yo que tiene memoria de ti aquella persona, o conocen a tus hermanas o tienen deudo con ellas, para hazer yo toda mi . esta Bienaventurada: , y aun por vista, que las personas que por mi tienen en este mi santo , de que son passadas vida y en Purgatorio y las va a visitar, aunque va entre otros muchos santos , le conocen e le dizen: , , me da el , aunque yo no os conozco ni he visto ni nadie me lo ha dicho, que sois el guardador de una persona que vive en la tierra, que se llama Juana de la . E las : es, , que yo soy, y de la mano del poderoso Dios tienes ese . Ellas entonces de hinojos e danle gracias por los bienes que les ha hecho, e le suplican no las olvide. Quando me lleva mi santo [fol. 29r] veo algunas vezes muchos demonios, y algunos enojos y miedos; entonces mi santo esgrime una espada muy rica que trae y ellos, esgrimir la espada, huyen todos y han muy gran miedo e tiemblan, porque pelea con ellos e los hiere, e tiene solo poder para pelear e vencer que muchos demonios juntos. mi santo una vez de la mano, vi a deshora muchedumbre de demonios muy espantables e figuras en diversas maneras, e hablando entre unos con otros: boladores e resplandecientes, se andan , nuestras almas, los ? Que contino andan cargados de insignias del Crucificado, acarreando christianas a Dios e de todas maneras que pueden, en especial este que va delante, que es un rapa almas que no le basta lo que haze con la suya que Dios le dio en cargo, mas otras muchas nos quita, de personas vivas como difuntas, las , y las perdemos por los ruegos que haze a Dios e por los consejos que le con aquella que va con . Mas nosotros procuraremos de echar nuestro en sus quando limpios y [fol. 29v] les ensuciaremos sus almas, que son nidos de Dios. Mas este Jesucristo a todos sus christianos redimidos, y aun hasta los chiquitos; remedios que no se los pudiessen quitar, y nos arrebatan todos quantos ellos . E diziendo los demonios estas y otras muchas palabras contra Dios y los santos y contra los buenos christianos, contra ellos mi santo esgrimiendo su muy luzida espada e, muy reziamente, : agora, demonios malignos e traidores, que vosotros soys !, que nosotros los tenemos las en guarda; no somos sino ayos de los hijos e hijas del Rey del Cielo, e como fieles siervos e leales amigos procuramos de le acarrear todas las que son suyas, e quitarlas a cuyas no . Y fueron los demonios huyendo y dando muchos ahullidos.
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Hablando la santa con sus monjas del lugar donde el ángel la ponía quando se arrobava, y fiestas de la ciudad de Dios y la ermosura de los edificios y moradores d’ella, dize: “¿Decísme, amigas, que os diga de mi santo ángel? Paréceme que no ay cosa en la tierra, por hermosa y preciada que sea, a que se pueda comparar. Es muy hermoso donzel y muy más resplandeciente que el sol, blanco y colorado, rubio y muy claríssimo, y de muy suavíssimos olores, e de bulto muy precioso, e de gesto muy sereno, e grabe persona de muy gran reverencia e dignidad. Tiene alas de colores e pinturas, las quales no le nacen de las vestiduras, mas de su mesma persona, y assí como los otros santos ángeles les nacen alas de mesmos. La vestidura del santo ángel [fol. 26r] mi guardador es de ynestimable valor e de incomparables colores. Yo le veo vestido de muchas maneras, mas direos los motes que trae bordados en ellas, con los quales yo mucho me consuelo: trae en su cabeça corona e diadema preciosa más que el oro, cercada de piedras preciosas, y en la frente una cruz esmaltada, hecha a manera de joyel, con letras a la redonda que dize confiteantur omnes lingue quoniam Christus est Rex Angelorum; e trae otras letras bordadas en la vestidura encima del pecho, que dize Spiritus Sancti gratia iluminet sensus et corda vestra; y en la manga del braço derecho trae bordada de pedrería la señal de la Cruz, con pie y con ramos muy hermosos que adornan toda la manga y la cubren, y el pie de la cruz hazia la boca de la manga y lo alto d’ella hazia el hombro, con letras en la misma cruz que dizen ecce erucem Domini fugite partes aduerse; y en la manga del braço siniestro trae bordada la misma divisa de la santa Cruz, con los clavos y todas las insignias de la Passión, y letras que dizen dulce lignum dulces clavos dulce pondus sustinct que sola fuisti digna portare pretium suius seculi; y en el calçado de los pies [fol. 26v] trae labradas de pedrería letras que dizen quam pulcri sunt gressus tui filia Principis; y en el calçado de encima de las rodillas, letras muy ermosas que dizen flectamus genua levata, encima de las muchas otras letras que dizen celestium torrestium et Ingernorum. E las mismas insignias de la santa Cruz y los clavos y todas las armas de la sagrada Pasión trae pintadas e dibujadas, por muy rica manera, en un lindo pendón. E junto con ello trae figurada e dibujada la imagen de Nuestra Señora con el Niño Jesús en los braços, e de otras maneras e misterios, ansí como quando Él y ella estaban acá en la tierra, e como después entrambos subieron a los Cielos; en especial la trae pintada como ella está en su trono real, sentada e cercada de vírgines e santos ángeles, que la están sirviendo. Y estos motes y armas tan preciosas son ansí para defensión de las ánimas que él tiene en guarda, como para provecho de las del Purgatorio. E también los santos ángeles se arrean e precian de adornar sus personas e vestiduras de las insignias e armas con que su Dios y Señor hizo la obra de la redempción. Las ánimas del Purgatorio se gozan mucho con su visitación, que se recuerdan [fol. 27r] de su Dios en los tormentos que padecen. Este mi santo ángel siempre anda en buelo, e otras vezes de hinojos, e también en buelo véole venir algunas vezes e descender de lo alto hazia el lugar que yo estoy; deciende y viene asentado en un trono e silla, y en buelo por el ayre. Y es todo muy rico e resplandeciente e adornado de muchas pedrerías, e trae en su mano algunas vezes a manera de cetro muy precioso, e otras vezes trae un instrumento con que tañe de tan admirable especie que, en solo tocarle, haze qualquier son e armonía que quiere hazer quien lo tañe; dize las palabras como las puede dezir e cantar qualquiera persona humana, pero muy más suaves e deleytosas de oír. Múdase este laúd en otros instrumentos, los quales todos hazen muy acordado y deleytoso son, según cada uno en su especie. Este mismo santo ángel no es de los ángeles que da Dios guardadores de almas, porque es de más alto coro; las alas que yo le veo quando me lleva entre ellas algunas vezes son seis e ocho e diez. No se le encomiendan todas las almas, sino algunas señaladas, porque yo tubo en cargo al señor san Jorge y al rey David, y al señor san Gregorio y a otros santos singulares. A las ánimas de dignidad [fol. 27v] e santidad dáseles ángel principal, y él tiene muchos privilegios, e ansí le he oýdo yo llamar en el Cielo a los santos ángeles e santos ‘el ángel privilegiado’. Tiene licencia de Dios de responder algunas preguntas que le fueron fechas de las personas de la tierra, por intercessión de , su indigna sierva, o por las otras almas que ha tenido a cargo, y esta respuesta se entiende en quanto fuere la voluntad de Dios. De todos los nueve coros de los ángeles tiene gracia singular e don: el abrasamiento de Serafines, la çiençia e conocimiento de los Cherubines, y el servicio y adoración de las Dominaciones, e la holgança de los Tronos, y el mando de los Principados, y la pelea de las Potestades, e la adoración e charidad de las Virtudes, e la revelación de los Arcángeles, y el oficio de los Ángeles. Tiene otros e muy grandes e singulares dones, los quales dados de la mano de la muy poderosa Trinidad, la qual le dotó como puede e quiso y le inflamó en su divino amor. Tiene officio de ayudar a las ánimas de Purgatorio, yéndolas a visitar e consolar por los méritos de la muerte e Passión de Nuestro Señor Jesucristo, e merecimientos [fol. 28r] de su santa Madre; sácalas a fiestas e líbralas de las penas e defiéndelas de los demonios, e por eso anda vestido e adornado de tan ricas libreas e guarnecido de tan preciosas armas. Ansí como los demonios le sienten venir e le ven alçar el braço derecho con la señal de la santa Cruz, van todos huyendo e ahullando e dando muy espantosos gritos e gemidos, a manera de canes mordiéndose unos a otros. E muchas vezes va al socorro e ayuda de las ánimas e personas que están en pasamiento, llevando consigo a otros muchos ángeles que le ayuden a defender aquella persona que en tan gran batalla está de tentaciones de los demonios. E algunas veçes le digo yo, quando son difuntos mis devotos e personas que se me an encomendado, que tienen conocimiento de por oýdas o parientes de vosotras, señoras, o personas que os conocen, de las quales si son difuntas algunas d’ellas o están en tribulación, que le digo yo que se acuerde de tal persona que es difunta o de tal, si es viva, que está angustiada. Respondiome: “Ya yo he hecho lo que he podido y, si es difunta, yo fui a su muerte e passamiento, e llevé conmigo otros santos ángeles, e la acompañamos e libramos [fol. 28v] de peligros hasta que fue juzgada, e tengo cuydado d’ella hasta que está en descanso”. E yo le digo: “Pues nunca, Señor, se la havía encomendado a vuestra ermosura”. Respondiome: “No es menester que me la encomiendes, que para esto basta la charidad que mora en los ángeles e saber yo que tiene memoria de ti aquella persona, o conocen a tus hermanas o tienen deudo con ellas, para hazer yo toda mi posibilidad”. Dezía esta Bienaventurada: “Yo sé, y aun por vista, que las personas que por mi intercessión tienen devoción en este mi santo ángel, de que son passadas d’esta vida y están en Purgatorio y las va él a visitar, aunque va entre otros muchos santos ángeles, le conocen e le dizen: “Paréceme, Señor, me da el espíritu, aunque yo no os conozco ni he visto ni nadie me lo ha dicho, que sois el ángel guardador de una persona que vive en la tierra, que se llama Juana de la Cruz”. E las respondió: “Verdad es, ánima, que yo soy, y de la mano del poderoso Dios tienes ese conocimiento”. Ellas entonces híncanse de hinojos e danle gracias por los bienes que les ha hecho, e le suplican no las olvide. Quando me lleva mi santo ángel [fol. 29r] veo algunas vezes muchos demonios, y házenme algunos d’ellos enojos y miedos; entonces mi santo ángel esgrime una espada muy rica que trae y ellos, viéndole esgrimir la espada, huyen todos y han muy gran miedo e tiemblan, porque él pelea con ellos e los hiere, e tiene él solo más poder para pelear e vencer que muchos demonios juntos. Trayéndome mi santo ángel una vez de la mano, vi a deshora muchedumbre de demonios muy espantables e figuras en diversas maneras, e venían hablando entre unos con otros: “Estos garçones boladores e resplandecientes, ¿en qué se andan aquí, quitándonos nuestras almas, los açemileros? Que contino andan cargados de insignias del Crucificado, acarreando ánimas christianas a Dios e buscándoselas de todas maneras que pueden, en especial este que va aquí delante, que es un rapa almas que no le basta lo que haze con la suya que Dios le dio en cargo, mas otras muchas nos quita, ansí de personas vivas como difuntas, d’entre las uñas, y las perdemos por los ruegos que él haze a Dios e por los consejos que Él le imbía con aquella que allí va con él. Mas nosotros procuraremos de echar nuestro estiércol en sus oýdos quando estén más limpios y ansí [fol. 29v] les ensuciaremos sus almas, que son nidos de Dios. Mas este Jesucristo a todos sus christianos dejó redimidos, y aun hasta los niños chiquitos; dejó remedios que no se los pudiessen quitar, y ansí nos arrebatan todos quantos ellos pueden”. E diziendo los demonios estas y otras muchas palabras contra Dios y los santos ángeles y contra los buenos christianos, bolvió contra ellos mi santo ángel esgrimiendo su muy luzida espada e, hiriéndolos muy reziamente, dezía: “¡Andad agora, demonios malignos e traidores, que vosotros soys açemileros!, que nosotros los ángeles tenemos las ánimas en guarda; no somos sino ayos de los hijos e hijas del Rey del Cielo, e como fieles siervos e leales amigos procuramos de le acarrear todas las ánimas que son suyas, e quitarlas a cuyas no son”. Y ansí fueron los demonios huyendo y dando muchos ahullidos.
  
===[TABLA DE CORRESPONDENCIAS ENTRE MONJAS Y ]===
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===[TABLA DE CORRESPONDENCIAS ENTRE MONJAS Y ÁNGELES]===
[fol. 30r] Son tantos los favores y mercedes que Nuestra hizo a esta su santa casa que, de haver aparecido en ella nueve vezes y ser su fundadora, a nuestra madre santa Juana que era abbadesa . Y viendo los y santos que la Reyna del Cielo nos tantas mercedes de querer ser nuestra abbadesa, algunos para ser officiales, cada uno official del officio que la monja que le ; y otros tomando parentesco con nosotras, otros pidiendo les rezassen en sus fiestas las devociones que ellos , y que a quien lo rezare les muchos favores de Dios.   
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[fol. 30r] Son tantos los favores y mercedes que Nuestra Señora hizo a esta su santa casa que, después de haver aparecido en ella nueve vezes y ser su fundadora, dezía a nuestra madre santa Juana que era abbadesa d’ella. Y viendo los ángeles y santos que la Reyna del Cielo nos hazía tantas mercedes de querer ser nuestra abbadesa, pedíanle liçençia algunos para ser officiales, nombrándose cada uno official del officio que tenía la monja que le tenía devoción; y otros tomando parentesco con nosotras, otros pidiendo les rezassen en sus fiestas las devociones que ellos dezían, y que a quien lo rezare les alcançarán muchos favores de Dios.   
la Tabla:
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Comiença la Tabla:
 
La Madre de Dios, abbadesa.  
 
La Madre de Dios, abbadesa.  
Vicaria, santa Ana.
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Vicaria, señora santa Ana.
Tornera, santa Magdalena (y dixo que ser nuestra ).
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Tornera, señora santa María Magdalena (y dixo que quería ser nuestra tía).
del coro bajo, san Alexo (y dijo que, quando fuessen las religiosas a confessar, le rezassen un y una , y que les los pecados).
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Sacristán del coro bajo, señor san Alexo (y dijo que, quando fuessen las religiosas a confessar, le rezassen un ‘Pater Noster’ y una ‘Ave María’, y que les acordaría los pecados).
del coro alto, san Jorge.
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Sacristán del coro alto, señor san Jorge.
Refitolero, san Juan Baptista.
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Refitolero, señor san Juan Baptista.
[fol. 30v] Guarda del ganado, san Juan Evangelista y la monja que guardava este ganado (se llamava la , que este nombre le pusieron los por la de su alma).
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[fol. 30v] Guarda del ganado, señor san Juan Evangelista y la monja que guardava este ganado (se llamava la Loçana, que este nombre le pusieron los ángeles por la pureça de su alma).
Provisora, santa Marcela.
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Provisora, señora santa Marcela.
Enfermera, santa Marta.
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Enfermera, señora santa Marta.
Laborera, santa (y dijo a nuestra madre santa Juana que, si ella fuera monja, que guardara mucho ).  
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Laborera, señora santa Ynés (y dijo a nuestra madre santa Juana que, si ella fuera monja, que guardara mucho silençio).  
san y sus , guarda de la casa con un santo de los muy altos, a quien Dios tiene dado para guarda , lo qual se vio por experiencia quando los comuneros a robar la casa y vieron, antes que llegassen, muchos cavalleros armados alrededor , hasta encima de los tejados, y como esto vieron se fueron huyendo, diziendo: poderosa debe de ser esta casa, que tanta guarda tiene!. Y nuestra madre santa Juana dijo aquella era celestial, que Nuestra imbiado para la defensa de su santa casa.  
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Señor san Acaçio y sus compañeros, guarda de la casa con un santo ángel de los muy altos, a quien Dios tiene dado para guarda d’ella, lo qual se vio por experiencia quando los comuneros venían a robar la casa y vieron, antes que llegassen, muchos cavalleros armados alrededor d’ella, hasta encima de los tejados, y como esto vieron se fueron huyendo, diziendo: “¡Qué poderosa debe de ser esta casa, que tanta guarda tiene!. Y nuestra madre santa Juana dijo cómo aquella cavallería era celestial, que Nuestra Señora avía imbiado para la defensa de su santa casa.  
El san Laruel es provincial, y nuestra madre santa Juana le llamava, hablando , algunas vezes [fol. 31r] y otras . Y quando del Cielo a traer las quentas, lo echaban de ver las religiosas en la fragancia de olor que en la casa, y : Duque ha . Y entonces iban a la adonde estaba nuestra madre santa Juana y miraban el cofrecito, y hallaban las ya . Y echavan de ver el Duque por ellas, y iban las religiosas a ver el cofrecito y no las hallaban . El el las quentas a nuestra madre santa Juana muchos por orden de su santo . La santa estaba tullida y sobre un altar que ella en su celda estaba un cofrecido, y a las monjas que truxessen quantas quentas quisiessen y las metiessen en y le cerrasen con llave. y , y passado tiempo, quando era la voluntad de Dios, los olores ya dichos, aunque estubiessen en differentes officinas las religiosas, y corriendo adonde estava la santa tullida y : , , ya ha venido el Duque, no es posible menos porque hemos olido sus . Y la santa y : , mis amigas, [fol. 31v] el cofrecito y las grandezas de . Y las monjas entonces el cofrecito y no hallaban las quentas, y dando muchas gracias a Dios, a cerrar y la llave, porque lo la santa. Y quando el era servido, passados algunos o horas, tornaban las religiosas a oler los olores celestiales, y todas con mucha y el cofrecido, y hallaban las quentas y, alabando a Dios, a la santa sobre la cama, y ella iba repartiendo las artas de quentas a cada una, y muy grande fragancia de olor. Junto con las quentas y crucifixos y otras , y junto con las quentas lo llevava el . la santa, por mandado del , unos de hilo, y anudados, hechos nudos a modo de de nuestro padre san Francisco; unos gordos y otros delgados y algunos flojos, y el : , toma estos nudos, y estos floxillos te digo cierto son hechos por mano de los altos serafines, y los han anudado los y an estado en manos del mismo Dios, y los ha bendecido con las quentas y te los para bien de las almas. Y yo te digo que todas [fol. 32r] las personas que con fe viva las truxeren favorecidos de Dios en esta vida, y en el Purgatorio sus virtudes, y en el Cielo con particulares resplandores, y sus cuerpos, en el del Juicio, gozos accidentales, por haver estado estas preciosas quentas en el Cielo y en manos de Dios y de los y de la misma Madre de . Las primeras quentas que el al Cielo fue el rosario de la santa, y luego las monjas que lo supieron pidieron a la santa Juana intercediesse ubiesse aquella misericordia para sus rosarios. La santa, llena de charidad, a su querido Esposo para todas. Y mercaban rosarios de muchos colores, unos blancos, otros negros y pardos, y de y palo e de differencias de colores. Y suerte ay quentas de muchas differencias, todas bendecidas del poderoso Dios, el qual dijo a la santa Juana y al san Laruel que las que tocaren a ellas las mismas bendiciones que las originales (que demonios de los cuerpos de los hombres y de sus , salud corporal y espiritual), y que las truxessen con , y que [fol. 32v] rezando en ellas por los que en peccado mortal su Magestad disponiendo aquellas almas, para que salgan por la virtud que ha puesto en estas quentas.
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El ángel san Laruel es provincial, y nuestra madre santa Juana le llamava, hablando d’él, algunas vezes [fol. 31r] ‘Su Hermosura’ y otras ‘el Señor Duque’. Y quando venía del Cielo a traer las quentas, lo echaban de ver las religiosas en la fragancia de olor que avía en la casa, y dezía: “El Señor Duque ha venido”. Y entonces iban a la cámara adonde estaba nuestra madre santa Juana y miraban el cofrecito, y hallaban cómo las avía ya traýdo. Y también echavan de ver quándo venía el Señor Duque por ellas, y iban las religiosas a ver el cofrecito y no las hallaban allí. El bendeçir el Señor las quentas a nuestra madre santa Juana duró muchos años por orden de su santo ángel. La santa estaba tullida y sobre un altar que ella tenía en su celda estaba un cofrecido, y deçíales a las monjas que truxessen quantas quentas quisiessen y las metiessen en él y le cerrasen con llave. Hazíanlo assí y llevábansela, y passado algún tiempo, quando era la voluntad de Dios, olían los olores ya dichos, aunque estubiessen en differentes officinas las religiosas, y venían corriendo adonde estava la santa tullida y dezíanle: “O, señora, ya ha venido el Señor Duque, no es posible menos porque hemos olido sus olores”. Y la santa sonrreýase y dezía: “Sí, mis amigas, [fol. 31v] abrí el cofrecito y veréis las grandezas de Dios”. Y las monjas entonces abrían el cofrecito y no hallaban las quentas, y dando muchas gracias a Dios, tornávanle a cerrar vaçío y llevávanse la llave, porque lo quería ansí la santa. Y quando el Señor era servido, passados algunos días o horas, tornaban las religiosas a oler los olores celestiales, y todas venían con mucha devoción y abrían el cofrecido, y hallaban las quentas y, alabando a Dios, poníansele a la santa sobre la cama, y ella iba repartiendo las artas de quentas a cada una, y traýan muy grande fragancia de olor. Junto con las quentas ponían ‘Agnus Deies’ y crucifixos y otras imágenes, y junto con las quentas lo llevava el ángel. También ponía la santa, por mandado del ángel, unos torçales de hilo, y bolvían anudados, hechos nudos a modo de cordón de nuestro padre san Francisco; unos venían más gordos y otros más delgados y algunos más flojos, y dezía el ángel: “Juana, toma allá estos nudos, y estos más floxillos te digo cierto son hechos por mano de los más altos serafines, y los demás han anudado los ángeles y an estado en manos del mismo Dios, y los ha bendecido con las quentas y te los imbía para bien de las almas. Y yo te digo que todas [fol. 32r] las personas que con fe viva las truxeren serán favorecidos de Dios en esta vida, y en el Purgatorio experimentarán sus virtudes, y en el Cielo serán señalados con particulares resplandores, y sus cuerpos, en el día del Juicio, ternán gozos accidentales, por haver estado estas preciosas quentas en el Cielo y en manos de Dios y de los ángeles y de la misma Madre de Dios”. Las primeras quentas que llevó el ángel al Cielo fue el rosario de la santa, y luego las monjas que lo supieron pidieron a la santa Juana intercediesse ubiesse aquella misericordia para sus rosarios. La santa, llena de charidad, pidió a su querido Esposo para todas. Y ansí mercaban rosarios de muchos colores, unos blancos, otros negros y pardos, y de açabache y palo e de differencias de colores. Y d’esta suerte ay quentas de muchas differencias, todas bendecidas del poderoso Dios, el qual dijo a la santa Juana y al ángel san Laruel que las que tocaren a ellas tendrán las mismas bendiciones que las originales (que echarán demonios de los cuerpos de los hombres y librarán de sus açechanças, darán salud corporal y espiritual), y que las truxessen con devoción, y que [fol. 32v] rezando en ellas por los que están en peccado mortal su Magestad yrá disponiendo aquellas almas, para que salgan d’él por la virtud que ha puesto en estas quentas.
  
===[SUCESO OCURRIDO A LA RELIGIOSA GERMANA DE LA CON UNA IMAGEN]===
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===[SUCESO OCURRIDO A LA RELIGIOSA GERMANA DE LA ASCENSIÓN CON UNA IMAGEN]===
[fol. 33r] Y en tanta esta santa ymagen quanto es notorio. Es la que sale el de su aparecimiento. Y como esta santa immagen sea de bulto, una religiosa1 fue con mucha a quitarle una raxita. Y hechas muchas reverencias, licencia y , con un cuchillito a quitarla, y a desora se arrojada en mitad del coro y, como quien dispierta de un , dijo: Dios! no estaba subida en el altar? estoy , tan lejos ?. Y toda turbada y temblando, y la encajada en una ventanita del mismo facistor, en mitad del coro alto. Y esto a algunas religiosas con grande humildad y temor de Dios y de su Madre, la qual religiosa era gran devota de esta santa imagen, la qual es difunta y fue de vida muy exemplar y de mucho y de vida.
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[fol. 33r] Y tiénese en tanta veneración esta santa ymagen quanto es notorio. Es la que sale el día de su aparecimiento. Y como esta santa immagen sea de bulto, una religiosa1 fue con mucha devoción a quitarle una raxita. Y hechas muchas reverencias, pidiéndole licencia y perdón, llegó con un cuchillito a quitarla, y a desora se halló arrojada en mitad del coro y, como quien dispierta de un sueño, dijo: “¡Váleme Dios! ¿Yo no estaba subida en el altar? ¿Cómo estoy aquí, tan lejos d’él?. Y toda turbada y temblando, y la cabeça encajada en una ventanita del mismo facistor, qu’está en mitad del coro alto. Y esto contó a algunas religiosas con grande humildad y temor de Dios y de su Madre, la qual religiosa era gran devota de esta santa imagen, la qual es difunta y fue de vida muy exemplar y de mucho crédito y perfeción de vida.
  
===[GRACIAS QUE EL HIZO A LA CASA]===
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===[GRACIAS QUE EL SEÑOR HIZO A LA CASA]===
Las gracias que Nuestro en esta santa casa en y fiestas y , por de nuestra madre santa Juana de la Cruz, son las siguientes:
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Las gracias que Nuestro Señor concedió en esta santa casa en imágenes y fiestas y cofradías, por intercesión de nuestra madre santa Juana de la Cruz, son las siguientes:
Nuestra , en esta santa casa, que para el del nascimiento de su precioso hijo rezasen al [fol. 33v] nueve aguinaldos, cada uno de a trecientos versos de lo que quisieren1.
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Pidió Nuestra Señora, en esta santa casa, que para el día del nascimiento de su precioso hijo rezasen al benditíssimo [fol. 33v] Niño nueve aguinaldos, cada uno de a trecientos versos de lo que quisieren1.
El de la del , rezando al que tiene la imagen grande de Nuestra , la que el , cinco y el una de Purgatorio. Y a este hablar nuestra madre santa Juana de la Cruz con el de Nuestra la de , quando vino en .  
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El día de la circuncisión del Señor, rezando al Niño Jesús que tiene la imagen grande de Nuestra Señora, la que consagró el Señor, cinco ‘Paternostes’ y ‘Avemarías’ concedió el Señor una ánima de Purgatorio. Y a este niño oyó hablar nuestra madre santa Juana de la Cruz con el niño de Nuestra Señora la de Torrejón, quando vino en processión.  
Desde el de los santos reyes, rezando cinco y se gana lo que se sabe que Nuestro . En esta santa casa hase de rezar hasta el del Baptismo y offrecerse al del . Y lo mismo se gana diziendo el psalmo de mei y, llegando al verso de , echarse con el isopo un poco de agua bendita en el hombro.
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Desde el día de los santos reyes, rezando cinco ‘Paternostes’ y ‘Avemarías’ se gana lo que se sabe que concedió Nuestro Señor. En esta santa casa hase de rezar hasta el día del Baptismo y offrecerse al del Señor. Y lo mismo se gana diziendo el psalmo de ‘Miserere mei Deus’ y, llegando al verso de ‘Aspergesme’, echarse con el isopo un poco de agua bendita en el hombro.
Desde el de los santos reyes hasta el de san , que es quando el , rezando cada quarenta y quarenta vezes la de , que es la que se sigue, el a quien [fol. 34r] lo rezare como si lo ayunare.
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Desde el día de los santos reyes hasta el día de san Valentín, que es quando el Señor ayunó, rezando cada día quarenta ‘Credos’ y quarenta vezes la oración de ‘Ave Jesús’, que es la que se sigue, concedió el Señor a quien [fol. 34r] lo rezare como si lo ayunare.
Ave , santo salvador.
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Ave Jesús, santo salvador.
Ave , dulce redemptor.
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Ave Jesús, dulce redemptor.
Ave , deleyte y de los desiertos.
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Ave Jesús, deleyte y alegría de los desiertos.
Ave , flor de los campos y lirio de los valles.
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Ave Jesús, flor de los campos y lirio de los valles.
Ave , santificador de las aguas y de los baptismos.
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Ave Jesús, santificador de las aguas y de los baptismos.
Ave , y de los baptizados,
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Ave Jesús, consolación y alegría de los baptizados,
de los muertos, vida de los vivos, gloria y de los que en ti esperan. Miserere mei. . . Domine, miserere mei.
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resureción de los muertos, vida de los vivos, gloria y bienaventurança de los que en ti esperan. Miserere mei. Amén. Amén. Domine, miserere mei.
Para la dominica del perdimiento se han de rezar tres te y tres y tres , desde el juebes hasta el domingo.
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Para la dominica del perdimiento se han de rezar tres ‘A te levavis’ y tres ‘Magnificas’ y tres ‘Salves’, començando desde el juebes hasta el domingo.
El de la santa vio nuestra madre santa Juana en una se da sentencia en el Cielo a todos los que de morir aquel , y los santos guardadores de aquellas personas yban a pedir a los , : , ayudadnos a rogar por nuestros que tenemos a cargo, que les es dada sentencia de . Y se da sentencia aquel a todos los que han [fol. 34v] de tener trabajos y enfermedades. Y este es de yncienso; hase de tomar un grano en la boca y rezar cinco y en cruz, con una candela en la mano, y en acabando de rezarlo, echar el incienso con la boca en la lumbre. el , por de nuestra madre santa Juana, de las faltas de los votos.
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El día de la santa purificación vio nuestra madre santa Juana en una revelación cómo se da sentencia en el Cielo a todos los que avían de morir aquel año, y los santos ángeles guardadores de aquellas personas yban a pedir a los demás ángeles, diziéndoles: “Señores, ayudadnos a rogar por nuestros súbditos que tenemos a cargo, que les es dada sentencia de muerte”. Y también se da sentencia aquel día a todos los que han [fol. 34v] de tener trabajos y enfermedades. Y este día es día de yncienso; hase de tomar un grano en la boca y rezar cinco ‘Paternostes’ y ‘Avemarías’ en cruz, con una candela en la mano, y en acabando de rezarlo, echar el incienso con la boca en la lumbre. Otorgó el Señor, por intercessión de nuestra madre santa Juana, perdón de las faltas de los votos.
  
 
===[RELATO DE LOS APARECIMIENTOS DE LA VIRGEN]===
 
===[RELATO DE LOS APARECIMIENTOS DE LA VIRGEN]===
del aparecimiento de la Madre de Dios de la Cruz.
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Revelación del aparecimiento de la Madre de Dios de la Cruz.
Dixo nuestra madre santa Juana: vezes he visto en el a Nuestra venir a visitar a esta su santa casa, de la qual muestra tener especial cuydado y deseo que su santo aparecimiento sea estimado, porque no fue una vez sola la que su Magestad se en este lugar, mas nueve arreo me dijo mi santo fueron los que se . Y el primero fue el primer del mes de , hasta el noveno, que es el postrero aparecimiento y , porque en este puso la cruz por , diziendo que le hiziessen su iglesia. E cada , en este en el qual se celebra su santo aparecimiento, la he visto [fol. 35r] venir a hora de la media noche en una muy admirablemente ordenada, e apostada de muchas riquezas y resplandores de gloria, de muchedumbre de y santos y santas, e vienen con su Magestad las religiosas difuntas hijas del monasterio y, ansimismo, vienen todas las que en vida fueron devotas del santo aparecimiento de Nuestra , y las de los bienhechores del monasterio. Y estas de los bienhechores, algunas , son libradas de penas, e a otras las trae Nuestra con licencia de su precioso hijo para darles descanso en esta su fiesta. Y esta preciosa viene al monasterio con muy grandes e celestiales e instrumentos de diversas maneras de , y antes que entre en la iglesia y casa, da una buelta e bendize Nuestra los campos e tierras e frutos en ella aparecidos media legua a la redonda del monasterio; y entra dentro y va al dormitorio y bendize las religiosas con grande amor, y dize: casa es y no [fol. 35v] la tengo de olvidar. es este lugar, yo no lo entiendo a olvidar, y pues no lo entiendo olvidar no quiero dejarle de visitar. Estad constantes en los trabajos e penas presentes e por venir, que se ganan las coronas, las quales yo tengo en , si os , siervas , con mi ; si no, daldas a quien os las guarde y guardaldas vosotras, por que deis buena quenta a Dios, mi hijo, el del Juicio e reynar con para . E manda algunas vezes a los santos guardadores de las mesmas religiosas les pongan guirnaldas en las de rosas blancas y coloradas, y cosas ellas no ven ni sienten ninguna cosa. Y desde el dormitorio va la santa al coro y hasta que se dizen los maytines1, y ansimismo Nuestra con toda la en la missa e , e bendize los pueblos que vienen a celebrar su santo aparecimiento y ruega a su precioso hijo, estando en el sacro sacramento del altar, por las religiosas que habitan e moran en su casa e por todos sus devotos, e muy en especial por los que presentes , les otorga los perdones [fol. 36r] de su santa Iglesia. Y dize Nuestra : venga Dios trino y uno, verdadero hombre celestial, a estar en el santo sacramento del altar, y con la corte celestial. Bendiga Dios a la humanal. Soy la bienaventurada Madre de Dios e vosotras, . Y quando se quiere yr la , del altar Nuestra su preciosa mano e, santiguando los pueblos su santa , luego y toda la celestial, y a tornome mi santo en mis sentidos corporales. Y quando estas cosas veo e oygo, que es este de Nuestra , dize e haze algo en la que viene su Magestad. Y quando no estoy elevada quando viene a visitar su iglesia e casa, a Dios lo vea estando en mis sentidos y que, a la despedida, me lleve consigo, aunque no lo merezco. Son tantos los perdones e gracias que Nuestra tiene del poderoso Dios, hijo suyo, para esta santa iglesia donde ella se , que si las gentes lo supiessen de muchas partes de rodillas por ganar tanto bien para sus ; que como Nuestra , con tan gran deseo y caridad que tiene que las se aprovechen, [fol. 36v] una sublimada merced a su precioso hijo, y es que le otorgasse tantos perdones en esta su santa casa y iglesia como ebras de yervas e de cosas de flores e ojas estuvieren nacidas en la tierra, media legua a la redonda del lugar donde ella puso la cruz con sus preciosas manos. Y Nuestro Jesuchristo, hijo suyo, se lo , y esto desde que se esta santa iglesia y casa. Y me dixo mi santo : que concedidas en esta iglesia, sin ninguna , los perdones de santa de los . Y se entiende que, aunque no vengan confessados ni rezen cosa , sino viniendo contritos a visitarla, y ansimesmo quien rezare nueve o otras qualesquiera oraciones (en tal que no sean menos de nueve y sean de Nuestra , offrecidas a los nueve aparecimientos que se a ), muchas gracias y les otorgada la que justamente pidieren a Dios. Esto en qualquier del que lo rezaren, y muy lo los propios , que es el primero del mes de hasta el noveno del mesmo mes, todos nueve arreo. Y quien hiziere dezir [fol. 37r] nueve missas a Nuestra , en reverencia nueve aparecimientos, socorrido en su y mucho a los difuntos.
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Dixo nuestra madre santa Juana: “Muchas vezes he visto en el año a Nuestra Señora venir a visitar a esta su santa casa, de la qual muestra tener especial cuydado y deseo que su santo aparecimiento sea estimado, porque no fue una vez sola la que su Magestad se apareció en este lugar, mas nueve días arreo me dijo mi santo ángel fueron los que se apareció. Y el primero fue el primer día del mes de março, hasta el noveno, que es el postrero aparecimiento y más público, porque en este día puso la cruz por señal, diziendo que quería le hiziessen allí su iglesia. E cada año, en este día en el qual se celebra su santo aparecimiento, la he visto [fol. 35r] venir a hora de la media noche en una processión muy admirablemente ordenada, soleníssima e apostada de muchas riquezas y resplandores de gloria, acompañada de muchedumbre de ángeles y santos y santas, e también vienen con su Magestad las religiosas difuntas hijas del monasterio y, ansimismo, vienen todas las ánimas que en vida fueron devotas del santo aparecimiento de Nuestra Señora, y las ánimas de los bienhechores del monasterio. Y estas ánimas de los bienhechores, algunas d’ellas, son libradas de penas, e a otras las trae Nuestra Señora con licencia de su precioso hijo para darles descanso en esta su fiesta. Y esta preciosa processión viene al monasterio con muy grandes cánticos e músicas celestiales e instrumentos de diversas maneras de melodía, y antes que entre en la iglesia y casa, da una buelta e bendize Nuestra Señora los campos e tierras e frutos en ella aparecidos media legua a la redonda del monasterio; y después entra dentro y va al dormitorio y bendize las religiosas con grande amor, y dize: “Esta casa es mía y no [fol. 35v] la tengo de olvidar. Mío es este lugar, yo no lo entiendo a olvidar, y pues no lo entiendo olvidar no quiero dejarle de visitar. Estad constantes en los trabajos e penas presentes e por venir, que ansí se ganan las coronas, las quales yo tengo en depósito, si os contentáis, siervas mías, con mi depósito; si no, daldas a quien os las guarde y guardaldas vosotras, por que deis buena quenta a Dios, mi hijo, el día del Juicio e merezcáis reynar con Él para siempre”. E manda algunas vezes a los santos ángeles guardadores de las mesmas religiosas les pongan guirnaldas en las cabeças de rosas blancas y coloradas, y d’estas cosas ellas no ven ni sienten ninguna cosa. Y desde el dormitorio va la santa processión al coro y allí está hasta que se dizen los maytines1, y ansimismo está Nuestra Señora con toda la compañía en la missa e sermón, e bendize los pueblos que vienen a celebrar su santo aparecimiento y ruega a su precioso hijo, estando en el sacro sacramento del altar, por las religiosas que habitan e moran en su casa e por todos sus devotos, e muy en especial por los que allí presentes están, les otorga los perdones [fol. 36r] de su santa Iglesia. Y dize Nuestra Señora: “Norabuena venga Dios trino y uno, verdadero hombre celestial, a estar en el santo sacramento del altar, y con Él la corte celestial. Bendiga Dios a la compañía humanal. Soy la bienaventurada Madre de Dios e vosotras, bienaventuradas”. Y quando se quiere yr la processión, despidiéndose del altar alça Nuestra Señora su preciosa mano e, santiguando los pueblos dándoles su santa bendición, luego desapareció y toda la compañía celestial, y a tornome mi santo ángel en mis sentidos corporales. Y quando estas cosas veo e oygo, que es este día de Nuestra Señora, dize e haze algo en la processión que viene su Magestad. Y quando no estoy elevada quando viene a visitar su iglesia e casa, plaçe a Dios lo vea estando en mis sentidos y que, a la despedida, me lleve consigo, aunque no lo merezco. Son tantos los perdones e gracias que Nuestra Señora tiene alcançados del poderoso Dios, hijo suyo, para esta santa iglesia donde ella se apareció, que si las gentes lo supiessen vendrían de muchas partes de rodillas por ganar tanto bien para sus ánimas; que como Nuestra Señora, con tan gran deseo y caridad que tiene que las ánimas se aprovechen, [fol. 36v] pidió una sublimada merced a su precioso hijo, y es que le otorgasse tantos perdones en esta su santa casa y iglesia como ebras de yervas e de cosas de flores e ojas estuvieren nacidas en la tierra, media legua a la redonda del lugar donde ella puso la cruz con sus preciosas manos. Y Nuestro Señor Jesuchristo, hijo suyo, se lo otorgó, y esto desde que se edificó esta santa iglesia y casa. Y más me dixo mi santo ángel: que están concedidas en esta iglesia, sin ninguna condición, los perdones de santa María de los Ángeles. Y ansí se entiende que, aunque no vengan confessados ni rezen cosa señalada, sino viniendo contritos a visitarla, y ansimesmo quien rezare nueve ‘Avemarías’ o otras qualesquiera oraciones (en tal que no sean menos de nueve y sean de Nuestra Señora, offrecidas a los nueve aparecimientos que se apareció a Inés), ganarán muchas gracias y les será otorgada la petición que justamente pidieren a Dios. Esto en qualquier día del año que lo rezaren, y muy más lo ganarán rezándolo los propios días, que es el primero día del mes de março hasta el noveno del mesmo mes, todos nueve arreo. Y quien hiziere dezir [fol. 37r] nueve missas a Nuestra Señora, en reverencia d’estos nueve aparecimientos, será socorrido en su tribulación y aprovechará mucho a los difuntos.
La manera en que se mostrava su Magestad cada un de los aparecimientos: fue primero de poquito bulto; el segundo como quando era nacida; el tercero como de tres , que la offrecieron al templo; el quarto como de la edad que fue desposada con el Joseph y el hijo de Dios en ella; el quinto de la edad que fue a visitar a santa Isabel; el sexto como quando al hijo de Dios (y en este quien rezare es bien tenga memoria de la fiesta de la santa O); el como quando le en el templo; el octavo como quando fue huyendo a Egipto (y en este quien rezare tenga memoria de la fiesta de las nieves); y el noveno como quando estava al pie de la Cruz. Y quien rezare tenga memoria de su muy gloriosa , porque otros santos aparecimientos hizo Nuestra con memoria de sus nueve fiestas..
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La manera en que se mostrava su Magestad cada un día de los aparecimientos: fue primero de poquito bulto; el segundo como quando era niña recién nacida; el tercero como de tres años, que la offrecieron al templo; el quarto como de la edad que fue desposada con el santíssimo Joseph y el hijo de Dios encarnó en ella; el quinto de la edad que fue a visitar a santa Isabel; el sexto como quando parió al hijo de Dios (y en este día quien rezare es bien tenga memoria de la fiesta de la santa O); el séptimo como quando le presentó en el templo; el octavo como quando fue huyendo a Egipto (y en este día quien rezare tenga memoria de la fiesta de las nieves); y el noveno como quando estava al pie de la Cruz. Y quien rezare tenga memoria de su muy gloriosa asumpción, porque otros santos aparecimientos hizo Nuestra Señora con memoria de sus nueve fiestas..
  
===[CELEBRACIONES DE LOS SANTOS Y ]===
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===[CELEBRACIONES DE LOS SANTOS Y ÁNGELES]===
[fol. 37v] El de san Gabriel es nueve antes de la santa , y que le rezasen estos nueve cada nueve , porque se enjoyar para la fiesta de Nuestra . Y es costumbre desde el tiempo de nuestra madre santa Juana, y dezirle unas y missa su .
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[fol. 37v] El día de señor san Gabriel es nueve días antes de la santa encarnación, y pidió que le rezasen estos nueve días cada día nueve ‘Maristellas’, porque se quería enjoyar para la fiesta de Nuestra Señora. Y ansí es costumbre rezárselas desde el tiempo de nuestra madre santa Juana, y dezirle unas vísperas y missa su día.
El juebes santo, desde que se encierra el sacramento hasta la de la , se rezan las vidas, que es cada una de treynta y tres versos de lo que quisieren, con la que dize: qui transis quia tu es mihi causa doloris et vivas moriar sed non desunam te amavi si de sieris . Y quince y en cada vida se gana doblado. Perdona el por ello las faltas de nuestras obligaciones.  
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El juebes santo, desde que se encierra el santíssimo sacramento hasta la mañana de la resureción, se rezan las vidas, que es cada una de treynta y tres versos de lo que quisieren, con la oración que dize: “Respice qui transis quia tu es mihi causa doloris et vivas moriar sed non desunam te amavi si de sieris ainpeccari”. Y quince ‘Paternostes’ y ‘Avemarías’ en cada vida se gana doblado. Perdona el Señor por ello las faltas de nuestras obligaciones.  
El viernes santo se ha de rezar en un crucifijo del Cielo treynta y tres y treynta y tres adoraciones de la santa Cruz, que es la que se sigue1: , Cruz bienaventurada, que de los delicados y venerables miembros de mi Jesucristo fuiste guarnecida, y de su preciosa sangre toda cubierta y toda [fol. 38r] . Nuestro treynta y tres de Purgatorio.  
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El viernes santo se ha de rezar en un crucifijo pequeño del Cielo treynta y tres ‘Animas Cristis’ y treynta y tres adoraciones de la santa Cruz, que es la que se sigue1: “Adórote, Cruz bienaventurada, que de los delicados y venerables miembros de mi Señor Jesucristo fuiste guarnecida, y de su preciosa sangre toda cubierta y toda [fol. 38r] teñida”. Concedió Nuestro Señor treynta y tres ánimas de Purgatorio.  
: en este proprio han de rezar quarenta en la quenta cristalina.
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Más: en este proprio día han de rezar quarenta ‘Credos’ en la quenta cristalina.
: en el crucifixo de bulto que en el coro alto, junto a la custodia, han de rezar dos . Este mismo el muchas indulgencias.
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Más: en el crucifixo de bulto que está en el coro alto, junto a la custodia, han de rezar dos ‘Credos’. Este mismo día concedió el Señor muchas indulgencias.
El santo, antes que amanezca, han de rezar ducientas a la fe que tuvo la Madre de Dios de que de resuscitar su hijo. Nuestro de darles fe a la hora de la muerte.
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El sábado santo, antes que amanezca, han de rezar ducientas ‘Avemarías’ a la fe que tuvo la Madre de Dios de que había de resuscitar su santíssimo hijo. Concedió Nuestro Señor de darles fe a la hora de la muerte.
: el domingo de la , antes que amanezca, an de rezar docientas , pidiendo albricias a Nuestra .  
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Más: el domingo de la resureción, antes que amanezca, an de rezar docientas ‘Reginas celi’, pidiendo albricias a Nuestra Señora.  
El en que cae la fiesta de san Laruel, de nuestra madre santa Juana, es a veynte y nueve de abril. manera: deseando las religiosas hazelle a este santo , suplicaron a nuestra madre santa Juana supiesse en que se le hiziesse fiesta; [fol. 38v] y respondiola: a tus hermanas que en veynte y nueve de , este me hazen fiesta en el . Y , desde entonces, es costumbre dezirle unas y missa solemne.
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El día en que cae la fiesta de san Laruel, ángel de nuestra madre santa Juana, es a veynte y nueve de abril. Súpose d’esta manera: deseando las religiosas hazelle algún serviçio a este santo ángel, suplicaron a nuestra madre santa Juana supiesse d’él en qué día quería que se le hiziesse fiesta; preguntóselo [fol. 38v] y respondiola: “Dile a tus hermanas que en veynte y nueve de ábril, este día me hazen fiesta en el Cielo”. Y ansí, desde entonces, es costumbre dezirle unas vísperas y missa solemne.
de la Cruz de mayo nuestra madre santa Juana de la Cruz y el y ; y en este es costumbre en esta santa casa, en acabando de comer, yr a dar gracias adonde su santo cuerpo, y dizen una corona de himnos y de las letras de su nombre. Y a la tarde cantan las coplas que dizen , me mi sentido?, las quales escritas al principio libro, y leen su , y antes le dezir de virgen delante del arco donde .   
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Día de la Cruz de mayo nació nuestra madre santa Juana de la Cruz y tomó el hábito y murió; y en este día es costumbre en esta santa casa, en acabando de comer, yr a dar gracias adonde está su santo cuerpo, y allí dizen una corona de himnos y antífonas de las letras de su nombre. Y a la tarde cantan las coplas que dizen “Esposo, ¿si avéis oýdo quién me robó mi sentido?, las quales están escritas al principio d’este libro, y leen allí su tránsito, y antes le solían dezir vísperas de virgen delante del arco donde está.   
Para el de Santiago el Mayor an de tener rezados mil y con requiem. el , por de nuestra madre santa Juana, de sacar una de Purgatorio para siempre aquel .
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Para el día de señor Santiago el Mayor an de tener rezados mil ‘Paternostes’ y ‘Avemarías’ con requiem. Otorgó el Señor, por intercessión de nuestra madre santa Juana, de sacar una ánima de Purgatorio para siempre aquel día.
Para la fiesta de Nuestra de las Nieves [fol. 39r] han de rezar cinquenta psalmos del psalterio, con requiem, y el .
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Para la fiesta de Nuestra Señora de las Nieves [fol. 39r] han de rezar cinquenta psalmos del psalterio, con requiem, y el ‘Canticum grado’.
Y para la santa ha de rezar cinquenta vezes el psalmo de mei Deis con y cinquenta y cinquenta , y an de rezar este el officio de las y, en una missa, han de rezar el evangelio de los , que dize: padre y madre y parientes y amigos por . Y para las que esto hizieren y rezaren, vio nuestra madre santa Juana en el Cielo un monasterio como esta santa casa y que un cofre en que el depositava estas oraciones, para enjoyar a las que fuesen .  
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Y para la santa transfiguración ha de rezar cinquenta vezes el psalmo de ‘Miserere mei Deis secundum’ con ‘Gloria Patri’ y cinquenta ‘Credos’ y cinquenta ‘Salves’, y an de rezar este día el officio de las vírgines y, en una missa, han de rezar el evangelio de los mártires, que dize: “Dejen padre y madre y parientes y amigos por Dios”. Y para las que esto hizieren y rezaren, vio nuestra madre santa Juana cómo en el Cielo havía un monasterio como esta santa casa y que allí havía un cofre en que el Señor depositava estas oraciones, para enjoyar a las que fuesen allá.  
El ayuno de la santa de Nuestra desde la santa hasta la de la misma fiesta de la santa ; han de rezar las que le ayunan quinientos y . Nuestra a las que esto hizieren de que de Purgatorio (y su Magestad misma por ellas) tantas como la [fol. 39v] misma Reyna del Cielo. Y viendo que por la de las gentes tiempo que no se ayunasse, dijo su Magestad lo mismo a quien rezase mill y quinientos y con requiem.
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El ayuno de la santa asumpción de Nuestra Señora comiença desde la santa visitación hasta la víspera de la misma fiesta de la santa asumpción; han de rezar las que le ayunan quinientos ‘Paternostes’ y ‘Avemarías’. Prometió Nuestra Señora a las que esto hizieren de que sacaría de Purgatorio (y yría su Magestad misma por ellas) tantas ánimas como días vivió la [fol. 39v] misma Reyna del Cielo. Y viendo que por la flaqueça de las gentes vendría tiempo que no se ayunasse, dijo su Magestad concedería lo mismo a quien rezase mill y quinientos ‘Paternostres’ y ‘Avemarías’ con requiem.
La de sanctissima , quantas vezes la rezaren en el tiempo que dura dezir una missa tantas de Purgatorio saca Nuestra este mismo de la ; y la es esta: sanctissima Maria, mater dei Regina Celi Porta paradisi Domina Mundi, pura singularis tu es virgo tu concepta es sine macula, tu peperisti Creatorem et Salvatorem mundi inquo no dubito, liberame ab omini malo, et ora pro peccato meo. .  
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La oración de ‘Ave sanctissima Maria’, quantas vezes la rezaren en el tiempo que dura dezir una missa tantas ánimas de Purgatorio saca Nuestra Señora este mismo día de la asumpción; y la oración es esta: “Ave sanctissima Maria, mater dei Regina Celi Porta paradisi Domina Mundi, pura singularis tu es virgo tu concepta es sine macula, tu peperisti Creatorem et Salvatorem mundi inquo no dubito, liberame ab omini malo, et ora pro peccato meo. Amen”.  
Las quentas que se ponen el de la sepoltura de la fiesta de la en las andas, adonde llevan a Nuestra , las llevan los al valle de Josafad, al sepulcro de Nuestra , y Nuestro muchas indulgencias. Todo esto la santa. Las vidas se desde este hasta las laudes de la de la fiesta, que sacan a Nuestra [fol. 40r] de las andas en el auto que se haze este mismo en la casa de la labor; el muchas gracias. Y en el que hazen el de la sancta , en el refitorio, el grandes gracias, y dijo el mismo , en un que hizo en el santo Conorte de la sancta , que gustaba se hiziesse, y dio la industria para ello. Y no tan solamente el gracias en el auto, sino a quien dixere que se haga y ayudare a poner el tablado.
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Las quentas que se ponen el día de la sepoltura de la fiesta de la asumpción en las andas, adonde llevan a Nuestra Señora, las llevan los ángeles al valle de Josafad, al sepulcro de Nuestra Señora, y concédeles Nuestro Señor muchas indulgencias. Todo esto veýa la santa. Las vidas se comiençan desde este día hasta las laudes de la víspera de la fiesta, que sacan a Nuestra Señora [fol. 40r] de las andas en el auto que se haze este mismo día en la casa de la labor; concedió el Señor muchas gracias. Y en el que hazen el día de la sancta asumpción, en el refitorio, concedió el Señor grandes gracias, y dijo el mismo Señor, en un sermón que hizo en el santo Conorte de la sancta asumpción, que gustaba se hiziesse, y dio la industria para ello. Y no tan solamente concedió el Señor gracias en el auto, sino también a quien dixere que se haga y ayudare a poner el tablado.
El desposorio de Nuestra con el Joseph es a seis de setiembre, y la Reyna del Cielo que holgassen aquel , que servicio en ello, y dijo a la santa Juana: a las monjas de mi parte, y que se ocupen si quieren en colgar .
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El desposorio de Nuestra Señora con el santíssimo Joseph es a seis días de setiembre, y pidió la Reyna del Cielo que holgassen aquel día, que recibiría servicio en ello, y dijo a la santa Juana: “Díselo a las monjas de mi parte, y que se ocupen si quieren en colgar ubas”.
nuestro padre san Francisco que, desde el de sus llagas hasta la fiesta suya de octubre, le rezassen cada los salmos penitenciales, y de bajar al Purgatorio a hazer mercedes y sacar de penas de Purgatorio las por quien se rezan.
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Pidió nuestro padre san Francisco que, desde el día de sus llagas hasta la fiesta suya de octubre, le rezassen cada día los salmos penitenciales, y prometió de bajar al Purgatorio a hazer mercedes y sacar de penas de Purgatorio las ánimas por quien se rezan.
  
