Inés María de la Madre de Dios

De Catálogo de Santas Vivas
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Inés María de la Madre de Dios
Nombre Inés María de la Madre de Dios
Orden Franciscanas
Títulos Religiosa en el Convento de las Descalzas de Valdemoro; fundadora del Convento de Uceda; fundadora del Convento de las Misericordias de Oropesa
Fecha de nacimiento ¿Finales del siglo XV?
Fecha de fallecimiento 9 de marzo de 1558
Lugar de nacimiento Madrid
Lugar de fallecimiento Valdemoro, Madrid

Vida manuscrita

Ed. de Verónica Torres Martín; fecha de edición: febrero de 2025.

Fuente

Breve catálogo de los siervos de Dios, así religiosos como religiosas..., f. 1r; Roma, Archivio Storico Generale dell’Ordine dei Frati Minori.
  • Yanguas, Lucas de, 1684. Breve catálogo de los siervos de Dios así religiosos como religiosas de la Tercera Orden que han fallecido con singular opinión y fama de muy virtuosos en la santa Provinxia de Castilla. Ms. C/12 del Archivio Generale dell’Ordine dei Frati Minori AGOFM, Roma, fols. 26v- 27r.

Contexto material del manuscrito Breve catálogo de los siervos de Dios así religiosos como religiosas de la Tercera Orden que han fallecido con singular opinión y fama de muy virtuosos en la santa Provinxia de Castilla.

Criterios de edición

El texto se ha actualizado a las normas de ortografía vigentes. Esto conlleva la normalización de las grafías h, b/v, j/g, i/y; los cambios de qu a cu. Sin embargo, se han conservado los casos de laísmo presentes y los pocos ejemplos de leísmo hallados en el manuscrito. En cuanto al grupo de sibilantes, se han normalizado tanto las -ç- como las -sc- y -ss-. Tanto la puntuación como la acentuación han sido normalizadas. También lo ha sido el uso de las mayúsculas y la separación o unión de palabras. La -u- intervocálica y la v han sido unificadas como “v”, así como las diferentes grafías de la s.

Vida de Inés María de la Madre de Dios

[fol. 26v] [1] La venerable madre y sierva de Dios sor Inés María de la Madre de Dios nació en la corte de Madrid, de padres nobles, que fueron Cataneo Molaz y doña Bernardina de Rojas. Tomó el hábito en el insigne Convento de las Descalzas de la Emperatriz, de donde salió en compañía de las señoras fundadoras, que salieron a fundar el de descalzas de la villa de Valdemoro, donde hizo su profesión y recibió el velo. Y, pocos años después, como muy anciana en las virtudes, salió por fundadora del Convento de Izeda [sic] [2], arzobispado de Toledo. De donde volvió con mucho crédito de religión y gobierno a su primer Convento de las Señoras Descalzas Reales de Madrid y de él, por muerte de la madre sor Catalina de la Esperanza, una de las fundadoras, salió a suplir su lugar en la fundación del muy religioso Convento de las Misericordias de la villa de Oropesa, obispado de Ávila. Fue esta venerable madre singularmente devota del Santísimo Sacramento, para cuyo culto y servicio solicitaba muchas limosnas y todas las gastaba en empleo tan santo: en adorno de los altares y alhajas para la sacristía. Asimismo, fue devotísima de Nuestra Señora y, en muestras de su devoción, se fue a despedir y tomar su bendición al coro sintiéndose herida de su última enfermedad antes que la llevasen a la enfermería. En esta ocasión, una hermosa imagen de pincel de Nuestra Señora del Pópulo, sin que nadie la tocase, quedándose [fol. 27r] el clavo en la pared y entera la cinta de que estaba pendiente, se bajó por sí misma como a sus manos, significando la pintura, cuán agradable era la sierva de Dios al original. Túvose por cierto premio [de] Nuestro Señor los afectos piadosos de esta sierva suya al Santísimo Sacramento, con avisarla la cercanía de su muerte apagándose sin aire ni otra causa natural una vela de las que alumbraban más cercanas a la Custodia del Santísimo Sacramento, en ocasión que estaba descubierto en una de las fiestas que a instancias de su piedad se celebraban. Y, en conformidad de su devoción, y de la mucha que había consagrado en culto de este sacramento soberano, trayendo toda la cera de las cofradías para el entierro de esta sierva de Dios, pesándola al recibirla para que después se satisficiesen las mermas, habiendo ardido el espacio considerable que duró su entierro y oficio funeral, volviéndola a pesar, se halló no había que satisfacer las cofradías, porque no faltó en el peso una onza. Murió en opinión de perfecta religiosa en 9 de marzo, año de 1558. Tiénela el convento en opinión de santa por especiales revelaciones que han testificado que su alma dichosa goza el estado de la eterna felicidad, que se hacen creíbles a quien la conoció tan excelente en el ejercicio de las virtudes. Y en la hora de su tránsito, religiosas por su virtud dignas de crédito, testificaron haber oído suaves músicas que juzgaron del Cielo.

Notas

[1] Al margen izquierdo: Año 1558.

[2] En referencia a Uceda.