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María de San Agustín

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* Sigüenza, Fray José de, 1605. “Libro Segundo de la Tercera parte de la Historia de la Orden de San Jerónimo”, ''Tercera Parte de la Historia de la Orden de San Jerónimo, doctor de la Iglesia, dirigida al Rey, Nuestro Señor, Don Felipe III''. Madrid: Imprenta Real, 505, 507-508.
==Vida de Magdalena María de la CruzSan Agustín==
=== CAPÍTULO LI ===
 
[505] '''De otras muchas siervas de Dios que han florecido con gran ejemplo en el mismo Convento de San Pablo'''
[...] Magdalena Voy como de la Cruz fue de nación africanacorrida y atrancado, mora de leysin osar detenerme en tan larga letanía, cautiváronla siendo ya mujer hecha, fue esclava porque no saldré deste convento si de doña [[Teresa de Guevara]]: en su casa vino al conocimiento de nuestra fetodas hago memoria, que esto y este libro se ganó por encontrar tal señorahará como Flos sanctorum. Bautizose, y asentole tan bien la ley María de Cristo que, cuando doña Teresa San Agustín no se determinó a dejar el mundo, la llevó consigopuede olvidar, aunque no ya por esclava, hagamos sino por hermana y compañera saludar su nombre de sus santos propósitos, entendiendo que no es Dios aceptador de personas, sino que recibe a cuantos le reciben y temen sus mandamientos, ni hay en el distinción de judío, griego, árabe o gentil, rico y abundante para cuantos le llaman y deseanlejosCuando hicieron profesión las beatas la hizo ella, y supo agradecer tan bien los beneficios que había recebido Era sobrina del Señor que comendador mayor de noche ni de día no pensaba en otra cosa sino en cómo servirle y responder con algo de su parte. Ejercitose siempre en obras humildesCastilla [1], y ninguna tan humilde en el convento que no le pareciese que para con ella era sino religiosa de altísima dignidadgrandes prendas, juzgándose por indigna de poner su boca donde ponían sus pies. Quiso el Señordevoción, para que se viese mejor la alteza o la fineza de su paciencia y sufrimiento, visitarla con una grave perlesía; estuvo tendida en la cama muchos años sin poderse levantar de allí, con el cuerpo a lo menosprudencia, que con el alma por momentos pisaba sobre las estrellas, teniendo más arriba sus pensamientos y conversaciónotras cien preciosas perlas. Una noche de la santa Resurrección le vino un extremado deseo de hallarse con sus hermanas y señoras en la celebración de Fue priora, gobernó aquel convento tan alegre solemnidad; quedose solasantamente, y voló al punto cielo como paloma que en rompió el coro comenzaban el invitatorio de los Maitines: ''Surrexit Dominus verè, Alleluya'', entraron cuatro mancebos hermosísimos vestidos de blanco, con la librea de la fiesta y recamados de luz y resplandores, y, haciendo coro hilo de aquella humilde celdilla, se le cantaron todo con un son o tono tan acordado que en el entretanto la perlática estuvo como en la gloria; y cuando ella no revelara este favor (contábalo con suma sinceridad), el olor y estaba presa. […] [5081] suavidad que allí dejaron los músicos que cantaron Probablemente se refiere a cuatro bastaba a publicarlo, porque fue extremado tan bueno como el motete, Juan de Zúñiga y más largo, porque duró muchos días. De allí a pocos pasó la santa desta vida; porque no se hallaba sin tan buena música, al punto de su tránsito se vieron muestras harto suficientes que su alma fue derecha tras ellosVelasco (1488-1546). […]

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