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===[COFRADÍAS]===
[fol. 40v] las del Cielo que el .2
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[fol. 40v] Comiençan las cofradías del Cielo que el Señor otorgó1.2
En la sancta de la son obligadas, para ganar las gracias que Nuestro en esta santa casa, de yr con la y, del , guardar silencio hasta la . Y la fiesta han de yr con la que se haze aquella noche; con Nuestra puesta en la luna cantan las coplas que dizen , y otras que dizen linda sois, . Y el mismo de la fiesta la Madre de Dios le offreciessen tres roscas, cada una de a tres libras, y hanlas de poner delante de la imagen de Nuestra que el , y an de estar entre tanto que dizen la missa, y dijo Nuestra que les su . Y a la tarde van con esta santa imagen en al dormitorio, y , de rodillas, rezan la corona de las letras de su nombre. Y acabada la corona se han de confessar delante santa imagen los pecados que estubieren confesados, y por penitencia rezar nueve . Y quando buelve la al coro rezan nueve . Y esto se tiene por costumbre de hazer desde el tiempo de nuestra madre santa Juana, [fol. 41 r] porque, representando un coloquio las religiosas delante de Nuestra , la la Madre de Dios en esta santa imagen, se holgado de ver representar a una religiosa que la figura de su padre, san Joachin. Las roscas las reparte la sacristana a todo el convento. Quiso ser Nuestra la patrona santa y en ella Nuestro muchas gracias por nuestra madre santa Juana.
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En la sancta cofradía de la Concepción son obligadas, para ganar las gracias que Nuestro Señor otorgó en esta santa casa, de yr con la bendición y, después del ‘Conceptio’, guardar silencio hasta la mañana. Y la víspera d’esta fiesta han de yr con la processión que se haze aquella noche; con Nuestra Señora puesta en la luna cantan las coplas que dizen “Mírala cómo sale”, y otras que dizen “Qué linda sois, Virgen”. Y el mismo día de la fiesta pidió la Madre de Dios le offreciessen tres roscas, cada una de a tres libras, y hanlas de poner delante de la imagen de Nuestra Señora que consagró el Señor, y an de estar allí entre tanto que dizen la missa, y dijo Nuestra Señora que les echaría su bendición. Y a la tarde van con esta santa imagen en processión al dormitorio, y allí, de rodillas, rezan la corona de las letras de su nombre. Y acabada la corona se han de confessar delante d’esta santa imagen los pecados que estubieren confesados, y por penitencia rezar nueve ‘Salves’. Y quando buelve la processión al coro rezan allí nueve ‘Conceptios’. Y esto se tiene por costumbre de hazer desde el tiempo de nuestra madre santa Juana, [fol. 41 r] porque, representando un coloquio las religiosas delante de Nuestra Señora, la habló la Madre de Dios en esta santa imagen, diziéndole cómo se havía holgado de ver representar a una religiosa que hazía la figura de su padre, señor san Joachin. Las roscas las reparte la sacristana a todo el convento. Quiso ser Nuestra Señora la patrona d’esta santa cofradía y concedió en ella Nuestro Señor muchas gracias por nuestra madre santa Juana.
En la de la santa an de entrar en ella el mismo de la fiesta las cofradas . Pueden entrar en la nueve personas vivas y nueve difuntas; an de nombrar nueve santos por abogados. obligadas las cofradas a rezar el officio de Nuestra en el que cae, y quien no tubiere de rezarlo reze la corona del , y si no supiere leer diga la corona real. Y an de ayunar el en que cae la , y si no pudiere, ayunar con carne. Nuestra a nuestra madre santa Juana de ser su Magestad la patrona , y venirlas a visitar a la hora de la muerte con los nueve [fol. 41v] santos, sus abogados, y lo mismo quando estubieren en Purgatorio; y dijo su Magestad que entonces fiesta de nueve copas.  
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En la cofradía de la santa encarnaçión an de entrar en ella el mismo día de la fiesta las cofradas d’ella. Pueden entrar en la cofradía nueve personas vivas y nueve difuntas; an de nombrar nueve santos por abogados. Están obligadas las cofradas a rezar el officio de Nuestra Señora en el día que cae, y quien no tubiere disposición de rezarlo reze la corona del sábado, y si no supiere leer diga la corona real. Y an de ayunar el día en que cae la encarnaçión, y si no pudiere, ayunar con carne. Concedió Nuestra Señora a nuestra madre santa Juana de ser su Magestad la patrona d’ella, y venirlas a visitar a la hora de la muerte con los nueve [fol. 41v] santos, sus abogados, y lo mismo quando estubieren en Purgatorio; y dijo su Magestad que entonces sería fiesta de nueve copas.  
La del juebes santo obligadas, como es costumbre, de tinieblas, en al dormitorio, en las espaldas (y si no pueden llevar la disciplina, en el hombro). de nuestra madre santa Juana que aquella hora se otra en el Cielo, llevando delante un estandarte, y que los santos llevavan candelas coloradas y verdes por las monjas santa casa. Es Nuestra la patrona .  
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La cofradía del juebes santo están obligadas, como es costumbre, deçir después de tinieblas, en processión al dormitorio, açotándose en las espaldas (y si no pueden llevar la disciplina, en el hombro). Súpose de nuestra madre santa Juana que aquella hora se hazía otra processión en el Cielo, llevando delante un estandarte, y que los santos llevavan candelas coloradas y verdes por las monjas d’esta santa casa. Es Nuestra Señora la señora patrona d’ella.  
La que el en esta santa casa para quince religiosas. Las que quisieren entrar en esta obligadas de rezar la corona real un desde el que entran, y quando muere una cofrada an de tener diciplina por ella quince arreo, diziendo el . el [fol. 42r] en ella grandes indulgencias por de nuestra madre santa Juana, y sale el de Purgatorio a los quince .  
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La cofradía que el Señor concedió en esta santa casa para quince religiosas. Las que quisieren entrar en esta están obligadas de rezar la corona real un año desde el día que entran, y quando muere una cofrada an de tener diciplina por ella quince días arreo, diziendo el ‘Canticum grado’. Concedió el Señor [fol. 42r] en ella grandes indulgencias por intercessión de nuestra madre santa Juana, y sale el ánima de Purgatorio a los quince días.  
Esta nuestra madre santa Juana y se la el por orden de su santo san Laruel.
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Esta cofradía ordenó nuestra madre santa Juana y se la otorgó el Señor por orden de su santo ángel san Laruel.
En la que el para siete religiosas, de las que le cabe la suerte dichosa, a lo que son obligadas es a rezar el de la Cruz de mayo, la de setiembre y el viernes santo cinquenta y . Son tan grandes las gracias que se ganan e indulgencias que nuestro santo , que causa , y esto a de nuestra madre santa Juana de la Cruz.
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En la cofradía que concedió el Señor para siete religiosas, de las que le cabe la suerte dichosa, a lo que son obligadas es a rezar el día de la Cruz de mayo, la de setiembre y el viernes santo cinquenta ‘Paternostres’ y ‘Avemarías’. Son tan grandes las gracias que se ganan e indulgencias que nuestro santo concedió, que causa admiración oýrlas, y esto a petición de nuestra madre santa Juana de la Cruz.
Y el de la Trinidad y del sacramento, cada que rezan los cinquenta y sacan treynta y dos .
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Y el día de la santísima Trinidad y del santísimo sacramento, cada día d’estos que rezan los cinquenta ‘Paternostres’ y ‘Avemarías’ sacan treynta y dos ánimas.
Ay otra en el crucifijo del coro bajo, el de bulto, que se en la Cruz, y esta el a sola una religiosa, y muerta aquella la hereda otra, la que muere; [fol. 42v] y si no puede nombrarla la ha de nombrar la abbadesa, la que quisiere estar obligada a rezar cada quince y . Y rezando esto el quince de Purgatorio. Y este santo crucifijo es del tiempo de nuestra madre santa Juana, y la y ella quince de reguarda, y tiene muchas indulgencias.
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Ay otra cofradía en el crucifijo del coro bajo, el de bulto, que se estendió en la Cruz, y esta cofradía concedió el Señor a sola una religiosa, y muerta aquella la hereda otra, nombrándola la que muere; [fol. 42v] y si no puede nombrarla la ha de nombrar la abbadesa, pidiéndoselo la que quisiere estar obligada a rezar cada día quince ‘Paternostres’ y ‘Avemarías’. Y rezando esto concedió el Señor quince ánimas de Purgatorio. Y este santo crucifijo es del tiempo de nuestra madre santa Juana, y la habló y veýa ella cómo tenía quince ángeles de reguarda, y tiene muchas indulgencias.
En la imagen de la Cruz a cuestas, que encima de la primera reja del coro bajo, an de rezar siete y .
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En la imagen de la Cruz a cuestas, que está encima de la primera reja del coro bajo, an de rezar siete ‘Paternostres’ y ‘Avemarías’.
Una tabla que encima de la segunda reja del coro bajo, que pintado un santo crucifijo en ella y unos caballos, el santo crucifijo.  
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Una tabla que está encima de la segunda reja del coro bajo, que está pintado un santo crucifijo en ella y unos caballos, habló el santo crucifijo.  
Una imagen de Nuestra que en el coro bajo, sobre la ventanita de comulgar, que en una caxa , el indulgencia.
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Una imagen de Nuestra Señora que está en el coro bajo, sobre la ventanita de comulgar, que está en una caxa mirándola, concedió el Señor indulgencia.
En el crucifijo alto del coro alto, que tiene a Nuestra y a san Juan Evangelista, rezando cinco y sacan siete .
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En el crucifijo más alto del coro alto, que tiene a Nuestra Señora y a san Juan Evangelista, rezando cinco ‘Paternostres’ y ‘Avemarías’ sacan siete ánimas.
[fol. 43r] En la imagen de la coluna que en el mismo coro an de rezar cinco y .
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[fol. 43r] En la imagen de la coluna que está en el mismo coro an de rezar cinco ‘Paternostres’ y ‘Avemarías’.
Los tres de la pasqua del Santo ay jubileo.  
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Los tres días de la pasqua del Spíritu Santo ay jubileo.  
En la imagen de la venida del Santo an de rezar siete a los siete dones del Santo, y todas las figuras que en esta santa imagen pintadas hablaron, que son Nuestra y san Juan Evangelista y los .  
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En la imagen de la venida del Spíritu Santo an de rezar siete ‘Credos’ a los siete dones del Spíritu Santo, y todas las figuras que en esta santa imagen están pintadas hablaron, que son Nuestra Señora y san Juan Evangelista y los demás.  
: en un quadrito del dormido, que en el mismo retablo, desde el juebes hasta el domingo se ha de rezar cada tres y y tres ; y el domingo, en lugar de las , tres . el muchas gracias. Y por amor de Dios no lo dejen de ganar, que mucho en ello si no lo rezan.  
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Más: en un quadrito pequeño del Niño dormido, que está en el mismo retablo, desde el juebes hasta el domingo se ha de rezar cada día tres ‘Paternostres’ y ‘Avemarías’ y tres ‘Magnificas’; y el domingo, en lugar de las ‘Magnificas’, tres ‘Regina celos’. Concedió el Señor muchas gracias. Y por amor de Dios no lo dejen de ganar, que perderán mucho en ello si no lo rezan.  
En una imagen del Padre eterno, que en el mismo retablo, quantas vezes rezaren tres y tres y tres vezes trinitas unus Deus miserere y un el de la Trinidad, tantos jubileos ganan por vivos y difuntos, y ganan todos los domingos jubileo.
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En una imagen pequeña del Padre eterno, que está en el mismo retablo, quantas vezes rezaren tres ‘Paternostres’ y tres ‘Avemarías’ y tres vezes ‘Sancta trinitas unus Deus miserere nobis’ y un ‘Credo’ el día de la santísima Trinidad, tantos jubileos ganan por vivos y difuntos, y más ganan todos los domingos jubileo.
  
 
===[GRACIAS QUE OTORGA LA IMAGEN DE LA VIRGEN]===
 
===[GRACIAS QUE OTORGA LA IMAGEN DE LA VIRGEN]===
[fol. 43v] Las gracias que se ganan en la imagen grande de Nuestra , la que Nuestro Jesucristo, son las siguientes.
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[fol. 43v] Las gracias que se ganan en la imagen grande de Nuestra Señora, la que consagró Nuestro Señor Jesucristo, son las siguientes.
Primeramente, los de sus fiestas con sus octabas, y todos los del con cada hora de su officio o con cada suya o con , se gana indulgencia o de Purgatorio, y tantas quantas vezes lo rezaren tantas indulgencias ganan por vivos y difuntos. que delante misma imagen los pecados confessados, rezando en penitencia tres tuum y tres y una y la que dize:
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Primeramente, los días de sus fiestas con sus octabas, y todos los sábados del año con cada hora de su officio o con cada oración suya o con ‘Avemaría’, se gana indulgencia o ánima de Purgatorio, y tantas quantas vezes lo rezaren tantas indulgencias ganan por vivos y difuntos. Más que confessándose delante d’esta misma imagen los pecados confessados, rezando en penitencia tres ‘Sub tuum presidium’ y tres ‘Magnificas’ y una ‘Ave Maristella’ y la oración que dize:
 
Dios te salve, Virgen muy gloriosa,
 
Dios te salve, Virgen muy gloriosa,
estrella clara que la luz,
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estrella más clara que la luz,
 
Madre de Dios muy graciosa,
 
Madre de Dios muy graciosa,
dulce que el panal de miel,
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más dulce que el panal de miel,
colorada que la rosa,
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colorada más que la rosa,
blanca que el lirio,
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blanca más que el lirio,
 
toda virtud te hermosea,
 
toda virtud te hermosea,
 
todo santo te honrra,
 
todo santo te honrra,
 
Dios Padre todopoderoso te corona
 
Dios Padre todopoderoso te corona
en lo alto del Cielo. .   
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en lo más alto del Cielo. Amén.   
[fol. 44r] Y diziendo esta a la propia imagen con un y una ganan indulgencia plena; rezando cada siete y en esta santa imagen el el jubileo de la ; que tocando las quentas a las faldas santa imagen todas sus fiestas quedan con las mismas gracias que las que fueron al Cielo, y esto durava para siempre. Y esta santa imagen a nuestra madre santa Juana, y el que tiene en los , que tiene un poquito del pie quebrado, la .  
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[fol. 44r] Y diziendo esta oración a la propia imagen con un ‘Paternostrer’ y una ‘Ave María’ ganan indulgencia plena; más rezando cada sábado siete ‘Paternostes’ y ‘Avemarías’ en esta santa imagen otorgó el Señor el jubileo de la porciúncula; más que tocando las quentas a las faldas d’esta santa imagen todas sus fiestas quedan con las mismas gracias que las que fueron al Cielo, y esto durava para siempre. Y esta santa imagen habló a nuestra madre santa Juana, y el Niño Jesús que tiene en los braços, que tiene un poquito del pie quebrado, también la habló.  
Y esta gracia de las quentas para siempre la Madre de Dios para esta santa imagen, por de nuestra madre santa Juana.
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Y esta gracia de las quentas para siempre alcançó la Madre de Dios para esta santa imagen, por intercesión de nuestra madre santa Juana.
  
===[QUE ESTA IMAGEN DE LA VIRGEN HIZO A JUANA]===
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===[REVELACIÓN QUE ESTA IMAGEN DE LA VIRGEN HIZO A JUANA]===
de una que vio nuestra madre santa Juana tocante a esta imagen de Nuestra , la que el , y fue manera.
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Capítulo de una revelación que vio nuestra madre santa Juana tocante a esta imagen de Nuestra Señora, la que consagró el Señor, y fue d’esta manera.
Tiniendo el monasterio de santa de la Cruz una imagen de Nuestra , la qual era de bulto muy antigua, y las monjas, sabiendo que la bendecido [fol. 44v] un obispo, mucha (porque algunas la visto hazer milagros) y en los del santo aparecimiento y por ser tan antigua, el gesto por un entallador, de la garganta arriba, y otro gesto. Y al monasterio fueron las monjas a la ver e saludar, e a algunas les mejor el gesto y a otras que no, y mucho, de manera que vinieron en alguna diferencia de palabras. E esta bienaventurada mandolas llamar y : maravillada estoy, hermanas , de la que del renovamiento de la santa imagen. Dado caso que aya , por la falta de la de la pintura, no ser tan aplaciente a vuestros ojos, pero aunque sean feas las , es cargo de conciencia no tenerlas en mucha reverencia y estima, en especial si las tales son de Dios y de Nuestra , que estas tales, feas o hermosas, son dignas de muy grande acatamiento. Y , , que un [fol. 45r] altar en esta nuestra celda y traed la santa imagen, aunque yo sea indigna , que si pudiesse ya ido al coro de rodillas a adorar y saludar a su alta . Y la imagen a la celda de la santa virgen y puesta en el altar, rogolas que la dexassen dos . Y estando ella aquella noche en , vido a Nuestra en muy , y encima de la imagen suya y : me contento imagen y la escojo y acepto para mi morada y aposento, e como en trono resplandezca en ella. Mi se porque los pecadores conmigo refrigerio y , e yo les de mi hijo perpetuo gozo en la Gloria . Y esta bienaventurada, que lo , suplicaba a Nuestra entrase dentro en la imagen su y, pues era tan hermosa, desde escuchasse las oraciones que le , en especial las suyas, por que ella viese no en hechas delante de su preciosa imagen, como algunas tienen las gentes no donde la llaman; a los quales pensamientos y suplicaciones [fol. 45v] Nuestra e dijo: estar nuevamente puesto este madero en esta santa imagen , no quiere Dios, ni a place, entrar dentro en ella hasta que se consagre o bendiga, en manera que se haga digna y perteneciente de por virtud de la justa, que debidamente pueden tener las e iglesias e altares aparejados e limpios al culto . E la noche siguiente vido la bienaventurada, a hora de los maytines, una muy gloriosa, y es que vido venir a Nuestro Dios en un trono muy rico con vestiduras pontificales, cercado e de muchedumbre de e santos e santas, y estaban junto a la imagen de Nuestra , a la qual con palabras muy devotas e reverenciales, e cantares e dulces sones que los con diversos instrumentos, de las quales palabras e canciones no pudo colegir esta bienaventurada sino pocas palabras. Y el que vido esta era octavo de la de la Iglesia, e las ceremonias que Nuestro hizo [fol. 46r] en la santa imagen fueron muchas. Estaba vestido como obispo y la imagen, que estaba vestida es costumbre las , a desora toda desnuda e en alto, con el poder de Dios. Esto era antes que el la bendixesse, el qual hizo llamamiento a los santos para que viessen lo que en aquella imagen, y ansimesmo a los demonios, para que hubiessen miedo y viessen la virtud que Dios en su santa Iglesia e imagen y altares, e por se lo mirar e reberenciar. Y quedaba a la santa Madre Iglesia que venciesse al demonio e le desechasse con , e recibiesse a Dios Jesucristo y a su santa Madre con reverencia e honor. E para esto e en altas vozes el mesmo , desde su alto trono, qui sum et ecce nova facio , que quiere dezir: soy el que soy, que todas las cosas hago nuevas. En lo alto del Cielo moro, soy Rey eterno que rijo los e devotos, que mi adversario los perturba, empero [fol. 46v] yo soy el que los sosiego; los derrama, yo los allego; los discipa, yo los recreo; los destruye, yo los edifico; los ensucia, yo los limpio; los enturbia y rebuelve y haze oler mal, yo los purifico e hago oler . Si de lo malo <malo> hazen bueno, e de lo no limpio hazen limpio, e de lo imperfecto hazen perfecto e loable e agradable,e sus preciosos ojos a la imagen de Nuestra e te desprecia, Madre ?, y muchas cruces hechas joyeles. Estando ella desnuda la cercaba toda, especialmente la , frente y gesto, y los pechos y espaldas e ombros e e manos, todo el cuerpo hasta los pies, que significaban los cimientos de la santa Madre Yglesia. E de muchas bendiciones que el , dijo cantando la que dize: hortus redundans gratia mundum replens superni e dibus florens hortus mox [fol. 47 r] ab infantia admirandis fulsi virtusibus e anadian eandes flos multiplicant virgule decorent conceptus glorificat Maria pudorem .  
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Tiniendo el monasterio de santa María de la Cruz una imagen de Nuestra Señora, la qual era de bulto muy antigua, y las monjas, sabiendo que la avía bendecido [fol. 44v] un obispo, tiniéndola mucha devoción (porque algunas veçes la avían visto hazer milagros) y sacándola en processión los días del santo aparecimiento y por ser tan antigua, renováronle el gesto por un entallador, cortándola de la garganta arriba, y pusiéronle otro gesto. Y trayéndola al monasterio fueron las monjas a la ver e saludar, e a algunas les pareció mejor el gesto y a otras que no, y desconsoláronse mucho, de manera que vinieron en alguna diferencia de palabras. E sabiéndolo esta bienaventurada mandolas llamar y díxolas: “Muy maravillada estoy, hermanas mías, de la desconsolación que tenéis del renovamiento de la santa imagen. Dado caso que aya razón, por la falta de la imperfeción de la pintura, no ser tan aplaciente a vuestros ojos, pero aunque sean feas las imágenes, es cargo de conciencia no tenerlas en mucha reverencia y estima, en especial si las tales imágenes son de Dios y de Nuestra Señora, que estas tales, feas o hermosas, son dignas de muy grande acatamiento. Y ruégoos, señoras, que hagáis aquí un [fol. 45r] altar en esta nuestra celda y traed aquí la santa imagen, aunque yo sea indigna d’ella, que si pudiesse ya abría ido al coro de rodillas a adorar y saludar a su alta Magestad”. Y traýda la imagen a la celda de la santa virgen y puesta en el altar, rogolas que la dexassen allí dos días. Y estando ella aquella noche en contemplación, vido a Nuestra Señora en visión muy hermosíssima, y poníasele encima de la imagen suya y deçía: “Yo me contento d’esta imagen y la escojo y acepto para mi morada y aposento, e como en trono mío resplandezca en ella. Mi spíritu se goça porque los pecadores conmigo abrán refrigerio y consolación, e yo les ganaré de mi hijo perpetuo gozo en la Gloria perdurable”. Y esta bienaventurada, que lo veýa, suplicaba a Nuestra Señora entrase dentro en la imagen su espíritu y, pues era tan hermosa, desde allí escuchasse las oraciones que le hazían, en especial las suyas, por que ella viese no caýa en vacío hechas delante de su preciosa imagen, como algunas veçes tienen las gentes crédito no está allí donde la llaman; a los quales pensamientos y suplicaciones [fol. 45v] respondió Nuestra Señora e dijo: “Por estar nuevamente puesto este madero en esta santa imagen mía, no quiere Dios, ni a place, entrar dentro en ella hasta que se consagre o bendiga, en manera que se haga digna y perteneciente de por virtud de la consagración justa, que debidamente pueden tener las imágenes e iglesias e altares aparejados e limpios al culto divino”. E la noche siguiente vido la bienaventurada, a hora de los maytines, una visión muy gloriosa, y es que vido venir a Nuestro Señor Dios en un trono muy rico con vestiduras pontificales, cercado e acompañado de muchedumbre de ángeles e santos e santas, y estaban junto a la imagen de Nuestra Señora, a la qual bendecía con palabras muy devotas e reverenciales, e cantares e dulces sones que hazían los ángeles con diversos instrumentos, de las quales palabras e canciones no pudo colegir esta bienaventurada sino pocas palabras. Y el día que vido esta revelación era octavo de la dedicación de la Iglesia, e las ceremonias que Nuestro Señor hizo [fol. 46r] en la consagración d’esta santa imagen fueron muchas. Estaba vestido como obispo y la imagen, que estaba vestida sigún es costumbre adereçar las imágenes, a desora pareció toda desnuda e alçada en alto, tiniéndose con el poder de Dios. Esto era antes que el Señor la bendixesse, el qual hizo llamamiento a los santos ángeles para que viessen lo que hazía en aquella imagen, y ansimesmo a los demonios, para que hubiessen miedo y viessen la virtud que Dios ponía en su santa Iglesia e imagen y altares, e por fuerça se lo hazían mirar e reberenciar. Y quedaba poderío a la santa Madre Iglesia que venciesse al demonio e le desechasse con baldón, e recibiesse a Dios Jesucristo y a su santa Madre con reverencia e honor. E para esto bendecía e dezía en altas vozes el mesmo Señor, desde su alto trono, “Sum qui sum et ecce nova facio omnia”, que quiere dezir: “Yo soy el que soy, que todas las cosas hago nuevas. En lo alto del Cielo moro, soy Rey eterno que rijo los coraçones católicos e devotos, que mi adversario los perturba, empero [fol. 46v] yo soy el que los sosiego; él los derrama, yo los allego; él los discipa, yo los recreo; él los destruye, yo los edifico; él los ensucia, yo los limpio; él los enturbia y rebuelve y haze oler mal, yo los purifico e hago oler suavíssimo. Si de lo malo <malo> hazen bueno, e de lo no limpio hazen limpio, e de lo imperfecto hazen perfecto e loable e agradable,e bolvía sus preciosos ojos a la imagen de Nuestra Señora e dezíale “¿quién te desprecia, Madre mía?, y poníale muchas cruces hechas joyeles. Estando ella ansí desnuda la cercaba toda, especialmente la cabeça, frente y gesto, y los pechos y espaldas e ombros e braços e manos, todo el cuerpo hasta los pies, que significaban los cimientos de la santa Madre Yglesia. E después de muchas bendiciones que el Señor dezía, dijo cantando la antífona que dize: “Foris hortus redundans gratia mundum replens superni e dibus florens hortus mox [fol. 47 r] ab infantia admirandis fulsi virtusibus e anadian eandes flos multiplicant virgule decorent conceptus glorificat Maria pudorem Amen”.  
Tras estas santificaciones e que se , a desora la imagen de Nuestra vestida de las mesmas vestiduras de antes y puesta en el altar como primero estaba, e los demonios mesando e e dando gritos e ahullidos, e la de Nuestro roziando la casa con agua bendita, e la bienaventurada muy consolada. Y passados dos que la santa imagen estaba en su celda, la abbadesa y las monjas, diziendo a la santa virgen que iban por la imagen; e la abbadesa, pues estaban todas, les dijesse alguna cosa de las que Dios le mostrava, diziendo: que ay que es que Nuestro Dios tiene en tanto las , que se sirve que las aya en su santa Madre Iglesia y que sean honradas y veneradas por nosotros pecadores, pues el mismo Dios de los Cielos vino a la [fol. 47v] e a son cosa por donde se virtud e , quando se tiene en el . E bien se parece, yo vi en una que Nuestro fue servido de mostrar, ama e honrra la santa Madre Iglesia y a sus santas por amor , e dijo la suso dicha. mi santo que el : son las maravillas de Dios: que si en un madero halla Dios voscosidad y no quiere que su santa Madre le tenga por su imagen, hasta le haver limpiado e puesto en dignidad de suya (como la tiene la santa Madre Iglesia), que tales las , que llenas de pecados ensuciadas e asquerosas. dignas aquellas tales que venga Dios en ellas, ni su santa Madre, con gracia e piadosa charidad, si primero no son alimpiadas las tales por especial gracia del Santo? Las cosas que son despreciadas e bajas Dios las e tiene en ellas thesoros muy grandes, aunque escondidos a los ojos de las personas [fol. 48 r] de la tierra. Bendito sea Dios en sus dones, e los santos en sus obras, e las en sus altares, e los altares en sus iglesias con sus sacramentos, e los sacramentos en la Cruz y de Nuestro Jesucrito, y en el santo baptismo y de los .. E acabado esto, dijo la bienaventurada madre nuestra: se pueden llevar la santa , la qual llevaron la abbadesa y monjas con mucha reverencia e , e con candelas encendidas cantando el deum al coro; e la pusieron en el altar acostumbrado, y de adelante se consolaron las monjas con esta santa imagen. Y dijo el a la santa Juana, al tiempo de consagrar la imagen: a las monjas que traigan cuentas y se las pongan a mi . Y se hizo y estas son las quentas que llamamos de la . esta santa imagen la boca abierta y el con su mano se la , y en la barbilla y labio alto; y los ojos, que muy en alto, le puso el sus dedos y se los , como aora los tiene. Y esto todo lo la santa Juana y lo dijo.
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Tras estas santificaciones e cançiones que se deçían, pareció a desora la imagen de Nuestra Señora vestida de las mesmas vestiduras de antes y puesta en el altar como primero estaba, e los demonios quedáronse mesando e arañando e dando gritos e ahullidos, e la visión de Nuestro Señor desapareció roziando la casa con agua bendita, e la bienaventurada quedó muy consolada. Y passados dos días que la santa imagen estaba en su celda, ayuntáronse allí la abbadesa y las monjas, diziendo a la santa virgen que iban por la imagen; e importunándola la abbadesa, pues estaban allí todas, les dijesse alguna cosa de las que Dios le mostrava, respondió diziendo: “Lo que ay que deçir es que Nuestro Señor Dios tiene en tanto las imágenes, que se sirve que las aya en su santa Madre Iglesia y que sean honradas y veneradas por nosotros pecadores, pues el mismo Dios de los Cielos vino a la bendeçir [fol. 47v] e a enseñarnos cómo son cosa por donde se alcança virtud e devoción, quando se tiene en el coraçón. E bien se parece, según yo vi en una revelación que Nuestro Señor fue servido de mostrar, quánto Él ama e honrra la santa Madre Iglesia y a sus santas imágenes por amor d’ella”, e dijo la revelación suso dicha. “Y díjome mi santo ángel después que desapareció el Señor: “Mira qué son las maravillas de Dios: que si en un madero halla Dios voscosidad y no quiere que su santa Madre le tenga por su imagen, hasta le haver limpiado e puesto en él dignidad de bendición suya (como la tiene la santa Madre Iglesia), que tales estarán las ánimas, que llenas de pecados están ensuciadas e asquerosas. ¿Cómo serán dignas aquellas tales que venga Dios en ellas, ni su santa Madre, con gracia e piadosa charidad, si primero no son alimpiadas las tales ánimas por especial gracia del Spíritu Santo? Las cosas que son despreciadas e bajas Dios las ensalça e tiene en ellas thesoros muy grandes, aunque escondidos a los ojos de las personas [fol. 48 r] de la tierra. Bendito sea Dios en sus dones, e los santos en sus obras, e las imágenes en sus altares, e los altares en sus iglesias con sus sacramentos, e los sacramentos en la Cruz y Passión de Nuestro Señor Jesucrito, y en el santo baptismo y remissión de los pecados”.. E acabado esto, dijo la bienaventurada madre nuestra: “Bien se pueden llevar la santa imagen”, la qual llevaron la abbadesa y monjas con mucha reverencia e devoción, e con candelas encendidas cantando el ‘Te deum laudamus’ al coro; e la pusieron en el altar acostumbrado, y de aquí adelante se consolaron las monjas con esta santa imagen. Y dijo el Señor a la santa Juana, al tiempo de consagrar la imagen: “Diles a las monjas que traigan cuentas y se las pongan a mi Madre”. Y ansí se hizo y estas son las quentas que llamamos de la ‘Consagración’. Tenía esta santa imagen la boca abierta y el Señor con su mano se la cerró, y dejó señal en la barbilla y labio alto; y los ojos, que tenía muy en alto, le puso el Señor sus dedos y se los abajó, como aora los tiene. Y esto todo lo veýa la santa Juana y lo dijo.
  
===[RELACIONES DE SUCESOS EXTRAORDINARIOS CON LAS ]===
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===[MÁS RELACIONES DE SUCESOS EXTRAORDINARIOS CON LAS IMÁGENES]===
[fol. 48v] En una imagen de san , que vestido entre colorado y blanco, con una y un el de los pecados y gracia para manifestarlos; y con una sacan una de Purgatorio.  
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[fol. 48v] En una imagen de señor san Gerónimo, que está vestido entre colorado y blanco, con una ‘Ave María’ y un ‘Paternoster’ concedió el Señor perdón de los pecados y gracia para manifestarlos; y con una ‘Ave María’ sacan una ánima de Purgatorio.  
La imagen de Nuestra de yesso que tiene el , que sobre el retablo de san Juan Evangelista, a nuestra madre santa Juana.  
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La imagen de Nuestra Señora de yesso que tiene el reboço, que está sobre el retablo de señor san Juan Evangelista, habló a nuestra madre santa Juana.  
La imagen que en el coro alto, sobre la puerta dentro del coro, del decendimiento de la Cruz, a la misma santa.
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La imagen que está en el coro alto, sobre la puerta dentro del coro, del decendimiento de la Cruz, abló a la misma santa.
Las fazes de Dios y de su santa Madre la hablaron, las que en el coro alto encima de la de Nuestra la Grande.
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Las fazes de Dios y de su santa Madre la hablaron, las que están en el coro alto encima de la cabeça de Nuestra Señora la Grande.
La imagen de nuestro padre san Francisco, la que en el retablo del coro alto, que vestido con un descolorido, a la santa.  
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La imagen de nuestro padre san Francisco, la que está en el retablo del coro alto, que está vestido con un hábito descolorido, habló a la santa.  
Una imagen de san Juan Baptista, la de la caxa que tiene puertas, , y el corderito que tiene. Vio Nuestra estaba en nuestra madre santa Juana.  
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Una imagen de señor san Juan Baptista, la de la caxa que tiene puertas, habló, y el corderito que tiene. Vio cómo Nuestra Señora estaba en él nuestra madre santa Juana.  
[fol. 49 r] Una imagen de los reyes, que en el mismo retablo, a la santa.
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[fol. 49 r] Una imagen de los reyes, que está en el mismo retablo, habló a la santa.
El de santa Ana, en una imagen suya rezando quince y (los cinco al y los cinco a Nuestra y los cinco a santa Ana), el jubileo. Esta santa imagen en una tabla en el coro alto.   
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El día de señora santa Ana, en una imagen suya rezando quince ‘Paternostres’ y ‘Avemarías’ (los cinco al Niño Jesús y los cinco a Nuestra Señora y los cinco a señora santa Ana), concedió el Señor jubileo. Esta santa imagen está en una tabla en el coro alto.   
El de Santiago el Maior, en una imagen suya con cinco y , el jubileo, y lo mismo se gana todos los domingos del . Esta santa imagen en una tabla en el coro alto.
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El día de señor Santiago el Maior, en una imagen suya con cinco ‘Paternostres’ y ‘Avemarías’, concedió el Señor jubileo, y lo mismo se gana todos los domingos del año. Esta santa imagen está en una tabla en el coro alto.
Una imagen de la santa , que tiene el una capa, a la santa.
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Una imagen pequeña de la santa encarnación, que tiene el ángel una capa, habló a la santa.
Un santo crucifijo que pintado en una tabla, que tiene la llaga hecha fuentes, a la santa.  
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Un santo crucifijo que está pintado en una tabla, que tiene la llaga hecha fuentes, habló a la santa.  
Dixo san Gabriel a nuestra madre santa Juana que ser nuestro , y en una imagen de la santa , donde pintado, y dijo que le pusiessen su imagen camino del coro, para quando pasasen las religiosas le hiziessen reverencia [fol. 49v] y dijessen: , , y que las en la propia imagen. Y siempre camino del coro, y su hazen un altar y le llamamos .
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Dixo señor san Gabriel a nuestra madre santa Juana que quería ser nuestro agüelo, y en una imagen de la santa encarnación, donde está pintado, habló y dijo que le pusiessen su imagen camino del coro, para quando pasasen las religiosas le hiziessen reverencia [fol. 49v] y dijessen: “Agüelo mío, valedme”, y que él las oyría en la propia imagen. Y ansí está siempre camino del coro, y su día hazen allí un altar y le llamamos agüelo.
Una imagen del de bulto, que en un altar de la , .
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Una imagen del güerto de bulto, que está en un altar de la enfermería, habló.
Otra imagen de la santa de bulto, que en la propria en el altar, la Madre de Dios y el .
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Otra imagen de la santa encarnación de bulto, que está en la propria enfermería en el altar, habló la Madre de Dios y el ángel.
En una imagen del santo crucifijo, que en el dormitorio, con cinco y sacan cinco , digo siete.
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En una imagen del santo crucifijo, que está en el dormitorio, con cinco ‘Paternostres’ y ‘Avemarías’ sacan cinco ánimas, digo siete.
Y en otra del Padre eterno, que en el mismo dormito[rio], rezando tres y ganan jubileo, y .  
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Y en otra del Padre eterno, que está en el mismo dormito[rio], rezando tres ‘Padrenuestros’ y ‘Avemarías’ ganan jubileo, y habló.  
La imagen de Nuestra de la , que en una caxa en el mismo dormitorio, y dijo que cada vez que pasassen delante le dixesen: es sancta Dei .
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La imagen de Nuestra Señora de la asumpción, que está en una caxa en el mismo dormitorio, habló y dijo que cada vez que pasassen delante d’ella le dixesen: “Exaltata es sancta Dei genitrix”.
Y este dormitorio hizo el Gran , y en [fol. 50r] el a nuestra madre santa Juana las coplas de almas esposas amadas, y le bendixo.
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Y este dormitorio hizo el Gran Capitán, y habló en él [fol. 50r] el Señor a nuestra madre santa Juana las coplas de almas esposas amadas, y le bendixo.
Una imagen de Nuestra antigua, que dando de mamar al , .
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Una imagen de Nuestra Señora antigua, que está dando de mamar al Niño, habló.
En la capilla de la huerta, todas las vezes que entraron en ella de y de noche, rezando un o la que dize Virgo , ganan muchas gracias, y esto se gana un passo desviado .  
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En la capilla de la huerta, todas las vezes que entraron en ella de día y de noche, rezando un ‘De profundis’ o la oración que dize ‘Ave Virgo gloriosa’, ganan muchas gracias, y esto se gana también un passo desviado d’ella.  
Ay jubileo en esta capilla el del glorioso san Pedro y el de la natividad del san Juan Baptista, y este ay de los peccados. Y el del glorioso san Juan Evangelista, y el de la tina y el de la , an de rezar el salmo del mei andando alrededor de la capilla, y en an de rezar cinco y en cruz.  
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Ay jubileo en esta capilla el día del glorioso san Pedro y el día de la natividad del señor san Juan Baptista, y este día ay remissión de los peccados. Y el día del glorioso san Juan Evangelista, y el día de la tina y el día de la degollación, an de rezar el salmo del ‘Miserere mei Deus’ andando alrededor de la capilla, y en acabándole an de rezar cinco ‘Padresnuestros’ y ‘Avemarías’ en cruz.  
En esta capilla ay siete jubileos cada , que son las tres fiestas de san Pedro y las quatro fiestas de los san Juanes.  
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En esta capilla ay siete jubileos cada año, que son las tres fiestas de san Pedro y las quatro fiestas de los señores san Juanes.  
[fol. 50v] En el crucifijo de acofar, que es el que consigo nuestra madre santa Juana, con siete y y un se ganan siete estaciones por vivos y difuntos del sacramento.
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[fol. 50v] En el crucifijo de acofar, que es el que traýa consigo nuestra madre santa Juana, con siete ‘Padresnuestros’ y ‘Avemarías’ y un ‘Credo’ se ganan siete estaciones por vivos y difuntos del santíssimo sacramento.
Con este santo crucifijo nuestra madre santa Juana una .  
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Con este santo crucifijo resuscitó nuestra madre santa Juana una niña.  
La de la santa Cruz es cinco y cinco y cinco vezes el verso que dice signum dulces , con cinco estaciones. Y dijo el santo san Laruel que son las gracias que se ganan con cada una , y que no se dexasen de dar una a mismas y las otras las repartiessen, por que todos de tanto bien, y dijo a nuestra madre santa Juana que eran para librar de peligros espirituales y corporales.  
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La estación de la santa Cruz es cinco ‘Padresnuestros’ y cinco ‘Avemarías’ y cinco vezes el verso que dice ‘Dulce signum dulces clavos’, con cinco estaciones. Y dijo el santo ángel san Laruel que son grandíssimas las gracias que se ganan con cada una d’ellas, y que ansí no se dexasen de dar una a mismas y las otras las repartiessen, por que todos goçasen de tanto bien, y dijo a nuestra madre santa Juana que eran para librar de peligros espirituales y corporales.  
: otra an de rezar cinco y y cinco vezes el verso de ; son muy grandes las gracias que se ganan.
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Más: otra estación an de rezar cinco ‘Padresnuestros’ y ‘Avemarías’ y cinco vezes el verso de çibanitillos; son muy grandes las gracias que se ganan.
Dixo el a nuestra madre santa Juana que quien adorare la santa Cruz con la que se sigue [fol. 51r] no se sin que le una gracia en su alma; la qual es esta: , Cruz bienaventurada, que de los delicados y venerables miembros de mi Jesucristo fuiste guarnecida, y de su preciosa sangre toda cubierta y toda . Hase de rezar considerando que el en ella.
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Dixo el Señor a nuestra madre santa Juana que quien adorare la santa Cruz con la adoración que se sigue [fol. 51r] no se apartará d’ella sin que le una gracia en su alma; la qual es esta: “Adórote, Cruz bienaventurada, que de los delicados y venerables miembros de mi Señor Jesucristo fuiste guarnecida, y de su preciosa sangre toda cubierta y toda teñida”. Hase de rezar considerando que el Señor murió en ella.
Una imagen de san Juan Evangelista que en una tabla del , que vestido de blanco y el manto colorado, . en la capilla de la .  
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Una imagen de señor san Juan Evangelista que está en una tabla del güerto, que está vestido de blanco y el manto colorado, habló. Está en la capilla de la güerta.  
En una imagen de Nuestra , de plata, , que llevan a las religiosas quando mueren, Nuestra por de nuestra madre santa Juana de venir en la misma imagen a favorecer a las que mueren. Y esta santa imagen es la que se en la mar a un hombre que de un peligro, y vino aca y le hizo una capilla.  
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En una imagen de Nuestra Señora, de plata, pequeña, que llevan a las religiosas quando mueren, prometió Nuestra Señora por intercesión de nuestra madre santa Juana de venir en la misma imagen a favorecer a las que mueren. Y esta santa imagen es la que se apareció en la mar a un hombre que libró de un peligro, y vino él aca y le hizo una capilla.  
Viniendo este hombre a hazer la capilla que Nuestra le , quiso ver la imagen que le aparecido, [fol. 51v] y muchas y a todas : es , hasta que le sacaron la que dicho y dijo: es la que yo vi en el mar y me .  
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Viniendo este hombre a hazer la capilla que Nuestra Señora le mandó, quiso ver la imagen que le avía aparecido, [fol. 51v] y truxéronle muchas y a todas dezía: “No es esta”, hasta que le sacaron la que está dicho y dijo: “Esta es la Señora que yo vi en el mar y me imbió acá”.  
El de la Natividad del y de Nuestra , y de san Juan Baptista y su , an de rezar quatro y ; anse de offrecer los tres al Cordero y el uno a san Juan. el , por de nuestra madre santa Juana, jubileo todas las vezes que lo rezaren por vivos y difuntos. Esto se gana en un quadrito donde pintada la del san Juan Baptista.
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El día de la sanctíssima Natividad del Señor y de Nuestra Señora, y de san Juan Baptista y su degollación, an de rezar quatro ‘Padresnuestros’ y ‘Avemarías’; anse de offrecer los tres al Cordero y el uno a señor san Juan. Concedió el Señor, por intercessión de nuestra madre santa Juana, jubileo todas las vezes que lo rezaren por vivos y difuntos. Esto se gana en un quadrito donde está pintada la cabeça del señor san Juan Baptista.
Ablando el Santo por la boca de nuestra madre santa Juana, dijo que qualquiera persona que se deseaba salvar y de sus pecados ha de ser como paloma que no tiene hiel, conviene a saber que no tenga , ni odio, ni mala querencia, aunque le hagan mal, sino haga como la paloma, que, aunque le hazen mal, no se sabe tornar a quien se le haze, sino gime entre e pasa su pena e va a hazer [fol. 52r] su llanto cerca de las aguas, porque si vinieren los o otras aves sus contrarias a quererlas empecer, se asconden debajo de las aguas e se guarecen. Lo mismo deve hazer la persona que hazer el llanto de sus pecados cerca de las aguas de la e llagas de Cristo, porque si le vinieren tribulaciones o persecuciones de los o del demonio (el qual como quiere las y llevarlas al Infierno), entonces es muy buen remedio el pensar en la del e ponerse con el deseo en las aguas e guaridas, que son las llagas. , dijo su divina Magestad, la paloma otra propiedad: que todo su canto es gemido e casi como triste llanto. E lo mesmo debe hazer qualquiera persona, pues ha offendido a Dios, que ninguna es tan justa que no tenga pecados, e toda su vida de justa ha de ser llanto; que bien puede decir la misma persona que ha ofendido a Dios, si la mandaren o cantar o alegrarse llanamente: se mi [fol. 52v] y no puedo cantar, que el que yo a mi yo mesmo me el de la de mi alma, y no si tengo enojado o a mi Dios; e hasta que vaya a la tierra de la Gloria, que lo sepa e lo vea, no me quiero alegrar ni tomar que sea fuera de Dios, sino vivir en llanto pidiendo al de mis .
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Ablando el Espíritu Santo por la boca de nuestra madre santa Juana, dijo que qualquiera persona que se deseaba salvar y alcançar de sus pecados perdón ha de ser como paloma que no tiene hiel, conviene a saber que no tenga maliçia, ni odio, ni mala querencia, aunque le hagan mal, sino haga como la paloma, que, aunque le hazen mal, no se sabe tornar a quien se le haze, sino gime entre e pasa su pena e va a hazer [fol. 52r] su llanto cerca de las aguas, porque si vinieren los caçadores o otras aves sus contrarias a quererlas empecer, se asconden debajo de las aguas e allí se guarecen. Lo mismo deve hazer la persona que yrá hazer el llanto de sus pecados cerca de las aguas de la Passión e llagas de Cristo, porque si le vinieren tribulaciones o persecuciones de los próximos o del demonio (el qual como caçador quiere caçar las ánimas y llevarlas al Infierno), entonces es muy buen remedio el ánima pensar en la Passión del Señor e ponerse con el deseo en las aguas e guaridas, que son las llagas. “Ansimismo”, dijo su divina Magestad, “tiene la paloma otra propiedad: que todo su canto es gemido e casi como triste llanto. E lo mesmo debe hazer qualquiera persona, pues ha offendido a Dios, que ninguna es tan justa que no tenga pecados, e toda su vida de justa razón ha de ser llanto; que bien puede decir la misma persona que ha ofendido a Dios, si la mandaren reír o cantar o alegrarse llanamente: “Ya se quebró mi órgano [fol. 52v] y no puedo cantar, que el día que yo ofendí a mi Señor yo mesmo me quebré el órgano de la alegría de mi alma, y no si tengo enojado o aplaçido a mi Señor Dios; e hasta que vaya a la tierra de la Gloria, que lo sepa e lo vea, no me quiero alegrar ni tomar plaçer que sea fuera de Dios, sino vivir en llanto pidiendo al Señor perdón de mis pecados”.
Una persona suplicava la reprehendiesse el santo por de nuestra madre santa Juana, y fue y dijo: a esa persona que se enmiende e guarde de offender a Dios, que la hago saber que demanda por hurto en el de Dios. Qualquier tiempo e palabras mal dispendidas e abladas se pagan con las setenas como hurto, e se han de restituir como fama qualquier mal exemplo o o que para que otra peque, por eso que se avise en hechos e .  
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Una persona suplicava la reprehendiesse el santo ángel por intercessión de nuestra madre santa Juana, y ansí fue y dijo: “Dile a esa persona que se enmiende e guarde de offender a Dios, que la hago saber que demanda por hurto en el Juiçio de Dios. Qualquier tiempo e palabras mal dispendidas e abladas se pagan con las setenas como hurto, e se han de restituir como fama qualquier mal exemplo o enseñamiento o ocasión que para que otra peque, por eso que se avise en hechos e palabras”.  
Estaba una persona religiosa enferma de una muy grande enfermedad e fatigada de muchos [fol. 53r] dolores, e dijeron a nuestra madre santa Juana la suplicaba dixesse a su santo le imbiasse alguna palabra de , y la que qualquiera persona enferma que en la cama, pues no puede rezar ni offrecer otro sacrificio a Dios sino sus dolores, ponga en su memoria a Dios Nuestro , crucificado e llagado, por Cielo de su cama, por paramentos y colgaduras, todas las insignias de la e tormentos que el hijo de Dios por redemir e salvar sus criaturas. E piense qualquiera persona enferma siempre en Este e ofrezca sus dolores a los de Cristo, e recibillos ha el mismo Dios e serle an meritorios sus dolores y enfermedades, y aun hasta las medicinas y cosas necessarias para su enfermedad, todo en reverencia de la del e de la hiel y vinagre que le dieron a beber. Y en la e desmayos e sed que padeciere le contado en merecimiento, si lo offreciere en [fol. 53v] reverencia de la sed, hambre, ayunos, cansancios, flaquezas e desmayos que el hijo de Dios; e lo mesmo le contado el , calentura e sudores, offreciendo cada cosa a su misterio. Y cada criatura sus penas e dolores, fueron mayores las que su Dios, e todas por sanar llagas y enfermedades de los pecados. Y aun la tal que estas cosas pensare bien que diga: Jesuchristo, los dolores en tal que no me aparte de la caridad de vuestro . Y a Nuestra pueden dezir, si la enfermedad les diere lugar: , Virgen singular, entre todas piadosa, haz a mi alma ser suelta de sus culpas y en el cuerpo ser mansa e .  
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Estaba una persona religiosa enferma de una muy grande enfermedad e fatigada de muchos [fol. 53r] dolores, e dijeron a nuestra madre santa Juana la suplicaba dixesse a su santo ángel le imbiasse alguna palabra de consolación, y él la respondió que qualquiera persona enferma que está en la cama, pues no puede rezar ni offrecer otro sacrificio a Dios sino sus dolores, ponga en su memoria a Dios Nuestro Señor, crucificado e llagado, por Cielo de su cama, por paramentos y colgaduras, todas las insignias de la Passión e tormentos que el hijo de Dios padeció por redemir e salvar sus criaturas. E piense qualquiera persona enferma siempre en Este e ofrezca sus dolores a los de Cristo, e recibillos ha el mismo Dios e serle an meritorios sus dolores y enfermedades, y aun hasta las medicinas y cosas necessarias para su enfermedad, offreciéndolo todo en reverencia de la Passión del Señor e de la hiel y vinagre que le dieron a beber. Y en la flaqueça e desmayos e sed que padeciere le será contado en merecimiento, si lo offreciere en [fol. 53v] reverencia de la sed, hambre, ayunos, cansancios, flaquezas e desmayos que padeció el hijo de Dios; e lo mesmo le será contado el frío, calentura e sudores, offreciendo cada cosa d’estas a su misterio. Y ansí tendrá cada criatura sus penas e dolores, acordándose quánto fueron mayores las que padeció su Dios, e todas por sanar llagas y enfermedades de los pecados. Y aun la tal ánima que estas cosas pensare será bien que diga: “Señor mío Jesuchristo, duélanme los dolores en tal que no me aparte de la caridad de vuestro amor”. Y a Nuestra Señora pueden dezir, si la enfermedad les diere lugar: “O, Virgen singular, entre todas piadosa, haz a mi alma ser suelta de sus culpas y en el cuerpo ser mansa e casta”.  
  
===[REVELACIONES DE LOS Y SANTOS A JUANA DE LA CRUZ]===
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===[REVELACIONES DE LOS ÁNGELES Y SANTOS A JUANA DE LA CRUZ]===
ciento y noventa y dos de una que esta bienaventurada Juana de la Cruz vido, en que se mostrava la gran misericordia de Dios y de su Madre la Virgen [fol. 54r] , la qual es esta acerca de los nudos benditos.
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Capítulo ciento y noventa y dos de una revelación que esta bienaventurada Juana de la Cruz vido, en que se mostrava la gran misericordia de Dios y de su sanctíssima Madre la Virgen [fol. 54r] María, la qual es esta acerca de los nudos benditos.
Estando elevada esta bienaventurada Juana de la Cruz, Nuestro Dios trayendo consigo a su Madre la Virgen , Nuestra , y al glorioso padre nuestro san Francisco, delante de los quales la dicha sierva de Dios estaba postrada, la qual palabras que passaban entre los tres, en que Nuestra la Virgen a su hijo precioso: , a aquella casa , donde esta sierva que delante de vos, que lo oie, mora, en la qual faltan los alimentos temporales y edificios para la y perseverancia de la dicha . Y Nuestro : vos, Madre ?. La le : , me deis una impresa en la qual los perdones que otorgados por vuestros vicarios de la romana Iglesia, a la dicha casa como a la orden de este bienaventurado que con nosotros viene, y todas [fol. 54v] las indulgencias que de adelante se para la dicha casa, que los que fueren devotos lo ganen . Dijo el : me de buena voluntad, con la mesma que sean devotos de la dicha casa, y he placer que se otorguen y se ganen otros quales que perdones e indulgencias para qualesquier personas que bien hizieren a la dicha casa o monjas que en ella vivieren, para aora y para siempre . Nuestra : impresa, hijo , me dais que sea dada en a los que an de ganar las dichas gracias e indulgencias?. El dijo: vuestra imagen de las que suelen apropriaros, por que se junten y gozen con la y codicia de ganar las dichas . Y la : , hartas andan por la cristiandad, mas si os plubiesse que fuesse la de vuestra santa Cruz, por lo mucho que vale como porque la casa tiene tal . [fol. 55r] Nuestro : ay muchas cruzes por el mundo, las quales se dan por de las indulgencias y bullas . Nuestra : , hijo , que sea?. Nuestro a san Francisco y dijo: la de este mi siervo, el qual dicho por la humildad y es grande en los merecimientos, que a y a otros salvar; y siguiome en la penitencia tomando el por la Cruz en que yo muerte y , y la cuerda nudosa, que significa los crueles con que yo fui herido y . Y por esto es mi voluntad que estas dos sean la impresa: la una la dicha cuerda, la qual tenga nudos, y la otra unos nudos por hechos, a manera de manojo de . Y porque las dichas religiosas por quien, madre, me son de su orden mi siervo, es bien que ellas tengan esta impresa en su casa y que las puedan presentar en pago de la limosna que reciban. Los quales nudos y figura [fol. 55v] de cuerda llamados , y que en la virtud se las personas que con fe los truxeron consigo, en espacio de un cumplido si cerca, y si lexos por cinco ; y cumplidos estos , que los renueven tomando en otros, hechos en la mesma casa por mano de las religiosas . Y en estas pareciole a la bienaventurada santa Juana de la Cruz que Nuestra se conformava con la voluntad de Dios Nuestro , y nuestro padre san Francisco dava gracias al . Y esta .
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Estando elevada esta bienaventurada Juana de la Cruz, aparecíale Nuestro Señor Dios trayendo consigo a su santíssima Madre la Virgen María, Nuestra Señora, y al glorioso padre nuestro san Francisco, delante de los quales la dicha sierva de Dios estaba postrada, la qual oýa palabras que passaban entre los tres, en que Nuestra Señora la Virgen María dezía a su hijo precioso: “Hijo mío, encomiéndoos a aquella casa mía, donde esta sierva que está aquí delante de vos, que lo oie, mora, en la qual faltan los alimentos temporales y edificios para la conservación y perseverancia de la dicha casa”. Y díjole Nuestro Señor: “Pues ¿qué queréis vos, Madre mía?. La Señora le respondió: “Hijo mío, ruégoos me deis una impresa en la qual confirméis los perdones que están otorgados por vuestros vicarios apostólicos de la romana Iglesia, assí a la dicha casa como a la orden de este bienaventurado que con nosotros viene, y todas [fol. 54v] las más indulgencias que de aquí adelante se alcançaren para la dicha casa, que los que fueren devotos d’ella lo ganen copiosamente”. Dijo el Señor: “A mí me plaçe de buena voluntad, con la mesma condición que sean devotos de la dicha casa, y he placer que se otorguen y se ganen otros quales que perdones e indulgencias para qualesquier personas que algún bien hizieren a la dicha casa o monjas que en ella vivieren, para aora y para siempre jamás”. Díjole Nuestra Señora: “Pues ¿qué impresa, hijo mío, me dais que sea dada en señal a los que an de ganar las dichas gracias e indulgencias?. El Señor dijo: “Una vuestra imagen de las que suelen apropriaros, por que se junten y gozen con la devoción y codicia de ganar las dichas indulgencias”. Y respondió la Señora: “Hijo mío, hartas imágenes mías andan por la cristiandad, mas si os plubiesse que fuesse la señal de vuestra santa Cruz, ansí por lo mucho que más vale como porque la casa tiene tal apellido”. [fol. 55r] Respondió Nuestro Señor: “También ay muchas cruzes mías por el mundo, las quales se dan por señal de las indulgencias y bullas apostólicas”. Díjole Nuestra Señora: “Pues ¿qué ordenáis, hijo mío, que sea?. Nuestro Señor miró a san Francisco y dijo: “Sea la señal de este mi siervo, el qual l’es dicho ‘menor’ por la humildad y es grande en los merecimientos, que a y a otros codició salvar; y siguiome en la penitencia tomando el hábito por la Cruz en que yo padecí muerte y Pasión, y la cuerda nudosa, que significa los crueles açotes con que yo fui herido y açotado. Y por esto es mi voluntad que estas dos señales sean la impresa: la una la dicha cuerda, la qual tenga nudos, y la otra unos nudos por hechos, a manera de manojo de açotes. Y porque las dichas religiosas por quien, madre, me rogáis son de su orden d’este mi siervo, es bien que ellas tengan esta impresa en su casa y que las puedan presentar en pago de la limosna que reciban. Los quales nudos y figura [fol. 55v] de cuerda serán llamados ‘nudos bendecidos’, y que en la virtud d’ellos se bendecirán las personas que con fe los truxeron consigo, en espacio de un año cumplido si están cerca, y si están lexos por cinco años; y cumplidos estos años, que los renueven tomando en otros, hechos en la mesma casa por mano de las religiosas d’ella”. Y en estas pláticas pareciole a la bienaventurada santa Juana de la Cruz que Nuestra Señora se conformava con la voluntad de Dios Nuestro Señor, y nuestro padre san Francisco dava gracias al Señor. Y ansí desapareció esta visión.
La qual dicha sierva de Dios callar y no se curaba de lo dezir, y fuere mandado por ciertas vezes que escribiesse la dicha por el santo , y las palabras que en ella , y que mandase hazer las dichas figuras. Y diole la forma y manera como se de hazer y de , y que mucho a los que consigo las truxessen y que an de ser de lana, o lino, y si fuessen de seda [fol. 56r] o oro o plata, en tal que no sea en cantidad, porque es por y no por vanidad. Y la dicha sierva de Dios, que esto , dijo que ella se en manos de sus prelados y de Dios, primeramente, y de las personas doctas que deven conocer las cosas espirituales, porque ella no se digna de saber examinar la tal . el santo que no dudase en aquella , que sin duda era hecha por voluntad de Dios, y que los dichos nudos mucha virtud y no solamente bendecidos ellos, en los quales se la gracia y perdones, mas aun bendecidos los materiales: si fuesse lana, por la vestidura del que truxo en la tierra, y si fuesse lino, por la en que fue embuelto el precioso cuerpo de Nuestro Jesuchristo quando fue descendido de la Cruz y puesto en el santo Sepulcro (porque todo esto aprovecha por la penitencia de los pecados y ), y si [fol. 56v]fueren de seda, por de la su puridad y luzimiento y olor. Las personas que los truxeren con y reverencia firmeza y por de la de Nuestro Jesucristo, que fue la su carne en muy sangre, y su muy lindo y delicado cuerpo fue hecho todo matizado de colores, conviene a saber: blanco por de la humanidad, azul por los , verde por los cardenales y heridas tan crueles que le daban, negro por los muchos tormentos, colorado por las llagas; de manera que el cuerpo precioso de Nuestro Jesucristo estaba en el tiempo de su todo matizado de colores. Y si fuere oro, las luzidas por de la divinidad y excelencia de Nuestro Dios todopoderoso, que es figurado por el oro, que es preciado y generoso, <o> y significa las cosas celestiales y el adonde no ay ninguna fealdad ni defecto, mas toda gloria y . [fol. 57r] Y dijo el santo : que estas eran cosas muy excelentes, aunque encubiertas. Y no quiso dezir por entonces el santo , sino que si fuessen tenidas en reverencia y acatamiento y provechosas para la de las y provecho de los cuerpos, porque cierto el puso en los dichos nudos mucha virtud, porque como del Cielo su virtud para consagrar el santo sacramento en las manos y y entendimiento del sacerdote, por pecador que sea, en su manera su sobre los dichos nudos hechos por qualquiera religiosa de la dicha casa, por pecadora que sea, como desuso es ya dicho. Y qualquier que truxere sobre las dichas o las tubieren en su casa con , tanto como si se cada todo un (esto por la figura de los tenidos en ) y, por la figura de la cuerda, gana tanto como si ayunasse todos los advientos y quaresmas y como si truxesse el de san Francisco todo un por penitencia [fol. 57v] de sus pecados. Y esto todo allende de las gracias suso dichas de la orden y santa casa. Y dijo el santo : que los hombres de la tierra y personas entendidas entendiessen en tassar la limosna por cada una de las , para los que quisiesen ser cofrades y tomar la dicha hermandad, pagando todo un la limosna impuesta o todo junto los que lo tomaren por cinco . Y dijo el santo : que si la dicha no procurassen, que a su culpa fuesse, pues que la voluntad de Dios tan largamente aparejada, para la de las almas como para el provecho de la dicha casa, en la qual era su santa voluntad de Nuestra la Virgen , que se aumentado el culto divino antes que menguado. Y dijo el santo : que permaneciendo la dicha casa, siempre en ella Nuestro algunos aprovechados para su santo servicio y de su santa Madre.
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La qual dicha sierva de Dios quería callar y no se curaba de lo dezir, y fuere mandado por ciertas vezes que escribiesse la dicha revelación por el santo ángel, y las palabras que en ella avía oýdo, y que mandase hazer las dichas figuras. Y diole la forma y manera como se havían de hazer y de qué, y díjole que aprovecharían mucho a los que consigo las truxessen y que an de ser de lana, algodón o lino, y si fuessen de seda [fol. 56r] o oro o plata, en tal que no sea en cantidad, porque es por devoción y no por vanidad. Y la dicha sierva de Dios, que esto escrivió, dijo que ella se ponía en manos de sus prelados y de Dios, primeramente, y de las personas doctas que deven conocer las cosas espirituales, porque ella no se sentía digna de saber examinar la tal revelación. Después d’esto díjole el santo ángel que no dudase en aquella revelación, que sin duda era hecha por voluntad de Dios, y que los dichos nudos ternían mucha virtud y no solamente serán bendecidos ellos, en los quales se dará la gracia y perdones, mas aun serán bendecidos los materiales: si fuesse lana, por la vestidura del Señor que truxo en la tierra, y si fuesse lino, por la sábana en que fue embuelto el precioso cuerpo de Nuestro Señor Jesuchristo quando fue descendido de la Cruz y puesto en el santo Sepulcro (porque todo esto aprovecha por la penitencia de los pecados y perdón d’ellos), y si [fol. 56v]fueren de seda, por razón de la su puridad y luzimiento y olor. Las personas que los truxeren con devoción y reverencia alcançarán firmeza y perfeción por razón de la sacratíssima Passión de Nuestro Señor Jesucristo, que fue teñida la su sacratíssima carne en muy finíssima sangre, y su muy lindo y delicado cuerpo fue hecho todo matizado de colores, conviene a saber: blanco por razón de la humanidad, azul por los açotes, verde por los cardenales y heridas tan crueles que le daban, negro por los muchos tormentos, colorado por las llagas; de manera que el cuerpo precioso de Nuestro Señor Jesucristo estaba en el tiempo de su Passión todo matizado de colores. Y si fuere oro, serán las ánimas luzidas por razón de la divinidad y excelencia de Nuestro Señor Dios todopoderoso, que es figurado por el oro, que es preciado y generoso, <o> y significa las cosas celestiales y el Paraíso adonde no ay ninguna fealdad ni defecto, mas toda gloria y bienaventurança. [fol. 57r] Y dijo más el santo ángel: que estas eran cosas muy excelentes, aunque encubiertas. Y no quiso dezir más por entonces el santo ángel, sino que si fuessen tenidas en reverencia y acatamiento y devoción serán provechosas para la salvación de las ánimas y provecho de los cuerpos, porque cierto el Señor puso en los dichos nudos mucha virtud, porque ansí como imbía del Cielo su virtud para consagrar el santo sacramento en las manos y ánima y entendimiento del sacerdote, por pecador que sea, ansí en su manera imbiará su bendición sobre los dichos nudos hechos por qualquiera religiosa de la dicha casa, por pecadora que sea, como desuso es ya dicho. Y qualquier que truxere sobre las dichas señales o las tubieren en su casa con devoción, ganará tanto como si se açotasse cada día todo un año (esto por la figura de los açotes tenidos en deboción) y, por la figura de la cuerda, gana tanto como si ayunasse todos los advientos y quaresmas y como si truxesse el hábito de san Francisco todo un año por penitencia [fol. 57v] de sus pecados. Y esto todo allende de las gracias suso dichas de la orden y d’esta santa casa. Y dijo más el santo ángel: que acá los hombres de la tierra y personas entendidas entendiessen en tassar la limosna por cada una de las señales, para los que ansí quisiesen ser cofrades y tomar la dicha hermandad, pagando todo un año la limosna impuesta o todo junto los que lo tomaren por cinco años. Y dijo más el santo ángel: que si la dicha cofradía no procurassen, que a su culpa fuesse, pues que la voluntad de Dios está tan largamente aparejada, ansí para la salvación de las almas como para el provecho de la dicha casa, en la qual era su santa voluntad de Nuestra Señora la Virgen María, que se á aumentado el culto divino antes que menguado. Y dijo más el santo ángel: que permaneciendo la dicha casa, siempre pondrá en ella Nuestro Señor algunos espíritus aprovechados para su santo servicio y de su santa Madre.
Otra vez ablando a la dicha sierva de Dios Juana de la Cruz, el santo la dijo la [fol. 58r] manera del bendezir los cordones con sus nudos, y dijo que en la dicha casa, como ya dicho arriba, se haga la de los nudos de la manera siguiente: de hechas las insignias, hanlas de poner en una caxa o en cosa limpia sobre un altar, mientras se dize la missa encima, la qual dicha en la tierra, dijo el santo que Nuestro les la en el Cielo, que se lo Nuestro a su bendita Madre y a nuestro padre san Francisco en presencia de los santos . Y dijo el santo : que los dichos nudos para muchas cosas allende de las gracias de la , que para mujeres de parto como para morir bien los que en pasamiento, y para otras algunas enfermedades espirituales y corporales en las personas que tubieren fe con los dichos nudos, hechos por manos de las religiosas de la casa.  
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Otra vez ablando a la dicha sierva de Dios Juana de la Cruz, el santo ángel la dijo la [fol. 58r] manera del bendezir los cordones con sus nudos, y dijo que en la dicha casa, como ya está dicho arriba, se haga la bendición de los nudos de la manera siguiente: después de hechas las insignias, hanlas de poner en una caxa o en cosa limpia sobre un altar, mientras se dize la missa encima, la qual dicha en la tierra, dijo el santo ángel que Nuestro Señor les daría la bendición en el Cielo, que ansí se lo prometió Nuestro Señor a su bendita Madre y a nuestro padre san Francisco en presencia de los santos ángeles. Y dijo más el santo ángel: que los dichos nudos aprovecharían para muchas cosas allende de las gracias de la ánima, que aprovecharán para mujeres de parto como para morir bien los que están en pasamiento, y también aprovecharán para otras algunas enfermedades espirituales y corporales en las personas que tubieren fe con los dichos nudos, hechos por manos de las religiosas de la casa.  
[fol. 58v] Y dijo el santo a la santa Juana de la Cruz otra vez : pienses que estas cosas son sin misterio divinal, porque te hago saber que, que se la era del de mill y quinientos, el , por ruegos de Nuestra la Virgen y de muchos santos, de alargar tiempo el curso del mundo; lo uno por que se acabassen de inchir las sillas del Cielo y lo otro por esperar las gentes a penitencia y . Y quando esto a la Virgen , como dicho es, : muy amada, yo quiero mucho a mis cristianos, que son hijos de mi sangre, y por eso este pueblo christiano, que es amado de y de mi Padre, son herederos de mi reyno; mas no les han de faltar tribulaciones aun a los perfectos y buenos, y a los que fueren malos, y aun tribulaciones los buenos que no los malos en tiempos y en vezes, mas yo ruego contino a mi Padre por ellos, [fol. 59r] mis cinco llagas en medio de mis pies y manos y costado. Y el Padre me dijo: muy amado, que me dejases levantar en mi fortaleza y dejame a la tierra, que clama y anda que no puede sufrir tan largos tiempos servir a los hombres y a sus generaciones, porque ya sienten cansancio los cielos y estrellas, sol y luna de andar, y aguas y vientos y tierra de dar sus frutos, y las de los y yervas y semillas no tienen para producir, si de nuevo yo no se las doy. Pues justicia se lo tengo de dar, siendo las gentes tan malas en el mundo? Porque no solamente no sirven bien a la nuestra Magestad, mas aun de despreciar y amenguar nuestro persiguiendo la Iglesia, la qual era de aumentar ya los nuestros siervos y siervas , y mal, sus mantenimientos, los quales les de dar por que no defalleciessen en nuestro ni fuesen [fol. 59v] las y religiones santas disipadas. Que por cierto si esto no se guarda, que me , dijo el Padre, la gente y la y a los vientos y planetas, agua y tierra y sequedad y truenos y tempestades que los persigan y hieran de llagas y tormentos y temores y temblores, hambres y guerras y pestilencias. porque no guardan mi ley y mi fe y mandamientos. Y cada una de las personas por solo sus pecados, aunque las dichas tempestades y tormentos vengan en general..Y la dicha el santo escrita en un libro, y a esta bienaventurada Juana de la Cruz que la escribiesse o hiziesse escrivir.   
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[fol. 58v] Y más dijo el santo ángel a la santa Juana de la Cruz otra vez hablándola: “No pienses que estas cosas son sin misterio divinal, porque te hago saber que, después que se acabó la era del año de mill y quinientos, acá el Señor, por ruegos de Nuestra Señora la Virgen María y de muchos santos, determinó de alargar algún tiempo más el curso del mundo; lo uno por que se acabassen de inchir las sillas del Cielo y lo otro por esperar las gentes a penitencia y conversión. Y quando esto otorgó a la Virgen María, como dicho es, díjole: “Madre mía muy amada, yo quiero mucho a mis cristianos, que son hijos de mi sangre, y por eso este pueblo christiano, que es amado de y de mi Padre, son herederos de mi reyno; mas no les han de faltar tribulaciones aun a los perfectos y buenos, quánto y más a los que fueren malos, y aun más tribulaciones passarán los buenos que no los malos en tiempos y en vezes, mas yo ruego contino a mi Padre por ellos, [fol. 59r] mostrándole mis cinco llagas en medio de mis pies y manos y costado. Y el Padre me dijo: “Hijo mío muy amado, querría que me dejases levantar en mi fortaleza y dejame oír a la tierra, que clama y anda quexándose que no puede sufrir tan largos tiempos servir a los hombres y a sus generaciones, porque ya sienten cansancio los cielos y estrellas, sol y luna de andar, y aguas y vientos y tierra de dar sus frutos, y las raýces de los árboles y yervas y semillas no tienen fuerças para producir, si de nuevo yo no se las doy. Pues ¿con qué justicia se lo tengo de dar, siendo las gentes tan malas en el mundo? Porque no solamente no sirven bien a la nuestra Magestad, mas aun trabájanse de despreciar y amenguar nuestro serviçio persiguiendo la Iglesia, la qual era razón de aumentar ya los nuestros siervos y siervas cathólicas, mormurándolos y tratándolos mal, tomándoles sus mantenimientos, los quales les avían de dar por que no defalleciessen en nuestro serviçio ni fuesen [fol. 59v] las órdenes y religiones santas disipadas. Que por cierto si esto no se guarda, que me levantaré”, dijo el Padre, “y disiparé la gente y la destruiré y mandaré a los vientos y planetas, agua y tierra y sequedad y truenos y tempestades que los persigan y hieran de llagas y tormentos y temores y temblores, hambres y guerras y pestilencias. Serán açotados porque no guardan mi ley y mi fe y mandamientos. Y cada una de las personas pagarán por solo sus pecados, aunque las dichas tempestades y tormentos vengan en general..Y la dicha revelación traýa el santo ángel escrita en un libro, y mandó a esta bienaventurada Juana de la Cruz que la escribiesse o hiziesse escrivir.   
Otra vez le hizo otra habla el santo , diziendo: te dixe que, que anda el mundo fuera de era, vienen tiempos muy rezios, y lo es aora en este tiempo que se dan estos nudos por el provecho espiritual de las almas y peligros de [fol. 60r] los cuerpos, y virtud para las animalias. Y por esso es bien que algunas se hagan en lana o lino o o estopa, para las bestias, por que las lleven las personas, pues Dios no hizo en la tierra criatura noble como es el racional, que ha entendimiento de . Y por eso toda persona es criatura noble, y muy noble si es cristiana y devota y en virtudes . Y el habla del santo por esta vez, mismo las figuras y insignias ya dichas. diziendo: de todo esto da el de la Paz, que es dicho santo Padre, Christo nuestro Redemptor, a quien tubiere fe y en lo ya . Y todo esto suso escrito fue dicho y demostrado a la bienaventurada santa Juana de la Cruz en el de mill y quinientos y veynte.  
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Otra vez le hizo otra habla el santo ángel, diziendo: “Ya te dixe que, después que anda el mundo fuera de era, vienen tiempos muy rezios, y ansí lo es aora en este tiempo que se dan estos nudos bendeçidos por el provecho espiritual de las almas y peligros de [fol. 60r] los cuerpos, y también tendrán virtud para las animalias. Y por esso es bien que algunas se hagan en lana o lino o algodón o estopa, para las bestias, por que las demás lleven las personas, pues Dios no hizo en la tierra criatura más noble como es el ánima racional, que ha entendimiento de ángel. Y por eso toda persona es criatura noble, y muy más noble si es cristiana y devota y en virtudes acabada”. Y assí feneció el habla del santo ángel por esta vez, bendiçiendo él mismo las figuras y insignias ya dichas. Añadió diziendo: “La confirmación de todo esto da el Príncipe de la Paz, que es dicho santo Padre, Christo nuestro Redemptor, a quien tubiere fe y devoción en lo ya dicho”. Y todo esto suso escrito fue dicho y demostrado a la bienaventurada santa Juana de la Cruz en el año de mill y quinientos y veynte.  
Nuestra madre santa Juana muy grandes coloquios con san Gabriel, y hablando de la santa le dijo que, en tocando la campana del Ave , en aquel instante visita todas las [fol. 60v] misterio que ay en todo el mundo, y que Dios otorgaba a ella y a todas sus hijas, presentes y por venir, todas las estaciones que ay desde esta casa de la Cruz hasta el postrer lugar donde el linage de cada una, de suerte que si la monja fuesse del cabo del mundo todas estas estaciones gana por ellas. Y : que no sean perezosas en ofrecerlas, que con esta se las da el , y que las offrezcan por y por sus vivos y difuntos, y que por la de las memorias las ofrezcan de tiempos a .  
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Nuestra madre santa Juana tenía muy grandes coloquios con señor san Gabriel, y hablando de la santa encarnación le dijo que, en tocando la campana del Ave María, en aquel instante visita él todas las [fol. 60v] imágenes d’este misterio que ay en todo el mundo, y que Dios otorgaba a ella y a todas sus hijas, presentes y por venir, todas las estaciones que ay desde esta casa de la Cruz hasta el postrer lugar donde comiença el linage de cada una, de suerte que si la monja fuesse del cabo del mundo todas estas estaciones gana él por ellas. Y díjole: “Diles que no sean perezosas en ofrecerlas, que con esta condición se las da el Señor, y que las offrezcan por y por sus próximos vivos y difuntos, y que por la flaqueça de las memorias las ofrezcan de tiempos a tiempos”.  
Una imagen de Nuestra de bulto, que en una caxa encima de la de partes de fuera, con nuestra madre santa Juana.
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Una imagen de Nuestra Señora de bulto, que está en una caxa encima de la portería de partes de fuera, habló con nuestra madre santa Juana.
Dijo Nuestra a nuestra madre santa Juana: , di a tus hermanas que se traten con , que es parte de paz, y que lo que no piensan que es pecado, es pecado, que en el otro mundo se demanda hasta la torcida gorda del .
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Dijo Nuestra Señora a nuestra madre santa Juana: “Hija, di a tus hermanas que se traten con criança, que es parte de paz, y que lo que no piensan que es pecado, es pecado, que en el otro mundo se demanda hasta la torcida gorda del candil”.
le dixo Nuestra que estaban obligadas a rezar el officio divino las enfermas, en pudiendo [fol. 61r] la de la almohada.
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También le dixo Nuestra Señora que estaban obligadas a rezar el officio divino las enfermas, en pudiendo [fol. 61r] alçar la cabeça de la almohada.
a nuestra madre santa Juana su santo que se contaba en el Cielo por ayuno de pan y agua no comer cosa de sangre, como es pescado y , que todo lo lo era.  
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Díxole a nuestra madre santa Juana su santo ángel que se contaba en el Cielo por ayuno de pan y agua no comer cosa de sangre, como es pescado y güebos, que todo lo demás lo era.  
Hablando con nuestra madre santa Juana san Vicente y Anastasio, le dixeron: a tus hermanas que se acuerden de nosotros y que en nuestra fiesta nos pongan luz, que aunque sea un candil lo . Y estos gloriosos santos cayen a veynte y dos de enero. El ayuno de la santa se desde el de san hasta el mismo , y las que no pudieren ayunar han de rezar cada veynte y quatro , y ganan lo mismo que si le ayunassen. en el adviento lo que Dios a de nuestra madre santa Juana en lo que en esta santa casa.
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Hablando con nuestra madre santa Juana señor san Vicente y Anastasio, le dixeron: “Di a tus hermanas que se acuerden de nosotros y que en nuestra fiesta nos pongan luz, que aunque sea un candil lo recibiremos”. Y estos gloriosos santos cayen a veynte y dos de enero. El ayuno de la santa visitación se comiença desde el día de san Bernabé hasta el mismo día, y las que no pudieren ayunar han de rezar cada día veynte y quatro ‘Magnificas’, y ganan lo mismo que si le ayunassen. Gánase en el adviento lo que Dios concedió a petición de nuestra madre santa Juana en lo demás que concedió en esta santa casa.
Estando mala una monja mandola el tomar una purga, y apareciole san Lucas a nuestra madre santa Juana [fol. 61v] y : le den esa purga a la enferma, que le mucho mal, sino escriban al boticario que le unas agregas, y . Y fue que con las dichas .
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Estando mala una monja mandola el médico tomar una purga, y apareciole señor san Lucas a nuestra madre santa Juana [fol. 61v] y díxole: “No le den esa purga a la enferma, que le hará mucho mal, sino escriban al boticario que le imbíe unas píldoras agregas, y estará buena”. Y fue ansí que con las dichas píldoras sanó.
su santo a nuestra madre santa Juana que paz, y silencio agradaba mucho a Nuestro .
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Díxole su santo ángel a nuestra madre santa Juana que paz, oración y silencio agradaba mucho a Nuestro Señor.
  
===[DE SAN JUAN BAUTISTA]===
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===[SERMÓN DE SAN JUAN BAUTISTA]===
Principio del de san Juan Baptista de su natividad, sacado de su original.  
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Principio del sermón de san Juan Baptista de su natividad, sacado de su original.  
Fablando el de la natividad de san Juan Baptista, dijo su divina Magestad a los humanos algo de las fiestas e solenidades que se en el Cielo, e las grandes e grandes cosas e gozos acidentales que esta santa natividad causa en este a los bienaventurados, por quanto dijo se toda criatura en su nacimiento. pues que se cumplen las palabras de los , dijo el , algunas vezes ofendido aunque son santos, razones que se cumplan las de los , los quales nunca me offendieron e siempre hizieron mi voluntad, e esta fue anunciar al mundo por san Gabriel las del de mi , al qual dio mi Padre de . E por quanto este [fol. 62r] es en el universo por haver sido de mi santa , tan deseada e pedida de tantas generaciones, es en el mi santo reyno. En este fue fecha una solene de todos los bienaventurados, con muchas e pendones ricamente que de oro, en la qual iba el glorioso con un rico e resplandeciente que todos, guiando la ; el qual llevava en la cimera un muy rico joyel muy resplandeciente, fecho a manera de bolsa, todo cercado de borlas e botones de oro muy claro e fermoso, en el qual joyel escritas con letras de oro unas palabras, las quales : mi natividad la Madre de Dios fue mi . Y estas palabras iba el glorioso san Juan cantando e muy dulcemente, e hasta el trono real de Nuestra . Y dijo el que el dulce Juan: con la Madre de mi e mi . E dijo el que como el san Juan fuesse e cantando a ofrecer su al Padre celestial, el qual dixo que son estas palabras que vienen escritas, e al e, fincado de hinojos con mucha reverencia, : a tu divina Magestad vea lo que . El le dijo: es esto, Juan? mi Madre, [fol. 62v] tu ama?. E bolviendo el a su gloriosa Madre : , Madre? verdad esto que se dice ?. Ella con mucha humildad e : , fijo muy amado, verdad es, y que era muy bonito por quanto vos le visitastes, siendo en su vientre le santificastes antes que . E luego le Nuestro muy dulcemente, e buelto a los bienaventurados les que fiziessen grandes fiestas por todo su reyno. E la Madre de Dios en sus muy preciosos , hecho chiquito, la gloriosa santa Isabel y se le , y ella se le daba, pero el chiquito, con grande amor e reverencia, no sino estar en los de la Reyna, e la santa vieja: , mi , que ese yo le . Yendo Nuestra y Nuestro por su santo reyno con el , : mi Iglesia con el amigo! De la esposa yo soy el Esposo, y el que como amigo me truxo la esposa fasta la cama, quando por el sacramento del baptismo e todas las almas cristianas con el que es verdadero . E que el poderoso Dios obo dicho todos estos loores del glorioso san Juan, vistiole y adornole de dos muy ricas e preciosas vestiduras: la una era muy blanca e con las mangas muy [fol. 63r] anchas, que llegaban fasta el suelo, e una cinta de oro muy resplandeciente con muchas piedras preciosas, e encima una muy rica capa toda llena de muchas joyas e la falda muy larga, e esta capa era muy pintada e de muchas colores e olores. E en un muy rico trono e coronole con tres coronas muy preciosas: la una por su grande humildad, y esta era de clavellinas muy finas (a de su sagrada virginidad), e la segunda corona era de rosas muy coloradas que e corales (e esta significaba el martirio que padeciera), e la tercera corona era de joyeles e piedras preciosas (que significaba la penitencia e que el gran baptista tuvo). E que el le ubo adornado e coronado, tomole por la mano e decendiose con por su santo reyno e , faciendo todos los e santos muchos e , loando e magnificando su santo nombre, porque tan alta e perfecta criatura tenido por bien de criar. E dijo el : que como viniesse san Juan con , que [fol. 63v] se de finojos e le diziendo: a tu gran poder e clemencia tenga por bien de recibir los clamores que me facen en la tierra los mis devotos e amigos, e me demandan favor para sus almas e me hazen fiesta e . E estando fecho chiquito con sus padres e parientes e todos los santos, e el Redemptor le en sus preciosos y le a su trono real, al Padre celestial por todos sus devotos, diziendo: es la saeta con que yo a muchos e a muchos malos. , Padre , e que otorgues por ambos las peticiones justas que oy me an . Y el Padre celestial le a su fijo y salvador nuestro diziendo: muy amado, yo recibo este e las peticiones que me pides que otorgue por , porque ese es el que yo , e por eso quise e fue mi santa voluntad que naciesse limpio y puro que otro ninguno, e bermejo, porque de ser santo e limpio que otro . E dijo el que fue tanto el amor que a Nuestra la Virgen [fol. 64r] este bendito Juan, que en tres nunca quiso mamar ni tomar ninguna teta sino estarse contino en sus , e si ella le dexaba alguna vez de los para yr a alguna parte de la casa, e aunque el era chiquito e casi nacido, se de la cuna o cama donde le echado y se iba a gatas donde quiera que la iba; e ella, viendo el conocimiento y amor que el Juan le , en sus e, reverenciando a Dios, en su vientre sus manecitas y adoraba a su Redentor. Y otras veces a los pechos de la Madre de Dios e mamar, e la Madre de Dios: las tetas, hijo Juan, que guardadas para otro mayor e mejor que . E quando el glorioso san Juan de tomar la teta de su madre, Nuestra la Virgen le tomava en sus preciosos e con en una obscura e apuesta, e por semejante la gloriosa santa Isabel, fablando e alagando al precioso , e siendo llegada la hora e voluntad de Dios que mamase, la teta de su madre pensando que era la de la Madre de Dios. E dende [fol. 64v] adelante, cada vez que de mamar, el le quitava el entendimiento que de hombre de perfeta edad e en ynocencia de , como lo era, para mantenerse e poder vivir e criarse. Y en tanto que Nuestra estuvo en casa de , cada vez que el Juan de mamar le tomaba ella en sus , para que callasse e pensasse que era su madre. Esto por el grande amor y sin medida que con ella concebido, porque viendo la gran fermosura se fartaba e deleytaba de la mirar e acatar y estar en sus que de mamar las tetas de su madre. E que la gloriosa Virgen fue tornada a Nazared, por espacio de tiempo no le acallar ni mamar, de su dulcedumbre e acatamiento e del fruto tan maravilloso de su sagrado vientre, el qual el santo Juan muchas veces adorava quando la Madre de Dios le a en sus . E no solamente truxo Nuestra en sus muchas al Juan en el tiempo que en este mundo, mas aun en esta misma [fol. 65r] otaba no quiere andar sino en sus por el reyno celestial, hecho chiquito y de la mano de Nuestra , e yendo ella sentada y metida en un trono muy rico y adornado. E quando Nuestra le llevava consigo iba fablando con unas bienaventuradas muy , diziendo a todos los bienaventurados de la corte del Cielo: e amigas, mirad al Juan bonito e precioso e fermoso . E como todos los e los santos le miraban e acataban, e todos de ver su fermosura. E a desora le e adornava Nuestra de tanta diversidad de maneras e colores e pinturas e joyas, que los que una vez le miravan e le tornavan a ver no le quando la Madre de Dios se le mostrava, e muy maravillados: , y Reyna de los Cielos, no es este el que nos , que este es lindo e . E la gloriosa Virgen : cierto, mis amigos, el mismo . E todos en solo los pies, porque quanto las plantas llenas de flores [fol. 65v] e rosas e verduras, como matas de albahacas muy olorosas e finas, las quales verduras e flores en los pies en e figura de las yervas e verduras por gloria y honrra suya echan en el suelo en el mundo el de su santa natividad. E allende de las vestiduras que el glorioso Juan vestidas este , sobre su una diadema de oro muy resplandeciente e iba todo escrita con letras de oro muy lindas, que las mismas que primero llevaba en el , que : Madre de Dios es mi . E por semejante llevava en la mano derecha un jarrito de oro muy resplandeciente y escritas letras de oro en que lo mismo: Madre de Dios es mi . E fablava el Juan con voz muy dulce e : soy el dichoso y el consolado, que la Madre de Dios me tiene en sus . Y como Nuestra iba por todo el reyno de los Cielos e por todos los muy de y en su trono muy poderosamente, llevando [fol. 66r] en sus al Juan, a todos e mucho con . E su santa madre Isabel y , su padre, e todos sus parientes. Aunque santa Isabel se gozava e se por dichosa que Nuestra llevase a su fijo, ella le deseava e dentro de su : , si la me diesse mi fijo para que me un poco con , antes que pase la octava en la qual fecho , que fecho hombre como de primero e no jugar e con . E Nuestra , conociendo sus pensamientos e deseos, de su trono alto al precioso Juan e : cierto que no os le ... Si le queredes ver, ele . E santa Isabel le tomava e le besava e se con , e la al : , yr con tu madre?. Y el se a la garganta de la Madre de Dios e : , , que con vos me quiero . Y esto la Madre de Dios por dar [fol. 66v] al Juan honrra e gloria e quererle ella traer por todo el reyno del Cielo . E dijo el : que allende favores e previlegios y dones que el glorioso san Juan Baptista , fue muy grande aquel don tan especial de la , que le estando encerrado en el vientre de su madre y yendo encerrado en el vientre virginal de Nuestra ; porque desde que la Virgen por la casa de santa Isabel, su prima, el mismo Salvador a san Juan, e le dio luego entendimiento de hombre de perfecta edad de treynta y tres e de hombre e celestial. E tan grandes fueron sus dones e merecimientos e previlegios e gracias, que de toda la Trinidad es muy amado e loado e querido y e honrrado, por lo qual mucha gracia para todos los que le aman e sirven delante el acatamiento divinal.
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Fablando el Señor día de la natividad de san Juan Baptista, dijo su divina Magestad quería deçir a los humanos algo de las fiestas e solenidades que se hazían en el Cielo, e las grandes alegrías e grandes cosas e gozos acidentales que esta santa natividad causa en este día a los bienaventurados, por quanto Él dijo se alegraría toda criatura en su nacimiento. “E pues que se cumplen las palabras de los profetas”, dijo el Señor, “haviéndome algunas vezes ofendido aunque son santos, más razones que se cumplan las de los ángeles, los quales nunca me offendieron e siempre hizieron mi voluntad, e esta fue anunciar al mundo por san Gabriel las grandeças del día de mi alférez, al qual dio mi Padre título de ángel. E por quanto este día [fol. 62r] es célebre en el universo por haver sido albriçiador de mi santa encarnación, tan deseada e pedida de tantas generaciones, ansí es goço en el mi santo reyno. En este día fue fecha una solene processión de todos los bienaventurados, con muchas danças e pendones ricamente adereçados más que de oro, en la qual iba el glorioso niño con un pendón más rico e resplandeciente que todos, guiando la procesión; el qual pendón llevava en la cimera un muy rico joyel muy resplandeciente, fecho a manera de bolsa, todo cercado de borlas e botones de oro muy claro e fermoso, en el qual joyel están escritas con letras de oro unas palabras, las quales decían: “En mi natividad la Madre de Dios fue mi ama”. Y estas palabras iba el glorioso san Juan cantando e tañendo muy dulcemente, e llegó hasta el trono real de Nuestra Señora”. Y dijo más el Señor que decía el dulce niño Juan: “Gózome con la Madre de mi Señor e mi amo”. E dijo el Señor que como el niño san Juan fuesse tañendo e cantando a ofrecer su pendón al Padre celestial, el qual dixo que son estas palabras que vienen escritas, e mostrávaselas al Señor e, fincado de hinojos con mucha reverencia, decía: “Suplico a tu divina Magestad vea lo que aquí viene”. El Señor le dijo: “¿Qué es esto, Juan? ¿Que mi Madre, [fol. 62v] tu ama?. E bolviendo el Señor a su gloriosa Madre díjole: “¿Cómo, Señora Madre? ¿Es verdad esto que se dice aquí?. Ella respondió con mucha humildad e goço: “Sí, fijo mío muy amado, verdad es, y que era muy bonito por quanto vos le visitastes, siendo en su vientre le santificastes antes que naciesse”. E luego le miró Nuestro Señor muy dulcemente, e buelto a los bienaventurados les decía que fiziessen grandes fiestas por todo su reyno. E llevándole la Madre de Dios en sus muy preciosos braços, hecho ansí niño chiquito, llegó la gloriosa santa Isabel y se le pidió, y ella se le daba, pero el chiquito, con grande amor e reverencia, no quería sino estar en los braços de la Reyna, e decía la santa vieja: “Ay, mi Señora, que ese niño yo le parí”. Yendo assí Nuestra Señora y Nuestro Señor por su santo reyno con el niño, decía: “¡Alégrese mi Iglesia con el amigo! De la esposa yo soy el Esposo, y él el que como amigo me truxo la esposa fasta la cama, quando por el sacramento del baptismo ayuntó e desposó todas las almas cristianas con el que es verdadero Esposo”. E después que el poderoso Dios obo dicho todos estos loores del glorioso san Juan, vistiole y adornole de dos muy ricas e preciosas vestiduras: la una era muy blanca e con las mangas muy [fol. 63r] anchas, que llegaban fasta el suelo, e ciñole una cinta de oro muy resplandeciente con muchas piedras preciosas, e púsole encima una muy rica capa toda llena de muchas joyas e la falda muy larga, e esta capa era muy pintada e de muchas colores e olores. E púsole en un muy rico trono e coronole con tres coronas muy preciosas: la una por su grande humildad, y esta era de clavellinas muy finas (a significación de su sagrada virginidad), e la segunda corona era de rosas muy coloradas más que rubíes e corales (e esta significaba el martirio que él padeciera), e la tercera corona era de joyeles e piedras preciosas (que significaba la penitencia e méritos que el gran baptista tuvo). E después que el Señor le ubo adornado e coronado, tomole por la mano e decendiose con él por su santo reyno e alcáceres, faciendo todos los ángeles e santos muchos goços e alegrías, loando e magnificando su santo nombre, porque tan alta e perfecta criatura avía tenido por bien de criar. E dijo más el Señor: que como ansí viniesse san Juan con Él, que [fol. 63v] se fincó de finojos e le fabló diziendo: “Suplico a tu gran poder e clemencia tenga por bien de recibir los clamores que me facen en la tierra los mis devotos e amigos, e me demandan favor para sus almas e me hazen fiesta e comemoraçión”. E estando assí fecho niño chiquito gozábanse con él sus padres e parientes e todos los santos, e el Redemptor le tomó en sus preciosos braços y le tornó a su trono real, ofreciéndole al Padre celestial por todos sus devotos, diziendo: “Esta es la saeta con que yo tiré a muchos e herí a muchos malos. Ofrézcotele, Padre mío, e ruégote que otorgues por ambos las peticiones justas que oy me an demandado”. Y el Padre celestial le respondió a su fijo y salvador nuestro diziendo: “Fijo mío muy amado, yo recibo este niño e las peticiones que me pides que otorgue por él, porque ese niño es el que yo llamé ‘ángel’, e por eso quise e fue mi santa voluntad que naciesse más limpio y puro que otro ninguno, e más bermejo, porque havía de ser más santo e limpio que otro ningún santo”. E dijo el Señor que fue tanto el amor que cobró a Nuestra Señora la Virgen [fol. 64r] María este bendito niño Juan, que en tres días nunca quiso mamar ni tomar ninguna teta sino estarse contino en sus braços, e si ella le dexaba alguna vez de los braços para yr a alguna parte de la casa, e aunque el niño era chiquito e casi recién nacido, se salía de la cuna o cama donde le tenía echado y se iba a gatas donde quiera que la Señora iba; e ella, viendo el conocimiento y amor que el niño Juan le tenía, recogíale en sus braços e, reverenciando a Dios, en su vientre ponía sus manecitas y adoraba a su Redentor. Y otras veces íbase a los pechos de la Madre de Dios e quería mamar, e decía la Madre de Dios: “Dexad las tetas, hijo mío Juan, que están guardadas para otro mayor e mejor que vos”. E quando avía el glorioso san Juan de tomar la teta de su madre, Nuestra Señora la Virgen María le tomava en sus preciosos braços e metíase con él en una cámara obscura e apuesta, e por semejante la gloriosa santa Isabel, fablando e alagando al precioso niño, e siendo llegada la hora e voluntad de Dios que él mamase, tomó la teta de su madre pensando que era la de la Madre de Dios. E dende allí [fol. 64v] adelante, cada vez que avía de mamar, el Señor le quitava el entendimiento que tenía de hombre de perfeta edad e quedávase en ynocencia de niño, como lo era, para mantenerse e poder vivir e criarse. Y en tanto que Nuestra Señora estuvo en casa de Zacarías, cada vez que el niño Juan avía de mamar le tomaba ella en sus braços, para que callasse e pensasse que era su madre. Esto facía por el grande amor y sin medida que con ella avía concebido, porque viendo la gran fermosura más se fartaba e deleytaba de la mirar e acatar y estar en sus braços que de mamar las tetas de su madre. E después que la gloriosa Virgen María fue tornada a Nazared, por algún espacio de tiempo no le podían acallar ni façer mamar, acordándose de su dulcedumbre e acatamiento e del fruto tan maravilloso de su sagrado vientre, el qual el santo niño Juan muchas veces adorava quando la Madre de Dios le tenía a él en sus braços. E no solamente truxo Nuestra Señora en sus braços muchas veçes al niño Juan en el tiempo que él nació en este mundo, mas aun en esta misma [fol. 65r] otaba no quiere andar sino en sus braços por el reyno celestial, hecho niño chiquito y de la mano de Nuestra Señora, e yendo ella sentada y metida en un trono muy rico y adornado. E quando Nuestra Señora le llevava assí consigo iba fablando con unas bienaventuradas muy dulçes, diziendo a todos los bienaventurados de la corte del Cielo: “Amigos e amigas, mirad al niño Juan quán bonito e precioso e fermoso es”. E como todos los ángeles e los santos le miraban e acataban, gozábanse e alegrábanse todos de ver su fermosura. E a desora le vestía e adornava Nuestra Señora de tanta diversidad de maneras e colores e pinturas e joyas, que los que una vez le miravan e después le tornavan a ver no le conocían quando la Madre de Dios se le mostrava, e dezíanle muy maravillados: “O, Señora y Reyna de los Cielos, no es este el niño que nos enseñabas, que este es más lindo e más precioso”. E la gloriosa Virgen María respondía: “Por cierto, mis amigos, el mismo es”. E acatándole todos conocíanle en solo los pies, porque quanto traýa las plantas d’ellos llenas de flores [fol. 65v] e rosas e verduras, ansí como matas de albahacas muy olorosas e finas, las quales verduras e flores traýa él en los pies en remenbrança e figura de las yervas e verduras por gloria y honrra suya echan en el suelo acá en el mundo el día de su santa natividad. E allende de las vestiduras que el glorioso niño Juan tenía vestidas este día, también traía sobre su cabeça una diadema de oro muy resplandeciente e iba todo escrita con letras de oro muy lindas, que dezían las mismas alabanças que primero llevaba en el pendón, que decían: “La Madre de Dios es mi ama”. E por semejante llevava en la mano derecha un jarrito de oro muy resplandeciente y escritas letras de oro en él que dezían lo mismo: “La Madre de Dios es mi ama”. E fablava el niño Juan con voz muy dulce e decía: “Yo soy el dichoso y el consolado, que la Madre de Dios me tiene en sus braços”. Y como Nuestra Señora iba ansí por todo el reyno de los Cielos e por todos los alcáçeres muy acompañada de ángeles y en su trono muy poderosamente, llevando [fol. 66r] en sus braços al niño Juan, mostrávasele a todos e gozábanse mucho con él. E deseávale su santa madre Isabel y Zacarías, su padre, e todos sus parientes. Aunque santa Isabel se gozava e se tenía por dichosa que Nuestra Señora llevase a su fijo, ella le deseava e deçía dentro de su coraçón: “O, si la Señora me diesse mi fijo para que me goçe un poco con él, antes que pase la octava en la qual está fecho niño, que después estará fecho hombre como de primero e no podré jugar e goçarme con él”. E Nuestra Señora, conociendo sus pensamientos e deseos, mostrávale de su trono alto al precioso niño Juan e deçíale: “Por cierto que no os le ... Si le queredes ver, ele aquí”. E santa Isabel le tomava e le besava e se goçava con él, e la Señora decía al niño: “Fijo, ¿quieres yr con tu madre?. Y el niño se asía a la garganta de la Madre de Dios e decía: “No, Señora, que con vos me quiero estar”. Y esto facía la Madre de Dios por dar [fol. 66v] al niño Juan más honrra e gloria e quererle ella traer por todo el reyno del Cielo ansí. E dijo más el Señor: que allende d’estos favores e previlegios y dones que el glorioso san Juan Baptista recibió d’Él, fue muy grande aquel don tan especial de la santificación, que Él le santificó estando él encerrado en el vientre de su madre y yendo también encerrado Él en el sacratíssimo vientre virginal de Nuestra Señora; porque desde que la Virgen entró por la casa de santa Isabel, su prima, santificó el mismo Salvador a san Juan, e le dio luego entendimiento de hombre de perfecta edad de treynta y tres años e de hombre angélico e celestial. E tan grandes fueron sus dones e merecimientos e previlegios e gracias, que de toda la santíssima Trinidad es muy amado e loado e querido y ensalçado e honrrado, por lo qual alcança mucha gracia para todos los que le aman e sirven delante el acatamiento divinal.
Fin del santo , el qual el [fol. 67r] dando su , diziendo: del Padre e de , su fijo, y del Santo, que me voy, y no del que me .
+
Fin del santo sermón, el qual acabó el Señor [fol. 67r] dando su bendición, diziendo: “La bendición del Padre e de , su fijo, y del Spíritu Santo, que me voy, y no del coraçón que me ama”.
  
 
===[VERSOS LAUDATORIOS A LA VIRGEN]===
 
===[VERSOS LAUDATORIOS A LA VIRGEN]===
sale
+
Mírala cómo sale
 
la rosa fresca y florida,
 
la rosa fresca y florida,
sale  
+
mírala cómo sale  
 
de entre las espinas.
 
de entre las espinas.
  
Línea 1443: Línea 1580:
 
esparciendo flores
 
esparciendo flores
 
y con sus primores
 
y con sus primores
al enamora,
+
al Çielo enamora,
 
y en fe que la adora
 
y en fe que la adora
 
la da clavellinas.
 
la da clavellinas.
&
+
Mírala &ª1
  
 
Su rica corona  
 
Su rica corona  
 
texida de estrellas,
 
texida de estrellas,
 
la ermosura en ellas
 
la ermosura en ellas
se perfeciona.
+
más se perfeciona.
 
Con voces pregona
 
Con voces pregona
 
sus gracias divinas.
 
sus gracias divinas.
&
+
Mírala &ª
  
 
El cedro hermoso
 
El cedro hermoso
del santo
+
del Líbano santo
 
es quien pone espanto
 
es quien pone espanto
 
al lobo rabioso,
 
al lobo rabioso,
Línea 1465: Línea 1602:
 
Palma de victoria
 
Palma de victoria
 
plantada en Cades,
 
plantada en Cades,
compuesto
+
compuesto ciprés
 
del Sion de gloria,
 
del Sion de gloria,
 
ciudad de memoria
 
ciudad de memoria
Línea 1474: Línea 1611:
 
cuya luz retira
 
cuya luz retira
 
la culpa y pecado,
 
la culpa y pecado,
[fol. 67v] plantado
+
[fol. 67v] plátano plantado
 
entre aguas divinas.
 
entre aguas divinas.
  
 
Flor de los jardines
 
Flor de los jardines
del rey ,
+
del rey Salomón,
y
+
güerto y recreación
 
de los seraphines,
 
de los seraphines,
 
oy de entre jazmines
 
oy de entre jazmines
 
dulce olor aspiras.
 
dulce olor aspiras.
  
La
+
La blança açuçena
 
de los frescos valles
 
de los frescos valles
 
sale por las calles
 
sale por las calles
 
de virtudes llena,
 
de virtudes llena,
 
destierra la pena
 
destierra la pena
y esparce .
+
y esparce alegrías.
  
 
En la tierra y Cielo
 
En la tierra y Cielo
Línea 1502: Línea 1639:
 
que en qualquiera ley
 
que en qualquiera ley
 
es privilegiada.
 
es privilegiada.
, fuente sagrada
+
¡O, fuente sagrada
 
de aguas cristalinas!
 
de aguas cristalinas!
  
Línea 1509: Línea 1646:
 
tus ramas son nido
 
tus ramas son nido
 
do el verbo reposa.
 
do el verbo reposa.
, dichosa  
+
¡O, viña dichosa  
 
de ubas peregrinas!
 
de ubas peregrinas!
  
 
Su Esposo la viste  
 
Su Esposo la viste  
 
con rayos del sol,
 
con rayos del sol,
su claro
+
su claro arrébol
 
tinieblas resiste,
 
tinieblas resiste,
 
a la tierra enviste
 
a la tierra enviste
la luz de .
+
la luz de alegrías.
  
 
La luna a los pies
 
La luna a los pies
Línea 1524: Línea 1661:
 
oy su trono es.
 
oy su trono es.
 
Cielo y tierra, pues,
 
Cielo y tierra, pues,
miren a .  
+
miren a porfía.  
  
 
Mira sus cabellos
 
Mira sus cabellos
 
su Esposo querido
 
su Esposo querido
 
[fol. 68r] y baja herido
 
[fol. 68r] y baja herido
por cada uno
+
por cada uno d’ellos
 
para darnos vida.
 
para darnos vida.
  
 
Sus hermosos ojos
 
Sus hermosos ojos
 
y esparcida frente
 
y esparcida frente
quando presente
+
quando está presente
 
quita mil enojos,
 
quita mil enojos,
despojos
+
ríndenla despojos
 
quien la ve y la mira.
 
quien la ve y la mira.
  
Línea 1543: Línea 1680:
 
largas y espaciosas,
 
largas y espaciosas,
 
llenas de primor
 
llenas de primor
dan a su
+
dan a su Açedor
dignas.
+
alabanças dignas.
  
 
Mira que es la puerta
 
Mira que es la puerta
Línea 1550: Línea 1687:
 
por do entraba un Rey
 
por do entraba un Rey
 
sin dejarla abierta,
 
sin dejarla abierta,
mira que es la
+
mira que es la güerta
do se de plantar la vida.
+
do se á de plantar la vida.
  
Mira sale
+
Mira cómo sale
 
la rosa temprana,
 
la rosa temprana,
 
sin ser maculada
 
sin ser maculada
 
de culpa culpable,
 
de culpa culpable,
mira la llave
+
mira qu’es la llave
con que el Cielo se .
+
con que el Cielo se abriría.
  
sale
+
Mírala cómo sale
 
la rosa fresca y florida,
 
la rosa fresca y florida,
sale  
+
mírala cómo sale  
 
de entre las espinas.
 
de entre las espinas.
  
 
Fin.
 
Fin.
  
[fol. 68v] A la de Nuestra .
+
[fol. 68v] A la puríssima concepción de Nuestra Señora.
  
linda sois, Virgen,
+
Qué linda sois, Virgen,
linda que sois,
+
qué linda que sois,
Cielo y tierra lo dicen ,
+
Cielo y tierra lo dicen así,
 
y en verdad que lo sois.
 
y en verdad que lo sois.
  
De vos se ,
+
De vos se decía,
en los cantares,
+
allá en los cantares,
 
que sois escogida
 
que sois escogida
 
entre los millares.
 
entre los millares.
Línea 1588: Línea 1725:
 
y entre espinas, rosa.
 
y entre espinas, rosa.
 
Por ser tan graciosa
 
Por ser tan graciosa
os Dios.
+
os preservó Dios.
Cielo y tierra lo dicen ,
+
Cielo y tierra lo dicen ansí,
 
y en verdad que lo sois.
 
y en verdad que lo sois.
  
 
Sois de Dios echura
 
Sois de Dios echura
 
echa en su crisol,
 
echa en su crisol,
clara que el sol,
+
clara más que el sol,
 
toda limpia y pura,
 
toda limpia y pura,
 
tan noble criatura
 
tan noble criatura
Línea 1601: Línea 1738:
 
y en verdad que lo sois.
 
y en verdad que lo sois.
  
mayor
+
¿Qué mayor nobleça
 
que ser por gracia vos
 
que ser por gracia vos
 
lo mesmo que Dios
 
lo mesmo que Dios
por ?
+
por naturaleça?
Por vuestra
+
Por vuestra limpieça
Gabriel os
+
Gabriel os llamó
gracia ,
+
‘Ave gracia plena’,
 
y en verdad que lo sois.
 
y en verdad que lo sois.
  
Línea 1615: Línea 1752:
 
propuso bajar.
 
propuso bajar.
 
Estrella del mar,
 
Estrella del mar,
[fol. 69r ] ay como vos,
+
[fol. 69r ] ¿quién ay como vos,
 
toda bella y pura?
 
toda bella y pura?
 
Y en verdad que lo sois.
 
Y en verdad que lo sois.
  
El Dios que os
+
El Dios que os crió
 
sola y sin exemplo,
 
sola y sin exemplo,
 
nuestro casto templo
 
nuestro casto templo
hecho hombre .
+
hecho hombre abitó.
Tal sois que se
+
Tal sois que se honrró
 
con tal madre Dios,
 
con tal madre Dios,
por ser sin ,
+
por ser sin mançilla,
 
y en verdad que lo sois.
 
y en verdad que lo sois.
  
Línea 1632: Línea 1769:
 
limpia os pudo hacer,
 
limpia os pudo hacer,
 
sin duda que quiso.
 
sin duda que quiso.
Sois el
+
Sois el Paraíso
do se
+
do se recreó
el nuevo Cristo,
+
el nuevo Adán Cristo,
 
y en verdad que lo sois.
 
y en verdad que lo sois.
  
Línea 1640: Línea 1777:
 
que si de las leyes
 
que si de las leyes
 
se exemptan los reyes
 
se exemptan los reyes
las reynas lo
+
las reynas lo están
de la ley de .
+
de la ley de Adán.
Os Dios
+
Os eximió Dios
 
por ser limpia y pura,
 
por ser limpia y pura,
 
y en verdad que lo sois.
 
y en verdad que lo sois.
Línea 1649: Línea 1786:
 
Juan profeta santo
 
Juan profeta santo
 
con el sol por manto,
 
con el sol por manto,
lo ,
+
según lo escrivió,
porque os
+
porque os concibió
 
Ana en luz de Dios,
 
Ana en luz de Dios,
 
sin noche de culpa,
 
sin noche de culpa,
Línea 1656: Línea 1793:
  
 
Del mundo el consuelo
 
Del mundo el consuelo
sois, Virgen ,
+
sois, Virgen María,
norte que nos
+
norte que nos guía
 
al puerto del Cielo,
 
al puerto del Cielo,
 
milagro del suelo
 
milagro del suelo
 
en quien puso Dios
 
en quien puso Dios
infinita,
+
grandeça infinita,
 
y en verdad que lo sois.
 
y en verdad que lo sois.
  
Casa que
+
Casa que fundó
 
el sol de justicia,  
 
el sol de justicia,  
 
hecha sin malicia
 
hecha sin malicia
donde .
+
donde Él habitó.
[fol. 69v] Solo os
+
[fol. 69v] Solo os reservó
 
del tributo a vos
 
del tributo a vos
que nos impuso,
+
que Adán nos impuso,
 
y en verdad que lo sois.
 
y en verdad que lo sois.
  
 
Con divina gracia
 
Con divina gracia
se dichoso
+
se llamó dichoso
 
vuestro vientre hermoso,
 
vuestro vientre hermoso,
que al Inmenso ,
+
que al Inmenso abraça,
que es sin
+
que es paño sin raça
el que Dios.
+
el que vistió Dios.
Cielo y tierra lo dicen ,
+
Cielo y tierra lo dicen ansí,
 
y en verdad que lo sois.
 
y en verdad que lo sois.
  
Línea 1686: Línea 1823:
 
sacro trono y silla
 
sacro trono y silla
 
del Dios de Isrrael,
 
del Dios de Isrrael,
rosa o clavel
+
¿qué rosa o clavel
como vos,
+
brotó como vos,
cielo pura?
+
más qu’el cielo pura?
 
Y en verdad que lo sois.
 
Y en verdad que lo sois.
  
 
Esta vuestra casa,
 
Esta vuestra casa,
 
de quien sois defensa,
 
de quien sois defensa,
os gloria inmensa
+
os gloria inmensa
 
y loores sin tassa,
 
y loores sin tassa,
 
pues de nuestra masa
 
pues de nuestra masa
Línea 1702: Línea 1839:
 
Fin.
 
Fin.
  
===[VERSOS A LA DEL ]===
+
===[VERSOS A LA CIRCUNCISIÓN DEL NIÑO]===
Coplas a la del .
+
Coplas a la circuncisión del Niño.
  
 
Ved aora los pecadores
 
Ved aora los pecadores
 
lo que mi hijo ha pasado,
 
lo que mi hijo ha pasado,
que desde oy llagado.
+
que desde oy está llagado.
  
le
+
¿A quién le encomendaré
favores?
+
demandándole favores?
o ,
+
¿Qué pensaré o qué haré,
 
que ya crece mi dolor?
 
que ya crece mi dolor?
Entre el y el temor
+
Entre el goço y el temor
mi turbado,
+
mi espíritu está turbado,
que desde oy llagado.
+
que desde oy está llagado.
  
[fol. 70r] Quien le fue el amor,
+
[fol. 70r] Quien le llagó fue el amor,
 
y es tanto el que tiene al hombre
 
y es tanto el que tiene al hombre
 
que es justo el Cielo se asombre,
 
que es justo el Cielo se asombre,
 
pues parece pecador,
 
pues parece pecador,
en con tanto rigor
+
en con tanto rigor
 
cumple la ley del culpado,
 
cumple la ley del culpado,
que desde oy llagado.
+
que desde oy está llagado.
  
Sin dever tributo,
+
Sin dever ningún tributo,
 
siendo poderoso rey,
 
siendo poderoso rey,
oy se a la ley
+
oy se sujetó a la ley
 
y da su sangre por fruto.
 
y da su sangre por fruto.
 
Destierre ya el mundo el luto,
 
Destierre ya el mundo el luto,
 
pues Dios tan presto ha pagado,
 
pues Dios tan presto ha pagado,
que desde oy llagado.
+
que desde oy está llagado.
  
 
Esposo de sangre es
 
Esposo de sangre es
y en su amor tanto crece
+
y en Él su amor tanto crece
 
que oy por primicias ofrece
 
que oy por primicias ofrece
lo que ha de verter .
+
lo que ha de verter después.
Tan grande es el
+
Tan grande es el interés
 
que por las almas ha dado
 
que por las almas ha dado
que desde oy llagado.
+
que desde oy está llagado.
  
 
Amor que le hace la guerra
 
Amor que le hace la guerra
y le en un instante
+
y le obligó en un instante
al del Cielo gigante
+
al qu’es del Cielo gigante
hazerse en la tierra.
+
hazerse niño en la tierra.
 
Tal fuego en su pecho encierra
 
Tal fuego en su pecho encierra
 
de pagar por el pecado
 
de pagar por el pecado
que desde oy llagado.
+
que desde oy está llagado.
  
, exceso raro de amor!
+
¡O, exceso raro de amor!
Pues solo cubrir pudo
+
Pues Él solo cubrir pudo
 
al que es de culpa desnudo
 
al que es de culpa desnudo
 
con capa de pecador.
 
con capa de pecador.
 
Alma, a pagar tu valor
 
Alma, a pagar tu valor
 
viene tan apresurado,
 
viene tan apresurado,
que desde oy llagado.
+
que desde oy está llagado.
  
 
Con amor no ay que espantar
 
Con amor no ay que espantar
 
del precio que nos ofrece,
 
del precio que nos ofrece,
que a dar su sangre
+
que a dar su sangre empieçe
 
quien carne y sangre ha de dar.
 
quien carne y sangre ha de dar.
Hombre, a
+
Hombre, comiença a goçar
 
del remedio deseado,
 
del remedio deseado,
que desde oy llagado.
+
que desde oy está llagado.
  
 
Con esta muestra declara
 
Con esta muestra declara
Línea 1770: Línea 1907:
 
y su sangre la repara.
 
y su sangre la repara.
 
Al fin le cuesta tan cara
 
Al fin le cuesta tan cara
y tan grande precio dado,
+
y tan grande precio á dado,
que desde oy llagado.
+
que desde oy está llagado.
  
 
[fol. 70v] O, supremo Criador,
 
[fol. 70v] O, supremo Criador,
hijo y Dios,
+
hijo mío y niño Dios,
pudiera sino vos
+
¿quién pudiera sino vos
 
dar tales muestras de amor,
 
dar tales muestras de amor,
 
anticipando el dolor
 
anticipando el dolor
 
vuestro cuerpo delicado,
 
vuestro cuerpo delicado,
que desde oy llagado?
+
que desde oy está llagado?
  
Mucho, , el alma ,
+
Mucho, Niño, el alma amáys,
 
pues que por abrirla el Cielo
 
pues que por abrirla el Cielo
apenas al suelo
+
apenas bajáis al suelo
quando culpado os ,
+
quando culpado os mostráis,
 
y tan presto el cuerpo dais
 
y tan presto el cuerpo dais
 
por fiador del pecado,
 
por fiador del pecado,
que desde oy llagado.
+
que desde oy está llagado.
  
 
Mas si por librar al hombre
 
Mas si por librar al hombre
 
su sangre tierna derrama,
 
su sangre tierna derrama,
el Cielo le llama,
+
Jesús el Cielo le llama,
 
nombre sobre todo nombre,
 
nombre sobre todo nombre,
 
cuyas letras por que asombre
 
cuyas letras por que asombre
 
con tanta sangre an entrado,
 
con tanta sangre an entrado,
que desde oy llagado.
+
que desde oy está llagado.
  
 
Oy al alma, que en su trato
 
Oy al alma, que en su trato
Línea 1803: Línea 1940:
 
Mira, pecador ingrato,
 
Mira, pecador ingrato,
 
lo que tu culpa ha costado,
 
lo que tu culpa ha costado,
que desde oy llagado.
+
que desde oy está llagado.
  
 
Si Dios tanto al alma estima
 
Si Dios tanto al alma estima
Línea 1809: Línea 1946:
 
y el apresurado amante
 
y el apresurado amante
 
oy por ella se lastima,  
 
oy por ella se lastima,  
a servir no se anima
+
¿cómo a servir no se anima
 
un Dios tan enamorado,
 
un Dios tan enamorado,
que desde oy llagado?
+
que desde oy está llagado?
  
Ea, , ya  
+
Ea, Niño, empeçad ya  
a vuestra ,
+
a esforçar vuestra flaqueça,
que quien dando sangre
+
que quien dando sangre empieça
dando sangre ,
+
dando sangre acabará,
y tanta que
+
y tanta que quedará
 
vuestro cuerpo desangrado,
 
vuestro cuerpo desangrado,
que desde oy llagado.
+
que desde oy está llagado.
  
Curar quiere nuestros ,
+
Curar quiere nuestros daños,
pues que la sangre que
+
pues que la sangre que cría
nos la da al octavo
+
nos la da al octavo día
para darnos buenos .
+
para darnos buenos años.
Efectos de amor
+
Efectos de amor estraños
en se an manifestado,
+
en Él se an manifestado,
que desde oy llagado.
+
que desde oy está llagado.
  
[fol. 71r] Vayan afuera,
+
[fol. 71r] Vayan tristeças afuera,
, pecadores!,
+
¡alegría, pecadores!,
que ya las flores
+
que ya comiençan las flores
de la primavera.
+
de la fértil primavera.
 
Copioso fruto se espera,
 
Copioso fruto se espera,
pues tal muestra ha dado,
+
pues Jesús tal muestra ha dado,
que desde oy llagado.
+
que desde oy está llagado.
  
Para que no
+
Para que no desconfíes
 
por lo que culpas merecen,
 
por lo que culpas merecen,
 
por los sus ojos te ofrecen
 
por los sus ojos te ofrecen
su tierna sangre ,
+
su tierna sangre rubíes,
y para que
+
y para que más confíes
 
pagan tan anticipado,
 
pagan tan anticipado,
que desde oy llagado.
+
que desde oy está llagado.
  
 
Mi Dios de amor verdadero,
 
Mi Dios de amor verdadero,
de diamante
+
¿qué coraçón de diamante
 
no se ablandara al instante
 
no se ablandara al instante
 
con sangre de tal cordero?
 
con sangre de tal cordero?
copiosa espero
+
Redempción copiosa espero
 
de un Dios tan enamorado,
 
de un Dios tan enamorado,
que desde oy llagado.
+
que desde oy está llagado.
  
 
Oy viene en sangre cubierto
 
Oy viene en sangre cubierto
el que en profundo,
+
el que en éxtasis profundo,
 
desde el principio del mundo,  
 
desde el principio del mundo,  
Juan .
+
llamó Juan ‘cordero muerto’.
 
Con sangre firma el concierto
 
Con sangre firma el concierto
 
que tiene tan deseado,  
 
que tiene tan deseado,  
que desde oy llagado.
+
que desde oy está llagado.
  
Como al alma tanto
+
Como al alma tanto amáys
y es de amor, aquestas
+
y es pasión de amor, aquestas
de sangre os cuesta
+
lágrimas de sangre os cuesta
que oy por ella .
+
que oy por ella derramáys.
 
Caro es el precio que days
 
Caro es el precio que days
 
de vuestro cuerpo sagrado,
 
de vuestro cuerpo sagrado,
que desde oy llagado.
+
que desde oy está llagado.
  
Sangre en la
+
Sangre en la circuncisión
 
dais de valor infinito,
 
dais de valor infinito,
 
que sin ella mi delito
 
que sin ella mi delito
no .
+
no alcançará remissión.
 
Salid, hijas de Sion,
 
Salid, hijas de Sion,
 
a ver el Rey coronado,
 
a ver el Rey coronado,
que desde oy llagado.
+
que desde oy está llagado.
  
 
Agua y sangre de Dios vierte
 
Agua y sangre de Dios vierte
 
su caridad encendida,
 
su caridad encendida,
 
[fol. 71v] una al entrar en la vida,
 
[fol. 71v] una al entrar en la vida,
otra de la muerte;
+
otra después de la muerte;
 
una y otra, alma, te advierte
 
una y otra, alma, te advierte
su amor te ha obligado,
+
quánto su amor te ha obligado,
que desde oy llagado.
+
que desde oy está llagado.
  
 
Ved aora, los pecadores,
 
Ved aora, los pecadores,
 
lo que mi hijo ha pasado,
 
lo que mi hijo ha pasado,
que desde oy llagado.
+
que desde oy está llagado.
  
 
Fin.
 
Fin.

Revisión del 10:05 10 sep 2017

Juana de la Cruz
Nombre Juana de la Cruz Vázquez Gutiérrez
Orden Franciscanas
Títulos Monja y abadesa
Fecha de nacimiento 3 de mayo de 1481
Fecha de fallecimiento 3 de mayo de 1534
Lugar de nacimiento Azaña, Toledo
Lugar de fallecimiento Cubas de la Sagra, Madrid
Canonización 3 de mayo
Beatificación Es proclamada como venerable el 4 de mayo de 1630
Canonización En proceso

Vida impresa

Ed. de Pedro García Suárez

Fuente

  • Salazar, Pedro de. 1612. Crónica y historia de la fundación y progreso de la provincia de Castilla de la Orden del bienaventurado Padre San Francisco. Madrid: Imprenta Real, 511-546.

[511] SÍGUESE LA VIDA DE LA sierva de Dios Juana de la Cruz, que tantas personas tiene aficionadas, religiosas y seglares, que gustan mucho de verla y tenerla consigo y no es según la impresión de 1610. sino compuesto de nuevo

Capítulo I

Del nacimiento de la madre Juana de la Cruz

En el Monasterio de Nuestra Señora de la Cruz está el cuerpo de la madre Juana de la Cruz, abadesa que fue del dicho convento y muy gran sierva de Nuestro Señor, la cual fue natural de un pueblo que se llama Azana, tierra del arzobispado de Toledo, cerca de la dicha ciudad, en la tierra que llaman la Sagra de Toledo. Nació en el año de la encarnación de 1481 años y en el bautismo le pusieron por nombre Juana. Sus padres fueron muy buenos cristianos y virtuosos y de gente muy honrada; su padre se llamaba Juan Vázquez y su madre Catalina Gutiérrez y tuvieron otros hijos muy virtuosos y algunos dellos fueron religiosos de muy aprobada vida. La bendita madre Juana de la Cruz fue dotada de mucha gracia y hermosura corporal; criola su madre a sus pechos, porque en naciendo tomó con ella mucho amor; era muy graciosa y mansa y decía su madre que no tan solamente no padecía pena ni trabajo en criarla, mas sentía consolación y notable alegría en sí todas las veces que la tomaba en sus brazos, aunque estuviese muy triste y angustiada. Tenía muy claro entendimiento y tan grande conocimiento de Dios que, aunque de poca edad, siempre tenía su pensamiento y ocupaciones en cosas celestiales y en hacer nuevos servicios a su esposo Jesucristo, a quien se consagró desde niña. Nunca la vían jugar ni ocupada en cosas de vanidad ni desaprovechada ni hablar palabras vanas, de manera que sus padres y parientes y personas que la conocían [512] se maravillaban mucho de las grandes virtudes que veían en ella resplandecer. Estando un día asentada a la puerta de la casa de su padre pasaba el santísimo Sacramento por allí, que le llevaban a un enfermo, y como sus padres la tenían tan bien impuesta en las cosas de Dios y de su santa fe católica, se levantó con mucho fervor a mirar y adorar al Señor, que llevaba el clérigo en sus manos, y vido que iba sobre la custodia Nuestro Señor Jesucristo en forma de niño vivo y muy resplandeciente y por entonces no dijo nada, pensando que todos veían lo que ella veía; pero Nuestro Señor, que es dador de las gracias y descubridor de los secretos que Él se sirve de manifestar, tuvo por bien de traer tiempo en que estas y otras maravillas y grandes misterios que en su sierva había obrado desde su niñez fuesen vistos y conocidos, sin ser en su mano podellos encubrir.

Capítulo II

Cómo siendo esta sierva de Dios de siete años quedó huérfana de su madre

Llegado el tiempo en que había pasar desta vida la madre de la bendita niña Juana de la Cruz, acordándose de una promesa que tenía hecha en una enfermedad suya, de llevar a su hija con su pelo de cera a velar al Monasterio de Nuestra Señora de la Cruz, rogó a su marido que lo cumpliese por ella y él le prometió de cumplirlo lo más presto que pudiese; y cuando esto se trataba entre los dos estaba presente la sierva de Dios Juana de la Cruz, la cual deseaba mucho que se cumpliese aquella promesa; y como quedase en casa de su padre, con la edad crecían en ella muy grandes fervores y ansias de ser religiosa por más servir a Dios, y creciendo en edad empezaba a poner por obra sus fervorosos deseos del servicio del Señor. Tenía una tía, hermana de su madre, doncella y de muy santa vida, en quien Nuestro Señor mostró muy claros y manifiestos milagros y maravillas, con la cual se consolaba y comunicaba mucho. En este tiempo su tía se metió a monja en Toledo en el Monasterio de Santo Domingo el Real, en el cual vivió y acabó su vida muy santamente. La bendita Juana de la Cruz sintió mucha soledad en faltarle tal compañía y quisiera [513] mucho irse con ella a ser religiosa, pero su padre y abuela no se lo quisieron conceder, diciéndole que tenía poca edad y no podía llevar las asperezas de la religión. Viendo ella que aprovechaba poco el rogarlo, calló por entonces y pensaba entre sí: “Ir yo a ser religiosa a aquel monasterio porque estaba allí mi tía no es perfección, más quiero ir a cualquiera otro monasterio por solo Dios y su amor, y servirle y aplacerle”. Y este deseo crecía en ella cada día y la tía desta bienaventurada era muy santa y muy regalada de Dios y tenía muchas revelaciones, y en una le dijo Dios que su sobrina había de ser muy gran persona y de muy singulares gracias y dones espirituales; y contó esta revelación a la priora de su monasterio, la cual con mucho cuidado y diligencia procuraba y deseaba que viniese a ser monja a su casa y pedía con muchos ruegos a sus padres y parientes se la diesen para monja, en lo cual jamás quisieron los padres consentir. Lo cual visto por la priora y monjas del dicho monasterio, procuraron por otras vías haberla y en todo este tiempo no cesaban las monjas de suplicar a Nuestro Señor trujese a su casa aquel precioso tesoro, lo cual no se hizo porque Dios tenía determinado otra cosa. En este tiempo esta bendita doncella fue llevada a casa de unos tíos suyos, que la amaban y querían como hija natural, y le dieron el gobierno de toda su casa y bienes y ella les era muy obediente. Era muy honesta y prudente en todas sus obras y muy caritativa para los criados de la casa y personas que en ella trabajaban, y cuidadosa y diligente en los trabajos corporales y administradora en las cosas de Dios. Daba muy buenos consejos: era muy humilde y tenía la voluntad muy aparejada para hacer penitencia y la tomaba sobre sí con mucha alegría y la ponía por obra; y en sus ayunos fue muy abstinente, que su comer era pan y agua y no comía más de una vez al día y esta no todo lo que había menester; y no solamente ayunaba con solo pan y agua, más se estaba dos y tres días sin comer ni beber alguna cosa, y esto hacía ella muy de ordinario y con muy gran secreto. Todas las veces que ella se podía desocupar para rezar y contemplar, hacía oración muy fervorosa, bañada en lágrimas salidas de su corazón y lloradas con compasión a la Pasión [514] de Jesucristo Nuestro Señor, y, hecha de otra manera, la tenía no por tan acepta para ser recebida delante del acatamiento divino. Era rigorosa para su cuerpo porque traía junto a sus carnes un cilicio, hecho de unas cardas que buscó ella muy secretamente y las deshizo, y todas las púas y puntas cosió en una cosa muy áspera y aquello traía junto a sus carnes. Andaba de continuo dolorosa y toda llagada y muy alegre y consolada, porque tenía de continuo dolores que ofrecer al Señor en reverencia de los que padeció por nos redemir y salvar. Cuando trabajaba dábase mucha prisa porque los dolores y heridas fuesen mayores. Siempre esta sierva de Dios ofrecía tres cosas a Dios: trabajo corporal, hecho muy alegremente con la caridad del prójimo; la segunda, sacrificio de sangre y dolores, que le causaban las cosas ásperas y crueles que traía junto a sus carnes; la tercera, los pensamientos siempre puestos en Dios y en las cosas celestiales. Hacía también siempre muy ásperas disciplinas, dándose con muy gruesos cordeles; dados en ellos muy grandes nudos, dábase con estos tan cruel y despiadadamente hasta que salía sangre y se hacía muy lastimosos cardenales y heridas. Tenía tan gran silencio que nunca hablaba palabra que no fuese de Dios o que no la pudiese excusar. Andando por casa o haciendo labor de manos, dábase secretamente en los merecillos de los brazos, y en cualquier parte de su cuerpo que ella podía, muy recios pellizcos. Y cuando había de hacer algún trabajo al fuego o al horno, se destocaba y arremangaba mucho los brazos por hacer penitencia y quemar sus carnes y ofrecerlas a Dios en sacrificio; y el día que no hacía alguna cosa destas, no se tenía por digna de comer el pan ni de hollar la tierra que Dios había criado. Era tan amiga de oración, silencio y recogimiento, que buscaba siempre como estar en larga y fervorosa oración y para esto parecíale que el silencio y reposo de la noche era tiempo muy convenible, y cuando la gente estaba recorrida y dormiendo, quedábase ella en la cámara donde dormía, rezando. De que veía muerta la candela en el tiempo de las noches frías y largas del invierno, para hacer mayor penitencia se desnudaba delante de unas imágenes, quedándose en el silicio muy áspero [515] que continuo traía, y ansí estaba de rodillas en oración hasta que sentía que la gente de unas dos o tres criadas de casa con quien ella dormía era ora que se levantasen: entonces por no ser sentida íbase a acostar. Y una vez aconteció, queriéndolo Dios ansí porque fuese conocida, que sus compañeras lo sintieron que se iba a acostar cuando quería amanecer, y sentían cómo iba muy fría, que solo el frío que llevaba en sus carnes las despertaba; y ellas le dijeron muchas veces que por qué no se acostaba cuando ellas, que qué hacía o dónde venía a tales horas. La bienaventurada respondió que alguna necesidad tenía de venir donde venía. Como ella continuase este ejercicio, díjolo una de ellas a su ama, la cual se angustió mucho y mandó a aquella criada que con cuidado y secreto viese dónde iba su sobrina a aquellas horas y qué hacía. Luego la noche siguiente, la criada, viendo que la sierva de Dios no estaba en la cama, acordó de ponerse a la puerta de la cámara donde dormían con intención de cerrarla, pensando que la bendita Juana de la Cruz había salido fuera. Y con este pensamiento llegó a la puerta y hallola cerrada, y como estaban a escuras no la vía y estaba en oración delante de las imágenes y pusose junto a la puerta por verla cuando fuese a salir; y estando allí por algún rato, oyola llorar y gemir, y la moza, por certificarse, quitose de la puerta y fuese adonde ella estaba en oración, descuidada que nadie la oía ni aguardaba, y fue a asir della y sintió cómo estaba de rodillas desnuda y envuelta en un áspero silicio. De lo cual la bienaventurada sintió gran tribulación por ser vista; y la criada, maravillada, disimuló por entonces y dijo a su señora cuán bienaventurada criatura era su sobrina y en cuán santos y provechosos actos la había hallado. Desta manera su buena vida fue divulgada y se conoció por todas las personas de la casa y aun por otras muchas, de lo cual ella recebía muy gran pesar y buscaba en su pensamiento dónde se podría apartar a poder hacer sus ejercicios sin ser vista; y acordose que en aquella casa de su tía en unos corrales había un palomar tapiado y sin tejado y tomó una Verónica en que ella tenía muy grande devoción y pusola en un pedazo de terciopelo, y doblada [516] traíala consigo, y todas las veces que podía se iba a aquel palomar y ponía la Verónica en una parte y con unas cadenas que ella tenía allá escondidas hacía muy ásperas disciplinas y andaba de rodillas, desnudas las rodillas sobre las guijas y cantos hasta que se le desollaban; y con muchas lágrimas y gemidos andaba desta manera con la más prisa que podía, considerando que iba por los lugares santos y por donde habían llevado a crucificar a Nuestro Señor Jesucristo. Y andando ella con esta contemplación, se le apareció Jesucristo Nuestro Señor apasionado como cuando llevaba la cruz a cuestas y la miraba sus ojos de misericordia. Un viernes santo quisiera ir a la iglesia y ver el monumento, y su tía no le dio licencia porque en aquellos tiempos no se acostumbraba salir las doncellas de casa, sino en los días de fiesta a oír misa. Y ida la tía y la demás gente a la iglesia, quedose ella en casa acompañada del dolor y compasión que aquel santo día representa y hincose de rodillas delante de un crucifijo con muchas lágrimas, compadeciéndose de lo que en tal día su Dios y Señor había padecido; y fue tanta el agua que de sus ojos manó, que mojó la tierra, y del dolor que sintía en su corazón cayó en el suelo como muerta; y estando con esta compasión vido la imagen del santo crucificado muy apasionado y llagado y aparecieron allí todas las insignias y misterios de la Pasión y las tres Marías muy llorosas, cubiertas de luto; y tantos fueron los misterios que allí vido y sintió y lo mucho que lloró y se traspasó su corazón, que quedó tal que parecía muerta, y su gesto tan difunto y desmejado que, cuando sus tíos y la gente de casa vinieron, se maravillaron mucho de verla tan demudada y le preguntaron qué le había acontecido y apremiaronla que comiese y no ayunase aquel día a pan y agua, y ella les suplicó no le quitasen su devoción, que muy bien podía ayunar y muy bien dispuesta se hallaba. Y viendo la humilde doncella cómo no se podía encubrir su virtud, dábanle pena tres cosas: la una, no tener tiempo y libertad para servir a Dios, como ella deseaba; la segunda, que era conocida de todos la gracia y mercedes que Dios le hacía; la tercera, el gran deseo que tenía de ser religiosa, no verle cumplido. De manera [517] que ya públicamente con muchas lágrimas y fervor lo pedía a su padre y tíos, los cuales nunca condencendían con su petición, y su tío que la había criado, como haciendo burla, le dijo: “Mi sobrina quiere ser monja por ser santa”. Y ella respondió con mucha humildad: “Pues si lo fuere por la gracia de Dios, rogare a Dios por v. merced”. Y por entonces no les importunó más, no perdiendo la esperanza que Nuestro Señor se lo había de otorgar, pues ella se lo suplicaba sin cesar; y con esta esperanza un viernes santo fuese al palomar y, entrando en él, puso la santa Verónica y sacó la cadena que tenía escondida y hizo una áspera disciplina, porque todas las veces que ella iba allí, primero se disciplinaba que hiciese oración; y hecha esta disciplina, hincose de rodillas y derramando muchas lágrimas empezó a decir mirando la santa Verónica: “O muy dulce Señor mío, suplico a Vuestra Majestad por reverencia de los misterios que hoy día viernes santo vos, mi Señor, hicistes y por los dolores y tormentos muy crudos que por me redemir y salvar padecistes, que me concedáis esta merced que muchas veces con importunidad he pedido: que merezca yo ser vuestra sierva en la religión y que esta merced no se me niegue en este santo día”. Y estando en esta oración la sierva de Dios, le fue revelado que había Dios oído su petición y recibido su buen deseo, y lo tomaba por obra muy aceptada y le placía de la recibir por esposa y concederle la religión, con condición que ella pusiese la diligencia que para alcanzarlo viese que había menester; y desde aquella hora buscaba y procuraba en su corazón cómo y de qué manera saldría secretamente, que ninguna persona la viese ir al Monasterio de Nuestra Señora de la Cruz, que allí la alumbraba el Espíritu Santo fuese.

Capítulo III

Cómo esta bendita madre buscó manera para ir a ser religiosa

Después de pasada la Pascua de Resurrección, como ya fuese cumplida en ella la voluntad del Señor para que fuese religiosa, acordó con su ayuda de tomar una mañana de madrugada unos vestidos de un primo [518] suyo, que ella tenía a guardar, y vistiose de hombre para salir sin ser conocida y irse al Monasterio de Nuestra Señora de la Cruz, que es dos leguas de donde ella vivía, y de que estuvo bien aderezada de hábito de hombre, pusose encima los acostumbrados vestidos de mujer que ella solía traer y tocado que acostumbraba, y llamó a las mozas diciendo que era tarde y con ellas hizo los haciendas que otros días solían hacer. Y de que todos los de la casa le hubieron visto que su intento era este, porque descuidasen della por algún rato y ella pudiese irse sin que la siguiesen entrose aprisa en cierta parte y quitose los vestidos de mujer, y pusose un tocador de hombre en la cabeza y echose una capa en el hombro y una espada en la mano, y un lío que tenía hecho de sus aderezos de mujer tomole debajo del brazo y santiguándose comenzó su camino, el cual ella no sabía sino por oídas y caminando con mucho fervor. El demonio, que tenía mucho pesar desta obra, trabajó de la poner tentaciones y peligros por estorbarla, combatiéndola de muy recios temores de su padre y parientes y que no saldría con lo comenzado. La bienaventurada, como arrepintiéndose de lo que había comenzado, creciole el temor con tanto grado que le faltaron las fuerzas humanas y le temblaba todo el cuerpo, que no podía andar paso, de suerte que se hubo de asentar en el mismo camino muy desmayada, y estando ansí encomendándose con muchas veras a Nuestro Señor, suplicándole la quisiese ayudar y esforzar en tan grande necesidad para que ella pudiese acabar la obra comenzada, oyó una voz que le dijo tres veces: “Esfuérzate, no desmayes y acaba la buena obra que has empezado”; y no vido por entonces quién le hablaba, mas después supo por revelación que era su ángel custodio, con la cual voz se alegró y regocijó mucho y anduvo su camino. Ya que había andado buena parte d’él, sintió venir tras sí, aunque algo lejos, a una persona en un caballo, la cual era un hombre muy honrado, que tenía mucha gana de casar con ella y la había procurado y rogado; y como ella alzó los ojos y conoció que era el sobredicho mancebo, y viéndose sola en un campo y que por entonces no aparecía nadie, turbose su espíritu más de lo que se puede pensar, teniéndose por deshonrada y perdida; y alumbrada en aquella [519] sazón del Espíritu Santo, disimuladamente se apartó del camino antes que llegase cerca, y a él le cegó Dios de manera que no solamente no la conoció, ni aun el color de los vestidos de hombre que llevaba le parecieron a él de otra color, y cuando pasó por enfrente donde ella estaba, dijo en su corazón: “Mirad que cobardía de hombre, qué le había yo de hacer, que en viéndome se apartó del camino”. Y tornando a mirarla, vido el lío que traía debajo del brazo y dijo: “Algún sastre debe de ser, que viene de cortar o de coser de algunos destos lugares”. Y con este pensamiento se pasó el mancebo sin la conocer. La bendita virgen, viéndose libre de aquel tan gran peligro, hincose de rodillas y dio gracias a Nuestro Señor, y suplicó a Nuestra Señora la favoreciese en aquella su obra, y en esta oración fue muy consolada de Nuestro Señor y pasó adelante con su camino. Y aportó a un lugar que se llama Casarrubuelos, y por la mucha fatiga y cansancio del camino pidió en una casa un jarro de agua, y diéronsele y asentose a descansar, y puso la espada sobre un poyo y olvidosele allí; ya que era salida de la casa, tornó por ella y dijo: “O pecadora de mí, que se me olvidaba la espada”. Y estas palabras oyó la moza que salió a darle de beber y las dijo a las personas de aquella casa, diciendo: “Mujer es aquel que pidió el agua”; y no creyendo a la moza, no la siguieron. Y llegando al Monasterio de Nuestra Señora de la Cruz, entró luego en la iglesia a hacer oración y ofreció su ánima y su cuerpo a Jesucristo, suplicándole la quisiese recebir en aquella santa compañía y congregación. Y de que hubo orado, como no había nadie en la iglesia apartose a un rincón della y quitose los vestidos de hombre y vistiose sus propios vestidos de mujer que había traído consigo, y de que fue aderezada de mujer fuese a la portería y recibimiento de la casa, en la cual estaba una imagen de Nuestra Señora de bulto, de mucha devoción y milagros, y hincándose de rodillas le dio gracias porque la había traído a su casa sin peligro de su persona y decía con mucha humildad a la santa imagen: “¿Qué servicio podré yo hacer por tan gran merced como esta? Suplicote, mi Señora, me des gracia que yo persevere en esta casa y viva en ella todos mis días”; de lo cual le certificó la imagen, y de allí fue a llamar a la puerta, rogando que la abriesen. Y [520] preguntole la casera de las monjas quién era o qué quería. Respondió que era una doncella que quería ser religiosa. La casera le respondió: “Las que vienen a ser religiosas no vienen solas, que sus padres o parientes las traen”. La sierva de Dios le dijo: “Vine en hábito de hombre escondidamente, que de otra manera no viniera ansí, mas por amor de Dios me abrid para que me caliente, que como esta mañana llovió, tomome el agua en el camino y vengo cansada y muerta de frío; y por caridad me dé un poco de pan, que vengo muy necesitada, que si no queréis, no diré yo que me metáis allá para religiosa, que como vine ascondida, presto me hallarán menos mis parientes y me vendrán a buscar”. Y la casera la metió dentro en los aposentos y le dio de comer, siempre preguntándole y examinándole. Yendo la criada del monasterio a la iglesia y viendo los vestidos de hombre que había traído, pensó en su corazón no fuese varón que venía con alguna burla o engaño; pero ansí en los cabellos largos como en los pechos y gesto y en otras señales se certificó cómo era mujer; y luego la criada llegó al torno del monasterio y dijo que quería hablar a la abadesa, la cual le dijo: “Señora, aquí ha venido una doncella de hasta quince años y dice que es de Azana, y vino sola en hábito de hombre y parece que trae muy gran fervor de ser religiosa”. Y luego la mandó llamar y informose muy bien della y de su deseo, y después, aunque fingidamente, la reprendió porque había venido en tal hábito y de tal manera. Y la madre Juana de la Cruz le respondió con mucha humildad: “Señora, mi venida no ha sido sino con sola intención de servir a Dios y vivir y morir en esta santa casa y hacer todo lo que me mandaren y ser toda mi vida su criada”. Y la religiosa se despidió della y entró a las monjas y les dijo: “Hermanas, una doncella está aquí, que quiere ser nuestra hermana, creo que la trae Dios por milagro porque no sabía este camino ni vístole”; y les dijo y relató la manera de su venida y cómo decía palabras de mucha prudencia. Las monjas, oído lo que les dijo, dieron gracias a Dios y pidiéronle licencia para ir a verla y hablarla y ordenándolo la divina Majestad a todas les pareció tan bien cuando la hablaron, que se determinaron [521] de recebirla en su compañía, y antes que le diesen el hábito vinieron algunos de sus parientes muy sentidos y enojados de lo que había hecho, y ella les satisfizo diciendo que muchas veces les había dicho y pedido que había de ser religiosa y que Dios la había traído a aquella casa y que lo había de ser. Concertadas todas las cosas, dieron el hábito a la virgen con mucha solenidad y espiritual alegría en presencia de sus parientes. Comenzó a hacer vida maravillosa y muy provechosa para los que la veían y oían; su vestido era muy pobre y humilde, mucho más que el de las demás religiosas. Traía túnica de sayal y una saya muy vieja y remendada y el hábito lo mismo. Calzaba unos alpargates, y lo más del tiempo andaba descalza y ceñida con la más gruesa cuerda que podía haber, y en la cabeza una albanega de estopa y encima lo más despreciado que ella podía haber, y debajo de todo esto traía de secreto un muy áspero silicio, el cual nunca se quitaba día ni noche y otras muy ásperas penitencias que hacía. Deseaba tormentos y dolores, llagas y heridas, frío y cansancio y todas maneras de penas por amor de Dios. Y no solamente en el año del noviciado tuvo esta manera de vida, mas todo el tiempo que vivió guardó el silencio, que en todo el año del noviciado no le oyeron hablar palabra, sino era con la prelada o maestra, y esto siendo preguntada. Hacía penitencia con la boca, trayendo en ella ajenjos amargos por el amargor de la hiel y vinagre que dieron a Nuestro Señor; traía siempre en su memoria su Pasión de muchas maneras y también hacía otras penitencias con la boca, trayendo una piedra algo grande que le daba dolor. Otras veces tomaba en la boca agua y teníala tanto espacio dentro hasta que del dolor no la podía sufrir. Tomaba con los labios un candelero mediano, y teníale tanto rato por la parte donde se pone la candela hasta que le dolían las quijadas; pensaba ella que guardar silencio sin dolor no era grande servicio ante Dios. Eran sus ayunos muy perfetos y muchos, porque no solo acostumbraba desde su niñez a ayunar ordinariamente, comiendo una vez al día, más aun estar tres días con sus noches sin comer algún mantenimiento corporal, y no solamente ayunaba de comer, más ayunaba de sueño y tenía puesta [522] entre sí tal traza, y decía: “Pues las personas cuando ayunan no comen hasta medio día, y después de haber comido, una vez pueden tomar alguna refección de beber entre día y alguna colación a la noche, desta manera será bien ayunar del sueño hasta la medianoche y después la comida de medianoche serán los Maitines, y en la mañana en lugar de la bebida o colación tomar un poco de sueño corporal para sustentar la naturaleza”. Y para hacer esto bien tenía este orden. Como todas las religiosas acostumbraban dormir juntas en un dormitorio y en medio d’él tienen una lámpara encendida y cada una está por sí en su cama, llevaba también la bienaventurada una rueca a prima noche a su cama, y cuando veía que todas las religiosas estaban dormiendo, tomaba su rueca y hilaba cabe su cama a veces en pie y a veces de rodillas en tierra, hasta que tañían a Maitines. Como esta virgen era tan cuidadosa de aprovechar en el espíritu, cuando trabajaba corporalmente enderezaba todos aquellos servicios o trabajos que hacía por la santa obediencia a Dios, y, contemplando decía entre sí que era su moza y esclava, que los platos que fregaba y todas las otras cosas pensaba que eran de oro y de piedras preciosas en que comía su Majestad. Cuando barría contemplaba que la escoba era un manojo de rosas y flores muy olorosas con que alimpiaba y adornaba sus estrados; y cuando guisaba de comer, contemplaba eran muy delicados y preciosos manjares para que comiese su divina Majestad y sus santos; y ansí lo ofrecía ella y desta manera y de otras muchas ofrecía sus trabajos corporales ante la Majestad Divina. Oyendo esta sierva de Dios leer en un libro llamado Floreto de santo Francisco, y oyendo cómo había mandado una vez a un fraile que fuese a predicar, sin capilla y desnudo, pensó entre sí: “Si el Padre San Francisco mandaba ir al fraile a predicar desnudo, no teniendo pecados, ¿cómo no iré yo a confesarme de los míos y desnudarme dellos, desnuda en carnes y hiriéndolas con piedra o palo a cada pecado que dijere? Encomiéndome a Dios y, a vos Padre S. Francisco, y sola la cuerda ceñida a mi cuerpo y cuello quiero ir a confesar como malhechora, y por tal me pregonaré ante Dios y mi confesor”. Y con mucha contrición [523] de sus pecados, entró en el confesionario y comenzose a confesar, hincada de rodilla con muchas lágrimas, y era tiempo de mucho frío y comenzó a dar grandes temblores del gran frío que sentía, de manera que no lo podía encubrir, y fue tanto que el confesor le preguntó que si estaba enferma, que de qué temblaba; respondió la bienaventurada que no estaba enferma, que temblaba de frío. Y acabada la confesión, salió del confesionario, y ella, que se empezaba a vestir y otra religiosa que iba a confesar, y vídola, y entró en el confesionario y dijo al confesor que riñese a Juana de la Cruz por tan ásperas penitencias como hacía, que había entrado a confesar desnuda con solo un silicio. Y el confesor le respondió: “Verdaderamente yo le sentí temblar y pensé estaba enferma y preguntéselo y díjome que no”. Y de allí adelante no solamente en invierno, más aun en verano le preguntaba cuando iba a confesar si iba cubierta, porque, si no, no la confesaría. Todas las veces que esta bienaventurada iba a confesar recibía el confesor singular consuelo en su ánima y dotrina maravillosa para enmienda de su vida, y no solamente él, mas todos los otros padres que la confesaron mientras vivió decían que de sus confesiones no solo salían ellos muy confusos, mas sacaban mucho aprovechamiento para sus almas. Decía, cuando era muy importunada de sus confesores les dijese lo que sentía en su espíritu, que más vergüenza tenía de contar las cosas de virtud y gracia que Dios le había dado que no de decir sus pecados, porque esto era de sí propria y lo otro era de Dios y de su misericordia. Era esta virgen muy prudente y de mucha discreción y capacidad y de mucha gravedad, tenía presencia de mucha autoridad, tenía piedad y admirable consejo y provechoso en las ánimas y a los cuerpos, de muy graciosa habla, de mucha mansedumbre; era mesurada en su risa y provocaba, a quien la oía y veía, a devoción: lloraba muy sereno y sin mucho clamor, salvo cuando se elevaba, que salía de sus sentidos, de algunos pasos de la Pasión, que entonces no era en su mano porque el Espíritu Santo, como dice San Pablo, pide por nosotros con gemidos, que no se pueden contar, siendo esto efecto del Espíritu Santo en nosotros. Ansí obraba [524] grandes maravillas en esta religiosa y le hacía dar algunos devotos suspiros o decir algunas palabras del paso y misterio que estaba contemplando. Era de mucha cortesía y muy grande crianza y muy humilde en todo, y holgaba más de hacer a cualquier persona demasiada reverencia y honra que no de menos: era igual a todos, tratando a cada uno según su estado y manera; era de mucha verdad, y lo contrario ni aun en burla no lo decía; era muy secreta y callada en todas y cualesquier cosas que le eran dichas y descubiertas en secreto: de tribulaciones, tentaciones y angustias y cosas de cualquiera otra calidad. Fue remediadora de muchos grandes males y daños, y libradora de grandes peligros presentes y por venir; era de tan gran santidad que jamás perjudicaba sus prójimos ni los agraviaba, aunque fuese de burla. Llegándose a ella las monjas de su convento, rogáronle que les dijese cómo harían oración que fuese agradable a Dios. La cual dijo: “Doy os por consejo, señoras, que no ofrezcáis solo a Dios un sacrificio, más tres, o cuatro, o más, si pudiéredes, porque cada hora podría cualquier persona ofrecer a Dios tres sacrificios principales, que son estos: el primero, la afección y contemplación muy viva, hecha dentro en el corazón y alma; el segundo, oración vocal y gracias y loores a la Divina Majestad; el tercero, alguna penitencia, golpes y heridas dadas secretamente; y aún para desechar la acidia se puede añadir la labor de manos, y habiendo soledad y tiempo suficiente es bueno haber lavatorio y fuente de lágrimas lloradas de contrición de los pecados o por compasión de la muerte de Nuestro Señor, y entonces podrá cualquier persona dar cinco sacrificios ofrecidos en reverencia de las cinco llagas, y cuando esto no se pudiese hacer tan secreto, podrá ofrecer tres en reverencia de la Santísima Trinidad sin ser visto ni sentido de ninguna persona”.

Capítulo IIII

De cómo esta bendita virgen comulgaba espiritualmente

Procuraba esta madre de, en amaneciendo, ahora estuviese en el coro, en los oficios divinos o en otra cualquier parte o en ocupación [525] o trabajo corporal, de aparejarse para comulgar espiritualmente, pues no podía recebir el Santísimo Sacramento cada día y hora como ella deseaba; porque era tan devota del Santísimo Sacramento del altar y de le gustar continuo que nunca otra cosa quisiera hacer día y noche, sino hartar su alma deste manjar del Cielo. Y por el mesmo Señor fue revelado a todas las monjas del convento por palabras que la oyeron estando elevada, enajenada de sus sentidos: que tanto era el gozo y gusto que esta bendita sentía en el Sacramento que comulgaba y recebía a Dios espiritualmente y sentía gran favor del Señor y consolación de su alma, y daba las gracias a Nuestro Señor por tan copioso beneficio. Estando esta bendita en la casa de la labor, víspera de los apóstoles S. Pedro y S. Pablo, vido una visión de todos los doce apóstoles, como cuando uno acaba de espirar, y luego vido doce sepulcros abiertos y muy hermosos y que salían dellos los doce apóstoles vestidos de blanco y ellos más albos que la nieve, y levantábanse puestas las manos como que adoraban al Señor y le daban gracias; y ella muy maravillada desta visión deseaba saber por qué parecía que salían los santos apóstoles de los sepulcros como difuntos, estando ya todos en el Cielo glorificados y no habiendo muerto ninguno dellos de su muerte natural, mas de muy crueles martirios por amor de Dios. Estando en este pensamiento y deseo, vido todos los apóstoles vestidos muy ricamente, coronados y cubiertos todos de pedrería y muy alegres y gloriosos, y Nuestro Señor en medio de ellos, dándoles muy grandes premios y gozos y galardones por los trabajos y buenas obras que por su amor estando en el mundo habían hecho. Ansimismo le fue mostrado cómo levantarse los santos apóstoles de los sepulcros era significación que todos habemos de ser muertos y resucitados cuando Dios nos llamare a juicio; y cómo Nuestro Señor Jesucristo hace fiesta y llamamiento en el Cielo de todos los santos apóstoles juntos el día que es fiesta de cualquiera de ellos; y cómo la Iglesia militante, ansí como la triunfante, los días de las tales fiestas siempre hacen memoria de los martirios y muerte de los santos que padecieron por amor de Dios y de la vida eterna y bienaventuranza [526] que por ello les da el Señor, y a todos y cualesquier Órdenes de santos y santas, cuando es fiesta de uno o de una en especial, junto con él a todos los de aquella Orden les hace fiesta en general. Decía muchas veces que, cuando comía o bebía, tomaba gusto en aquel manjar corporal porque sabía ella Dios era todas las cosas y en todas ellas le podía hallar, y con este pensamiento en contemplación que siempre tenía puesta en Dios, en cada bocado que comía y trago que bebía hallaba dulzura y gustos divinales. Muchas veces, estando comiendo se arrobaba en espíritu; y esto de arrobarse creció en ella tanto la gracia que adonde quiera que aquella gracia le tomaba se quedaba como muerta, aunque muy hermosa, ora fuese en el coro o en el refitorio o en otro lugar de la casa, a cualquier hora del día o de la noche que era la voluntad de Dios, y muy a menudo; y no estaba elevada poco tiempo, mas tres horas, cinco y siete y doce, y esto al principio de sus elevaciones. Y andado el tiempo diole Dios muy copiosa esta gracia, porque estaba elevada un día y una noche y algunas veces cuarenta horas. La primera vez que el convento vido elevada a esta religiosa, había siete años que estaba en el monasterio y todas las religiosas vieron en ella muy nuevas mudanzas porque la vieron propiamente como difunta, ansí en el gesto, ojos y labios, como en el descoyuntamiento de todos sus miembros, lo cual nunca más tuvo en semejantes raptos, antes en ellos estaba muy hermosa y colorada. Después que volvió en sus sentidos, importunáronla mucho las religiosas les dijese qué había sentido o visto en aquel rapto y ella por entonces no les dijo nada hasta saber la voluntad de Dios; pero pasados algunos días, de voluntad de Dios les dijo: “Señoras, quiero satisfacer a vuestro deseo, pues deseáis saber qué es lo que vi y sentí aquella vez que decís que estaba en el cuerpo muy demudada, a manera de muerta. Yo me vi en un lugar oscuro, donde hube mucho temor, y apareció allí un ángel que alumbró aquellas tinieblas y me dijo: ‘No temas’. Y me fueron reveladas muchas cosas, especial el favor que los ángeles hacían a los que están en el purgatorio hasta que, saliendo de allí, gozan de Dios. Este ángel tiene oficio de ayudar a las ánimas de purgatorio, yéndolas a visitar y consolar [527] por los merecimientos y Pasión de Jesucristo y méritos de su Santa Madre. Y muchas veces va a la ayuda y socorro de las ánimas y personas que están en pasamiento, llevando consigo otros muchos ángeles que le ayuden a defender aquella persona que en tan gran batalla está de tentaciones de los demonios, y las acompaña hasta que son juzgadas y tiene cuidado dellas hasta que estén en descanso y este mesmo oficio tienen otros muchos ángeles”. Estas y otras muchas cosas decía esta bendita a las monjas, importunada de ellas y con licencia de Dios notificadas por su ángel.

Capítulo V

De cómo esta bendita estando elevada hablaba

Esta bendita virgen tuvo gracia de elevación, como queda dicho; el Señor la dotó de otra muy grande gracia y es que, estando ella ansí elevada en aquel rapto, enajenada de sus sentidos, hablaba divinas cosas, altísimas y de notable admiración, sobre lo cual se hicieron grandes experiencias para ver si cuando hablaba estaba en éxtasis o fuera de sus sentidos o de otra manera. La cual experiencia hicieron inquisidores que fueron de intento a esto al monasterio y los prelados de la Orden, monjas de su casa, y otras personas graves; las cuales todas conocieron y vieron que estaba alienada de sus sentidos cuando hablaba, también por las cosas que decía tan maravillosas y provechosas para las almas, ansí para las religiosas de su casa como para las personas de todos estados y condiciones y oficios mayores y menores que la venían a oír y gozar y aprovecharse de lo que decía. Oíanla frailes de todas órdenes, predicadores y letrados, canónigos, obispos y arzobispos, el cardenal de España don fray Francisco Ximénez y condes, duques, marqueses, y caballeros muy generosos y señoras, y de todos estados, ansí de hombres como mujeres que este misterio vieron y oyeron, y estuvieron presentes, y veían cómo esta bendita estaba vestida y tocada de religiosa, echada sobre una cama y sus brazos puestos a manera de persona recogida y el cuerpo como muerto (porque estuvo mucho tiempo tullida) y los ojos cerrados y el gesto [528] muy bien puesto, y muy hermoso y resplandeciente. Su habla era tan poderosa y de tan gran dotrina para la salvación de las almas, y reprehensible a los pecadores, que cuantos la veían y oían, por grandes letrados que fuesen, se maravillaban y quisieran estar tan vecinos y cercanos al monasterio que todas las veces que había estas pláticas la pudieran oír. La cual algunas veces duraba cinco, seis y siete horas. Era tan dulce a todos los que la oían que, aunque fuesen muy pecadores e incrédulos desta santa gracia antes que la viesen y oyesen, les parecía estuvieran tres días con sus noches oyéndola con mucho gusto. Los que eran incrédulos, ellos mesmos se manifestaban diciendo: “Incrédulo era de lo que decían desta bendita”; y cuando vino a ver si podía verla hablar tan bien y cuando acababa de hablar decía a cada uno la intención con que había venido. Y cuando parecía que hablaba con Dios, hacía grandes suplicaciones públicas y otras secretas, que nadie las podía ir; y hacía oración por sí misma y por todas las personas de la tierra y por todo el estado de la Santa Madre Iglesia, por los que están en pecado mortal y por los que están en penas de purgatorio. En estos raptos, que le duraron espacio de trece años, fueron tantos y tan altos los misterios que dijo y declaró que las monjas escribieron un libro que llaman el Luznorte.

Capítulo VI

De cómo esta bendita tenía cuidado de las enfermas y de algunos casos maravillosos que le acontecieron

Había en el monasterio una monja enferma, que estaba ética y algo penosa y asquerosa, a la cual servía esta bendita venciendo con mucha alegría todas las cosas que se le ofrecían en el tal ejercicio de caridad, con el espíritu de su mortificación, por muy graves y repugnantes que fuesen. Vino a ella una religiosa, con mucho frío y dolor de estómago, y díjole: “Señora, por caridad que pidáis para vos un trago de vino, diciendo que lo habéis menester para algún dolor que tenéis y dármele heis a mí, que traigo un gran dolor de estómago y no lo oso pedir” (en aquel tiempo no sabían las mujeres qué cosa era vino) y ella dijo que lo [529] haría y, considerando que decir tenía dolor de estómago por entonces que no diría verdad, y dejarlo de pedir era falta de caridad, suplicó a Nuestro Señor por qué ella pudiese decir verdad y la religiosa recibiese refrigerio en su necesidad: Nuestro Señor lo proveyó de manera que esta bendita no mintiese. En la vida del Padre fray Pascual Bailón, cuyo cuerpo está en San Francisco de Villareal de Valencia, se cuenta d’él las grandes diligencias y trabajos que pasó por no decir una mentira ligera, que no pasaba de pecado venial, lo cual es contra tanto como en estos tiempos se miente porque no se sabe decir verdad. Y ansí sucede a los mentirosos lo que dice Aristóteles, que cuando digan verdad no los crean, aunque hay quien nunca la diga. Muchas veces aparecieron ánimas de difuntos a esta bienaventurada, pidiéndole hiciese diligencias con deudos suyos para que hiciesen obras satisfatorias y cumpliesen obligaciones que tenían para por estos medios ser libres del purgatorio, lo cual ella siempre hacía. Las cuales ánimas le tornaban a aparecer y le decían cómo eran libres de las penas de purgatorio y le daban gracias por haberlas ayudado. Vino a esta bendita un religioso muy tentado de que no rezaba las horas canónicas ni ninguna cosa de las que tenía obligación, diciendo que Dios no tenía necesidad de sus rogaciones; la cual hizo oración por él y le respondió: “Padre, verdad es que Dios no tiene necesidad de las oraciones de las criaturas que Él crió; empero, que todas las criaturas racionales que Él crió tienen necesidad de la ayuda de Dios y de le servir para agradarle: ansí como de necesidad y fuerza es obligado cualquier labrador pechero de pagar a su rey y señor el pecho que es obligado y le debe y si esto de su grado no lo hiciere, será castigado, ansí el religioso, si no pagare a Dios lo que le debe rezando las horas canónicas y lo que es obligado, será castigado de la mano de Dios”. Deseaba padecer muchos trabajos por Dios y suplicábalo a Nuestro Señor y ansí permitió que los demonios la azotasen muy crudamente y las señales le duraron mucho tiempo y la de uno le duró toda su vida. Y lo mesmo se cuenta haber sucedido al glorioso S. Gerónimo. También le dio Dios de ordinario un dolor [530] de cabeza que la atormentaba en gran manera y todo lo llevaba con gran paciencia. Era devotísima de la santa cruz y enseñó a las monjas una adoración en esta manera: “Adórote, cruz preciosa; adórote, santa cruz de Dios; adórote, santo madero; adórote, trono de Dios; adórote, escaño de sus pies con el cual justiciará y pisará los pecadores y les hará ver y conocer cómo solo Él es el Señor y Criador del Cielo y de la tierra y juez de los vivos y de los muertos; adórote, galardón de los justos por el cual se salvan y justifican; adórote, deleite de los ángeles; adórote, penitencia de los pecadores; adórote, tálamo de Dios, en el cual está puesta su corona real; adoro los clavos, tenazas, martillo, escalera y lanza; adoro al Redentor en ti puesto; adoro a mi Salvador; adoro su santo rostro; bendigo, glorifico y adoro sus santos miembros todos, desde las uñas de los pies y plantas hasta encima de la cabeza, que son los cabellos: adórote, árbol santo de la vera cruz”.

Capítulo VII

De la enfermedad que tuvo esta bendita madre

Siendo súbdita y abadesa en el dicho Monasterio de la Cruz, habiendo adquirido al monasterio muchos bienes y posesiones de personas que tenían devoción a esta bendita madre, por cuyo respeto las daban, y habiendo tenido la sierva de Dios muchos trabajos, contrariedades y aflicciones, ordenándolo Dios ansí para que fuese probada su paciencia y virtud, últimamente tuvo grandes enfermedades, sin poderse levantar en mucho tiempo de la cama, donde siempre trabajó, exhortando con palabras a las que la veían al temor y amor de Dios; y para los ausentes tenía una monja que escribía muchas cosas, concernientes y ordenadas todas al bien de los prójimos. Y estando en la cama enferma tuvo grandes consuelos espirituales y revelaciones misteriosas, secretos grandes del estado de la Iglesia, de los que están en purgatorio y otros muchos secretos, los cuales Dios le revelaba. Apareciole muchas veces Nuestra Señora y consolola. Su santo ángel custodio le hablaba muy de ordinario y fue cosa maravillosa la gran familiaridad que con él y otros ángeles, de quien era muy devota, [531] tenía, y las admirables revelaciones que tenía del Señor. Siendo esta virgen ya muy labrada como piedra para ser puesta en el edificio de la ciudad santa de Jerusalén, llegose el tiempo de su glorioso tránsito.

Capítulo VIII

De un caso prodigioso que sucedió a esta sierva de Dios

Un viernes santo, habiendo estado toda la mañana en un rapto, volvió en sí estando diciendo la Pasión, y fuese al coro e iba llorando y descalza; y porque no podía andar ponía los pies de lado, que de otra manera no los podía poner, y aun esto con mucha pena y dolor. Y viéndola las religiosas entrar en el coro, fuéronse para ella, preguntáronle cómo iba de aquella suerte. Respondió que le dolían mucho y los pies y no podía andar con ellos; y mirándoselos las religiosas, viéronselos señalados, y ansimesmo las manos, no con llagas abiertas, sino unas señales redondas del tamaño de un real y muy coloradas, de manera que parecían por las palmas de las manos que estaban impresas. Tenían estas señales muy suave olor y la bendita lloraba de los dolores que tenía en aquellas señales. Y también las religiosas lloraban y tomáronla en sus brazos y lleváronla a su celda; y era tan grande el fuego que tenía aquellas señales que las religiosas le ponían paños mojados en agua fría y en muy breve espacio se enjugaban del gran fuego que de allí salía, y muy a menudo se los tornaban a poner mojados. Ella mesma se soplaba las palmas de las manos por mitigar el gran fuego y dolor que padecía. Y preguntándole las religiosas qué era aquello, respondió con muchas lágrimas y dolores que sentía que había visto a Jesucristo Nuestro Señor crucificado, que llegándose a ella había juntado sus manos con las suyas y puesto sus pies con los suyos; y que luego había sentido gran dolor en su espíritu y gran sentimiento en sus manos y pies, que eran tan recios que no los podía sufrir. Tuvo estas señales tan maravillosas y crecidos dolores desde el día del Viernes Santo hasta el día de la Santa Ascensión. Y esto no continuo, sino los viernes, sábados y [532] domingos, tres días arreo, hasta la hora que Cristo Nuestro Señor resucitó; y desde aquella hora hasta otro viernes no tenía más dolor ni señal. Viendo esta santa cómo no podía encubrir estas preciosas señales que no fuesen vistas de personas devotas del monasterio, pues ya se publicaba, y el confesor del monasterio y las religiosas d’él las habían visto, suplicó a Nuestro Señor muy afectuosamente que en ninguna manera su Divina Majestad permitiese que en ella su indigna sierva pareciese ni tuviese tal tesoro ni tan ricas joyas, que no era digna de ellas ni quería tal don, pues no le podía encubrir, y nunca cesó de hacer esta súplica, derramando muchas lágrimas, hasta que lo alcanzó del Señor. Y en la oración oyó una voz del Señor que le dijo: “Mucho me ruegas e importunas que te quite ese don que te he dado, yo lo haré; y pues no has querido tener mis rosas, yo te daré cosa que más te duela que ellas”. Y ansí le fue otorgado del Señor no tener más aquellas señales, pero en su lugar le dio Dios muchas enfermedades y trabajos.

Capítulo IX

De cómo esta bendita pasó de esta vida

Siendo esta bendita de edad de cincuenta y tres años, los cuales había vivido muy bien y muy ejemplarmente a honra y gloria de Dios y salvación y mérito de su alma y aprovechamiento de sus prójimos, vivos y difuntos, como su historia da testimonio dello, quiso el poderoso Dios que después de la Dominica del Pastor, año de 1534, se le agravasen a esta sierva de Dios sus enfermedades, sobreviniéndole otra de nuevo, la cual fue que no pudo orinar en catorce días, y publicándose su enfermedad entre algunas personas muy generosas, devotas suyas, fue luego proveída con mucho deseo de su salud de médicos y de las cosas necesarias para su cura. Y los médicos juntos y concentrados le hicieron muchas y grandes experiencias, y ella, tomando por la consolación de las monjas que se lo rogaban todo lo que los médicos le mandaban, aunque era contra su voluntad, y algunas veces con rostro como de ángel y semblante muy gracioso [533] que reía con las monjas y les decía palabras de muy grande amor y también a los médicos, se mostraba muy agradecida a su trabajo. Y viendo ellos que su mal iba empeorando y que era mortal, dijéronlo a las religiosas, las cuales con muchas ansias comenzaron a invocar la misericordia de Dios haciendo oraciones y derramando muchas lágrimas y sangre, haciendo procesiones con gemidos y sollozos, que parece querían expirar, suplicando a Nuestro Señor no quisiese su Majestad quitarles tan grande amparo, consolación y ayuda para su salvación como tenían en la madre Juana de la Cruz. La cual con muy grande fervor pidió le trujesen su confesor, que se quería confesar y aparejarse para morir, y ansí lo hizo, que confesó y comulgó con admirable devoción y se despojó como muy pobre y perfecta religiosa, y pidió la extremaunción; y todos los días que estuvo enferma de la enfermedad que murió, no pasó noche que no se arrobase, pero no le fue descubierto el secreto de su muerte hasta tres días antes de su bienaventurado fin. Y aunque con mucha flaqueza, no faltándole caridad y compasión de sus hermanas, contoles algunas cosas de consolación que en sus raptos había visto. Y acercándose el día de su glorioso fin tuvo una revelación jueves en la noche, vigilia de los apóstoles San Felipe y Santiago, en la cual conoció que era la voluntad de Dios llevarla desta vida; y súpolo en espíritu, por cuanto aquella mesma noche estuvo elevada desde las once hasta la una, y en esta elevación vido a los gloriosos apóstoles San Felipe y Santiago. Y hablando con su santo ángel le dijo viese cuál estaba y le suplicaba rogase al Señor por ella y por las religiosas de su casa y por sus hermanos y parientes y amigos y por todas las personas que a ella se encomendaban; y la respuesta fue: “Bienaventurados son los que viven y mueren en Dios y malaventurados se pueden llamar los que viven fuera de Dios; esfuérzate y ten paciencia, y encomiéndate a Dios y confórmate con su santa voluntad, y arrepiéntete de tus pecados y de las cosas que pudieras haber hecho en su servicio y no las has hecho”; la cual dijo: “Tan tarde me lo decís”. Y respondió: “No es tarde, que tiempo tienes para lo poder hacer; tú, amiga de Dios, confórtate [534] con todo lo que Nuestro Señor quisiere hacer de ti y suplica a su Divina Majestad se cumpla en bien y salvación tuya la sentencia que está dada, y tiempo es ya, amiga de Dios, de gozar de las cosas prometidas y a Dios pedidas y por Él otorgadas”. Y suplicó esta madre a los gloriosos apóstoles San Felipe y Santiago rogasen a Dios por ella, que no deseaba la muerte por impaciencia, sino muerte con penitencia, contrición y arrepentimiento de sus pecados, y que fuese en ella cumplida la voluntad de Dios. Los santos apóstoles le dijeron: “Ansí tiene de ser para ser la muerte buena y inocente y sin pecado, y ahora es tiempo de padecer los penitentes y amigos de Dios para que después gocen de los gozos del Cielo”. Todo esto pasó estando esta sierva de Dios elevada, y tornando en sus sentidos llamó a una religiosa parienta suya, que desde niña se había criado en el monasterio y ella le tenía mucho amor, y díjole: “Hágoos saber, hermana, que según me ha sido revelado he visto que es la voluntad de mi Señor Jesucristo que muera desta enfemerdad, de lo cual yo mucho me he consolado”. Y contole la sobredicha revelación y díjole muchas cosas de gran dotrina, aconsejándola tuviese paciencia y se conformase con la voluntad de Dios. Y luego, viernes por la mañana, día de los apóstoles San Felipe y Santiago, entrando el médico a visitarla, dijo que le quería hablar en secreto y, llegándose cerca de su cama, le dijo: “Señor, ruégoos por amor de Nuestro Señor que no me curéis ya más ni hagáis algún beneficio, porque yo sé que tengo de morir desta enfermedad y todo aprovechará poco, sino es darme más tormento; y paréceme que todo mi cuerpo le meten en un grano de mostaza y allí le aprietan según que yo siento”. Y ansí estuvo todo aquel día con alguna fatiga causada por la enfermedad. Y como se divulgase mucho que estaba tan al cabo de su fin, muchas señoras generosas deseaban estar presentes a su glorioso tránsito y ansí lo pusieron por obra; y no todas llegaron a tiempo, a causa que algunas venían de lejos, sino fue una muy ilustre señora muy devota suya que se llamaba doña Isabel de Mendoza, hija del conde de Monteagudo, mujer de don Gonzalo Chacón, señor de Casarrubios, que llegó a tiempo [535] y estuvo presente a todas las cosas y maravillas que pasaron en su bienaventurado tránsito y tuvo muchas lágrimas de devoción. Y esta señora, después de viuda, fue monja en el Monasterio de la Concepción de la Puebla de Montalván. El mesmo día de los apóstoles, antes de vísperas, estando en sus sentidos, vido algunas cosas, las cuales ella no dijo claramente, aunque mucho se lo importunaron y rogaron. Este mesmo día, ya que quería anochecer, le dieron la santa unción, la cual recibió con muy gran devoción, y desde a un rato dijo con gran gemido y contrición: “Ay, ay de mí, cómo me he descuidado”. Pasada una hora, después de recebida la santa unción, le sucedió una indisposición, que pensaron era desmayo, y viéndolo el médico dijo que no tenía pulsos, que verdaderamente se moría, y estuvo ansí un rato; y tornando sobre sí, comenzó a hablar con buen semblante, en lo cual conocieron había sido arrobamiento. Y destos tuvo muchos aquella noche y empezó a hablar, diciendo lo que había visto, como quien responde a lo que le decían, y parecía a todos los que la veían que lo que hablaba eran respuestas que daba a quien hablaba, e dijo como persona muy admirada: “O, qué cruel espada, tenédmele, tenédmele, no me mate con ella”. Y ansí estuvo sosegada un gran rato en silencio, como persona que veía grandes cosas. Y después dijo con gran sosiego y manera pacífica: “Tened ese cuchillo, tenedle”; y alzando un poquito la voz, decía: “Llamádmela, llamádmela que se va”. Y preguntándole a quién habían de llamar, respondió: “A la santa Madalena”; y diciéndole qué Madalena, dijo: “La que estuvo al pie de la cruz, que viene del sepulcro”; y decía: “Ay, ay, amiga de mi alma”. Preguntándole si estaba allí la Madalena, respondió que sí; y de rato en rato decía, a manera de mucho deseo: “Pues vamos, Madre de Dios, vamos”, y esto decía muchas veces; y algunas veces añadió: “Vamos a casa, vamos, Madre de Dios, que es tarde”. Y con manera de ahínco y esfuerzo fervoroso decía: “Echalde de ahí, echalde de ahí, ¿por qué me dejáis?”; y parecía que estaba angustiada y que peleaba con el demonio y para esta pelea la dejaron sola; la cual venció poderosamente, según pareció la plática que ella tenía con el demonio, [536] que ansí como Dios le dio gracia de fortaleza que en su vida le venciese, ni más ni menos en la hora de la muerte no la desamparó, que maravillosamente quedó vencedora. Y volviendo la plática a las religiosas, dijo: “Señoras y hermanas mías, levantadme de aquí, daré mi alma a Dios en sacrificio”. Dende a poco comenzó a decir apriesa, como quien habla con otras personas: “Buscádmele, buscádmele a mi Señor, ¿por qué me le llevastes?, dejádmele ir a buscar, aunque estoy descoyuntada”; y con gran fervor decía: “Mi Señor, la misericordia sobre la justicia: Jesús, y qué angustia”. Y muy fatigada, volvió el rostro a las religiosas, e díjoles: “Amigas, ayudadme a rogar”; y dijeron: “Señora, ¿qué quiere que roguemos y pidamos?”. Respondió que misericordia y piedad, que la misericordia era sobre la justicia. El médico que la curaba, viendo todas estas cosas, dijo con gran devoción y lágrimas: “Bienaventurado colegio que tal alma como esta envía el Cielo; por cierto, señoras, creo yo que serán mayores los favores que desta bendita recebirán desde el Cielo que los que han recebido en la tierra, aunque han sido muchos”; y respondió la bienaventurada: “Podrá ser”. Y todo esto pasaba estando sin pulsos en ninguna parte de su cuerpo, y estándola todos mirando empezó a mascar, como persona que comía con mucho favor, y cesando le dijo el médico: “Señora, parece que come”. “Es verdad”, dijo ella, “sí”. Tornándole a preguntar que quién se lo había dado y qué era, respondió que cierto manjar, y dijeronle: “con tal manjar muy esforzada estará”, y dijo: “Sí, estoy”. Y tomándole el médico el pulso dijo que se le había tornado muy esforzado y grande, que parecía de nuevo le habían dado vida porque había más de cuatro horas que estaba sin él y desde el día de los santos apóstoles no había pasado ninguna sustancia. Y después de todo esto comenzó a decir con muy alegre gesto: “Amigas mías y señoras mías, llevadme, llevadme”; y entendieron que hablaba con santas vírgines; y de a poco rato dijo con gran reverencia: “O, Padre mío”, y las religiosas pensaron que lo decía por el glorioso Padre San Francisco. Y cuando esto pasaba, ya venía el día y era sábado, y todos los que allí habían estado aquella noche, ansí a las religiosas como a las personas de otra manera, no se les hizo o pareció ser aquella [537] noche una hora. Estando ansí esta sierva de Dios, dijo: “Ea, pues, Jesús, vamos de aquí”; “vamos presto, Señora mía”; “vamos, vamos mi Redentor”. Entonces las religiosas se levantaron con muchas lágrimas y grandes sollozos y le besaron las manos con mucha devoción y ella las bendijo presentes y ausentes. Y tornó a decir: “Vamos, vamos, Redentor mío, vamos de aquí”. Y llegándose el médico a esta bienaventurada y hablándola, recibió el aliento que de la boca le salía y dijo a los que allí estaban no podía conocer ni alcanzar qué olor fuese, salvo que olía muy bien, de lo cual estaba admirado porque hasta aquella hora había tenido mal olor en el aliento, que le procedía de la corrupción de los humores, y entonces le tenía bueno. Y todos los que estaban allí que oyeron esto al médico se allegaron con mucha devoción y, recibiendo el huelgo, conocieron no ser de los olores deste mundo, y toda su persona estaba con grande olor y hermosura. Y desde el sábado a la tarde hasta el día siguiente domingo después de vísperas, día de la Invención de la Santa Cruz, no habló; y antes que entrasen por la puerta de su celda se olía los maravillosos olores que de ella salían.

Capítulo X

Del tránsito

Siendo la hora de las seis, después de mediodía, domingo día de la Santa Cruz, año de 1534, día en que la sierva de Dios nació y entró en la religión, acompañada su ánima de muy buenas y perfetas obras, y ansimismo su cuerpo acompañado de religiosos de su Orden y de todas las monjas de su casa, las cuales con candelas encendidas en las manos, y los padres leyendo la Pasión, dio esta sierva de Dios el alma en manos del poderoso Dios que la crió y redimió, quedando su gesto con hermosura y compostura admirable, quedándole la boca muy buen puesta, a manera de quien se ríe. Y admirados los padres que allí estaban, con gran reverencia llegaron a mirarle los ojos, y alzando los párpados vieron que no los tenía quebrados, sino con aquella hermosura que los tenía cuando era viva, y ansí como agradó con ellos mucho a Dios, permitió en la hora de su muerte que no se le quebrasen, en testimonio de las buenas obras que con [538] ellos había hecho; de lo cual todos se maravillaron mucho y dieron gracias a Nuestro Señor por las grandes maravillas y mercedes que con sus fieles amadores hace. Como acabó de expirar, allegáronse con grande ansia todas las religiosas, llorando lágrimas muy dolorosas a ver y besar el cuerpo, y como se cercaron a él, eran tan grandes los olores que d’él salían y tan subidos que no se podían comparar con cosa desta vida, y las religiosas que tocaron el cuerpo les quedó por muchos días muy admirable olor en sus personas y manos y en cualquier cosa que se le ponía encima, y le tuvo en su persona y hábito todo el tiempo que estuvo por sepultar, que fueron cinco días. Y aderezado el cuerpo, la abadesa y monjas del convento, con candelas encendidas y rezando, le llevaron al coro y allí le fue dicho el oficio muy solenemente, y estuvieron aquella noche con él acompañándole con mucho dolor de lágrimas, y con ellas la dicha señora doña Isabel de Mendoza, que con mucha devoción se halló a su tránsito. Y divulgándose cómo ya era pasada desta vida esta sierva de Dios Juana de la Cruz, concurría mucha gente de toda la comarca con gran deseo de ver su cuerpo. Ansimismo vinieron muchos padres de la Orden a hacer sus exequias y enterramiento, y como la gente era tanta, daban licencia a algunos que entrasen en el monasterio; los cuales, cuando veía el cuerpo y olían los olores que d’él salían, daban muchas gracias a Nuestro Señor, derramando lágrimas de devoción.

Capítulo XI

Cómo sacaron el cuerpo desta sierva de Dios para que la gente le viese

El día siguiente lunes, como fuese casi hora de vísperas y todos los campos estuviesen llenos de gente, clamando que les mostrasen el cuerpo que se le dejasen tocar, los padres que allí se hallaron, por satisfacer a su devoción, tomaron el cuerpo y sacáronle fuera con mucha reverencia, donde todos le pudiesen ver; y viendo la gente cómo le sacaban, eran tan grande los clamores y gemidos que todos daban con muchas lágrimas que se oían muy lejos de allí; y llegando todos a prisa, los religiosos que guardaban el cuerpo no consentían [539] tocasen sino en el hábito; y sintiendo el muy suave olor que del cuerpo salía, con mucha admiración daban gracias a Dios y ponían encima rosarios y otras cosas que traían, en las cuales se pegaba el mesmo olor. Y consolada la gente, tornaron el cuerpo al monasterio a hora de Completas; a la cual hora llegaron correos de grandes señoras rogando que detuviesen el cuerpo hasta que ellas le viesen y ansí se hizo. Y hecho el oficio, los religiosos se fueron a sus monasterios y dejaron el cuerpo por enterrar y ansí estuvo por cinco días, no perdiendo el buen olor que d’él salía. Y venidas las señoras, a cuya instancia el cuerpo estaba detenido, viéronle y tocáronle y se consolaron mucho de ver las maravillosas que Dios mostraba en él. Pareció era bien porque la gente gozase desta reliquia, se enterrase en la Iglesia y capilla del Santísimo Sacramento, pero las religiosas no consintieron sacar el cuerpo del monasterio y hubieron de entender en ello los prelados, y húbose de hacer lo que las monjas querían porque era más justo, y pusiéronle en una parte donde las religiosas comulgaban, en un hoyo pequeño, cuanto cupo el ataúd, encima cubierto con yeso; en el cual lugar el tiempo que allí estuvo manifestó Nuestro Señor la santidad desta su sierva, sintiendo muy suaves olores. En la ciudad de Almería había una grande religiosa, que tenía revelaciones muy verdaderas y el Señor le comunicaba muchos secretos: llamábase María de San Juan, natural de la villa de Casarrubios del Monte, la cual con otras había ido al Monasterio de Torrijos a fundar al Monasterio de la Concepción de Almería, en tiempo de doña Teresa Enríquez, señora de Torrijos. Y esta religiosa María de San Juan tenía gracia de arrobarse, y las dos se habían hecho hermanas espirituales y se comunicaban mucho. Y yendo dos padres de la Orden de S. Francisco, que el uno de ellos había sido provincial de la provincia de Castilla, persona de mucha autoridad y letras, a tratar y negociar con la madre María de San Juan, a un mes que había pasado desta vida la madre Juana de la Cruz, y preguntándole el dicho prelado, que le dijese del estado del ánima de la madre Juana de la Cruz, respondiole con mucha alegría: “Tiene tanta y tan grande gloria como el poderoso Dios les da a sus escogidos y los méritos [540] de la madre Juana de la Cruz merecían”. Y contó cómo el día de San Juan Evangelista, a seis de mayo, tres días después de la Invención de la Cruz, día en que la madre Juana de la Cruz pasó desta vida, se la mostró Dios muy diferente de cómo la solía ver y que, admirada de aquello, le fue respondido que ya estaba desatada de las cadenas de la carne y en gloria para siempre, y que Dios dio lugar que la hablase y le dijo que había tres días que había pasado desta vida y en ella había tenido su purgatorio, y que no le dieron lugar para que le dijese más y quedó ella muy consolada. Algunos años después, se hizo un arco muy bien labrado en una pared que divide la capilla mayor del claustro del monasterio por la parte del evangelio, y se puso una reja muy bien labrada, toda dorada muy fuerte y recia, que cae a la parte de la capilla, y por la parte del monasterio se pusieron unas puertas muy fuertes y allí trasladaron el cuerpo de esta sierva de Dios, el cual pusieron en una caja muy bien guarnecida por de dentro y por de fuera; y esta caja pusieron en una área muy grande, muy cerrada con diversas llaves y barreteada muy fuertemente; y ansí por la parte de la iglesia gozan della todos los que entran en la dicha iglesia y por parte de dentro la gozan las religiosas. Setenta años después que la pusieron en este lugar, dos reverendísimos generales de la Orden de San Francisco en diversos tiempos quisieron ver el cuerpo porque habían de ir a Roma y tratar con Su Santidad de su canonización, para lo cual se hacen diligencias; y, aunque con trabajo, la abrieron el arca, por estar muy barreteada por todas partes. Abrieron la dicha arca y el cuerpo fue hallado como si acabara de morir, sin tener ninguna parte resuelta; y estaba vestida de damasco pardo porque ciertas señoras que se hallaron a esta traslación la pusieron en aquella forma. Y por secreto que esto se trató, fue tanta la gente que acudió que, por condescender con la devoción de todos, mostraron el cuerpo por la reja de donde está tan entero como cuando murió. Repartidas algunas reliquias suyas, como de sus tocados y sobretocas, para repartir a señoras en la Corte y en otras partes, se tornó a poner con la mesma decencia y seguridad que antes; y siempre Nuestro Señor hace muchos [541] milagros y maravillas en aquella santa casa de Nuestra Señora de la Cruz. Hase de advertir, que se dice en esta historia, que muchas personas seglares entraban en la clausura del monasterio a negociar con esta sierva de Dios, como es cuando estaba enferma, que no podía salir a los locutorios cuando se arrobaba; y también cuando, estando elevada y fuera de sus sentidos, entraban a oírla por las cosas grandes y maravillosas que de su boca salían y en la última enfermedad de que murió y después de muerta y en su entierro y en semejantes ocasiones. Digo que se ha de advertir que antes del Concilio de Trento los prelados podían dar licencia con causa que para ello ocurriese para entrar en los monasterios de monjas; y en especial las que por su estado no hacían voto de clausura, como son las monjas terceras, que, aunque guardaban clausura, era por vía de precepto, como se dice en el tratado de los terciarios; y ansí los prelados daban las sobredichas licencias.

Capítulo XII

De otras monjas que ha habido en este convento

Desta sierva de Dios Juana de la Cruz se hace memoria en el catálogo general que la Orden tiene de frailes religiosísimos y monjas a quien tiene gran reverencia y veneración, esta parte de su historia impresa en la tercera parte de la Crónica general de la Orden que compuso el reverendísimo Gonzaga siendo general della, remitiendo muchos milagros y otras cosas a que se vean en un libro, en el cual está todo autenticado. Y en la historia del Convento de Nuestra Señora de la Cruz se dice las personas insignes que con ella trataban y comunicaban sus negocios, las personas reales de grande autoridad que se encomendaban en sus oraciones, las gruesas limosnas que por su respeto hicieron al dicho monasterio; y desde entonces hasta ahora ha proveído Dios que en aquel monasterio haya habido monjas de grande espíritu y celo de la virtud, siguiendo los ejemplos y dotrina desta sierva del Señor. Ansí, todo el convento haciendo procesiones de ledanías que ella ordenó, y en particular la imitan monjas, guardando ayunos de pan y agua, no durmiendo en cama ni trayendo lienzo en el cuerpo y teniendo mucha [542] oración, entre las cuales hubo una muy noble, que se llamaba sor Ana de la Cruz, de la cual se cuenta que en más de cuarenta años no faltó de Maitines a medianoche, y después dellos se quedaba en oración hasta que venía el día y era hora de irse a su oficio, que era tornera, en el cual dio grande ejemplo. Otra, sor María de Sonseca hubo, que tiene mucho nombre de grande penitente y recogimiento. Y con esto es Nuestro Señor servido que esta casa sea de mucha devoción y acudan a ella tantas doncellas a querer ser monjas que, guardando el número que, conforme sus rentas, y haciendas pueden conservar, como lo manda el Concilio de Trento, muchas no se pueden recebir; y es mucho considerar que personas que pueden ser monjas en monasterios de grandes villas y ciudades, y de Corte, escogen más este para ser monjas estando en un desierto, trayéndolas Dios por la devoción que a esta bendita madre tiene. Y por la mesma razón, habiendo la Provincia muchas veces tratado y querido trasladar esta santa casa a algún gran pueblo, después que esto se ordenó en el Concilio de Trento, ha sido tan grande la instancia y tantas las súplicas y ruegos e intercesiones que las religiosas han hecho para que no las saquen de la casa donde vivió y murió la madre Juana de la Cruz, y adonde tienen su cuerpo, que no ha sido posible hacerse. Y esta devoción del lugar y monasterio es tan grande en toda la tierra que jamás faltan velas, enfermos y tullidos y de otras muchas enfermedades que velan y asisten donde está su bendito cuerpo; y muchos reciben grandes mercedes y beneficios de Dios Nuestro Señor, como parece por los ataúdes, mortajas, muletas, hierros de cristianos esclavos, los cuales han dicho que por la devoción que han tenido a esta casa milagrosamente han sido libres de cautiverio. Muchos cirios de cera y bultos de personas y otras cosas que allí llevan en señal y reconocimiento de los beneficios recebidos, de lo cual todo se toma fe y testimonio verdadero, y las paredes de la capilla mayor y iglesia deste monasterio están llenas de estas insignias y testimonios.

Capítulo XIII

En que se concluye esta historia

En materia de milagros se debe advertir cómo se hacen, porque unas veces los [543] hace Dios súbita e instantáneamente y otras más de espacio y en tiempo, como consta de lo que San Marcos cuenta en el cap. 8., que, trayendo a Cristo un ciego, suplicándole que le diese vista, poniéndole las manos le preguntó que qué vía, y dijo que vía unos hombres como árboles que andaban, dando a entender que no vía perfetamente. Donde Erasmo sobre el mesmo lugar dice que aquella palabra, ambulantes, tiene de ir con los hombres y no con los árboles, porque el árbol en el griego es neutro y no puede convenir con el ambulantes, que es como si dijera: “Veo andar los hombres como árboles”. Y segunda vez le tocó Cristo y vido perfetamente y con más perfección que si viera por naturaleza. Pues las obras de milagro, según todos, más perfetas son que no las naturales. Y ansí en este milagro se ve cómo Cristo no le hizo en un punto, como cuando Cristo entró en casa de San Pedro y su suegra estaba enferma de grandes calenturas y los discípulos le rogaron que la sanase, y mandó a la calentura que la dejase y en un punto fue sana: que son milagros que los teólogos llaman por otros términos, milagro en el modo, porque muchos sanan de calenturas, pero no en un punto. La razón desta diversidad de sanar Dios en un punto, o en tiempo, dicen algunos que es conforme la disposición que cada uno tiene para recebir aquel beneficio; y ansí unos le reciben en poco tiempo, otros en mucho. Y aunque esta razón es buena para que todos se dispongan para que Dios los sane en el alma, pues es dotrina cierta que a quien Dios sana en el cuerpo también sana en el alma, lo cual de ley común no se hace sin disposición, la razón de la diversidad de milagros es porque Dios es autor de la naturaleza, y el modo con que obra ese le dio Dios, la cual obra por movimiento, que no puede ser sino es en tiempo, sucediendo uno a otro, como se ve en la producción y obras de la naturaleza, como un hombre que nace niño y poco a poco con el tiempo se hace hombre, lo mesmo es en un árbol y en cualquiera otra cosa. Y para darnos a entender en los milagros, que es autor de la naturaleza, hace algunos poco a poco, procediendo como la naturaleza. Y también para dar a entender que es sobre naturaleza y no está atado a las leyes della, hace milagros en un punto, como es la resurrección de Lázaro y otros semejantes, la cual la naturaleza [546] no puede hacer. Lo mesmo pasa en las cosas espirituales porque, como dice el maestro de las sentencias, no ató Dios su virtud a los sacramentos de tal manera que no pueda justificar sin ellos, pues es sobre los sacramentos, aunque autor dellos. De lo dicho se entenderá la razón de estar algunas personas en los santuarios teniendo novenas, y otros treintanarios y otros más y menos, como acontece en este santuario de Nuestra Señora de la Cruz, que unos sanan de sus enfermedades a tres días, otros a cuatro, otros a nueve, y otros a más, y otros a menos y otros en llegando; lo cual todo resulta en honra y gloria de Dios, de quien son las maravillas y milagros. Si es según la diversidad de disposición de cada uno, de Dios es la disposición; y ansí a Él se debe la gloria; si es porque se quiere mostrar hacedor de la naturaleza y sobre ella todas las criaturas, cada uno en su modo le alabe y glorifique. Y también acontece que algunos no alcanzan el beneficio que desean y esto porque les conviene mejor la indisposición que tienen, que no su pretensión, como se cuenta del glorioso apóstol S. Pedro: que santa Petronilla su hija estaba tullida en una cama, yendo S. Pedro con unos discípulos suyos a comer le dijo que se levantase y les aderezase la comida, y acabado de comer dijo que se volviese a la cama tullida, y los circunstantes dijeron a S. Pedro que quien daba salud a tantos y libraba de tantas enfermedades por qué consentía que su hija estuviese de aquella manera, y respondió S. Pedro: “Todo lo que decís es verdad, pero a Petronilla le conviene más la enfermedad, que la salud”. Y ansí porque a muchos necesitados y enfermos no les conviene tener salud, no se la da Dios; y, pues lo hace por más bien suyo, deben de estar muy contentos y consolados, tanto como aquellos a quien Dios se la concede, pues lo uno y lo otro es lo que les conviene; y los que van sanos procuren no ofender a Dios porque no les acontezca lo que Cristo dijo al paralítico, que pues iba sano, no pecase, no le aconteciese otra cosa peor que la enfermedad que había pasado. Todos procuren ser devotos de la madre Juana de la Cruz, pues, a los que lo son, hace Dios muchas mercedes en esta vida y en el siglo que esperamos. Otros muchos milagros y grandezas hay desta sierva de Dios, referirse han en libros que desto se harán en particular.

Vida manuscrita

Ed. de María Victoria Curto

Fuente

  • BNE MSS-9661

Criterios de edición

El Libro de la Casa y Monasterio de Nuestra Señora de la Cruz contiene fragmentos de la vida de Juana de la Cruz, motivo por el que es incluido en el catálogo de santas vivas. Esta es la primera vez que se edita. El Libro de la Casa y Monasterio de Nuestra Señora de la Cruz (mss. 9661 de la Biblioteca Nacional de España) es un manuscrito posterior a la muerte de Juana de la Cruz (1534) y que refleja las características fonéticas y gráficas propias de la segunda mitad del siglo XVI, por lo cual los criterios que se han adoptado para realizar su transcripción son conservadores. La lengua que refleja el manuscrito no parece presentar rasgos dialectales, ya que vocalismos en formas como sepoltura o monesterio eran muy habituales.

Se ha decidido mantener los grupos consonánticos cultos, como el grupo -mpt- en redemptor, el grupo -th- en thesoro o el grupo -nct- en sancto, ya que son una muestra de la importante presencia e influencia del lenguaje eclesiástico y de la fuerte carga semántica de ciertos términos religiosos. Se conserva también el uso de las distintas sibilantes que presenta el texto original, es decir se respeta en todo momento la oscilación entre ss/s (dixessen/dixesen, santíssima/santísima) y entre z/ç (vezes/veçes), incluso en los casos donde la oscilación está mal empleada etimológicamente. Es importante apuntar que la autora del manuscrito fue una monja del convento de Nuestra Señora de la Cruz de Cubas de la Sagra, quizá compañera de Juana mientras esta vivía, que tal vez escribía al dictado de otras monjas y cuya alfabetización debía de ser muy básica. Por último, también se han mantenido las consonantes geminadas (officio, abbadesa), la oscilación entre b/v (tubo/tuvo), entre j/x (dijo/dixo), entre h/g (huerta/güerta) y entre y/i (yglesia/iglesia); y se separan las formas constructas como d’esto, d’ella, señaladas con apóstrofo.

Para que la lectura del texto resulte más clara y sencilla al lector, se han juntado o separado palabras de acuerdo al criterio actual, se han desarrollado las abreviaturas, las palabras se han tildado siguiendo las normas ortográficas actuales, se ha corregido la capitalización de determinados términos, reservando la mayúscula para vocablos abstractos referidos a la divinidad, y se ha puntuado modernamente el texto, intentando en todo momento respectar lo máximo posible su particular ritmo interno, muy cercano al lenguaje oral. Para facilitar la lectura, también se ha acentuado la á verbal, para distinguirla de la preposicional, se ha añadido la virgulilla a la grafía ñ y se ha unificado la oscilación entre u/v, otorgando a la -u- función exclusivamente vocal y a la -v- consonántica. Con la intención de orientar al lector, se han introducido breves epígrafes que dividen el cuerpo del texto en función de la temática que se aborda en cada momento, así como notas a pie de página que se han circunscrito a aclaraciones sobre la presentación del manuscrito. Por último, se ha empleado el paréntesis para las acotaciones teatrales y las explicaciones del texto, se ha hecho uso de la letra cursiva para indicar frases latinas, y se han utilizado las comillas para señalar las nomenclaturas y los diálogos que aparecen en el cuerpo del texto.

LIBRO DE LA CASA Y MONASTERIO DE SANTA MARÍA DE LA CRUZ

[1] [fol. 1r] Este libro es de la casa y monasterio de Nuestra Señora de la Cruz. Tiene los autos que se hacen el día de la asumpción y el de la sepoltura, y gracias que Nuestro Señor concedió a esta sancta casa, y mercedes que en ella hizo por yntercessión de nuestra madre sancta Juana a las monjas y bien hechores d’ella, y esto para siempre.

[PRIMER AUTO DE LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN]

[fol. 2r] Este auto es el que hazen en la casa de la labor el día de la sepoltura de Nuestra Señora.

(Entra el ángel y anuncia a Nuestra Señora su muerte gloriosa.)

Ángel – Thesoro rica del Cielo,

a cuya real persona

quiere Dios dar la corona,

honrrando con vos su Cielo,

la suprema Trinidad

para anunciaros me embía,

que se os ha llegado el día

de gozar la eternidad.

Y para señal y muestra

que triunfáys en cuerpo y alma,

aquesta preciosa palma

os presento, Reina nuestra.

Nuestra Señora – Señor de la Magestad,

mi Dios y amado hijo,

que de un destierro prolijo

me llamas a tu ciudad,

gracias te den inmortales,

los ángeles en la altura,

honrras con favores tales.

Y pues ya, Señor, previenes

a la muerte los despojos

para que gozen mis ojos

el sumo bien de los bienes,

solo me falta que sea

de tu amor favorecida

en que antes de mi partida

a tus apóstoles vea.

Ángel – Vuestros ruegos son oýdos,

Reina, y por que os consoléys

los apóstoles veréys,

por virtud de Dios traýdos.

[fol. 2v] Todos aquí se han juntado

de varias partes del mundo,

y Juan, vuestro hijo segundo,

ya por las puertas ha entrado.

San Juan – Sálvete Dios, Virgen pura,

madre de Dios y hombre,

a cuyo bendito nombre

se humilla la criatura.

En Éfeso predicaba

y súbitamente vine,

tu Magestad determine

de dezir lo que mandaba.

Nuestra Señora – Hijo y apóstol amado,

cuya dulce compañía

divide el último día,

por averme Dios llamado,

yo os encargo que miréis,

después de muerta, por mí

y luego en Getsemani

sepulcro a mi cuerpo deis.

Esta palma, Juan, se llebe

quando mi cuerpo enterréys,

y es justo vos la llevéys

porque de todo se os debe.

San Juan – ¡O, si todos mis hermanos,

los apóstoles ausentes,

fuessen agora presentes,

quánto seríamos ufanos!

 	Tus obsequias gloriosas

todos juntos con gran gloria

las haríamos sumptuosas

y dignas de gran memoria.

(Entra san Pedro.)

San Pedro – ¿Por qué causa tan de presto

nos ha el Señor aiuntado?

Que cierto estoy espantado

pensar que pueda ser esto...

Por esso todos lleguemos

juntamente en este día,

y de la Virgen María

todos bien nos informemos.

[fol. 3r] San Juan – O, compañía preciosa,

a todos hago saber

que ya quiere fallecer

nuestra Madre gloriosa.

Y pues que resurreción

todos juntos predicáys,

no parezca que mostráis

por la muerte compasión.

(Dizen los apóstoles de rodillas...)

Señora de lo criado,

donde todo el bien se encierra,

de los fines de la tierra

el Señor nos ha juntado,

y viéndonos aiuntados

estando en tierras estrañas

estamos maravillados.

Dinos, Señora, qué mandas.

Nuestra Señora – Para mi consolación

ha sido vuestra venida

y para que en mi partida

recibáis mi bendición.

Ayudadme a bendecir

la suprema Trinidad,

cuya sancta voluntad

me manda al Cielo subir.

Los apóstoles – Guérfanos solos y tristes

nos dexáis, muy gran Señora.

Por aquel Dios que paristes,

nos tengas en tu memoria.

Nuestra Señora – Siempre en el Cielo seré

madre y abogada vuestra,

quando de su mano diestra

mi hijo su lado me dé.

¡A Dios, colegio sagrado!

Y tú, eterno y sumo Padre,

que me escogiste por madre

del hijo de ti engendrado,

recibe en tus santas manos

mi espíritu en la partida,

para vivir nueva vida

en los gozos soberanos.

[fol. 3v] Los apóstoles – ¿Dónde vas, Madre de Dios?

¿Dónde vas que ansí nos dexas?

¿Dónde, Señora, te alejas?

¿Qué será sin ti de nos?

(San Juan da la palma a san Pedro.)

San Juan – Pues eres guarda y pastor

de la Iglesia militante,

esta palma triunfante

llevarás como mayor,

que es símbolo del madero

con que fuimos remediados

y havemos de ser juzgados

en el día postrimero.

(San Pedro buelve la palma a san Juan.)

San Pedro – La palma te pertenece

por tu santa puridad,

tu ferbiente charidad

acatamiento merece.

Quando Christo padecía

la Virgen al virgen dio,

y pues él la mereció

lleve delante la guía.

(Va la processión al coro bajo y llevan los apóstoles a Nuestra Señora en hombros, y delante de las andas va san Juan con la palma y san Pedro y el ángel.)

[SEGUNDO AUTO DE LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN]

[fol. 4r] Este auto es el que se haze el día de la asumpción de Nuestra Señora en la tarde. Gánase mucho haziéndola.

El Padre – Ángeles que sois criados a la imagen de Dios, conoced vuestro Señor, adoralde, que os ha criado. Adorad su gran poder, adorad su gran bondad, adorad su gran saber con que os quiso criar. Mirad vuestra hermosura y de quién la recibistes, conoced que sois criaturas y criaros no podistes. Adorad al que os crió con tan grande poder, adoralde porque os dio libre y franco alvedrío, adoralde porque es digno ser de todos adorado. Adoralde, hijos míos, y seréis santificados.

Lucifer – ¿Quién eres tú que nos hablas con tan grande magestad? ¿Quién eres tú que nos mandas que te vamos adorar? Muéstranos la tu figura, pues oýmos la tu voz, tú, que estás en las alturas y dizes que eres Dios.

El Padre – Hijos, yo soy el que soy, sin principio y sin fin, yo soy vuestro Criador, yo soy el que siempre fui. [fol. 4v] Yo soy el que os crié con charidad infinita, para que de mí gozéis y d’esta Gloria bendita. Conoced que es toda mía, que de vos no tenéis nada. A la Magestad sagrada adoralda, que es muy digna.

Lucifer – Di, ¿qué cosa es adorar, pues mandas que te adoremos? Aunque primero veremos quién se merece adorar...

El Padre – Adorar es humillaros so la mano poderosa de vuestro Dios soberano, que hizo todas las cosas. A Él solo pertenece adoralle de hinojos con la boca y con los ojos, porque solo Él lo merece. También es mi voluntad de ensalzar a un varón, al qual havéis de adorar y tenerle por Señor. Ha de subir de la tierra a ser conmigo una cosa, y quiero que desde agora le prometáis obediencia.

Lucifer – Vosotros no consintáys en esto que avéis oýdo, si alguno se ha de adorar yo solo soy el más digno. No ay aquí otro poderoso que pueda ser adorado, en este reyno precioso yo devo ser ensalzado.

El Padre – Mirad bien lo que hazéis, catad que os amonesto, contra Dios no os levantéis, que caerá vuestro cimiento. [fol. 5r] Humillaos y someteos, no queráis ansí ensalzaros, por que no seáis derribados donde no halléis remedio.

Lucifer – ¡Baja, baja de lo alto tú, que ansí nos amenazas, y veremos en lo bajo quién tiene maiores alas! Yo tengo alas tan lindas que si empieço de bolar tengo de poner mi silla delante la Magestad.

(Aquí toma Lucifer la silla y la arroja en alto y dize...)

A mí tenéis de adorar todos quantos sois criados, y si otra cosa pensáis ¡ayámoslo a las manos!

(Aquí se levanta san Miguel y dize...)

San Miguel – ¿Quién es el que se levanta contra la gran Magestad? ¿Quién es el que siendo nada con Dios se quiere igualar? Güelgue tu divinidad, nuestro Dios, y ten descanso, que para por ti tornar yo quiero tomar la mano. Tú solo seas adorado, poderoso, uno y trino, Tú solo seas ensalzado, pues que Tú solo eres digno. Salga luego a pelear el que se toma con Dios, que lo quiero yo vengar. ¡Muramos aquí los dos! Los que deseáis su honrra salid luego aquí conmigo, tomemos por nuestro Dios contra este enemigo.

[fol. 5v] Con ayuda del Divino y sin temor ni flaqueza, mas con esfuerço de amigos, ¡empiécese la pelea!

(Ahora se matan las luzes y queda escuro, y comiençan a hazer ruydo como de pelea. Y habla el Padre y dize tres vezes que cese la pelea, y a cada vez cesa, y la postrera vez habla el Padre maldiziendo a los malos y, en cayendo los ángeles malos, encienden las luzes.)

El Padre – Yd, malditos, al Ynfierno, donde está la mala andança, que yo os juro por mí mesmo que no entréis en mi holgança. En esa perseverancia de sobervia que tenéis, en esa malicia tanta, endurecidos seréis. Para siempre quedaréis sin tener conocimiento, y sin fin os estaréis en vuestro endurecimiento.

(Este dicho ha de ser a escuras.)

Los ángeles – Adorámoste, Señor, porque criarnos quisiste, adoramos el favor con que vencernos hiziste, adoramos la vengança que hiziste con justicia a los que con gran malicia despreciaron tu alabança.

(Agora sacan las luzes.)

El Padre – Gozad ya de mi presencia los que me avéis conocido, yo os prometo, como amigo, que nunca tengáis mi ausencia. En mi vista y gran poder oy seréis santificados, [fol. 6r] para nunca poder ser de vuestro Dios apartados.

Los ángeles – Hazedor de maravillas, Señor Dios que nos criaste, mira las sillas vazías de aquellos que derribaste.

El Padre – Entre vosotros está por quien han de ser pobladas: es la Virgen singular, digna de ser ensalzada. Traédmela, mis amigos, ella es la merecedora de ser junta aquí conmigo, como de todos Señora. Venid, mi hija amada, venid, paloma querida, venid, esposa escogida, ven para ser ensalzada. Ven de Líbano, mi amada, ven de Líbano, hermosa, rubicunda plusquam rosa, ven y serás coronada.

(Agora van los ángeles por Nuestra Señora, y se hincan de rodillas delante d’ella y dizen lo que se sigue...)

Los ángeles – Ven, Señora la más digna, que te llama el alto Padre para ponerte en su silla, como de su hijo madre. Ven, nuestra Reyna admirable, por quien el Cielo se abrió, que el Señor que te crió te espera con gozo grande.

(Estando los ángeles de rodillas delante de Nuestra Señora, habla esto sentada...)

Nuestra Señora – Sicut cipres levantada soy en el monte Sión, sicut cedrus ensalzada in Líbano sola soy.

[fol. 6v] In plateis di olor de bálsamo y de canela y quasi mirra, electa di muy suave olor.

(Agora llevan los ángeles a Nuestra Señora hasta donde esté el Padre, cantando ‘O gloriosa Domina’. Híncase Nuestra Señora de rodillas y habla con el Padre lo siguiente...)

Nuestra Señora – La mi ánima engrandece y alaba con gran firmeza a ti, Dios, y a tu grandeza, que toda gloria merece. Alabo tu grandeza y la tu suma bondad, porque quisiste acatar la humildad de la tu sierba.

(Aquí toma de la mano el Padre a Nuestra Señora y la asienta a su lado.)

El Padre – Esta es vuestra Señora, vuestra Emperatriz y Madre. Mis amigos, desde agora le ofreced el omenaje como a mi propia persona. Quiero sea obedecida, pues de todos es Señora y no hay otra tan digna.

(Los ángeles de rodillas.)

Los ángeles – Como siervos y vassallos te damos el omenaje, cada uno suplicando nos recibas por tu paje.

Nuestra Señora – Por hijos y por amigos os recibo, y por hermanos. Ayudadme, hijos míos, a rogar por los humanos, sientan ya los pecadores que, pues ya soy ensalzada, [fol. 7r] que para los sus dolores en mí tienen abogada.

(Aquí se hinca de rodillas Nuestra Señora y habla con el Padre lo siguiente...)

Nuestra Señora – Padre mío perdurable, pues que yo estoy en el Cielo, sientan que en mí tienen madre los que quedan en el suelo. También pido, Padre eterno, por este gozo inefable, que nunca vea el Infierno el que mi nombre llamare.

El Padre – Hija mía muy amada, razón es seáis oýda y que sea socorrida por vos la natura humana.

(Agora asienta el Padre a Nuestra Señora y habla con San Michael.)

El Padre – Michael, mi grande amigo, ven acá, pues lo has ganado, con los más juntos conmigo quiero que seas asentado. Mi poder pongo en tus manos para que todas las almas, desde aquí lo ordeno y mando, por ti sean juzgadas. La vara de mi justicia desde oy te la encomiendo, pues venciste la malicia del que mereció el Infierno.

San Michael – Señor, ¿quándo merecí por tan pequeño servicio que te acordases de mí con tan grande beneficio? Yo te ofrezco en sacrificio mi espíritu y todo yo, para todo tu servicio, como siervo a su señor.

(Acábase cantando ‘Laudate Dominum omnes gentes’.)

[ORACIÓN DE JUANA]

[fol. 7v] Dijo el Señor, hablando por la voca de nuestra madre sancta Juana, que dixessen estas palabras a la hora de la muerte, que les serían grande ayuda, las quales son las que se siguen:

El Señor, que suelta los presos, suelte a esta. Jesús, María. El Señor, que alumbra a los ciegos, alumbre a esta. Jesús, María. El Señor, que sana a los contritos, sane a esta. Jesús, María. El Señor, que socorre a los necessitados, socorra a esta. Jesús, María. El Señor, que alegra a los tristes, alegre a esta. Jesús, María. El Señor, que perdona a los pecadores, perdone a esta. Jesús, María. El Señor, que salva a los indignos, salve a esta. Jesús, María. O, tú, Rey de los sanctos, confórtala. Jesuchristo la defienda. Amén.

[COLOQUIO DE JUANA CON EL SEÑOR]

[fol. 8r] Estas palabras son un coloquio de nuestra madre santa Juana que tuvo con Nuestro Señor, y respuesta suya. Cántanse el día de la Cruz de mayo, que fue quando murió. [Esposa] – Esposo, ¿si avéis oýdo quién me robó mi sentido? [Esposo] – Esposa mía, en verdad no vos devéis maravillar, que mi dulçura es tal d’esto se havía recrecido1. Esposa, yo os lo diré: vos tenedes muy gran fe y a bueltas queréisme bien, y a esta causa abrá sido. Y no ayades d’esto pena, que antes es dicha muy buena que tengáis gracia tan llena, pues que d’ello es Dios servido. No seáis desagradecida, ni estéis entristezida, porque gracia tan crecida publico vos ha venido. Otras personas abría que d’esto abrían alegría, y de verse cada día donde vos os avéis vido. ¡Y tenéis poca constancia, y casi desesperança, de posseer la folgança que vos ha aparecido! En Dios devéis esperar y no vos debéis turbar, que Él os puede salvar porque es de bondad cumplido. Y si ansí lo hazéis cierto muy bien libraréis, [fol. 8v] y si en virtudes crecéys Dios oyrá vuestro gemido. En las cosas celestiales debe ser vuestro deleyte, porque todas las terrenales muy presto han fenecido. Amiga mía muy serena, vos sois ansí como abeja que haze la miel muy nueva y la labra de contino. Y digo que en toda la tierra, ni el val de la Çirolera, no ay quien ventaja os lleva en amar a Dios divino. Y por aquesta razón y porque os duele mi Pasión y de pura compasión se vos ha quitado el sentido, y ansí perseveráis, y si siempre ansí boláis y atrás nunca tornáis, hallaréis muy buen camino. Essas vuestras compañeras, mis amigas entrañables, deben ser muy singulares, no me echen en olvido. Y pues yo las amé2 a ellas y las llamé y del mundo las libré, por d’ellas ser bien servido. Ellas y tú de consuno, sin ninguna dilación, debéis servir a Dios uno con amor mucho crecido. Pues que sois ya dedicadas en honor a Dios del Cielo, trabajad por ser sagradas a Dios bueno, uno y trino, al qual siempre con amor tened en el coraçón, [fol. 9r] dándole vuestra afición al que es poderoso Dios vivo. Esposa, catad que miréis que ni por eso no penséis que algunas virtudes tenéis, pues de Dios han recrecido. Y si os he dicho algún loor no es por vuestro valor, sino por el del Señor, de quien el bien ha salido, porque en toda criatura no ay sino malaventura y es peor que basura y contino está en peligro. No penséis que he de dejar de dezir y amonestar lo que os he de enseñar, pues soy maestro sabido; y pues que sois vos mi esposa avéis os de hallar dichosa, pues que no es cosa penosa mi aviso y mi castigo, pues si vos a mí me amáis más os he yo amado a vos, y si por mí trabajáis más he yo por vos sufrido. Esposa, saber os hago que yo os amo en tanto grado que no ay tal enamorado en este mundo nacido; y antes que el mundo criase yo de vos me acordé, y aun antes que le ordenase yo vos ube escogido, que en mi voluntad crié las cosas antes que fuesen, y lo que yo más amé ánimas buenas an sido. [fol. 9v] Los ángeles, con primores criados en mayor grado, a Dios an mucho alabado en el Cielo muy subido; son más claros que candelas y rayos del sol que salen, son más mucho que estrellas y de gesto muy luzido. Esposa mía, ya es tarde y hora de recogimiento, todo esto se bien guarde en el coraçón metido, y holgad en hora buena. Y algún día por estrena bolveré después de cena, o antes del gallo primo, y entonces me contaréis las congojas que tenéis y también las que después de mi vista habéis tenido. [Esposa] – Esposo, ¿si havéis oýdo quién me robó mi sentido?

[SEGUNDO COLOQUIO DE JUANA CON EL SEÑOR]

Estas palabras dixo el Señor por su sanctíssima voca estando en el dormitorio de esta santa casa de la Cruz. Dichas el día de la comunión, ganan lo que ganó el buen ladrón en la Cruz, y la Madalena. Cántanse en el refitorio la octaba del santísimo sacramento. Almas esposas amadas, acordaos de aqueste día, porque con mucha alegría de Dios seáis consoladas. Ya sabéis que Jesuchristo en forma de pan es visto, Dios y hombre Jesucristo en la ostia consagrada. [fol. 10r] Almas que vivís en regla en la sancta Madre Iglesia, pues tenéis tan rica impresa no estéis desconfiadas. Quando tomastes baptismo esposo fue Dios mismo, Él quitó vuestro abismo infernal de almas perdidas. Y después de encarnado, Dios vivo se ha presentado por todos crucificado; las almas son redimidas. Muéstrase con afición a quien tiene devoción, y a las vezes da perdón de palabras bien sentidas. Y por eso, esposas mías, las que me adoráis agora por estas estrechas vías por buenas seréis avidas en el Juiçio Final, estando en mi tribunal, en el qual me he de sentar a juzgar gentes nacidas. Pensando en este Juiçio debéis, hijas, contemplar; hallarse á muy repissa la que siguió malas vías. Dios mostrará su deidad en potente magestad, allí no hay negar verdad, ¡guay de las almas perdidas! Justos no se hallarán, los santos ý temblarán quando a Dios vivo verán con llagas aparecidas. ¿Qué harán los pecadores que están tan llenos de errores? En el fuego abrán dolores de llagas muy desmedidas. Esposas, sed inocentes sin pecado entre las gentes, lavad vuestra cara y frente con lágrimas bien crecidas; mejor es este deleyte de pensar en mi Pasión que otro ningún afeite, solimán y aguas coçidas. [fol. 10v] Ansí os hermosead las almas todas, mirad que mi alta Magestad digna es de desposar luzidas. Con vosotras hago pacto en este día y rato que nunca os seré ingrato, pues estáis arrepentidas. Lloraréis vuestros pecados, dignos de ser despreciados y del todo desechados, a Dios siendo prometidas. Acordaos cómo os dixe en el vuestro consistorio que os daría mi desposorio como a esposas queridas. Yo mismo quise rogaros, por mayor cargo echaros y por mucho más amaros quando fuéssedes bendecidas. Acordaos que os amé y os di mi coraçón quando en la Cruz pené, sintiendo las mis heridas. Acordaos que consentistes Esposo tan soberano, y acordaos que luego distes la mano con alegrías. Yo ansí mesmo os la di por que fuéssedes benditas, y de grado os di mi “sí”. Sed preciosas margaritas, las quales ando a buscar, como buen negociador, por la tierra y por la mar. Almas son hijas queridas. Acordaos que os compré padeciendo cruel Pasión; vosotras tenéis la fe y yo sufrí las heridas. Acordaos de mi gemido y de todos mis tormentos, mirad que os ube servido prometiéndoos cien mil vidas. Muy dignos servicios fueron la vida que yo pasé y la Passión que me dieron con penas muy doloridas. [fol. 11r] Y los mis prometimientos debieron ser estimados, guardando mis mandamientos y las mis leyes luzidas, las quales cosas guardadas con gozo y con diligencia, si por vos no quebrantadas, prudentes sois y sabidas. Algunos os dan esfuerço diziendo de mí buenas nuevas, cómo perdono yo presto las ofensas cometidas. Hijas, no confiéis tanto en lo que oýs hablar, rogad al Spíritu Sancto que de sí os haga dignas, para mientes, hijas mías, que el mundo no vos engañe con sus vanas alegrías, ante mí aborrecidas. No consiento ni me place que de otro seáis amigas, ¡guay de quien pecados haze, siendo vosotras tan mías! Ansí que dizen verdad que yo soy perdonador, mas quitad toda maldad ante vuestro Criador. Si no os hallastes allí quando mi desposamiento, agora vedesme aquí a vuestro contentamiento. No estéis entristezidas siendo en cantidad muchas (alma, si bien me scuchas, muchas más son redimidas), porque las almas esposas en el sancto baptismo se me aiuntaron todas; yo recebí a quien me quiso. Entonces, como sabéis, doy las joyas y anillos, (como quenta santa Ynés, que supo muy bien sentillos), porque entonces las almas renuncian a Satanás y se le dexan atrás, por ser a mí allegadas. [fol. 11v] Esto digo a quanto faze a lo de mi desposorio, al qual digo que me plaze cumplir lo que es notorio. Dios mi Padre es contento de vuestro convertimiento, y aunque seáis más de ciento todas sois establecidas. Quando aquella palabra, hijas mías, yo vos di, el Cielo conmigo estaba allí en rededor de mí. Ángeles muy soberanos estaban allí conmigo, y todos mis cortesanos de la Gloria por testigos. Y sí, los angeles que os guardan estubieron allí presentes y me dieron los anillos por vosotras las ausentes. Pues tales testigos ay de vuestro querer y el mío, ý no queráis más pecar, pues tenéis libre alvedrío. Oígame quien me oyere, entiéndame aora alguien, esto digo para quien ama a Dios y le sirviere. Quien ansí esto no haze no está en gracia de Dios y no merece salvarse. Hijas mías, salvaos vos. Esposas mías, si os plaze las mis palabras oír, harto provecho vos hazen si lo queréis bien sentir. Devéis llorar y gemir las que en algo avéis errado, Dios quiso redimir y quitar vuestro pecado. Arrepentirse del mal es bueno a toda persona y a Dios gracia demandar, porque Él con esto perdona. Con deseo de enmendar la su vida venidera, su alma pueda descansar en la Gloria verdadera. [fol. 12r] Y yo no tengo olvidado vuestro servicio y fervor, mas mayor es mi amor con que yo os ube amado. En mí, hijas, esperad como en padre, señor y esposo, y en mí os consolad, pues que soi Dios poderoso. En la Cruz me desposé tiniendo grandes amores, y mi sangre derramé por todos los pecadores. Debéis os satisfazer, pues mi sangre nos juntó para una cosa ser almas vosotras y yo. Y esto, hijas, creeréis por que no os halléis en vano, y si aun aora queréis luego os daré la mi mano. Allí está una imagen mía, que tiene la virgen madre delante sancta María. Podréis vuestra mano darme y allí podréis jurarme que vos queréis enmendar de vuestros yerros pasados; con propósito ý rogarme, que aunque al parecer es muy pequeño mi bulto, soy maior que el Cielo junto, como lo devéis saber. Sentildo con esperiencia de mis grandes obras tantas, como son muchas y altas por mi imperial potencia, y por haverme encerrado, no cabiendo en mil mundos, en aquel vientre sagrado en el qual hize estos nudos, que cierto allí estuvo Dios en aquel bulto del Cielo, que vino a sanar a vos y daros dulce consuelo. Dios, mi padre celestial, es el que da vida y gracia para le amar y honrrar, Él es digno de alabança. [fol. 12v] Nuestra noble Deidad, el Hijo y el Spírito Santo todo es una Magestad, Trinidad y un Dios muy alto. Y si el cuerpo se tomó de la Virgen de prudencia, aquel se organizó para poner Dios su esencia, y la esencia de Dios vivo es la alta Trinidad. No la puede hombre nacido comprehender ni palpar, y para esto remediar ordenó el alto Poder Dios vivo hazerse hombre, para la comprehender. Y por eso, hijas mías, devéis os mucho esforçar, no seáis flojas ni tibias, por que de Él podáis gozar. Y aunque a vosotras, hijas, aora esto he hablado, a otras no he desemparado, doiles joyas y sortijas. Aora quiero fablar con ellas y con vosotras; no queráis d’ello penar, pues que sois hermanas todas. Ya sabéis que soi Esposo de la Iglesia universal, obligueme a dar reposo al linaje humanal. Los que salvarse desean con fermoso fervor es razón mi gloria vean, y yo les muestre mi amor. En toda la christiandad hago que suene mi voz, santa Iglesia de bondad. Almas, entendeldo vos. Ansí hombres como mujeres deseo gozéis la Gloria. Alma, tú mira si quieres tener a Dios en memoria. En el Paraíso ay bienes. Alma, tú no seas floja, aunque grandes penas tienes en la tierra de congoja. [fol. 13r] Mas para alcançar la corona en la Gloria por venir, hija mía, tu persona lo debe todo sufrir, y debes muy bien vivir a Dios amando y sirviendo, y lo malo despedir, tu fe en solo Dios poniendo. Almas, hijas paramientes, a todas he yo hablado, y entre devotas gentes esto será bien empleado, y las ánimas cristianas que tubieren la mi fe hallarse an muy hufanas, porque yo las salvaré. Yo soy el que vivo siempre. Almas, convertíos a mí, pues que sois todas vivientes; la paciençia yo os la di, yo, el Dios muy honesto, Jesucristo combidando. Trabaja por subir presto, pues Dios os anda llamando. Corred, hijas, sin tardar, no queráis venir despacio, porque en mi alto palaçio vos deseo aposentar. Ámoos como esposas, heredaisme como hijas, seréis blancas y hermosas, ¡con razón te regozijas! En el Cielo, generosas muchas son las almas buenas. Hijas mías religiosas, sufrid en paciencia las penas; ángeles os servirán porque a mí mucho me amastes, y ellos vos ensalçarán en la Gloria que ganastes. Ganad, hijas, tan gran gloria, ganalda y no la perdáis, porque si la desecháys vana fue vuestra victoria. Tener buenos pensamientos, hazed fuerça a vuestras almas, sufrí en paçiençia tormentos, por que ansí las hagáis salvas. [fol. 13v] No os espantéis de las penas que en el mundo padecéis, que sigún vuestras ofensas maiores las merecéis. Hijas mías, gozaos contino en la esperança de mí, y en papel de pergamino mis palabras escribid, por que si alguien las pidiere para las trasladar, y si deboción tubieren, se las podades prestar, que para entre los hermanos buena es la charidad. Amaos unos a otros, que esta es la ley de verdad, amaos con afición, onesta y prudentemente, y no con alteración desonesta y neciamente. Amad vuestra salvación y unos por otros rogad, por que ayáis consolación en el reyno celestial. Aveos siempre piedad, socorredvos cada día, por que en el reyno celestial Dios vos dé toda alegría. Hijas mías, paramientes fe y amor es lo que os pido, porque está el mundo perdido siendo muy malas las gentes, que no les basta su mal que contino ellos hazen, mas quieren os engañar diziéndoos lo que les plaze. Esto digo, hijas mías, porque ay algunas personas que en pecados y blasones despenden todas sus vidas, que infinito es malmirado tan grande abominación. No ay temor ni devoción con que sea remediado, Dios casi está ya olvidado. Mira, almas, qué gran mal, cómo ha de ser amansado Dios eterno divinal. [fol. 14r] Siempre busca coraçones y con muchas obras buenas, ¿cómo ha de dar perdones pues tú buscas siempre penas? La clemencia de Dios vivo es muy grande en cantidad, Él te da a gustar su cibo y cuerpo de magestad. De grado es perdonador quando halla humildad y contrición del error, con deseo de bondad. Mirad quán largo que os ablo, hijas, si bien lo sentís, mi gracia tuvo san Pablo y bueno es esto que oís. Trabajad por vivir bien en este mundo de guerras, que al Cielo podéis subir aunque el demonio os dé guerra; porque su officio es de aquel mal guerreador, siempre le renunciaréis con virtud de gran vigor. Su crueldad no vos enoje, pues no os podrá empecer a alma que se recoge a Dios por se guarecer. Él es lleno de tinieblas y en su lengua ay gran dolor, y con amargas tristezas os quieren quitar mi amor, y con vanas alegrías dejan recrear vuestras almas. Dejalde, hijas, en calma, que mejores son las mías; desechalde, hijas mías, y armaos con la mi luz, que no son nada sus vidas quando parece mi Cruz. Hazed mucha penitencia por servir a Dios muy alto, porque la mucha pereza no vos cause algún gran llanto. Pues que havéis pecado harto devéis ya de os enmendar, por que en la otra eternal no lo ayades de pagar. [fol. 14v] Ya sabéis, esposas mías, que vienen buenos y malos: los buenos con alegrías y condenados los malos. Y pues otra vida ay y también resureción, quien oy haze algún mal Dios haze la vengación. Bien es andar sobreaviso los que en la tierra moráis, porque ganáis Paraíso todos los que a Dios amáis. El Cielo, reyno precioso, con él tened afición, desealde más que tesoro, y a mí por su gualardón. Tened, hijas, devoción y daos a Dios contino, no ayáis participación en ese mundo mezquino, y pues ya le avéis dexado con desdén y con denuedo, y que es malo avéis hallado, no sigáis mal pensamiento. Y si en él ay algún bien que parece deleitoso, más deleites tiene el rey Jesú en su reyno precioso. Y siendo Él muy dulce Esposo y de preciar y estimar, el alma, su dulce esposa, consigo desea aiuntar. Él la ama como esposa y con ella se deleita, llámala ‘amiga’ y ‘ermosa’ y le dize que le abra la puerta. Contino está Él esperando que ella le codicie abrir, no debe de estar tardado la que le ha de recibir. Aquestas cosas he dicho a las mis hijas de luz, a las amigas de la Cruz, no las pongan entredicho. No se ha puesto entredicho para no las dibulgar, porque son buenas razones y podrán aprovechar, [fol. 15r] y aun para suspirar qualquiera alma devota, si no es tan simple y mortal que a Dios esté remota. Y en esto acabo, amigas, suplicad por bendición. Padre mío, tú las bendigas, pues me tienen deboçión. Recibí aora perdón de los pecados passados, si d’ellos ay contrición y estuvieren confessados. Aved, hijas, alegría y encomendaos a mi Madre; llamad a santa María, ella os ofrecerá a mi Padre, ella es buena abogada y quita la confusión, si el alma está turbada y no alcança confesión. Pedilde la bendición, ella bien la puede dar y por vosotras rogar que hagáis satisfación. El ángel de vuestra guarda, cada uno a cada una, llamalde, que nunca tarda, por vosotras siempre pugna y es buen negociador, ante Dios procura bienes. Alma, pues aquí me tienes, goza de todo mi amor, ¡a mi secreto dulçor!, pues soi Dios tu Criador, contino perdonador de qualquier culpa y error. Deo gracias. Fin.

[RELATOS DE SUCESOS EXTRAORDINARIOS OCURRIDOS EN VIDA DE JUANA]

[fol. 16r] En el tiempo de nuestra madre santa Juana, resplandecía en esta santa casa de la Cruz tanto la santidad de las religiosas d’ella, que todas sus pláticas eran celestiales, enamoradas de Dios y de su santa Madre y de los ángeles y santos, de suerte que dixo el santo ángel san Laruel a nuestra madre santa Juana: “Tanto pueden tus hermanas ablar de nosotros, los ángeles, que se tornen en condición angelinas”. Juntábanse las religiosas en quadrillas para hazer penitencias y pedir a Dios mercedes y a su santa madre santa Juana, diziéndole las religiosas: “Señora, pida Vuestra Reverencia al Señor nos otorgue mercedes, ordenando cofradías”, pidiendo fuesse su santa Madre la patrona d’ellas. Y el Señor, como tan poderoso y amigo de que le pidamos, repondía a nuestra madre que le placía. Y ansí dezían las religiosas en las mercedes que pedían en las cofradías: “Suplicamos a la Señora Patrona que nos sea concedido esto que pedimos, para ayuda agradar a Dios, y a la hora de la muerte, amparo y socorro”. Respondía Nuestra Señora que le placía de alcançar lo que le pedían y de ser su patrona. Otorgoles el Señor en las cofradías grandísimas gracias, y llamaban las monjas a Nuestra Señora [fol. 16v] la Señora Patrona, y otorgolas el Señor allá en el Cielo cosas tan grandes que se quedan para las que las gozaren, y no para entendimientos humanos. Las cofradías están escritas en este libro y concedidas al Señor para ellas y las por venir. Tenían tanta comunicación las religiosas con los celestiales por yntercessión de nuestra madre santa Juana, que una monja, estando en contemplación de la Passión del Señor, escrivió una carta a Nuestra Señora, y el santo ángel san Laruel se la cogió y la llevó al Cielo. Y nuestra madre santa Juana, estando arrobada, la vio en manos de Nuestra Señora, que con grande demostración de amor la leyó, y se le cayeron encima de la carta unas preciosas perlas de sus ojos y dijo: “Juana, dile a Fulana que estas bastan por respuesta”. Y, bolviendo de la arrobación, dijo a la monja lo que avía visto en el Cielo, y el ángel la tornó al lugar de donde la tomó. Y las religiosas la tubieron y tienen en mucha veneración, porque oy día ay en esta santa casa pedaços d’ella. Estando una religiosa d’esta casa fuera d’ella por la [fol. 17r] obediencia, estando en oración, hizo una copla a Nuestro Señor, y al cabo de algún tiempo bolvió a este convento. Y estando el Señor hablando con nuestra madre santa Juana le dijo: “Dile a Fulana que se acuerde de tal copla que me hizo, estando puesta en la cruz del claustro del monasterio de donde vino”. Y entonces el Señor la respondió a ella en metro. Nuestra madre santa Juana las hizo escribir, que ansí se lo dijo el santo ángel lo hiziese. Y en este modo de responder el Señor en metro a las monjas ubo mucho. Deçía la santa Juana: “Por que veáis, hijas mías, lo que el Señor quiere esta santa casa de su Madre y con la reverencia que aviades de andar en ella, os quiero deçir que muchas veçes veo al Señor Esposo pasearse por el claustro en traje de galán, cantando muy dulcemente, tañendo una vigüela de oro; y dezía el Señor: Esta casa, Padre, es de mi santa Madre. Esta casa y este lugar no le entiendo olvidar.”

[fol. 17v] Una monja era sacristana y acabava nuestra madre santa Juana, que era abbadesa entonces, de darle cantidad de ynçienso para el officio, y arrobose nuestra madre. Y en este tiempo fue la sacristana a calentar el horno, y enfaldose los braços para quemárselos por penitencia, y con actos de amor echaba los puñados de la paja, offreciéndolo al Señor por incienso. Recibió Dios su yntención y vio nuestra madre el Cielo lleno de humo de yncienso; preguntó a su santo ángel qué humo era aquel, respondiola diziendo: “Allá es de tu casa, tu sacristana”. Y bolviendo de la arrobación llamó a la sacristana y díjole: “Amiga, ¿cómo avéis gastado todo el yncienso que os di, que he visto el Cielo lleno de humo?”; y ella entonces la dijo: “Ay, señora, que no he llegado a ello, sino que calenté el horno con esta yntención. ¡Bendito sea el Señor, que lo ha recebido!”. Hablando Nuestra Señora con nuestra madre santa Juana la dixo: “Di a tus hermanas que se traten con crianza, porque es parte de paz”. [fol. 18r] Hazían tantas penitencias aquellas bienaventuradas religiosas, rebolcándose desnudas en los cardos, entrándose en el agua elada, quebrantando los yelos y entrando debajo d’ellos. Y nueve días antes de la natividad del Señor se aparejaban tiniendo cada noche una hora el yelo desnudas, y algunas vezes tres horas, tanto que se quitaban cantidad de escarcha de las cabezas; y esto en reverencia de Él y en lo que padeció el Niño recién nacido. Otras se metían en el horno abrasando, otras se echaban calderos de agua por ençima de los hombros en memoria de la desnudez que tubo el Señor en la Cruz y en el Jordán; y con esto muchas disciplinas de sangre y ásperos silicios y continua oración y los maytines a media noche. Preveníanse para las fiestas de Dios y de su santa Madre en echar suertes para vestirlos. Y estos vestidos los hazían de penitencias, ayunos y oración, fabricándolos en su imaginación, y el santo ángel san Laruel, por medio de nuestra madre santa Juana, les daba la industria [fol. 18v] y significación de las colores, y dezía: “Diles a tus hermanas que lo que hizieren de color blanca apliquen ‘Avemarías’ y el himno de ‘O Gloriosa’ y la ‘Magnífica’; y para lo carmesí, el ‘Anima Christi’ y el rezo de la Passión; para lo verde la ‘Salve’; y lo morado el ‘Miserere’; y para oro ‘Paternostres’; y el ‘Salterio’ todas colores”. Y dixo más el santo ángel: que para la pedrería el ‘Credo’, que es piedra preciosa, y que el ‘quiqunque vult es carbunco y Jacinto’, “y que d’esta manera harán y guarnecerán los vestidos. Y diles que el ámbar significa el officio de nosotros, los ángeles, para hazer lo que quisieren”. Y con estas cosas andaban absortas en Dios. Una monja, estando rezando en una imagen de la oración del güerto, llegó a besar el pie al señor san Juan Evangelista, y habló el santo en su imagen y dijo: “Igual havías de hazerme unos çapatos...”. Y la santa Juana oyolo y sonriose, y la monja importunola le dijese de qué se havía reýdo, y al fin se lo dijo; y la monja, llena de espíritu, ordenolos en su imaginación de oración [fol. 19r] y penitencias, que no durmió en toda aquella noche. Y al amanecer entró el santo por la cámara donde estaba la santa y sonaban mucho los çapatos, y díjole la santa: “¿Cómo viene Vuestra Hermosura con esos çapatos?”. Dijo el santo: “Ansí me los hizieron“. Y d’esta suerte supo la religiosa cómo su oración avía sido oýda, y como andaban en espíritu eran sus entretenimientos estas pláticas. Y vínolo a saber una religiosa y hízole otros çapatos para su fiesta, procurando grande pureza en su alma. Apareciósele el santo a la santa Juana con ellos muy pulidos, y ansí tornó con ellos a visitar a la santa. Y esta imagen está oy día en la capilla de la güerta, que era su oratorio de la santa Juana. Está vestido el santo de blanco y la capa colorada, y los pies descalços en una tabla. Veýa la santa Juana, quando yban las monjas a fregar, cómo yban con tanta presencia de Dios que los santos ángeles les ponían sortijas en las manos, y lo mismo hazían quando hazían otras cosas de humildad y charidad. Y quando acudían puntualmente a la obediencia les ponían guirnaldas [fol. 19v] en las cabeças, y a las que eran rebeldes a la obediencia veýa la santa que les davan un bofetón el ángel de su guarda. Criábase una niña en esta casa que se llamaba Bernarda, y asomose a un poço o noria, y estaba entretenida mirando su sombra abajo, y el santo ángel Laruel dijo: “Juana, imbía por aquella niña a la noria, que está el demonio abajo del agua llamándola con modo de niña, diziéndole “Anda acá conmigo”, con intención de ahogarla por que no llegue a grande, que tiene barruntos que ha de ser sierva de Dios”. Y fueron las monjas que tenían quenta con la santa y hallaron que se quería echar, y llebáronsela a la cama donde estaba tullida. Entró un día el ángel que se llama san Potens por la cámara donde estaba la santa, diziendo: “Juana, por el camino viene una donzellita que traen a concertar para monja, yo la quiero para mí, que me he enamorado d’ella por señas que es morenita; y yo la he venido escudereando y haziéndole sombreritos con las nubes, por que no la queme el sol”. Y desde a poco llegaron con ella, la qual fue después [fol. 20r] devota d’este santo ángel, el qual dijo a la santa Juana que el Señor le avía dado cargo de regir las nubes. Y las monjas, como sabían esto, quando venían tiempos secos cogían a la devota y echávanla una soga a la garganta, y llevávanla en processión del agua, diziendo al santo ángel que no soltarían a su devota hasta que lloviesse; y con tal fe lo hazían que llovía. Y ansí havía y ay particular devoción con este santo ángel, y es de costumbre en las processiones del agua nombrar en la letanía a san Potens. Una religiosa que se llamava María de la Madre de Dios tenía gracia de arrobarse. Vio una vez entrar por la puerta de la iglesia a María Evangelista, que era ya difunta, con el libro que escrivió, que se llama Santo Conorte de los sermones que el Señor predicó por la voca de nuestra madre santa Juana, la qual dixo que era de oro; y en la otra mano, una cruz verde. Y esta señora María Evangelista no sabía escrivir, y el Señor le dio gracia para que escriviesse el santo libro, y dijo a esta religiosa que la vio cómo el Señor le avía dado mucha gloria porque le havía escrito. Treze años predicó el Señor y de solos los dos postreros se escribió este santo libro. [fol. 20v] A persuasión del sancto ángel Laruel, púsole el Señor este título de Conorte y concediole el Señor muchas bendiciones y virtudes contra los demonios y tempestades, que mandó el santo ángel que quando alguna estubiesse en pasamiento le pusiessen algo de la lectura d’este libro para defensa del demonio. Y en las tempestades manda la prelada saquen el santo libro o sus traslados, y se ha visto cesar la tempestad muchas vezes. Y las quentas que llaman del santo Conorte, que son unas pardas gordas, dixo el santo ángel, quando las truxo del Cielo: “Estas traen las gracias del santo Conorte”. Una religiosa havía alcançado don de lágrimas y con grande humildad conocía que no eran dignas que el Señor las recibiese, y viendo el Señor su humildad embiola a consolar con nuestra madre santa Juana, que diziéndole ella “Señor, supplico a Vuestra Magestad se acuerde d’esta religiosa”, le respondió: “Dila de mi parte que se vaya para otra Magdalena”. Esta misma religiosa lloró quando se fue su padre spiritual, que era muy religioso, y fue reprehendida del sancto ángel por nuestra madre santa Juana, y dixo: “Di a Fulana que no se ha de llorar sino por compassión de la Passión del Señor o por havelle ofendido”. Y ella, viendo aquello, propuso de no [fol. 21r] llorar más en semejante causa. Y llegando el tiempo de yrse otro no lloró, y díjole el Señor a la santa Juana: “Dile a María de los Ángeles que las lágrimas lloradas se perdonan por las no lloradas”. Esta misma fue enfermera y, hallándose algo cansada, queríalo dejar, y perseverando en este pensamiento dijo el santo ángel a nuestra madre santa Juana: “Dile a María de los Ángeles que no dexe el officio, que si le dexa la traeré arrastrando por la enfermería de los cabellos”. Y tomando la religiosa esta reprehensión por grande favor, perseveró en el officio casi veynte años. Esta bienaventurada tenía otra hermana en esta casa religiosa, y el padre d’ellas se llamaba el Licenciado de la Cámara, al qual vio nuestra madre santa Juana en el Cielo, y la habló y dijo: “¿Cómo están mis frutos de bendición? Encomiéndamelas, y yo ando suplicando me traiga la chica a estos santos reynos”. Buelta la santa de la arrobación, díjoselo a María de los Ángeles, que era la mayor, y ella no se conformó con que su hermana se muriesse; suplicó al Señor se la dexasse, y viendo el Señor la flaqueza de su ánima [fol. 21v] le embió a dezir que escogiesse una de dos: o que se la diesse luego o que si se la dexava avía de ser con pensión de vivir con grandes enfermedades. Y ansí fue que las tuvo las mayores que se an oído. Y ansí dijo el santo ángel a María de los Ángeles: “Pues has suplicado por la vida de tu hermana, el poderoso Dios te embía a dezir que padecerá tanto tu hermana que passará de esta vida con méritos de mártir, y que la pondrá entre los mártires”. Duró algunos años cortando de su cuerpo cada día carne y jamás se quejaba, y ansí acabó santamente. Llamávase Isabel de Jesús. Y María de los Ángeles era muy temerosa de la muerte, y embiola a dezir el Señor con el santo ángel Laruel, con el qual tenía grandes colloquios, que Él le prometía quitarla el temor de la muerte y que no la sentiría. Y la madre de Dios la embió otro recaudo con el mismo ángel, prometiéndola que se hallaría a su muerte y recibiría su alma en sus manos, en una toalla de los méritos de su hijo, y la presentaría al Padre eterno; y que tres horas avía de estar en Purgatorio y estas serían en el valle de Josafad, con tal que perseverase en lo començado. Y desde entonces fue más adelante en la perfeción, y acabó en ella. [fol. 22r] Y después de muerta, quedaron con su cuerpo tres frayles y se durmieron junto a él, y sobrevino tan gran fragancia de olor que los despertó a todos. Y esto es una tilde de lo que d’esta religiosa se podía dezir, y de otras muchas de las compañeras de la santa. Veýa santa Juana a sus monjas en el Cielo en diferentes figuras, conforme el espíritu de cada una, y admiraba de ver a una en la de tigre (preguntolo a su santo ángel qué quería ser aquello, y díjole que porque era aquella religiosa tigre para el demonio, y le vencía) y otra de paloma y ansí en differencias. Una religiosa estava haziendo un bolsillo y su pensamiento, en el Cielo, ofreciéndoselo a Nuestra Señora. Y este tiempo estaba nuestra madre santa Juana arrobada y vido a Nuestra Señora con el bolsillo al lado, como lo consideraba la monja, y preguntó al santo ángel qué bolsillo era aquel, y díxola: “Allá es de tu casa, que Fulana se le ha imbiado”. Y la santa, de licencia de Dios, se lo dijo a la religiosa, la qual dio gracias a Dios, que avía recebido tan pequeña obra. Una religiosa andaba en su coraçón con actos de amor a san Juan Baptista, diziendo: “Señor, tanto como yo bien abrá [fol. 22v] quien os quiera, pero más es imposible”. Y el glorioso santo la imbió un recaudo con la santa Juana, diziendo: “Dile a Beatriz del Espíritu Santo que yo recibo sus servicios, y que sepa que ay quien más me quiera que ella, que es una romera que pide de puerta en puerta, que con las blanquillas que le dan me haze la fiesta”. Hablando la santa Juana con el glorioso san Juan Baptista sobre su niñez, al fin de muchos coloquios que pasaron entre los dos, le preguntó la santa cómo le avía ido en el desierto. Como era tan chico y tierno, díjola cómo a la hora de tomar un poquito de sueño venía una sierpe “y se hazía rosca para que yo me echase y con su calor passaba, y alrededor de mí se cercaban el león y la onça y el lobo y el tigre y los demás animales feroçes, y con su bao me calentaban. Y quando mi corpeçito estaba traspassado de necessidad, venía el santo Cordero a mis braços y con su tacto quedaba harto y confortado. Y d’esta manera pasé hasta que el Señor me mandó salir a predicar1. Y yo te digo, Juana, que salí de los grandes trabajos del yelo y sol con tal figura que no parecía persona humana”. Era de costumbre en esta casa dar al pueblo de Cubas, [fol. 23r] la mañana de san Juan Baptista, una imagen de bulto del mismo santo que está en una caxa en el coro alto, que es de penitencia antiguo hombre barbado, por que no se entienda que es la del niño. Y viniendo por él, estándole adereçando en sus andas la santa y las monjas, hablolas el santo en su imagen y dijo: “Juana, di a las monjas que se den prissa, y acaba ya de adereçarme y ponerme la albahaca, que soy muy amigo d’ella, que vienen ya los moços con su dança de espadas por mí”. Y asomáronse las monjas y viéronlos que ya venían. Y esta es la imagen que vio la santa que el cordero que tiene en la mano le lamía el rostro, y que era contra las tempestades. Hablando san Santiago el Mayor con nuestra madre santa Juana, entre otras pláticas y coloquios que tubieron, le dijo: “Tan chico se está este pueblecito, Cassarrubuelos, como quando yo estaba en España y prediqué en él”. Hablando nuestro padre Adán con la santa Juana le dijo, en modo de queja, que no se acordaban d’él los humanos, si no era para murmuralle, y que estaba siempre rogando a Dios que se salvassen todos sus hijos. Y nuestra madre Eva habló a la santa muchas veçes, y dixo nuestra madre [fol. 23v] que era hermosísima y que la veýa como de edad de treynta y tres años, y que parecía mucho en las faciones a Nuestra Señora, y en el habla. Quando estaba tullida nuestra madre santa Juana tenía muchas visitas de los santos y santas, entre las quales la visitava nuestro padre san Francisco, y dezía la santa que quando hablava de las monjas las llamava ‘mis filias’; y san Antonio de Padua le traýa al Niño Jesús; y san Acacio con sus diez mill compañeros. Y díxole el santo ángel a nuestra madre que, passado el Juiçio Final, abía de aver una escala desde Jerusalem al Cielo, para que los celestiales bajassen a adorar los lugares sanctos donde andubo nuestro Redemptor, y que ni más ni menos avía de aver otra escala desde la cámara donde estaba nuestra madre santa Juana al Cielo, y más le dijo: “y esta escala ha de ser desde este lugar donde tú estás, porque a esta cámara la llaman en el Cielo la cámara de los ángeles, por los muchos que bajan y suben a este santo lugar, que habló el Señor en él”. Veýa la santa Juana que entraban los ángeles por entre la tierra y edificios a adorar las arenitas donde Nuestra Señora puso sus pies, quando apareció tantas vezes en esta santa casa y lugar. [fol. 24r] Dijo Nuestra Señora a nuestra madre cómo escogía desde el vientre de su madre a las religiosas que traýa a su santa casa; más dixo Nuestra Señora a nuestra madre: que tenía alcançado de su precioso hijo muchas misericordias a todos los que mirassen por su santa casa, hasta quien cogiesse oja para la lumbre. Siendo nuestra madre santa Juana tornera, llamó al torno señor san Andrés Apóstol y ella fue a responder, y como le conoció díjole nuestra madre: “¿A qué buena Vuestra Hermosura por acá?”. Respondió el apóstol: “Vamos yo y mi compañero san Nathanael en hábito de pelegrinos a Cubas”. Y en esto tañeron a vísperas en la iglesia del mismo lugar, que es vocación de san Andrés, y díjole el santo: “Quédate con Dios, que tañen a vísperas en mi yglesia y voy a hallarme en ellas”. Y las monjas supiéronlo y fueron al zaquizami a verlos. Otra vez llamó el santo ángel san Laruel al torno, la santa respondió y el ángel bolvió el torno y dijo: “Juana, toma allá essas quentas, que se le cayeron a un pelegrino camino de Santiago, y te las traigo”. La santa las recibió, dándole muchas gracias por las [fol. 24v] mercedes que siempre la hazía. Y estas quentas son dos açules grandes, y la una está en el coro alto oi día, en la ventana de las quentas. Y no solamente el ángel y santos llegaban al torno, mas la misma Reyna del Cielo y su hijo precioso, como más largo está escrito en la vida de esta santa, puniéndole la Reyna del Cielo el Niño Jesús en el torno, llegando la santa con pensamiento que el torno era cuna para mecerle. Estando la santa Juana arrobada en el Cielo llegó a ella un niño y díjole: “Yo soy de tal reyno, donde se me haze fiesta, que subí a este reyno de los Cielos por corona de martirio, siendo de edad de cinco años, y llámome san Andrés. Diles a tus monjas que se acuerden de mí, que yo me acordaré d’ellas, y en particular a Fulana, que la quiero para mi amiga. Mi día es a diez y siete de junio”. Y esta devoción dura en esta santa casa con este santo oy día, y dijo este santo que quería tanto a sus devotas que, si fuera menester tornar a este mundo a padecer por ellas, lo hiziera de muy buena gana. Entre los muchos ángeles que en particular hablavan a la santa Juana en el Cielo y la pedían los ayudase a rogar por las provincias que tenían a cargo, son ochenta y quatro, y [fol. 25r] supiéronlo las monjas de esta manera, que en bolviendo de los raptos, la importunaban les dixiesse algo para su consolación, y la santa les dezía: “encomendá a Dios, hijas mías, a tal provincia o tal reyno, que yo os digo que el ángel su custodio, a quien Dios se la dio a cargo, me ha dicho que está dada sentencia del poderoso Dios de destruilla, y me ha pedido le ayude a rogar por ella; hazeldo vosotras también para que se enmienden y alce Dios su yra”. Y estando con ella hablando, llegaban otros y nombrávanse unos a otros, y algunos le pedían lo mismo, y ansí sabía sus nombres y los hizo escrivir; y estos ángeles dezía que eran de los muy altos. Y dijo la santa que el ángel que se llamava san Zupiel es el del güerto, quando el Señor estaba orando en él; y que señor san Laruel fue ángel de guarda del rey David y de san Gregorio y de san Jorge, “el mismo ángel san Laruel, mi guardador, me lo ha dicho, y díxome más: “Yo he pedido al poderoso Dios que tú seas la postrera alma que guarde, y he suplicado al poderoso Dios me haga general del Purgatorio y hámelo concedido”. Y muchas vezes me lleva consigo al Purgatorio y le veo entrar por las llamas, [fol. 25v] y saca muchas y me las da a mí que las guarde mientras entra por otras ánimas, y llevamos muchíssimas. Y los demonios dan muchos ahullidos y dizen: “Este rapa almas... que no basta lo que haze con la que trae consigo, sino que viene a despojar el Purgatorio”. Y véole esgrimir con ellos con una espada, otras vezes le veo echar anzuelos y pescar almas, y dízeme más mi santo ángel: que de todas las personas que os tocan tiene cuydado”.

[JUANA DESCRIBE A SU ÁNGEL]

Hablando la santa con sus monjas del lugar donde el ángel la ponía quando se arrobava, y fiestas de la ciudad de Dios y la ermosura de los edificios y moradores d’ella, dize: “¿Decísme, amigas, que os diga de mi santo ángel? Paréceme que no ay cosa en la tierra, por hermosa y preciada que sea, a que se pueda comparar. Es muy hermoso donzel y muy más resplandeciente que el sol, blanco y colorado, rubio y muy claríssimo, y de muy suavíssimos olores, e de bulto muy precioso, e de gesto muy sereno, e grabe persona de muy gran reverencia e dignidad. Tiene alas de colores e pinturas, las quales no le nacen de las vestiduras, mas de su mesma persona, y assí como los otros santos ángeles les nacen alas de sí mesmos. La vestidura del santo ángel [fol. 26r] mi guardador es de ynestimable valor e de incomparables colores. Yo le veo vestido de muchas maneras, mas direos los motes que trae bordados en ellas, con los quales yo mucho me consuelo: trae en su cabeça corona e diadema preciosa más que el oro, cercada de piedras preciosas, y en la frente una cruz esmaltada, hecha a manera de joyel, con letras a la redonda que dize confiteantur omnes lingue quoniam Christus est Rex Angelorum; e trae otras letras bordadas en la vestidura encima del pecho, que dize Spiritus Sancti gratia iluminet sensus et corda vestra; y en la manga del braço derecho trae bordada de pedrería la señal de la Cruz, con pie y con ramos muy hermosos que adornan toda la manga y la cubren, y el pie de la cruz hazia la boca de la manga y lo alto d’ella hazia el hombro, con letras en la misma cruz que dizen ecce erucem Domini fugite partes aduerse; y en la manga del braço siniestro trae bordada la misma divisa de la santa Cruz, con los clavos y todas las insignias de la Passión, y letras que dizen dulce lignum dulces clavos dulce pondus sustinct que sola fuisti digna portare pretium suius seculi; y en el calçado de los pies [fol. 26v] trae labradas de pedrería letras que dizen quam pulcri sunt gressus tui filia Principis; y en el calçado de encima de las rodillas, letras muy ermosas que dizen flectamus genua levata, encima de las muchas otras letras que dizen celestium torrestium et Ingernorum. E las mismas insignias de la santa Cruz y los clavos y todas las armas de la sagrada Pasión trae pintadas e dibujadas, por muy rica manera, en un lindo pendón. E junto con ello trae figurada e dibujada la imagen de Nuestra Señora con el Niño Jesús en los braços, e de otras maneras e misterios, ansí como quando Él y ella estaban acá en la tierra, e como después entrambos subieron a los Cielos; en especial la trae pintada como ella está en su trono real, sentada e cercada de vírgines e santos ángeles, que la están sirviendo. Y estos motes y armas tan preciosas son ansí para defensión de las ánimas que él tiene en guarda, como para provecho de las del Purgatorio. E también los santos ángeles se arrean e precian de adornar sus personas e vestiduras de las insignias e armas con que su Dios y Señor hizo la obra de la redempción. Las ánimas del Purgatorio se gozan mucho con su visitación, que se recuerdan [fol. 27r] de su Dios en los tormentos que padecen. Este mi santo ángel siempre anda en buelo, e otras vezes de hinojos, e también en buelo véole venir algunas vezes e descender de lo alto hazia el lugar que yo estoy; deciende y viene asentado en un trono e silla, y en buelo por el ayre. Y es todo muy rico e resplandeciente e adornado de muchas pedrerías, e trae en su mano algunas vezes a manera de cetro muy precioso, e otras vezes trae un instrumento con que tañe de tan admirable especie que, en solo tocarle, haze qualquier son e armonía que quiere hazer quien lo tañe; dize las palabras como las puede dezir e cantar qualquiera persona humana, pero muy más suaves e deleytosas de oír. Múdase este laúd en otros instrumentos, los quales todos hazen muy acordado y deleytoso son, según cada uno en su especie. Este mismo santo ángel no es de los ángeles que da Dios guardadores de almas, porque es de más alto coro; las alas que yo le veo quando me lleva entre ellas algunas vezes son seis e ocho e diez. No se le encomiendan todas las almas, sino algunas señaladas, porque yo sé tubo en cargo al señor san Jorge y al rey David, y al señor san Gregorio y a otros santos singulares. A las ánimas de dignidad [fol. 27v] e santidad dáseles ángel principal, y él tiene muchos privilegios, e ansí le he oýdo yo llamar en el Cielo a los santos ángeles e santos ‘el ángel privilegiado’. Tiene licencia de Dios de responder algunas preguntas que le fueron fechas de las personas de la tierra, por intercessión de mí, su indigna sierva, o por las otras almas que ha tenido a cargo, y esta respuesta se entiende en quanto fuere la voluntad de Dios. De todos los nueve coros de los ángeles tiene gracia singular e don: el abrasamiento de Serafines, la çiençia e conocimiento de los Cherubines, y el servicio y adoración de las Dominaciones, e la holgança de los Tronos, y el mando de los Principados, y la pelea de las Potestades, e la adoración e charidad de las Virtudes, e la revelación de los Arcángeles, y el oficio de los Ángeles. Tiene otros e muy grandes e singulares dones, los quales dados de la mano de la muy poderosa Trinidad, la qual le dotó como puede e quiso y le inflamó en su divino amor. Tiene officio de ayudar a las ánimas de Purgatorio, yéndolas a visitar e consolar por los méritos de la muerte e Passión de Nuestro Señor Jesucristo, e merecimientos [fol. 28r] de su santa Madre; sácalas a fiestas e líbralas de las penas e defiéndelas de los demonios, e por eso anda vestido e adornado de tan ricas libreas e guarnecido de tan preciosas armas. Ansí como los demonios le sienten venir e le ven alçar el braço derecho con la señal de la santa Cruz, van todos huyendo e ahullando e dando muy espantosos gritos e gemidos, a manera de canes mordiéndose unos a otros. E muchas vezes va al socorro e ayuda de las ánimas e personas que están en pasamiento, llevando consigo a otros muchos ángeles que le ayuden a defender aquella persona que en tan gran batalla está de tentaciones de los demonios. E algunas veçes le digo yo, quando son difuntos mis devotos e personas que se me an encomendado, que tienen conocimiento de mí por oýdas o parientes de vosotras, señoras, o personas que os conocen, de las quales si son difuntas algunas d’ellas o están en tribulación, que le digo yo que se acuerde de tal persona que es difunta o de tal, si es viva, que está angustiada. Respondiome: “Ya yo he hecho lo que he podido y, si es difunta, yo fui a su muerte e passamiento, e llevé conmigo otros santos ángeles, e la acompañamos e libramos [fol. 28v] de peligros hasta que fue juzgada, e tengo cuydado d’ella hasta que está en descanso”. E yo le digo: “Pues nunca, Señor, se la havía encomendado a vuestra ermosura”. Respondiome: “No es menester que tú me la encomiendes, que para esto basta la charidad que mora en los ángeles e saber yo que tiene memoria de ti aquella persona, o conocen a tus hermanas o tienen deudo con ellas, para hazer yo toda mi posibilidad”. Dezía esta Bienaventurada: “Yo sé, y aun por vista, que las personas que por mi intercessión tienen devoción en este mi santo ángel, de que son passadas d’esta vida y están en Purgatorio y las va él a visitar, aunque va entre otros muchos santos ángeles, le conocen e le dizen: “Paréceme, Señor, me da el espíritu, aunque yo no os conozco ni he visto ni nadie me lo ha dicho, que sois el ángel guardador de una persona que vive en la tierra, que se llama Juana de la Cruz”. E las respondió: “Verdad es, ánima, que yo soy, y de la mano del poderoso Dios tienes ese conocimiento”. Ellas entonces híncanse de hinojos e danle gracias por los bienes que les ha hecho, e le suplican no las olvide. Quando me lleva mi santo ángel [fol. 29r] veo algunas vezes muchos demonios, y házenme algunos d’ellos enojos y miedos; entonces mi santo ángel esgrime una espada muy rica que trae y ellos, viéndole esgrimir la espada, huyen todos y han muy gran miedo e tiemblan, porque él pelea con ellos e los hiere, e tiene él solo más poder para pelear e vencer que muchos demonios juntos. Trayéndome mi santo ángel una vez de la mano, vi a deshora muchedumbre de demonios muy espantables e figuras en diversas maneras, e venían hablando entre sí unos con otros: “Estos garçones boladores e resplandecientes, ¿en qué se andan aquí, quitándonos nuestras almas, los açemileros? Que contino andan cargados de insignias del Crucificado, acarreando ánimas christianas a Dios e buscándoselas de todas maneras que pueden, en especial este que va aquí delante, que es un rapa almas que no le basta lo que haze con la suya que Dios le dio en cargo, mas otras muchas nos quita, ansí de personas vivas como difuntas, d’entre las uñas, y las perdemos por los ruegos que él haze a Dios e por los consejos que Él le imbía con aquella que allí va con él. Mas nosotros procuraremos de echar nuestro estiércol en sus oýdos quando estén más limpios y ansí [fol. 29v] les ensuciaremos sus almas, que son nidos de Dios. Mas este Jesucristo a todos sus christianos dejó redimidos, y aun hasta los niños chiquitos; dejó remedios que no se los pudiessen quitar, y ansí nos arrebatan todos quantos ellos pueden”. E diziendo los demonios estas y otras muchas palabras contra Dios y los santos ángeles y contra los buenos christianos, bolvió contra ellos mi santo ángel esgrimiendo su muy luzida espada e, hiriéndolos muy reziamente, dezía: “¡Andad agora, demonios malignos e traidores, que vosotros soys açemileros!, que nosotros los ángeles tenemos las ánimas en guarda; no somos sino ayos de los hijos e hijas del Rey del Cielo, e como fieles siervos e leales amigos procuramos de le acarrear todas las ánimas que son suyas, e quitarlas a cuyas no son”. Y ansí fueron los demonios huyendo y dando muchos ahullidos.

[TABLA DE CORRESPONDENCIAS ENTRE MONJAS Y ÁNGELES]

[fol. 30r] Son tantos los favores y mercedes que Nuestra Señora hizo a esta su santa casa que, después de haver aparecido en ella nueve vezes y ser su fundadora, dezía a nuestra madre santa Juana que era abbadesa d’ella. Y viendo los ángeles y santos que la Reyna del Cielo nos hazía tantas mercedes de querer ser nuestra abbadesa, pedíanle liçençia algunos para ser officiales, nombrándose cada uno official del officio que tenía la monja que le tenía devoción; y otros tomando parentesco con nosotras, otros pidiendo les rezassen en sus fiestas las devociones que ellos dezían, y que a quien lo rezare les alcançarán muchos favores de Dios. Comiença la Tabla: La Madre de Dios, abbadesa. Vicaria, señora santa Ana. Tornera, señora santa María Magdalena (y dixo que quería ser nuestra tía). Sacristán del coro bajo, señor san Alexo (y dijo que, quando fuessen las religiosas a confessar, le rezassen un ‘Pater Noster’ y una ‘Ave María’, y que les acordaría los pecados). Sacristán del coro alto, señor san Jorge. Refitolero, señor san Juan Baptista. [fol. 30v] Guarda del ganado, señor san Juan Evangelista y la monja que guardava este ganado (se llamava la Loçana, que este nombre le pusieron los ángeles por la pureça de su alma). Provisora, señora santa Marcela. Enfermera, señora santa Marta. Laborera, señora santa Ynés (y dijo a nuestra madre santa Juana que, si ella fuera monja, que guardara mucho silençio). Señor san Acaçio y sus compañeros, guarda de la casa con un santo ángel de los muy altos, a quien Dios tiene dado para guarda d’ella, lo qual se vio por experiencia quando los comuneros venían a robar la casa y vieron, antes que llegassen, muchos cavalleros armados alrededor d’ella, hasta encima de los tejados, y como esto vieron se fueron huyendo, diziendo: “¡Qué poderosa debe de ser esta casa, que tanta guarda tiene!”. Y nuestra madre santa Juana dijo cómo aquella cavallería era celestial, que Nuestra Señora avía imbiado para la defensa de su santa casa. El ángel san Laruel es provincial, y nuestra madre santa Juana le llamava, hablando d’él, algunas vezes [fol. 31r] ‘Su Hermosura’ y otras ‘el Señor Duque’. Y quando venía del Cielo a traer las quentas, lo echaban de ver las religiosas en la fragancia de olor que avía en la casa, y dezía: “El Señor Duque ha venido”. Y entonces iban a la cámara adonde estaba nuestra madre santa Juana y miraban el cofrecito, y hallaban cómo las avía ya traýdo. Y también echavan de ver quándo venía el Señor Duque por ellas, y iban las religiosas a ver el cofrecito y no las hallaban allí. El bendeçir el Señor las quentas a nuestra madre santa Juana duró muchos años por orden de su santo ángel. La santa estaba tullida y sobre un altar que ella tenía en su celda estaba un cofrecido, y deçíales a las monjas que truxessen quantas quentas quisiessen y las metiessen en él y le cerrasen con llave. Hazíanlo assí y llevábansela, y passado algún tiempo, quando era la voluntad de Dios, olían los olores ya dichos, aunque estubiessen en differentes officinas las religiosas, y venían corriendo adonde estava la santa tullida y dezíanle: “O, señora, ya ha venido el Señor Duque, no es posible menos porque hemos olido sus olores”. Y la santa sonrreýase y dezía: “Sí, mis amigas, [fol. 31v] abrí el cofrecito y veréis las grandezas de Dios”. Y las monjas entonces abrían el cofrecito y no hallaban las quentas, y dando muchas gracias a Dios, tornávanle a cerrar vaçío y llevávanse la llave, porque lo quería ansí la santa. Y quando el Señor era servido, passados algunos días o horas, tornaban las religiosas a oler los olores celestiales, y todas venían con mucha devoción y abrían el cofrecido, y hallaban las quentas y, alabando a Dios, poníansele a la santa sobre la cama, y ella iba repartiendo las artas de quentas a cada una, y traýan muy grande fragancia de olor. Junto con las quentas ponían ‘Agnus Deies’ y crucifixos y otras imágenes, y junto con las quentas lo llevava el ángel. También ponía la santa, por mandado del ángel, unos torçales de hilo, y bolvían anudados, hechos nudos a modo de cordón de nuestro padre san Francisco; unos venían más gordos y otros más delgados y algunos más flojos, y dezía el ángel: “Juana, toma allá estos nudos, y estos más floxillos te digo cierto son hechos por mano de los más altos serafines, y los demás han anudado los ángeles y an estado en manos del mismo Dios, y los ha bendecido con las quentas y te los imbía para bien de las almas. Y yo te digo que todas [fol. 32r] las personas que con fe viva las truxeren serán favorecidos de Dios en esta vida, y en el Purgatorio experimentarán sus virtudes, y en el Cielo serán señalados con particulares resplandores, y sus cuerpos, en el día del Juicio, ternán gozos accidentales, por haver estado estas preciosas quentas en el Cielo y en manos de Dios y de los ángeles y de la misma Madre de Dios”. Las primeras quentas que llevó el ángel al Cielo fue el rosario de la santa, y luego las monjas que lo supieron pidieron a la santa Juana intercediesse ubiesse aquella misericordia para sus rosarios. La santa, llena de charidad, pidió a su querido Esposo para todas. Y ansí mercaban rosarios de muchos colores, unos blancos, otros negros y pardos, y de açabache y palo e de differencias de colores. Y d’esta suerte ay quentas de muchas differencias, todas bendecidas del poderoso Dios, el qual dijo a la santa Juana y al ángel san Laruel que las que tocaren a ellas tendrán las mismas bendiciones que las originales (que echarán demonios de los cuerpos de los hombres y librarán de sus açechanças, darán salud corporal y espiritual), y que las truxessen con devoción, y que [fol. 32v] rezando en ellas por los que están en peccado mortal su Magestad yrá disponiendo aquellas almas, para que salgan d’él por la virtud que ha puesto en estas quentas.

[SUCESO OCURRIDO A LA RELIGIOSA GERMANA DE LA ASCENSIÓN CON UNA IMAGEN]

[fol. 33r] Y tiénese en tanta veneración esta santa ymagen quanto es notorio. Es la que sale el día de su aparecimiento. Y como esta santa immagen sea de bulto, una religiosa1 fue con mucha devoción a quitarle una raxita. Y hechas muchas reverencias, pidiéndole licencia y perdón, llegó con un cuchillito a quitarla, y a desora se halló arrojada en mitad del coro y, como quien dispierta de un sueño, dijo: “¡Váleme Dios! ¿Yo no estaba subida en el altar? ¿Cómo estoy aquí, tan lejos d’él?”. Y toda turbada y temblando, y la cabeça encajada en una ventanita del mismo facistor, qu’está en mitad del coro alto. Y esto contó a algunas religiosas con grande humildad y temor de Dios y de su Madre, la qual religiosa era gran devota de esta santa imagen, la qual es difunta y fue de vida muy exemplar y de mucho crédito y perfeción de vida.

[GRACIAS QUE EL SEÑOR HIZO A LA CASA]

Las gracias que Nuestro Señor concedió en esta santa casa en imágenes y fiestas y cofradías, por intercesión de nuestra madre santa Juana de la Cruz, son las siguientes: Pidió Nuestra Señora, en esta santa casa, que para el día del nascimiento de su precioso hijo rezasen al benditíssimo [fol. 33v] Niño nueve aguinaldos, cada uno de a trecientos versos de lo que quisieren1. El día de la circuncisión del Señor, rezando al Niño Jesús que tiene la imagen grande de Nuestra Señora, la que consagró el Señor, cinco ‘Paternostes’ y ‘Avemarías’ concedió el Señor una ánima de Purgatorio. Y a este niño oyó hablar nuestra madre santa Juana de la Cruz con el niño de Nuestra Señora la de Torrejón, quando vino en processión. Desde el día de los santos reyes, rezando cinco ‘Paternostes’ y ‘Avemarías’ se gana lo que se sabe que concedió Nuestro Señor. En esta santa casa hase de rezar hasta el día del Baptismo y offrecerse al del Señor. Y lo mismo se gana diziendo el psalmo de ‘Miserere mei Deus’ y, llegando al verso de ‘Aspergesme’, echarse con el isopo un poco de agua bendita en el hombro. Desde el día de los santos reyes hasta el día de san Valentín, que es quando el Señor ayunó, rezando cada día quarenta ‘Credos’ y quarenta vezes la oración de ‘Ave Jesús’, que es la que se sigue, concedió el Señor a quien [fol. 34r] lo rezare como si lo ayunare. Ave Jesús, santo salvador. Ave Jesús, dulce redemptor. Ave Jesús, deleyte y alegría de los desiertos. Ave Jesús, flor de los campos y lirio de los valles. Ave Jesús, santificador de las aguas y de los baptismos. Ave Jesús, consolación y alegría de los baptizados, resureción de los muertos, vida de los vivos, gloria y bienaventurança de los que en ti esperan. Miserere mei. Amén. Amén. Domine, miserere mei. Para la dominica del perdimiento se han de rezar tres ‘A te levavis’ y tres ‘Magnificas’ y tres ‘Salves’, començando desde el juebes hasta el domingo. El día de la santa purificación vio nuestra madre santa Juana en una revelación cómo se da sentencia en el Cielo a todos los que avían de morir aquel año, y los santos ángeles guardadores de aquellas personas yban a pedir a los demás ángeles, diziéndoles: “Señores, ayudadnos a rogar por nuestros súbditos que tenemos a cargo, que les es dada sentencia de muerte”. Y también se da sentencia aquel día a todos los que han [fol. 34v] de tener trabajos y enfermedades. Y este día es día de yncienso; hase de tomar un grano en la boca y rezar cinco ‘Paternostes’ y ‘Avemarías’ en cruz, con una candela en la mano, y en acabando de rezarlo, echar el incienso con la boca en la lumbre. Otorgó el Señor, por intercessión de nuestra madre santa Juana, perdón de las faltas de los votos.

[RELATO DE LOS APARECIMIENTOS DE LA VIRGEN]

Revelación del aparecimiento de la Madre de Dios de la Cruz. Dixo nuestra madre santa Juana: “Muchas vezes he visto en el año a Nuestra Señora venir a visitar a esta su santa casa, de la qual muestra tener especial cuydado y deseo que su santo aparecimiento sea estimado, porque no fue una vez sola la que su Magestad se apareció en este lugar, mas nueve días arreo me dijo mi santo ángel fueron los que se apareció. Y el primero fue el primer día del mes de março, hasta el noveno, que es el postrero aparecimiento y más público, porque en este día puso la cruz por señal, diziendo que quería le hiziessen allí su iglesia. E cada año, en este día en el qual se celebra su santo aparecimiento, la he visto [fol. 35r] venir a hora de la media noche en una processión muy admirablemente ordenada, soleníssima e apostada de muchas riquezas y resplandores de gloria, acompañada de muchedumbre de ángeles y santos y santas, e también vienen con su Magestad las religiosas difuntas hijas del monasterio y, ansimismo, vienen todas las ánimas que en vida fueron devotas del santo aparecimiento de Nuestra Señora, y las ánimas de los bienhechores del monasterio. Y estas ánimas de los bienhechores, algunas d’ellas, son libradas de penas, e a otras las trae Nuestra Señora con licencia de su precioso hijo para darles descanso en esta su fiesta. Y esta preciosa processión viene al monasterio con muy grandes cánticos e músicas celestiales e instrumentos de diversas maneras de melodía, y antes que entre en la iglesia y casa, da una buelta e bendize Nuestra Señora los campos e tierras e frutos en ella aparecidos media legua a la redonda del monasterio; y después entra dentro y va al dormitorio y bendize las religiosas con grande amor, y dize: “Esta casa es mía y no [fol. 35v] la tengo de olvidar. Mío es este lugar, yo no lo entiendo a olvidar, y pues no lo entiendo olvidar no quiero dejarle de visitar. Estad constantes en los trabajos e penas presentes e por venir, que ansí se ganan las coronas, las quales yo tengo en depósito, si os contentáis, siervas mías, con mi depósito; si no, daldas a quien os las guarde y guardaldas vosotras, por que deis buena quenta a Dios, mi hijo, el día del Juicio e merezcáis reynar con Él para siempre”. E manda algunas vezes a los santos ángeles guardadores de las mesmas religiosas les pongan guirnaldas en las cabeças de rosas blancas y coloradas, y d’estas cosas ellas no ven ni sienten ninguna cosa. Y desde el dormitorio va la santa processión al coro y allí está hasta que se dizen los maytines1, y ansimismo está Nuestra Señora con toda la compañía en la missa e sermón, e bendize los pueblos que vienen a celebrar su santo aparecimiento y ruega a su precioso hijo, estando en el sacro sacramento del altar, por las religiosas que habitan e moran en su casa e por todos sus devotos, e muy en especial por los que allí presentes están, les otorga los perdones [fol. 36r] de su santa Iglesia. Y dize Nuestra Señora: “Norabuena venga Dios trino y uno, verdadero hombre celestial, a estar en el santo sacramento del altar, y con Él la corte celestial. Bendiga Dios a la compañía humanal. Soy la bienaventurada Madre de Dios e vosotras, bienaventuradas”. Y quando se quiere yr la processión, despidiéndose del altar alça Nuestra Señora su preciosa mano e, santiguando los pueblos dándoles su santa bendición, luego desapareció y toda la compañía celestial, y a mí tornome mi santo ángel en mis sentidos corporales. Y quando estas cosas veo e oygo, que es este día de Nuestra Señora, dize e haze algo en la processión que viene su Magestad. Y quando no estoy elevada quando viene a visitar su iglesia e casa, plaçe a Dios lo vea estando en mis sentidos y que, a la despedida, me lleve consigo, aunque no lo merezco. Son tantos los perdones e gracias que Nuestra Señora tiene alcançados del poderoso Dios, hijo suyo, para esta santa iglesia donde ella se apareció, que si las gentes lo supiessen vendrían de muchas partes de rodillas por ganar tanto bien para sus ánimas; que como Nuestra Señora, con tan gran deseo y caridad que tiene que las ánimas se aprovechen, [fol. 36v] pidió una sublimada merced a su precioso hijo, y es que le otorgasse tantos perdones en esta su santa casa y iglesia como ebras de yervas e de cosas de flores e ojas estuvieren nacidas en la tierra, media legua a la redonda del lugar donde ella puso la cruz con sus preciosas manos. Y Nuestro Señor Jesuchristo, hijo suyo, se lo otorgó, y esto desde que se edificó esta santa iglesia y casa. Y más me dixo mi santo ángel: que están concedidas en esta iglesia, sin ninguna condición, los perdones de santa María de los Ángeles. Y ansí se entiende que, aunque no vengan confessados ni rezen cosa señalada, sino viniendo contritos a visitarla, y ansimesmo quien rezare nueve ‘Avemarías’ o otras qualesquiera oraciones (en tal que no sean menos de nueve y sean de Nuestra Señora, offrecidas a los nueve aparecimientos que se apareció a Inés), ganarán muchas gracias y les será otorgada la petición que justamente pidieren a Dios. Esto en qualquier día del año que lo rezaren, y muy más lo ganarán rezándolo los propios días, que es el primero día del mes de março hasta el noveno del mesmo mes, todos nueve arreo. Y quien hiziere dezir [fol. 37r] nueve missas a Nuestra Señora, en reverencia d’estos nueve aparecimientos, será socorrido en su tribulación y aprovechará mucho a los difuntos. La manera en que se mostrava su Magestad cada un día de los aparecimientos: fue primero de poquito bulto; el segundo como quando era niña recién nacida; el tercero como de tres años, que la offrecieron al templo; el quarto como de la edad que fue desposada con el santíssimo Joseph y el hijo de Dios encarnó en ella; el quinto de la edad que fue a visitar a santa Isabel; el sexto como quando parió al hijo de Dios (y en este día quien rezare es bien tenga memoria de la fiesta de la santa O); el séptimo como quando le presentó en el templo; el octavo como quando fue huyendo a Egipto (y en este día quien rezare tenga memoria de la fiesta de las nieves); y el noveno como quando estava al pie de la Cruz. Y quien rezare tenga memoria de su muy gloriosa asumpción, porque otros santos aparecimientos hizo Nuestra Señora con memoria de sus nueve fiestas..

[CELEBRACIONES DE LOS SANTOS Y ÁNGELES]

[fol. 37v] El día de señor san Gabriel es nueve días antes de la santa encarnación, y pidió que le rezasen estos nueve días cada día nueve ‘Maristellas’, porque se quería enjoyar para la fiesta de Nuestra Señora. Y ansí es costumbre rezárselas desde el tiempo de nuestra madre santa Juana, y dezirle unas vísperas y missa su día. El juebes santo, desde que se encierra el santíssimo sacramento hasta la mañana de la resureción, se rezan las vidas, que es cada una de treynta y tres versos de lo que quisieren, con la oración que dize: “Respice qui transis quia tu es mihi causa doloris et vivas moriar sed non desunam te amavi si de sieris ainpeccari”. Y quince ‘Paternostes’ y ‘Avemarías’ en cada vida se gana doblado. Perdona el Señor por ello las faltas de nuestras obligaciones. El viernes santo se ha de rezar en un crucifijo pequeño del Cielo treynta y tres ‘Animas Cristis’ y treynta y tres adoraciones de la santa Cruz, que es la que se sigue1: “Adórote, Cruz bienaventurada, que de los delicados y venerables miembros de mi Señor Jesucristo fuiste guarnecida, y de su preciosa sangre toda cubierta y toda [fol. 38r] teñida”. Concedió Nuestro Señor treynta y tres ánimas de Purgatorio. Más: en este proprio día han de rezar quarenta ‘Credos’ en la quenta cristalina. Más: en el crucifixo de bulto que está en el coro alto, junto a la custodia, han de rezar dos ‘Credos’. Este mismo día concedió el Señor muchas indulgencias. El sábado santo, antes que amanezca, han de rezar ducientas ‘Avemarías’ a la fe que tuvo la Madre de Dios de que había de resuscitar su santíssimo hijo. Concedió Nuestro Señor de darles fe a la hora de la muerte. Más: el domingo de la resureción, antes que amanezca, an de rezar docientas ‘Reginas celi’, pidiendo albricias a Nuestra Señora. El día en que cae la fiesta de san Laruel, ángel de nuestra madre santa Juana, es a veynte y nueve de abril. Súpose d’esta manera: deseando las religiosas hazelle algún serviçio a este santo ángel, suplicaron a nuestra madre santa Juana supiesse d’él en qué día quería que se le hiziesse fiesta; preguntóselo [fol. 38v] y respondiola: “Dile a tus hermanas que en veynte y nueve de ábril, este día me hazen fiesta en el Cielo”. Y ansí, desde entonces, es costumbre dezirle unas vísperas y missa solemne. Día de la Cruz de mayo nació nuestra madre santa Juana de la Cruz y tomó el hábito y murió; y en este día es costumbre en esta santa casa, en acabando de comer, yr a dar gracias adonde está su santo cuerpo, y allí dizen una corona de himnos y antífonas de las letras de su nombre. Y a la tarde cantan las coplas que dizen “Esposo, ¿si avéis oýdo quién me robó mi sentido?”, las quales están escritas al principio d’este libro, y leen allí su tránsito, y antes le solían dezir vísperas de virgen delante del arco donde está. Para el día de señor Santiago el Mayor an de tener rezados mil ‘Paternostes’ y ‘Avemarías’ con requiem. Otorgó el Señor, por intercessión de nuestra madre santa Juana, de sacar una ánima de Purgatorio para siempre aquel día. Para la fiesta de Nuestra Señora de las Nieves [fol. 39r] han de rezar cinquenta psalmos del psalterio, con requiem, y el ‘Canticum grado’. Y para la santa transfiguración ha de rezar cinquenta vezes el psalmo de ‘Miserere mei Deis secundum’ con ‘Gloria Patri’ y cinquenta ‘Credos’ y cinquenta ‘Salves’, y an de rezar este día el officio de las vírgines y, en una missa, han de rezar el evangelio de los mártires, que dize: “Dejen padre y madre y parientes y amigos por Dios”. Y para las que esto hizieren y rezaren, vio nuestra madre santa Juana cómo en el Cielo havía un monasterio como esta santa casa y que allí havía un cofre en que el Señor depositava estas oraciones, para enjoyar a las que fuesen allá. El ayuno de la santa asumpción de Nuestra Señora comiença desde la santa visitación hasta la víspera de la misma fiesta de la santa asumpción; han de rezar las que le ayunan quinientos ‘Paternostes’ y ‘Avemarías’. Prometió Nuestra Señora a las que esto hizieren de que sacaría de Purgatorio (y yría su Magestad misma por ellas) tantas ánimas como días vivió la [fol. 39v] misma Reyna del Cielo. Y viendo que por la flaqueça de las gentes vendría tiempo que no se ayunasse, dijo su Magestad concedería lo mismo a quien rezase mill y quinientos ‘Paternostres’ y ‘Avemarías’ con requiem. La oración de ‘Ave sanctissima Maria’, quantas vezes la rezaren en el tiempo que dura dezir una missa tantas ánimas de Purgatorio saca Nuestra Señora este mismo día de la asumpción; y la oración es esta: “Ave sanctissima Maria, mater dei Regina Celi Porta paradisi Domina Mundi, pura singularis tu es virgo tu concepta es sine macula, tu peperisti Creatorem et Salvatorem mundi inquo no dubito, liberame ab omini malo, et ora pro peccato meo. Amen”. Las quentas que se ponen el día de la sepoltura de la fiesta de la asumpción en las andas, adonde llevan a Nuestra Señora, las llevan los ángeles al valle de Josafad, al sepulcro de Nuestra Señora, y concédeles Nuestro Señor muchas indulgencias. Todo esto veýa la santa. Las vidas se comiençan desde este día hasta las laudes de la víspera de la fiesta, que sacan a Nuestra Señora [fol. 40r] de las andas en el auto que se haze este mismo día en la casa de la labor; concedió el Señor muchas gracias. Y en el que hazen el día de la sancta asumpción, en el refitorio, concedió el Señor grandes gracias, y dijo el mismo Señor, en un sermón que hizo en el santo Conorte de la sancta asumpción, que gustaba se hiziesse, y dio la industria para ello. Y no tan solamente concedió el Señor gracias en el auto, sino también a quien dixere que se haga y ayudare a poner el tablado. El desposorio de Nuestra Señora con el santíssimo Joseph es a seis días de setiembre, y pidió la Reyna del Cielo que holgassen aquel día, que recibiría servicio en ello, y dijo a la santa Juana: “Díselo a las monjas de mi parte, y que se ocupen si quieren en colgar ubas”. Pidió nuestro padre san Francisco que, desde el día de sus llagas hasta la fiesta suya de octubre, le rezassen cada día los salmos penitenciales, y prometió de bajar al Purgatorio a hazer mercedes y sacar de penas de Purgatorio las ánimas por quien se rezan.

[COFRADÍAS]

[fol. 40v] Comiençan las cofradías del Cielo que el Señor otorgó1.2 En la sancta cofradía de la Concepción son obligadas, para ganar las gracias que Nuestro Señor otorgó en esta santa casa, de yr con la bendición y, después del ‘Conceptio’, guardar silencio hasta la mañana. Y la víspera d’esta fiesta han de yr con la processión que se haze aquella noche; con Nuestra Señora puesta en la luna cantan las coplas que dizen “Mírala cómo sale”, y otras que dizen “Qué linda sois, Virgen”. Y el mismo día de la fiesta pidió la Madre de Dios le offreciessen tres roscas, cada una de a tres libras, y hanlas de poner delante de la imagen de Nuestra Señora que consagró el Señor, y an de estar allí entre tanto que dizen la missa, y dijo Nuestra Señora que les echaría su bendición. Y a la tarde van con esta santa imagen en processión al dormitorio, y allí, de rodillas, rezan la corona de las letras de su nombre. Y acabada la corona se han de confessar delante d’esta santa imagen los pecados que estubieren confesados, y por penitencia rezar nueve ‘Salves’. Y quando buelve la processión al coro rezan allí nueve ‘Conceptios’. Y esto se tiene por costumbre de hazer desde el tiempo de nuestra madre santa Juana, [fol. 41 r] porque, representando un coloquio las religiosas delante de Nuestra Señora, la habló la Madre de Dios en esta santa imagen, diziéndole cómo se havía holgado de ver representar a una religiosa que hazía la figura de su padre, señor san Joachin. Las roscas las reparte la sacristana a todo el convento. Quiso ser Nuestra Señora la patrona d’esta santa cofradía y concedió en ella Nuestro Señor muchas gracias por nuestra madre santa Juana. En la cofradía de la santa encarnaçión an de entrar en ella el mismo día de la fiesta las cofradas d’ella. Pueden entrar en la cofradía nueve personas vivas y nueve difuntas; an de nombrar nueve santos por abogados. Están obligadas las cofradas a rezar el officio de Nuestra Señora en el día que cae, y quien no tubiere disposición de rezarlo reze la corona del sábado, y si no supiere leer diga la corona real. Y an de ayunar el día en que cae la encarnaçión, y si no pudiere, ayunar con carne. Concedió Nuestra Señora a nuestra madre santa Juana de ser su Magestad la patrona d’ella, y venirlas a visitar a la hora de la muerte con los nueve [fol. 41v] santos, sus abogados, y lo mismo quando estubieren en Purgatorio; y dijo su Magestad que entonces sería fiesta de nueve copas. La cofradía del juebes santo están obligadas, como es costumbre, deçir después de tinieblas, en processión al dormitorio, açotándose en las espaldas (y si no pueden llevar la disciplina, en el hombro). Súpose de nuestra madre santa Juana que aquella hora se hazía otra processión en el Cielo, llevando delante un estandarte, y que los santos llevavan candelas coloradas y verdes por las monjas d’esta santa casa. Es Nuestra Señora la señora patrona d’ella. La cofradía que el Señor concedió en esta santa casa para quince religiosas. Las que quisieren entrar en esta están obligadas de rezar la corona real un año desde el día que entran, y quando muere una cofrada an de tener diciplina por ella quince días arreo, diziendo el ‘Canticum grado’. Concedió el Señor [fol. 42r] en ella grandes indulgencias por intercessión de nuestra madre santa Juana, y sale el ánima de Purgatorio a los quince días. Esta cofradía ordenó nuestra madre santa Juana y se la otorgó el Señor por orden de su santo ángel san Laruel. En la cofradía que concedió el Señor para siete religiosas, de las que le cabe la suerte dichosa, a lo que son obligadas es a rezar el día de la Cruz de mayo, la de setiembre y el viernes santo cinquenta ‘Paternostres’ y ‘Avemarías’. Son tan grandes las gracias que se ganan e indulgencias que nuestro santo concedió, que causa admiración oýrlas, y esto a petición de nuestra madre santa Juana de la Cruz. Y el día de la santísima Trinidad y del santísimo sacramento, cada día d’estos que rezan los cinquenta ‘Paternostres’ y ‘Avemarías’ sacan treynta y dos ánimas. Ay otra cofradía en el crucifijo del coro bajo, el de bulto, que se estendió en la Cruz, y esta cofradía concedió el Señor a sola una religiosa, y muerta aquella la hereda otra, nombrándola la que muere; [fol. 42v] y si no puede nombrarla la ha de nombrar la abbadesa, pidiéndoselo la que quisiere estar obligada a rezar cada día quince ‘Paternostres’ y ‘Avemarías’. Y rezando esto concedió el Señor quince ánimas de Purgatorio. Y este santo crucifijo es del tiempo de nuestra madre santa Juana, y la habló y veýa ella cómo tenía quince ángeles de reguarda, y tiene muchas indulgencias. En la imagen de la Cruz a cuestas, que está encima de la primera reja del coro bajo, an de rezar siete ‘Paternostres’ y ‘Avemarías’. Una tabla que está encima de la segunda reja del coro bajo, que está pintado un santo crucifijo en ella y unos caballos, habló el santo crucifijo. Una imagen de Nuestra Señora que está en el coro bajo, sobre la ventanita de comulgar, que está en una caxa mirándola, concedió el Señor indulgencia. En el crucifijo más alto del coro alto, que tiene a Nuestra Señora y a san Juan Evangelista, rezando cinco ‘Paternostres’ y ‘Avemarías’ sacan siete ánimas. [fol. 43r] En la imagen de la coluna que está en el mismo coro an de rezar cinco ‘Paternostres’ y ‘Avemarías’. Los tres días de la pasqua del Spíritu Santo ay jubileo. En la imagen de la venida del Spíritu Santo an de rezar siete ‘Credos’ a los siete dones del Spíritu Santo, y todas las figuras que en esta santa imagen están pintadas hablaron, que son Nuestra Señora y san Juan Evangelista y los demás. Más: en un quadrito pequeño del Niño dormido, que está en el mismo retablo, desde el juebes hasta el domingo se ha de rezar cada día tres ‘Paternostres’ y ‘Avemarías’ y tres ‘Magnificas’; y el domingo, en lugar de las ‘Magnificas’, tres ‘Regina celos’. Concedió el Señor muchas gracias. Y por amor de Dios no lo dejen de ganar, que perderán mucho en ello si no lo rezan. En una imagen pequeña del Padre eterno, que está en el mismo retablo, quantas vezes rezaren tres ‘Paternostres’ y tres ‘Avemarías’ y tres vezes ‘Sancta trinitas unus Deus miserere nobis’ y un ‘Credo’ el día de la santísima Trinidad, tantos jubileos ganan por vivos y difuntos, y más ganan todos los domingos jubileo.

[GRACIAS QUE OTORGA LA IMAGEN DE LA VIRGEN]

[fol. 43v] Las gracias que se ganan en la imagen grande de Nuestra Señora, la que consagró Nuestro Señor Jesucristo, son las siguientes. Primeramente, los días de sus fiestas con sus octabas, y todos los sábados del año con cada hora de su officio o con cada oración suya o con ‘Avemaría’, se gana indulgencia o ánima de Purgatorio, y tantas quantas vezes lo rezaren tantas indulgencias ganan por vivos y difuntos. Más que confessándose delante d’esta misma imagen los pecados confessados, rezando en penitencia tres ‘Sub tuum presidium’ y tres ‘Magnificas’ y una ‘Ave Maristella’ y la oración que dize: Dios te salve, Virgen muy gloriosa, estrella más clara que la luz, Madre de Dios muy graciosa, más dulce que el panal de miel, colorada más que la rosa, blanca más que el lirio, toda virtud te hermosea, todo santo te honrra, Dios Padre todopoderoso te corona en lo más alto del Cielo. Amén. [fol. 44r] Y diziendo esta oración a la propia imagen con un ‘Paternostrer’ y una ‘Ave María’ ganan indulgencia plena; más rezando cada sábado siete ‘Paternostes’ y ‘Avemarías’ en esta santa imagen otorgó el Señor el jubileo de la porciúncula; más que tocando las quentas a las faldas d’esta santa imagen todas sus fiestas quedan con las mismas gracias que las que fueron al Cielo, y esto durava para siempre. Y esta santa imagen habló a nuestra madre santa Juana, y el Niño Jesús que tiene en los braços, que tiene un poquito del pie quebrado, también la habló. Y esta gracia de las quentas para siempre alcançó la Madre de Dios para esta santa imagen, por intercesión de nuestra madre santa Juana.

[REVELACIÓN QUE ESTA IMAGEN DE LA VIRGEN HIZO A JUANA]

Capítulo de una revelación que vio nuestra madre santa Juana tocante a esta imagen de Nuestra Señora, la que consagró el Señor, y fue d’esta manera. Tiniendo el monasterio de santa María de la Cruz una imagen de Nuestra Señora, la qual era de bulto muy antigua, y las monjas, sabiendo que la avía bendecido [fol. 44v] un obispo, tiniéndola mucha devoción (porque algunas veçes la avían visto hazer milagros) y sacándola en processión los días del santo aparecimiento y por ser tan antigua, renováronle el gesto por un entallador, cortándola de la garganta arriba, y pusiéronle otro gesto. Y trayéndola al monasterio fueron las monjas a la ver e saludar, e a algunas les pareció mejor el gesto y a otras que no, y desconsoláronse mucho, de manera que vinieron en alguna diferencia de palabras. E sabiéndolo esta bienaventurada mandolas llamar y díxolas: “Muy maravillada estoy, hermanas mías, de la desconsolación que tenéis del renovamiento de la santa imagen. Dado caso que aya razón, por la falta de la imperfeción de la pintura, no ser tan aplaciente a vuestros ojos, pero aunque sean feas las imágenes, es cargo de conciencia no tenerlas en mucha reverencia y estima, en especial si las tales imágenes son de Dios y de Nuestra Señora, que estas tales, feas o hermosas, son dignas de muy grande acatamiento. Y ruégoos, señoras, que hagáis aquí un [fol. 45r] altar en esta nuestra celda y traed aquí la santa imagen, aunque yo sea indigna d’ella, que si pudiesse ya abría ido al coro de rodillas a adorar y saludar a su alta Magestad”. Y traýda la imagen a la celda de la santa virgen y puesta en el altar, rogolas que la dexassen allí dos días. Y estando ella aquella noche en contemplación, vido a Nuestra Señora en visión muy hermosíssima, y poníasele encima de la imagen suya y deçía: “Yo me contento d’esta imagen y la escojo y acepto para mi morada y aposento, e como en trono mío resplandezca en ella. Mi spíritu se goça porque los pecadores conmigo abrán refrigerio y consolación, e yo les ganaré de mi hijo perpetuo gozo en la Gloria perdurable”. Y esta bienaventurada, que lo veýa, suplicaba a Nuestra Señora entrase dentro en la imagen su espíritu y, pues era tan hermosa, desde allí escuchasse las oraciones que le hazían, en especial las suyas, por que ella viese no caýa en vacío hechas delante de su preciosa imagen, como algunas veçes tienen las gentes crédito no está allí donde la llaman; a los quales pensamientos y suplicaciones [fol. 45v] respondió Nuestra Señora e dijo: “Por estar nuevamente puesto este madero en esta santa imagen mía, no quiere Dios, ni a mí place, entrar dentro en ella hasta que se consagre o bendiga, en manera que se haga digna y perteneciente de mí por virtud de la consagración justa, que debidamente pueden tener las imágenes e iglesias e altares aparejados e limpios al culto divino”. E la noche siguiente vido la bienaventurada, a hora de los maytines, una visión muy gloriosa, y es que vido venir a Nuestro Señor Dios en un trono muy rico con vestiduras pontificales, cercado e acompañado de muchedumbre de ángeles e santos e santas, y estaban junto a la imagen de Nuestra Señora, a la qual bendecía con palabras muy devotas e reverenciales, e cantares e dulces sones que hazían los ángeles con diversos instrumentos, de las quales palabras e canciones no pudo colegir esta bienaventurada sino pocas palabras. Y el día que vido esta revelación era octavo de la dedicación de la Iglesia, e las ceremonias que Nuestro Señor hizo [fol. 46r] en la consagración d’esta santa imagen fueron muchas. Estaba vestido como obispo y la imagen, que estaba vestida sigún es costumbre adereçar las imágenes, a desora pareció toda desnuda e alçada en alto, tiniéndose con el poder de Dios. Esto era antes que el Señor la bendixesse, el qual hizo llamamiento a los santos ángeles para que viessen lo que hazía en aquella imagen, y ansimesmo a los demonios, para que hubiessen miedo y viessen la virtud que Dios ponía en su santa Iglesia e imagen y altares, e por fuerça se lo hazían mirar e reberenciar. Y quedaba poderío a la santa Madre Iglesia que venciesse al demonio e le desechasse con baldón, e recibiesse a Dios Jesucristo y a su santa Madre con reverencia e honor. E para esto bendecía e dezía en altas vozes el mesmo Señor, desde su alto trono, “Sum qui sum et ecce nova facio omnia”, que quiere dezir: “Yo soy el que soy, que todas las cosas hago nuevas. En lo alto del Cielo moro, soy Rey eterno que rijo los coraçones católicos e devotos, que mi adversario los perturba, empero [fol. 46v] yo soy el que los sosiego; él los derrama, yo los allego; él los discipa, yo los recreo; él los destruye, yo los edifico; él los ensucia, yo los limpio; él los enturbia y rebuelve y haze oler mal, yo los purifico e hago oler suavíssimo. Si de lo malo <malo> hazen bueno, e de lo no limpio hazen limpio, e de lo imperfecto hazen perfecto e loable e agradable,” e bolvía sus preciosos ojos a la imagen de Nuestra Señora e dezíale “¿quién te desprecia, Madre mía?”, y poníale muchas cruces hechas joyeles. Estando ella ansí desnuda la cercaba toda, especialmente la cabeça, frente y gesto, y los pechos y espaldas e ombros e braços e manos, todo el cuerpo hasta los pies, que significaban los cimientos de la santa Madre Yglesia. E después de muchas bendiciones que el Señor dezía, dijo cantando la antífona que dize: “Foris hortus redundans gratia mundum replens superni e dibus florens hortus mox [fol. 47 r] ab infantia admirandis fulsi virtusibus e anadian eandes flos multiplicant virgule decorent conceptus glorificat Maria pudorem Amen”. Tras estas santificaciones e cançiones que se deçían, pareció a desora la imagen de Nuestra Señora vestida de las mesmas vestiduras de antes y puesta en el altar como primero estaba, e los demonios quedáronse mesando e arañando e dando gritos e ahullidos, e la visión de Nuestro Señor desapareció roziando la casa con agua bendita, e la bienaventurada quedó muy consolada. Y passados dos días que la santa imagen estaba en su celda, ayuntáronse allí la abbadesa y las monjas, diziendo a la santa virgen que iban por la imagen; e importunándola la abbadesa, pues estaban allí todas, les dijesse alguna cosa de las que Dios le mostrava, respondió diziendo: “Lo que ay que deçir es que Nuestro Señor Dios tiene en tanto las imágenes, que se sirve que las aya en su santa Madre Iglesia y que sean honradas y veneradas por nosotros pecadores, pues el mismo Dios de los Cielos vino a la bendeçir [fol. 47v] e a enseñarnos cómo son cosa por donde se alcança virtud e devoción, quando se tiene en el coraçón. E bien se parece, según yo vi en una revelación que Nuestro Señor fue servido de mostrar, quánto Él ama e honrra la santa Madre Iglesia y a sus santas imágenes por amor d’ella”, e dijo la revelación suso dicha. “Y díjome mi santo ángel después que desapareció el Señor: “Mira qué son las maravillas de Dios: que si en un madero halla Dios voscosidad y no quiere que su santa Madre le tenga por su imagen, hasta le haver limpiado e puesto en él dignidad de bendición suya (como la tiene la santa Madre Iglesia), que tales estarán las ánimas, que llenas de pecados están ensuciadas e asquerosas. ¿Cómo serán dignas aquellas tales que venga Dios en ellas, ni su santa Madre, con gracia e piadosa charidad, si primero no son alimpiadas las tales ánimas por especial gracia del Spíritu Santo? Las cosas que son despreciadas e bajas Dios las ensalça e tiene en ellas thesoros muy grandes, aunque escondidos a los ojos de las personas [fol. 48 r] de la tierra. Bendito sea Dios en sus dones, e los santos en sus obras, e las imágenes en sus altares, e los altares en sus iglesias con sus sacramentos, e los sacramentos en la Cruz y Passión de Nuestro Señor Jesucrito, y en el santo baptismo y remissión de los pecados”.”. E acabado esto, dijo la bienaventurada madre nuestra: “Bien se pueden llevar la santa imagen”, la qual llevaron la abbadesa y monjas con mucha reverencia e devoción, e con candelas encendidas cantando el ‘Te deum laudamus’ al coro; e la pusieron en el altar acostumbrado, y de aquí adelante se consolaron las monjas con esta santa imagen. Y dijo el Señor a la santa Juana, al tiempo de consagrar la imagen: “Diles a las monjas que traigan cuentas y se las pongan a mi Madre”. Y ansí se hizo y estas son las quentas que llamamos de la ‘Consagración’. Tenía esta santa imagen la boca abierta y el Señor con su mano se la cerró, y dejó señal en la barbilla y labio alto; y los ojos, que tenía muy en alto, le puso el Señor sus dedos y se los abajó, como aora los tiene. Y esto todo lo veýa la santa Juana y lo dijo.

[MÁS RELACIONES DE SUCESOS EXTRAORDINARIOS CON LAS IMÁGENES]

[fol. 48v] En una imagen de señor san Gerónimo, que está vestido entre colorado y blanco, con una ‘Ave María’ y un ‘Paternoster’ concedió el Señor perdón de los pecados y gracia para manifestarlos; y con una ‘Ave María’ sacan una ánima de Purgatorio. La imagen de Nuestra Señora de yesso que tiene el reboço, que está sobre el retablo de señor san Juan Evangelista, habló a nuestra madre santa Juana. La imagen que está en el coro alto, sobre la puerta dentro del coro, del decendimiento de la Cruz, abló a la misma santa. Las fazes de Dios y de su santa Madre la hablaron, las que están en el coro alto encima de la cabeça de Nuestra Señora la Grande. La imagen de nuestro padre san Francisco, la que está en el retablo del coro alto, que está vestido con un hábito descolorido, habló a la santa. Una imagen de señor san Juan Baptista, la de la caxa que tiene puertas, habló, y el corderito que tiene. Vio cómo Nuestra Señora estaba en él nuestra madre santa Juana. [fol. 49 r] Una imagen de los reyes, que está en el mismo retablo, habló a la santa. El día de señora santa Ana, en una imagen suya rezando quince ‘Paternostres’ y ‘Avemarías’ (los cinco al Niño Jesús y los cinco a Nuestra Señora y los cinco a señora santa Ana), concedió el Señor jubileo. Esta santa imagen está en una tabla en el coro alto. El día de señor Santiago el Maior, en una imagen suya con cinco ‘Paternostres’ y ‘Avemarías’, concedió el Señor jubileo, y lo mismo se gana todos los domingos del año. Esta santa imagen está en una tabla en el coro alto. Una imagen pequeña de la santa encarnación, que tiene el ángel una capa, habló a la santa. Un santo crucifijo que está pintado en una tabla, que tiene la llaga hecha fuentes, habló a la santa. Dixo señor san Gabriel a nuestra madre santa Juana que quería ser nuestro agüelo, y en una imagen de la santa encarnación, donde está pintado, habló y dijo que le pusiessen su imagen camino del coro, para quando pasasen las religiosas le hiziessen reverencia [fol. 49v] y dijessen: “Agüelo mío, valedme”, y que él las oyría en la propia imagen. Y ansí está siempre camino del coro, y su día hazen allí un altar y le llamamos agüelo. Una imagen del güerto de bulto, que está en un altar de la enfermería, habló. Otra imagen de la santa encarnación de bulto, que está en la propria enfermería en el altar, habló la Madre de Dios y el ángel. En una imagen del santo crucifijo, que está en el dormitorio, con cinco ‘Paternostres’ y ‘Avemarías’ sacan cinco ánimas, digo siete. Y en otra del Padre eterno, que está en el mismo dormito[rio], rezando tres ‘Padrenuestros’ y ‘Avemarías’ ganan jubileo, y habló. La imagen de Nuestra Señora de la asumpción, que está en una caxa en el mismo dormitorio, habló y dijo que cada vez que pasassen delante d’ella le dixesen: “Exaltata es sancta Dei genitrix”. Y este dormitorio hizo el Gran Capitán, y habló en él [fol. 50r] el Señor a nuestra madre santa Juana las coplas de almas esposas amadas, y le bendixo. Una imagen de Nuestra Señora antigua, que está dando de mamar al Niño, habló. En la capilla de la huerta, todas las vezes que entraron en ella de día y de noche, rezando un ‘De profundis’ o la oración que dize ‘Ave Virgo gloriosa’, ganan muchas gracias, y esto se gana también un passo desviado d’ella. Ay jubileo en esta capilla el día del glorioso san Pedro y el día de la natividad del señor san Juan Baptista, y este día ay remissión de los peccados. Y el día del glorioso san Juan Evangelista, y el día de la tina y el día de la degollación, an de rezar el salmo del ‘Miserere mei Deus’ andando alrededor de la capilla, y en acabándole an de rezar cinco ‘Padresnuestros’ y ‘Avemarías’ en cruz. En esta capilla ay siete jubileos cada año, que son las tres fiestas de san Pedro y las quatro fiestas de los señores san Juanes. [fol. 50v] En el crucifijo de acofar, que es el que traýa consigo nuestra madre santa Juana, con siete ‘Padresnuestros’ y ‘Avemarías’ y un ‘Credo’ se ganan siete estaciones por vivos y difuntos del santíssimo sacramento. Con este santo crucifijo resuscitó nuestra madre santa Juana una niña. La estación de la santa Cruz es cinco ‘Padresnuestros’ y cinco ‘Avemarías’ y cinco vezes el verso que dice ‘Dulce signum dulces clavos’, con cinco estaciones. Y dijo el santo ángel san Laruel que son grandíssimas las gracias que se ganan con cada una d’ellas, y que ansí no se dexasen de dar una a sí mismas y las otras las repartiessen, por que todos goçasen de tanto bien, y dijo a nuestra madre santa Juana que eran para librar de peligros espirituales y corporales. Más: otra estación an de rezar cinco ‘Padresnuestros’ y ‘Avemarías’ y cinco vezes el verso de çibanitillos; son muy grandes las gracias que se ganan. Dixo el Señor a nuestra madre santa Juana que quien adorare la santa Cruz con la adoración que se sigue [fol. 51r] no se apartará d’ella sin que le dé una gracia en su alma; la qual es esta: “Adórote, Cruz bienaventurada, que de los delicados y venerables miembros de mi Señor Jesucristo fuiste guarnecida, y de su preciosa sangre toda cubierta y toda teñida”. Hase de rezar considerando que el Señor murió en ella. Una imagen de señor san Juan Evangelista que está en una tabla del güerto, que está vestido de blanco y el manto colorado, habló. Está en la capilla de la güerta. En una imagen de Nuestra Señora, de plata, pequeña, que llevan a las religiosas quando mueren, prometió Nuestra Señora por intercesión de nuestra madre santa Juana de venir en la misma imagen a favorecer a las que mueren. Y esta santa imagen es la que se apareció en la mar a un hombre que libró de un peligro, y vino él aca y le hizo una capilla. Viniendo este hombre a hazer la capilla que Nuestra Señora le mandó, quiso ver la imagen que le avía aparecido, [fol. 51v] y truxéronle muchas y a todas dezía: “No es esta”, hasta que le sacaron la que está dicho y dijo: “Esta es la Señora que yo vi en el mar y me imbió acá”. El día de la sanctíssima Natividad del Señor y de Nuestra Señora, y de san Juan Baptista y su degollación, an de rezar quatro ‘Padresnuestros’ y ‘Avemarías’; anse de offrecer los tres al Cordero y el uno a señor san Juan. Concedió el Señor, por intercessión de nuestra madre santa Juana, jubileo todas las vezes que lo rezaren por vivos y difuntos. Esto se gana en un quadrito donde está pintada la cabeça del señor san Juan Baptista. Ablando el Espíritu Santo por la boca de nuestra madre santa Juana, dijo que qualquiera persona que se deseaba salvar y alcançar de sus pecados perdón ha de ser como paloma que no tiene hiel, conviene a saber que no tenga maliçia, ni odio, ni mala querencia, aunque le hagan mal, sino haga como la paloma, que, aunque le hazen mal, no se sabe tornar a quien se le haze, sino gime entre sí e pasa su pena e va a hazer [fol. 52r] su llanto cerca de las aguas, porque si vinieren los caçadores o otras aves sus contrarias a quererlas empecer, se asconden debajo de las aguas e allí se guarecen. Lo mismo deve hazer la persona que yrá hazer el llanto de sus pecados cerca de las aguas de la Passión e llagas de Cristo, porque si le vinieren tribulaciones o persecuciones de los próximos o del demonio (el qual como caçador quiere caçar las ánimas y llevarlas al Infierno), entonces es muy buen remedio el ánima pensar en la Passión del Señor e ponerse con el deseo en las aguas e guaridas, que son las llagas. “Ansimismo”, dijo su divina Magestad, “tiene la paloma otra propiedad: que todo su canto es gemido e casi como triste llanto. E lo mesmo debe hazer qualquiera persona, pues ha offendido a Dios, que ninguna es tan justa que no tenga pecados, e toda su vida de justa razón ha de ser llanto; que bien puede decir la misma persona que ha ofendido a Dios, si la mandaren reír o cantar o alegrarse llanamente: “Ya se quebró mi órgano [fol. 52v] y no puedo cantar, que el día que yo ofendí a mi Señor yo mesmo me quebré el órgano de la alegría de mi alma, y no sé si tengo enojado o aplaçido a mi Señor Dios; e hasta que vaya a la tierra de la Gloria, que lo sepa e lo vea, no me quiero alegrar ni tomar plaçer que sea fuera de Dios, sino vivir en llanto pidiendo al Señor perdón de mis pecados”. Una persona suplicava la reprehendiesse el santo ángel por intercessión de nuestra madre santa Juana, y ansí fue y dijo: “Dile a esa persona que se enmiende e guarde de offender a Dios, que la hago saber que demanda por hurto en el Juiçio de Dios. Qualquier tiempo e palabras mal dispendidas e abladas se pagan con las setenas como hurto, e se han de restituir como fama qualquier mal exemplo o enseñamiento o ocasión que dé para que otra peque, por eso que se avise en hechos e palabras”. Estaba una persona religiosa enferma de una muy grande enfermedad e fatigada de muchos [fol. 53r] dolores, e dijeron a nuestra madre santa Juana la suplicaba dixesse a su santo ángel le imbiasse alguna palabra de consolación, y él la respondió que qualquiera persona enferma que está en la cama, pues no puede rezar ni offrecer otro sacrificio a Dios sino sus dolores, ponga en su memoria a Dios Nuestro Señor, crucificado e llagado, por Cielo de su cama, por paramentos y colgaduras, todas las insignias de la Passión e tormentos que el hijo de Dios padeció por redemir e salvar sus criaturas. E piense qualquiera persona enferma siempre en Este e ofrezca sus dolores a los de Cristo, e recibillos ha el mismo Dios e serle an meritorios sus dolores y enfermedades, y aun hasta las medicinas y cosas necessarias para su enfermedad, offreciéndolo todo en reverencia de la Passión del Señor e de la hiel y vinagre que le dieron a beber. Y en la flaqueça e desmayos e sed que padeciere le será contado en merecimiento, si lo offreciere en [fol. 53v] reverencia de la sed, hambre, ayunos, cansancios, flaquezas e desmayos que padeció el hijo de Dios; e lo mesmo le será contado el frío, calentura e sudores, offreciendo cada cosa d’estas a su misterio. Y ansí tendrá cada criatura sus penas e dolores, acordándose quánto fueron mayores las que padeció su Dios, e todas por sanar llagas y enfermedades de los pecados. Y aun la tal ánima que estas cosas pensare será bien que diga: “Señor mío Jesuchristo, duélanme los dolores en tal que no me aparte de la caridad de vuestro amor”. Y a Nuestra Señora pueden dezir, si la enfermedad les diere lugar: “O, Virgen singular, entre todas piadosa, haz a mi alma ser suelta de sus culpas y en el cuerpo ser mansa e casta”.

[REVELACIONES DE LOS ÁNGELES Y SANTOS A JUANA DE LA CRUZ]

Capítulo ciento y noventa y dos de una revelación que esta bienaventurada Juana de la Cruz vido, en que se mostrava la gran misericordia de Dios y de su sanctíssima Madre la Virgen [fol. 54r] María, la qual es esta acerca de los nudos benditos. Estando elevada esta bienaventurada Juana de la Cruz, aparecíale Nuestro Señor Dios trayendo consigo a su santíssima Madre la Virgen María, Nuestra Señora, y al glorioso padre nuestro san Francisco, delante de los quales la dicha sierva de Dios estaba postrada, la qual oýa palabras que passaban entre los tres, en que Nuestra Señora la Virgen María dezía a su hijo precioso: “Hijo mío, encomiéndoos a aquella casa mía, donde esta sierva que está aquí delante de vos, que lo oie, mora, en la qual faltan los alimentos temporales y edificios para la conservación y perseverancia de la dicha casa”. Y díjole Nuestro Señor: “Pues ¿qué queréis vos, Madre mía?”. La Señora le respondió: “Hijo mío, ruégoos me deis una impresa en la qual confirméis los perdones que están otorgados por vuestros vicarios apostólicos de la romana Iglesia, assí a la dicha casa como a la orden de este bienaventurado que con nosotros viene, y todas [fol. 54v] las más indulgencias que de aquí adelante se alcançaren para la dicha casa, que los que fueren devotos d’ella lo ganen copiosamente”. Dijo el Señor: “A mí me plaçe de buena voluntad, con la mesma condición que sean devotos de la dicha casa, y he placer que se otorguen y se ganen otros quales que perdones e indulgencias para qualesquier personas que algún bien hizieren a la dicha casa o monjas que en ella vivieren, para aora y para siempre jamás”. Díjole Nuestra Señora: “Pues ¿qué impresa, hijo mío, me dais que sea dada en señal a los que an de ganar las dichas gracias e indulgencias?”. El Señor dijo: “Una vuestra imagen de las que suelen apropriaros, por que se junten y gozen con la devoción y codicia de ganar las dichas indulgencias”. Y respondió la Señora: “Hijo mío, hartas imágenes mías andan por la cristiandad, mas si os plubiesse que fuesse la señal de vuestra santa Cruz, ansí por lo mucho que más vale como porque la casa tiene tal apellido”. [fol. 55r] Respondió Nuestro Señor: “También ay muchas cruzes mías por el mundo, las quales se dan por señal de las indulgencias y bullas apostólicas”. Díjole Nuestra Señora: “Pues ¿qué ordenáis, hijo mío, que sea?”. Nuestro Señor miró a san Francisco y dijo: “Sea la señal de este mi siervo, el qual l’es dicho ‘menor’ por la humildad y es grande en los merecimientos, que a sí y a otros codició salvar; y siguiome en la penitencia tomando el hábito por la Cruz en que yo padecí muerte y Pasión, y la cuerda nudosa, que significa los crueles açotes con que yo fui herido y açotado. Y por esto es mi voluntad que estas dos señales sean la impresa: la una la dicha cuerda, la qual tenga nudos, y la otra unos nudos por sí hechos, a manera de manojo de açotes. Y porque las dichas religiosas por quien, madre, me rogáis son de su orden d’este mi siervo, es bien que ellas tengan esta impresa en su casa y que las puedan presentar en pago de la limosna que reciban. Los quales nudos y figura [fol. 55v] de cuerda serán llamados ‘nudos bendecidos’, y que en la virtud d’ellos se bendecirán las personas que con fe los truxeron consigo, en espacio de un año cumplido si están cerca, y si están lexos por cinco años; y cumplidos estos años, que los renueven tomando en sí otros, hechos en la mesma casa por mano de las religiosas d’ella”. Y en estas pláticas pareciole a la bienaventurada santa Juana de la Cruz que Nuestra Señora se conformava con la voluntad de Dios Nuestro Señor, y nuestro padre san Francisco dava gracias al Señor. Y ansí desapareció esta visión. La qual dicha sierva de Dios quería callar y no se curaba de lo dezir, y fuere mandado por ciertas vezes que escribiesse la dicha revelación por el santo ángel, y las palabras que en ella avía oýdo, y que mandase hazer las dichas figuras. Y diole la forma y manera como se havían de hazer y de qué, y díjole que aprovecharían mucho a los que consigo las truxessen y que an de ser de lana, algodón o lino, y si fuessen de seda [fol. 56r] o oro o plata, en tal que no sea en cantidad, porque es por devoción y no por vanidad. Y la dicha sierva de Dios, que esto escrivió, dijo que ella se ponía en manos de sus prelados y de Dios, primeramente, y de las personas doctas que deven conocer las cosas espirituales, porque ella no se sentía digna de saber examinar la tal revelación. Después d’esto díjole el santo ángel que no dudase en aquella revelación, que sin duda era hecha por voluntad de Dios, y que los dichos nudos ternían mucha virtud y no solamente serán bendecidos ellos, en los quales se dará la gracia y perdones, mas aun serán bendecidos los materiales: si fuesse lana, por la vestidura del Señor que truxo en la tierra, y si fuesse lino, por la sábana en que fue embuelto el precioso cuerpo de Nuestro Señor Jesuchristo quando fue descendido de la Cruz y puesto en el santo Sepulcro (porque todo esto aprovecha por la penitencia de los pecados y perdón d’ellos), y si [fol. 56v]fueren de seda, por razón de la su puridad y luzimiento y olor. Las personas que los truxeren con devoción y reverencia alcançarán firmeza y perfeción por razón de la sacratíssima Passión de Nuestro Señor Jesucristo, que fue teñida la su sacratíssima carne en muy finíssima sangre, y su muy lindo y delicado cuerpo fue hecho todo matizado de colores, conviene a saber: blanco por razón de la humanidad, azul por los açotes, verde por los cardenales y heridas tan crueles que le daban, negro por los muchos tormentos, colorado por las llagas; de manera que el cuerpo precioso de Nuestro Señor Jesucristo estaba en el tiempo de su Passión todo matizado de colores. Y si fuere oro, serán las ánimas luzidas por razón de la divinidad y excelencia de Nuestro Señor Dios todopoderoso, que es figurado por el oro, que es preciado y generoso, <o> y significa las cosas celestiales y el Paraíso adonde no ay ninguna fealdad ni defecto, mas toda gloria y bienaventurança. [fol. 57r] Y dijo más el santo ángel: que estas eran cosas muy excelentes, aunque encubiertas. Y no quiso dezir más por entonces el santo ángel, sino que si fuessen tenidas en reverencia y acatamiento y devoción serán provechosas para la salvación de las ánimas y provecho de los cuerpos, porque cierto el Señor puso en los dichos nudos mucha virtud, porque ansí como imbía del Cielo su virtud para consagrar el santo sacramento en las manos y ánima y entendimiento del sacerdote, por pecador que sea, ansí en su manera imbiará su bendición sobre los dichos nudos hechos por qualquiera religiosa de la dicha casa, por pecadora que sea, como desuso es ya dicho. Y qualquier que truxere sobre sí las dichas señales o las tubieren en su casa con devoción, ganará tanto como si se açotasse cada día todo un año (esto por la figura de los açotes tenidos en deboción) y, por la figura de la cuerda, gana tanto como si ayunasse todos los advientos y quaresmas y como si truxesse el hábito de san Francisco todo un año por penitencia [fol. 57v] de sus pecados. Y esto todo allende de las gracias suso dichas de la orden y d’esta santa casa. Y dijo más el santo ángel: que acá los hombres de la tierra y personas entendidas entendiessen en tassar la limosna por cada una de las señales, para los que ansí quisiesen ser cofrades y tomar la dicha hermandad, pagando todo un año la limosna impuesta o todo junto los que lo tomaren por cinco años. Y dijo más el santo ángel: que si la dicha cofradía no procurassen, que a su culpa fuesse, pues que la voluntad de Dios está tan largamente aparejada, ansí para la salvación de las almas como para el provecho de la dicha casa, en la qual era su santa voluntad de Nuestra Señora la Virgen María, que se á aumentado el culto divino antes que menguado. Y dijo más el santo ángel: que permaneciendo la dicha casa, siempre pondrá en ella Nuestro Señor algunos espíritus aprovechados para su santo servicio y de su santa Madre. Otra vez ablando a la dicha sierva de Dios Juana de la Cruz, el santo ángel la dijo la [fol. 58r] manera del bendezir los cordones con sus nudos, y dijo que en la dicha casa, como ya está dicho arriba, se haga la bendición de los nudos de la manera siguiente: después de hechas las insignias, hanlas de poner en una caxa o en cosa limpia sobre un altar, mientras se dize la missa encima, la qual dicha en la tierra, dijo el santo ángel que Nuestro Señor les daría la bendición en el Cielo, que ansí se lo prometió Nuestro Señor a su bendita Madre y a nuestro padre san Francisco en presencia de los santos ángeles. Y dijo más el santo ángel: que los dichos nudos aprovecharían para muchas cosas allende de las gracias de la ánima, que aprovecharán para mujeres de parto como para morir bien los que están en pasamiento, y también aprovecharán para otras algunas enfermedades espirituales y corporales en las personas que tubieren fe con los dichos nudos, hechos por manos de las religiosas de la casa. [fol. 58v] Y más dijo el santo ángel a la santa Juana de la Cruz otra vez hablándola: “No pienses que estas cosas son sin misterio divinal, porque te hago saber que, después que se acabó la era del año de mill y quinientos, acá el Señor, por ruegos de Nuestra Señora la Virgen María y de muchos santos, determinó de alargar algún tiempo más el curso del mundo; lo uno por que se acabassen de inchir las sillas del Cielo y lo otro por esperar las gentes a penitencia y conversión. Y quando esto otorgó a la Virgen María, como dicho es, díjole: “Madre mía muy amada, yo quiero mucho a mis cristianos, que son hijos de mi sangre, y por eso este pueblo christiano, que es amado de mí y de mi Padre, son herederos de mi reyno; mas no les han de faltar tribulaciones aun a los perfectos y buenos, quánto y más a los que fueren malos, y aun más tribulaciones passarán los buenos que no los malos en tiempos y en vezes, mas yo ruego contino a mi Padre por ellos, [fol. 59r] mostrándole mis cinco llagas en medio de mis pies y manos y costado. Y el Padre me dijo: “Hijo mío muy amado, querría que me dejases levantar en mi fortaleza y dejame oír a la tierra, que clama y anda quexándose que no puede sufrir tan largos tiempos servir a los hombres y a sus generaciones, porque ya sienten cansancio los cielos y estrellas, sol y luna de andar, y aguas y vientos y tierra de dar sus frutos, y las raýces de los árboles y yervas y semillas no tienen fuerças para producir, si de nuevo yo no se las doy. Pues ¿con qué justicia se lo tengo de dar, siendo las gentes tan malas en el mundo? Porque no solamente no sirven bien a la nuestra Magestad, mas aun trabájanse de despreciar y amenguar nuestro serviçio persiguiendo la Iglesia, la qual era razón de aumentar ya los nuestros siervos y siervas cathólicas, mormurándolos y tratándolos mal, tomándoles sus mantenimientos, los quales les avían de dar por que no defalleciessen en nuestro serviçio ni fuesen [fol. 59v] las órdenes y religiones santas disipadas. Que por cierto si esto no se guarda, que me levantaré”, dijo el Padre, “y disiparé la gente y la destruiré y mandaré a los vientos y planetas, agua y tierra y sequedad y truenos y tempestades que los persigan y hieran de llagas y tormentos y temores y temblores, hambres y guerras y pestilencias. Serán açotados porque no guardan mi ley y mi fe y mandamientos. Y cada una de las personas pagarán por sí solo sus pecados, aunque las dichas tempestades y tormentos vengan en general.”.” Y la dicha revelación traýa el santo ángel escrita en un libro, y mandó a esta bienaventurada Juana de la Cruz que la escribiesse o hiziesse escrivir. Otra vez le hizo otra habla el santo ángel, diziendo: “Ya te dixe que, después que anda el mundo fuera de era, vienen tiempos muy rezios, y ansí lo es aora en este tiempo que se dan estos nudos bendeçidos por el provecho espiritual de las almas y peligros de [fol. 60r] los cuerpos, y también tendrán virtud para las animalias. Y por esso es bien que algunas se hagan en lana o lino o algodón o estopa, para las bestias, por que las demás lleven las personas, pues Dios no hizo en la tierra criatura más noble como es el ánima racional, que ha entendimiento de ángel. Y por eso toda persona es criatura noble, y muy más noble si es cristiana y devota y en virtudes acabada”. Y assí feneció el habla del santo ángel por esta vez, bendiçiendo él mismo las figuras y insignias ya dichas. Añadió diziendo: “La confirmación de todo esto da el Príncipe de la Paz, que es dicho santo Padre, Christo nuestro Redemptor, a quien tubiere fe y devoción en lo ya dicho”. Y todo esto suso escrito fue dicho y demostrado a la bienaventurada santa Juana de la Cruz en el año de mill y quinientos y veynte. Nuestra madre santa Juana tenía muy grandes coloquios con señor san Gabriel, y hablando de la santa encarnación le dijo que, en tocando la campana del Ave María, en aquel instante visita él todas las [fol. 60v] imágenes d’este misterio que ay en todo el mundo, y que Dios otorgaba a ella y a todas sus hijas, presentes y por venir, todas las estaciones que ay desde esta casa de la Cruz hasta el postrer lugar donde comiença el linage de cada una, de suerte que si la monja fuesse del cabo del mundo todas estas estaciones gana él por ellas. Y díjole: “Diles que no sean perezosas en ofrecerlas, que con esta condición se las da el Señor, y que las offrezcan por sí y por sus próximos vivos y difuntos, y que por la flaqueça de las memorias las ofrezcan de tiempos a tiempos”. Una imagen de Nuestra Señora de bulto, que está en una caxa encima de la portería de partes de fuera, habló con nuestra madre santa Juana. Dijo Nuestra Señora a nuestra madre santa Juana: “Hija, di a tus hermanas que se traten con criança, que es parte de paz, y que lo que no piensan que es pecado, es pecado, que en el otro mundo se demanda hasta la torcida gorda del candil”. También le dixo Nuestra Señora que estaban obligadas a rezar el officio divino las enfermas, en pudiendo [fol. 61r] alçar la cabeça de la almohada. Díxole a nuestra madre santa Juana su santo ángel que se contaba en el Cielo por ayuno de pan y agua no comer cosa de sangre, como es pescado y güebos, que todo lo demás lo era. Hablando con nuestra madre santa Juana señor san Vicente y Anastasio, le dixeron: “Di a tus hermanas que se acuerden de nosotros y que en nuestra fiesta nos pongan luz, que aunque sea un candil lo recibiremos”. Y estos gloriosos santos cayen a veynte y dos de enero. El ayuno de la santa visitación se comiença desde el día de san Bernabé hasta el mismo día, y las que no pudieren ayunar han de rezar cada día veynte y quatro ‘Magnificas’, y ganan lo mismo que si le ayunassen. Gánase en el adviento lo que Dios concedió a petición de nuestra madre santa Juana en lo demás que concedió en esta santa casa. Estando mala una monja mandola el médico tomar una purga, y apareciole señor san Lucas a nuestra madre santa Juana [fol. 61v] y díxole: “No le den esa purga a la enferma, que le hará mucho mal, sino escriban al boticario que le imbíe unas píldoras agregas, y estará buena”. Y fue ansí que con las dichas píldoras sanó. Díxole su santo ángel a nuestra madre santa Juana que paz, oración y silencio agradaba mucho a Nuestro Señor.

[SERMÓN DE SAN JUAN BAUTISTA]

Principio del sermón de san Juan Baptista de su natividad, sacado de su original. Fablando el Señor día de la natividad de san Juan Baptista, dijo su divina Magestad quería deçir a los humanos algo de las fiestas e solenidades que se hazían en el Cielo, e las grandes alegrías e grandes cosas e gozos acidentales que esta santa natividad causa en este día a los bienaventurados, por quanto Él dijo se alegraría toda criatura en su nacimiento. “E pues que se cumplen las palabras de los profetas”, dijo el Señor, “haviéndome algunas vezes ofendido aunque son santos, más razones que se cumplan las de los ángeles, los quales nunca me offendieron e siempre hizieron mi voluntad, e esta fue anunciar al mundo por san Gabriel las grandeças del día de mi alférez, al qual dio mi Padre título de ángel. E por quanto este día [fol. 62r] es célebre en el universo por haver sido albriçiador de mi santa encarnación, tan deseada e pedida de tantas generaciones, ansí es goço en el mi santo reyno. En este día fue fecha una solene processión de todos los bienaventurados, con muchas danças e pendones ricamente adereçados más que de oro, en la qual iba el glorioso niño con un pendón más rico e resplandeciente que todos, guiando la procesión; el qual pendón llevava en la cimera un muy rico joyel muy resplandeciente, fecho a manera de bolsa, todo cercado de borlas e botones de oro muy claro e fermoso, en el qual joyel están escritas con letras de oro unas palabras, las quales decían: “En mi natividad la Madre de Dios fue mi ama”. Y estas palabras iba el glorioso san Juan cantando e tañendo muy dulcemente, e llegó hasta el trono real de Nuestra Señora”. Y dijo más el Señor que decía el dulce niño Juan: “Gózome con la Madre de mi Señor e mi amo”. E dijo el Señor que como el niño san Juan fuesse tañendo e cantando a ofrecer su pendón al Padre celestial, el qual dixo que son estas palabras que vienen escritas, e mostrávaselas al Señor e, fincado de hinojos con mucha reverencia, decía: “Suplico a tu divina Magestad vea lo que aquí viene”. El Señor le dijo: “¿Qué es esto, Juan? ¿Que mi Madre, [fol. 62v] tu ama?”. E bolviendo el Señor a su gloriosa Madre díjole: “¿Cómo, Señora Madre? ¿Es verdad esto que se dice aquí?”. Ella respondió con mucha humildad e goço: “Sí, fijo mío muy amado, verdad es, y que era muy bonito por quanto vos le visitastes, siendo en su vientre le santificastes antes que naciesse”. E luego le miró Nuestro Señor muy dulcemente, e buelto a los bienaventurados les decía que fiziessen grandes fiestas por todo su reyno. E llevándole la Madre de Dios en sus muy preciosos braços, hecho ansí niño chiquito, llegó la gloriosa santa Isabel y se le pidió, y ella se le daba, pero el chiquito, con grande amor e reverencia, no quería sino estar en los braços de la Reyna, e decía la santa vieja: “Ay, mi Señora, que ese niño yo le parí”. Yendo assí Nuestra Señora y Nuestro Señor por su santo reyno con el niño, decía: “¡Alégrese mi Iglesia con el amigo! De la esposa yo soy el Esposo, y él el que como amigo me truxo la esposa fasta la cama, quando por el sacramento del baptismo ayuntó e desposó todas las almas cristianas con el que es verdadero Esposo”. E después que el poderoso Dios obo dicho todos estos loores del glorioso san Juan, vistiole y adornole de dos muy ricas e preciosas vestiduras: la una era muy blanca e con las mangas muy [fol. 63r] anchas, que llegaban fasta el suelo, e ciñole una cinta de oro muy resplandeciente con muchas piedras preciosas, e púsole encima una muy rica capa toda llena de muchas joyas e la falda muy larga, e esta capa era muy pintada e de muchas colores e olores. E púsole en un muy rico trono e coronole con tres coronas muy preciosas: la una por su grande humildad, y esta era de clavellinas muy finas (a significación de su sagrada virginidad), e la segunda corona era de rosas muy coloradas más que rubíes e corales (e esta significaba el martirio que él padeciera), e la tercera corona era de joyeles e piedras preciosas (que significaba la penitencia e méritos que el gran baptista tuvo). E después que el Señor le ubo adornado e coronado, tomole por la mano e decendiose con él por su santo reyno e alcáceres, faciendo todos los ángeles e santos muchos goços e alegrías, loando e magnificando su santo nombre, porque tan alta e perfecta criatura avía tenido por bien de criar. E dijo más el Señor: que como ansí viniesse san Juan con Él, que [fol. 63v] se fincó de finojos e le fabló diziendo: “Suplico a tu gran poder e clemencia tenga por bien de recibir los clamores que me facen en la tierra los mis devotos e amigos, e me demandan favor para sus almas e me hazen fiesta e comemoraçión”. E estando assí fecho niño chiquito gozábanse con él sus padres e parientes e todos los santos, e el Redemptor le tomó en sus preciosos braços y le tornó a su trono real, ofreciéndole al Padre celestial por todos sus devotos, diziendo: “Esta es la saeta con que yo tiré a muchos e herí a muchos malos. Ofrézcotele, Padre mío, e ruégote que otorgues por ambos las peticiones justas que oy me an demandado”. Y el Padre celestial le respondió a su fijo y salvador nuestro diziendo: “Fijo mío muy amado, yo recibo este niño e las peticiones que me pides que otorgue por él, porque ese niño es el que yo llamé ‘ángel’, e por eso quise e fue mi santa voluntad que naciesse más limpio y puro que otro ninguno, e más bermejo, porque havía de ser más santo e limpio que otro ningún santo”. E dijo el Señor que fue tanto el amor que cobró a Nuestra Señora la Virgen [fol. 64r] María este bendito niño Juan, que en tres días nunca quiso mamar ni tomar ninguna teta sino estarse contino en sus braços, e si ella le dexaba alguna vez de los braços para yr a alguna parte de la casa, e aunque el niño era chiquito e casi recién nacido, se salía de la cuna o cama donde le tenía echado y se iba a gatas donde quiera que la Señora iba; e ella, viendo el conocimiento y amor que el niño Juan le tenía, recogíale en sus braços e, reverenciando a Dios, en su vientre ponía sus manecitas y adoraba a su Redentor. Y otras veces íbase a los pechos de la Madre de Dios e quería mamar, e decía la Madre de Dios: “Dexad las tetas, hijo mío Juan, que están guardadas para otro mayor e mejor que vos”. E quando avía el glorioso san Juan de tomar la teta de su madre, Nuestra Señora la Virgen María le tomava en sus preciosos braços e metíase con él en una cámara obscura e apuesta, e por semejante la gloriosa santa Isabel, fablando e alagando al precioso niño, e siendo llegada la hora e voluntad de Dios que él mamase, tomó la teta de su madre pensando que era la de la Madre de Dios. E dende allí [fol. 64v] adelante, cada vez que avía de mamar, el Señor le quitava el entendimiento que tenía de hombre de perfeta edad e quedávase en ynocencia de niño, como lo era, para mantenerse e poder vivir e criarse. Y en tanto que Nuestra Señora estuvo en casa de Zacarías, cada vez que el niño Juan avía de mamar le tomaba ella en sus braços, para que callasse e pensasse que era su madre. Esto facía por el grande amor y sin medida que con ella avía concebido, porque viendo la gran fermosura más se fartaba e deleytaba de la mirar e acatar y estar en sus braços que de mamar las tetas de su madre. E después que la gloriosa Virgen María fue tornada a Nazared, por algún espacio de tiempo no le podían acallar ni façer mamar, acordándose de su dulcedumbre e acatamiento e del fruto tan maravilloso de su sagrado vientre, el qual el santo niño Juan muchas veces adorava quando la Madre de Dios le tenía a él en sus braços. E no solamente truxo Nuestra Señora en sus braços muchas veçes al niño Juan en el tiempo que él nació en este mundo, mas aun en esta misma [fol. 65r] otaba no quiere andar sino en sus braços por el reyno celestial, hecho niño chiquito y de la mano de Nuestra Señora, e yendo ella sentada y metida en un trono muy rico y adornado. E quando Nuestra Señora le llevava assí consigo iba fablando con unas bienaventuradas muy dulçes, diziendo a todos los bienaventurados de la corte del Cielo: “Amigos e amigas, mirad al niño Juan quán bonito e precioso e fermoso es”. E como todos los ángeles e los santos le miraban e acataban, gozábanse e alegrábanse todos de ver su fermosura. E a desora le vestía e adornava Nuestra Señora de tanta diversidad de maneras e colores e pinturas e joyas, que los que una vez le miravan e después le tornavan a ver no le conocían quando la Madre de Dios se le mostrava, e dezíanle muy maravillados: “O, Señora y Reyna de los Cielos, no es este el niño que tú nos enseñabas, que este es más lindo e más precioso”. E la gloriosa Virgen María respondía: “Por cierto, mis amigos, el mismo es”. E acatándole todos conocíanle en solo los pies, porque quanto traýa las plantas d’ellos llenas de flores [fol. 65v] e rosas e verduras, ansí como matas de albahacas muy olorosas e finas, las quales verduras e flores traýa él en los pies en remenbrança e figura de las yervas e verduras por gloria y honrra suya echan en el suelo acá en el mundo el día de su santa natividad. E allende de las vestiduras que el glorioso niño Juan tenía vestidas este día, también traía sobre su cabeça una diadema de oro muy resplandeciente e iba todo escrita con letras de oro muy lindas, que dezían las mismas alabanças que primero llevaba en el pendón, que decían: “La Madre de Dios es mi ama”. E por semejante llevava en la mano derecha un jarrito de oro muy resplandeciente y escritas letras de oro en él que dezían lo mismo: “La Madre de Dios es mi ama”. E fablava el niño Juan con voz muy dulce e decía: “Yo soy el dichoso y el consolado, que la Madre de Dios me tiene en sus braços”. Y como Nuestra Señora iba ansí por todo el reyno de los Cielos e por todos los alcáçeres muy acompañada de ángeles y en su trono muy poderosamente, llevando [fol. 66r] en sus braços al niño Juan, mostrávasele a todos e gozábanse mucho con él. E deseávale su santa madre Isabel y Zacarías, su padre, e todos sus parientes. Aunque santa Isabel se gozava e se tenía por dichosa que Nuestra Señora llevase a su fijo, ella le deseava e deçía dentro de su coraçón: “O, si la Señora me diesse mi fijo para que me goçe un poco con él, antes que pase la octava en la qual está fecho niño, que después estará fecho hombre como de primero e no podré jugar e goçarme con él”. E Nuestra Señora, conociendo sus pensamientos e deseos, mostrávale de su trono alto al precioso niño Juan e deçíale: “Por cierto que no os le dé... Si le queredes ver, ele aquí”. E santa Isabel le tomava e le besava e se goçava con él, e la Señora decía al niño: “Fijo, ¿quieres yr con tu madre?”. Y el niño se asía a la garganta de la Madre de Dios e decía: “No, Señora, que con vos me quiero estar”. Y esto facía la Madre de Dios por dar [fol. 66v] al niño Juan más honrra e gloria e quererle ella traer por todo el reyno del Cielo ansí. E dijo más el Señor: que allende d’estos favores e previlegios y dones que el glorioso san Juan Baptista recibió d’Él, fue muy grande aquel don tan especial de la santificación, que Él le santificó estando él encerrado en el vientre de su madre y yendo también encerrado Él en el sacratíssimo vientre virginal de Nuestra Señora; porque desde que la Virgen entró por la casa de santa Isabel, su prima, santificó el mismo Salvador a san Juan, e le dio luego entendimiento de hombre de perfecta edad de treynta y tres años e de hombre angélico e celestial. E tan grandes fueron sus dones e merecimientos e previlegios e gracias, que de toda la santíssima Trinidad es muy amado e loado e querido y ensalçado e honrrado, por lo qual alcança mucha gracia para todos los que le aman e sirven delante el acatamiento divinal. Fin del santo sermón, el qual acabó el Señor [fol. 67r] dando su bendición, diziendo: “La bendición del Padre e de mí, su fijo, y del Spíritu Santo, que me voy, y no del coraçón que me ama”.

[VERSOS LAUDATORIOS A LA VIRGEN]

Mírala cómo sale la rosa fresca y florida, mírala cómo sale de entre las espinas.

Sale qual aurora esparciendo flores y con sus primores al Çielo enamora, y en fe que la adora la da clavellinas. Mírala &ª1

Su rica corona texida de estrellas, la ermosura en ellas más se perfeciona. Con voces pregona sus gracias divinas. Mírala &ª

El cedro hermoso del Líbano santo es quien pone espanto al lobo rabioso, es rosal hermoso que da rosas finas.

Palma de victoria plantada en Cades, compuesto ciprés del Sion de gloria, ciudad de memoria que al Cielo encaminas.

Espejo agraciado en quien Dios se mira, cuya luz retira la culpa y pecado, [fol. 67v] plátano plantado entre aguas divinas.

Flor de los jardines del rey Salomón, güerto y recreación de los seraphines, oy de entre jazmines dulce olor aspiras.

La blança açuçena de los frescos valles sale por las calles de virtudes llena, destierra la pena y esparce alegrías.

En la tierra y Cielo se lleva la gala, porque ella es la escala de nuestro consuelo. Jacob con desvelo a subir se anima.

Es fuente sellada con sello del rey, que en qualquiera ley es privilegiada. ¡O, fuente sagrada de aguas cristalinas!

Oliva especiosa en campo florido, tus ramas son nido do el verbo reposa. ¡O, viña dichosa de ubas peregrinas!

Su Esposo la viste con rayos del sol, su claro arrébol tinieblas resiste, a la tierra enviste la luz de alegrías.

La luna a los pies la sirve de estrado y el Cielo estrellado oy su trono es. Cielo y tierra, pues, miren a porfía.

Mira sus cabellos su Esposo querido [fol. 68r] y baja herido por cada uno d’ellos para darnos vida.

Sus hermosos ojos y esparcida frente quando está presente quita mil enojos, ríndenla despojos quien la ve y la mira.

Arcos son de amor sus cejas graciosas, largas y espaciosas, llenas de primor dan a su Açedor alabanças dignas.

Mira que es la puerta que vio Acequiel por do entraba un Rey sin dejarla abierta, mira que es la güerta do se á de plantar la vida.

Mira cómo sale la rosa temprana, sin ser maculada de culpa culpable, mira qu’es la llave con que el Cielo se abriría.

Mírala cómo sale la rosa fresca y florida, mírala cómo sale de entre las espinas.

Fin.

[fol. 68v] A la puríssima concepción de Nuestra Señora.

Qué linda sois, Virgen, qué linda que sois, Cielo y tierra lo dicen así, y en verdad que lo sois.

De vos se decía, allá en los cantares, que sois escogida entre los millares. Todos los mortales predican de vos que sois virgen y madre, y en verdad que lo sois.

Sois toda hermosa sin mancha ninguna, entre estrellas, luna, y entre espinas, rosa. Por ser tan graciosa os preservó Dios. Cielo y tierra lo dicen ansí, y en verdad que lo sois.

Sois de Dios echura echa en su crisol, clara más que el sol, toda limpia y pura, tan noble criatura que sola sois vos la exempta de culpa, y en verdad que lo sois.

¿Qué mayor nobleça que ser por gracia vos lo mesmo que Dios por naturaleça? Por vuestra limpieça Gabriel os llamó ‘Ave gracia plena’, y en verdad que lo sois.

Virgen singular, escala del Cielo, por quien Dios al suelo propuso bajar. Estrella del mar, [fol. 69r ] ¿quién ay como vos, toda bella y pura? Y en verdad que lo sois.

El Dios que os crió sola y sin exemplo, nuestro casto templo hecho hombre abitó. Tal sois que se honrró con tal madre Dios, por ser sin mançilla, y en verdad que lo sois.

Si Dios con su aviso y sumo poder limpia os pudo hacer, sin duda que quiso. Sois el Paraíso do se recreó el nuevo Adán Cristo, y en verdad que lo sois.

Oy por libre os dan, que si de las leyes se exemptan los reyes las reynas lo están de la ley de Adán. Os eximió Dios por ser limpia y pura, y en verdad que lo sois.

En el Cielo os vio Juan profeta santo con el sol por manto, según lo escrivió, porque os concibió Ana en luz de Dios, sin noche de culpa, y en verdad que lo sois.

Del mundo el consuelo sois, Virgen María, norte que nos guía al puerto del Cielo, milagro del suelo en quien puso Dios grandeça infinita, y en verdad que lo sois.

Casa que fundó el sol de justicia, hecha sin malicia donde Él habitó. [fol. 69v] Solo os reservó del tributo a vos que Adán nos impuso, y en verdad que lo sois.

Con divina gracia se llamó dichoso vuestro vientre hermoso, que al Inmenso abraça, que es paño sin raça el que vistió Dios. Cielo y tierra lo dicen ansí, y en verdad que lo sois.

Paloma sin hiel, virgen sin mancilla, sacro trono y silla del Dios de Isrrael, ¿qué rosa o clavel brotó como vos, más qu’el cielo pura? Y en verdad que lo sois.

Esta vuestra casa, de quien sois defensa, os dé gloria inmensa y loores sin tassa, pues de nuestra masa sola fuistes vos la limpia de culpa, y en verdad que lo sois.

Fin.

[VERSOS A LA CIRCUNCISIÓN DEL NIÑO]

Coplas a la circuncisión del Niño.

Ved aora los pecadores lo que mi hijo ha pasado, que desde oy está llagado.

¿A quién le encomendaré demandándole favores? ¿Qué pensaré o qué haré, que ya crece mi dolor? Entre el goço y el temor mi espíritu está turbado, que desde oy está llagado.

[fol. 70r] Quien le llagó fue el amor, y es tanto el que tiene al hombre que es justo el Cielo se asombre, pues parece pecador, en sí con tanto rigor cumple la ley del culpado, que desde oy está llagado.

Sin dever ningún tributo, siendo poderoso rey, oy se sujetó a la ley y da su sangre por fruto. Destierre ya el mundo el luto, pues Dios tan presto ha pagado, que desde oy está llagado.

Esposo de sangre es y en Él su amor tanto crece que oy por primicias ofrece lo que ha de verter después. Tan grande es el interés que por las almas ha dado que desde oy está llagado.

Amor que le hace la guerra y le obligó en un instante al qu’es del Cielo gigante hazerse niño en la tierra. Tal fuego en su pecho encierra de pagar por el pecado que desde oy está llagado.

¡O, exceso raro de amor! Pues Él solo cubrir pudo al que es de culpa desnudo con capa de pecador. Alma, a pagar tu valor viene tan apresurado, que desde oy está llagado.

Con amor no ay que espantar del precio que nos ofrece, que a dar su sangre empieçe quien carne y sangre ha de dar. Hombre, comiença a goçar del remedio deseado, que desde oy está llagado.

Con esta muestra declara el contento que recibe en que ya tu alma vive y su sangre la repara. Al fin le cuesta tan cara y tan grande precio á dado, que desde oy está llagado.

[fol. 70v] O, supremo Criador, hijo mío y niño Dios, ¿quién pudiera sino vos dar tales muestras de amor, anticipando el dolor vuestro cuerpo delicado, que desde oy está llagado?

Mucho, Niño, el alma amáys, pues que por abrirla el Cielo apenas bajáis al suelo quando culpado os mostráis, y tan presto el cuerpo dais por fiador del pecado, que desde oy está llagado.

Mas si por librar al hombre su sangre tierna derrama, Jesús el Cielo le llama, nombre sobre todo nombre, cuyas letras por que asombre con tanta sangre an entrado, que desde oy está llagado.

Oy al alma, que en su trato captiva y esclava ha sido, compra en precio tan subido por darla el Cielo barato. Mira, pecador ingrato, lo que tu culpa ha costado, que desde oy está llagado.

Si Dios tanto al alma estima que se ha hecho tierno infante, y el apresurado amante oy por ella se lastima, ¿cómo a servir no se anima un Dios tan enamorado, que desde oy está llagado?

Ea, Niño, empeçad ya a esforçar vuestra flaqueça, que quien dando sangre empieça dando sangre acabará, y tanta que quedará vuestro cuerpo desangrado, que desde oy está llagado.

Curar quiere nuestros daños, pues que la sangre que cría nos la da al octavo día para darnos buenos años. Efectos de amor estraños en Él se an manifestado, que desde oy está llagado.

[fol. 71r] Vayan tristeças afuera, ¡alegría, pecadores!, que ya comiençan las flores de la fértil primavera. Copioso fruto se espera, pues Jesús tal muestra ha dado, que desde oy está llagado.

Para que no desconfíes por lo que culpas merecen, por los sus ojos te ofrecen su tierna sangre rubíes, y para que más confíes pagan tan anticipado, que desde oy está llagado.

Mi Dios de amor verdadero, ¿qué coraçón de diamante no se ablandara al instante con sangre de tal cordero? Redempción copiosa espero de un Dios tan enamorado, que desde oy está llagado.

Oy viene en sangre cubierto el que en éxtasis profundo, desde el principio del mundo, llamó Juan ‘cordero muerto’. Con sangre firma el concierto que tiene tan deseado, que desde oy está llagado.

Como al alma tanto amáys y es pasión de amor, aquestas lágrimas de sangre os cuesta que oy por ella derramáys. Caro es el precio que days de vuestro cuerpo sagrado, que desde oy está llagado.

Sangre en la circuncisión dais de valor infinito, que sin ella mi delito no alcançará remissión. Salid, hijas de Sion, a ver el Rey coronado, que desde oy está llagado.

Agua y sangre de Dios vierte su caridad encendida, [fol. 71v] una al entrar en la vida, otra después de la muerte; una y otra, alma, te advierte quánto su amor te ha obligado, que desde oy está llagado.

Ved aora, los pecadores, lo que mi hijo ha pasado, que desde oy está llagado.

Fin.